-Que estamos haciendo en Italia?-volví a preguntar ya que Edward no se digno a contestarme.

-Hasta que lleguemos al hotel, no voy a hablar contigo-me contesto con una sonrisa.

Mientras íbamos en el taxi me dedique a mirar todo por la ventana, no podía creer que estábamos en Roma, todas las luces de la ciudad estaban prendidas e iluminaban las calles volviéndolo un paisaje difícil de creer.

-Sua fidanzata non è mai stato alla verità di Roma?-escuche al conductor preguntarle a Edward.

-É la prima volta-contesto Edward sonriendo.

El taxi se detuvo en la puerta de un hermoso hotel, sacaron las maletas y Edward le pago, me miro y sonrió pero yo lo mire con los ojos entrecerrados haciéndole saber que estaba enojada, solo eso basto para que se riera y me abrazara. Entramos al hotel y Edward volvió a hablar en italiano, nos dieron una tarjeta y cuando me gire ya llevaban nuestras maletas. Tomo mi mano y nos llevo hasta el ascensor, cuando las puertas se cerraron lo solté y me aleje de él.

No dijo nada y así estuvimos en silencio hasta que el ascensor se abrió, salí apresurada y me pare junto a la puerta de la habitación, metió la tarjeta y me abrió, entre y fui directo a la habitación y me senté en la cama con los brazos cruzados, entro con las maletas y se paro enfrente de mí.

-Ya vas a dirigirme la palabra o todavía no?-le pregunte enojada.

-Tú me preguntaste que estamos haciendo en Italia y yo te voy a responder, pero no quiero que me interrumpas está bien?-me miro aguantando una sonrisa.

Asentí y lo mire atentamente.

-Te acuerdas que antes de que nos fuéramos a la cabaña fui a hablar con Carlisle y no te quise decir de que hable? Pues bueno platicamos sobre esta sorpresa que yo te iba a dar, este es mi otro regalo de cumpleaños, un viaje de 3 meses por varios lugares de Europa, se que extrañas a la familia, pero te pido que hagamos este viaje para estar nosotros juntos sin nadie que nos moleste, pasaremos navidad fuera lo sé pero a lo mejor podemos lograr llegar a casa antes de esos días si tu quieres, pero solo te pido eso por favor-se agacho y me miro tiernamente.

-Enserio quieres pasar más tiempo conmigo?-le pregunte acariciando su mejilla.

-Claro que si mi amor, quiero disfrutar de todos estos días contigo, nosotros solos sin que nadie haga bromas-sonrió y me beso.

-Eso suena muy bien, aunque no niego que extrañe a la familia, pero prefiero estar aquí contigo y disfrutar de mi regalo-correspondí a su beso, besándolo apasionadamente.

Nos estuvimos besando durante unos minutos hasta que el beso comenzó a tomar intensidad y terminamos tumbados en la cama y con la camisa de Edward desabrochada, pero antes de que pudiera pasar otra cosa, el celular de Edward comenzó a sonar.

-No que no nos iban a interrumpir?-reí y me incorpore, tome el teléfono y vi la pantalla que decía Emmett.

-Quién es?-Edward se acerco a mí.

-Emmett-rei y mire a Edward.

-Mejor apaga el teléfono y sigamos en lo que estábamos-susurro Edward y beso mi cuello.

-Y si ocurrió algo?-le pregunte pensando en mejor apagar el teléfono.

-Solo llama para molestar amor, anda apágalo y sigamos en lo nuestro-comenzó a desabrochar mi blusa.

-Ed-ward espera déjame solo ver que quiere-mi voz se estaba volviendo entrecortada.

-Está bien contesta-me contesto sin dejar de desabrochar mi blusa.

-Hola?-dije en el teléfono y lo puse en altavoz.

-Hasta que me contestan, pues que estaban haciendo, llevo llamando casi 3 minutos y nada que ustedes contestan-dijo Emmett enojado.

-Estábamos en la ducha Emmett-contesto Edward sonriendo.

-QUE? Como que en la ducha? Juntos? Los dos?-pregunto exaltado y nosotros aguantamos la risa.

-Si te dije estábamos, tú qué crees Emmett-dijo Edward casi riendo.

-Pero si ustedes prometieron que no iban a hacer sobrinos-la voz de Emmett sonó dolida.

-Y lo hemos cumplido, no hemos eso nada de lo que tu estas pensando-conteste ahora yo, Edward mientras siguió besando mi cuello y acariciando desde mi cintura hasta mis hombros.

-Seguros?-pregunto.

-Si-i segu-ros-mi mente ya no podía formular palabras por las caricias de Edward.

-Hermanita estas bien? Te escucho la voz mal-pregunto Emmett y eso arto a Edward.

