Sed de Venganza

Autor: Ness
Género: + 18
Fecha Creación: 13/11/2014
Fecha Actualización: 12/02/2016
Finalizado: NO
Votos: 3
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Capítulos: 57

 

Todos van a pagar, todos. Los que me empujaron al abismo, los que no me ayudaron, los que celebraron mi caída sin piedad. Son doce rostros, doce nombres que me han dado fuerza para no morir.

 

Elizabeth Masen, Eleazar Delani, su esposa Carmen, su hija Tanya, Tyler Crowley, Alec, James Hide, Demetri, Jane Demons, Aro Vulturi, su hijo Jasper y el traidor de...Edward Cullen. Ellos mataron todo aquello que algún día fui, pero no acabaron conmigo del todo, no, porque antes tengo que verlos caer. Y no habrá piedad, lo juro por mi padre...¡Lo juro!

 

Los personajes pertenecen a Stephanie Meyer. La historia a Telemundo.

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Capítulo 56: CAPÍTULO 55

Bella POV

El teléfono comenzó a sonar haciendo que mis oídos retumbaran y me despertara de un golpe. Como pude tanteé la mesita de noche y cogí el teléfono contestando.

-¿Diga?-pregunté con la voz pastosa encendiendo la lámpara de noche.

-Bella…Verónica…-dijo Esme con la voz quebrada al otro lado del teléfono.-Necesito hablar contigo.

- ¿Metiche?-pregunté extrañada. Miré el reloj viendo que eran las dos de la mañana.- ¿Pero por qué me llamas a estas horas?

- Es que Emmett…tu hermano salió de la cárcel.-dijo casi llorando.

-¿Cuándo?-le pregunté saliendo de la cama de un salto.

- Esta tarde.-dijo suspirando hondo.

- Espera…ahora mismo voy.-dije colgando.

Me vestí rápidamente y me monté en la moto para evitar que nadie me reconociera o relacionaran mi coche si me vieran a estas horas. Cuando llegué la puerta del patio estaba abierta y entré cerrando después de bajarme de la moto.

-¿Dónde está el hermano más…?-dije quedándome callada al ver a Esme llorar sin descanso sola en el salón. Me acerqué a ella y la abracé con fuerzas.- Esme, Dios, no…dime que Emmett está bien.

- Sí, lo está…ya salió de la cárcel, pero entre nosotros no acaba de romperse algo, Bella, lo perdí…-dijo derrotada en mi hombro.- Lo perdí.

Dejé que se desahogara para poder saber que había ocurrido, la preparé un té y me senté junto a ella en el sofá mientras daba un pequeño sorbo a la taza.

-Ahora sí, cuéntame que ha pasado…-dije mirándola mientras frotaba con dulzura su hombro.

-Emmett llegó hoy por sorpresa…pero la sorpresa, al parecer, se la ha llevado él.-dijo suspirando intranquila.- Emmett se fue de la casa enfadado porque cuando llegó, nos vio a Carlisle y a mí en la cama…Bella yo no quiero traicionar al Tigre, Dios sabe que si el siguiera vivo jamás le hubiera hecho eso.

- Espera, espera…-dije en shock.- ¿Tú y Carlisle?

- No sé qué ha pasado…una cosa ha llevado a la otra, lo siento…-dijo con la cabeza baja.

Pensaba que mis sospechas eran infundadas pero al parecer no, entre ellos existía algo fuerte.

-Esme…-la dije agarrando sus manos.

- Por eso Emmett se fue…-dijo negando con la cabeza.- Me llamó mala madre y no sé cuántas cosas más…según él, los dos estamos traicionando al Tigre. Y se marchó…sin siquiera dejar que me explicara. Después sintiéndome una cualquiera y muerta de la vergüenza eché a Carlisle…no podía ni verlo a la cara.

Ahora entendía porque Esme estaba tan mal.

- Pero es que ese malcriado no puede tratarte así…-dije enfadada.- ni tiene el derecho de juzgarte. Tú lo has traido a este mundo y le has dedicado una vida entera. Es un grosero.

