“Alguien como tú”

Capítulo seis.

…Sabes cómo vuela el tiempo,

Ayer mismo estábamos viviendo el mejor momento de nuestras vidas.

Nacimos y crecimos en una neblina de verano,

Atados por la sorpresa de nuestros días de gloria.

Alec Pov’s.

Corrimos toda la noche con el único propósito de encontrar a aquellos dos de una buena vez; no obstante aparentaba ser completamente imposible, incluso para Demetri. El aroma de Thomas y Michelle cada vez se alejaba más y más. Algo que definitivamente me molestó.

Eran aproximadamente las cinco de la mañana cuando aquella duda nuevamente me invadió.

¿De qué demonios quiere hablarme Jane desde hace tanto tiempo?

Entonces mi subconsciente me aconsejó  por una última vez: yo tenía que comunicarme con mi hermana.

Durante las últimas seis horas Demetri y yo había estado recorriendo toda Francia, el aroma de ambos vampiros  terminaba en la frontera de España y Francia.

Maldije más de mil veces en mis adentros. Pero no me rendiría.

—Es imposible. El don de esa malnacida es muy poderoso —espetó Demetri enojado; dejamos de correr por unos minutos. ¿Estarían en España? —. Tengo que cazar algo. Alec —dijo Demetri, asentí e inmediatamente se perdió entre los árboles. El amanecer se acercaba.

Tomé mi celular y marqué lentamente el número de mi hermana. Tenía mucho tiempo que no hablaba con ella. Después de dos tonos, ella contestó.

—Vaya… hasta que por fin —mencionó ella lentamente, pero en su voz había un rastro de enojo.

—Lo siento… ya sabes cómo son las cosas en Volterra —le expliqué tratando de hacerla entender, pero ella solo resopló, incrédula.

—Estás ahí porque quieres… tu y Demetri creen que en esa prisión todo es más fácil pero están equivocados porque es todo lo contrario —comenzó ella con su sermón de siempre—, todos podemos ayudarte, todos queremos lo que tú quieres. Matar y acabar con la vida de esos… desgraciados…

—Jane. Sí supieras lo que sospecho me entenderías… —intenté hacerla razonar pero ella me interrumpió.

— ¡Sí  supieras lo que tengo que decirte no estuvieras allí! —exclamó colérica—. Es sobre Melissa. Aún no estamos seguros pero…

—Por favor Jane. Sabes lo que me causa hablar sobre ella —mencioné con dolor—. Primero quiero saber sobre ti. ¿Qué has estado haciendo? —le pregunté, ella soltó un artificial suspiro, malhumorada por mi interrupción.

—He estado estudiando de nuevo. Estoy en España, visitando. Perodentro de poco regreso a Canadá —explicó maravillada. Estaba disfrutando su libertad, me sentía bien por ella—. Conocí a alguien, y no me vas a creer pero es algo raro. ¡El chico es idéntico a Manuel Gilbert!

— ¿Un humano? Bueno… recuerda que el chico tuvo su familia después de… aquello —intenté borrar innecesariamente las imágenes dolorosas de hace cincuenta años—. ¿Es su descendiente?

—Sí. Pero él tiene una hermana que…  Alec. Prefiero contarte personalmente —sugirió con voz temblorosa—. Me gustaría verte…

—Demetri y yo estamos cerca. En menos de una hora estaremos contigo —avisé sonriendo levemente. Podría jurar que en ese momento Jane sonreía alegremente.

— ¡Sí! Está bien… los espero. Te veo luego.

Cuando Demetri  volvió juntos nos dirigimos a donde Jane se encontraba. Seguí a Demetri en silencio, yo siempre me entendía más con él, y más después de todo lo que había ocurrido, la “vida” de Demetri también había cambiado, Chelsea y él hace menos de diez años se habían separado, al descubrirse el “romance” que ella sostenía con Thomas Salvatore; por ende a Demetri también le convendría la muerte del maldito. Jane no sabía nada de esto, pero cuando se enteraba podría jurar que le diría el muy merecido “te lo dije” a Demetri.

