Bella Pov:

La mañana pasó rápido, había acordado con Santhi de darle una sorpresa a papá llevándolo a su restaurante preferido, claro que ella estaba sacándome de quicio con su insistencia en no ir.

*Flashback*

-Santhi, entonces… ¿vas a ir?- pregunté con emoción cuando aparcó el auto en el instituto.

-No, ya te lo dije-

-¿pero por qué no?-

-Por que el no va a ir, tiene mucho trabajo-

-Papá nos adora-

-¿y?-

-Oh, ¡vamos Santhi!- le dije haciendo un puchero; la vi abrir y cerrar la boca muchas veces, hasta que suspiró derrotada.

-Está bien- dijo, mostré una sonrisa torcida y me bajé del auto.

-Nos vemos al medio día- dije.

*Fin de Flashback*

Mi reloj ya marcaba las 12, era hora de partir,…

-Bella, vámonos ya- dijo Santhi cuando me vio llegar, me apresuré a montarme en el auto y nos dirigimos a la compañía, al llegar vimos un Mercedez-MC negro, era igual al de lucía, excepto por el color, su propietario realmente tenía buen gusto.

-Hermoso ¿cierto?- comenté.

-Sí, lo es- dijo Samantha mientras aparcaba en el estacionamiento.

-Vamos- dije, salí del auto pero ella no se movió -¿qué pasa?- le pregunté.

-Ve tú, yo me quedaré aquí y…- dijo- espero que disfrutes de la decepción- murmuró al final.

-Como quieras- y me aventuré a tomar un pase y subir por el elevador.

Samantha Pov:

Como extrañaba a mi madre, vivir con mi padre y sus negocios era una verdadera tortura; en dos años yo me iría a Darmounth y no los vería a ninguno de los dos, Bella al parecer se había molestado conmigo, a ella nunca le ha gustado que le digan la verdad, porque a veces las verdades duelen, y aquí la única verdad es que nosotros no somos una familia, dos de mis hermanos están en Nuevo Hampshire,  papá es un neurótico de los negocios y mamá, bueno… ella y papá se divorciaron cuando yo tenía 6 años, papá se mudó a Chicago junto con sus empresas y nos trajo con él, mamá  está el Forks-Washington D.C junto con Phil, su nuevo esposo, desde hace cinco años, es cirujano, es un buen tipo, la llamamos constantemente, casi diario, antes viajábamos a visitarla, pero hace más de 4 años que no lo hacemos, nosotros no somos una familia, las únicas que mostramos apoyo somos Bella y yo, y eso para mí no es suficiente.

Vi cuando Bella recogía su pase y subía por el elevador, me trataba de decidir entre subir o no subir, decidí esperar un rato y empecé a pensar en cosas triviales, desde la belleza de mi auto, hasta mi belleza, rasgos finos, tez blanca, cabello negro en capas, ojos azules como los de mi padre, yo era la que más se parecía a él, empecé a pensar en la universidad, en cómo sería, en mi  novio Bill, en mis hermanos, en su vida, en mamá, y en Bella, ¿qué iba a ser de ella cuando yo me fuera?, apenas pensé en esto me di cuenta que estaba tardando y decidí ir a ver lo que pasaba, recogí un pase y subí por el elevador, cuando llegué Bella estaba hablando con Annie, la asistente de papá, escudriñé la estancia y me percaté en un chico de pelo cobrizo, “atractivo, pero prefiero a mi Bill, Bella ¿Por qué estaba tardando tanto?” pensé.

-Bella- la llamé.

Edward Pov:

Llegamos a la compañía y aparcamos el auto en el estacionamiento, nos bajamos a paso decidido y retiramos un pase para las oficinas, deslumbrábamos a las personas que nos veían, habían pensamientos incoherentes como “woou, creo que morí y llegué al cielo”, “me gustaría meterlo en un emparedado y comérmelo”, no pude evitar sonreír ante tan absurdo comentario, llegamos a la recepción donde nos recibió una secretaria, según sus pensamientos, una tal Annie.

-Hola, buenos días, ¿en qué puedo ayudarles?- “ojala que no sean las socios, el Sr.Swan todavía no sale” pensó, que mala suerte tenía la pobre.

-Buenos días, soy Carlisle Cullen y el es mi hijo Edward Cullen, tenemos una cita con el Sr.Swan- dijo Carlisle sonriéndole a la chica a modo de amabilidad.

-Oh, ya veo, disculpe usted, el Sr.Swan se encuentra reunido en estos momentos, llevan más de dos horas en la junta, ¿podrían ustedes esperarlos?- preguntó Annie nerviosa, “que suerte la mía” pensó sarcásticamente.

