Sed de Venganza

Autor: Ness
Género: + 18
Fecha Creación: 13/11/2014
Fecha Actualización: 12/02/2016
Finalizado: NO
Votos: 3
Comentarios: 16
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Capítulos: 57

 

Todos van a pagar, todos. Los que me empujaron al abismo, los que no me ayudaron, los que celebraron mi caída sin piedad. Son doce rostros, doce nombres que me han dado fuerza para no morir.

 

Elizabeth Masen, Eleazar Delani, su esposa Carmen, su hija Tanya, Tyler Crowley, Alec, James Hide, Demetri, Jane Demons, Aro Vulturi, su hijo Jasper y el traidor de...Edward Cullen. Ellos mataron todo aquello que algún día fui, pero no acabaron conmigo del todo, no, porque antes tengo que verlos caer. Y no habrá piedad, lo juro por mi padre...¡Lo juro!

 

Los personajes pertenecen a Stephanie Meyer. La historia a Telemundo.

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Capítulo 34: CAPÍTULO 33

- A Carlisle le encantó la estación de radio, ahora podrá seguir ejerciendo de periodista.-dijo Sue aplaudiendo y sonriendo.

- Que bien, Sue.-dije terminando de arreglarme.- Me alegra que sea así, se lo debía. Ese hombre ha hecho muchas cosas por mi familia, lo que menos podíamos hacer por él es arreglar la emisora que los lobos le arrebataron.

- Sí, esta mañana ha salido corriendo para comenzar a emitir información...él sabe lo que hace, y si tu le cuentas que debe decir, él sabrá como retransmitirla...-dijo mientras se acercaba y me colocaba un mechón de mi ahora dorado cabello.- Eso será una ventaja para tí.

- Sí, aunque la verdad no había pensado en ello.-dije sin más.- De momento sigamos con el plan que hemos trazado.

Los pasos a seguir estaban claros, sabía perfectamente qué hacer y como hacerlo, solo tenía que tener un poco de ingenio y todo iría sobre ruedas. Y a mí el ingenio me sobraba, tuve que conseguirlo a base de golpes, esa era mi ventaja.

Mi odio hacia ella es brutal e inamovible...Si Isabella Swan viviera todavía, volvería a declarar en su contra en el juicio. Lo volvería a hacer para que se hundiera en el infierno la muy desgraciada.”

- Entonces...¿ Lo vas a hacer?-me preguntó Sue sin dejar de mirarme, llevaba así toda la mañana. Ella era un alma limpia a pesar de los golpes, seguramente si yo no hubiera aparecido, ella habría hablado con su hijo y después se habría largado lejos. Si estaba era por mi, porque me consideraba su hija...su hija destruida, que no quería abandonar por miedo a que cometiera alguna locura.- ¿Vas a comenzar tu venganza?¿Vas contra Carmen Delani?

- Así es.-dije asintiendo.- Hoy comienza todo el juego, y sin piedad. Carmen ya está sentenciada.

Ella suspiró hondo y cogiendo mi bolso me lo entregó. Yo le entregué la nota que tenía que entregar a Eleazar, donde decía que Carmen tenía un amante.

- Que tengas buena suerte entonces.-dijo sin más cogiendo la nota.- Esto estará en el despacho de Eleazar Delani al mediodía, tal y como acordamos.

- Gracias, después te cuento como ha ido todo.- cogí el bolso de su mano y tras darla un beso en la mejilla me dirigí hacia el coche que me esperaba en la puerta de la casa.

Paul me ayudó a entrar en el coche y cerró la puerta tras de mi, después dio la vuelta y se montó en el coche del conductor acompañado de Embry, mi otro guardaespaldas que se sentó en el asiento del copiloto.

- Paul, ¿Has cogido los paquetes que había en la mesa de mi despacho?-dije mientras ajustaba mi cinturón de seguridad.

- Sí, señora.-dijo asintiendo y mirándome por el retrovisor.- Están en la parte de atrás.

- Muy bien, gracias.-dije sonriendo.- Y ahora, por favor, llévame a casa de la señora Elizabeth Masen.

- Sí, señora.-dijo después de dirigirla una mirada significativa a Embry. Ellos intuían que esa mujer era peligrosa y con solo nombrarla, se ponían alerta.

Cuando llegué a la mansión entré seguida de Embry que cargaba con los paquetes de libros que había comprado. Emmett estaba allí, sin mediar palabra y me asintió con la cabeza cuando pasé a modo de saludo.

- Buenos días.-dije cuando vi que Elizabeth Masen estaba sentada con Rosalie en el salón. Perfecto.

- Bienvenida a mi casa, Verónica.-dijo cortésmente Elizabeth levantándose. Rosalie la siguió y me sonrió sincera.- ¿A qué debemos su grata presencia?