- No le digas así, hija…-dijo secando sus lágrimas con el pañuelo que tenía entre las manos.

- Es la verdad Esme, has defendido con uñas y dientes ese niño, incluso de mí…bueno, ya sabes, cuando era una tonta y no os aceptaba.-la dije sin poder creer aún lo bruto que era mi hermano.

- Pero… ¿Tú te imaginas lo que debe ser para un hijo encontrar a su madre ahí, bueno, ya sabes…?-dijo llorando avergonzada.

- Bueno sí, la situación es muy incómoda, además mi papá murió…-dije sintiendo como los pliegues de mi herida escocían al recordar ese hecho.- A mí también me duele mucho no tenerlo, pero no por eso voy a ser tan egoísta como para no dejar que rehagas tu vida, y menos, cuando es al lado de un buen hombre.

- Pero yo debí decírselo…-dijo echándose de nuevo las culpas.- pero tuve miedo y sentí vergüenza.

- ¿Y vergüenza por qué?-la pregunté extrañada.- Esme lo que tú tienes con Carlisle ni está mal, ni es pecado. Es amor, de una viuda y de un soltero, pero que no le hace daño nadie.

- Es que Emmett es mi vida…y si él no va a querer perdonarme soy capaz de…-dijo cerrando los ojos con fuerza.

- No, no…-dije intentando deshacerme de lo que pasaba por su cabeza.- él no tiene nada que perdonarte, yo te entiendo…pasé por eso una vez con Anthony, cuando comencé a salir con Edward. Me despreció, tú lo sabes, y lo más seguro es que vuelva a despreciarme cuando sepa que estoy viva…pero bueno, eso no es lo importante ahora, tranquila, yo voy a hablar con Emmett, ya verás cómo entra en razón. Y que se prepare…porque me va a oír.

Esme me abrazó llorando pero al parecer aliviada.

-Y ahora cuéntame tu malcriada…-me dijo separándose y secándose las lágrimas.- ¿Qué pasó en esa reunión? Carlisle me ha dicho que hubo problemas.

- Y tanto…-dije suspirando.- Tanya se ha vuelto loca. Se presentó allí, en la reunión con un arma, al parecer dispuesta a matarme…

- ¿Qué?-dijo poniendo su mano en el pecho por la impresión.

- Tranquila, Edward la quitó el arma en un descuido y controló la situación…-dije recordando cómo Edward se había interpuesto entre el arma y yo sin dudarlo.

- Ese hombre, sin lugar a dudas, te ama…-dijo Esme con los ojos aún como platos.- Y no importa quien seas, su corazón te reconoce.

- Lo sé…-dije tristemente.

- ¿Ocurrió algo más?-me preguntó curiosa al ver mi cara.

- Le dije que lo amo, Esme…fue en un descuido mientras dormía borracho en mi cama, pero lo oyó y ya no pude negarme.-dije sin rodeos pues necesitaba sacarme esto del pecho más de lo que me imaginaba.- Y volvimos a pasar la noche juntos…y pensé que todo era genial, pero luego pensé en su hija Esme, en como Tanya iba a interponerse cada día, buscando las mañas para hacerle daño y no lo puedo permitir.

- ¿Entonces estáis juntos?-dijo con una sonrisa bailando en sus labios.- Eso sería genial, pero Bella, ¿Cómo vas a estar con él sin que sepa que eres Bella?

- No eso…no es posible.-dije tragando el nudo de mi garganta.- Llegué a un acuerdo con Tanya, si ella prometía que Edward podría ver a su hija y no lo dañaba de ninguna forma…yo me apartaría y no daría el parte a la policía. Esme, lo he pensado mucho…es mejor que Edward se vaya del pueblo, antes de que esto se ponga peor. En la reunión se sometió a voto que Edward consiguiera de buena voluntad su renuncia, y voté a favor. También llevo varios días sin contestar a sus llamadas, creo que eso le hará entender que no quiero verlo. Él no se merece esto…pero tampoco se merece sufrir más.

