Amar Después de Morir

Autor: Day_Swan
Género: Fantasí­a
Fecha Creación: 17/08/2012
Fecha Actualización: 04/01/2014
Finalizado: SI
Votos: 11
Comentarios: 86
Visitas: 65259
Capítulos: 41

“Amar Después de Morir”

Secuela de: “El Ángel de Alec Vulturi."

Sinopsis.

Después de la muerte de Melissa, Alec vuelve a ser el mismo de antes, frio, calculador y distante, con solo una palabra grabada en su mente: Venganza, luego de efectuarla pensaba morir, ya no sentía la necesidad de vivir sin su único amor. Por otra parte Aarón tampoco ha superado la muerte de la joven, pero todo cambiara cuando Alex sueñe el futuro, al igual que Alice, ambas vieron a una humana, una humana que cambiará la vida de todos; de nuevo. ¿Quién será ella?

Nada en esta vida es imposible, lo incierto puede que sea cierto, el amor es dolor, pero también alegría; una segunda vida, una segunda oportunidad, personalidades distintas, un mismo rostro, ¿una misma alma?, un amor, una promesa, amar después de morir…

Ella, una joven que oculta su verdadera personalidad y finge ser rebelde y caprichosa…

Él, un vampiro dolido por la pérdida del amor de su vida…

 


TRAILER DEL FIC: http://www.youtube.com/watch?v=Of0dvtHqjHM&feature=youtu.be

Algunos de los personajes pertenecen a Meyer, la historia es de mi completa autría basada en las ideas de dicha autora, los personajes nuevos son de mi imaginacion.

Espero les agrade la segunda parte de "El Ángel de Alec Vulturi"

POR FAVOR NO PUBLICAR SIN AUTORIZACION, TODAS MIS HISTORIAS ESTAN PROTEGIDAS POR SAFE CREATIVE, NO AL PLAGIO!

MIS DEMAS FIC'S:

"MELODY OF LOVE" (one shot)

"SAFE AND SOUND" (one shot)

"SÓLO 24 HORAS MÁS" (fic corto)

"PASIÓN INSACIABLE" (fic corto)

"UNA NAVIDAD EN EL CASTILLO VULTURI" (one shot)

"OSCURA TENTACIÓN" (Fic largo)

Mi facebook: Daymelis Ramos

Perfil Fanfiction:Day M. Odair

 

Sin más las dejo con esta hermosa historia, espero que les guste.

*Day_Swan*

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Capítulo 17: "El primer recuerdo"

“El primer recuerdo”

Capítulo quince.

“Las experiencias, aunque duelan, merecen ser recordadas”

Daymelis POV.

Había contenido las lágrimas porque odiaba que me viesen llorar, siempre llegaba al punto en que no podía controlar mis sollozos y odiaba aquello. Nadie me preguntó absolutamente nada sobre el asunto, y yo tampoco quería hablar de ello, era incomodo y todavía me dolía, no sabía que Astor fuese a tomar las cosas de aquella forma, y tampoco imaginaba que rayos haría si me fuese imaginado que se iba a comportar de dicha manera.

¿Y ahora qué?

¿Terminábamos?

¿Yo volvería a verlo?

¿Me llamaría?

¿Lo llamaría?

Suspiré frustrada y me crucé de brazos…

Cerré los ojos intentando conciliar el sueño, pero era imposible.

Quizá yo debería llamarle cuando llegara, yo ansiaba con todas mis fuerzas que las cosas se arreglaran, aunque por otro lado me sentía confundida, siempre lo estaba, porque el dolor que siempre ha estado en mí no tenia comparación con el dolor de ver a Astor triste con mi partida; era diminuto en comparación con el dolor de mi pecho al soñar con aquellos ojos carmesí.

¡Caray!

¡Me estoy volviendo loca!

A mi lado estaba una chica de unos veinte o veintidós años, la cual no dejaba de observar embelesada a Carlisle —ahora mi padre adoptivo—, el cual solo tenía ojos para Esme. Me pregunté vagamente como seria el conocer a sus demás hijos, si son iguales a ellos y a Alice y Jasper, sería sumamente cómodo compartir momentos lindos con ellos.

Estaba ansiosa, no conocía Canadá.