Antes de las 6 am, ya nos encontrábamos en uno de los más grandes bosques de España, el aroma de mi hermana se encontraba allí. Hasta que pude verla de espaldas esperándonos, ella al percatarse de nuestra presencia se volteó y nos brindó una deslumbrante sonrisa.

Wow.

Está muy cambiada, e incluso sonriente. La libertad le sienta muy bien.

—…Jane, ¿de verdad eres tú? Aquella duende con sotana…  ¿ya no existe? —Se burló Demetri estudiando con su mirada a mi hermana, la cual lo fulminó con la mirada—. ¡Oye! Cuidado con tú don… sólo es un alago…

—Cállate… ya extrañaba tus bromas. ¿Y eso que estás aquí? ¡Ah sí! Tu querida esposita te ha dejado salir… —Demetri sonrió de medio lado, pero no contestó nada.

— ¿Para mí no hay saludo? —alcé una ceja al preguntar. Jane me dedicó una mirada de disculpa y se aproximó a mí para acurrucarse en mis brazos, ofreciéndome así, un cálido y reconfortante abraso de hermanos.

—Pensé que jamás volveríamos a vernos —dijo separándose lentamente de mí; sonrió dulcemente y también saludó a Demetri. La Jane dulce, después de tantos siglos había regresado.

—Tenemos toda la eternidad, Jane, eres mi hermana y eso no cambiará —le hice saber, sincero; Demetri levemente frunció el entrecejo, mi hermana y yo nos percatamos de aquello. Él en su vida humana había tenido cuatro hermanas menores y evidentemente las había perdido.

—Antes de hablar de cualquier cosa, debo contarles a ambos algo que desde hace mucho tiempo no he podido hacer… porque cierto hermano gemelo no me lo ha permitido —confesó Jane en tono de reproche… y ahí va de nuevo a hablar de… ella.

—Sí es sobre…

—No. Alec. Ya basta, déjala hablar —me interrumpió Demetri seriamente.

—Alec, es algo muy complicado y difícil de creer, pero por favor… ten la mente abierta y créeme —indicó casi rogando… rodé los ojos mentalmente y asentí, Demetri permanecía intrigado—. Alec desde aquella noche en la que te fuiste de nuevo a Volterra, yo me quedé con los Cullen, después comencé de nuevo sola; pero igual seguía frecuentándolos —hizo una pausa mientras que jugaba con el anillo de oro que permanecía en su dedo anular derecho, estaba nerviosa—, hace diecisiete años… —comenzó de nuevo mirando sus dedos—, Alice… tuvo una visión… de una niña… que al crecer… —se quedó en silencio por unos minutos—. El hecho es que ahora esa niña es idéntica a… Melissa —finalizó.

¿Qué?

¿Es una maldita broma?

¡No! Mi ángel no… mi ángel. Era única…

Me quedé pasmado mirando el suelo mientras que mis puños se apretaban simultáneamente con odio…

Mis oídos no podían seguir escuchando tanta tontería junta… pero si eso fuese posible… solo es un parecido… Pero, ¿por qué?

El destino quiere lastimarme de la peor manera… el saber que hay una chica totalmente parecida a la que una vez me hizo tan feliz me destrozaba…

Alguien como ella…

— ¿Por qué Alice la vio? ¿Tendrá algo que ver con ellos? —preguntaba Demetri con mucha curiosidad e intriga.

¿Qué? ¡Solo es un parecido!

—La chica es descendiente de Manuel —explicó Jane. ¡Lo sabía!—. Pero nosotros creemos que hay algo más…

— ¿Creemos? ¿Qué creen? —pregunté inmediatamente, frustrado—. ¡Es solo un parecido! Es solo una… copia… ella no puede reemplazar a…

No pude terminar la frase, Jane frunció el ceño.

—Creemos que la chica es Melissa —avisó Jane centrando su mirada en mí. La miré directamente a los ojos, y ella parecía sincera e incluso dubitativa sobre ese asunto, ¿Cómo creer tal estupidez? Si ella ya me había mencionado sobre un chico que es parecido a Manuel…. Es totalmente contradictorio…

Y muy increíble… no, definitivamente no, no puedo aceptarlo… no iba a ilusionarme con algo que no es cierto.

