“First Love”

Capítulo trece

“Quizá el primer amor duela, no sea perfecto, pero existe el segundo, el que cura, el que cuida, el más verdadero”

Daymelis Pov’s

El primer amor en ocasiones lo consideramos como el único y verdadero, podría asegurarlo, porque yo en menos de un mes no había imaginado que me sentiría siquiera atraída por un chico, pero todo cambió, sin darme cuenta y sin saber cómo, yo me había fijado en él, en su sonrisa, en su personalidad, en su misterio, estaba cautivada —incluso desde que lo vi por primera vez lo estaba—, y eso no cambió, cuando lo conocí de verdad sentí cosas extrañas, para mí, para una chica de diecisiete años que jamás en la vida se había enamorado, pero que de pronto viene un chico casi rubio, con una hermosa sonrisa, y esos ojos que son el mismo cielo, cuando solo se concentran en los míos.

Me había enamorado.

Pero no sabía hasta que limite llegaba ese amor.

Era el primero, y llegué a pensar que sería el único.

Solo me quedaban unas pocas semanas para alejarme de Astor, y no sabía por cuánto tiempo, ni siquiera sabía si lo volvería a ver.

Ahí manifesté por primera vez el miedo a perderlo.

¿Así se sentía verdaderamente?

Toqué con cuidado la puerta de la habitación de Gabriel para llamar su atención y me acompañara a la sala con nuestra nueva… ¿familia?

Era tan raro, yo nunca me había imaginado que nos adoptarían, y estoy segura que mis hermanos tampoco se lo habían imaginado jamás.

— ¡Pasa, enana!

— ¿Cómo sabes que soy yo? —interrogué cuando entraba a su habitación y lo encontraba muy concentrado en un libro de castellano.

—Tocas como nena. Además Dennis no toca la puerta, es obvio.

¡Claro!

Gabriel puso los ojos en blanco cuando respondía.

—Mira… allá abajo hay visita —notifiqué mirando sus libros con interés—, los Cullen… uh… hermanos y padres nuevos.

— ¡No te atrevas a cambiarnos!

— ¡Idiota! —le di un zape y salí corriendo al ver que me perseguiría—, ¡bajemos ya y deja el juego!

Mis hermanos siempre me tomaban como el pequeño peluche y muñeca de ambos, era frustrante.

— ¡Hola! —brincó Alice al vernos, todos observaban a mi hermano con asombro, bueno, solo Alice y Jasper, ya que Carlisle y Esme lo hicieron cuando nos vieron por primera vez, a los dos—, ¡Es un gusto conocerte! —Gabriel sonrió tímidamente y se presentó ante los dos desconocidos con demasiada cortesía.

Carlisle era un hombre extremadamente joven, lo aparentaba, y su piel era muy pálida, del mismo tono de Alex, Jason y Lucia, la piel de Alice, Jasper y Esme era exactamente igual, sus ojos dorados también lo eran, ha de ser porque son extranjeros.

Las únicas personas extranjeras que había conocido son las de España, y su tez es distinta a la de los Cullen y Rivera.

Son tan fríos.

Pero cálidos a la vez.

Me hacen sentir cómoda.

Carlisle y Esme eran demasiado paternales, cuidadosos y sobreprotectores, lo podía notar; Alice pintoresca, elegante y, además de ello, entusiasta. Jasper, por otra parte, me reflejaba ternura, su juvenil rostro era tan hermoso y su sonrisa era como la de un pequeño niño indefenso y tierna, pero también tenía un aspecto varonil y maduro que me confundía, era todo un enigma para mí.

Me daba curiosidad la personalidad de cada uno.

Porque sentía algo extraño.

Gabriel enseguida se sintió a gusto con todos, los cinco entraron en una cálida conversación en la que pocas veces me entrometía, Gabriel solía ser más hablador que yo en ocasiones, pero era muy difícil ganarse la confianza de él, porque también podía ser muy callado.

— ¡Llegó por quien lloraban! —exclamó Dennis entrando con Mel, ambos tomados de la mano y sonrojados, con sus labios un poco hinchados y rojos.

Dennis se sonrojó al notar que había visita.

— ¡Hola! —saltó Alice del sillón de nuevo, me reí por lo bajo, Alice saludó a Dennis con efusividad y luego hizo lo mismo con Melissa.

Y para completar el maravilloso día, Mel me informó que era la novia de mi hermano.

