Sed de Venganza

Autor: Ness
Género: + 18
Fecha Creación: 13/11/2014
Fecha Actualización: 12/02/2016
Finalizado: NO
Votos: 3
Comentarios: 16
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Capítulos: 57

 

Todos van a pagar, todos. Los que me empujaron al abismo, los que no me ayudaron, los que celebraron mi caída sin piedad. Son doce rostros, doce nombres que me han dado fuerza para no morir.

 

Elizabeth Masen, Eleazar Delani, su esposa Carmen, su hija Tanya, Tyler Crowley, Alec, James Hide, Demetri, Jane Demons, Aro Vulturi, su hijo Jasper y el traidor de...Edward Cullen. Ellos mataron todo aquello que algún día fui, pero no acabaron conmigo del todo, no, porque antes tengo que verlos caer. Y no habrá piedad, lo juro por mi padre...¡Lo juro!

 

Los personajes pertenecen a Stephanie Meyer. La historia a Telemundo.

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Capítulo 50: CAPÍTULO 49

EDWARD POV

Llegué a casa y me senté en el sillón respirando hondo al sentir la casa vacía y en silencio. Esto me permitiría descansar, ya que después de ese encuentro con Verónica que me supo a despedida, había quedado exhausto. Estaba claro que no me quería a su lado y aunque su cuerpo me gritara a gritos que se conformaría con un solo roce, su cabeza siempre era más fuerte que ella misma y nunca me dejaría acceder a ella.

Todo estaba dicho, no había nada más que hacer y era una inútil seguir esprimiéndome el celebro buscando la forma de llegar a ella. Ahora solo quedaba salir de aquí e intentar olvidar desde la tranquilidad, aunque a decir verdad, cualquier distracción sería bienvenida ahora mismo aunque perturbase este momento de paz.

- ¡Que se habrá creído ese policía!-gritó mi madre entrando como una furia en casa. ¿Cómo?¿Elizabeth Masen estaba fuera de control?¡Esto tenía que verlo!- ¡Me las va a pagar!

Me levanté y la esperé con las manos en los bolsillos disfrutando del espectáculo. Soltó su bolso en el sofá de un golpe y se fue al minibar para servirse una copa.

- Así que la señora ya está disfrutando de su libertad.-dije casi divertido. Esta mañana ya me había dado la noticia de que saldría de la cárcel, pero quería seguir viendo su reacción.

- Si llega a ser por tí...todavía estoy encerrada en ese lugar.-dijo entre dientes alzando su copa hacia mí.- Gracias por ayudar y las burlarte de la mujer que te dio la vida.

- Cada cual tiene lo que se merece.-dije sentándome de nuevo y cruzando una pierna sobre la otra.- Además, te recuerdo que tú y yo estamos peleados.

- Eso no tiene nada que ver.-dijo dando otro largo trago a su copa.- Soy tu madre.

- Cuando te conviene.-dijo dándola la razón en parte.

Soltó el vaso en la mesa y alzó la barbilla mirándome altanera.

- No te voy a permitir que me faltes el respeto.-dijo golpeando ligeramente el tacón con el suelo.- Y mucho menos hoy.

- El respeto no es algo de genética, y mucho menos se gana con la fuerza.-dije distraído con un hijo de mi chaqueta.- Por eso, pasaste la noche en la cárcel.

- No...eso no es así.-dijo volviendo a perder los nervios.- Es ese patán que lo hizo para demostrar su poder. Y lo peor de todo, es que lo volvió a hacer el muy imbécil.

Vaya, vaya....esto era nuevo. Elizabeth Masen se sentía rechazada. Aunque ahora que me estaba fijando en ella y en el vestido corto y ajustado que llevaba, me daba una idea de porque se sentía así.

- A ver...Dime una cosa.-dije levantándome y mirándola de arriba a abajo. ¿Esto iba en serio?- ¿Has ido a ver a ese agente?No me digas qué intentaste seducirlo...¿Cómo puedes caer tan bajo?

Me miró altanera sin negarme lo que parecía evidente.

- No te permito...

- ¿Qué?-la reté interrumpiéndola.- Hace un momento has pedido respeto y mírate...¿Cómo voy a respetar a una madre que se pone en evidencia para comprar a la policía?¿Por qué para eso fuiste, verdad?¿O me equivoco?

- ¿¡Y a tí que te importa!?-me gritó en la cara.- Y sí, fui a negociar con él...¿Y qué?Todo el mundo tiene un precio. Y si nadie me defiende, tendré que hacerlo yo.

- Vas a acabar mal...-la advertí negando con la cabeza.

