Amar Después de Morir

Autor: Day_Swan
Género: Fantasí­a
Fecha Creación: 17/08/2012
Fecha Actualización: 04/01/2014
Finalizado: SI
Votos: 11
Comentarios: 86
Visitas: 65241
Capítulos: 41

“Amar Después de Morir”

Secuela de: “El Ángel de Alec Vulturi."

Sinopsis.

Después de la muerte de Melissa, Alec vuelve a ser el mismo de antes, frio, calculador y distante, con solo una palabra grabada en su mente: Venganza, luego de efectuarla pensaba morir, ya no sentía la necesidad de vivir sin su único amor. Por otra parte Aarón tampoco ha superado la muerte de la joven, pero todo cambiara cuando Alex sueñe el futuro, al igual que Alice, ambas vieron a una humana, una humana que cambiará la vida de todos; de nuevo. ¿Quién será ella?

Nada en esta vida es imposible, lo incierto puede que sea cierto, el amor es dolor, pero también alegría; una segunda vida, una segunda oportunidad, personalidades distintas, un mismo rostro, ¿una misma alma?, un amor, una promesa, amar después de morir…

Ella, una joven que oculta su verdadera personalidad y finge ser rebelde y caprichosa…

Él, un vampiro dolido por la pérdida del amor de su vida…

 


TRAILER DEL FIC: http://www.youtube.com/watch?v=Of0dvtHqjHM&feature=youtu.be

Algunos de los personajes pertenecen a Meyer, la historia es de mi completa autría basada en las ideas de dicha autora, los personajes nuevos son de mi imaginacion.

Espero les agrade la segunda parte de "El Ángel de Alec Vulturi"

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MIS DEMAS FIC'S:

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"PASIÓN INSACIABLE" (fic corto)

"UNA NAVIDAD EN EL CASTILLO VULTURI" (one shot)

"OSCURA TENTACIÓN" (Fic largo)

Mi facebook: Daymelis Ramos

Perfil Fanfiction:Day M. Odair

 

Sin más las dejo con esta hermosa historia, espero que les guste.

*Day_Swan*

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Capítulo 31: "Pasado, presente & futuro"

“Pasado, presente & futuro”

Capítulo veintiocho.

Ella sintió su presencia, aún así no fue capaz de voltearse y mirarlo. Estaba muy enfadada con él, y también con ella misma, pues muy en el fondo sabía que debió haber actuado, haberle gritado, pero no había hecho nada. Suspiró frustradamente y alejó las ganas de llorar por todo lo que había ocurrido aquella noche. Alec no debió actuar así, Alec no debió lastimarla. Ella podía defenderse sola y, además, Jordan estaba muy lejos de faltarle el respeto, solo había sido insistente, como siempre; pero ella sabía que podía persuadirlo.

Alec no debió exponerse. Era cierto que los Vulturi ya no eran la realeza, pero seguían estando Stefan y Vladimir, y estos no dudarían en sancionarlos si se enterasen de lo que Alec había hecho en público, por eso, y por el resentimiento que ambos vampiros le guardaban a Alec por ser parte de los Vulturis por más de seiscientos años.

Ella tenía también miedo, no quería que lastimaran a Alec.

Ella no lo soportaría.

— ¿Te encuentras bien? —inquirió la voz de Alec, sonando preocupada y sedosa.

Ella se quedó en silencio, sin saber qué decirle.

—Yo… no sé qué me ocurrió… —trató de decirle Alec.

Ella tomó un largo suspiro, él se encontraba tras de ella, pero Day sabía que no podía mirarlo, no aún.

— ¿Sabes lo que hubiera ocurrido si fueras llegado a más? —preguntó la chica—. Fue un gran error, Alec. ¡Un gran error! ¿Qué si mis hermanos hubieran estado allí? ¿Qué si no podías utilizar tus habilidades con Jordan? ¿Me lastimarías más? Físicamente hablando, claro.

Ella se rió sin humor.

—No. —Rugió Alec, negando enérgicamente con la cabeza. Su voz agitada—. ¿Cómo eres capaz de decir eso?

—Porque me lastimaste Alec. Me lastimaste —recalcó la última frase lentamente—. Lo hiciste la primera vez, ¿quién me dice que no es la primera de muchas?