- Ni tu tampoco…-dijo Esme tomando mis manos.- Bella, os amáis, a pesar de todo… ¿Cuánto más tiene que pasar para que te des cuenta que a su lado eres más fuerte?

- Sí, más fuerte para continuar con esto…y más fuerte para hundir a su madre, Esme.-dije viendo que en el fondo me entendía.- No quiero que me odio…y si evito que vea esto, quizá así me odie un poco menos.

- ¿Y qué pretendes? ¿Que no se entere nunca de quién eres?-preguntó.- ¿Cuándo se lo vas a decir?

- Cuando todo acabe…cuando no me hagan faltas las fuerzas para continuar.-dije limpiándome las lágrimas convencida de seguir adelante con lo que tenía planeado.

- Ya queda menos, mi niña…-dijo apretando mi mano.- Mira Carmen y Eleazar murieron junto con Crowley y Alec…la psicópata de Jane huyó, y por lo que me dijo Carlisle Hide está preso por lo que le hizo al agente Garrett.

- ¿Cómo? ¿Fue él?-pregunté sorprendida.

- Sí, Carlisle recibió una llamada cuando estuvo aquí, era un informante…-dijo mordiéndose el labio inferior avergonzada.- Al parecer a Hide no le sentó bien que fuera destituido e intentó acabar con él tendiéndole una emboscada. La justicia y la vida se están encargando de él, por lo que eso te supone un peso menos para ti. Bella, Hide está en el hospital, perdió un riñón y bazo en un tiroteo…no va a poder escapar por la cojera que le ha quedado en una pierna, y por lo poco que sé, agredir a un agente equivale a muchos años en la cárcel.

- Supongo que quedar incapacitado es su castigo…-dije pensativa.- Tienes razón Esme, aun así no se librará de verme triunfar y de saber que la artífice de todo esto ha sido Bella Swan, Esto me da fuerzas Esme, veo un rayo de esperanza, veo que pronto podré poner fin a todo esto. Debo continuar ahora más que nunca, me cueste lo que me cueste.

 

Anthony POV

Salí de casa harto del ajetreo de toda la familia. Por un lado, mi tío se pasaba todo el día, de un lado para otro, frustrado con el móvil en la mano maldiciendo cuando el receptor no atendía las llamada, y atendiendo a su hija cuando el trabajo se lo permitía. Por otro lado, Rosalie estaba enfadada con Emmett desde que este había discutido con Esme y se negaba a hablar con ella. Y por último, mi abuela, que resultaba estar enamorada del agente Garrett y que lo había traído a vivir a casa mientras se recuperaba de las heridas cuando fue emboscado por Hide.

Conduje con cuidado hasta la pensión donde se hospedaba Emmett estos días para hablar con él. No podía continuar de bar en bar, borracho, y huyendo de todos para no escuchar que estaba cometiendo un error con su madre.

Iba a tocar en la puerta pero unos gritos en el interior me lo impidieron.

-¡No es posible que le hayas hecho eso a tu madre!-gritó una voz muy conocida en el interior de la habitación.- ¡Es una falta de respeto que no te voy a consentir!

-La única que ha faltado el respeto a mi casa es ella…-dijo Emmett con la furia contenida en la voz.- ¡Y, por favor, baja la voz! Me duele la cabeza.

-¡No la bajo!- gritó de nuevo esa voz. ¿Señora Verónica? ¿Qué hacía ella aquí?- ¡Y si tengo que recordarte quien soy para que me obedezcas y vayas a arreglar las cosas con tu madre lo voy a hacer! ¡Ve ahora mismo a buscarla y pídela perdón!

- No lo voy a hacer…-dijo Emmett testarudo.- Que se con ese periodista, yo no quiero saber nada de ella.

- ¡Es tu madre, Emmett! ¡Por el amor de Dios!-gritó Verónica con rabia.- Ella es joven y tiene todo el derecho de vivir.

-¡No mientras se acuesta con otros!-dijo Emmett estallando.- ¡Está faltando a la memoria de mi padre!

Me di cuenta de que la puerta estaba abierta y entré despacio, solo para evitar que la cosa se pusiera aún peor.

