Amar Después de Morir

Autor: Day_Swan
Género: Fantasí­a
Fecha Creación: 17/08/2012
Fecha Actualización: 04/01/2014
Finalizado: SI
Votos: 11
Comentarios: 86
Visitas: 65263
Capítulos: 41

“Amar Después de Morir”

Secuela de: “El Ángel de Alec Vulturi."

Sinopsis.

Después de la muerte de Melissa, Alec vuelve a ser el mismo de antes, frio, calculador y distante, con solo una palabra grabada en su mente: Venganza, luego de efectuarla pensaba morir, ya no sentía la necesidad de vivir sin su único amor. Por otra parte Aarón tampoco ha superado la muerte de la joven, pero todo cambiara cuando Alex sueñe el futuro, al igual que Alice, ambas vieron a una humana, una humana que cambiará la vida de todos; de nuevo. ¿Quién será ella?

Nada en esta vida es imposible, lo incierto puede que sea cierto, el amor es dolor, pero también alegría; una segunda vida, una segunda oportunidad, personalidades distintas, un mismo rostro, ¿una misma alma?, un amor, una promesa, amar después de morir…

Ella, una joven que oculta su verdadera personalidad y finge ser rebelde y caprichosa…

Él, un vampiro dolido por la pérdida del amor de su vida…

 


TRAILER DEL FIC: http://www.youtube.com/watch?v=Of0dvtHqjHM&feature=youtu.be

Algunos de los personajes pertenecen a Meyer, la historia es de mi completa autría basada en las ideas de dicha autora, los personajes nuevos son de mi imaginacion.

Espero les agrade la segunda parte de "El Ángel de Alec Vulturi"

POR FAVOR NO PUBLICAR SIN AUTORIZACION, TODAS MIS HISTORIAS ESTAN PROTEGIDAS POR SAFE CREATIVE, NO AL PLAGIO!

MIS DEMAS FIC'S:

"MELODY OF LOVE" (one shot)

"SAFE AND SOUND" (one shot)

"SÓLO 24 HORAS MÁS" (fic corto)

"PASIÓN INSACIABLE" (fic corto)

"UNA NAVIDAD EN EL CASTILLO VULTURI" (one shot)

"OSCURA TENTACIÓN" (Fic largo)

Mi facebook: Daymelis Ramos

Perfil Fanfiction:Day M. Odair

 

Sin más las dejo con esta hermosa historia, espero que les guste.

*Day_Swan*

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Capítulo 40: ¿Ya no me amas?

¿Ya no me amas?
Capítulo treinta y seis.

Daymelis POV.

Presenté una prueba de Matemáticas Aplicadas a primera hora y salí apuradamente de la clase para irme directamente al avión que me llevaría a Francia en estas vacaciones navideñas. Mi enorme abrigo color vino de Prada me protegía del fuerte frío que había en la calle. Tomé un taxi que me llevaría al aeropuerto sin molestarme en pasar buscando mi equipaje. Mis planes eran ir y escuchar sus explicación y devolverme y seguir con mi vida universitaria en España.

Pero no siempre mis planes se cumplen.

Mis hermanos habían regresado esa misma noche a Francia no sin antes proponerme que me fuera de una vez con ellos, a lo que me negué con la excusa del examen de matemáticas.

— ¿Se le ofrece algo, señorita? —me preguntó alguien sacándome de mis pensamientos. Ya había abordado el avión y sólo esperábamos que despegara. El asiento a mi lado estaba vacío y fruncí el ceño, jamás había viajado sin un compañero.

— ¿La persona que viajará a mi lado no abordó? —pregunté con amabilidad a la azafata.

Ella asintió con la cabeza y luego sonrió ampliamente.

— ¡Oh! Aquí está él —notificó y entonces y me percaté de la presencia de él, me quedé sin aliento y mi respiración se corto cuando mis ojos se cruzaron con los de él. Disfrazados con unas lentillas color purpura que le acentuaban su hermosura.

Alec viajaría conmigo, a mi lado, en el mismo avión, y aunque fuese sólo por una hora aquel hecho me aterraba enormemente.

Alec me brindó una pequeña sonrisa y se acomodó a mi lado.

—Hola.

Yo no le respondí. Me volví hasta la ventanilla para ignorarlo. Mi corazón latía con fuerza y mis sentimientos afloraban a su alrededor como siempre. Yo le amaba todavía y no lo había podido olvidar a pesar del tiempo que había estado sin verle.

— ¿Por qué me vas a ignorar sin por lo menos permitirme explicar cómo sucedieron las cosas? —me preguntó en voz baja.

Puse los ojos en blanco, él iba a insistir hasta que llegáramos, y pensar que tenía que soportarlo junto a mí una hora más...

Tal vez no iba a soportarlo...

.

.

.

Narrador POV.