—Jane… nunca había escuchado tal barbaridad… ¿Qué argumento tienen para pensar eso? —interrogó Demetri alzando una ceja.

Bufé.

—Ninguno —me encogí de hombros—. Solo es un parecido y ya.

—Sabemos que se parecen Alec. Pero hay algo más… Alice la ve sufrir, la ve tener pesadillas… extrañas —explicó Jane lentamente—. Solo son especulaciones; pero existen las posibilidades.

—No Jane. No  existe ninguna. Melissa está… muerta. Ya, punto y final —finalicé yo, negando con la cabeza. Demetri y Jane se miraron entre sí, pero no me contradijeron.

—Está bien. Pero si todo esto es cierto, te lo diré y tendrás pruebas. También puedes verla… y…

—No tengo ni la más mínima intención de ver a esa chica, no quiero y no lo haré —le dije a Jane, férreo. Nuevamente  mi hermana negó con la cabeza.

—Lo que tú digas Alec. —expresó Jane mientras que se cruzaba de brazos.

—Creo que se están tensando mucho y me siento como un árbitro o algo así —mencionó Demetri con una sonrisa torcida, Jane lo fulminó con la mirada y Demetri hizo una señal de “paz” con sus manos.

Terminamos de conversar sobre otros temas más… reales… Jane estaba mucho más cómoda y feliz, libre, animada. Estaba viviendo… y poseía un brillo especial en sus ojos, tiernos, dulces, alegres.

Entonces sentí que ella estaba comenzando una nueva etapa, yo la conocía tan bien… era tan obvia… nos contó sobre un humano que había conocido; era una lástima, un humano, sabemos lo que significaba.

Yo por mi parte sabía a la perfección que nunca podría estar con una humana; y debía ser sincero… si no hubiese sido por Joseph Salvatore, yo jamás me fuera mostrado ante Melissa. No me hubiese acercado a ella, y ella nunca me habría amado.

Sabía a la perfección que el aroma de ella era deliciosamente provocativo, escasamente yo podía aguantar las ganas de beber de ella, por mucho que la amara, el monstruo que está dentro de mi es más fuerte…

Y con sólo el aroma de su sangre yo podía enloquecer, después de todo yo era un vampiro y nunca me había podido resistir a la sangre humana, sólo cuando Melissa me ayudó siendo vampiresa.

Pero ella ya no estaba, y yo volví a ser el mismo de antes…

Mi marca personal de heroína se había ido…

Finalmente cuando Demetri, Jane y yo nos disponíamos a despedirnos ocurrió algo totalmente inesperado para nosotros… ellos estaban cerca y huían de nosotros.

Narrador Pov’s.

Ellos estaban cerca… pero desgraciadamente tenían muchas posibilidades para escabullirse y no ser encontrados. Thomas y Michelle habían recorrido tantos continentes, huyendo, escapando, como el par de cobardes que eran, no tenían la suficiente valentía como para enfrentar lo que hicieron, están condenados a morir.

A ser acabados por el odio de un hombre dolido y desolado.

Alec.

Michelle usaba toda la magnitud de su poder para proteger a “su amado”: Thomas, el cual la trataba como una puta de mierda, como una basura —pero ella era peor que eso— traicionar a una amiga trae consecuencias, y la justicia existe. Sí existe.

Demetri miraba de un a lado a otro sabiendo que ambos estaban cerca —y por el don de Michelle no podían ser vistos, ella creo la ilusión de invisibilidad, incluso el aroma es invisible— pero Michelle estaba exhausta mentalmente, y no había cazado lo cual en aquel momento pasaba factura y su don fallaba.

— ¡Nos van a descubrir maldita! —exclamó Thomas enojado.

Michelle ya ni podía más, definitivamente tenía que cazar, lo necesitaba. Pero no podían dejarse matar, no cuando habían escuchado aquella conversación que Demetri, Jane y Alec habían tenido.

