Sed de Venganza

Autor: Ness
Género: + 18
Fecha Creación: 13/11/2014
Fecha Actualización: 12/02/2016
Finalizado: NO
Votos: 3
Comentarios: 16
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Capítulos: 57

 

Todos van a pagar, todos. Los que me empujaron al abismo, los que no me ayudaron, los que celebraron mi caída sin piedad. Son doce rostros, doce nombres que me han dado fuerza para no morir.

 

Elizabeth Masen, Eleazar Delani, su esposa Carmen, su hija Tanya, Tyler Crowley, Alec, James Hide, Demetri, Jane Demons, Aro Vulturi, su hijo Jasper y el traidor de...Edward Cullen. Ellos mataron todo aquello que algún día fui, pero no acabaron conmigo del todo, no, porque antes tengo que verlos caer. Y no habrá piedad, lo juro por mi padre...¡Lo juro!

 

Los personajes pertenecen a Stephanie Meyer. La historia a Telemundo.

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Capítulo 6: CAPÍTULO 6

 Después de llevar a Anthony a sus clases de la tarde, decidí pasarme por casa de Esme. Cuando llegué y aparqué vi que Emmett se acercaba a la puerta y se quedaba de brazos cruzados como no queriendo dejarme pasar.

 

-¿Vienes a insultar otra vez a mi mamá?-dijo enfadado.-Porque no te lo voy a permitir.

-No, no, solo vine a disculparme.- Este tema me había tenido en vela toda la noche pasada.- Y a traerle este sobre a mi papá. Dile al Tigre que no necesito su dinero, lo único que quiero es tener mi trabajo de vuelta. Mira Emmett, ayer hice mal...dije cosas que no quería y la verdad es que...

-No me lo digas a mí.-dijo interrumpiéndome.- Yo no soy el que se ha pasado todo el día llorando.

-Sí, tienes razón...-dije arrepentida.-Te prometo que voy a venir a disculparme pero ahora necesito ir a la mina a recuperar mi trabajo. Toma.-dije dádole el sobre.- Y ten cuidado. Cuida el dinero del Tigre.

 

Me fui hacia la mina cuando asintió y entró en la casa. Al llegar a la oficina donde trabajaba Edward Cullen, desde la puerta abierta escuché a Tanya hablar así que me quedé muy quieta.

- Y finalmente... Bella me dijo que ni tu ni ninguno de los Cullen le interesa.-dijo pero no escuché respuesta alguna.- Yo no se porqué es tan grosera con vosotros después de todo lo que habéis hecho por ella y su familia.

-¿Te dijo que yo no le importo?-dijo con incredulidad Edward.

-Sí, si eso dijo.-contesté entrando sin pensarlo en la oficina.

-Amiga,¿Qué haces aquí?-dijo Tanya con buena cara. Disimular ya no te va a servir de nada pensé.-¿No dijiste que no ibas a regresar?

- Tanya por favor déjala que hable.-dijo él sin apartar la vista de mí.

-Bueno mire...-dije son saber que decir.- Ayer fue un día difícil, y estaba molesta...por eso dije tantas tonterías. Y bueno porque yo soy así...pero aquí estoy para pedirle disculpas por...-Que difícil es pedir disculpa cuando el orgullo es más grande que tu mismo.-Por mis desplantes y...

-Y...-dijo Edward moviendo las manos en círculos para que continuara.- Tus tonterías.

-Sí, por eso.-dije asintiendo agradeciendo que él mismo terminara la disculpa.- Y bueno, también quería pedirle que por favor, no me eche de la mina.

Cogió un papel que había sobre la mesa, se levantó y se acercó a mí leyéndolo. Tanya solo miraba expectante para ver que hacía Edward conmigo. Él levantó la vista del papel que parecía ser mi despido y lo rompió.

-Pues bienvenida.-me dijo sonriendo.

-¿De verdad me devuelve mi trabajo?-dije ilusionada. Por fin algo sale bien. Para otras en cambio no, la cara de Tanya era un poema.

-¿Crees que soy tan idiota como dejar ir a mi mejor minera?-dijo él sonriendo.

Me reí.

-¿La mejor?-dije mirándolo divertida.-Pero si soy la única.

-Si todas las mujeres de este pueblo supieran de minería como tú, las tendría que contratar a todas.-dijo riendo.

-Edward tiene razón.-dijo Tanya levantándose de la silla.-A pesar de que no terminaste tus estudios como yo, creo que has sabido sacarle provecho a lo que la vida te dio. Y eso es que tu padre es minero y has aprendido de él, por eso, eres pieza clave en esta empresa.

