EL PRINCIPIO DEL FIN: LA PROFECIA HA DE CUMPLIRSE

Autor: LoreCullenVulturi
Género: Drama
Fecha Creación: 08/12/2010
Fecha Actualización: 25/02/2011
Finalizado: SI
Votos: 19
Comentarios: 93
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Capítulos: 48

TERMINADO

Existe una Profecía, se dice que ella será la elegida, se dice que ella traera al mundo a la heredera al trono de Volterra, "¿lo creen en serio?" había dicho, "nunca dudes de lo que ven tus ojos, Isabella" le dijo Aro, "Las cosas no siempre son lo que parecen" susurró.

Isabella Swan es la hija del magnate de los negocios Harry Swan, vive junto a su padre y su hermana Samantha en Chicago después del divorcio de Charlie y René, sus otros dos hermanos se marchan  a la universidad; a sus 15 años, Isabella conoce a alguien especial, ¿qué pasará cuando ese alguien se valla de su vida?

Ese día fue el más especial de su vida, pero enterarse que jamás lo volvería a ver le partió el corazón, enterarse de que la persona a la que ya había empezado a amar desaparecería en el viento y nunca más lo volvería a ver, dolía,... dolía como mil cuchillos clavados en su espalda..

Y aún cuando el corazón diera su último palpitar, ella lo seguría recordando,....

-Solo tiene 15 años- había dicho él

¿Eso hace imposible que mi corazón se enamore?

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Capítulo 4: España, Suiza, París, Italia, ¡Sorpresas!

Bella Pov:

Mi ánimo estaba por los suelos, pasé meses así, mi hermana me arrastraba por las tiendas de los centros comerciales, en busca de zapatos y ropa, yo solo la acompañaba para no empezar a desvariar.

-Oh, vamos Bella- me llamó- este bolso es hermoso ¿no te parece?- preguntó sonriéndome.

-Sí, lo es- acepté.

-Bella- me llamó haciendo una mueca.

-Vámonos ¿sí?-.

–Está bien- suspiró resignada.

Llegaba a la casa y me encerraba en mi burbuja, pensaba en él, en cómo sería todo ahora si lo hubiese conocido, si hubiésemos llegado a ser más que simple conocidos.

-¿Puedo pasar?- preguntó Santhi, desde mi puerta.

-Pasa-

-Bella, cariño- dijo acariciando mi mejilla- sabes que te adoro… pero no puedes seguir así-

-¿pero qué hago Samantha?- dije al borde de las lágrimas -¿qué hago con lo que siento?-

-Un cambio-

-¿De qué hablas?-

-Cambia tu personalidad, tu estilo, tu pelo, cambia toda tú- dijo sonriéndome.

-No es fácil-

-¿quieres un consejo?- asentí

- Olvida el pasado, vive el presente y verás bien el fututo- dio saliendo por la puerta.

Llegó mi cumpleaños 16 y papá decidió hacer algo especial, tuve un viaje por España, Suiza, Italia y París, debo decir que ese tiempo me sirvió para pensar

ESPAÑA

Mi llegada a España fue muy tranquila, estuve en Madrid algunos días, dos o tres, decidí viajar a Barcelona, hice muchas compras, recuerdos del viaje, saqué muchísimas fotos; este viaje lo había hecho sola, papá había dicho que iban a ver sorpresas, pero no había visto ninguna hasta ahora; en el tercer día en Barcelona decidí ir a conocer las calles de tan hermosa ciudad.

-¡Hola!- gritaron apenas abrí la puerta, ¡Oh Mi Dios!, ¿qué hacían aquí mis mejores amigas?, Wooou…

-¿qué….- pregunté todavía atónita.

-Cierra la boca- me dijo Violet con una sonrisita, al tiempo que me entregaba una nota.

“Espero que esta sorpresa te guste amor, te he visto distante y no hay mejor cosa que unas merecidas vacaciones, y que mejor que con tus mejores amigas, pásala bien amor, ya sabes… sal, diviértete, has compras, sobregira las tarjetas de crédito, solo haz lo tuyo princesa.

Charlie Swan”  leí en voz alta.