-¡No seas machista!-dijo Verónica señalándole con el dedo. Me quedé mirándola embobado, casi me parecía estar viendo a mi madre.- ¡El Tigre se avergonzaría de ti por maltratar de esta manera a Esme! Él la quería Emmett, tanto como para querer que ella sea feliz siempre.

¿Qué? ¿Por qué hablaba de mi abuelo como si lo conociera? ¿Qué estaba pasando aquí?

-¿Por qué está usted regañando a mi tío?-pregunté con el ceño fruncido.- No quiero faltarla el respeto…pero usted no tiene que meterse en los problemas de la familia.

Vi que los dos se quedaron en shock cuando aparecí, pero eso no me detuvo. Me puse al lado de Emmett y cuadré los hombros. Verónica abrió la boca para hablar pero volvió a cerrarla indecisa y por un momento, me pareció ver pánico en sus ojos, fue solo un momento, pero eso me hizo enarcar una ceja.

-Bueno…-dijo reaccionando.-porque me considero una amiga de la familia y como tal, estoy preocupada por la relación entre Esme y Emmett.

Fruncí de nuevo el entre cejo y me crucé de brazos. Verónica cada vez se acercaba más a mi familia o a mí, de una forma o de otra, tanto que parecía una más. Y eso para mi desgracia no era cierto, esta señora no podía suplantar el lugar de mi madre

-Pero eso no le da derecho a hablar a Emmett así…como si por tus venas corriera la sangre de los Swan.-dije mirándola con la cabeza daleada. Verónica miró a Emmett de una manera extraña, con una mezcla entre tristeza y una advertencia de serenidad.- Y tampoco debe hablar así de mi abuelo, como si lo conociera…y eso no fue así.

Vi que la gran Verónica Dantés se encogía ante mis palabras sin entender la razón, pero inconscientemente relaje mis hombros y suspiré para relajarme.

-Anthony, muchas personas me han hablado mucho de él, entre esas personas estás tú…-dijo encontrando su voz poco a poco.- Sé que era honrado, bueno, coherente y, sobre todo, justo. Todo el pueblo sabe su historia.

- Mira señora Verónica…-dije intentando no ser grosero.- Todos podrán conocer su historia, pero solo los Swan conocíamos sus sentimientos.

- Anthony…-dijo Emmett tocando mis hombros.- Ella es mi amiga, me ayudó mucho cuando estuvo en la cárcel, me conoce y solo quiere lo mejor para ti.

En eso tenía razón, fuera por el motivo que fuera, esta mujer ayudaba a mi familia como si fuera suya y eso era de agradecer. Mi abuela nunca se involucraba para ayudarlos y eso impedía que yo pudiera hacerlo…En este pueblo, ¿Quién me hacía caso a un adolescente?

-Solo quería pedirle que dejara todo esto de lado…-dijo Verónica con una mirada de súplica, quizá para que la creyera.- Está haciendo mucho daño a su mamá, y en un futuro se puede arrepentir.

En eso tenía razón. Yo mismo había venido para intentar convencerlo.

-Yo también pienso lo mismo…-dije mirando a Emmett que permanecía callado.- Creo que se está pasando con lo que hace, pero en el fondo, lo entiendo…

Verónica me miró con esa mirada sombría y sorprendida, algo muy parecido a la decepción…era como si la mismísima Isabella Swan estuviera decepcionada de mí. Y quizá es cierto, quizá esa mujer que me daba el vaso de leche cada noche y me acunaba, y no el monstruo en el que me dijeron que se convirtió antes de morir…se sentiría avergonzada de mí. Y eso hacía que mi pecho ardiera, por el dolor, y por la ausencia.

-¿Piensas apoyarle en esto?-me preguntó con los ojos como platos.-¡Ella solo está enamorada!

Pero esa mujer no era mi madre, y estaba ahí, incrédula, pensando que yo aprobaba lo que hacía Emmett…y no era así.

-No Verónica, no es así…-dije negando con la cabeza.- Solo digo que son celos…y con el tiempo, se le va a pasar.