Samira estudia con la mirada las fotografías que le había enviado esa misma tarde aquel detective humano que había contratado, la verdad su trabajo no era muy malo, aunque algunas de sus preguntas ese hombre no iba a responderles por lo que veía Daymelis se había establecido exitosamente en Madrid e incluso tenía un nuevo novio que era apuesto pero muy empalagoso para Samira. En ninguna foto aparecía Alec y confiaba en el fuerte rencor de la chica para no perdonarlo, aunque los planes del accidente de Samira no habían salido como ella quería, el resultado su fue bueno, aunque no el esperado pues ella iba a matar a la humana y fingiría que sería un accidente. Nadie iba a descubrirla, pues los dones que Rudel tomaba de otros vampiros le permitían no aparecer en visones del futuro y eso era perfecto para la simulación que había planeado hacer. Al final de cuentas, ella no había muerto pero sí que se había separado de Alec y a como dé lugar no iba a volver con él así Alec le rogase. Por otro lado enviarle las fotos del Melissa Johnson fue el toque perfecto para hacer crecer la ira de aquella estúpida chica, cada que Samira hacía algo en contra de Daymelis ella reaccionaba de la forma esperada y Samira debía admitir que aunque las cosa son se habían vuelto tan fáciles en un principio, ahora cada día más el estrecho distanciamiento entre Alec y Day daba paso a un enorme abismo que evidentemente ella aprovecharía para atrapar a Alec en sus redes, como siempre había deseado.

Rudel se había ido de su lado hacía mucho tiempo, delegando el hecho de que sus planes no eran los mismos, ya que él sólo quería una exitosa aventura con aquella híbrida insípida.

Si fuera seguido mis concejos, ya estuviera entre las piernas de esa muchachita. Sin embargo él es un idiota y se va por el lado más absurdo.

Pensó Samira mientras desechaba las fotos de Daymelis quemándolas en la hoguera de su chimenea.

Lo mismo digo de este idiota de Astor. Ahora el tiempo se acerca... —pensó riéndose silenciosamente—. Y si esos dos no acceden a mis planes tendré que matarla... e incluso matar a Alec si es necesario.

Y cuando pensó aquello las fotografías de la chica humana se extinguieron en las llamas del fuego.

.

.

.

En Francia...

Melisa se encontraba furiosa y decidida. Caminó por el campus de la Universidad, esperando que su improvisado plan diese resultado. Al cabo de unos minutos estuvo segura que él caería. Rudel la esperaba en la mesa que ella acostumbraba ocupar durante el almuerzo, ella se sentó sin dejar a un lado su actitud petulante para que Rudel no sospechara. Éste sonrió torcidamente y de forma engreída, bien no sospechó nada, piensa la chica.

—Bien, ¿qué tenemos aquí? Estás más seria de lo normal —expuso Rudel cuando ya la chica estaba a su alcance—. ¿Quieres ir a tomar un helado? O, ¿caminar por la plaza? O mejor aún... ¿Irías a cazar conmigo?

Melissa evitó por todos los medios resoplar, ya que Rudel se daría cuenta de la molestia que le causaba, por eso sólo se limitó en mirar sus dedos y asentir en respuesta.

—Creo que el helado estaría bien.

Rudel estaba sorprendido por su respuesta y aquello causó que Melissa se carcajeara por lo bajo en modo de burla, aunque a decir verdad Rudel pensó que se trataba de coqueteo por parte de ella. Y la chica lo dejó pasar, aunque le asqueara estar tan cerca de Rudel y caminar junto a él y fingir que le agradaba sabía que el esfuerzo valdría la pena. Ambos salieron de la universidad platicando acerca de la dieta vegetariana de la chica en voz baja, y Rudel no dudó en mostrar su horrible forma de pensar diciendo:

—Los humanos son mucho más deliciosos.

Ella estaba a punto de responderle de una forma sarcástica; sin embargo logró contenerse y guardar silencio.

—Y dime Melissa... ¿Has tenido sexo con el neófito aquel? —preguntó Rudel como si la pregunta fuese la más ligera de todas.

Nuevamente Melissa se contuvo.

—Creo que eso es demasiado intimo... querido —respondió ella, a lo cual él sonrió por el hecho de ella haberle dicho “querido”

Bien, creo que no es tan difícil como pensé.

—Suelo ser demasiado curioso...

—Te aseguro que no más que yo. —Melissa sonrió socarronamente mientras le guiñaba un ojo acto que causó que Rudel literalmente se derritiera.

— ¿De verdad?

—Claro —afirmó ella con voz suave—. Así que... ¿qué tuviste que ver con el “accidente” que casi le quitaba la vida a Daymelis? —soltó de repente.

Rudel se quedó en silencio y con la sorpresa tatuada en su rostro.

Ya no había marcha atrás, lo había alejado de todos los humanos para esto, para hacerlo confesar, para causar que él cayera en la trampa que Gabriel, Dennis y ella había planeado.