-Si Emmett está bien, adiós-colgó el teléfono y lo apago.

-Y eso que fue?-sonreí.

-Me desespero que no colgara-se levanto un momento y se quito la camisa y los pantalones quedando solo en bóxers.

Me levanto y distendió la cama, termino de desvestirme y me tumbo subiéndose encima de mi pero sin aguantar su peso. Hicimos el amor toda la noche y ya entrada la madrugada nos quedamos dormidos.

Me desperté y estaba sola en la cama, me incorpore un poco y sonreí al verlo entrar con una bandeja llena de comida.

-Buenos días mi hermosa princesa-se acerco a mí y puso la bandeja en medio de los dos.

-Buenos días-le di un beso en sus labios.

-Como amaneciste?-sonrió dándome de desayunar.

-Muy bien, dormí como un bebe-tome un tenedor y también le di de desayunar.

-Entonces desayunemos por qué tenemos el tiempo medido-acaricio mi mejilla y siguió desayunando.

-Pues a donde vamos?-pregunte confundida.

-Te voy a enseñar esta hermosa ciudad-rio y tomo jugo.

Esas palabras sirvieron para que desayunara rápido y me fuera a la ducha, me bañe rápido y cuando termine me cepille en cabello y salí envuelta en una toalla, un vestido sin mangas y que tenia vuelo estaba extendido en la cama junto con unas balerinas. No escuche cuando paso a mi lado, solo escuche la puerta del baño cerrarse. Me vestí con lo que me había dejado en la cama y arregle mi cabello dejándolo suelto con sus ondas naturales, después me maquille un poco y cuando termine me puse junto a la ventana para mirar las vistas de la ciudad.

Después de un rato sentí unos brazos envolverme la cintura.

-Lista para irnos mi amor?-me dio un beso en la mejilla.

-Muy lista-me gire y lo mire sonriendo.

-Entonces vámonos-entrelazo mi mano con la suya y se hecho mi bolso al hombro, salimos del hotel y comenzamos a caminar por las calles.

Fuimos a una plaza que tenía una hermosa pero enorme fuente, que casi abarcaba toda la plaza. Dios era hermosa y gigante, los monumentos que tenía son estupendos.

-En donde estamos?-mire a Edward sonriendo ampliamente

-En la Piazza di Trevi-su acento en italiano hacia que se viera muy sexy.

-Dios es tan hermosa-me acerque más a la fuente.

-Ven, acércate conmigo-entrelazo mi mano con la suya y nos acerco a la orilla.

-Que vamos a hacer aquí?-pregunte confundida.

-Cierra los ojos y extiende la mano-me pidió y así lo hice, cerré mis ojos y extendí mi mano hacia él.

Sentí que puso algo helado sobre ella y después el cerro, pude darme cuenta de que eran unas monedas.

Abrí los ojos y lo mire, abrí mi mano y pude ver dos monedas de oro, lo mire sorprendida pero con una sonrisa en mi rostro, me extendió su mano y el también tenía dos monedas iguales a las mías.

-Dicen que con estas monedas los deseos son más próximos a hacerse realidad-me susurro y se acerco más a mí.

-Enserio?-lo tome por la camisa sabiendo cómo iba a pedir mis deseos.

-Si, ahora pidamos nuestros deseos-miro mis ojos y cerró los ojos.

Me acerque a él y lo bese apasionadamente, avente una moneda pidiendo mi primer deseo:

“Que siempre estemos juntos y que nunca tengamos disgustos que nos separen”, solo escuche como cayeron su moneda y la mía.

Lo bese más profundamente y avente la segunda moneda: “Que dios nos bendiga con un bebe para antes de volver a casa”, sonreí en sus labios y escuche el sonido de las monedas al caer al agua.

-Creo que me gusto tu forma de pedir estos deseos-susurro volviéndome a besar.

Lo abrace por el cuello y él me abrazo por la cintura, nos besamos apasionadamente hasta que de repente se comenzaron a escuchar muchos aplausos y gritos en italiano, me separe de Edward y mire alrededor de nosotros. Toda la gente nos estaba mirando a nosotros mientras aplaudían y gritaban, me escondí en el pecho de Edward totalmente sonrojada al saber que nos aplaudían a nosotros exactamente.

-Dios que vergüenza-dije sin dejar de abrazarlo.

-No te avergüences es normal que nos demos un beso-rio Edward mirándome.

-Pero no es normal que todo el mundo te vea y te aplauda-sonreí mirándolo.

Sentí un golpecito en el hombro y me gire, una viejita nos miraba a los dos sonriendo.

-Roma tutti li auguro un amore eterno-dijo la viejita y yo no entendí nada.

-Grazie-dijo Edward sonriendo.