-Me gusta lo de las tarjetas de créditos- rió Ámber, estas chicas habían sido mis mejores amigas desde que salí de Forks, y entre al instituto en Chicago, las adoraba como ellas a mí, y es cierto… ¿qué mejor que pasar unas merecidas vacaciones con tus mejores amigas?, “pasar unas vacaciones con Edward” me dijo una vocecita dentro de mí, la callé de inmediato, tema cancelado.

-Wooou- fue lo único que dije.

-¿Qué?... ¿ningún abrazo?- preguntó Violet extendiendo los brazos y haciendo lindos pucheros.

-Claro que sí- me lancé sobre ellas para abrazarlas.

La tarde la pasé genial con las chicas, habíamos decidido ir a un local nocturno, conocer gente, esto sería genial…

-¿Les he dicho antes lo bellas que somos?- preguntó Ámber haciendo posturitas en frente del espejo del baño; ella siempre fue así, desde que la conocí creía ser bella, aunque debo admitirlo, Ámber es preciosa, ojos de un perfecto color azul cielo, abdomen definido, pechos grandes, cintura angosta, piernas largas y torneadas, cabello lacio y largo cortado en capas, rubia, y hermosa, era increíble que a sus 16 años se  viera así.

-Sí, lo has dicho- dijo Violet empujándola del espejo; ella también era una chica hermosa, su cabello largo caía en rizos rojos por su espalda, era alta, flaca, ojos verdes, y con un gran sentido de la moda, aparte de eso, era la única hija del socio de papá que maneja una sucursal en Nueva York, ella había decidido vivir con Ámber cuando esta se lo propuso, antes vivía con su hermana en un apartamento, pero cuando esta se marchó a Darmounth, no había otra opción, y la verdad era que Ámber y Violet se llevaban muy bien.

-¿Saben?- dijo Ámber sentándose en la cama.

-¿qué?- inquirí.

-Mami va a abrir una boutique en Río- dijo sonriendo.

-¿y qué pasa?- preguntó Violet volteándose a verla.

-Que va a tener que ir a Río-

-Sigo sin entender- dije

-¿No lo recuerdan?, ¡Papá tiene una Isla cerca de Río!- gritó.

-Ajá-dijo Violet con ceño.

-Si el va, se va a tener que quedar en la ciudad, Violet, tu vendrías con nosotros, y Bella, te estoy invitando- explicó.

---------Minutos de Silencio-----------

-¡Nos vamos a Río!- saltó Violet.

-Wooou- fue lo único que dije.

-¿Les gusta la idea?- preguntó Ámber entusiasmada.

-Claro- dije

-Bueno…. ¿y qué les parece si lo celebramos a mi estilo?- propuso Violet, ya sabía por dónde venía, creo que mañana no me levantaría. 

Nos arreglamos para salir, Ámber se vistió con un vestido que le llegaba un poco más bajo que la altura del muslo con estampado de leopardo y unos zapatos altos de salón negros; Violet llevaba un pantalón de cuero negro con una blusa de encaje negra que no dejaba casi nada a la imaginación, yo me vestí con un vestido de brillos negro a la altura del muslo con  zapatos de salón negros.

-Vestidas para matar- dijo Violet, la limusina nos esperaba, bebimos dentro el mejor champagne, el club estaba repleto, fuimos a la zona VIP y pedimos Vodka, bebimos y bailamos toda la noche, no llegamos al hotel sino a las 5 de la mañana.

Nos despertamos cerca de la 1 de la tarde, no nos podíamos ni mover de la resaca, bajamos a almorzar, estuvimos luego en la alberca un rato y llegó la noche, las chicas se perdieron un rato así que subí a la suite.

-¿chicas?-pregunté, no había respuesta de nadie, como acto reflejo me fui al armario y no encontré su ropa, solo una nota.

“Sé que las va a extrañar princesa, pero es hora de empacar, tu nuevo vuelo está a punto de empezar

Charlie Swan” leí, ¿qué?, ¿a qué se refería?, guardé la carta y saqué otro sobre que estaba debajo de este, en él había un pasaje de avión a Suiza, un pequeño estuche con $10.000, y otra nota.

“Es siempre bueno tener efectivo cariño, una sorpresa te espera en Suiza, toma tu vuelo, ah… el avión es privado.