Alice me había dicho que en cuanto hubiera descansado del viaje iríamos de compras con sus demás hermanas, no resistí la idea de asentir enérgicamente cuando me lo había dicho. Una cosa era extrañar a As, otra muy distinta privarse del sentido de la moda…

Pensar en él me hizo darme cuenta que ya lo echaba de menos, pero era esto o… separarme de mis hermanos. Y allí llegaron sus palabras a mi mente:

¿Prefieres separarte de mí? —había preguntado, creándome aquella sensación en la cual tenía que escoger entre mis hermanos y él, eso me había incomodado.

¿Cómo podía hacerme sentir así?

Era imposible que yo escogiese entre ellos, mis hermanos estaban primero.

Siempre sería así.

Apoyé mi cabeza en el espaldar del sitio donde permanecía sentada; faltaba mucho para aterrizar, no quería dormir y estaba ansiosa. Mis hermanos se veían muy entretenidos en una plática que no pude escuchar desde donde me encontraba, a veces lograban dejarme fuera de sus relajos y eso me irritaba, ¿por qué era la única chica?, era injusto. Tomé los auriculares de mi móvil y luego de desenredarlos con maniobras los inserté en mi Ipod y comencé a buscar algo de música decente para escuchar.

Opté por escuchar rock: Paramore. “Decode”

Suspiré audiblemente y sentí como el cansancio comenzaba a apoderarse de mi cuerpo.

No me imaginé en qué pensaría de nuevo en los ojos carmesí que había soñado varias veces en mucho tiempo, ansiaba saber a qué se debía tan extraño sueño, tan extraña mirada y tan extraños sentimientos al pensar en ello; la locura se estaba apoderando de mí al pensarlo, y lo peor de todo, es que no podía controlar a qué nivel llegaban mis pensamientos.

¿Cuándo acabará todo?

¿Seguiré pensando en ello cuando esté anciana y con nietos?

Bufé burlonamente.

¡Faltaba tanto para aquello!

Cerré los ojos y me concentré en escuchar la letra de “It Will Rain” de Brumo Mars, sin saber cómo y en qué parte de la canción, caí en un profundo sueño.

 

La oscuridad acariciaba cada partícula del bosque, la brisa fría no me causaba ninguna molestia, me encontraba cerca de una gran cascada, temerosa de lo que iba a ocurrir, fijé mi vista en el chico que me miraba tiernamente pero con una inquietud indescifrable.

— ¿Qué ocurre? —le pregunté tomando su rostro entre mis manos gélidas y níveas, con una de mis manos acariciaba su cabello incitándolo a que me contara.

— Melissa —me llamó con veneración, sentí como me estremecía, pero no hacía nada para corregir el nombre que había dicho. ¿Melissa? Claro, es parecido, pero no mi nombre, ¡y era yo! Mi rostro, mi cara, estaba segura, aunque podía notar mis manos más pálidas, pero era yo quien estaba allí.

—Eres mi ángel, quiero estar contigo día y noche, eres la mujer perfecta. —Atrapó mis manos y en ellas colocó un estuche abierto de un anillo, el que significaría un compromiso eterno.

— ¿Quieres casarte conmigo?

 

Apreté mis ojos antes de abrirlos. Sentía como mis majillas se encontraban coloradas y mis manos frías y temblorosas.

¿Por qué demonios ese chico me persigue?

Y peor aún…

¿Por qué me ha llamado Melissa?

Mierda…

Lo peor es que no recordaba su rostro, solo sus ojos, sus malditos y enloquecedores ojos.

¡Me he vuelto loca!

La chica que a mi lado permanecía, se encontraba dormida, estaba todo oscuro y los ronquidos de mis hermanos se hacían presentes conforme despertaba completamente.

Sabía que no iba a dormir más.

En mis auriculares la voz de Adele me tranquilizó un poco.

La hora indicaba que faltaban dos horas para amanecer, no era tanto como suponía.

Pensé en lo que sería mi vida si no regresaba a mi país, me preocupé al instante y decidí desechar de mi mente aquellos pensamientos sobre el futuro. No quería añadir más locura.

La chica de mi lado se removió un poco y después volvió a respirar acompasadamente.

Extrañaba a Melissa, quería hablar con ella; aunque ella me decía lo mismo que Alice y Carlisle sobre mis “pesadillas” que estuviese tranquila, que todo iba a salir bien, que ellos iban a ayudarme.

No entendía como me decían aquello, cuando en realidad, una persona normal, me diría que estoy completamente loca, pero mi subconsciente en ocasiones me decía que no era así, que detrás de todo aquello había algo, algo que yo debía descubrir.

Mi subconsciente era chismoso, tan chismoso que cuando encontré aquellos libros en el sótano cuando hacía mis maletas me indicó que tomara uno de ellos y me lo llevara conmigo.