—Yo. —Alec se acercó a ella. La chica se dio la vuelta, pero inmediatamente se alejó de él. Eso a Alec le dolió—. Perdóname, por favor. Eso se salió de mis manos, no quiero perderte otra vez.

Daymelis frunció el ceño, pues no había comprendido.

— ¿Perderme otra vez?

Alec apretó el puente de su nariz.

—Olvídalo. —Se acercó a ella, pero mientras más se acercaba, ella más se alejaba—. Sólo pido que me perdones. Yo no voy a lastimarte más.

Ella consideró sus palabras, con sus brazos cruzados.

Ella temía que ambos se hicieran daño, y por más que trataba no podían evitar comparar a Astor con Alec. No es que amara a Astor, simplemente no quería que la historia de Alec junto a ella terminara, como había terminado con Astor.

Ella sentía en su corazón que Alec era más, mucho más que Astor.

Alec era su futuro.

Su presente.

Y aunque no lo recordara, también había sido su pasado.

Siempre había sido Alec.

—Te amo, déjame demostrarte que lo hago, te amo. No me quites esta oportunidad, tú y yo estamos destinados a estar unidos, eso lo sabes. —Alec se aproximó hasta ella y la acercó a su pecho, tomándola por su cadera, y obligándola a que le mirara a los ojos y le sostuviera la mirada—. Tú lo sientes. —Colocó su fría mano en su corazón—. Lo sientes aquí, desde que me viste por primera vez, tu corazón me reconoció, tu alma y tu piel, eres mía, y no voy a perderte. Tú sabes que no lo haré, lucharé contra mis demonios, lo juro, con tal de tenerte a mi lado.

Sentía sus ojos humedecidos, simplemente no tenía palabras.

Alec acunó su rostro entre sus manos y alejó con dulzura las lágrimas que ya salían por los ojos de ella, le sonrió de medio lado, aunque tristemente. Daymelis estuvo segura que si él pudiese llorar, en ese momento lo estuviese haciendo.

Sus ojos mostraban emociones distintas, emociones que él había manifestado con sus palabras.

¿Dónde había estado Alec todo este tiempo? —se preguntó.

La brisa golpeaba suavemente su rostro. Sus brazos abrazaban su propio cuerpo, logrando así que el mismo entrara en calor. Cerró los ojos e imaginó que se encontraba en otro sitio. Pues si recordaba que Alec se encontraba allí, justo en frente de ella perdería la cabeza y la poca razón que todavía le quedaba. Él estaba ahí, mirándola con adoración, esperando por una respuesta de su parte. Esperando un beso o alguna caricia que le dijera que ella lo había perdonado. Pero el tiempo pasaba, incluso para ellos transcurría con lentitud. Mientras que ambos perdían la poca cordura que habían guardado. El tiempo cada vez se hacía más y más pesado y agotador para los dos.

Alec sabía que tenía que esperar pacientemente por una respuesta; sin embargo la idea de Day rechazando su amor le carcomía por dentro. Él sabía que ella lo amaba. Él sabía que lo que le había mencionado era cierto. Ella lo reconocía, ella lo amaba, pero también tenía presente que tenía miedo de decepcionarse de él.

Daymelis había perdido la confianza. Alec lo sabía.

La chica sollozó y Alec enterró su rostro en el cuello de ella, abrazándola fuertemente, sintiendo que algo despertaba en su corazón. Ella era su ángel, su vida y por cada lágrima que ella derramaba, su vida se desmoronaba.

Al igual que su corazón.

Alec sintió como los hombros de Day se sacudían, esa era la señal de que ella estaba llorando. Él le acarició el cabello con sus frías manos, mientras le susurraba palabras de aliento al oído y la mecía consoladoramente.

La chica en silencio se lo agradecía. No sabía que exactamente había sentido cuando Alec había dicho aquellas hermosas palabras, solamente estaba enterada del cosquilleo que se presentó en su corazón. Alec verdaderamente la amaba, y no importaba cuántas veces él falle, ella lo amaba también, y eso seguiría siendo así.

Ninguna circunstancia iba a impedir que el amor de los dos creciera cada día...

Estaban juntos ahora, y tenían que tratar de estarlo por más tiempo, y si fuera para siempre sería perfecto para los dos.