Charlie Swan”, papá me conoce muy bien, me encantan las sorpresas, este viaje va a ser genial, tomé el pasaje y me percaté de que solo faltaban dos horas, empecé a arreglar mis maletas; una hora después estuve en el aeropuerto; abordé el avión, me recliné en uno de los asientos, estuve a punto de quedarme dormida cuando una voz me sacó de mis pensamientos.

-Aquí tiene su Champagne- dijo una aeromoza.

-Yo no pedí Champagne- dije.

-Pero yo sí- dijo ella saliendo de la cabina del piloto.

¡Oh Santo Dios!, ¡No lo puedo creer!, ¡ella está aquí!

-¿No me vas a saludar?- preguntó Lucía.

-¡Oh por Dios!- grité abalanzándome sobre ella.

-Toma- me dijo entregándome una nota.

“Nada me gustaría más que volvieras a ver a los que tanto te hacen falta, por eso mi pequeña Lucía está contigo, ella no está sola.

Charlie Swan”.

-¿Qué?- pregunté después de leer la nota.

-Adivina – dijo una voz detrás de mí.

-¡Esto es increíble!- grité abrazándolo, me entregó otra nota.

 “De seguro pensaste que la nota era de Charlie, ¡pues no!, princesa, esta sorpresita es para ti, y espero que disfrute de la compañía de uno de los seres que más te quiere en el mundo, mi pequeño Eric, te quiero bebé, ya sabes… pásala bien, y sobregira las tarjetas de tu padre, te amo.

 René Willotck” Wuuuuou, eso si me sorprendió, no pensé que mamá se uniera a esto.

-Qué alegría que estés aquí- le dije a Eric.

-Yo también me alegro nenita- me dijo.

SUIZA

Habíamos llegado a Suiza, en el aeropuerto había un auto, un Porsche, para ser específicos, no sabía que hacía ahí ni por qué, esto era extraño.

-¿Isabella Swan?- preguntó un joven de seguridad.

-Sí, soy yo-

-Esto es para usted-dijo entregándome una carta.

“Esto es para ti cariño, sería bueno pasear por Suiza con estilo, y que mejor que con un Porsche, disfruta de la velocidad Bella.

Samantha Marie Swan Willotck”

-Es Samantha- dije volteándome hacia mis hermanos.

-Se lució- dijo Eric.

-Por mucho- dijo Lucía.

-Gracias Joven- le dije al chico de seguridad.

-Por nada señorita- dijo a modo de despedida.

-¿Nos vamos?- dije tomando las llaves.

Estuvimos hospedados en un hotel en Berna, estuvimos alrededor de tres días conociendo la ciudad, viajamos hacia Lucerna, luego fuimos hasta Friburgo; he de admitir que fueron de los mejores días que he pasado con Lucy y Neno, así nos llamábamos desde pequeños, aunque Eric es el único que me dice Nena y yo la única que le digo Neno.

-¿Qué tal estoy?- preguntó Lucy por enésima vez.

-Lucy estás hermosa- mi hermana tenía rizos marrones y los mismos ojos azules de papá, yo fui la única que salió más parecida a mamá, Eric era idéntico a papá al igual que Samantha, y Lucia había heredado los rizos y los ojos de papá, pero el color de pelo de mamá –vamos Lucy, se hace tarde- la apuré; hoy iríamos a bailar un rato, Lucy vestía con un vestido negro corto, sin mangas y con escote en la espalda, tenía unos botines rojos al igual que sus brazaletes, el cabello le caía en rizos, estaba hermosa, yo me había decidido por un vestido plateado también corto, tenía mangas y escote en “V” en el frente, llevaba un cinturón verde al igual que mis zapatos.

-Wooou- dijo Eric parado en la puerta –no es justo, tendré que cuidarlas más de la cuenta- dijo haciendo lindos pucheros.

-Tú no estás mal nenito- dije abrazándolo.

Fuimos a bailar y llegamos a eso de las 2 de la mañana; la noche estuvo muy movida así que desperté tarde; esperaba encontrarlos a ellos, pero me encontré con un arreglo de flores, y una pequeña nota.

“Para que no nos extrañes, ten estas flores, huélelas y te recordarán a mí, chiquita te adoro, sorpresas te esperan, así que muévete.