-Sí, no hay problema- dijo Carlisle al tiempo que asentía.

-Voy abajo un rato- le dije a Carlisle, “no tardes” pensó, empecé a caminar y de pronto me pegó de lleno un olor, era un olor dulce, como fresas y miel, era como un dulce perfume de fresas, uno del que cada una de sus gotas merece ser preservada, me vi llamado por su esencia y caminé, caminé buscándola, hasta que la encontré, una niña de no más de 15 años venía caminando cabizbaja, me vi en la necesidad de saber que le pasaba, quise averiguarlo, quise entrar en su mente, pero no lo logré, ¿acaso mi don estaba fallando?, pero no, no era así, podía leer la mente de todos en el lugar, algunos pensaban en dinero, otros en el trabajo, en contratos, y luego ella… nada, era como una pared en blanco, me concentré en saber que pensaba pero mi frustración iva en aumento cuando me percaté de que todavía no veía nada en su mente, sin darme tiempo de reaccionar se estampó contra mí, logré tomarla por los hombros, por suerte tenía puesta una chaqueta y no se estremeció con mi tacto frío; la pequeña alzó la vista y enfocó sus ojos en mí, la vi escudriñarme minuciosamente, buscando algún defecto, quise saber lo que pensaba cuando se ruborizó, de pronto habló y fue como si mi corazón muerto, luchará por latir otra vez…

-Disculpa- dijo - ¿podrías soltarme?- me dijo con una sonrisa.

-Oh… si claro- dije fingiendo vergüenza.

-Lo siento, es que venía distraída- dijo

-No te preocupes- le dije y le sonreí para darle seguridad.

-Isabella- llamó Annie, la chiquilla volteó y caminó hasta el escritorio de a secretaria.

-Hola Annie- escuché decir a Isabella –Busco a mi padre- pero ¿Quién es el padre de Isabella?

-Oh querida- dijo Annie apenada- El Sr.Swan está en una junta importante-.

-¿Tardará mucho?- insistió Isabella

-Bueno querida, la verdad no lo sé, pero los señores Cullen lo esperan- dijo Annie señalándonos con la vista.

-Oh- fue lo único que dijo Isabella.

-¿quieres que le diga algo?- preguntó Annie a modo de consuelo.

-Solo…. Nada- dijo.

“atractivo, pero prefiero a mi Bill, Bella ¿Por qué estaba tardando tanto?”, pensó una chica detrás de mí, por fin alguien que no me ve como un Dios griego,…

-Bella- llamó la chica, y se acercó a donde estaba ella.

-Samantha, ¿qué haces aquí?- dijo Bella extrañada.

-Estabas tardando- dijo Samantha.

-Buenos días Srta.Swan- Saludó  Annie.

-Buenos días, Annie- respondió Samantha con porte altivo, me recordó a Rosalie.

-Santhi vámonos- dijo Bella.

-¿y papá?- preguntó Samantha.

-Trabajando- dijo Bella

“te lo dije Bella, te dije que no lo ibas a lograr, pero nunca me haces caso, no sé porque insisto eres, tan terca” pensó Samantha.

-Está Bien, vamos- dijo Samantha; la chica de media vuelta, seguida por Bella,…

-Oh- exclamó la segunda –Yo soy Isabella Swan- dijo tendiéndome la mano.

-Edward Cullen- dije con una sonrisa torcida al tiempo que le estrechaba la mano, pensé que se incomodaría con mi tacto frío, pero no fue así; sentí como si miles de corrientes eléctricas viajaran por todo mi cuerpo,…

-Mucho gusto- dijo Bella, al tiempo que retiraba su mano.

-El gusto es mio- respondí de forma caballerosa; ella sonrió ante mi trato respetuoso.

-Ella es mi hermana Samantha Swan- dijo Bella señalando a su hermana, “no me digas que…. ¡sí!”, no entendí a lo que se refería.

-Mucho gusto Señorita- dije tendiéndole mi mano, las estrechamos al tiempo que ella decía, “gusto en conocerlo Edward”.

 -Igualmente- respondí –El es mi padre- dije señalando a Carlisle, quien se había mantenido callado.

-Mucho gusto señoritas- dijo el aludido con un cabezazo.

-Igualmente- dijeron las dos al unísono, se voltearon a ver y sonrieron con complicidad.

-Hasta luego Señores Cullen- dijo Samantha.

-Nos veremos- dijo Bella, “solo tienes quince años ¿eso hace imposible que mi corazón se enamore?” pensé.