- ¿Qué pasa papi?¿Os estáis peleando?-preguntó mi hija débil y ojerosa desde la puerta. Mi hija cada vez estaba más demacrada por las sesiones de quimioterapia, estaba pálida, sin brillo en su piel, y con ese gorro en la cabeza que evitaba que se viera aún peor sin su melena.

- No...-dijimos mi madre y yo a la vez.

Me acerqué a ella y la cogí en brazos.

- Tranquila, no es nada. La abuela y yo solo hablábamos de trabajo.-dije dándola un beso.-¿Qué haces fuera de la cama?Vamos, vente conmigo te voy a contar un cuento.

- Vale papá.-dijo abrazándome.

Yo correspondí al abrazo mirando significativamente a mi madre que puso los ojos en blanco. Negué con la cabeza y me fui con mi hija, porque a fin de cuentas, era la única persona que merecía mi atención.



BELLA POV

Cogí el carmín del cajón y con mucho cuidado me perfilé los labios sin pensar en nada de lo que iba a suceder esta noche aunque estando Sue delante la tarea de no pensar era imposible.

- Les estás haciendo daño a los dos.-dijo apoyada en la pared con los brazos cruzados.- Y Jacob es el que se está llevando la peor parte.

- Eso no es verdad, Sue.-dije suspirando cansada. Estaba harta de tener que explicar y explicar siempre lo mismo. Yo iba a hacer feliz a Jacob, solo necesitaba tiempo.- Yo me voy a casar con él.

- Por agradecimiento y eso no es suficiente para mantener un matrimonio.-dijo mirando al techo.- Él se está dando cuenta de que no sientes deseos de estar con él y eso le está haciendo mucho daño.

- Yo voy a poner todo de mi parte.-dije mientras me peinaba.- Ya verás que con el tiempo...

- Con el tiempo no va a pasar nada.-dijo interrumpiéndome.- Ya te lo he dicho mil veces, sigues amando a Edward.

Por más que tuviera la razón tenía que negarlo, tenía que hacer como si ese sentimiento no existiera. Tenía que estar prohibido. Debería estar prohibido sentir así.

- No.-dije soltando el peine y levantándome.- Voy a ser feliz con quien merece mi amor. Y ese es Jake.¿Queda claro?

Sue se frotó la frente y suspiró en señal de impotencia. Como si pudiera aprender a sumar dos más dos.

- Haz lo que quieras.-dijo Sue rendida.- Me voy a ver a Alice de nuevo.

- ¡No puedes negar que te ha caido bien!-dije en una carcajada.- Te lo dije. Nadie se resiste al encanto de esa mujer.

- Solo me está explicando como se sintió todo este tiempo.-dijo encogiéndose de hombros.- Pero sí, debo reconocer que es una maravillosa persona. Solo hace falta verla con Jasper y mi nieto.

- Sue, entabla una amistad con ella.-dije guiñando un ojo.- Ella es parte de la vida de tu hijo y él quiere formar una familia con las dos cuando todo esto acabe.

- Sí, si ella es la felicidad de mi hijo, y sea como sea, será otra hija más para mí.-dijo con una sonrisa bailando en sus labios.- Además, está sola. Sus padres han muerto y su hermana no la habla desde que se enteró que ella sabía lo que ocurría entre Edward e Irina.

Recordar eso me hizo que la sangre fluyera rápido e hirviendo por las venas. Si fuera un dibujo animado ahora mismo sería de color rojo.

- Tienes razón.-dije intentando calmarme.- Bueno, voy a hablar con Jacob. Tengo que arreglar esta situación.

- Bien, suerte entonces.-dijo antes de que saliera de la habitación.- Hablamos mañana.

- Gracias.-dije mirándome en el espejo.- Buenas noches.

Salió del cuarto y me dejó sola en la habitación con el reflejo de esa gran desconocida que vestida para una noche de bodas, peinada y maquillada suspiraba intranquila una y otra vez para intentar calmarse. Hacía años que no había estado con un hombre y no me sobraban razones, pues el primero me violó y el segundo, me abandonó a mi suerte. Y eso no era muy alentador.

Sacudí la cabeza y salí de mi habitación con paso firme. Jacob no era así y me cuidaría, y aunque no pudiera amarle, al menos podría hacerlo feliz después de haberme dado tando.

Cuando llegué a la puerta de su cuarto, respiré hondo y llamé con los nudillos.

- ¿Sí?-dijo una voz ronca detrás de la puerta.

Abrí despacio y me asomé todavía sin entrar del todo. Jacob estaba tumbado en la cama solo con el pantalón del pijama puesto y un libro en las manos.

