Al llegar al hospital al instante bajaron a Edward que venía muy débil, sus signos vitales eran inestables. Bajaron la camilla y Carlisle ya estaba ahí con un grupo de enfermeros, llevaron la camilla apresurados dejándome toda preocupada y aparte sola, ningún miembro de la familia aun había llegado por lo que me fui a la sala de espera y trate de calmarme acariciando mi vientre por que mis bebes también estaban muy inquietos.

-Ya mis amores, ya pronto vamos a tener a papi junto a nosotros-les susurre y comenzaron a calmarse.

-Hermanita como esta Edward?-me pregunto Emmett acercándose a mí.

-No lo sé, Carlisle todavía no viene a dar noticias, pero yo lo vi demasiado mal, se desmayo en mis brazos y estaba sangrando mucho-una lagrima corrió por mi mejilla.

-Shh… tranquila hermanita, ya verás que cuando venga mi papá nos dirá que Edward está bien y que quiere ver a su esposa y a sus bebes-me abrazo y sonreí.

De lo nerviosa comencé a darle vueltas a mis anillos y al final termine sacando mi alianza mirándola por todos lados, algo que no había visto llamo mi atención, mire mi anillo por dentro y sonreí al ver lo que tenia grabado “E.C mi corazón te pertenece” y también tenía la fecha de cuando nos casamos. Al leer esto sentí algo en mi corazón que me dijo que Edward iba a estar muy bien, sentí unos brazos envolverme y Salí de mis pensamientos.

Toda la familia ya estaba aquí sentada junto a mí y todos me miraban más felices por que habíamos encontrado a Edward. Volví a colocarme mi alianza y me recargue en Emmett que me abrazo.

No sé cuánto tiempo había pasado desde que se habían llevado a Edward pero me estaba comenzando a quedar dormida y mis bebes estaban un poco inquietos pataleándome muy seguido, escuche un ruido y abrí mis ojos incorporándome para encontrarme con un Carlisle que se veía un poco cansado pero feliz. Me levante con la ayuda de Emmett y me acerque a él.

-Como esta Edward?-lo mire suplicante.

-Ahora está dormido en una habitación, tuvimos que hacerle tres transfusiones de sangre por toda la sangre que había perdido durante esos días, tenía demasiado golpes por toda la espalda y varias costillas fracturadas, el hombre que lo ayudo cuando se corto las muñecas hizo un trabajo magnifico si no lo hubiera hecho ahora no lo tendríamos con nosotros-conto y varias lagrimas corrieron por sus mejillas.

-Pero está bien-las lagrimas también corrían por mis mejillas.

-Si hija, gracias a dios está completamente a salvo, solo que va a estar muy adolorido varias semanas, pero eso es lo de menos, ahora necesita a su esposa para que lo apapache-rio y beso mi frente, el rubor cubrió mis mejillas.

-Puedo ir a verlo?-pregunte esperanzada.

-Claro que si hija, ven vamos que te llevo a su habitación-me abrazo y comenzamos a caminar, pero de repente de detuvo y se giro a nuestra familia.

-Después van a pasar a verlos ustedes-les dijo y volvimos a caminar por los pasillos.

Recorrimos varios pasillos hasta que llegamos a una puerta que tenía su nombre, Carlisle abrió la puerta y me permitió entrar a mi primero, la imagen que vi me dolió un poco por que sus muñecas estaban vendadas y toda una parte de su pecho, también tenía unos cuantos puntos en la ceja y en la frente pero por todo lo demás estaba completamente bien.

Carlisle me acerco una silla hasta la cama y me senté con un poco de dificultad, me acerque a él y tome su mano entre las mías, en el momento en que nuestras manos hicieron contacto el me la apretó y no pude evitar mirar a Carlisle que me miraba con una sonrisa en sus brazos, me dio otro beso en la frente y salió de la habitación completamente en silencio.

Mire a Edward y sonreí al saber que ya nadie podría separarlo de mi, ahora que se encontraba conmigo lo iba a consentir y a apapachar al cien por ciento, nadie me iba a obligar a que no lo hiciera.