Otra Melissa Johnson… mmm… eso es interesante…

Había manifestado mentalmente la pelinegra de Michelle mientras que sonreía con suficiencia…

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La casa Gilbert estaba completamente oscura, eran aproximadamente la una de la madrugada; el día para Day y Dennis había pasado rápido y… muy aburrido; pero les había llegado el fin de semana y tenían muchas expectativas.

Ambos hermanos estaban solos en la casa —de nuevo— los chicos se durmieron temprano ya que al día siguiente muy temprano volvería Gabriel de España y todos los chicos del quinto año habían organizado una fiesta de bienvenida para celebrar a todos los que habían viajado y regresarían aquel sábado muy temprano.

Dennis había estado preocupado y distante, por una misteriosa razón, la cual aún no podía y no deseaba compartir con nadie; acababa de quedarse completamente dormido; estaba agotado, pero agradecía que ya faltara poco para navidad y tendría unas semanas de descanso, aunque aquellas fechas para los trillizos eran deprimentes y tristes e incluso solitarias…

En la habitación de junto permanecía Day, dormida; pero no precisamente tendiendo un hermoso sueño, soñaba que perdía a sus padres otra vez, pero de forma distinta, pero no menos dolorosa.

Era algo muy doloroso para ella, porque los sueños a veces eran el único consuelo para ella, atreves de ellos podía  reencontrase con sus padres.

Una lágrima recorrió su mejilla e instantáneamente se despertó, se levantó y caminó hacia la puerta, estaba descalza, el piso estaba muy frio pero no le importó, después de todo, estaba más dormida que despierta.

Se dirigió directamente al estudio de su difunto padre, dolida, melancólica. Abrió la puerta lentamente y fijó su vista en el piano de cola; su padre parecía un Dios al tocarlo, las melodías eran perfectas, alegres… la chica suspiró y acarició las teclas del piano lentamente como si fuesen ceda… se sentó a un lado frunciendo el ceño, y posteriormente sus ojos se inundaron en lagrimas…

Echaba de menos a su padre…

.

.

Unas notas  musicales provenientes del estudio despertaron a Dennis; él peinó su cabello con su mano y parpadeó varias veces.

¿Quién a esta hora toca el piano?

Él sabía la respuesta, no era la primera vez que ocurría… se levantó y optó por ir al estudio. Cuando llegó, allí estaba su pequeña hermana, tan débil, como en pocas ocasiones se mostraba, tocaba el piano con el alma, con sus sentimientos a flote, ellos divagaban por el salón, junto a aquella melodía… sus dedos se deslizaban ágilmente por aquellas teclas, su rostro tranquilo, pero de sus ojos, de ellos salían lágrimas, de agonía, de tristeza. A Dennis le dolió verla así… de nuevo…

*Semeone Like You (piano)*

Los tres hermanos tocaban aquel instrumento por su padre, quien desde pequeños los había enseñado, el piano era el recuerdo del dulce y compresivo hombre que fue, además de todas las cosas que había hecho cuando estaba con vida.

El joven se acercó a su hermana lentamente, ella sabía que él estaba cerca y cuando la pieza terminó, Day se acurrucó en el pecho de su hermano el cual ya se había sentado a su lado, la chica rompió en llanto por tantas pesadillas, porque los extrañaba, y le dolía aún su ausencia.

Inconscientemente una lágrima descendió del ojo izquierdo del chico.

—Gabriel y yo siempre estaremos contigo —mencionó Dennis suavemente, acariciando el castaño cabello de su pequeña hermana…

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Daymelis Pov’s.

...Nada es comparable,

Ni las preocupaciones, ni las inquietudes

Los arrepentimientos y los errores, son sólo recuerdos.

¿Quién hubiera sabido que esto iba a tener un sabor tan agridulce?

La alarma de mi celular no tardó en despertarme, anunciando que ya era hora de levantarse; era la primera vez en tantos años que un sábado me despertaba con buen humor y no maldecía.

¡Hoy regresaba mi hermano!

Alegremente lavé mis dientes y bajé al comedor para desayunar. La señora Esther ya se encontraba en la concina, podía percibir el aroma del café; recordé la horrible pesadilla, suspiré frustrada y sacudí mi cabeza para alejarla de mi mente. Agradecía que mi hermano estuviese aquí  y no permitió que yo me desmoronara ante el piano…

Suspiré y me acerqué a la mesa donde ya estaban mi tía, mi prima y mi hermano que al verme sonrió cálidamente y me indicó que me sentara justo al lado de él.