Le pregunto otra cosa en voz baja que no logre escuchar.

-È una tradizione che le coppie baciare con la sorgente sono quello di un amore eterno, battimani e urlando-sonrio la viejita tocando nuestros hombros.

-Grazie-volvió a decir Edward y la viejita se alejo de nosotros sonriendo.

-Me puedes traducir todo lo que dijeron?-me sentía torpe al no saber.

-Toda Roma nos desea un amor eterno-me dio un corto beso en los labios.

-Como es eso? Por qué?-no entendía nada.

-Hay una tradición que dice que las parejas que se besen frente a la fuente, toda roma les desea un amor eterno gritando y aplaudiendo-me explico mientras caminábamos hacia otras calles.

-Qué bonita tradición pero que pena que nos aplaudieran-reí y lo abrace por la cintura.

Fuimos a otros lugares turísticos como el teatro de Marcelo que había sido construido con travertinos de la cantera del Barco, era un lugar precioso en el cual podría caber de entre 15000 a 20000 espectadores, esa fue la explicación que me dio Edward que conocía más o menos la historia, también me dijo que era considerado el segundo teatro más grande de Roma.

Más tarde fuimos a comer a un hermoso restaurante llamado Camponeschi donde comimos un poco de pescado entre otras cosas acompañado de un delicioso vino que Edward escogió. Cuando ya estaba anocheciendo fuimos al Campo di Fiori, se veía completamente hermoso al atardecer y mientras se iban prendiendo las luces que lo rodeaban, tomamos muchísimas fotos de cada parte a donde fuimos y Edward les pedía de favor a personas que si nos tomaban fotos juntos.

Llegamos al hotel ya en la noche y pedimos la cena del restaurante del hotel, se acerco a la mesita del salón y tomo un control, le aplasto a un botón y la música comenzó a sonar, me recordó a sus canciones que tocaba en el piano cuando éramos niños, el no lo sabía pero en el cajón de mi buro en la casa aun conservaba el disco que me había grabado con canciones que él había escrito.

Se acerco a mí y me tomo por la cintura sacándome de mis pensamientos y comenzó a bailar pegado a mi sin despegar sus labios de mi frente.

-Y esto a que se debe?-pregunte sonriendo.

-Quiero bailar con mi novia, por que la amo con todo mi corazón aunque ella lo sabe, pero yo no me canso de repetírselo-me miro a los ojos mientras decía esas palabras que llegaron al fondo de mi corazón.

-Y a mí me encanta que me lo repitas- acaricie la comisura de sus labios con mi dedo índice-Me encanta saber que tengo a alguien que me ama con todo su corazón, y me encanta poder decirle que yo también lo amo con todo mi corazón-bese sus labios suavemente.

Bailamos un poco mas hasta que tocaron con la cena, mientras Edward iba a abrí yo fui a la cocina por unas copas y otros platos que me lleve al salón y acomode en la mesita del centro, prendí unas velas y el ambiente se volvió muy romántico. Edward sonrió al verme y se acerco con la comida y la puso en la alfombra, abrió la cajita y el ambiente se lleno del aroma de la comida, dios tenía mucha hambre, la sirvió en los dos platos y después se levanto, fue a la cocina y volvió con una botella de vino.

Sonreí y comencé a cenar, estaba todo completamente delicioso, cenamos entre mirada y sonrisas en un ambiente muy romántico. Cuando terminamos nos levantamos y mientras Edward iba a la habitación salí a la terraza a que me diera un poco el aire que ya estaba comenzando a ser frio, mire el cielo que estaba completamente lleno de estrellas y sonreí mirándolas.

Amaba estar aquí y amaba estar con Edward, siempre era tan lindo conmigo, me consentía en todo y a cada rato me demostraba lo mucho que me amaba. Sentí unos brazos envolverme que me sacaron de mis pensamientos, me recargue en su pecho y sentí su respiración junto a mi cuello. Mi piel se erizo al sentir un beso.

-En que piensas?-me pregunto sin separarse de mí.

-En todo lo especial que es estar aquí contigo-sonreí poniendo mis manos junto a las suyas.

-Quise hacer esto para que disfrutaras un regalo de cumpleaños especial para nosotros dos, para guardarlo siempre en nuestros corazones-me giro y me miro con amor.

-Te amo-sonreí y lo abrace fuertemente.

-Yo también te amo-sentí sus labios en mi cabeza.

Me recargue en su pecho feliz por estar con él, bostece involuntariamente y escuche su risa, me tomo en brazos y me recargue en su hombro cerrando mis ojos.

-Anda amor vamos a la cama-sonreí con los ojos cerrados al escucharlo.