- ¿Puedo pasar?-le pregunté sonriendo.

- Adelante, es tu casa.-dijo sin dejar de mirar el libro.

Vamos, Jake, no me lo pongas más difícil. Entré y cerré la puerta con el seguro, no quería que hubiera interrupciones. Eso hizo que me mirara y sus ojos se abrieran como platos, para luego, dejar el libro sobre la mesa y sentarse en la cama.

- Jake...vengo a ofrecerte una disculpa.-dije mientras me miraba con la sorpresa brillando en sus ojos todavía.- No he sabido llevar nuestro noviazgo de la mejor manera posible, pero quiero que sepas, que todavía sigo pensando que tu eres el hombre de mi vida.

Sonrió levemente y se levantó para ponerse cerca de mí.

- Si me miraras como lo miras a él...te creería.-dijo acariciando mi cara.

- Dame una oportunidad, Jake. Si no eres tú...-dije mientras desabrochaba y me quitaba mi bata de seda y encaje.- No puede ser nadie.

Me acerqué a él sin pensarlo y comencé a besarlo sin restricciones, de verdad, con toda mi intención. Él no tardo en responder y suspiró cuando mi lengua se encontró con la suya para explorarlo. Y entonces supe que lo haría, que podía hacerlo, que podría quererlo todo lo que pudiera.

Me giró y me tumbó en la cama con delicadeza y volvió a besarme lentamente y entonces me di cuenta de que mis labios extrañaban otros mucho más finos y suaves que estos.

Me centré en el presente nerviosa, lo acerqué a mí poniendo una mano en su cabeza, agarrando su cabello demasiado corto yentonces me di cuenta...mis dedos echaran de menos otro cabello más largo y sedoso que este.

Cerré los ojos más fuerte y dejé que Jacob comenzara a besar mi cuello arrastrando su barba por mi mentón y entonces me di cuenta, que mi piel echaba de menos otro tacto más lento y candencioso que este.

Abrí los ojos y miré al techo, acariciando la espalda desnuda de Jacob y entonces me di cuanta, que mis manos no seguían los dibujos de los músculos que a ellas le gustaba.

Jacob besó el hueso de mi esternón y fue bajando poco a poco el tirante de mi picardías y en ese momento me di cuenta de que no podría aguantar la tensión. Intenté ayudarlo bajando rápidamente el mismo tirante que él con mimo y ahí supe que había roto el momento. Jacob se alzó y cuando se dio cuenta de la tensión que radiaba mi cuerpo, se levantó suspirando.

- Bella quiero...quiero que me digas algo que es importante para mí.-dijo y yo me apoyé en un codo.- ¿De verdad me deseas?

¿Y ahora qué?No quería mentirle pero tampoco quería hacerle daño. Me senté en la cama y le acaricié la mejilla.

- Jake yo te quiero mucho y tu lo sabes...-dije en voz baja.

- Pero es que yo no quiero que me quieras como a un amigo...-dijo rendido.- Yo quiero que me desees, que te provoque mariposas cuando me veas, que tu respiración se acelere, que tiembles cuando estés en mis brazos.

- Jake...yo estoy aquí.-dije sintiéndome mal por no corresponderle como él quería.- Yo quiero que pase esto. Quiero estar contigo.

- Y yo lo quiero, de verdad.-dijo con fuego en los ojos pero después sacudió la cabeza.- pero no forzada. Yo creo que lo mejor es que...

- Jake, por favor...-dije interrumpiéndolo.- No hagas esto. No nos hagas esto.

Jacob se levantó y me dio mi bata para que me la pusiera. Una petición silenciosa para que saliera del cuarto. Me levanté y la cogí poniéndome mientras me dirigía a la puerta suspirando y cerré la puerta al salir, sintiendo el corazón en un puño por el daño que le provocaba y no podía remediar. Y lo que era peor aún, por sentirme tan aliviada caminando por el pasillo hasta mi habitación.


EDWARD POV

Llegué a la oficina a primera hora de la mañana, necesitaba dejar todo listo para irme, y cuanto antes mejor. Me serví un café y me puse a mirar los últimos datos contables de la mina para ver si la producción era la esperada por los profesionales que se contrataron con el dinero de Verónica para estudiar el suelo.

La puerta se abrió de repente y Jacob Black entró como un torbellino, furioso y con ganas de matarme.

- A tí te estaba buscando, Cullen.-dijo señalándome con el dedo.

Mi secretaria entró a toda prisa detrás intentando parar la situación.