—Buenos días —saludé cortésmente, ninguna de las “brujas” respondieron, pero no me importó.

— ¿Amaneciste bien? —preguntó, yo asentí, Stefany fijó su vista en mi y no tardó en molestarme.

—Has estado llorando… tu novio… ¿te dejó? —insinuó petulante, ignoré su comentario y comencé a desayunar; en menos de dos horas debíamos estar en el aeropuerto recibiendo a Gabriel, por eso debía apresurarme…

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Peiné mi largo cabello después de haberlo secado tranquilamente, me miraba en el espejo de mi tocador, mis ojos estaban rojos e hinchados y mi nariz… roja… era más que obvio que todos al verme me dirían que había llorado por horas; y era verdad, lo había hecho dormida y despierta.

El día anterior no fue tan extraño como el jueves; el jueves había conocido a Mel a Alex y a Jason… y me sentí, extrañamente emocionada al verlo, incluso la llamada del chico “A” me había desconcertado…

Pero sin duda lo que más me desconcertó fue aquella pesadilla o sueño, y más aún, la voz que había escuchado: “Vas a estar bien mi ángel”

Era una voz masculina, melódica y tranquilizante… de solo recordarlo mi piel se erizó instantáneamente, era completamente raro pero maravilloso.

¿Qué significaba aquel dolor tan horrible?

No lo sabía…

Pero esas palabras y la voz me habían tranquilizado notablemente…

Terminé de alistarme y junto con mi hermano Den nos dirigimos al aeropuerto para encontrarnos con Gabriel, quería abrasarlo fuertemente, lo extrañaba muchísimo aunque no se había ido por tanto tiempo.

El camino al aeropuerto fue muy silencioso, Den en la madrugada había estado conmigo cuando más lo necesité, hablamos más sobre mí que de él, y eso me preocupaba porque sabía perfectamente que a él le ocurría algo y necesitaba ayuda o quizá un concejo.

— ¿Me dirás que te ocurre? —le pregunté por enésima vez, él negó con la cabeza lentamente, cohibido y distante.

Diablos…

—Aún no. Quiero estar seguro… —se limitó en contestar.

— ¿Seguro de? —alcé una ceja incrédula… vaya… que misterio.

—Chismosa —murmuró mirando por la ventana. Le saqué la lengua y en ese momento el me miró—. Nunca puedes hacerme eso sin que no me dé cuenta —se burló.

—No. Supongo que soy muy predecible. Pero tú también lo eres. Sé que te gusta Mel —insinué alzando ambas cejas.

Dennis volvió a mirar por la ventana…

—Es hermosa —murmuró—, pero… —se quedó callado y pensativo.

— ¿Pero?

—Ya llegamos —indicó, se bajó del auto y yo también lo hice…

¡Estaba a punto de confesarlo!

O era otra cosa…

Steve —el chofer— nos indicó que entráramos mientras él nos esperaba  afuera.

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— ¡Gabriel! —exclamé al ver que mi hermano se acercaba. Mi lindo hermano, cuanto lo extrañé.

Mi hermano me rodeo con sus brazos alzándome un poco, reí como niña al ver que me daba vueltas, mis dos hermanitos siempre acostumbraban hacer eso.

Luego Gab saludó también con un abrazo a Den, mis guapos hermanos… vaya… cuanto han crecido y yo todavía como una duende…

Decepcionante… sonreí por mis pensamientos.

—Los eché de menos —dijo Gabriel sonriendo mientras comenzábamos a caminar para regresar al auto—. Tengo muchas cosas que contarles —indicó. ¡Sí! Seguramente tiene nueva novia… espero sea agradable.

— ¡Tienes novia! —Exclamé, Dennis rodó los ojos—. Espero no sea como… otras chicas… huecas… y… rubias… teñidas —culminé.

—No. Bueno sí. Sí conocí a alguien. —expresó Gabriel sonriendo idiotamente—. Pero de eso les contaré más tarde, ahora vamos, estoy cansado.