-A mucha honra.-dije mirándola.-Y gracias.-Por nada, pensé irónica.-Bueno voy a ponerme a trabajar ahora mismo.

-No espera...-dijo Edward.-Te quería decir que si después del trabajo te quieres dar una ducha, puedes utilizar los baños de aquí, de la oficina.

-¿Cómo?-dije extrañada. Esos baños solo eran para los jefes. Este hombre estaba loco.

-Me refiero a que si algún minero quiere hacerte alguna broma y te cierra la llave del agua...-comencé a reír al recordar la travesura de mi hijo.-y te quedes otra vez llena de espuma.

-No, no, eso no va a volver a pasar.-seguí con la broma.-No suelo pasearme por la calle envuelta en una toalla.

-Pues que lástima...-dijo apenado. El pulso se me aceleró al máximo en ese instante.

-Bueno...-interrumpió Tanya agarrando el brazo de Edward.-Pero no te preocupes porque ya no eres la única mujer en esta empresa desde que soy la asistente de Edward, así que ya no quiero que te sientas más sola.

-Gracias...bueno me retiro.-dije yéndome. Sentía que ahí sobraba yo.

-Espera Bella.-dijo Edward.- Necesito hablar un segundo contigo.-Después miró a Tanya y la dijo.-Nos permites un minuto.

-Claro, claro que sí.-dijo sonriendo.-Bienvenida de nuevo Bella.

-Gracias.-nos volvió a sonreír y cerró la puerta al salir.

-Bueno...-dije sentándome en la silla cuando me lo ofreció.-¿De qué querías hablar?

-De mi hermano.-dijo serio.

-¿De Mike?¿Por qué tenemos que hablar de él?-dije extrañada.

-No te incomodes...-dijo tranquilizándome.-Se que eres muy reservada y lo respeto, pero desde que vi a mi hermano con ese arranque de celos cuando nos vio solos...solo me pregunto,¿Tuviste o tienes algo con él?

Lo miré sin palabras.¿Con Mike Cullen Voy-Borracho-Por-La-Vida?¡Ni en sueños!

-No, ni tuve...ni tengo...ni tendré nada con él- dije aclarándolo.- El solo me invitó a salir un par de veces cuando estábamos en el instituto, precisamente por ser tan jóven, cometí la estupidez de aceptar.

-¿La estupidez?-dijo pensativo.

-Sí, porque...entre tu hermano y tú nunca pasó nada...-dije aclarándolo.-Ni siquiera una amistad, porque yo me di cuenta que el no estaba bien...el está mal de la cabeza y perdone si le ofende pero necesita la ayuda de un médico.

-¿Lo dice por su alcoholismo?-dijo asintiendo.

-Yo no se si será por el alcohol...-dije sin querer abrir más mi boca.

-¿Hay algo más?-dijo curioso.

- Mire su hermano...es un acosador.-dije sin rodeos.

-¿Por qué lo dices?-preguntó.

-Porque no me deja tranquila...-dije sincerándome.-Y el está casado con Jessica Delani...Si usted tiene alguna influencia sobre él por favor, denténgalo. Porque no me respeta ni a mí...ni a su mujer.

-Intentaré hacer lo que pueda.-dijo. Y cambio de tema.-¿Crees que pueda convencer a tu papá de que vuelva?

-Eso va a ser difícil.-dije levantándome de la silla.-Pero inténtelo, pero solo le digo que mi papá es aún más cabezota que yo. Así que le va a costar. Nos vemos por la mina.

-Adiós.-dijo sonriendo. Esa sonrisa de medio lado que me encantaba.

-Hasta luego.-dije saliendo de la oficina para ir a por mi horario de turnos.

 

Comencé a trabajar cuando terminé de hablar con Edward pero la cabeza me llevó otra vez a el día en el que nos quedamos encerrados y reviví cada momento con él.

 

-¿Tienes calor?-dijo de repente.

-Ehhh...no.-mentí mientras me hacía un moño improvisado.

-Claro que sí, mírate...estás empapada.-dijo recorriendo mi cuerpo con la mirada. Esto no me gustaba nada...y menos como me hacía sentir esa mirada.- Vamos...no seas niña, quítate la camisa.- lo miré suplicante para que me dejara en paz. Se levantó y se dio la vuelta.-¿No? Está bien, ya puedes yo no veo nada...

Pero yo sí que veía, cada musculo de su espalda, su cuello, sus brazos...Me descubrió mirándolo y sonrió.

-¿Me estás mirando?-dijo sonriendo.