Inicio Flash-back

Solo a doce horas para irme.

Caminé al sótano decidida a llevar las cosas que ya no usaba, como unos libros usados, ropa que no me quedaba… entre otras.

El lugar estaba empolvado en extremo y, lo peor de todo, es que hasta miedo daba.

Coloqué una de las cajas en uno de los estantes del sótano, me di cuenta de que habían demasiadas cosas que había dejado de ver: juguetes, libros, trofeos.

Vi el primer piano que había tenido: el piano de juguete rosa. Sonreí tiernamente mientras los vagos recuerdos me invadían.

Había una foto mía y de Gabriel, aparentábamos unos diez u once años, pero me daba la impresión de que era más vieja, debido a la calidad de la imagen, parecía del siglo pasado, además teníamos ropas retro, quizá estábamos disfrazados; no logré recordar.

Guardé la foto en le bolcillo de mi chaqueta.

Seguí guardando las cajas en cada estante, había mucha ropa allí, tal vez era buena idea lavarla y donar lo que estaba en buen estado…

Me detuve en seco cuando vi que había un álbum abierto en uno de los rincones de una parte del estante gris, dejé la caja a un lado y decidí revisar. En uno de ellos habían muchísimas fotos de gente que no conocía, una mujer rubia con dos niños, los cuales aparentaban ser gemelos, ya que eran idénticos permanecían el regazo de la primera, ella sonreí mientras los miraba, en otra foto estaba la misma mujer con el que supuse era su marido; éste era moreno, ojos negros, muy guapo.

Pasé a la siguiente página y estaba y una foto rota y se veían los rostros difícilmente, habían dos personas, al chico lo vi mejor que a su acompañante que parecía ser una chica.

Él chico supuse que era mi difunto abuelo, Manuel.

Era tan idéntico a Gabriel, eran exactamente iguales, físicamente. Hasta podría decir que el que salía conmigo en la primera foto que había encontrado era el abuelo, pero era imposible, a su edad yo no existía todavía.

Quise seguir hojeando el álbum, pero un grito desde algún lado de la casa me hizo volver a la realidad.

— ¡Day! —exclamó Dennis fuertemente—. ¡¿Puedes ayudarme con mi ropa?! ¡Ya sabes que luego llevo puras porquerías…!

Reí.

— ¡Ya voy! —vociferé guardando el álbum.

Guardé la caja restante pero al hacerlo una de las cajas que estaba arriba del estante me cayó encima, chillé y mi cabello se llenó de polvo y comencé a toser por aquello.

— ¡Ay, maldición!

Todo el contenido calló en mi cabeza, pero la cosa no era tan mala, había muchos libros en esa caja, y todos cayeron en mi dura y resistente cabeza. ¡Genial!

Dejándome llevar por mis instintos de curiosidad, agarré unos de aquellos libros que no dejaban de soltar polvo, el que tomé rezaba:

“Diario numero 3: la comunidad hechicera”

— ¡Guau! —dije anonadada.

Seguí leyendo:

«Todo lo que he escrito aquí, pertenecerá solamente a la familia Gilbert, y espero que tengan presente que con esto no quiero dañarlos, al contrario de eso, deseo protegerlos, y con estos diarios —además del primero y el segundo—, van a estar protegidos al saber de la existencia de los seres “mitológicos” ahora existentes. Si alguien se entera de que estos diarios existen, y van a manos equivocadas, recurran a ayuda, la cual se menciona en el libro 1.

Ahora, quiero proporcionarles primeramente información de internet y algunas investigaciones —no del todo verdaderas— pero con una pizca de realidad en su argumento.

«Brujería es el grupo de creencias, conocimientos prácticos y actividades atribuidos a ciertas personas llamadas brujas (existe también la forma masculina, brujos, aunque es menos frecuente) que están supuestamente dotadas de ciertas habilidades mágicas que emplean con la finalidad de dañar.»

En la comunidad hechicera, las cosas son un poco más complejas en comparación con las primeras dos comunidades que he estudiado anteriormente. Los hechiceros (as) o brujos (as) son en parte humanos, aunque en su sangre existe un componente distinto que no los hace apetecibles. Podría decirse que es una ventaja para no ser atacados por vampiros.