— ¿De qué estás hablando? —inquirió Rudel con voz temblorosa, mientras que daba dos pasos hacia atrás claramente intimidado por la chica que estaba en frente de él. Ella sonreía de oreja a oreja, de una forma tan angelical que daba miedo.

—Tú bien sabes de qué estoy hablando “querido” —mencionó ella acercándose a él—, así que habla... habla de una buena vez que no tengo todo el maldito día.

Rudel todavía no podía creerlo, esa chica con ese rostro de ángel inofensivo que tanto le gustaba hablando le de esa forma, era completamente increíble y sexy, aunque lo que más le causaba era miedo, ella sabía mucho de él tanto o más de lo que se imaginaba. Y eso no era satisfactorio, ni para él, ni para Samira.

Si lo descubrieron a él, obviamente a Samira también.

—Estás demasiado nervioso para negarlo, Rudel —siguió hablando ella—. Y creo que tus nervios aumentarán cuando...

— ¿Cuando qué? —inquirió tembloroso.

—Prometí que te mataría y lo voy a cumplir —habló la voz de Dennis quien llegó acompañado de su hermano Gabriel.

—Pero antes, ¿dónde está Samira? —completó Gabriel, sus ojos duros y fríos fijos en Rudel.

Claramente los tres estaban muy dispuestos a acabar con él.

El fin de Rudel Vulturi estaba cerca, siempre y cuando él revelara información importante para todos, y si no lo hacía la tortura siempre era un medio.

—Habla —amenazó Melissa no recibiendo ninguna respuesta.

Melissa y Dennis miraron a Gabriel a la vez. Él entendía perfectamente el mensaje y aquel le llenaba de gozo. Gabriel poseía el don del espejo, el cual consistía en copiar cuanto don vampírico se atravesara en su camino, y no dudó ni un segundo en utilizar el de su pareja Jane. Entonces lo audibles gritos de Rudel se hicieron presente, ninguno de sus agresores se lamentó, pues todos estaban sedientos de una revancha, ese chico no había sido el mejor de todos, y ellos sabían que merecía lo que le estaba ocurriendo. Él merecía la muerte.

Al igual que Samira.

.

.

.

Ella se quedó dormida y él no había sido capaz de despejar su mirada de su rostro. Todas las mujeres del vuelo con destino a Francia donde ambos se encontraban, estaban maravilladas con la presencia del vampiro, aunque este naturalmente las intimidaba demasiado, es por eso que ninguna se acercaba a preguntarle su nombre o número de teléfono, aunque Alec obviamente no se los diría.

Muy típico en él.

—Eres tan hermosa… —susurró aún mirándola.

Ella poco a poco se fue despertando y le miró  a los ojos desubicada,  se preguntó mentalmente si ese ere un sueño; pero luego cayó  en cuenta de que se trataba de la realidad: que Alec viajaba con ella y era su acompañante, lastimosamente. Ella puso los ojos en blanco ante tal recuerdo, mientras que Alec alzó una ceja por el gesto de ella.

Se ve tan hermoso —se atrevió a pensar, beneficioso era que él no lograra leer la mente.

— ¿Qué es lo que tantos miras? —preguntó la chica de forma cansada.

— ¿Es que acaso es un delito hacerlo? —expresa él de vuelta, sin subir el tono de voz lo que ella sí hizo.

Todos los presentes observaban a los jóvenes de forma incrédula.

—Sí, cuando en realidad no es a mí a quien miras. —Su voz estaba triste al igual que su rostro. Alec fue capaz de verlo y se sintió desgarradoramente mal, tanto así que tuvo que tomar el mentón de ella para que lo mirara, aunque ella rápidamente se sacudió de su agarre.

—Ya sé de que hablas… pero yo… —Trató de explicarse.

—Pero tú nada, solo quiero salir de esto de una buena vez —masculló duramente—. Luego regresaré a la universidad y asunto solucionado.

— ¿Asunto solucionado? —Alec quiso enfrentarla—. Asunto solucionado claro, pero sólo para ti.

—Eso lo dices porque quieres que suplante a tu querida y amada Melissa —acusó Daymelis rígida y molesta—. ¡Pero no lo voy a hacer! —Su voz es más fuerte de lo normal.

—Estás mal. Esto no es como tú piensas —se lamentó él.

¿Cómo puede decir eso? —se preguntó la chica—. ¡Es un egoísta!

Muchas personas están al pendiente de su plática, curiosas y confundidas por las acusaciones de la chica.

—No pienso aceptar las migajas de tu amor —articuló como pudo Daymelis odiando el hecho de que estaba perdiendo la fuerza y se estaba derrumbando ante él como una idiota—. Déjame en paz.