-Mi amor, por fin te tengo a mi lado-me levante con cuidado y me acerque más a él.

Bese su frente y sus mejillas varias veces como si alguien pudiera separarme de él, hasta que de repente comenzó a removerse y a quejarse.

-No por favor, ya no me golpees, déjame irme con mi familia, tengo que estar con mi esposa y con mi bebé-rogaba sin dejar de removerse, sabía que podría lastimarse, así que no pude más que aplastar el botón para que Carlisle viniera.

-Mi amor, mi amor, estoy aquí contigo, nadie te va a golpear mas-le susurre tomando su rostro entre mis manos y parece que si funciono por que dejo de removerse y comenzó a abrir sus ojos parpadeando varias veces.

-Ya chiquito, nadie te va a hacer nada-me senté en una orillita de la cama y lo abrace.

Se quedo quieto por un momento y después me miro, sus ojos se iluminaron al encontrarse con los míos, levanto su mano y acaricio mi mejilla con un poco de miedo como si yo fuera a desaparecer, después bajo la vista y miro mi vientre.

-Estas aquí conmigo?-su voz temblaba y sus ojos estaban llenos de lagrimas.

-Claro que si mi bebé, estoy aquí contigo y nadie te va a volver a separar de mi-acaricie yo también su mejilla.

-Nuestros bebes están bien?-llevo su mano a mi vientre y sonreí.

-Si, ellos están muy bien, solo un poco inquietos por que te han extrañado mucho al igual que yo-una lagrima corrió por mi mejilla.

-Ella me dijo que te estabas muriendo por que al enterarte que yo te había dejado por ella, se te había adelantado el parto-susurro con miedo.

-No amor, te mintió, nunca supimos nada, todos creíamos que estabas mal por que encontraron tu coche estampado en una barda y tú no te encontrabas en el, luego paso la semana en la que el investigador no encontraba ninguna pista de donde te podrías encontrar hasta que ayer llevo la pulsera de Tanya que encontraron afuera de tu coche y ahí fue cuando yo me acorde de cuando me habías dicho lo de la trampa que te puso y así pudimos encontrarte-le conté sin dejar de mirarlo a los ojos de los cuales salían lagrimas.

-Pero cuando llegamos y escuche el balazo no pude detenerme y corrí creyendo que te había ocurrido algo, y al encontrarme con el cuerpo de Tanya pude volver a respirar tranquila por que al menos te encontré a salvo pero lo que me asusto es el otro cuerpo que se encontraba ahí-termine de hablar y ahora Edward lloraba pegado a mí.

-Se llamaba Nico, fue cómplice de Tanya al principio, el fue el que la ayudo a que chocara para que pudieran secuestrarme, el primer día si me trato muy mal pero cuando Tanya me golpeo hasta cansarse el me ayudo y estuvo conmigo en todo momento, cuando me corte las muñecas con las esposas el me curo y ayer me estaba ayudando a escapar pero no nos dimos cuenta de que ella se encontraba ahí y le disparo, lo último que me dijo él es que lo perdonara por que él había sido el que te había atropellado pero todo por que Tanya lo obligo-me susurro toda la historia y cuando termino sus manos estaba cerradas en puños.

Las tome y poco a poco las abrí de nuevo por que estaba comenzando a hacerse daño, lo mire y no aguante más, lo abrace besando sus labios con todo mi amor. Nuestros labios se movían sincronizada mente y todo lo que estaba a nuestro alrededor desapareció hasta que un pequeño carraspeo nos interrumpió.

-Veo que después de todo no ocurre nada aquí-susurro Carlisle riendo.

-Te llame por qué Edward estaba teniendo una pesadilla y podía hacerse daño pero logre calmarlo-conteste un poco sonrojada.

-Como te sientes hijo?-se acerco a Edward por el otro lado de la cama.

-Mejor, aunque me duele todo el cuerpo-hizo una pequeña mueca.