La magia corre por su sangre al nacer, por ello, para dominar la magia y naturaleza deberán nacer de una madre bruja y un padre brujo para ser un brujo o hechicero completo —con el absoluto poder para dominarlo desde pequeño—, y si se presenta el caso en el cual nace de una madre hechicera y de un simple mortal, el hijo no tendrá ninguna habilidad sobrenatural. Si el hijo nace de dos hechiceros medios —que no son brujos o hechiceros completos, y solo tienen la mitad del poder que uno—, deberá realizar una serie de estudios y pruebas con un determinado tutor —brujo completo— además de aquello, tendrá que aplicar un hechizo complejo para obtener los poderes de un brujo o hechicero completo.

Cabe destacar que si se presenta el caso en que el niño o niña nazca de una mortal y de un hechicero medio —hombre—, también deberá realizar dicho hechizo si desea tener el poder absoluto de un hechicero completo.»

 

Cerré el libro de golpe.

¡Mierda!

Es una completa locura.

El libro o diario que tenía en mis manos, había sido escrito por Manuel Gilbert.

— ¡Day! —ahora me había llamado Gabriel.

— ¡Voy!

— ¡Vamos! —Me habló mi subconsciente—, ¡tómalo! ¿Te quedarás con la curiosidad? ¡Es interesante!

Me encogí de hombros y cogí el libro y salí del sótano después de recoger el desastre que había causado.

Fin Flash-back.

Tenía que admitir que me había dado miedo leer aquello, era demasiado extraño todo lo que el abuelo plasmó, ¿acaso estaba loco?, definitivamente no podía creer en nada de eso. ¿Brujos?

¡Bah!

*

*

*

El camino hacia la casa Cullen fue corto, no había conocido Canadá, pero tampoco tendría tiempo de hacerlo, Alice dijo que se mudarían a otra ciudad o quizá país en meses, lo cual no me sorprendió, el doctor Cullen era un medico talentoso, según oí, los contratos le llovían.

—Ya quiero que conozcas a todos —dijo Alice entusiasmada, mientras Jasper manejaba su deportivo azul.

Dennis y Gabriel, estaban maravillados con el vehículo.

—Espero que nos llevemos bien —le murmuré con sinceridad, ella me dedicó una gigantesca sonrisa.

— ¡Claro!

La casa de los Cullen estaba adentrada en un bosque perteneciente a la provincia “Alberta” de Canadá. Los copos de nieve caían cuidadosamente sobre el frio camino que nos conducía a nuestro futuro hogar.

La casa era grande, sus paredes eran de color marrón, con muchas ventanas de vidrio, grandes, que permitían visualizar el bosque desde adentro. Estaba combinada con un lindo color crema, que se acoplaba a la perfección con las cortinas y los adornos navideños que se encontraban en ella.

En la puerta de la casa visualicé a varias personas.

Unas más llamativas que otras, como por ejemplo: la dueña de la larga y rubia cabellera que nos miraba con una gran sonrisa en su perfecto y agraciado rostro. Ella iba acompañada a un lado con un joven alto y fornido, tan grande como un oso y hermoso como un actor de películas de acción, su cabello oscuro rizado se veía genial al lado de la chica rubia, eran pareja, estaba segura.

Detrás de ellos salieron dos personas, una pálida mujer con cabellera caoba la cual resaltaba con sus grandes y entusiasmados ojos dorados, que miraban con adoración a Renesmee, la cual fue directa a sus brazos, cerca de estas dos, un hermoso hombre de cabello cobre las miraba con una sonrisa amorosa; presentí que ya había visto esa escena varias veces. Renesmee era parecida a ambos.

Tres mujeres rubias se situaban a la derecha de los primeros que noté, una estaba con un apuesto hombre alto cabello oscuro, la otra estaba sola y era un poco más baja, su rostro era sumamente angelical, pero me miraba con petulancia, casi con molestia.

Y la tercera rubia estaba con un chico que me recordó a alguien.

El chico era hermoso, como los demás, sus ojos eran dorados y tenía su cabello castaño, casi como el de Dennis. No era tan fornido como el primero, pero seguía siendo lindo. El también me miraba molesto.

Estuve segura que no éramos del todo bienvenidos.

La casa por dentro era hermosa, con una gran chimenea en la sala, la cual nos hacía entrar en calor por el frio en el que nos encontrábamos en esa noche. Distintos sofás acomodados estratégicamente rodeaban a dicha chimenea, la que también estaba adornada con objetos navideños; las rubias y el chico castaño abandonaron el lugar cuando entramos, quedando solo Esme, Carlisle, Jacob, Alice, Jasper y Renesmee, además de mis hermanos y los otros chicos que se habían presentado como: Emmett, Rosalie, Bella y Edward.