*

*

*

No pienses eso ahora… si tú me aceptas yo cambio mi vida por ti, renuncio a lo que sea, solo por estar contigo, por toda la eternidad…

No pienses eso ahora… si tú me aceptas yo cambio mi vida por ti, renuncio a lo que sea, solo por estar contigo, por toda la eternidad…

Por toda la eternidad…

Esas fueron las palabras que se repetían en mi mente aquella noche, en la voz que ya desde hace algunas semanas ‘escuchaba’ en mi mente.

Patético.

Estoy loca.

Días después…

4-Diciembre.

¡Masoquista! Lo soy. En la noche saldría de nuevo con As. El me había invitado y yo acepté, sabiendo que quizá no tendría un futuro con él.

No logro entenderme.

Y él logra confundirme.

Pero lo quiero.

Otro día más, otro dio en el instituto, en pruebas finales y soportando tantas cosas, era increíble todo lo que podía vivir y los arranques de ira que la gente puede ocasionar en mí, pero trato de dejar mi mente despejada, siempre lo hago, por mi bien.

¡Pero es que a veces me dan unas ganas descontroladas de matar a Danna!

Ella era una zorra, que quería meter sus narices en la relación de mi hermano y mi amiga, pero eso jamás lo iba a permitir, ¡jamás!

¿Por qué demonios no se iba por donde había venido?

Ella no era fea, podría tener a quien quisiera, no entendía por qué el empeño en mi hermano.

Narrador Pov’s.

Danna le tenía miedo, Melissa lo sabía, y por eso había decidido no quedarse con los brazos cruzados, era demasiado celosa como para hacerlo.

Dennis era guapo, simpático, con una hermosa personalidad, sus ojos de un tono azul intenso podrían deslumbrar a cualquiera, su perfecto y blanco rostro sin una pizca de imperfección parecido al de un ángel daba la impresión de que él no era real, su belleza iba más allá de los limites, y Melissa sabía que muchas babeaban por su novio, desde que llegó lo había notado y las entendía.

Pero ella no era una adolescente, ella no se había impresionado solamente por aquella belleza sobrenatural sino por su alma y sentimientos, los cuales sintió —aunque de forma extraña—, desde que lo conoció, su don le permitió aquello, su poder le permitió saber qué clase de chico era él.

Y Dennis era el chico indicado para ella.

Por eso quería cuidarlo.

Lo miraba con detenimiento y no se explicaba como habían cambiado las cosas desde el día anterior.

Fue mágico.

—Es una maldita —refunfuñó por lo bajo al notar como Danna se comía con la mirada a Dennis; Day, que estaba cerca de ambos, haló del brazo a su hermano y se lo llevó del lado de la golfa.

¡Oh, pero como amaba a su cuñada!

— ¿Cómo lo llevan con lo de la adopción? —preguntó Melissa interesada, Day frunció levemente el ceño y el hermano de ésta intento sonreír, Alex y Gabriel se encontraban platicando muy animadamente a cierta distancia, ambos se la estaban comenzando a llevar de maravilla, algo que todos habían notado.

—Uh… pues bien, son buenas personas —sonrió Daymelis al decir—, pero me temo que habrán cambios, en navidad nos iremos con ellos —no pudo evitar sentirse mal por el asunto.

Melissa entendió el mensaje y frunció su entrecejo.

Dennis la abrazó por la cintura.

—Estaremos aquí de nuevo, en enero, lo sé —le dijo Dennis sonando seguro.

—Lo sé —sonrió la hibrida mientras hablaba—, pero recuerda que yo no estaré todo el año aquí —Daymelis se sorprendió al escuchar aquello, nadie le había dicho anda sobre eso.

— ¡¿Qué?! —preguntó sobresaltada y sorprendida.

Nadie fue capaz de responderle.

— ¿Mel? —Le llamó en un susurro, increíblemente perdida—, ¿se van? ¿Ustedes… se van? —de pronto el miedo la invadió, ¿Cómo era posible que se fueran cuando apenas acababan de llegar?

—Lo… lo siento —respondió Melissa sinceramente—, yo quería decírtelo, pero te encontraba siempre tan distraída, pero es la verdad Day, mi familia y yo solo veníamos por un tiempo, lo más seguro es que regresemos a casa cuando termine el invierno —era obvio que así seria, el sol sería mucho más frecuente en enero, y era imposible que los Rivera se quedaran.

Dennis también se entristeció.

—Mmm… te extrañaré, los extrañaré.

Era imposible no extrañarlos, ellos en poco tiempo se habían convertido en ‘personas’ importantes para los hermanos Gilbert.