-Tenías muchos golpes, es normal que te duela y el pecho te dolera aun mas por que tienes varias costillas fracturadas, así que nada de movimientos innecesarios-nos miro a los dos sonriendo.

-Ahora los dejo, mas tarde paso a toda la familia que quiere verte-camino hacia la puerta y salió.

-Qué vergüenza con tu papá, le llamo y el viene todo preocupado y nos encuentra así-negué con mi cara completamente roja.

-No te preocupes amor, es solo que le estaba demostrando a mi esposa cuanto la extrañe-volvió a besarme suavemente.

-Me extrañaste mucho?-hable tiernamente.

-No te imaginas cuanto los extrañe, cada día le rogaba a dios que tu estuvieras bien y que no les fuera a ocurrir nada a nuestros bebés-acaricio mi vientre.

-Yo también te extrañe con todo mi corazón-puse mi mano con la de él y sentí como mis bebés comenzaron a moverse, una enorme sonrisa se extendió por el rostro de Edward.

-Todos los días estaban muy inquietos por qué no estabas con nosotros-suspire un poco triste.

-Pero ahora nadie nos va a separar, papi siempre va a estar con ustedes mis amores-se acerco con cuidado a mi vientre y lo beso.

-Vamos duerme que lo necesitas mucho para recuperarte-le susurre viendo como apenas podía mantener sus ojos abiertos.

-Lo que quiero es irme de aquí, odio estar en una cama tan incómoda-rio y paso un brazo por mi cintura.

Acaricie su cabello como si fuera un niño pequeño y poco a poco se quedo profundamente dormido.

Me acurruque junto a él yo también y comencé a adormilarme, Edward murmuro algo en sueños que me hizo sonreír y después me quede completamente dormida.

……………..

Edward paso dos semanas más en el hospital con toda la familia pendiente de él, me encantaba ver su cara cuando alguien lo apapachaba por que el ya estaba completamente fastidiado de tener a la familia encima de él.

Cuando volvió a casa Alice le tenía preparada una pequeña fiesta de bienvenida, donde comimos pastel y nos divertimos muchísimo, aunque en ratos Edward hacia pequeñas muecas donde le dolían las costillas que aun no se le curaban completamente.

Salí de mis pensamientos y volví a nuestra habitación, sonreí al encontrarlo dormido en medio de toda la cama, me acerque lentamente y me senté a su lado, acaricie primero su cabello y después baje por su rostro hasta llegar a su pecho desnudo por que según el tenia mucho calor, una sonrisa comenzó a aparecer por su rostro y me cerciore de que ya estaba despierto. Me acerque un poco mas y comencé a besar sus labios, el me correspondió al instante y me separe riéndome, hizo un hermoso puchero y abrió sus ojos que aun se veían adormilados.

-Que tu no estabas dormidito?-jale un poco su cabello.

-Estaba, pero llego una señora gruñona y me despertó-sonrió incorporándose en la cama hasta quedar recargado en el respaldo.

Me cruce de brazos y lo mire con los ojos entrecerrados, pareciendo muy enojada pero en realidad solo estaba jugando.

-Así que soy una señora gruñona, pues entonces quédate aquí solo por que la señora gruñona ya te va a abandonar-le murmure completamente seria.

-Me- me vas a abandonar?-la sonrisa que estaba en su rostro se desapareció al instante y sus ojos se pusieron completamente tristes que hasta se llenaron de lagrimas.

-Si, por que tú me estás diciendo señora gruñona y yo no soy gruñona, es mas yo te eh estado consintiendo todo este tiempo que estuviste así-hice que mi voz se escuchara completamente triste.

-Lo sé amor y yo te lo agradezco con toda mi alma, se que estas semanas eh sido una gran carga pero no puedo permitir que me abandones, yo te amo y eres todo para mi, sin ti no podría vivir-una lagrima se deslizo por su mejilla y no pude evitarlo y lo abrace.

-Mi amor solo estoy jugando, jamás en la vida te podría abandonar, yo tampoco podría vivir sin ti-lo mire y bese sus labios.