-No, claro que no...-dije reaccionando.

-Claro que sí...te he visto.-dijo divertido.

-Que no...-dije levantándome. Me estaba poniendo realmente nerviosa.-No tengo nada que mirar.

 

No lo podía negar. Me gustaba su manera de ser, sus bromas y ese matiz de picardía que tenía al mofarse de mí. No podía ocultar mi sonrisa cuando pensaba en cada situación absurda en la que nos habíamos metido...¡Por Dios!Me vio medio desnuda y aún así hay estaba esa mirada limpia y sin dobles intenciones.

Cuando terminé de trabajar y fui a fichar llegué a una conclusión con respecto a Edward Cullen, y era lo fácil que podría ser llegar a sentir algo por él.

 

-Parece ser que Bella Swan ya tiene al nuevo jefe en el bolsillo.-dijo uno de los mineros en la cola del fichero. Ni siquiera sabían que estaba allí así que guardé silencio.

-¿Qué jefe?-dijo Dawson.-¿El ingeniero?

-No, idiota, el hijo de la señora Masen...-dijo como si fuera obvio.-El niño pijo que vino de la ciudad. Parece ser que se queda para relevar al señor Berty en la presidencia de la mina.

-Le tuvo que haber dado... “algo” cuando se quedó encerrada con él en la mina.-dijo riendo y , por supuesto, los demás lo siguieron. Imbécil.

-Pues seguramente más que a tí, si por ella fuera, no te daba ni agua.-dijo burlándose de él otro minero.

-Ja...ja...-dijo Dawson mientras lo agarraba de la camisa.-¿Y a tí que te importa imbécil?

-¡Cálmate!¡Cálmate!-gritaban los mineros mientras los separaba.

Uf, la cosa se estaba poniendo fea. Mejor me voy.

-A ver muchachos, ¿Podéis parar la pelea y me dejáis fichar?-dije mientras todos me miraban.

-¡Pasa!-dijo Dawson intentando parecer tranquilo.

-Gracias.-Fiché y después los miré diciendo:-Ya podéis continuar...No sabía que levantaba entre los compañeros algo más que burlas.

Me reí de buena gana mientras me iba de allí. Sí, me gustó eso...y no precisamente que se pelearan por mí, sino por lo que dijeron respecto a Edward...Estaba claro que no era cierto pero al menos podría soñar con ello,¿No?

-¿De qué se ríe tanto señorita Swan?-dijo su voz a mi lado. Pegué un respingo y lo miré parándome.

-¡Dios que susto!-dije con la mano en el pecho.

-Lo siento no pretendía alterarte.-dijo frotando su nuca avergonzado.

-Está bien, no pasa nada.-dije sonriendo.

-¿Y bueno...cómo estuvo tu día?-dijo recuperando la sonrisa.

-Bien, todo en orden...gracias.-dije mirando sus hermosos ojos verdes.

-Si quieres puedo llevarte a casa en mi coche.-dijo señalando su Volvo plateado.

-No, muchas gracias de verdad pero me he traído mi coche.-dije señalando mi camioneta. Maldita sea porque no lo dejaría en casa.

-Bueno puedes dejarlo aquí para que descanse.-dijo y yo me reí de su comentario.- Sería la escusa perfecta para llevarte a casa y...

-Edward.-dijo Tanya acercándose.-¿Me puedes llegar a casa?

Vaya que raro me parecía que no estuviera colgada de su brazo.

-Bueno...-dijo Edward.-Lo cierto es que voy a pasarme por el club de campo y me imagino que estarás cansada...

-¡No!No te preocupes.-dijo sonriendo.-Ahora que lo dices creo que te acompaño y me tomo una copa.-me miró y me sonrió.-Bueno amiga, me encantó ver que regresaste.

- Gracias.-dije mirando de soslayo la cara de frustración de Edward. Era obvio que Tanya lo agobiaba.- Nos vemos mañana, pasad buena noche.

 

Me giré sin esperar respuesta y me fui a casa sintiendo la mirada de Edward Cullen en mi nuca.

Cuando entré en mi casa se me cayeron las cosas al suelo de la impresión.

 

-¿Qué creéis que estás haciendo?-dije cuando vi todo patas arriba. Al menos 7 policías estaban buscando en mis cajones, entre los sillones...en todos lados, en una esquina estaban Anthony y Emmett mirando la escena con horror,

-Tenemos orden de registrar tu casa.-dijo el jefe de la policía Alec.

-¿Y dónde está la orden de registro?-dije enfadada. ¿Qué venían a buscar a casa de una pobre minera?