- Lo siento, señor Cullen pero no pude detenerle.-dijo asustada.

- Tranquila, déjanos solos.-dije sin dejar de mirar a Jacob que mantenía la frente en alto. La secretaria se fue y cerró la puerta al salir.- ¿Sabes qué?Ya me estoy cansando de ti y a mi el que me busca me encuentra. ¿Qué quieres?Y deja de mirarme con esa cara de matón de pueblo...¿A qué demonios has venido?

Me levanté de la silla y rodeé el escritorio para enfrentarlo.

- Quiero que te quites de en medio.-dijo con las manos en los bolsillos pero con el cuerpo en tensión. Estaba listo para saltar encima mía.- Que dejes de rondar a Verónica Dantés. ¿Lo entiendes?

¿Quién era él para decirme que no me acercara a la mujer que amaba?¡Nadie!

- Sí, lo entiendo pero no lo voy a hacer. Ahora dime, ¿Qué vas a hacer?-dije retándole.- Si quieres salimos y nos matamos a golpes, como tu quieras, yo estaría encantado...pero eso no resuelve nada. Aquí hay una sola verdad y esa es que me gusta tu novia, no, perdón, estoy enamorado de ella.

Su cara se tornó más oscura y yo sonreí irónico.

- Encima eres descarado.- dijo entre dientes.

¿Qué se pensaba este hombre?¿Qué iba a destruir lo que había entre esa mujer y yo?¿Y más sabiendo que ella podría ser la mujer que había amado toda la vida?

- ¿Sabes qué?-le pregunté riendo.- Primera es sábado, que domingo.

Ladeó la cabeza con cara de sorpresa. Esa expresión lo pilló por sorpresa y sabía perfectamente que lo decía por Isabella Swan.

- ¿Qué quieres decir?-me preguntó con sospecha.

- ¿No lo sabes?-le pregunté irónico.- No me digas. No eres tan imbécil pero está bien, por mí seguimos jugando a este juego hasta que exploten las verdades. A mi me da igual, ahora dime...¿Tú quieres que sea así?

- No tienes nada que buscar con Verónica. Eres un hombre casado.-dijo cambiando de tema.- ¿Por qué no la dejas en paz?

- Es cierto, estoy casado con una mujer hermosa pero que nunca pude amar.-dije frunciendo los labios.- A la mujer que amo es a la que vive en tu casa...y esa es la única verdad.

- Pues tu verdad te la puedes meter donde te quepa.-dijo con los dientes apretados.- A mi no me interesa, solo vine a advertirte.

- Pues debería interesarte.-dije cruzándome de brazos.- Porque los dos estamos interesados en la misma mujer y yo voy a luchar por ella. Ahora dime tú, Black, ¿estás seguro de que ella está enamorada de tí?

Tanya entró en la oficina llorando y furiosa.

- ¿Eso soy para tí?-me preguntó plantándome cara.- ¿Una esposa hermosa a la que no quieres porque estás enamorado de Verónica Dantés?¿Cómo puedes ser tan cínico?¡Estabas peleando con este hombre por Verónica Dantés!

Genial. Más problemas y parecía que a Jacob Black le gustaba a juzgar por la sonrisa estúpida que tenía en la cara.

- Señora que pena que se haya enterado de esta manera pero tan vez fue lo mejor.-dijo Jacob sin apartar la vista de mí.

- ¡Cállate ya, imbécil!-le grité alterado. ¿Por qué venía a provocarme?Ya de por sí tenía ganas de romperle la cara...¿Por qué quería hacerme perder el control?- ¡Lárgate de aquí!

- Cullen tu no respetas a las mujeres ajenas, ni siquiera a la tuya...¡Solo eres un idiota egocéntrico!-me dijo negando con la cabeza al ver como lloraba Tanya.- Señora, no merece la pena que derrame sus lágrimas por un hombre como este...¡No lo vale!

Se largó sin apartar su mirada de la mía hasta que salió por la puerta. ¡Imbécil, sino fuera porque puedo terminar en la cárcel...!

- Tanya, lo siento mucho...-dije mirándola siendo sincero.

- No...la que lo siente soy yo.-dijo mirándome con furia.- Y más lo siento por nuestra hija, que aparte de está enferma, tiene la desgracia de que le di un canalla como padre. Eres un desgraciado, Edward.

Se acercó a mí con toda la rabia y la tensión relejada en su mirada y la descargó contra mi cara dándome una gran bofetada antes de largarse. Lo asumí como pude porque sabía que me lo merecía, estaba casado y haciendo daño a Tanya por más fría y calculadora que fuera, y eso, no estaba bien. Jacob Black tenía razón, era un canalla.