- ¡No se me van a pasar!-dijo Emmett tocando el puente de su nariz.- La rabia que tengo por esto no va a permitir que todo sea como siempre.

Lo miré relajado, sabía que en el fondo sabía que no estaba haciendo las cosas bien.

-Claro que se te va pasar…-dije encogiéndome de hombros. Emmett se dio la vuelta y se apoyó contra la mesa respirando hondo. Miré de nuevo a esa hermosa mujer y vi que estaba más tranquila. Al menos ya no me mirara con si tuviera un tercer ojo.- Verás, a mí me pasaba lo mismo…Cuando mi madre empezó a tener una relación con mi tío Edward, yo también la desprecié y odié a Edward. Pero luego comprendí que eso a ella le hacía feliz, y por lo tanto a mí también. La lástima es que todo terminara tan mal, y que ella se fuera para siempre.

Ella sonrió levemente y yo me permití hundirme en sus ojos verdes por un momento ya que nunca pensé en volver a ver otro iguales cuando supe que había perdido a Isabella Marie Swan para siempre.

 

Bella Pov

Seguía dándole vueltas a lo que había dicho Anthony. Mi hijo era un torbellino de emociones que me traía de cabeza. Algunas veces parecía que me extrañaba y otras, que me odiaba y eso me hacía avanzar y a la vez, retroceder a la hora de estrechar lazos con él.

“La lástima es que todo terminara tan mal, y que ella se fuera para siempre.”

¿Qué había significado eso?¿Era una mera cortesía como cuando ves una muerte trágica en las noticias?¿O verdaderamente lo sentía de verdad? Quizá eran las dos cosas, su abuela lo había enseñado a odiarme, pero no pudo acabar con el cariño que mi hijo sentía hacia mí…y eso me daba una esperanza.

Ojalá pudiera abrazarlo, siempre he reconocido el estado de ánimo de mi hijo cuando me abrazaba…era algo extraño, pero siempre he averiguado que le pasaba por la rigidez de sus hombros y por la fuerza de su abraza.

-Verónica… ¿Me estás escuchando?-me preguntó Jasper mirándome casi divertido.

- Ehh…si…lo siento…-dije sacudiendo levemente mi cabeza. ¿De qué estábamos hablando?¡Ah, sí, de Hide!- Aun así, preferiría que te encargues personalmente del tema de Hide…no quiero errores. No nos lo podemos permitir.

- También ha sucedido algo…-dijo tocando su nuca incómodo.

- Cuéntanos hijo…-dijo Sue mirándolo extrañada.- Pareces inquieto.

- Sí, bueno…es que Jane Demonds apareció…-dijo apretando sus labios.- Y está aquí en el pueblo.

Me levanté del asiento y lo miré fijamente. Mierda. Había vuelto. El silencio se expandió por la habitación mientras digeríamos la noticia.

-¡Dios mío! ¡Va a delatarnos!-dijo Sue pálida y asustada.

-A ver, a ver…-dije saliendo del shock.- ¿Vino ella sola? ¿Apareció aquí por sus propios medios?

- Apareció en México…-dijo Jasper aflojando el nudo de su corbata.- Al parecer, consiguió cruzar la frontera. Me avisó la policía que se ocupa de los traslados de inmigrantes ilegales y la han reportado ellos mismos a comisaría…ella no está en condiciones para viajar sola. Según los informes apareció totalmente desquiciada y sin documentación, pero aun así puede abrir la boca y meteros en un lío.

- Pues que sea lo que tenga que ser…-dije suspirando resignada.- Tal vez esta es la señal para mostrar todas las verdades, y que caiga quien deba de caer.

Sue se levantó y miró por la ventana.

-Deberíamos asegurarnos primero…-dijo pensativa.- Quizá aún podamos ocultarnos un poco más, esto no es lo que planeamos…debemos esperar para que Aro se sienta débil y solo, y ahí, será mi turno para atacar. Tenemos que medir muy bien lo que vamos a hacer y para eso creo que deberíamos averiguar primero cual es el estado de Jane.