Emmett y mis hermanos se llevaron de maravilla de inmediato y los tres, junto con Edward, fueron a llevar nuestro equipaje.

—Espero se sientan en casa —me dijo tiernamente Esme, sus ojos dorados brillando con sinceridad.

Pronto se presentaron los Denali –familiares cercanos de los Cullen–, bueno, algunos de ellos, conocimos a Carmen, Eleazar –el cual me estudiaba con la mirada–, Kate, Garrett y Tanya.

Fueron realmente amables y se mostraron atentos en mi persona.

No vi ni a la chica rubia de rostro angelical ni mucho menos al castaño pálido que me había fulminado con la mirada.

Pero aparte de ese pequeño inconveniente, yo me sentía inexplicablemente cómoda.

— ¡Deberías conocer tu habitación! —exclamó Alice entusiasmada, me haló de la mano y me llevó escaleras arriba, se nos unieron Bella y Rosalie, las cuales también se notaban sonrientes. Mis hermanos bajaron cuando yo estaba por subir.

— ¡Enana, debemos dar un paseo por aquí! —exclamó Dennis, su voz se desvanecía conforme nos alejábamos, Emmett le respondió con un notable entusiasmo:

— ¡Una excursión sería buena idea!

Me alegraba que las cosas no fueran tan incomodas como lo había imaginado.

La habitación era espaciosa, adornada con mis colores favoritos, lila por doquier, los pisos conservaban el mismo color que los de abajo, las ventanas eran grandes, cortinas pronunciadas, un enorme armario y una puerta que supuse era el baño, había un balcón y la cama era más grande de lo normal, habían muchos cojines en esta, hasta llegar a ser innecesarios a la hora de dormir.

Whoa…

Solo alcancé a decir, Alice y las demás aparentaron estar maravilladas con mi reacción, la habitación también me era familiar…

Y tan pronto como pensé aquello algo imprevisto invadió mi mente, me quedé petrificada.

Edward se nos unió cuando aquel pensamiento invadió mi mente.

.

.

.

Yo miraba esta misma habitación, pero en cierta forma no era la misma, a mi lado solo se encontraba Alice, y ella al perecer había respondido mi pregunta interna:

—Sí, lo sé. Hay que ir de compras. —Había dicho en tono casual. Yo la miré con asombro.

— ¡Oye! ¿Lees la mente también? —pregunté bromeando, ella negó con la cabeza.

—No linda, claro que no. Solo nos parecemos en algunas cosas, además vi que seriamos grandes amigas desde que te encontramos —comunicó con una angelical sonrisa.

Yo le sonreí de vuelta.

—La habitación está hermosa… —comenté maravillada—, quisiera saber si tendré algún don —agregué pensativa.

—Tranquila, sé que lo tendrás.

 .

.

.

No hubo nada más después de aquello. ¡Whoa! ¿Qué fue eso?

— ¡Vaya! —Exclamé sorprendida, todos estudiaban mi expresión—, ¡me encanta… es… la habitación está hermosa! —dije, sabiendo que algo volvía a repetirse en mi vida.

¡Deja vu!

—Nos alegra que te haya agradado —dijo la voz musical y femenina de Rosalie.

—Así es. —Estuvo de acuerdo Bella—. Pero debes descansar —dijo notando como comenzaba a bostezar.

No había dormido muy bien.

Edward le dedicó una mirada a Alice, y esta sonrió ampliamente después de que Edward asintió como si estuviese respondiendo una pregunta.

— ¡Descansa! —exclamó Alice cuando casi todos salían de la habitación.

Me quedé allí observando cada rincón de la habitación que sería mía por algún tiempo, había mucho que conocer, pero también había mucho que extrañar…

Cuando caí en los brazos de Morfeo, las pesadillas nuevamente se hicieron presentes, atormentando así, a cada fibra de mí ser.

.

.

.

 Una persona con una enorme capa de color negro me perseguía con un odio palpable, no le veía el rostro, pero sabía que era una mujer, por sus frágiles manos pálidas que sobresalían al señalarme. Un grupo de encapuchados estaban también, ellos siguieron su orden y me persiguieron. Yo corría por un oscuro sendero, el cual no sabía hacia donde me conducía, pero estaba segura que era la única salida para seguir a salvo. Pero la oscuridad tardó nada. Distintos colores se distinguieron en cierto punto del sendero, descubriendo a otro grupo de personas, pero a diferencia de las primeras, estas no tenían capas, podía ver sus rostros, algunos niños, otros ancianos. Un niño me llamó la atención, ya que tenía un libro en sus manos, mientras que el más anciano de todos le daba indicaciones. El niño me miraba a mí, el anciano me señalaba, el niño asintió. El anciano comenzó a hablar en un idioma que no reconocí, con el libro en sus manos, me miraba. Las personas con capaz negras me seguían, hasta que no pude hacer nada, todos cayeron encima de mí, mientras que la mujer encapuchada se reía y comenzaba a mostrarme su rostro… una cabellera rojiza fue lo que vi…

.