BELLA POV

Llegué al despacho de Jasper para hablar con él sobre la nueva situación en la que estaba Jacob. Carlisle nos había avisado a primera hora de que Jake estaba en peligro porque al parecer el agente Garrent se había enterado de que Jacob estaba en este pueblo y que lo estaba buscando hasta debajo de las piedras. Abrí la puerta y entré después de tocar con los nudillos y oír una voz femenina invitándome a pasar.

- Ahh, eres tú.-dije al ver a Alice levantarse de una silla.- Perdona que entre así pero necesito hablar con tu marido.

- Él no está.-dijo Alice sonriendo de manera extraña, casi parecía incómoda pero a la vez aliviada.- ¿Qué te parece si lo esperas aquí?Hace mucho que no hablamos, Verónica.

Mientras hablaba me fijé en el cuadro que colgaba de la pared y me acerqué sonriendo. Alice me siguió y sonrió también al ver que me había llamado la atención.

- Que mujer tan hermosa.-dije sin dejar de mirar la fotografía en la que salía Sue de joven.

- Sí...muy hermosa. Y la pobre sufrió muchísimo. Me imagino que tuvo que ser horrible lo que Sue y tu pasasteis en ese lugar.-dijo segura sin apartar la mirada. Me giré hacia ella sorprendida. ¿Lo sabía?¿Pero cómo...?¡Claro, había sido Sue...!- Jasper es una persona muy importante para mí, es mi mejor amigo y una buena persona. Él me pidió que guardara vuestro secreto y no te preocupes, porque lo voy a hacer.

- No sé de que me hablas.-dije tensa y sin saber que hacer. Acababan de descubrir mi secreto y no era algo grato para mí porque eso ponía en peligro mi plan.

Alice mi miró durante unos minutos en silencio, pensativa, como si algo en mí no le cuadrara.

- ¿Sabes qué?-me preguntó ladeando la cabeza.- No puedo olvidar la muerte de mis padres. ¿Tuviste algo que ver en eso?

¿Acaso cree que Isabella Swan los mataría?¡Y yo que pensaba que esta mujer realmente me conocía...

- Lamento lo que les ocurrió pero no tuve nada que ver.-dije mirándola significativamente.

- Tanya, ella tiene muchos errores en su pasado pero es mi hermana.-dijo con tensión acumulada, como la de una fiera a punto de saltar para defenderse.- Y te quiero dejar claro que no voy a permitir que nadie le haga daño porque es lo único que me queda. También debes odiarme por haber ocultado la relación que mantenían Edward e Irina.

Sonreí irónica y miré por la ventana.

- Tu prima está casada y yo estoy comprometida.-dije mirándola de nuevo.- No tiene ningún sentido hablar de esto.

- ¿Qué va a pasar cuando Sue y tu terminen su venganza?-me preguntó con la cabeza ladeada.

Eso era algo que nadie sabía y de lo que no me gustaba hablar. Sabía que podría perder a mi hijo, podría perder la batalla o incluso podría morir, pero eso no me iba a detener. Se lo había prometido a mi padre.

- Es mejor que me vaya.-dije dándome la vuelta para salir de allí.

- ¡Isabella!-me llamó para evitar que me fuera. Me di la vuelta y la miré.- Tu y yo fuimos muy amigas durante una etapa...

- Isabella Swan murió hace mucho tiempo.-la dije haciéndola entender que poco quedaba de aquella amiga que una vez tuvo.- Supongo que es muy tarde para darle consejos y la hables de amistad.

- Pero no es muy tarde para que te detengas y para que no pierdas al hombre que nunca dejó de amarte.-me confesó segura de sus palabras.- ¡Edward nunca te olvidó!

Ese golpe hizo temblar los cimientos de mi muro. Noté como se resentía ante las palabras de Alice y esa era la señal para irme.

- Dile a Jasper que necesito hablar con él.-dije dándome la vuelta de nuevo para irme.

- También puedes perder a tu hijo...-dijo haciendo que me detuviera una vez más. Me giré y la miré callada una vez más.- Yo también soy madre y eso es algo que no entiendo de tí Bella. ¿Cómo puede pesar más el rencor y el odio que el amor por tu hijo?

Noté como mis ojos se llenaban de lágrimas y miré hacia arriba para evitar que se cayeran. ¿Quién se creía que era para juzgarme?Lo único que me mantenía aquí era él, pero no podía venir después de tanto tiempo y presentarme ante él sabiendo que odiaba a Isabella Swan. ¿Qué habría hecho ella en mi lugar?