¿Qué se suponía iba a pasar en su ausencia?

*

*

*

La noche había llegado y ella no sabía cómo vestirse, As no le había dicho a dónde irían, Daymelis había intentado por todos los medios saberlo pero fue imposible, el no quiso revelar nada.

Solo mencionó atuendo elegante.

¡¿Qué demonios me pongo?!

Rebuscó una vez más en su closet y decidió usar un hermoso y sencillo vestido color crema, el cual era corto y se ajustaba perfectamente a su esbelta y delgada figura, era tipo strapless y tenia ciertas piedras color plata en la parte baja del busto, acompañó el vestido, con unos zapatos de tacón color dorado y su cabellera larga y caoba, la dejó suelta.

 La chica al bajar las escaleras se sintió repentinamente nerviosa y sabia la razón, la cual no quería volver a repetirla en su mente.

— ¡Wow! —Exclamó Gabriel al ver a su hermana—, eres mucho para ese idiota —refunfuñó y su hermana rió musicalmente.

—En efecto —concordó Dennis viendo la televisión, intentando restarle importancia a la casi relación amorosa de su hermana y el raro rubio, pero fallando en el intento.

— ¡Bah! —bufó Daymelis sentándose en la sala, pero al instante, escuchó el sonido de la bocina de un auto afuera, su corazón comenzó a latir desenfrenadamente.

Aquí vamos…

—Ya sabes que no estoy de acuerdo, y ya sé que no te he pedido disculpas por lo de la otra vez —Daymelis puso los ojos en blanco ante el discurso de Dennis—, pero si ese idiota se porta mal nos llamas inmediatamente, y pateamos su trasero de niño lindo —rió sarcásticamente junto con Gabriel.

—Estaré feliz en hacerlo —agregó Gabriel maliciosamente—, y a cualquiera que se acerque a la enana.

Daymelis señaló sus tacones.

—Hoy no hay enana —rió y besó a ambos en sus mejillas para despedirse, pero sus hermanos la acompañaron hasta la puerta.

Un Audi R8 4.2 FSI quattro R-tronic se encontraba estacionado en frente de la casa de los hermanos, los chicos soltaron un silbido apreciando el auto e ignorando por completo al joven que se encontraba recostado en el Audi.

Astor vestía elegantemente, con una chaqueta de cuero color negro y sus pantalones junto con una camisa de lino azul, aquel aspecto le daba un toque sexy, además de que su cabello rubio mojado a causa de la ducha dejaba sin palabras a la chica que loa admiraba entretenidamente, sus ojos ahora grises se encontraban fijos en los de ella.

Él admiraba el rostro de aquel ángel y sus confusiones volvieron.

Sus torneadas piernas podían ser exhibidas a causa del vestido corto que ella portaba, sus delicados hombros solo cubiertos por su larga cabellera daban la impresión de estar observando a un delicado y dulce ángel que se sonroja bajo su penetrante mirada.

Ella era hermosa.

Y esa noche su belleza era aún más autentica, a la luz de la luna, con sus ojos brillantes.

Le daban ese aspecto sensual, que ni ella misma había notado antes.

El sonido de alguien carraspeando los sacó de su guerra de miradas, se concentraron en donde se encontraban y Astor caminó hacia la ubicación de ella con una enorme sonrisa, mostrando su perfecta y blanca dentadura.

Ella esperó a que él tomara su mano, y él así lo hizo.

Los hermanos de Daymelis entraron a la casa y de inmediato el ambiente entre los dos chicos cambió, se sentían nerviosos, pero cómodos.

—Estás… hermosa. —alagó Astor nuevamente, cada vez que la veía lo decía, ya era una costumbre.

—Gracias.

—Es la verdad —se encogió de hombros.

—Lo sé —dijo la chica y Astor se echó a reír.

—Eres increíble —la miró a los ojos aún riendo—. ¿Vamos?

Ella asintió y él apretó su mano llevándola hacia el auto, abriendo la puerta de éste para ella y luego de rodear el auto a paso calmado, subió.

— ¿A dónde vamos? —Preguntó ella nuevamente, Astor negó con la cabeza encendiendo el motor—, ¿o sea que no me dirás?

—No.

— ¿Por qué? —preguntó curiosa, Astor puso los ojos en blanco mientras comenzaba a manejar.

—Quiero que te sorprendas, es sorpresa —le dijo como si fuese lo más obvio.

— ¡Pero si siempre me sorprendes!

—Pero hoy es distinto.