— ¿Y los demás? —interrogué mirando hacia los lados.

—Ya se han ido —contestó Gabriel abrasándome de nuevo.

—Debes dormir… ¡tenemos un reventón! —exclamó Dennis demasiado entusiasmado; pero había un problema, mi tía.

Ella nunca nos permite salir, y somos menores de edad… y… ¡Al diablo!

— ¿Nos vamos a escapar? —Preguntó Gabriel con una sonrisa maliciosa—. Oh sí, eso suena muy bien.

Mientras llegábamos a casa platicamos sobre todo lo que habíamos hecho en los días del viaje de Gabriel, les conté lo extraña que me había sentido cuando vi a Jason, ambos me dijeron que quizá me había gustado, pero ¡No! Yo sé que no es así, es otra cosa, es amistad, sé que lo es.

Dennis y yo le contamos sobre las chicas nuevas y sus otros dos hermanos, eran buenas personas; pero no dejaban de parecernos extraños, quizá porque eran extranjeros.

Las pesadillas, las extrañas pesadillas también se las conté, y su respuesta inmediata fue que yo debía ir a un psicólogo, que tal vez podía ayudarme.

La idea no terminó de convencerme…

Cuando llegamos a casa Gabriel fue a descansar después de haber comido algo y arreglado sus cosas, Dennis salió a dar un paseo, supuse que lo hizo con la pequeña zorrita.

Me encerré en el cuarto arreglando lo que me pondría en la noche, ya había llamado a Mel y a Alex y ambas me habían asegurado que irían. El chico «A» no me había llamado desde aquella noche, quizá solo era una broma o tal vez se aburrió…

Cuando el reloj marcaba las 6:00 comencé a alistarme para la fiesta, mi tía había salido con su hija y quizá no llegarían. Acostumbraban hacer eso los fines de semana.

Me sumergí en la tina del baño mientras escuchaba “Lovesong” de Adele…

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Los pequeños reflejos de la luna caían por la enorme casa a la que nos había traído Santiago,  uno de los amigos de mi hermano, él cursaba el sexto grado; y también prácticamente babeaba por Mel que lucía hermosísima; ella vestía un hermoso vestido color dorado, era corto y con tirantes, dejaba relucir su figura y hombros. Alex también estaba con nosotras en el mismo Auto, optó por un vestido rojo que dejaba al descubierto parte de su espalda.

Mis hermanos se encontraban en otro auto el cual venía detrás de nosotros, imagino la cara de Den al ver a Mel…

Yo había decidido lucir un vestido azul rey, corto, con una pequeña cinta negra debajo del busto, tipo strapless, con zapatos de tacón plateados, muy altos. Me encantaba ese vestido. Cuando bajamos del auto fuimos atendidos por una hermosa señora de unos treinta años, ella nos recibió muy amablemente, al parecer era la mamá de uno de los chicos que había viajado y por eso había ofrecido aquella fiesta para todos.

El auto donde mis hermanos se encontraban ya se estaba acercando, no supe cómo, pero yo comencé a distraerme mientras que un par de ojos me habían atrapado de forma descomunal, ojos azules… mirada salvaje… misteriosa… posesiva…

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Bueno!! Aquí está este capi!:) >.< Espero les guste, se que las dejé intrigadas pero así es esto XD jajaj geme mel: me reí mucho con tu coment loco y dramático, me encanta!! Ya sabrás que ocurrirá paciencia!! >.< además ya casi lo confesaba. ¿o era otra cosa? Te adoro gemee >.< Bella_22: me encanta te encante leer >.< haha XD abrazos para ti también. ¡Ya verán cual es el misterio! Luz: hermosaa no te comas las uñas!!>.< ok no ._. Gracias por seguirme!

Si tienen alguna sugerenci háganmela saber :D hago todo lo posible por subir seguido, pero ya saben que estoy con muchos fics jaja además me queda poco para comenzar las clases u.u ¡Las quiero mucho! Mañana o el miércoles actualizo mi destino :D kises y abrasos de Emmett poderoso.♥