Ella misma limpio sus lágrimas y suspiro para tratando de tranquilizarse. Alec vio sus ojos enrojecidos y se estremeció. El maquillaje de la chica estaba destrozado, manchado desde la comisura de sus ojos hasta la barbilla, marcando el camino de sus lágrimas. Ella lo miró a los ojos y él frunció el seño, besó su frente y esperó, sin decir nada, callado.

—Lo siento. —Fue lo que ella dijo, en un gemido involuntario.

Alec negó con la cabeza enérgicamente.

—Soy yo el que tiene que disculparse aquí —murmuró contra su cabello. Ella correspondió su abrazo, ocultando su cabeza en su pecho. Disfrutó del aroma de su perfume, el cual le aturdía.

—No quiero que esto ocurra de nuevo, Alec —dijo la muchacha, mirándolo a los ojos, con una gran preocupación plasmados en ellos.

Alec asintió con la cabeza.

—Esto no volverá a pasar.

.

.

Astor POV.

Esa noche yo había estado ahí, utilizando un truco para no ser rastreado por los vampiros, esa noche la había visto en los brazos de otro.

La había perdido.

Durante los meses ausentes había estado tratando de acercarme a ella para poder darle explicaciones. Explicaciones que ella no exigía, y explicaciones que no quería escuchar. Ella estaba cerrada a la idea de perdonarme y yo la entendía. Debí ser sincero, debí contarle todo, aunque una parte de mí, me decía que igualmente ella me fuera dejado atrás.  Sus hermanos me habían alejado de ella, y Alec también lo había hecho.

A Alec le convenía más que nadie.

Pero estaba seguro que a esa pareja no le quedaba mucho tiempo.

Yo había entrado en la vida de Day por conveniencia, así había sido al principio, todo cambió cuando descubrí que me había enamorado de ella, como nunca antes lo había hecho con nadie. Y, por supuesto, eso había desatado la furia de Úrsula y de los demás hechiceros. Yo no podía sentir nada por Day, ella era la llave que desbloqueaba mis poderes, y mis poderes dependía de ella, y también de mí, yo tenía que sacrificarla, pero no lo haría.

Mi teléfono móvil comenzó a sonar de nuevo.

Era Úrsula, una vez más.

Yo había sido perseguido y buscado por ella y por los demás hechiceros, afortunadamente no había sido atrapado por ninguno de estos; sin embargo tenía que seguir escondiéndome, pues sus poderes eran más fuertes que los míos, incluso, he pensado que en cualquier momento ellos me atraparían, yo solo debía limitarme en esconderme, porque jamás iba a hacer lo que ellos querían, jamás iba a realizar aquel sacrificio.

.

.

La noche fría era la que me acompañaba. Luego de haber recibido un extraño mensaje, citándome aquí en la plaza cercana a un colegio, estaba ansioso y preocupado. Sabía que no se trataba de Úrsula, ni de ningún otro hechicero. Pero si podría tratarse de un vampiro, desconocía el nombre de éste. Por eso me encontraba aquí, en medio de la noche, esperando al desconocido que me había citado, estaba preparado para cualquier cosa, si alguien iba a atacarme, yo me defendería.

El olor de vampiro se acercó a mí en menos de un minuto.

—Supongo que te carcomía la intriga —dijo una voz femenina tras mi espalda—, querías saber quién te había buscado, ¿no? Con solo mencionar el nombre de la humana fue suficiente para que cayeras.

Fruncí el ceño y luego gruñí.

Di media vuelta y la vi. Se trataba de un vampiro hembra, pelirroja y más baja que yo, ojos completamente rojizos, del mismo color de su cabello que estaba suelto y liso. Vestía de negro junto a una capa larga y elegante que la llevaba sobre sus hombros. Ella me miraba con una media sonrisa en sus labios.

— ¿Quién eres? —pregunté. Tratando de hacer como si no la conociera.

Ella soltó una carcajada y alzó una de sus cejas.

—Sé que me recuerdas, Astor. —Ella se quitó la capa, dejándola a un lado—. Hablemos de negocios.

Quise responderle que no quería saber nada, pero la verdad era que sí quería.

— ¿De qué hablas? —pregunté inmediatamente—. ¿Qué negocios?

Ella soltó otra carcajada, casi angelical, casi.