-Me has hecho creer que te irías de mi lado y ahora pagaras por ello-me tumbo cuidadosamente en la cama y se coloco encima de mi aunque ninguna parte de su cuerpo tocaba el mío.

-Y-y cómo?-pregunte con un poco de miedo.

No me contesto y se acerco a mí, cuando nuestros labios estaba por juntarse se separo dejándome con las ganas de un beso, hice una mueca y el se soltó riendo con ganas, trate de incorporarme pero mi vientre se pego a él y no lo logre. Eso sirvió para que se riera aun mas y ahora si me enoje cruzándome de brazos.

-Vamos amor, te tengo una sorpresa que no puede esperar- se incorporo poniéndose la playera que tenía en una silla extendida.

-Yo no quiero ir a ningún lugar contigo-susurre decidida.

-Ándale corazón, yo se que te encantara y a parte no es solo para ti, es para todos nosotros-se coloco la chamarra y después se acerco a mí con un puchero.

-No me importa, no quiero ir contigo-me incorpore quedando sentada y él se arrodillo enfrente de mí.

-Por favor mi vida, te prometo que si no te gusta no hacemos nada, si por favor-tomo mis manos y las entrelazo con sus dedos.

-Está bien, vamos con esa sorpresa tuya-me ayudo a levantarme con una enorme sonrisa y me ayudo a ponerme mi abrigo.

Salimos de la habitación y bajamos abrazados, cuando entramos al salón todos estaban viendo películas y Esme estaba tejiendo algo, hicimos ruido y todos voltearon a vernos.

-Vamos a salir, volvemos no sé a qué horas-anuncio Edward y Esme sonrió como si supiera a dónde íbamos.

-Puedo ir?-pregunto Emmett al instante.

-No!-le contesto Edward mirándolo.

-Por favor, que les cuesta, les prometo que no hare ninguna broma-hizo un puchero que solo nos hizo reír.

-No Emmett primero tiene que verlo Bella y ya después te llevamos-le guiño el ojo a alguien.

-Está bien, me quedare aquí solo y abandonado con mi muffin que Bella ya no quiere-me miro triste y muffin también.

-Claro que si lo quiero, este perrito es mi adoración-se acerco a la orilla del sillón y pude tomarlo en mis brazos.

-Bueno familia nos vamos, por que si no se hará mas tarde-tomo mi mano y caminamos hacia la puerta.

-Hermanito me llevare a muffin-le grite desde afuera.

Me abrió la puerta del coche y me subí colocándome el cinturón de seguridad con un poco de dificultad por mi enorme vientre, muffin se coloco en mis piernas y movía su colita muy emocionado. Edward también se subió y antes de encender el coche me miro con una sonrisa picara.

-Me dejaras vendarte los ojos?-hizo un puchero.

-Si Edward, véndame los ojos pero ya por qué me estoy impacientando-le pedí sonriendo.

Me coloco algo encima de los ojos rápido, y encendió el coche, manejo por no sé donde pero dio varias vueltas hasta que de repente se detuvo el coche, para ser una sorpresa fue un viaje demasiado corto.

Escuche que su puerta se abría y rato después abrió la mia desabrochándome el cinturón y bajando a muffin de mis piernas, tomo mis manos y me ayudo a bajar con mucho cuidado, cuando estuve en el suelo me tomo en los brazos y camino hacia no sé dónde. Subió creo unos escalones y después entramos a un lugar mas cálido, me bajo y puso las manos en lo que traía en los ojos.

-Lista para tu sorpresa?-me susurro al oído y me estremecí.

-Si, muy lista-le conteste y sentí como quito la venda, enfrente de mi había un salón completamente vacío, pero en medio y muy grande había un letrero con “Bienvenida a Casa”.

Abrí mis ojos completamente sorprendida y mire a mi alrededor dándome cuenta que me encontraba en una casa vacía, mire a Edward y el sonreía ampliamente, sus ojos tenían un hermoso brillo especial.