- ¿Quiéres desayunar con nosotros?-dijo Rosalie.- Estábamos a punto de hacerlo.

Sonreí con ternura a aquella chica que siempre había sido tan amable con Isabella Swan.

- No, muchas gracias. Aprecio tu ofrecimiento,pero...-dije para después mirar a Elizabeth.- respondiendo a su pregunta, vine a traerle un presente a Rosalie.

- ¿A mí?-me preguntó sonriendo mientras cogía los paquetes que le entregaba Embry.- ¿Y eso por qué?

Y ahí estaba el quiz de la cuestión. Por un lado, realmente quería tener ese detalle por Rosalie, pero mi principal interés era otro...otro mucho menos agradable.

- Cuando yo perdí a mi esposo Yamal, me refugié en el arte.-dije suspirando afligida.- la lectura siempre es maravillosa. Pensando a Rosalie, me permití recordar su afición por las artes.

- ¿Cómo sabe usted que me gustan?-preguntó extrañada. Porque investigué al pueblo entero antes de venir a vengar a tu “no muerta” cuñada, osea a mí misma.

Sonreí ante mi chiste privado. Me encantaría ver que cara pondrían ambas si contestara eso.

- Acostumbro a informarme sobre la gente que conozco.-le respondí en cambio. Recordé el verdadero motivo por el que vine y reaccioné.- Bueno, me voy, porque en el club hay elecciones y no le puedo fallar a Carmen.

La cara de Elizabeth cambió por completo.

- ¿Hoy hay elecciones en el club?¿De qué habla?-preguntó desorientada Elizabeth.

Fruncí el ceño, como si estuviera extrañada.

- Ah, ¿No sabían que hoy eran las elecciones del Club Campestre?-pregunté. Elizabeth se movió incómoda, creo que la rabia la consumía. Muy bien, ya había mordido el anzuelo.

- No.-dijo volviendo a su estado de frialdad con un largo suspiro.

- A mí me parece fabuloso que Carmen sea la candidata más fuerte.-dije sonriendo.- Bueno, las dejo. Disfruta del regalo.

- Muchas gracias.-dijo sonriendo. Elizabeth ni siquiera me miró, parecía pensativa.

Yo asentí sonriendo y me fui al Club a sentarme en primera fila. Este espectáculo no me lo podía perder, y menos cuando ya había cumplido mi objetivo...poner en contra a estas dos lobas.

Llegué cuando todo el mundo estaba terminando de votar. Cogí del bolso mi votación a favor de Carmen y la entré en la urna. Vi a Carmen y a Alice a lo lejos y me acerqué a ellas.

- Se respiran aires de cambios por aquí, ¿No?-dije sonriendo. Ambas me miraron y comenzaron a reír.- Algo muy bueno para todos.

- ¿Tu crees que vaya a ganar?-me preguntó como una niña ilusionada.

- Claro.- dije. Si optases a ser la reina de la malicia.- No veo ninguna rival seria para ti.

En ese instate, Elizabeth Masen entró en la sala como un torbellino.

- ¿Qué está pasando aquí?-preguntó seria. Carmen suspiró y se dio la vuelta.- ¿Qué es esto?¿Un golpe de Estado?¿Me estás traicionando, Carmen?¿En serio quieres ocupar mi puesto?

- ¿Destronarte yo, Elizabeth?- preguntó extrañada Carmen.-¿De qué estás hablando?

Alice se puso entre ambas y habló.

- Esto no es un golpe de Estado, son unas elecciones libres y democráticas.-dijo tranquilizando los nervios. La tensión se podía cortar con un cuchillo, bien por mí, todo había salido como tenía previsto.

- ¿Con el permiso de quién?- preguntó altiva.- Que yo sepa la presidenta sigo siendo yo, entonces...¿Quién permitió las votaciones?

Carmen me miró y Elizabeth hizo lo mismo, yo solo sonreí a Carmen animándola a seguir.

- Yo, Elizabeth, fui yo.- dijo segura mientras Alice la sujetaba de los hombros.- Fui yo.

- ¿Crees que esto me enfada?-preguntó Elizabeth tranquila.- No querida, no existe alguien más democrática que yo en este pueblo.

Si la democracia fuera como Elizabeth Masen, los Estados ya estaría en guerra.

- Entonces...¿Por qué llegaste tan enojada?-la preguntó Carmen.

- No, no...yo no llegué enojada lo que pasa es que estoy...-dijo pensativa.- decepcionada. Francamente no lo entiendo, yo siempre os apoyé a tu marido y a ti...vuestra vida ha cambiado desde que tu hija se casó con mi hijo.

- Elizabeth...-dijo Carmen avergonzada.- Lo que pasa es que...

