Bella Pov.

Salí de la clase como alma que lleva el diablo, ¿qué clase de explicación se suponía que le debía yo a él?, Edward se había ido de mi vida hace años, ni siquiera había llegado a formar parte de ella, no llegamos a ser amigos, y se cree con derecho a exigirme explicaciones a mí, me ocultó su naturaleza, me resigné a no volverlo a ver, y ahora… el está aquí.

Me subí a mi auto, lo menos que quería era volverlo a ver ahora, conduje sin rumbo, sin saber a dónde ir, me decidí por dar un paseo en el bosque, tal vez encontraría paz.

Caminé sin rumbo, tal vez una hora, pronto llegué a un prado, era realmente hermoso, un rayo de luz iluminaba el campo, era una imagen memorable, caminé con paso decidido y me recosté en la hierba, no se bien cuanto tiempo estuve allí, tal vez horas, quien sabe….

Regresé a casa cuando ya la luz del crepúsculo surcaba los cielos, caminaba nerviosa por toda la estancia, cuando  una voz me sacó entonces de mi ensoñación.

Isabella caminaba en una sala, parecía ser su casa, se movía de aquí para allá por la estancia como si pensara en algo.

-¿Podrías dejar de moverte?- preguntó una voz desde la puerta de la cocina.

-¿Qué haces aquí Alec?- pregunté.

-Desapareciste - dijo haciendo una mueca.

-Lo siento – dije cabizbaja, me había ido sin decirle nada y lo había dejado solo.

-¿Qué piensas?- preguntó Alec al tiempo que se sentaba.

-No lo sé… no me agrada tener vampiros cerca-

-Serás un vampiro Isabella….-

-Lo sé- dije sentándome en el mismo mueble que él, nunca había tenido esa cercanía y debo admitir, no se sentía mal, de un momento a otro no vi nada más.

-Bella, cariño, despierta- decía mi madre mientras me movía dulcemente.

-Buenos Días- dije aún somnolienta.

-Cariño, tu padre llamó, quiere que viajemos a Chicago cuanto antes- dijo atropelladamente.

-¿Pasa algo?- dije levantándome de mi cama, ¿Cómo diablos había llegado ahí?, y como si se lo hubiera preguntado a él, el olor de su perfume me pegó en el rostro.

-Cariño, ¿Qué es ese olor?- preguntó mi madre levantandose de mi cama.

-No lo sé, ¿Qué pasa?-

-Cariño, ¿no lo recuerdas?- al parecer mi madre vió mi cara de confusión a lo que prosiguió –En una semana es el cumpleaños de Lucía, tu padre quiere que organicemos todo- dijo a modo tranquilizador.

-¿En cuanto tiempo?- dije levantandome para arreglarme.

-En dos días cariño- dijo mientras cepillaba mi cabello.

-¡En dos días!- chilló Ámber del otro lado de la línea.

-Calma Am, en dos días estoy allá- decía mientras tomaba mi bolso y bajaba las escaleras.

-Buenos Días- dijo Alec desde el pie del último escalón.

-¿Qué fue eso?- preguntó Ámber del otro lado de la línea.

-Es solo Phil saludando- mentí restándole importancia –Buenos días Phil- dije para hacer la mentira un poco más creible, vi como Alec mostraba una de sus sonrisas torcidas, realmente le quedaban bien, Dios Bella, ¿qué te pasa? Me reproché a mi misma.

-¿Hola? Bella… hey, oye,.. creo que ese Phil te resulta más interesante que yo, aunque debo decir que ese Phil no creo que sea tu padrastro- decía Ámber del otro lado de la línes, Oh MI Dios, ¿Cuánto tiempo habrá estado llamandome? Realmente me había deslumbrado.

-Lo siento Am, no te escuchaba- dije volviendo mi atención a mi telefono.

-Y valla que no me escuchabas, llevaba horas llamandote-

-No exageres-

-Bueno, no importa, ya me contaras cuando vengas a Chicago- dijo para cortar la comunicación.

-¿Chicago?- dijo Alec al tiempo que se subía al asiento de copiloto.

-Debo ir, mi hermana cumple 21, mi padre me lo pidió-

-Te acompaño-

-Sabes que no puedes Alec-

-Bells dejame hacerlo- dijo con ¿cariño?

-Solo si el tiempo lo permite-

-Yo me encargo de ello- dijo para bajarse cuando aparqué el auto en el estacionamiento del instituto, lo vi bajarse rápidamente del auto y enrumbarse hacia el bosque; bajé del auto confundida por la reacción de Alec, cinco pares de ojos me veían expectantes, ¿ ahora qué hago? Me pregunté, sentí como mi teléfono volvía a vibrar en mi bolsillo, “salvada por la campana” pensé.

-Belly-bebé!- saltó Santhy.

-Santa-Santhy!- dije como le decía cuando eramos pequeñas, nos reimos un rato y luego retomamos la conversación.

-Haber Belly, me dijo papá que vas a Chicago-

-Es cierto , mamá también irá-

-¿Phil?-

-Sabes que no, papá se moriría-

-Lo sé, era en broma-

-Haber, dime.. ¿irás?-

-Obvio, mi hermana no cumple todos los días-

-¿Cómo están?-

-Están muy bien Bells, Eric ya lleva cuatro años en la carrera, solo le faltan dos semestres para graduarse-

-Ya son 23 años-

-Lo son Belly, y ya vez, en un año serás mayor de edad-

-Si- dije en un suspiro, se habría consumido el primer año de los tres últimos que tendría de libertad por al menos 15 años.

-Vamos Belly, ¿Dónde está la emoción?-

-No pasa nada-

-Belly, tengo muchas cosas que contarte-

-Haber, dime…-

-Ayer vino Bill-

-Eso es genial Santhi, se cuanto lo extrañas-

-¡Vino para quedarse!-

-¿qué?-

-Si Belly, su madre pidió un cambio de la universidad de París con la de News Hamsphire, todo para que estuvieramos juntos-

-Me alegro por ti Santhi- dije con una sonrisa boba.

-Eso no es todo-

-¿hay más?-

-Si, pero eso será una sorpresa-

-Vamos Santhi… dime-

-No Isabella, lo sabrás todo a su tiempo- dijo con voz calmada.

-Está bien Santhi- dije- me tengo que ir- completé cuando me percaté que ya solo quedabamos los Cullen y yo en el estacionamiento.

-Está bien Belly yo…- pero no escuché nada más, algo impactó contra mi cabeza y lo último que vi fueron apenas rafagas de lo que se suponía serían los Cullen.