¿Distinto, por qué? ¡Oh mi dios!

Quería preguntar lo que había formulado en su mente, más no fue capaz.

— ¿No preguntarás, por qué es distinto? —interrogó el chico concentrándose en la carretera, Daymelis evitó reírse y siguió mirando por la ventana mientras respondía:

—No. No me lo dirás.

—No te lo diré, pero no falta mucho, ¿tienes miedo que te rapte? —preguntó él burlonamente, se preguntaba como esa chica era capaz de cambiar su personalidad de la noche a la mañana.

— ¿Quieres hacerlo? —inquirió súbitamente.

—Eres hermosa, inteligente, buena, divertida, ¿Quién no querría tenerte por siempre? —le respondió seguro de lo que hablaba y de nuevo tomando totalmente desprevenida a la chica junto a él, ella no sabía que responderle.

¿Cómo hace para coquetear con cada frase que dice?

Seguramente tiene experiencia…

—Supongo que varios, también tengo defectos —le dijo recuperando el aliento, Astor rió por lo bajo.

—Precisamente eso te hace perfecta, asumes tus defectos.

—A ver. ¿Quieres decir que mis defectos me hacen perfecta? —inquirió irónicamente.

—No, quiero decir que todo lo que concierne a ti, me hace ver que la perfección existe, e incluyendo tu personalidad, la cual  tiene una principal regla: el ser modesta y por supuesto, añadiendo lo que mencionaste, sabes que tienes defectos, pero esos son menores a tus atributos, y la mayoría gana ¿no? —argumentó lentamente, con su sedosa y sensual voz, Daymelis quedó aturdida.

—Vaya… eres muy bueno adulando, ¿has ganado algún premio? Te lo mereces —rió evitando que el chico notara su sonrojo y nerviosismo, pero fracasando.

— ¡No! Solo digo la verdad, y no he tenido tantas novias, ya sé que piensas que he sido un don Juan, pero no es así —Daymelis no pudo creerle.

Con ese cuerpo, ese rostro, y esa personalidad, todas las mujeres estarían detrás de él y de su sonrisa deslumbrante.

¡Y ella era una de esas!

— ¿Y quieres que te crea? —Se burló—, ¡bah!

Él se rió entre dientes.

—Te lo demostraré.

Aquello fue una promesa.

El lugar era completamente mágico y desconocido para Daymelis, era la primera vez que iba, era amplio, luminoso y elegante, había una gigantesca puerta en donde se encontraba un atractivo y fortachón hombre, podía leer las el nombre del lugar iluminadas con luces intermitentes “Esbarro Cel Servi Frut” el lugar estaba decorado de forma antigua y moderna a la vez, las paredes eran de color vino y se encontraban grandes ventanales adornados con cortinas de color vino y dorado.

Astor y Daymelis luego de bajar del auto entraron al restaurant y prácticamente la mandíbula de la chica calló al suelo, una enorme lámpara de cristales brillantes adornaba e iluminaba el centro del lugar, distintas mesas decoradas exactamente igual rodeaban estratégicamente un escenario donde se situaba un solitario micrófono y un banquillo; Astor ubicó a su acompañante en una de las mesas más cercanas al pequeño escenario y, luego de halar la silla para ella, se acomodaron en su mesa.

Si bien Daymelis había conocido lugares extraordinarios y elegantes además de prestigiosos, pero nada comparado con aquel sitio, ella tuvo miedo de estar fuera de lugar por su atuendo, agachó la cabeza avergonzada y los ojos penetrantes de Astor se clavaron en el rostro de ella como si supiese lo que estaba pensando.

—Estás hermosa.

Ella lo miró como si tuviera tres cabezas.

—Ya lo has dicho —le contestó sonriendo, pero aún así, se notaba preocupada.

—Solo quería recordártelo —se encogió de hombros al hablar.

—Gracias.

Los chicos ordenaron comida italiana y comenzaron a platicar y a comer entre risas y bromas, la estaban pasando de maravilla, pero Daymelis no era consciente de lo extraña que llegaba a sentirse, había desechado toda clase de sensaciones extrañas desde hacía mucho tiempo, ella pensaba en que era extraña y que tenía miedo a enamorarse de As, pero ya era tarde para pensar en esas cosas.

Astor también tenía mucho en que pensar.

—Tu nombre es extraño, es difícil de aprendérselo —se burló Astor abiertamente.

Daymelis hizo un mohín gracioso.