- A ver...-dijo interrumpiendo Alice a su madre.- Que yo sepa tu no eres la dueña de este club.

- ¿Y tú que sabes?-le preguntó Elizabeth.- Yo levanté este club...lo mandé construir para darle un lugar de diversión a las familias de bien de este pueblo.

Valiente embustera y trepadora, no te vas a salir con la tuya.

- Perdona Elizabeth.-dije extrañada.- pero según he leído en la página web del Club, fue construido por el señor Thomas Cullen y Aldof Berty...no por usted.¿O me equivoco?

Su mirada fue tan asesina que muchos podrían haber salido a correr si se la hubiera dedicado a ellos.

- Verónica...mmm, me gustaría saber de qué lado está usted.-dijo mirándome altanera.

Sonreí extrañada.

- Yo solamente estoy del lado de lo que me parece justo.-dije sin más encogiéndome de hombros.- Si has gobernado por tantos años, es lógico que alguien la sustituya.

- Lo que pasa es que siento un cariño muy especial por este lugar...-dijo Elizabeth mirándonos a todos.- digo, como tu bien has dicho, lo construyeron mis dos maridos.

- Tu no tuviste nada que ver con eso Elizabeth, ellos lo hicieron para sus empleados y sus vecinos no para tí. Fueron ellos los que hicieron los estatutos y en ellos, aparecen que el gobierno tiene que ser elegida anualmente y por votación...-la contestó Carmen. Después miró a los asistente y continuó:- Por lo tanto, tenemos el derecho de votar,¡No estamos en una dictadura, esto es una democracia!

Todo el mundo comenzó a aplaudir y yo con solo ver la cara de Elizabeth yo me daba por satisfecha.

- Está bien, señores.-dijo Eliabeth sonriendo.-que disfrutes la presidencia, Carmen.

Sin más se dio la vuelta y se fue por la puerta con decenas de ojos puestos en ella. Aún así no agachó la cabeza y se fue digna y altiva como siempre, solo en apariencia, ya que su mirada escupía fuego.

Yo me giré hacia Carmen y la sonreí de oreja a oreja. Ella había hecho que todo saliera mejor de lo que nunca planee, gracias a ella todo salió a pedir de boca.

Alice subió al atril para leer el resultado de los votos y como era de esperar, Carmen ganó por una gran diferencia de votos. Carmen me abrazó de la alegría.

- Lo logramos, Verónica.-dijo mientras se separaba sonriendo.

- Sí, lo logramos.-dije sonriente. Yo también había obtenido mi pequeño triunfo privado.-pero más lo lograste tu.

- Felicidades mamá.-dijo abrazándola.- estoy muy orgullosa de ti.

Edward y Tanya entraron en ese momento en el salón y sorprendidos. No lo pensaron dos veces, y vinieron a donde nos encontrábamos junto con Alice y Irina, una prima de las Delani.

- Pues yo no lo estoy mamá.-dijo Tanya mirando enfadada a su madre.- Me acabas de arruinar la vida, no sabes como se va a ensañar Elizabeth conmigo.

- Ella no puede hacerte nada, hija.-dijo Carmen serena.- Y si te quiere hacer algo, ahí tienes a tu marido para que te defienda.

Yo me puse al lado de Alice en un segundo plano y observé la escena.

- Y hablando del diablo...-dijo Edward serio.- ¿Dónde está mi madre?Necesito hablar con ella.

- Se fue, estaba furiosa conmigo.-dijo Carmen encogiéndose de hombros.

- Y se va a poner peor.-dijo asintiendo con la cabeza.

- ¿Por qué, mi amor?-le preguntó Tanya acariciando su mejilla.

- Después te cuento.-dijo sin más. Antes de irse, nos miró a Alice y a mí y asintió con la cabeza a modo de saludo pero hubo algo que me inquietó, su mirada profunda se clavó en Irina y vi como apretaba la mandíbula.- Hasta luego, Irina.

Ella le respondió rápido y agachó la cabeza afligida cuando Edward se largó deprisa del salón después dedirigirme su última mirada.¿Qué había sido eso?

Irina levantó la cabeza y se topó con mi mirada. Sus ojos estaban acuosos y parecía que se iba a poner a llorar en cualquier momento. ¿Sería ella...?¿La prima de su mujer...?¿No, Edward no podría haber hecho eso...?¿O sí?

Con la cabeza en otro sitio me despedí de todos y me fui a casa. Necesitaba hablar con Sue sobre todo lo que había pasado, y sobre todo, necesitaba meditar lo que había visto esta tarde y investigar la posibilidad de que Irina fuera la amante de Edward. Pensar en ello escocía más que lo necesario, quizá, porque si resultara ser cierto, Edward Cullen habría vuelto a defraudarme...una vez más.