.

.

Narrador Pov’s.

Gabriel y Dennis Gilbert al bajar del segundo piso con Emmett quedaron embobados con tantas mujeres inexplicablemente hermosas. Pero los ojos de Gabriel no tardaron en despegarse de los rostros perfectos de las chicas cuando una rubia y muy conocida chica vampiresa con rostro angelical y ojos violetas entró por la puerta con un pálido castaño.

Jane ya había visto a Gabriel desde que llegaron, pero este primero a ella no. Y fue realmente impactante para el humano encontrarla.

Jane frunció el ceño, pues temía encararlo.

— ¿Jane? —la llamó sin poder creerlo, Dylan, a su lado, frunció el ceño y se alejó de Jane para acercarse a Tanya, su pareja.

—Eh, hola Gabriel… que… que sorpresa encontrarte… aquí —dijo Jane fingiendo sorpresa, Gabriel no se percató de aquello; ella tenía experiencia en mentir.

—Estás… hermosa —le dijo el humano sin apartar los ojos de ella, estudió su mirada distante, casi fría y le dolió en el corazón lo que vio.

—Uh… ¿gracias? —contestó sin poder saber que más decir—, es una gran sorpresa verte.

Se dieron cuenta de que los habían dejado completamente solos.

—Tú… ¿eres Cullen? —preguntó con curiosidad, rápidamente Jane negó con la cabeza y a la vez, intentó buscar una explicación razonable.

—No, no. —Negó—. Soy… prima de los Denali —explicó rápidamente, Gabriel asintió, alegre de que existiera una excusa para verla muy seguido.

— ¡Genial! —Celebró sin poder evitarlo, Jane sonrió con poco, pero al recordar el parentesco que existía entre Day y Gabriel, su sonrisa se convirtió en una mueca—, Jane… tú y yo necesitamos… hablar.

—Lo sé —concordó ella—, pero ahora no, estoy cansada… yo… yo también llegué hoy —mintió un poco, Gabriel asintió, viendo como la chica de sus sueños se alejaba de él, arrugando su nariz, pues la sangre de él todavía le llamaba y no podía evitarlo.

Jane salió por la ventana de una de las habitaciones y corrió hacia la cabaña donde se escondía de la civilización…

Jane, si supieras la alegría que sentí al verte —dijo en su mente el joven, buscando con la mirada a los demás…

Los gritos de Day se hicieron presentes, sobresaltando así a todos en la casa…

— ¡No! —la chica gritó desgarradoramente.

 

 


¡Perdonen la tardanza! Sí, sí, lo sé, soy muy mala y tengo mucha maldad dentro de mí (ok no ._.) solo puedo pedirles disculpas y prometerles que valdrá la pena la espera. ¿Les gustó el cap.? ¿tienen alguna duda? uff, siento no haber respondido antes la pregunta de que con quién iba a quedarse Demetri, pues les digo, que el amor de Demetri no ha llegado, pero sí lo estará, en los últimos caps del fic, (creo) depende de cómo se me vayan planteando las cosas. ¿Qué más? amm... nuevos personajes que a lo largo del fic se irán descubriendo, unos ya los subí en mi facebook, es un chico, llamado Alejandro y es español. Ya sabrán que pasará con él. ¡Les estoy dando Spoiler! XD ¿Qué opinan de los libros? debo admitir que la historia de los brujos la inventé yo ._. XD! haha, espero no haya estado rara, aunque rara ya soy >.<' ¿Sugerencias? ¿Qué quieren que pase en el fic? ¿alguna duda? ¿inquietud? subo adelantos en mi facebook, "Day Vulturi tvd" y si quieren portadas para historias, ayuda o cualquier cosa estoy a la orden; sin más, espero sus comentarios que alimentan aún más mi imaginación alocada. ¡Saludos! nos leemos...

Day S. ♥

Capítulo 16: "El beso" Capítulo 18: "El ánimo & el clima"

 
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