En ese entonces Alec comenzó a frustrarse y a ponerse rígido en su asiento pues ella estaba diciendo toda clase de locuras para alejarlo tanto como sea posible. ¿Migajas de amor? ¿Acaso está mal de la cabeza? Él pensaba que había hecho todo lo que estaba en sus manos para demostrarle cuánto la quería y la amaba, pero ella se negaba aceptarlo diciéndole que le había ofrecido tan poco.

— ¿Migajas? —Alec dijo con desprecio—. ¿Migajas? —repitió mirándola como si no la conociera. Él negó con la cabeza varias veces, resoplo y antes que ella le respondiera se levantó de su asiento y caminó hasta la cabina del baño, obviamente escapando de lo absurda que estaba siendo Daymelis.

Espero que esto no dure mucho tiempo. Espero que ella sepa perdonarme. Quiero que ella vuelva, la necesito… aunque tiene muchos motivos para no aceptarme de vuelta. Está claro que aún está dolida por lo que hice esa noche decembrina… ¡Pero era eso o matarla a ella! Nunca había odiado tanto esto, nunca había odiado tanto ser lo que soy. ¡Aún recuerdo aquella mirada suya cuando vio lo que hice a esa muchacha llamada Mónica!, yo la maté delante suyo, el monstruo dentro de mi ser me estaba controlando, y sin embargo yo pude más que él, y sin embargo supe cómo manejarlo y evité hacer una locura… matarla a ella… matarla yo mismo. Estoy seguro que de ser eso un hecho fuera acabado con lo que queda de mi vida. Pero no lo hice, ella está viva… ella está respirando aún, pero me odia… me odia y yo la amo. ¡La amo! ¿Cómo pudimos ambos llegar a eso? ¿Cómo el destino se ha empeñado en separarnos si la vida quiso unirnos otra vez? ¡Esto es una mierda! La estoy perdiendo… la estoy perdiendo y no sé si pueda soportarlo, no sé si pueda tolerar la frialdad de sus palabras y su férrea indiferencia.

Alec estaba completamente exhausto del comportamiento entendible pero doloroso de la chica. Entendía su posición pero él no era muy tolerante, y tampoco era de piedra para soportarlo.

Alec suspiró varias veces, apretó el puente de su nariz y agarró fuerzas de donde ya no las tenía, fuerzas meramente inexistente, no obstante, por ella era capaz de todo.

Daymelis estuvo los diez minutos de la ausencia de Alec cabizbaja y a punto de las lágrimas, mas hizo el gran esfuerzo de no llorar y se limitó en escuchar música –aunque no muy armoniosa, más bien triste y nostálgica– en su Ipod.

—Bien, ya volví —anunció Alec con la misma voz de siempre.

Ella fingió no haberlo escuchado.

Ella fingió serle indiferente y él le creyó.

Alec tomó un libro de su pequeño portafolios y se permitió leer y escuchar música mientras que Daymelis hacía el gigantesco abismo entre ellos crecer.

Si supieras cuanto lo siento —dijo Alec en su mente, mostrándose completamente débil.

— ¿Ya no me amas? —le preguntó a ella Alec súbitamente.

Ella no supo que responderle, por eso se quedó en silencio en varias minutos, pues las emociones que esa pregunta le habían embargado eran muy intensas y no podía controlarlas, no podía decirle a ninguna que parara.

¡Alec y sus distintas formas de confundirme!

— ¡Por supuesto que no! —exclamó crédulamente a lo cual Alec frunció el ceño.

¿De todas maneras a él que le importa?

— ¿Estás segura?

—Muy segura.

—Entonces… el que yo esté aquí contigo… ¿te molesta? —Su tono de voz era lastimero.

Mi estúpido corazón está acongojado a causa de la “tristeza de Alec”.

¡No seas estúpida!” —Le gritó su conciencia—. ¡Sólo intenta manipularte!

Y eso fue lo que le dijo.

—Sólo intentas manipularme. —Se encogió suavemente de hombros—. Pero al parecer no te está funcionando.

Alec gruñó frustradamente y se quedó mirando el suelo fijamente. Por su mente pasaban tantas cosas a la vez que decidió actuar por impulso. Daymelis por su parte lo observaba con una ceja alzada y no se percató de la rápida y momentánea cercanía de Alec, quien no perdió el tiempo en aproximarse hasta sus labios y… besarla.

Sus labios actuaron de inmediato. Se juntaron y desesperadamente se comenzaron a acariciar por la falta de contacto. Alec tomó el rostro de ella entre sus manos para introducir su lengua en la boca de ella pues ansiaba saborearla y asegurarse de que ella le amaba todavía y con la misma intensidad que él lo hacía. Fue un beso desesperado, urgente, deseoso, esperado. Ella al principio se había negado a responderlo pero seguidamente sus sentimientos le gritaron que cediera y así lo hizo, se rindió ante sus impulsos y su lengua jugó con la de él.