Llegué a casa y me senté a tomar un café con Sue, solo con el pretexto de contarle todo lo que había pasado en el club.

- Entonces Carmen se quedó con la presidencia del club...-dijo riendo.

- Así es, Sue.-dije mirándola orgullosa.- Además ganó por una mayoría aplastante. Elizabeth quedó convertida en polvo, lo que demuestra que este pueblo solo la teme y la odia.

- Esto hay que celebrarlo.- dijo mientras levantaba su taza de café para brindar conmigo. Y así lo hice.- Este es el primero de tus triunfos sobre tu mayor enemiga, Verónica.

- Te aseguro que no será será el último.-dije seria.

- Pero lo dices con una cara de funeral...-dijo quedándose callada mirándome.- ¿Acaso no salió todo como esperabas?

Pensé por enésima vez en esa mirada.

- Tal vez no...-dije pensativa casi sin querer.- Hubo algo que me inquietó mucho...Una mirada que no esperaba.

- Una mirada...¿De quién?-me preguntó intrigada.- ¿A quién te refieres Verónica?

Volví al presente y la miré intentando quitarme el estupor de encima.

- Tal vez no tiene importancia...-dije sin más. Me levanté de repente, necesitaba pensar tranquila.- Olvídalo, me voy a ir a descansar...perdóname Sue pero me duele la cabeza. Nos vemos después.

Me fui al despacho y tras coger una botella del mueble-bar y un vaso, me retiré a mi cuarto. Me senté en uno de los sofás y me tomé una copa de un trago. ¿Qué era esto que sentía?¿Por qué tenía tantas ganas de saber eso?¿Acaso me importaba?No, a tanto no llegaba, era solo que quería tener todo muy bien atado.

Jacob. Él seguramente lo sabía y no me lo había dicho. Bajé al piso de abajo y me dirigí al despacho, él siempre estaba allí llevando la gestión de la casa y de la presa que pensábamos construir.

Entré y cerré la puerta tras de mi. Él me miró extrañado pero no dijo nada.

- ¿Quién es la amante de Edward?-pregunté sin decir siquiera un “hola”.

- No lo sé.-dijo mientras suspiraba y se levantaba.- Ya te lo dije en su día, cuando me mandaste seguirlo, pero te lo repetiré otra vez. No se quien es esa misteriosa mujer.

Me estaba mintiendo en la cara. Lo sabía.

- ¡Ya para!-le dije entre dientes.- Llevamos varios años viviendo juntos, te conozco muy bien Jacob. Estás mintiendo.

- ¿Y a qué viene tanto interrogatorio después de...?-me preguntó pero después se calló. Se rió entre dientes irónico.- Claro, hoy has visto a Edward Cullen y seguramente notaste algo sospechoso en él.

- Solo quiero saber porque me ocultas información.-le dije enfadada.

- ¿Por qué te interesa tanto Edward Cullen?-me preguntó mirándome fijamente.- ¿Y por qué quieres saber con quién lo vi?

- Entonces lo has visto con alguién.-afirmé.- ¿Te das cuenta?Te acabas de delatar.

Él me miró altanero.

- Estás celosa.-dijo sin más. Era una sentencia.- Tu interés no es por el odio o por la venganza...sigues enamorada de él.

Puse los ojos en blanco. Cuando entendería que Verónica Dantés solo tenía cabida para su más grande amor: su hijo.

- No digas idioteces.-dije enfadada.- y menos para evadir lo que es evidente. Por alguna razón que aún no comprendo, me estás escondiendo el nombre de la amante de ese traidor.

- Si tanto quieres saberlo.-dijo acercándose a mi enfadado.- Averígualo tu.

- Y tanto que lo voy a averiguar.-dije encarándolo. Jacob se dio la vuelta para irse del despacho.- ¡Que no te quepa la menor duda!

Me quedé sola en el despacho enfadada, muy enfadada. Pegué un golpe al respaldo del sillón y me fui a mi cuarto casi a la carrera. Necesitaba otra copa.

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Y aquí va el primer golpe de Verónica...y no podéis imaginar las repercusiones que tendrá todo esto, ¿Tendrá Verónica qué desistir de su venganza?¿Creéis que lo hará?

Quizá ahora os parezca un poco confuso todo, pero poco a poco entenderéis las cosas, también estáis como a medias ¿verdad?Eso es porque nuestras querida Verónica está igual, hecha un lío...¿Pensáis que Verónica está empezando a sentir algo por Edward como la misma Isabella?

Dejad vuestro comentarios y votos para saber vuestra opinión, ¡Vamos chicas!¿Qué pensáis?Espero vuestra respuesta :)

Un abrazo, Ness.

Capítulo 33: CAPÍTULO 32 Capítulo 35: CAPÍTULO 34

 


 


 
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