Lucía Alice Swan Willotck y Eric Stheban Swan Willotck”

Tomé una de las flores y la guardé en mi libro favorito “Orgullo y Prejuicio”, lo había traído para pasar el tiempo, me percaté de otro sobre en la mesa donde estaban las flores, era el pasaje a París, salía en una hora en el jet privado, fui a arreglar las cosas y me percaté de que Lucy lo había hecho por mí, “Gracias al Cielo”, me dije para mis adentros, partí desde Friburgo hasta Berna y hay tuve que esperar alrededor de una hora para volver a retomar el vuelo.

PARÍS

No hubo contratiempos en el viaje; llegué tranquila a París, no hubo más sorpresas, así que llegué al hotel, subí a mi suite y no me esperaba lo que me encontré, todo el cuarto estaba repleto con arreglos florales de rosas rojas, me acerqué a uno de ellos y saqué la tarjeta.

“Para mia Bella Isabella” decía la tarjeta, ¿pero de quien era todo esto? Seguí buscando tarjetas, “Me has parecido algo majestuoso”, “Eres un diamante en bruto, que sé que podremos pulir”, por último llegué al arreglo más grande que estaba sobre mi cama, “Nos encantaría verla Srita.Swan, Volterra sería el lugar indicado, la esperamos en el castillo, no nos falle”, ¿pero a quien le voy a fallar?

-Hola, Buenas noches, quisiera un servicio a la habitación- dije una vez que contestaron el teléfono de la recepción.

-¿qué se le ofrece?- preguntó la chica.

-¿Pueden limpiar mi suite?-

-Por su puesto-

-Oh… ¿sabe quien dejo todos estos arreglos en mi suite?- pregunté – es la 315-

-Déjeme verificar- esperé alrededor de dos minutos.

-Aro Vulturi-

-¿Vulturi?- pregunté, no conocía a ningún Vulturi.

-Si, por el apellido, son una familia italiana- explicó la chica.

-Está bien, gracias, envíe a alguien para el servicio a la suite-

-Sí, señorita-   

No logré conciliar el sueño luego de todas esas flores, estaba decidido, iría a Italia y lo averiguaría.

ITALIA

Tomé el primer vuelo hacia a Italia, renté un Porsche para viajar hasta Volterra, estaba parada en frente de la torre del reloj cuando una figura encapuchada salió y me llamó, caminé hacia ella, se acercó más a mí y me susurró al oído.

-Te están esperando, sabían que vendrías- dijo el chico, me hizo pasar y se quitó la capa; era realmente hermoso, su tez era pálida, era rubio, con una cara que se podría confundir con la de un ángel, pero con unos refulgentes ojos color carmesí ardiente.

-Soy Alec Vulturi- dijo mirándome.

-Isabella Swan-

-Lo sé. Vamos, te esperan- se volvió a colocar la capa, lo seguí de cerca, entramos a un elevador.

-¿Tienes idea de lo que pasa?- preguntó sin mirarme.

-Si lo supiera no hubiese venido- dije de manera indiferente, tal como lo hubiese hecho Samantha.

-Lo sabrás- dijo Alec al tiempo que se habían las puertas del elevador, caminamos por pasillos poco iluminados hasta que nos plantamos frente una puerta con incrustaciones en oro, tenía una V perfectamente marcada con perlas, cualquiera de las personas que estuvieran detrás de esta puerta, deben tener una riqueza infinita; la puerta se abrió y Alec me tomó del brazo haciéndome caminar junto a él, esta actitud me asustó, ¿qué diablos estaba pasando?

-Amo- se reverenció Alec, ¿Qué?, al final de la estancia habían tres tronos, tres figuras sentados en ellas, el de la izquierda era un hombre rubio con expresión molesta, el de la derecha parecía más bien fastidiado de esto, el del centro… me dio la impresión de estar fascinado.

-Isabella- habló el del medio- ¿Sabes quién soy querida?- preguntó  sonriendo.

-Supongo que Aro Vulturi- dije sin titubear aunque me sintiera intimidada, hoy más que nunca debía actuar altiva.

-Exacto- dijo el hombre.

-¿Para qué me necesita y por qué las rosas?- pregunté con indiferencia.

-Y para colmo soberbia- se quejó el hombre de la izquierda.