—Me explico, querido Astor. —Ella caminó alrededor de mí como si fuese una gata y me estuviese acechando como un pequeño ratoncillo—. Tú y yo tenemos intereses en común, ¿entiendes?

Yo la miré perplejo, sin comprender.

¿De qué rayos estaba hablando?

¿Qué se suponía que teníamos en común?

Solo la había visto dos veces en mi vida, yo no tenía nada en común con vampiros, asquerosos vampiros.

— ¿Intereses en común? —Me reí—. No lo creo.

La vampiresa acarició un mechón de su cabello mientras pensaba. Yo estaba comenzando a irritarme con su actitud.

—Simple: Alec y la humana aquella. —Suspiró exageradamente y se sentó en un banquillo de la plaza, cruzando sus piernas y acomodando su vestido—. Quiero a esos dos separados, y sé que tú también lo quieres.

Alcé una ceja y sonreí de forma sarcástica.

— ¿Y qué te hace pensar que yo también quiero lo mismo? —inquirí, fingiendo indiferencia.

Ella entrecerró sus ojos, inspeccionándome con ellos.

— ¿Me crees tan tonta como para no darme cuenta? —insistió—. Investigué, querido. Tuviste una relación amorosa con ella. Él te la quitó y tú la estás espiando, tratando de acercarte otra vez. ¿No es así? ¿No la quieres recuperar?

—Quiero recuperarla —reconocí con el ceño fruncido—. Pero no necesito tu ayuda para hacerlo, ¿qué pretendes? ¿Pretendes que seamos los dos villanos tratando de separar a la pareja protagonista de una estúpida historia de amor?

Ella bufó y agitó su mano.

—No seas idiota, bien podría acabar con ella ahora mismo. —Miró sus uñas, de forma descuidada—. Puedo matarla y Alec será mío, puedo matarla nuevamente.

Estuve a punto de preguntarle qué quiso decir, pero ella siguió hablando.

—Pero Alec puede descubrirme, ahora sin Aro cubriéndome la espalda, todo es más difícil —reconoció la pelirroja.

Negué enérgicamente con la cabeza.

—Si la matas, ganarás más enemigos de los que tienes —le dije sinceramente, pero en tono de amenaza. Ella la captó.

— ¿Me estás amenazando, Astor? —Se rió descaradamente—. Porque sabes que es absurdo dado a la falta de la mitad de tus dones…

La fulminé con la mirada y me dispuse a dirigirme a mi moto para largarme de ahí.

—Es suficiente, no quiero escuchar más —mencioné con furia. Escuché a mi espalda la risa de la vampiresa y supe que estaba acabando con mi paciencia, la que por supuesto no era mucha.

—Tú te quedas con Daymelis, y yo me quedo con Alec. Así de simple, piénsalo —murmuró pero la escuché, no le respondí absolutamente nada, pues no había nada que decir, yo no iba a hacer más estupideces, no iba a aliarme a esa vampiresa.

Encendí la motocicleta y me alejé completamente de Samira.

 

Daymelis POV.

El profesor de programación causó que saliéramos mas tarde de lo normal. Nos había dejado un montón de tarea y por supuesto se acercaban los exámenes finales del lapso. Suspiré profundamente a causa del estrés, mucha tarea significaba menos tiempo  para Alec y yo cada vez lo necesitaba más junto a mí.

Luego de la fiesta y los "pequeños" altercados, Alec y yo habíamos estado más unidos. Compartíamos mucho más y además estábamos tratando de agrandar la confianza el uno al otro.

Salí del salón de clases luego de haber cogido mi bolso y libros. Estaba demasiado apurada...

 

—Hey —saludó alguien a mi espalda, causando que me detuviera—. ¿Puedes hablar? —inquirió la voz de Jordan, mientras trataba de sonreír, pero sólo fue capaz de mostrar una pequeña mueca.

—Claro —respondí y estaba confundida—. Puedes decirme lo que quieras.

Luego de haber dicho esto Jordan se debatió internamente –por lo que noté– en decirme lo que sea que quisiera hablar. Esperé impacientemente que decidiera hablar o quedarse callado. Jordan no era uno de los chicos que se quedaba callado seguido, al contrario de esto, él era demasiado expresivo y hablador, comunicaba sus pensamientos sin miedo, pues esa era su personalidad. Sin embargo ahora todo se había ido, y un Jordan extremadamente dudoso me miraba escogiendo las palabras adecuadas para comunicarme algo.