-Compraste una casa?-le pregunte atónita.

-Si, mi amor nuestra casa!-me abrazo fuertemente.

-Es hermosa, pero no debiste hacerlo, te costo una fortuna-me separe de él y lo mire con mis ojos llenos de lagrimas, malditas hormonas las mías.

-Puede que haya gastado bastante dinero, pero eso no importa en lo absoluto, por que al menos lo gaste para las personas más importantes de mi vida-beso mis labios y acaricio con adoración mi vientre.

-Vamos a que te muestre la casa, ya está toda amueblada solo faltan el salón y dos habitaciones mas para decorar-me jalo llevándome primero a la cocina.

Era hermosa y muy moderna, la cocineta era de color negro y la estufa de un plateado muy bonito, lo abrace mirándola con emoción, después de ver las habitaciones de abajo que eran las que faltaban de decorar, fuimos a las escaleras hasta el segundo piso, primero entramos a una habitación que tenía una cama enorme y un hermoso edredón, también me llevo al baño de esa misma habitación y me quede con la boca abierta al ver la enorme bañera que estaba al fondo.

-Dios esto es sorprendente-susurre mirándome en el espejo del lavamanos que también era hermoso.

-Cuando vivamos aquí podrás darte todos los baños que quieras por que es nuestra habitación-me abrazo por la espalda y lo vi sonreír por el espejo.

-Vamos a ver las otras habitaciones?-le pregunte saliendo del baño y volviendo a mirar nuestra habitación, amaba la luminosidad que tenia por que como en la casa de sus padres también tenía una pared de puro vidrio que me mostraba el hermoso paisaje.

-Lista para ver la habitación continua?-me pregunto cuándo nos detuvimos enfrente de la puerta.

-Claro que si-gire el pomo y me encontré con un mundo de ensueño, la habitación de nuestros bebes era completamente hermosa y espaciosa, las dos cunas de madera clara estaban en medio de la habitación decoradas con sus edredones, en una esquina había un estante con muchos peluches y juguetes para bebes, al otro lado de la habitación había cambiadores y dos mecedoras, un mueble estaba lleno de ropita de varios colores para niño y para niña, la pared estaba decorada con un hermoso paisaje y un hermoso arcoíris atravesaba toda la habitación. No me había dado cuenta que estaba llorando hasta que me sentí los dedos de Edward limpiar mis mejillas con suavidad.

-No te gusta?-hizo un puchero.

-Me encantas, es preciosa, te amo Edward, te Amo!-grite abrazándolo y besándolo con pasión.

Me tomo en brazos sin dejar de besarme y me llevo a nuestra habitación, me acostó en la cama con delicadeza y se acostó a mi lado.

-No podemos hacer el amor por que como el embarazo ya está muy avanzado se te podría adelantar, pero eso no quiere decir que no te pueda apapachar-susurro y me beso con todo su amor.

……………..

Habían pasado muchas cosas durante este mes, Edward y yo habíamos ido a todas las clases pre-parto, ahí había aprendido a como debía respirar y a todo lo que me enfrentaría cuando llegara el momento de dar a luz, sabia los dolores que llegarían a mí en esos momento y muchas cosas más.

Me encontraba alistándome para mi baby shower que claro esta Alice había organizado, sabía que habían invitado a varios amigos que teníamos del hospital, sonreí mirándome en el espejo, la blusa azul resaltaba toda mi pancita que estaba enorme, parecía una pelota y que en vez de caminar iba a botar, sentí unas manos muy familiares en mi vientre y Salí de mis cavilaciones, se veía muy guapo con una camisa azul y un pantalón de mezclilla para no verse tan formal.

-Alice me mando para que viniera por la hermosa mamita que está aquí-beso mi cuello y yo sonreí.