- Mi mamá tiene razón-dijo Jasper mirándome.

- Sí, sí que la tiene…-dije pensativa. Un plan se estaba formando en mi mente, y nos ayudaría a saber que se estaba cociendo en comisaría. Sonreí sin poder evitarlo.- Iré a comisaría, y veré que ocurre. Digamos que Verónica Dantés se acaba de enterar de lo que le ocurrió al agente Garrett y solo quiere ser cortés con él, darle un detalle y desearla una pronta recuperación. Después de todo… ¿Quién va a imaginar que una viuda que solo intenta caer bien e Forks, anda escuchando por los pasillos para enterarse de los secretillos del cuerpo?

Sue comenzó a reírse y Jasper solo correspondió a mi sonrisa.

-Ahora entiendo cómo pudiste sobrevivir a ese infierno…-dijo Jasper incrédulo.- No se te agotan las mañas.

- Ay, querido amigo…-dije resignada y cabizbaja.- Es allí donde tuve que aprenderlas, era eso o morir.

- Doy gracias por ello, amiga.-dijo con una mirada cómplice.- Ahora ve y haz lo que tengas que hacer, en lo que respecta al juez Vulturi, no tiene ni idea de lo que planeas hacer.

Sonreí al tener su aprobación, cogí el bolso y tras despedirme, me fui a la comisaría decidida a enterarme de todo lo que ocurría.

Después de pasar los controles, me dirigí al despacho del agente Garrett y toqué en la puerta.

-¡Pase!-gritó desde dentro.

Abría la puerta y vi al agente con el brazo inmovilizado por un cabestrillo y unos papeles en las manos.

-Perdón si lo molesto…-dije sonriendo apenda.- Es que me acabo de enterar de que lo han herido y quería traerle un obsequio.

Le enseñé el pastel que acababa de comprar y lo puse en la mesa para evitar que hiciera esfuerzos.

-Muchas gracias.-dijo sonriendo.- Le agradezco el detalle pero los policías no tenemos tiempo para la cortesía, y perdóneme, no quiero ofenderla.

Lo miré asintiendo comprensiva.

-También quería agradecerle…-dije pareciendo inocente. No podía marcharme aún, tenía que ganar tiempo.- Desde que vino al pueblo, hay una sensación general de que se le está cerrando el círculo a la impunidad. Eso es algo que a todos nos agrada.

- De nuevo le doy las gracias, señora.-dijo sonriente y orgulloso.- Pero si me disculpa, tengo un asunto que atender.

- Claro, perdóneme.-dije de nuevo.- Podremos conversar con tranquilidad si se deja ver por el Club alguna vez.

- Intentaré ir en mi tiempo libre…-dijo asintiendo.- Necesito una copa más de lo que imagina.

- El pueblo puede llegar a adsorber, pero poco a poco se acostumbrará. Que disfrute del pastel.-dije sonriendo cogiendo mi bolso.- ¿Le puedo preguntar algo?

- Claro…-dijo mientras cogía una carpeta de la mesa.

- ¿Es verdad que la doctora Demonds está aquí?-pregunté con cara de preocupación.

De repente, entró un hombre como alma que lleva al diablo y se paró al verme.

-¿Qué ocurre Blade?-preguntó Garrett con el ceño fruncido.

- Necesitamos ayuda para el interrogatorio de la doctora.-dijo y parecía alterado.- Ha visto la foto de Isabella Swan en la pizarra de investigación y se ha vuelto loca.

¡Mierda! El agente me miró ladeando la cabeza.

- Creo que eso responde a su pregunta.-dijo mientras soltaba la carpeta y salía corriendo hacia donde estaba Jane.

Me quedé a solas en el despacho en shock. Tenía que oir lo que dijera esa mujer al precio que fuera.

Salí del despacho y le pregunté a un policía donde estaba la sala de interrogatorios. Cuando llegué miré por la ventana para ver si había alguien dentro y entré cuando vi que no había moros en la costa. Miré por el cristal como reducían a Jane y la sentaban mientras hablaban con ella aunque no escuchaba nada de lo que decían.