—No sabes cuánto te amo… te amo… —susurró Alec entre besos emocionado por el momento.

Por la mejilla de la chica rodó una fina lágrima. Sin embargo ella siguió besándolo, queriendo que lo que él había dicho fuese cierto, aunque así era, sólo que ella no quería creerlo.

Ambos se miraron a los ojos después de un momento. Alec vio en sus ojos algo completamente doloroso para él: miedo. Él vio el miedo, el dolor y el sufrimiento en ella. Estaba claro que no le creía, estaba claro que ella pensaba que él le estaba mintiendo.

—No me crees —sentenció él con certeza, sin soltarla.

—No. —Negó ella mientras sus ojos se inundaban de lágrimas—. No te creo.

Alec frunció el ceño, la besó por última vez pero en la frente y se alejó finalmente de ella.

—Te prometo que vas a creerme.

Y al decir esto se concentró en su libro sin dirigirle la palabra en lo que quedaba del viaje.

.

.

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Daymelis POV.

Aunque su beso había parecido verdadero, yo sabía en el fondo de mi alma que no era así. Todo lo que mi mente me gritaba era que huyera de este lugar, que saliera corriendo y no volviera nunca más, peor mis ojos ansiaban verlo de nuevo, mis labios querían besarlo de nuevo y mis manos querían acariciarlo otra vez. Era una lucha entre mente cuerpo y corazón, y mi mente estaba perdiendo, pues Alec tenía aún ese absoluto control sobre mi cuerpo y mi corazón, y las fuerzas para resistirme ante su encanto cada vez eran más nulas.

Cuando llegamos a la mansión de los Cullen los únicos que no se encontraban a mi espera eran Melissa y mis hermanos. Me resultó demasiado raro que no estuvieran allí, y tampoco nadie me dio explicaciones sobre ello, lo que también era raro. Todos se dieron cuenta de mi gran cambio en apariencia y también en personalidad, y mostraron claramente su desconcierto a mi indiferente actitud.

Alec se encargó a explicar por qué se encontraba conmigo.

—Quise acompañarla por… ustedes saben.

Alcé una de mis cejas dirigiendo mi gesto a todos.

— ¿Saben qué cosa? —pregunté dubitativa—. ¿Acaso ustedes me siguen ocultando cosas? Porque son unos expertos en eso…

Todos tenían sus bocas en una perfecta y redonda “O”, ignoré sus gestos y me centré en esperar alguna respuesta.

—No seas tan agresiva —me reprendió Alec como si yo fuese una niñita pequeña a la que deben corregir.

—Yo hago lo que se me dé la gana, Alec —murmuré en respuesta, a lo cual todos murmuraron por lo bajo un “Uh” por lo bajo.

—Hay complicaciones —escuché que alguien decía a mi espalda. Se trataba de Jane que iba acompañada de aquel chico llamado Dylan y a este le seguía Emmett y Rose.

Me volví hasta Esme y Caslisle y les pregunté evitando sonar grosera o engreída:

— ¿Qué es lo que pasa?

—Day… cariño, ¿por qué no entramos? —Trató Esme de tranquilizarme—. Así te muestro tu habitación y te das un baño y te cambias y hablamos todos sobre lo que está ocurriendo.

Yo asentí no muy convencida, me dirigí hasta ellos y para sorpresa de todos los abracé a ambos evitando llorar por el emotivo encuentro. Yo los adoraba a todos, pero seguía sintiéndome traicionada.

Los demás se quedaron abajo mientras que yo subía con Esme a mi lado a la habitación que ella misma había preparado para mí. Como me lo imaginé había ropa de todo tipo y de mi talla en el armario, por ello no me molesté en traer equipaje, sería como una pérdida de tiempo.

—Querida, ¿cómo te encuentras? —me preguntó Esme cuando yo me senté en la cama mostrando mi cansancio.

—Perfectamente —respondí con una sonrisa débil—. ¿Las cosas andan bien? —inquirí preocupada—. ¿Dónde están mis hermanos y Melissa?

La cara de Esme se transformó en una máscara inexpresiva, estaba tratando de ocultar sus emociones, lo sabía.

—Ellos están tratando de arreglar un asunto, en cuanto estés lista ellos ya estarán aquí —me aseguró con una sonrisa.

Yo asentí con la cabeza.

—Mejor te dejo sola para que te alistes —comentó, se aproximó hasta mi persona y me dio un beso en la frente y luego salió por la puerta a paso lento.

Miré a mi alrededor sin reparar mucho en la decoración de la habitación, pues estaba mucho más preocupada por lo que escucharía en unos momentos.

.

.

.

— ¿Day? —escuché la voz de mi amiga Melissa dentro de mi habitación. Salí de la ducha con un pijama puesto y encontré a mi hermosa amiga sentada en la mecedora cercana a la que sería mi cama.