—Yo no conozco mucho a Alec —comenzó Jordan, dudando—, pero estoy seguro de lo que vi. Vi lo que él hizo, y vi lo que te hizo a ti.

Me estremecí.

Obviamente lo había visto, yo también lo había visto, aquello había pasado en realidad, pero Jordan no debía saber la imprudencia que Alec cometió aquella noche.

— ¿Qué se supone que viste? —Fingí estar confundida—. No entiendo de qué hablas.

Jordan resopló y acomodó nuevamente su morral encima de su hombro.

—No trates de confundirme. Y escucha: se como es él y se cómo eres tú. —Me miró fijamente a los ojos—. Tú no mereces esto, el te lastimó y...

—Por favor, ya basta —murmuré, interrumpiéndolo—. Tú no tienes ningún derecho a involucrarte en esto. —Al ver el ceño fruncido de Jordan me sentí mal por él—. No quise decirlo de este modo... sólo... yo sé cuidarme muy bien, gracias por preocuparte.

Él abrió su boca un par de veces pero no dijo nada y yo sin esperar una respuesta por parte de él, salí por el portón para encontrarme a Alec en su BMW negro.

Alec me sonrió cálidamente mientras abría la puerta del auto para mí. Él vestía una camisa de lino gris que se aferraba a su abdomen y la vista era completamente satisfactoria. Le di un beso en los labios en forma de saludo y le sonreí, al momento que iba a subir al auto supe que algo no andaba bien, pues Alec se había detenido y se había quedado completamente quieto, y en alerta. Lo miré fijamente, esperando que me explicara, pero la explicación jamás llegó.

—Tengo que sacarte de aquí —dijo metiéndome en el auto rápidamente, luego subió él y encendió el motor y puso sus manos al volante para comenzar a conducir.

Yo estaba exaltada.

— ¡¿Qué?! ¿Por qué? —pregunté desorientada.

Alec salió del estacionamiento, alcanzando niveles de velocidad prohibidos. Sus ojos estaba fijos en el camino, yo me aferraba fieramente al asiento, asustada.

—A-Alec —tartamudeé—. ¿Qué rayos ocurre? —pregunté nuevamente.

Alec gruñó por lo bajo y frenó, estacionándose frente a una panadería. Poco a poco las gotas de la lluvia fueron empapando el parabrisas.

—Por un momento rastreé a… —Él se quedó callado, y yo estuve segura que iba a mencionar exactamente a alguien, pero se arrepintió—. A un vampiro.

No sabía si mentía, o decía la verdad.

Pero, ¿para qué Alec tendría la necesidad de mentir?

No, no tenía ninguna necesidad de hacerlo.

— ¿Y qué pasó? —Mis ojos evaluaban su rostro, en busca de una respuesta.

—Se esfumó —contestó en un susurro.

El único sonido que se percibía era el de la lluvia cayendo en el suelo. Yo tenía frío y no había traído nada para protegerme. Alec se limitó en poner la calefacción, aún sin hablar, ni poner el auto en marcha.

Alec estaba demasiado extraño.

— ¿Alec? —lo llamé.

Él me miró, sus ojos se veían preocupados.

—No quiero que nada malo suceda —dijo, atrayéndome a su pecho, y yo sin saber por qué lo había dicho, me dejé abrazar, cerrando los ojos en el proceso.

.

.

Cuando Alec me dejó en casa, prometiéndome que vendría por mí en dos horas subí a mi habitación para ducharme. Eran las seis de la tarde, mis hermanos no habían llegado y yo estaba sola en casa. Me despojé del uniforme de la escuela y cuando lo hacía sentí algo extraño en mí. Volteé mi cabeza había la ventana, pensando que alguien podría estar abajo mirándome, pero no era así, solamente fui capaz de observar el enrome árbol viejo que se encontraba al frente de mi balcón.

Suspiré y me dirigí a la ducha después de eso.

Cuando salí, en busca de la ropa que usaría me ocurrió exactamente lo mismo, sentía que alguien estaba cerca, y yo quería creer que se trataba de Alec, que se encontraba en algún sitio, escondido observándome mientras me jugaba una broma.

Pero Alec no era así.