Me largué de allí para regresar a casa tragándome las ganas de rebatir a sus palabras porque nunca sabría lo es estar en mi situación. Ni se lo deseaba tampoco.

Cuando llegué a La Fortaleza vi a la policía en la casa y con él, su nuevo jefe.

- Buenos días, señora Dantés.-dijo acercándose a mí.

- Buenos días.-dije en respuesta fingiendo una sonrisa.- ¿Qué lo trae por mi casa?

- Nada en especial. Solo algo rutinario.- dijo sin apartar su mirada de mí. Sacó una foto de su carpeta y me la entregó.- Solo quiero saber si es ese su prometido.

La sangre abandonó mi rostro cuando vi una foto de Jacob pálido y ojeroso. Este hombre hacía bien su trabajo y, por lo que veía, terminarlo también. Estábamos en problemas.

- Sí...-dije fingiendo estar extrañada.- ¿Por qué tiene una foto suya?¿Ocurre algo malo con él?

- ¿Cómo se llama?-me preguntó serio.

- Jacob...Jacob Wolf.-dije mirándolo asustada.

- ¿Está segura?-me interrogó.

- Claro...-dije bufando.- ¿Cómo no voy a estarlo si va a ser mi esposo?

- Entonces le mintió.-dijo perdiendo la paciencia. Sospechaba que le estaba engañando.- Su verdadero apellido es Black y tiene un largo historial delictivo. ¿Tampoco sabía eso?

Agaché la cabeza para mirar la foto y la negué despacio. Tenía que persuadirlo o al menos ganar tiempo para que pudiera escapar.

- No...pero tampoco lo creo.-dije mirándolo de nuevo.- Usted debe confundirlo con otra persona.

- Le aseguro que este sujeto es Black y vine a detenerlo.-dijo señalando la foto.- Le exijo que avise a su novio o me veré obligado a buscarlo.

No podría dentro de la casa sin una orden judicial. Tenía que convencerlo de que Jacob no estaba aquí.

- No puedo hacer eso, agente.-dije sentándome como si me derrumbara ante él.- Porque él no está aquí.

- ¿Está segura?Porque entonces tendría que esperarlo.-dijo cruzándose de brazos.

- Es inútil que lo haga porque no creo que regrese.-dije mirándolo a los ojos.

- ¿Me está tratando de decir que la ha abandonado sin ninguna explicación?-me preguntó dudoso.

¡Eso era!Tenía que hacerle creer que Jacob había roto su compromiso conmigo.

- Así es...Jacob desapareció de la noche a la mañana.-dije con la voz temblorosa y logré soltar alguna lágrima para hacer bien mi papel.- Y ahora entiendo por qué.

- ¿Dónde lo conoció?-me preguntó sacando su cuaderno para apuntar.

- En los EE.UU.-dije casi sin pensarlo.

- ¿Hace cuánto tiempo?- me preguntó sin apartar la vista de ese cuaderno de notas.

- No sé...hará un par de años, quizá tres.-dije fingiendo estar pensativa.- No puedo hablarle de fechas exactas.

- Le recuerdo que si no me está diciendo la verdad se está convirtiendo en cómplice de un fugitivo...-dijo guardando su libreta dando por finalizado su interrogatorio.

- Solo se lo que le estoy diciendo...-le dije levantándome del sillón suspirando apesadumbrada.

- Entonces supongo que no tendrá problema en dejar entrar a mis guardias para que revide la casa.-dijo alzando una ceja.

- Claro...-dijo asintiendo. Debía darle a demostrar que iba a colaborar, pero eso debía ser después de que Jacob saliera de aquí.- Siempre y cuando traiga la orden del juez. Ese es el procedimiento, ¿verdad?

Soltó una carcajada seca. Casi parecía que se esperaba la respuesta.

- Sí, pero pensé que quería colaborar conmigo.-dijo poniendo cara de poker.

- Y lo haré agente.-dije asintiendo segura.- Solo quiero que en mi casa se cumplan las normas y los debidos procesos. Solo quiero evitar malentendidos.

- Puede estar segura de que la tendré esta misma tarde.-dijo a modo de advertencia.- Ah, y dígale a su novio que esta vez no se va a escapar. Que tenga un buen día.

Sin esperar respuesta se fue y por lo fuerte que azotó la puerta, sabía que no iba a tardar en volver. Cogí el teléfono y llamé a Jasper.

- Jasper...Garrett estuvo aquí para llevarse a Jacob.-dije sin rodeos. Lo oí suspirar fuerte.- Lo he entretenido como he podido pero eso no va a impedir que te pida la orden.