— ¡Melissa! —exclamé y nos fundimos en un caluroso abrazo.

Era increíble cuánto la había extrañado. Ella me miró sorprendida por mi gran cambio y río con lágrimas en los ojos al igual que yo.

— ¡Pero mira cómo estás! —gritó ella efusivamente—. ¿Qué te hiciste en el cabello? Amaba tu cabello largo.

— ¡Pero no niegues que me veo estupenda! —dije sonriendo. Melissa asintió en de acuerdo conmigo y reímos nuevamente.

Nos enfrascamos en una larga plática sobre todo lo que habíamos hecho durante todo este tiempo. Ambas nos echábamos mucho de menos y ninguna chica pudo reemplazar la confianza que yo le tenía a Mel, sinceramente era la mejor de todas y adoraba profundamente que lo de ella con mi hermano estuviese funcionando perfectamente.

Luego de vestirme apropiadamente, las dos bajamos al salón de la mansión en donde ya se encontraban todos presentes, incluidos mis dos hermanos quienes me guiñaron un ojo en forma de saludo, yo les dediqué una sonrisa a ambos.

—No puedo creer que te hayas cortado el cabello —me recriminó Alice ceñuda.

Y aunque no quería, también le regalé una sonrisa.

Alec me dirigió una mirada que no supe cómo descifrar aunque por el rabillo del ojo noté que aún estaba molesto por lo sucedido en el avión aunque a decir verdad creo que le molestaba más el hecho de que yo no le creí ninguna de sus mentiras ni sus besos que evidentemente fueron aún más falsos.

Suspiré frustrada al recordar la deliciosa y firme caricia que él mismo me proporcionó con sus carnosos labios que tanto amaba. Él sabía que iba a manipularme perfectamente con ese beso y que yo caería nuevamente en sus juegos; pero no contaba con mi fuerza capaz y el muro que trataba de construir día a día en mi corazón y también en mi mente.

Si tan sólo yo no me fuera enamorado de él todo sería mucho más fácil para todos, incluso para él porque desde hacía tiempo hubiera desistido de tomarme como la suplente de su amada prometida ahora muerta.

Miré a Alec al pensar aquello pues ese pensamiento me fue duramente doloroso lo cual odié.

—Deberías sentarte —me recomendó Melissa en voz baja. Ella me apretó la mano una última vez y se alejó permitiéndome que yo me sentara entre mis dos hermanos que estaban igual de confundidos que yo, aunque algo me gritaba en mi interior que ellos tenían más información que yo misma.

— ¿Ahora sí me darán esa gran explicación? —pregunté invulnerable, luego reparé que faltaba alguien—. ¿Y Demetri dónde está?

Nadie se atrevió a responderme hasta que Dylan habló:

—Eso también va incluido en la charla que te darán.

Yo sólo fui capaz de murmurar un "Oh" pues me había quedado sin palabras y esperé, esperé que alguien comenzara, no lo hacían y yo estaba empezando a desesperarme enormemente.

—Esto... ¿Pueden hablar ya? Estoy comenzando a preocuparme.

Un suspiro y fue Carlisle el que decidió comenzar pasándome aquel libro sobre hechiceros que me había permitido descubrir parte de la verdad.

—Melissa fue convertida a los 18 años por un vampiro llamado Joseph Salvatore —comenzó Carlisle con voz calmada.

Salvatore, repetí en mi mente. Pariente quizás de Thomas...

¡Oh mierda si! Ahora comprendía las palabras de Thomas. Lo que me dijo cuando intentaba matarme, me dijo cosas horribles, me dijo que todos querían usarme... y yo no le creí.

— ¿Salvatore? —pregunté mostrando mi enojo

—Sólo deja que hable —me volvió a reprender Alec, yo sólo resoplé y me crucé de brazos, pero no dejé que Carlisle siguiera hablando. Hice algo que me sorprendió..

— ¿Como la convirtieron? —inquirí con pesar—. ¿No fue por decisión propia?

Todos negaron con la cabeza y vi que Alec frunció el ceño a lo que su hermana Jane le acarició el hombro en forma de apoyo.

Me imaginé lo peor.

Entonces Alec fue el que habló.

—Fue una tarde en la que ella estaba en la escuela. —Su voz era un poco cansada, como si a él todavía le doliera—. Esto... ella todavía no me conocía... desde que estaba pequeña su rostro de ángel me había cautivado y yo decidí, de una manera extraña, protegerla. Y así lo hice, conforme las misiones del Castillo Vulturi me lo permitieran.

Vaya... debo admitir que el principio me había sorprendido por eso seguí entrentenida en su historia, aunque tenía la leve sospecha de que Alec ya me la había contado.

—Fue entonces cuando esa tarde ella salió de sus clases y se encontró con Dylan. —Señaló con la barbilla al vampiro Denali—. En ese entonces él era un humano, eran mejores amigos y compartían algunas clases juntos.