-Mi querida- habló Aro- te presentó a Cayo- señaló al de la izquierda- y a Marco- el de la derecha- somos los Vulturi-.

-tú nombre niña- exigió Cayo.

-Isabella Marie Swan Willotck- dije con un cabezazo- pero creo que ya lo saben- levanté una ceja interrogante; Aro soltó una carcajada que me alarmó pero no lo demostré, debía mantener la calma.

-¿Qué es lo que quieren?- pregunté sin hacer caso a la carcajada de Aro.

-Acércate- pidió Aro con la mano extendida; no dude ni un minuto, actué con paso decidido y tomé su mano.

-¡Fantástico!- gritó -No veo nada-

-¿Debería?- pregunté retirando la mano.

-Tu potencial es gigantesco- dijo, no tenía idea de qué hablaba.

-¿De qué habla?- me aventuré a preguntar.

-¿Sabes lo que somos?- preguntó, eso no me lo esperaba.

-Realmente no- extraños sería una opción.

-Vampiros- dijo.

-¿Vampiros?- repetí.

-Si querida, los que chupan sangre- dijo Cayo con expresión divertida.

-¿Quieren mi sangre?- dije de forma indiferente, lo que me faltaba, los vampiros quieren mi sangre.

-Sería un desperdicio- habló Aro.

-entonces… ¿Qué quieren?- volví a preguntar.

-A ti-

-¿Qué?-

-Queremos que formes parte de la guardia Vulturi, por lo menos por un tiempo-

-No entiendo- dije con ceño fruncido.

-Somos importantes en nuestro mundo niña- habló Cayo- Debemos cuidarnos, y de eso se encarga la guardia, además, nos corresponde guardar el secreto, y castigar a quienes no lo hagan-.

-¿Es eso lo que quieren?- pregunté suspicaz.

-Si querida- aclaró Aro.

-¿Cuánto?- pregunté.

-¿Cuánto qué?- dijo  Cayo.

-tiempo… ¿Cuánto tiempo?- repetí.

-Me parece unos 15 años- dijo un sonriente Aro al ver mi interés.

-¿15 años?- repetí anonadada.

-Es poco comparado con la eternidad que te ofrecemos-

-¿puede explicarse?-

-Isabella, querida, somos criaturas sobrenaturales, inhumanas, a partir de nuestra transformación cambia en nosotros la fuerza, la rapidez, la mente, la dieta, y también… la vida-

-¿Cómo que la vida?-

-Alec- llamó Aro.

-Nuestro corazón deja latir, seguimos existiendo, pero no corre sangre por nuestras venas, somos fríos, estamos muertos, nos alimentamos de sangre, es lo único que necesitamos para existir- habló Alec.

-¿Y si no qué?- pregunté.

-Mueres- dictaminó Cayo.

-¿Qué? Igual voy a morir- pregunté, aunque ya lo había entendido todo.

-Debemos proteger el secreto querida, no vamos por ahí diciéndole a cuanto humano se nos aparezca en frente que somos vampiros- dijo Aro.

-Ese es el trato niña- puntualizó Cayo.

-Solo una condición-

-¡Condición!- saltó Cayo, asentí.

-¿Qué deseas querida?- preguntó Aro.

-3 años-

-¿por?-

-No veré a mi familia el resto de la eternidad ¿o sí?-

-No podrás querida-

-tres años- repetí.

-Después de la transformación-

-¿qué?-

-Veremos si eres capaz de controlarte-

-¿Me pretenden vigilar?- hablé.

-Todos ponen sus condiciones-

-Entonces… ¿me transforman, me voy, y regreso en tres años?-

-Si-

-Lo siento, no estoy de acuerdo-

-¿Qué propones?- preguntó Aro.

-Si tanto quieres vigiarme, hazlo, pero procura que nadie a mi alrededor se entere, yo regresaré a mis 19 años, les doy mi palabra- hablé.

-Está bien querida, después de todo, es morir o… morir- dijo Aro esbozando una sonrisa.

-Es así después de todo- concedí.

 -No olvides... no debes decírselo a nadie… Los Vulturi no damos segundas oportunidades- hablo Marco al tiempo que salía por la enorme puerta seguida de Alec.

 

Capítulo 3: EL PLAN Capítulo 5: LA DECISIÓN

 


 


 
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