CAPITULO XIX. MAL PRESENTIMIENTO

BELLA POV.

-¿Qué te pasa Santhi?- dije al verla tan deprimida.

-Nada- dijo casi en un susurro.

-Santhi, mírate, ¿es tan malo que Jacob te ame?-

-No digas eso- saltó de pronto.

-¿Qué pasa?-

-Lo necesito-

-Santhi, acabamos de llegar-

-No sé lo que pasa, lo necesito más que nunca Bells-

-Nos vemos luego-

-¿A dónde vas?-

-Por ahí-

Salí de la casa directo al garaje, tomé el auto de mamá ya que el mío seguía en el taller, y conduje hasta la reserva otra vez.

-Jake- llamé.

-Bella- saludó -¿Le pasó algo a Samantha?- dijo viendo a mi alrededor.

-Samantha está bien, dentro de lo que cabe-

-¿De qué hablas?-

-Está como en otro planeta, se ve deprimida desde que se fue de aquí-  dije, vi como Jacob bajaba la cabeza y se sentaba bajo el árbol donde estábamos hablando.

-Es la imprimación-

-¿De qué hablas?-

-Bella, la imprimación es la manera de amar de un lobo, es no poder vivir sin esa persona, es querer protegerla, es ser uno solo, es vivir porque ella vive, es ser inmortal-

-¿Qué?- dije todavía confundida.

-Me imprime de Samantha, Bella, no puedo vivir sin ella-

-¿Inmortal?-

-SI, Bella-

-Se lo vas a decir ¿cierto?-

-no lo sé-

-Jake, hazlo-

-Mañana- dijo decidido.

-¿Dónde?-

-Espérenme en el bosque, al anochecer-

-¿seguro?-

-Si, después de la última patrulla, hablaré con ella-

-¿Quieres que esté presente, Jake?-

-Por favor- pidió.

-Ahí estaremos- dije levantándome.

-Nos vemos Bells- dijo abrazándome.

Después de despedirme de Jake, conduje hacia la carretera y caminé un buen trecho hasta el prado de aquella vez, la noche pasó lenta, estuve ahí hasta que los primeros rayos del sol iluminaban el cielo, cuando llegué a la casa las luces estaban apagadas, así que supuse que todos estarían dormidos, subí a mi cuarto y pronto me desconecte del mundo.

“-Bella, ¿qué tienes?- me decía Samantha.

-No pasa nada- decía yo mientras caminábamos tomadas de manos por el bosque.

-Bella- llamó una voz conocida para mí.

-Edward- susurré caminando hacia él.

-¡No, Bella!- gritó Samantha.”

Me desperté sobresaltada, bañada en sudor, Samantha tenía sus manos fuertemente sujetas a mis brazos y me veía espantada, supuse que había estado intentando despertarme.´

-Bella, solo fue un sueño- dijo viéndome aún espantada.

-Lo sé- susurré respirando entrecortadamente.

-Ven acá- dijo jalándome para abrazarme; no supe cuanto tiempo nos quedamos así, pero volví a quedarme dormida.

Cuando desperté ya no había nadie en la casa, bajé a hacerme el desayuno y me conseguí una nota de Santhi.

“Fui de compras un rato, no quise despertarte, tienes que descansar por lo de tu accidente y sé que no dormiste bien.

Te quiero. Samantha Swan”

-Isabella- saludó Jane.

-Jane, ¿qué haces aquí?-

-Debo cuidarte ¿recuerdas?- dijo sentándose en el mesón.

-¿Dónde estuviste ayer?-

-Con Jacob y mi hermana-

-Lo sabía-

-¿Cuándo regresa Alec?- pregunté.

-Esta misma noche, hoy me marcho, solo pasaba por aquí para decírtelo- dijo caminando hacia la puerta corrediza de la cocina, por donde antes había aparecido.

Toda la tarde tuve un mal presentimiento, como si algo malo fuera a pasar, Samantha llegó alrededor de las 7 de la noche, ya estaba respirando con dificultad, estaba mareada, sudaba frío, sentía una opresión en el pecho.

-¿Te sientes bien?-preguntó Samantha.

-Si- dije mientras pasaba una mano por mi frente.

-Bella, no te ves bien, estás pálida-

-Estoy bien- dije viendo la hora.

-¿Por qué ves tanto la hora?- preguntó mi hermana con una ceja arqueada.

-Necesito que vengas conmigo- dije levantándome del asiento.

-Son las 12-

-Justo a tiempo- dije empezando a jalarla hacia el bosque.

-Bella, ¿qué pasa?-

-Jake nos citó aquí, quiere hablar con ambas- le expliqué.

-¿Jake?- dijo sonriendo.

-Sí, solo hay que esperar- pero ya no podía esperar, la opresión crecía y crecía, era como si algo malo estuviese a punto de pasar.

-Mira lo que tenemos aquí- dijo una voz femenina a mis espaldas, nos volteamos para encararla.

-Te lo dije- habló el hombre que la acompañaba, ambos eran blancos como la nieve, con ojos de un refulgente color rojo y colmillos afilados.

-¿Quiénes son ustedes?- preguntó mi hermana.

-Yo soy Victoria y el James- señaló al hombre.

-Y yo soy Laurent- dijo otro hombre que aterrizó en el suelo después de saltar de un árbol.

-¿Qué quieren?- pregunté, aunque sabía bien a lo que habían venido.

-Siempre lo mismo- dijo James con voz cansina.

-¿Quiénes son? ¿Qué quieren?- repitió Victoria.

-Vampiros- contestó Laurent.

-¿Qué?- dijo Samantha confundida.

-Tú mundo no es lo que parece- explicó James antes de lanzarse contra ambas; lo último que sentí fueron  dos colmillos traspasar mi piel, y luego… fuego.