Pronto comenzó a cantar una linda chica, ella iba vestida con un largo y elegante vestido rojo, era alta, simpática y tenía la voz como un mismísimo ángel, Daymelis quedó maravillada, su voz acariciaba cada palabra de la canción, era simplemente fascinante escucharla.

—Canta hermoso… —comentó Day aún escuchando a la joven que cantaba “No veo la hora” de Noel Schajris.

La intensa mirada de Astor se apoderaba una vez más de los ojos de ella, ya no había presiones, ya no había excusas, ya no podía seguir ocultándolo, ella lo quería, no sabía con que intensidad, pero lo quería demasiado.

Y ella sentía que lo que estaba a punto de ocurrir, tenía que pasar…

Intentó ignorar los nervios, intentó ignorar sus miedos, intentó calmar aquel dolor en su pecho, y lo hizo, ignoró todo aquello y se concentró en los cálidos y hermosos ojos que la observaba, él se inclinó un poco más hacia ella, acarició su mentón con sus dedos, y lentamente se acercaron el uno al otro, para besarse, por primera vez.

Era el primer beso de ella, era su primer amor.

Sus labios se rozaron con tal dulzura que se sentía en el ambiente, mientras que los acordes de una guitarra anunciaban el final de la canción, fue un beso cortó, el corazón de ella latía más de lo acostumbrado, él había sido dulce, solo había sido un pequeño y dulce beso, uno de muchos, estaba segura.

—Te amo.

Le dijo él volviéndola a besar, y ella se dejó llevar…

*

*

*

Daymelis Pov’s.

Mi primer amor…

Me acurruqué en mi cama aún aturdida.

¡Me habían besado!

Oh demonios, me sentía como una tonta, me sentía feliz, pero tonta…

Yo era oficialmente la novia de As.

Suspiré intentando calmar mis emociones, todavía estaba el asunto del viaje… y también mis hermanos, ellos todavía no sabían nada, de mi relación…

¡Pero tienen que aceptarlo!

Cerré los ojos con la imagen de mi novio en mi mente, quería soñar con él… pero las cosas no fueron así.

Yo estaba en un enorme bosque, los arboles verdes y el olor a tierra mojada podía sentirlos en mis fosas nasales, estaba enojada y preocupada, pero no sabía la razón, solo discutía y miraba a las personas con las que “platicaba”, no lograba verles el rostro, ni tampoco escucharlos, pero sabía que era un asunto grave, eran dos chicos, estaba completamente segura.

Entonces uno de ellos empujó con una gran fuerza a otro y yo abrí mis ojos como platos, corrí rápidamente hacia el chico que permanecía en el suelo, corrí rápido, demasiado rápido, me asusté.

¿¡Por qué todos teníamos tanta fuerza y rapidez!?

Supe que era un sueño…

Los chicos discutían por algo que no entendí, era como si estuviera y no estuviera a la vez, como una intrusa, yo tenía que ver en ese pleito, si, lo sabía, ellos me miraban como si yo tuviera que decidir algo, luego uno de ellos se fue del lugar, pero antes de aquello, me encontré con sus ojos… color carmesí, brillantes y furiosos…

¡Oh, mierda!

Mi corazón latía con muchísimas fuerzas, estaba aterrada y quería llorar, como si de verdad la partida de aquel chico me fuese dolido en el alma, solo vi sus ojos.

Las lágrimas picaron en mis ojos…

¡Mierda!

Tecleé el número de Melissa rápidamente, no me importó la hora.

—Mel… —balbuceé como pude, ella se alarmó.

— ¡Day! ¿Qué te pasa? —preguntó rápidamente, con angustia.

Yo le conté absolutamente todo.

Era como si aquel sueño me estuviese enviando aún más dolor del que ya sentía por haber besado a As, mi novio, mi primer amor…

¡Perdonen la tardanza! He estado escribiendo para adelantar capítulos y no me acordaba que tenía que subir capi hace dias! lo sé, estoy olvidadiza XD bueno, ¿qué les pareció? acepto sugerencias, ideas, hasta pueden preguntar cualquier cosa, yo les responderé en el siguiente capítulo, lo prometo! :D Gracias por sus hermosos comentarios anteriores, saluditos a mi geme mel, a Bella_22, primis mariiana, zaira Vulturi, tina calfu, y a luz. Muchos abrazos y gracias por su apoyo. *----* Aspiro que les esté gustando como va la historia que será muy larga, así que no se desesperen por Alec, ya que tendrá muchisimos capítulos junto a su amor XD besitos y nos leemos pronto. ¡FELIZ NAVIDAD!