Sentí la cama de bajo de mí y abrí los ojos, me incorpore y desabroche mi vestido, me tumbe y levantándome un poco lo saque de mi cuerpo quedándome en ropa interior. Me metí dentro de las cobijas y cerré mis ojos. Sentí las cobijas levantarse y el cuerpo de Edward a mi lado, me envolvió con sus brazos y me acerco a su cuerpo completamente calientito.

-Buenas noches mi amor, te amo-me susurro y no logre contestarle por que el sueño me venció.

                            ……..

Habíamos pasado toda una semana completa en Roma de un lado para otro, no habíamos prendido ni celulares ni nada para no tener ninguna interrupción en nuestro viaje.

Fuimos a muchísimos lugares turísticos y tomamos muchas fotos de todo, habíamos visitado todos los restaurantes de la ciudad y no había quedado ningún platillo que no hubiéramos probado, todo en esta ciudad era genial y poco a poco Edward me estaba enseñando a hablar en italiano, solo sabia decir unas cuantas frases pero la palabra que mas me había encantado y que no paraba de decírsela a Edward era ti amo, en la que solo se cambiaba una letra. Nos habíamos vuelto encontrar con la viejita de la fuente en un restaurante y nos habíamos sentado con ella y su familia, sus hijos nos habían tratado muy bien y su esposo no se diga, todos eran muy amables y nos encontramos con la sorpresa de que su esposo hablaba ingles y me había comunicado con ellos mucho más fácil por que las palabras que yo decía entre Edward y el señor se las habían traducido a los hijos y esposa.

Ahora nos encontrábamos en el estación por qué íbamos a ir a Venecia nuestra próxima parada en tren, aunque debo de admitir que me da un poco de miedo ir en tres puesto que nunca me eh subido a uno pero gracias a dios Edward me había dicho que es una sensación maravillosa viajar en tren.

Edward se sentó a mi lado después de comprar los pasajes y me tendió una botellita de agua que tome gustosa por que tenía mucha sed, lo mire y sonreí.

-Gracias-abrí la botellita y le di un trago.

-Se que tenias mucha sed amor-beso mi mejilla.

-Ya quiero llegar a Venecia-dije emocionada.

-Lo sé, llevas diciéndome eso desde que te dije que nuestro próximo viaje seria a Venecia-rio entrelazando nuestras manos.

-Es que me hace ilusión-mire nuestras manos.

-Tú crees que si prendamos el celular comience a sonar?-me pregunto sacándolo de la bolsa de la chamarra.

-Es muy probable, así que mejor no nos arriesguemos y déjalo apagado, dentro de unos días volvemos a prenderlo y que nos regañen todo lo que quieran-reí quitándole el teléfono y metiéndolo en mi bolso.

-Me parece perfecto-rio y beso mis labios.

Escuchamos el altavoz y subimos al tren, nos acomodamos en nuestros asientos y lo abrace acariciando su pecho por encima de la camisa que traía. Me abrazo y beso mi cabello.

-No tengas miedo-susurro en mi oído-Ya verás que te va a encantar como se siente cuando se comienza a mover-rio y beso mi cuello.

-Me lo prometes-me incorpore mirándolo.

-Te lo prometo-sonrió y se acerco a mis labios, dios amaba sus besos.

-Ti amo-reí y acaricie su mejilla.

-Ti amo, sei il fuoco della mia anima-me susurro al oído.

-Ahora me lo traduces por favor?-reí sonrojándome.

-Te amo, eres el fuego de mi alma-sonrió y me beso apasionadamente.

Y con esas palabras en mi mente comenzó nuestro viaje hacia Venecia, sentí como el tren comenzaba a moverse pero después ya no sentí nada. Me separe lentamente de Edward y lo mire sonriendo.

-Amo como suena tu acento en italiano-mordí levemente su cuello.

-Bella…-un estremecimiento corrió por su cuerpo.

-Si?-lo lamí un poco.

-No me provoques por favor-dijo con la voz ronca.

Me incorpore y lo mire riéndome, sus mejillas se tiñeron de un rojo intenso.

-Lo siento-me senté en su regazo y me moví sobre él, sonreí al sentir su pronta respuesta.

-Te lo advertí-en un rápido movimiento me tumbo sobre la cama de nuestro compartimiento y comenzó a besarme apasionadamente.

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Lo siento pero no había tenido inspiración para escribir, pero ya las compense con este cap tan lindo bueno eso digo yo jeje :P les quiero desear un Feliz año nuevo en compañía de todos sus seres queridos… las quiero mucho y espero que les guste este cap(:

Traducciones de lo italiano:

Su novia nunca ha venido a Roma verdad?

Es la primera vez

Toda roma les desea un amor eterno

Gracias

Es una tradición que a las parejas que se besan frente a la fuente se les desee un amor eterno aplaudiendo y gritando.