Vi que había un interruptor en la pared y pulsé el botón para activar el sonido.

-Ella quiere limpiar la sangre con más sangre,-dijo jadeante por los esfuerzos que había hecho para escapar.

- Isabella Swan, murió en ese lugar en el que usted trabajaba.-dijo el agente sin apartar la vista de ella. ¡Iba a descubrirme y no podía hacer nada para evitarlo!

- Sí…pero ella nunca fue como los otros…-dijo casi llorando muerta de miedo.- Aún la recuerdan, no fue una olvidada…

- Lo dice porque aún su historia diambula de boca en boca por el pueblo…-dijo afirmando Garrett.

- A mí me faltará un ojo, pero a usted, le faltan los dos.-dijo incorporándose de la silla para apoyar las manos en la mesa.- Esta usted en la penumbra. Ella tiene una lista…y una vez que entras no tienes forma de salir. Todos los que le deben algo mueren. Así que corra…corra sin mirar atrás… ¡antes de que lo haga la hiena!

- No voy a irme hasta terminar lo que vine a hacer a este pueblo.-dijo Garrett serio.

Jane se comenzó a reír.

-Este pueblo ya no existe, cuando la hiena acabe no va a quedar ni un alma en pie…esas personas son solo el comienzo.-dijo señalando a una pizarra donde estaban puestos todas las personas muertas en los últimos años.

- Esa mujer falleció, entiéndalo.-dijo negando con la cabeza.

- Si no me creé pregunta…-dijo Jane tranquila.- Todos están pagando, o con la muerte o con la destrucción de su vida. Depende de si eres cobarde o asesino.

- ¿A qué se refiere?-preguntó contrariado Garrett.

- Los que pecaron por omisión o por encubrimiento…no se manchan las manos de sangre.-dijo Jane jugando con la cremallera de su chaqueta.- Por eso no mueren…o si mueren es por no arrepentirse. Los cobardes no matan, solo miran sentados desde sus tronos junto al demonio.

- Necesito que sea más clara.-dijo Garrett poniéndose en pie impaciente.

- Todo ha sido por la codicia…yo sé mucho de eso.-dijo Jane levantándose y señalando la foto de Tyler Crowley.- Él murió por ser la mano ejecutora.

- ¿A qué se refiere con eso?-preguntó Garrett mirando la foto.- ¿Cuál fue el delito que cometió ese hombre?

Ella miró otra foto y guardó silencio. Desde aquí no lo veía así que esperé pacientemente.

-¿Quién es este hombre?-preguntó Jane.

- El Tigre Swan.-dijo mirándola con el ceño fruncido.- Pero yo te he preguntado por Crowley…

- Claro…el padre…-dijo como si le costara comprender lo que decía.- Él es la razón de todo este embrollo, nunca lo conocí, solo por sus palabras…pero fue el que nos bautizó como los Lobos. Míralo, tiene la mirada fiera, él fue quien le dio alas a su hija, él la convirtió en nuestro verdugo.

Garrett la miró contrariado y respiro hondo.

-¿Sabe qué?-preguntó rendido.- No tengo tiempo para esto.

- No podemos escapar…-dijo Jane mirando las demás fotos.- No se puede escapar de un fantasma.

- Jane los fantasmas no existen…-dijo Garrett tocándose la frente.- Es de los vivos de los que debemos cuidarnos…

- Sí existen…-dijo muerta de miedo.- Yo los vi. Yo viví con ellos en ese palacio, que no era un palacio…era una caverna del infierno.

Jasper abrió en ese momento la puerta y entró.

- ¡Jasper!-dije con el corazón a punto de salirse de mi pecho.- ¡Casi me matas del susto!

-¡Verónica esto es peligroso!-me dijo mientras miraba la escena que se presentaba a través del cristal.- ¡Tienes que irte!

- Tranquilo nadie me ha visto.-dije cogiendo mi bolso de la silla que había junto a mí.- Todo está bien…ella dice la verdad, le está contando todo…pero con incoherencias…ni yo misma entiendo lo que dice algunas veces.