—Oh —dije nuevamente—. Entonces Dylan también la conocía...

—Sí —afirmó Dylan sin mirarme y yo lo estudié por unos minutos con la mirada preguntándome por qué la historia se me hacía tan familiar.

—Ambos estaban en el estacionamiento —siguió diciendo Alec—. Y yo estaba allí, como siempre, observando alerta. Lo que no pensé que ocurriría es que él la besó en los labios, y yo sin saber qué hacer con aquellos sentimientos tan extraños que me invadieron me alejé y la dejé sola...

¡¿Qué?!

—O sea que... ¿Tú estabas interesado en Melissa, Dylan? —pregunté sorprendida de los sucesos en la vida de esa chica.

El aludido asintió con la cabeza.

 —Bueno... eh... cuando yo me separé de ella me fui muy lejos y al cabo de unos minutos la busqué nuevamente y oí gritos... era fácil encontrarla por su aroma. —Me miró fijamente antes de decir—: su sangre me cantaba...

¡¿También?! —me pregunté a mi misma.

—Entonces ahí, en el comienzo del bosque de Forks los encontré. Ella estaba casi incosciente... o ya lo estaba. Salvatore estaba a punto de matarla, ya había inyectado su veneno en su cuerpo preparándola así para su cena. Pero yo lo detuve. Apliqué mi don en él y le arranqué la cabeza, aunque para evitar lo inevitable ya era tarde; por tu... por el cuerpo de ella ya corría el veneno y yo no podía hacer nada para impedirlo.

Silencio.

Eso fue lo que consiguieron por mi parte.

Aunque un extraño ruido se hizo presente y tardé un poco en percatarme que ese sonido había salido de mi garganta y que mis mejillas estaban empapadas en lágrimas.

Dennis me pasó un pañuelo.

— ¿Qué pasó después? —dije como pude.

—Nosotros llegamos y la llevamos a casa —explicó Carlisle suavemente—. Ella estuvo muy confundida al principio pero fue muy receptiva a la hora de aceptar todo lo que había sucedido.

—Alec la salvó —murmuré para mi misma.

—Pude hacer más, pero no lo hice. —Alec respondió a mi comentario.

Ella te lo agradeció siempre —hablé en su mente sin saber cómo rayos estaba tan segura de ello.

— ¿Qué más ocurrió? —inquirí y extrañamente mi interés causó que todos sonrieran, menos mis dos hermanos.

—Pasaron muchas cosas. Poco a poco me fui acercando a ella y entonces ella se enamoró de mí como yo lo había hecho con ella... al poco tiempo de su transformación, Demetri me informó sobre una posible venganza por parte del clan Salvatore e iba en mi contra y en contra también de Melissa...

Aquello era tan fuerte para mí que yo no sabía cómo procesarlo y no entendía por qué sentía que mi cerebro estallaría en cualquier momento. Suspiré tratando de conseguir calma, creo que necesitaba un respiro, era mucha información para mí y me encontraba completamente afectada.

¿Se podrá pedir algún tipo de receso?

Mi garganta comenzaba a secarse... al menos había dejado de llorar aunque... ¿Por qué rayos estaba llorando?

¡Mierda, necesito aire!

Y como si me fuera leído la mente, todos estuvieron de acuerdo en darme un momento a solas aunque la verdad yo no entendía como accedían y comprendían mi absurdo comportamiento. Yo no entendía por qué me encontraba tan afectada, porque ese no era mi problema después de todo. No comprendía tampoco por qué lloré y por qué la historia se me hizo tan real, como si yo hubiese estado allí parada observando. También me confundió el hecho de que Dylan estuviese enamorado de Melissa, y que además los Salvatore quisiesen venganza y hasta hace poco, uno de ellos me había secuestrado para hacerme Dios sabe qué cosas.

Tampoco sé por qué rayos pregunté cómo habían transformado a Melissa si yo fui hasta a Francia sólo a escuchar la dichosa explicación que todos me tenían.

Esto era una jodida mierda.

¡Y lo peor de todo es que yo quería saber qué más había pasado!

Sí, eso era lo más grave, yo quería saber qué había sucedido luego. Necesitaba saber desesperadamente qué ocurría en la vida de esa chica, desde que había sido transformada, hasta su fatídica muerte.

 Me encontraba aún en el salón de la mansión Cullen pero sola y sin escuchar las palabras de nadie. Mis hermanos fueron los únicos que manifestaron su desconcierto cuando les pedi un tiempo para procesar todo lo que me estaban diciendo, los demás lo tomaron de una forma tan ligera que fue realmente desconcertante.

Desconcertada, así estaba yo.

Y allí diferentes cosas me invadieron a la vez: dolor, angustia y... recuerdos o flashes que se iban y venían de mi mente causando así un leve mareo y una punzada en mi sien.