- Verónica...eso es intromisión a la justicia.-me dijo recordándomelo.- Me prometiste que nada más de actos ilegales. Y créeme que estoy agradecido con él pero mi trabajo es hacer cumplir la justicia.

- Lo sé y lo siento.-dije tocando mi frente.- No podía entregarlo...no después de todo lo que nos ha ayudado. El agente va a ir a buscarte para que firmes la orden...

- Está bien.-dijo calmándome.- Tengo que firmar esa orden si me la pide pero intentaré distraer a Garrett mientras Jacob huye. Es lo único que puedo hacer.

Jacob apareció y se cruzó de hombros mirándome enfadado.

- Sí, eso hará.-dije mirándolo de igual manera.- En una hora Jake estará fuera del pueblo. Gracias otra vez.

- Bien, después hablamos.-dijo a modo de despedida.- Adiós.

- Adiós Jasper.-dije antes de colgar.

- No pienso irme.-dijo Jacob entre dientes dirigiéndose al despacho.

- No seas tonto.-le dije mientras lo seguía.- ¿Qué quieres pasar el resto de tu vida en la cárcel?

- Prefiero pegarme un tiro antes que irme y dejarte sola.-me rebatió sentándose en la silla del despacho.

- Es que lo importante es que te salves...-dije frustrada intentando convencerlo.- Yo voy a estar bien.

- Claro...-dijo levantándose de la silla para observarme mejor.- Tu quieres que desaparezca para que puedas estar libre y volver con ese tipo.

Puse los ojos en blanco.

- ¿De qué estás hablando?-le pregunté frustrada. Sue y Carlisle entraron en el despacho en silencio y tomaron asiento.- Tienes que irte, no es el momento de pensar en nosotros. ¡Entiéndelo, por favor!

Él negó con la cabeza sin querer dar su brazo a torcer.

- Verónica tiene razón.-intervino Sue.- Ya tendrá tiempo para reencontrarse pero hay que aprovechar ahora que la policía no está.

- ¿Dónde nos vamos a reencontrar?¿En otra vida?-preguntó sarcástico.- Apenas me vaya del pueblo, Edward Cullen va a aprovechar que te dejé sola para acosarte y buscarte....¡Y eso no lo voy a permitir!

- No seas terco, Jake...-dijo Carlisle con voz tranquila.- Eso lo va a hacer estés aquí o no, no te engañes. La diferencia es que si te vas podrás ver más seguido a Verónica.

Jacob miró al techo pensativo, y eso solo significaba que se lo estaba replanteando.

- Mientras estés libre vamos a encontrar una manera de vernos.-le dije para tranquilizarlo.- Pero vete ya, Jake...se me va a partir el corazón si te encierran de nuevo.

Me acerqué a él y le acaricié la cara. Él me miró y asintió despacio.

- Está bien...-dijo y yo suspiré. Por fin entendía que esto era serio.- Lo hago con una condición...¡Que tu vengas conmigo!

Puse los ojos en blanco y gruñí impotente. No había entendido nada. ¿Acaso pensaba que me iba a ir de aquí sin terminar lo que empecé?¿Cómo me pedía eso sabiendo lo que estaba yo haciendo aquí?

- ¿Qué estás diciendo?¿Estás loco?-le pregunté entre dientes hecha una furia. ¡Era un egoísta que solo pensaba en él!-¡Yo no me puedo ir de este pueblo!

- ¿Por qué no?Si nos vamos a casar y me amas...¡Escápate conmigo!-me pidió con una súplica en los ojos.

- ¿Y abandonar a mi hijo?-le recordé plantándole cara. ¡Yo pensando en él, en querer hacerlo feliz a pesar de no amarle!¿Y él qué?¿Me pedía que dejara lo único que me mantenía viva?- ¡Yo de aquí no me muevo sin él!¡Y mucho menos sin hacer pagar a nuestros enemigos todo lo que nos han hecho!

- Haced lo que sea, pero hacerlo ya...-dijo Carlisle mirando por la ventana.- ¡Estamos perdiendo el poco tiempo que nos queda!

- Díselo a ella que no atiende a razones...-dijo Jacob señalándome. Me miró con sospecha y gruñó.- ¡Tu no quieres irte de aquí por Edward no por tu hijo!

¿Otra vez con lo mismo?¡Edward y yo no teníamos ninguna oportunidad, él era el único que no se daba cuenta y estaba harta!

- Señora Dantés.-dijo Paul, mi guardaespaldas, irrumpiendo en el despacho a la carrera.- Los policías están vigilando la casa.