Cuando bajamos al jardín me sorprendí al ver todas las cosas que habían puesto, en la entrada estaba una enorme imagen de Edward y mia acariciando mi enorme vientre. Por todo el jardín había mesas y por la orilla colgaban biberones, chupetes, pañales, sonajas, baberos y demás, Alice corrió hacia nosotros y nos jalo hasta llevarnos a una mesa donde iban los papas, me puso un lindo prendedor en mi blusa y me pidió que me sentara, Edward no se separo de mi en ningún momento.

Después de que todos los invitados llegaran, casi me morí al ver la mesa llena de regalos y los que ya no cupieron estaban acomodados en el suelo, Alice se subió en una pequeña tarima y comenzó a hablar por el micrófono anunciando que los juegos comenzarían. Todo lo que hicieron fue muy divertido, Edward jugó contra Emmett a haber quien le ponía más rápido el pañal a un bebe de juguete y por supuesto mi querido esposo gano, Emmett comenzó a quejarse de que Edward había hecho trampa por qué a él lo habían enseñado en las clases, el siguiente juego fue que los hombres se tumbaron en el suelo y tenían que acabarse un biberón de jugo de naranja, de nuevo mi esposo gano, el único juego que no me gusto fue cuando tuvieron que medir mi vientre y que Emmett me haya dicho vaquita, las lagrimas corrieron por mis mejillas pero Edward me consoló diciéndome lo sexi que estaba con mi pancita.

El último juego consistió en que tenían que recolectar el mayor numero de cosas que estaban colgadas, ese fue entre hombres y mujeres y hasta yo participe con ayuda de mi marido, pero mi querido cuñado hizo trampa y lo tiro cuando estaba terminando de recogerlos, aunque aun así Emmett no consiguió ganar y los que lo hicieron fueron Esme y Carlisle.

Abrimos los regalos entre Edward y yo y nos encontramos con muchísimas cosas para nuestros bebes, hubo ropa, juguetes, sillitas para auto, canguros, portabebés y muchas cosas más. Cuando todo se termino llenamos los coches de todos los regalos y nos fuimos a nuestra casa que desde hacia unas semanas ya nos habíamos instalado ahí, acomodamos las cosas en la habitación de los bebes y después bajamos a la cocina por que yo tenía mucha hambre, Edward me preparo un rico emparedado que compartí con él y para cuando me lo termine ya me estaba muriendo de sueño, me tomo en brazos y me llevo hasta nuestra habitación, me ayudo a ponerme la pijama y después me acostó y él lo hizo a mi lado envolviéndome con mis brazos, después de decirnos palabras de amor me quede profundamente dormida.

……..

Ya solo faltaba una semana para la fecha estipulada de mi parto, todo este tiempo había sido muy especial, Edward no se separaba de mi para nada, bueno más bien nadie de la familia lo hacía, ya que por ser un parto doble podría adelantarse.

Edward había sacado vacaciones para estar conmigo en todo momento hasta que nuestros bebes nacieran, no quería que fuera a comenzar con las contracciones mientras él estaba de turno en el hospital, gracias a dios si se las habían dado por que se había matado haciendo el turno completo por dos semanas y media.

Sentí las patadas de mis bebes y sonreí mientras seguía lavando los platos de la comida, Edward andaba acomodando unas cosas en la piscina que habían llegado por parte de Alice, otras pataditas mas fuertes llegaron a mí y suspire llevando una mano a mi vientre, estos bebes estaban muy inquietos este día.

-Tranquilos mis amores, su papi no tarda en volver con ustedes-les susurre pero sentí un fuerte dolor en el vientre que me hizo soltar el vaso que tenía en mis manos y al caer al suelo se hizo añicos. Me sostuve mi vientre sintiendo la siguiente contracción.

-Edward! Ayúdame por favor!-grite caminando fuera de la cocina, escuche que algo cayo y después vi a Edward venir a mi corriendo.

-Que ocurre mi amor?-me sostuvo mirándome preocupado.

-Creo que los bebes ya vienen!-al decir eso sentí un liquido correr por mis piernas, mi fuente se había roto.

-Ya van a nacer los bebes?-se quedo en shock por un momento.