- ¿Tan mal está?-me preguntó entre susurros mientras veíamos como Garrett la sacaba de la sala y se la llevaba.

- Sí…pero tu juro que no estaba tan perturbada cuando la soltamos.-dije confundida.- Perdió la razón.

- No con mi verdadero nombre…pero está empeñada en hablar de Isabella Swan.-dije suspirando tranquila.- Garrett no la cree, así que por esta vez nos hemos librado.

- ¿Y de mi mamá?-preguntó preocupado.- ¿Dijo algo?

- No directamente…-dije para tranquilizarlo.- Ella solo habla de fantasmas…pero si Garrett sigue investigando va a descubrir algo.

- No eso no va a pasar…-dijo Jasper pensativo.- Se lo que tengo que hacer, solo dame algo de tiempo. Pero tienes que irte, no quiero que estés en problemas.

- Está bien…-dije tocando su hombro.- Tranquilo.

Miré si venía alguien y salí corriendo de allí para evitar un mal mayor. Al menos sabía que mi tapadera seguía intacta y podía seguir adelante con mi objetivo. Suspiré y seguí adelante, porque ahora nadie iba a detenerme.

Nadie.

 

Edward POV

Una vez más, miré el ordenador sin poder creerme lo que los números me estaban contando. ¡Elizabeth Masen, mi madre, me había decepcionado otra vez!

Y como cuando hablas del rey de roma, por una puerta siempre asoma, ahí estaba ella, entrando en el despacho de nuestra casa con sus aires de grandeza y de inocencia fingida.

-Edward…-dijo mirándome mientras soltaba el bolso sobre el sillón.- ¿Qué haces aquí? A ver, ¿cuántas veces tengo que repetir que no me gusta que entréis aquí y cotilleéis en mis asuntos?

- Estoy revisando algunos asuntos de la minera, para finiquitar mi trabajo antes de que cumpla el contrato…y me he encontrado esto.- giré el portátil hacia mi madre que se acercó con paso vacilante para ver que le enseñaba.- ¿Estás invirtiendo en la bolsa de valores? Y la pregunta más importante…exactamente, ¿cuánto dinero has perdido?

Me levanté cuando vi un brillo de miedo en sus ojos. Ese brillo que tiene un ladrón cuando le quitan su máscara.

-  ¿Qué es esto? ¿Un interrogatorio?- me preguntó a la defensiva, algo que hizo que me diera mala espina.

- No solamente quiero saberlo…-dije pareciendo inocente. Sabía que así llegaría a la verdad antes…y si era lo que esperaba, de esta no se iba a librar.- Lo que ocurre es que las cuentas no cuadran… ¿cómo has invertido en la bolsa si ni siquiera lo tenías para realizar el estudio de la mina que financió Verónica?

-Edward, no he invertido en la bolsa de valores…-dijo casi con sorna.

-Entonces explícame esto.-dije cruzándome de brazos.

- Simplemente soy una mujer que se interesa por la economía…-dijo poniendo los ojos en blanco.- ¿Tiene eso algo de malo? Además, tú eres el que estás haciendo las cosas mal…una vez más te exijo que respetes mi privacidad.

- Tienes razón…pero lo hecho, hecho está.-dije mirándola con la mirada.- Y por lo que he visto, has invertido en acciones que se han ido a pique, por lo que lo has perdido todo. Solo me cabe una duda, tú lo tienes efectivo, tienes todo tu dinero invertido en propiedades y en la mina… ¿entonces de dónde has sacado el dinero para invertir?

- Edward, tengo cosas mucho más importantes que hacer.-me dijo como si tuviera cansada.- Y estoy agotada de tus ironías… ¿me puedes dejar sola?

Solamente asentí y me fui. No sin antes dedicarle una mirada que la hiciera saber perfectamente que esto no iba a quedar así. No lo iba a permitir.

Capítulo 55: CAPÍTULO 54 Capítulo 57: CAPÍTULO 56

 


 


 
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