- Gracias Paul.-dije para que se fuera después miré a Jacob.- ¿¡Te das ahora cuenta de que corres peligro!? Garrett puso guardias en la puerta, tenemos que sacarte de aquí ya.

- Si tu no sales de aquí conmigo esto se acabó.-dijo con los puños cerrados. Me estaba dando a elegir entre mi hijo y él, y eso, solo nos iba a llevar por un camino.- ¿Eso es lo que quieres?

- Jake no es el momento...-dijo Sue sabiendo que mi decisión lo iba a herir en lo más hondo. Y yo también lo sabía.

- ¡Callaros!-dijo tenso.- Aquí la única persona que tiene que hablar...es Bella.

Asentí pensativa y miré a Carlisle y a Sue pidiéndoles otra alternativa para no hacerle tanto daño. En ese momento, leí en sus ojos la única opción viable para todos.

- Muy bien...-dije plantando cara al que consideraba mi confidente y el único que me entendía. Sabía que esto iba a partirnos a todos el corazón, pero él era egoísta, no parecía tener límites y mi hijo estaba entre los míos.- Jacob, tienes que irte...solo.

No aparté la mirada, así que pude ver como su corazón se iba partiendo en pedazos conforme iba asimilando mis palabras.

- Así será...-dijo asintiendo y saliendo de la habitación.

Carlisle, Sue y yo ideamos un plan para distraer a los guardias y a Garrett con el tema del registro de la casa mientras Jacob escaoaba por la puerta trasera vestido de jardinero. Sonreí cuando me asomé a la ventana del salón y lo vi desaparecer en una de las motos de emergencia a toda velocidad.

- Señora Dantés.-me llamó Garrett haciendo que dejara de mirar por la ventana.- Ya hemos terminado.

Suspiré tranquila.

- Se lo dije...no iba a encontrar nada.-le contesté y sonreí educadamente a aquel policía tan entregado a su trabajo.

- Encontré algunos objetos personales que me ayudarán a comprobar, si es que encuentro alguna huella, que su novio es Jacob Black aunque ahora se haga llamar de otro modo.-me dijo mostrándome una camisa de Jake dentro de una bolsa de pruebas.

- Si ya terminó, puedo decirle buenas tarde.-le dije fingiendo una sonrisa. Necesitaba asimilar todo lo que había pasado hoy desde la oscuridad de mi cuarto.

- Sí, ya nos vamos.-dijo correspondiendo a mi sonrisa después miró a Sue y a Carlisle disfrazados de mujeres árabes.- Solo una última cosa...No termino de creerme el rollo de las sirvientas con burka.

- Lamento mucho que no les guste mis asistentes...-dije mirándolos con cariño.- pero tengo que decirle que ambas son muy buenas personas.

- Eso espero...-dijo suspirando relajándose un poco.- Ah, y dígale a su novio que voy a dar con él y de la cárcel, esta vez, no se va a librar.

- Que le vaya bien.-dije sonriendo mientras se iba con los policías con los que había venido.

Cuando cerraron la puerta borré la sonrisa de mi cara y miré a Carlisle y a Sue que se quitaban el burka suspirando.

- Pensaba que no iban a irse nunca.-dijo Sue,

- Este hombre habla en serio cuando dice que quiere meter a Jake en la cárcel.-dije preocupada.- Menos mal que lo convencimos. Ahora debe de estar tomando un avión para el norte.

- Con el corazón y las ilusiones destrozadas...-dijo Carlisle con la cabeza gacha. Yo inhalé el golpe como pude y asentí sabiendo que lo merecía. Por más que había intentado que todo saliera bien no lo había conseguido y el peor parado había sido Jacob.- Perdóname Verónica pero Jake es mi amigo y me duele lo que ha pasado entre vosotros.

- Entiende que era la única manera.- dije con los ojos llenos de lágrimas.

- No voy a discutir tus razones.-dijo suspirando.- En fin, lo hecho...hecho está y las cosas hay que asumirlas. Me voy a dar mi programa de radio nos vemos luego.

Limpié mis lágrimas y miré como Sue se ponía a mi lado y me abrazaba.

- Hiciste bien...-me dijo consolándome.- Hiciste lo que tenías que hacer. Tu no lo amas, tu corazón pertenece a otro hombre. Ya no hay remedio.

Y tenía razón, no lo tenía.

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¡Aquí os dejo otro gran capítulo!Espero que os guste :)

Nos leemos, Ness.

Capítulo 49: CAPÍTULO 48 Capítulo 51: CAPÍTULO 50

 


 


 
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