-Edward! Corre por las cosas y llévame al hospital-volví a gritar aguantando el dolor y respirando como me había enseñado.

Mis gritos los sacaron del shock y corrió escaleras arriba yendo por la maleta de los bebes y un cambio de ropa para mí, me ayudo a vestirme y después corrió conmigo al coche y me subió. Manejo con una velocidad sorprendente hacia el hospital, cuando un semáforo se puso en rojo dijo una maldición y marco rápidamente al Carlisle poniendo el manos libres.

-Papá necesito que me prepares una silla de ruedas urgentemente, bella esta con contracciones y cada vez son más seguidas-mientras decía eso seguía manejando y yo no podía aguantar el dolor, respiraba profundamente pero eso no ayudaba en nada.

Pronto llegamos al hospital y Carlisle ya se encontraba en la puerta con una enfermera y una silla de ruedas, me ayudo a bajar y me sentó con cuidado, entramos al hospital y rápido me llevaron a una habitación, me ayudaron a ponerme una bata y me monitorearon. Después de un momento Carlisle entro y se acerco a mí.

-Bella sé que esto será incomodo pero necesito revisarte-me reviso y si que fue demasiado incomodo.

-Tienes apenas 5 centímetros de dilatación, mas tarde vendré de nuevo a revisarte-salió de la habitación.

-Edward me duele…-lo mire con las lagrimas en mis ojos al sentir una contracción mucho más fuerte y duradera.

-Tranquila mi amor, ya está pasando, respira profundo-susurro sin dejar de mirar el monitor.

-Tengo miedo-susurre acariciando mi vientre, en un segundo tenia a Edward abrazándome.

-No tienes por qué corazón, piensa que en unas horas tendremos a nuestros bebes con nosotros-sentí sus labios en mi frente y no pude evitar sonreír pero después se convirtió en una mueca al sentir una contracción.

Habían pasado unas dos horas desde que había llegado al hospital y todavía no podía dilatar completamente, toda la familia estaba afuera y de vez en cuando entraban las mujeres, cuando entro Emmett casi me volví loca.

-A llegado la hora hermanita vaquita de traer a mis sobrinitos al mundo, cuidado Edward que pronto ya no podrán seguir mostrándose su amor por que cada noche se despertaran por la culpa de mis sobrinitos-dijo Emmett riéndose a carcajadas, tome lo primero que encontré y se lo avente, tuve buena puntería por que le di en la cabeza.

-Hermanita por qué me pegas?-lloriqueo sobándose su cabeza y pude darme cuenta que le había aventado algo de metal.

-Cállate Emmett y sal de aquí que necesito revisar a Bella-le dijo Carlisle empujándolo y después se acerco a revisarme.

-Dios mío Bella, estas a punto de dar a luz, ya estas dilatada-pulso el intercomunicador y pidió que prepararan un quirófano, en unos minutos ya me habían puesto la epidural y me tenían preparada con mis piernas en los estribos, Edward entro vestido con algo azul y después Carlisle y otros doctores más que eran los que se encargarían de revisar a mis bebes cuando llegaran al mundo.

Carlisle se acomodo por que el seria quien recibiría a mis bebes, Edward se coloco a mi lado y me tomo la mano y después beso mi frente.

-Lista Bella cuando sientas una contracción vas a pujar con todas tus fuerzas hasta que yo te diga-anuncio Carlisle y pude sentir que una contracción.

-Puja mi amor-susurro Edward y yo puje con todas mis fuerzas.

-Uno dos tres cuatro… bien bella.. Nueve diez, ahora descansa un momento-susurro Carlisle.

Hicimos ese procedimiento por lo menos tres veces más hasta que mi suegro dijo algo que me hizo agarrar fuerzas.

-Vamos Bella puja, ya veo la cabeza-pidió y puje agarrando fuertemente la mano de Edward y apretando mis dientes.

-Respira Bella, se que duele pero pronto tendremos a nuestros bebes-susurro Edward muy calmado y eso hizo que le apretara mas la mano.