Recuerdos…

Recuerdos...

¿Recuerdos?

— ¿Te encuentras bien? —La voz de Alec me sacó de mi ensimismamiento.

—Sí. Estoy bien, ¿Pueden ustedes continuar? —Alec me miró ceñudo pero se encargó de llamar a todos a la sala nuevamente.

Supe que el que contaría el resto de la historia sería Alec porque fue el único que se quedó de pie y con su vista fija en la mía.

— ¿Entonces los Salvatore querían venganza? —le incité a que continuara.

—Sí. Y lo lograron —me respondió con voz queda—. En resumen, no sabemos aún como ocurrió, pero cuando fue el enfrentamiento entre ambos bandos, se la llevaron, Thomas y Michelle se la llevaron y ella... la esposa de Joseph la mató antes de que alguno de nosotros lograra impedirlo.

Me quedé estupefacta, pero antes de preguntar algo, Gabriel fue el que habló.

—Según leí, ella era muy poderosa, tanto que Aro la quería... ¿cómo pudo ser vencida tan... fácilmente?

—No lo sabemos —respondió Esme con voz contenida.

—Quizás le hicieron una trampa —analicé mirando mis dedos—. ¿Cuáles eran sus dones?

Todos suspiraron, de igual forma yo me respondí en voz baja.

—Los mismos que los míos...

—Así es —expuso Alec con cuidado—. Esto... lo difícil te todo es que... luego de hacer unas cuantas investigaciones averiguamos que... un anciano esa misma noche en la que... Melissa murió elaboró un hechizo que consistía en...

Volví a interrumpirlo, y con voz cargada de tantas emociones susurré.

—Consistía en hacerla reencarnar, ¿no? —Y entonces todas las miradas de los presentes estaban fijadas en mi persona,

Ya todo estaba descubierto.

Yo era ella.

Todo este tiempo se había tratado de mí misma.

Yo era Melissa Johnson.


¡Hola! chicas uff... he tardado en actualizar porque... ¿adiviven qué? ¡quédan pocos capítulos para el final! :'( ¿qué haré después? me gustaría conservarlas como lectoras, pero uff... no sé qué hacer pues ahorita estoy subiendo fics en fanfiction.net... bueno, pues la verdad quedan dos caps y el epilogo (o quizás un cap y el epílogo) no estoy segura. La verdad me siento muy triste, llevo mucho tiempo con esta historia y amo tanto a Alec que dejar de escribir sobre él es doloroso. :'( ¡Espero hayan disfrutado del capítulo! al fin Day abrió los ojos yd escubrió todo, ¿qué pasará luego? 

Espero sus preciosos comentarios, y perdonen la tardanza jajaja (siempre me ando disculpando por lo mismo)  Agradezco los comentarios del cap anterior, me alegra leerlos y saber que les gusta como va la historia. 
PD1: Saludos a Mel,  a Bella_22, Nenamadilinda, 2k_vulturi, Marii:salinas, melisamontero, jennykovacs, monica_swan38, karenitz3lvulturi.

PD2:

Tengo varias historias en mente para subir después de ésta, pero por los momentos tengo otro fic! les dejaré la sinopsis por acá y el link en fanfiction pues lo tenía aquí en esta pagina pero me lo borraron cuando dejé de actualizar (lo sé me lo merezco)

...

 

 “Oscura tentación”

 

Sinopsis

 

Un terrible suceso marcó la adolescencia de Isabella. Rencorosa y completamente decidida, opta por centrarse en su carrera musical, anhelando convertirse en una cantante famosa, y a la vez prometiéndose que no cederá su confianza a ningún otro hombre. Aún perseguida por los demonios de su pasado, Bella conoce a John McQueen, un exitoso productor musical que no tarda en armar estrategias para conquistarla. La interesada y caprichosa chica, deslumbrada por la absoluta perfección y la enorme fortuna de John, llega a la conclusión de que está enamorada, sin saber, que el rumbo que está tomando su vida es el incorrecto; además, el rechazo que siente hacia Edward Cullen, la nueva estrella del rock, se resume a la más atrevida e intensa pasión que existe entre ambos, la misma que desatará la furia de un obsesivo hombre.

 

Acompaña a la rencorosa y vengativa Isabella Hale Swan a descubrir el intenso secreto que guarda Jasper Whitlock, uno que, al ser revelado, cambiará totalmente la vida de una chica que ha sido invadida por la oscuridad y el dolor de un desgarrador pasado.

https://www.fanfiction.net/s/8990621/1/Oscura-Tentaci%C3%B3n 
¿qué opinan? si quieren leerlo, con mucho gusto envío un mensaje a una de las administradoras para que me activen el fic nuevamente. *-*

Bien, con todo este testamento me despido, nos leemos la próxima semana! besotes.

 

Capítulo 39: "Odio & Amor" Capítulo 41: Epílogo

 
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