Yo me había asustado cuando fue en busca de mí al colegio y me dijo que no quería que nada malo ocurriera, ¿a qué se refería?

Yo quería pensar que todo esto se trataba de una locura, no había nadie en casa ahora, nadie me observaba, y yo sólo estaba imaginando.

Luego de haberme peinado y maquillado escogí unos pantalones entubados color azul, junto con una blusa mangas largas beige, y encima me coloqué una chaqueta acolchada negra. Me puse unos botines beige y cogí mi bolso. Bajé a la sala, encontrándome con Dennis y Gabriel allanando la cocina.

—Whoa, Whoa, calma bestias, la comida jamás se irá. —Me burlé de ambos—. ¿No guardan un poco?

Dennis me lanzó una bolsa con papas fritas, pero yo no logré atraparlas y estas cayeron al piso. Mi hermano puso los ojos en blanco.

—Luego no digas que no te di papas —dijo con la boca llena de papas con Coca-cola—. Desperdiciaste comida, eres una pecadora.

—Idiota —murmuré dándole un zape en la cabeza. Luego me dirigí hacía Gabriel, quien observaba ensimismado el refrigerador—. ¿Tú, que tienes para mí?

—Toma esto… esto… un poco de esto… y esto. —Murmuró cuando me pasaba comida imaginaria.

—Ustedes están dementes —dije negando con la cabeza.

—El demente aquí es tu querido hermano, Dennis —anunció Gabriel, sonriendo maliciosamente—. Apenas cuando salimos de la escuela andaba diciendo que alguien nos observaba, ¿qué le pasa? Ni que fuéramos famosos…

— ¡¿Qué?! —pregunté sobresaltada—. A ver, a ver, retrocede. ¿¿Alguien los observaba?

—No lo sé Day —reconoció Dennis, frotándose la nuca con su mano—. Yo solo pensé eso… y Melissa no estaba cerca y como ya sabes ella tiene… habilidades para sentir a la gente o… rastrearla.

—Alec rastreó a alguien esta tarde, alguien que estaba cerca de la escuela —mencioné, tratando de unir piezas.

— ¿Qué estás diciendo? —Exigió saber Gabriel—. ¿Qué todas las locuras que Dennis ha dicho es… verdad?

—Probablemente —reconocí.

—Él piensa que… que nos… —Gabriel se estremeció y no fue capaz de terminar su frase.

—Yo pienso que alguien nos siguió hasta aquí. Alguien quería saber donde vivíamos o algo así, o simplemente es un demente que quiere asustarnos. —Yo no estaba muy segura de lo que había dicho Dennis, pero en parte sí le veía la razón. En la habitación me había sentido así: observada.

Alguien estaba tratando de violar nuestra privacidad.


¡Hola! realmente agradezco todos sus comentarios, estoy muy feliz de que les esté gustando como va la historia! Espero que este les haya encantado como los demás! *-* ¿Qué opinan de lo que ocurrió en este capítulo? :3 Espero sus comentarios! y estoy de acuerdo con lo que Alec es realmente sexy, es que Dios, el es tan caliente! xD  Bueno, bueno, alguien me pregunto (2K_VULTURI)  si continuaría "Un nuevo amor" la verdad es que esta historia era grandiosa, pero no la estaba escribiendo sola, la escribía con otras dos chicas (Entre ellas Melrivers) y las dos decidieron dejar la historia y la idea principal era de ellas, asi que... no puedo continuarla. Pero eso no quiere decir que deje esta, esta historia se escribe sola! es decir, la tengo en mi mente, el final, todo! *-* bueno, pero por supuesto hay cositas que aporte al fic "Un nuevo amor" asi que esas cositas que aporté las voy a tomar para otra historia! sólo que aún lo estoy pensando :3 hable con mel sobre tu comentario y te manda saludos! cuando tenga un mensaje de parte de ella te lo haré llegar. ☺

Bueno, a todas muchas gracias! nos leemos! :D

Saludos a BELLA_22, NENAMADILINDA, 2K_VULTURI, MARII_SALINAS, MELISAMONTERO, JENNY KOVACS, MONICA_SWAN38, KARENITZ3LVULTURI, :3

Gracias por el apoyo.

 

 Day :D

 

Capítulo 30: "Fiesta" Capítulo 32: "Misterios"

 
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