-Tú no eres quien para enseñarte nada, preciosa.-dijo mirándome.

-Conozco mis derechos, entrégame la orden.-dije furiosa y después les dije a los otros policías.- Dejad eso.

-Aquí...-dijo Alec llamando mi atención.-Está la orden de registro del Tigre Swan, y después nos dijeron que registráramos la tuya.

-Pero eso es ilegal y tú mejor que nadie lo sabe.-dije perdiendo la paciencia.-Así que ya estáis saliendo de mi casa.

-O guarda las formas o voy a tener que arrestarla.-dijo advirtiéndome con el dedo.-¿Y no quiere eso verdad?Seguid con el registro.

En ese momento llego un policía y dijo:

-Alec, negativo...está limpia.

-¿Me podéis decir qué estáis buscando?-dije frustrada.

-Venimos a buscar oro, preciosa.-dijo mirando dentro de un jarrón.

-¿Oro?-dije sorprendida.-Ni que esto fuera una mina.

-Buscamos el oro que tu padre robó, no te hagas la loca.-dijo con sorna.

-¿Mi padre robar?Estás loco...mira tú podrás ser todo lo policía que ponga en sus placas pero a mi padre nadie lo insulta.-dije abrazando a Anthony y a Emmett.

-No si no es un insulto.-dijo paseando a nuestro alrededor.-Hay una denuncia en su contra. La señora Elizabeth Masen sospecha de su padre.

¿La madre de Edward denunció a mi padre?¿Esa mujer está loca?

-Aquí no hay oro porque mi padre no es ningún ladrón.-dije a gritos.

-Tal vez no esté aquí ahora...-dijo mirando alrededor.-Pero tarde o temprano lo encontraré y tu padre se pudrirá en la cárcel.¡Vayámonos muchachos!

Y diciendo esto se fueron. Cuando reaccioné monté a los niños en el coche y me fui a casa de Esme directamente.

-Esme.-la llamé cuando entré en su casa seguida de los niños y vi todo patas arriba. Ella apareció con lágrimas en los ojos.-¿Qué disparate es ese del robo del oro?¿Por qué la señora Masen lo denunció?

-Es que mi papá...-dijo Emmett callándose.

-¿Tú sabes algo?-le dije a mi hermano.-¿Algo del oro?

-¿Oro?No,no...-dijo mirando nervioso a su madre.-El único oro que he visto es el de la mina.

-Mira si vas a mentirme mejor te callas.-dije volviéndome hacia su madre.-¿Dónde está mi papá?

-Está en el Roach Terra.-dijo con la cabeza agachada.-Pero nadie lo puede saber.

-¿Y qué hace allí?-dije pensando en que ya era de noche. El Roach Terra era un terreno abandonado y lleno de leyenda sobre fantasmas, espectros, y monstruos...

-Ya sabes que a tu padre le gusta cazar.-dijo Esme restándole importancia.

-Pero le están acusando de ladrón.-le dije para que cayera en cuenta de la importancia de la situación.- Y tú mejor que nadie sabes que son capaces de mandarlo a la cárcel por un crimen que no cometió...

-Ya lo sé...-dijo tocándose la frente.-Y estoy llamándolo pero no hay cobertura en Roach Terra. Y él me dijo que me iba a llamarme y no lo ha hecho Bella...Y ahora me estoy empezando a preocupar.

-Vale Esme...-dije tomando el control de la situación.- No perdamos los papeles. Si no ha aparecido al amanecer, yo misma iré a buscarlo. Tengo que prevenirlo, Elizabeth Masen ha puesto precio a su cabeza.

-Esa señora ha estado en casa esta mañana mamá.-dijo Anthony mirándome.-Dijo que quería hablar con el abuelo.

-¿Y qué dijiste?-dijimos asustadas Esme y yo a la vez.

-Nada.-dijo asustado al ver nuestras caras.-Soloo le dije que no sabía donde estaba.

-¿Y no dijo nada más?-dije con sospecha. Elizabeth Masen no tenía pinta de dejarse vencer tan pronto.

-Solo que me compraría un ordenador nuevo. Vio que el mío casi no funcionaba...-dijo extrañado.

 

Eso sí que era extraño. ¿Por qué Elizabeth Masen quería caer en gracia al nieto del supuesto ladrón de su oro?  

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Bueno chicas aquí les dejo otro capítulo. Espero tener noticias de mis lectoras para saber si les gusta la historia ;) Actualizaré lo más pronto que me sea posible.

Capítulo 5: CAPÍTULO 5 Capítulo 7: CAPÍTULO 7

 


 


 
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