-Cállate Cullen, no sabes que estoy sintiendo, te juro que nunca mas volverás a tocarme!-le dije enojada y volví a pujar cuando sentí la contracción, el sonido más hermoso que mis oídos pudieron escuchar resonó en la habitación, el lloriqueo de mi bebe, las lagrimas de felicidad salieron de mis ojos.

-Es un niño-susurro Carlisle y después llamo a Edward para que cortara el cordón, mi marido se acerco a mí con algo envuelto en algo azul y lo acerco a mí.

-Gracias mi amor, es precioso-susurro con sus ojos llenos de lagrimas y me mostro a nuestro bebe, era igualito a Edward, tenía el mismo color de su cabello aunque solo se veía una pelusita. Llego una enfermera y se lo llevo para que lo revisaran, Edward beso mis labios pero pronto me separe de el por qué mi niña también ya quería nacer, estuve diez minutos más sufriendo hasta que el chillido de mi bebe se escucho, Edward volvió a cortar el cordón y yo me recargue en la cama completamente exhausta, mis ojos se cerraban involuntariamente, pero logre mantenerlos abiertos hasta que Edward se acerco a mí con nuestra bebe, la coloco un momento en mis brazos y pude darme cuenta de que ella también tenía el cabello de Edward, volvieron a llevársela a ella también y sentí los labios de Edward presionar los míos.

-Te amo mi vida, gracias por darme esta alegría-beso mi frente y me abrazo.

-Yo también te amo-susurre antes de quedarme dormida.

……..

Cuando me desperté me encontré con la imagen más hermosa de mi vida, Edward tenia a nuestro bebe en sus brazos y le estaba dando un biberón, sintió mi presencia por que me miro y sonrió ampliamente y después se acerco a mí.

-Tenían mucha hambre y como tu seguías dormida Carlisle me dijo que les diera una fórmula para recién nacidos mientras tu podías amamantarlos-dejo el biberón él una mesita y le dio golpecitos en su espalda, después lo acomodo en un solo brazo y con la otra mano arrastro la cuna donde dormía mi hermosa bebe.

-Mira bebe tu mami ya se despertó y podrá decirme tu nombre-beso la frente del bebe y me lo coloco en los brazos.

Estaba despierto y miraba a todos lados, sus hermosos ojos eran iguales a los de su padre y eso me hizo llorar de emoción.

-Mi amor te presento a Edward Alexander Cullen Swan-lo mire sonriendo y pude darme cuenta de las lagrimas que corrían por sus mejillas.

-Le pusiste mi nombre y el de mi abuelo? Gracias mi amor, no sabes cuánto te amo-beso mis labios con dulzura y amor.

Unos pequeños lloriqueos y balbuceos hicieron que nos separáramos, Edward me miro con una sonrisa y fue por nuestra bebe al cunero, la tomo en brazos y la arrullo con adoración y después se acerco a mí.

-De que color tiene los ojos mi pequeña?-le pregunte y él se sonrojo.

-Verdes con un toque de marrón en el centro-susurro y también me la acerco para que la mirara.

-Ya podrás decirme que nombre escogiste tu?-lo mire con ojos entrecerrados.

-Nuestra pequeña hermosa llevara el nombre de sus bisabuelas…. Te presento a Melanie Samantha Cullen Swan-sonrió con triunfo.

-Te amo-susurre besándolo.

-Como yo a ti, eres la persona que más amo en esta vida y ahora a nuestro bebes, soy el hombre más feliz por tenerte a mi lado, Gracias por darme esta alegría tan inmensa-volvió a besarme con todo el amor que existía en su corazón.

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Dios mío de mi vida, este fic llega a su fin!! Moriré :’( tratare de no tardar para subir el final pero no prometo nada, espero que les guste este capítulo, lo hice con todo mi esfuerzo, sé que me trate más de un mes en actualizar y les pido una disculpa por eso, pero lo bueno es que ya lo termine(:

Espero sus comentarios!

Las quiero muchísimo & gracias por apoyarme en todo momento…

Denni(: