Amar Después de Morir

Autor: Day_Swan
Género: Fantasí­a
Fecha Creación: 17/08/2012
Fecha Actualización: 04/01/2014
Finalizado: SI
Votos: 11
Comentarios: 86
Visitas: 65258
Capítulos: 41

“Amar Después de Morir”

Secuela de: “El Ángel de Alec Vulturi."

Sinopsis.

Después de la muerte de Melissa, Alec vuelve a ser el mismo de antes, frio, calculador y distante, con solo una palabra grabada en su mente: Venganza, luego de efectuarla pensaba morir, ya no sentía la necesidad de vivir sin su único amor. Por otra parte Aarón tampoco ha superado la muerte de la joven, pero todo cambiara cuando Alex sueñe el futuro, al igual que Alice, ambas vieron a una humana, una humana que cambiará la vida de todos; de nuevo. ¿Quién será ella?

Nada en esta vida es imposible, lo incierto puede que sea cierto, el amor es dolor, pero también alegría; una segunda vida, una segunda oportunidad, personalidades distintas, un mismo rostro, ¿una misma alma?, un amor, una promesa, amar después de morir…

Ella, una joven que oculta su verdadera personalidad y finge ser rebelde y caprichosa…

Él, un vampiro dolido por la pérdida del amor de su vida…

 


TRAILER DEL FIC: http://www.youtube.com/watch?v=Of0dvtHqjHM&feature=youtu.be

Algunos de los personajes pertenecen a Meyer, la historia es de mi completa autría basada en las ideas de dicha autora, los personajes nuevos son de mi imaginacion.

Espero les agrade la segunda parte de "El Ángel de Alec Vulturi"

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MIS DEMAS FIC'S:

"MELODY OF LOVE" (one shot)

"SAFE AND SOUND" (one shot)

"SÓLO 24 HORAS MÁS" (fic corto)

"PASIÓN INSACIABLE" (fic corto)

"UNA NAVIDAD EN EL CASTILLO VULTURI" (one shot)

"OSCURA TENTACIÓN" (Fic largo)

Mi facebook: Daymelis Ramos

Perfil Fanfiction:Day M. Odair

 

Sin más las dejo con esta hermosa historia, espero que les guste.

*Day_Swan*

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Capítulo 26: "Primera Herida"

“Primera Herida”

Capítulo veintitrés.

Narrador POV.

Rudel estaba enfurecido y su padre sonreía abiertamente con mucho entusiasmo.

— ¡Es ella! —exclamó Aro riendo, luego de escuchar la historia que su hijo le había contado—. Alec tiene mucha suerte, sabía que eso ocurriría, esto nos conviene.

—Por Alec, ¿no es cierto?, la utilizarás para que él vuelva. —Rudel supuso.

—Sí,  pero si no estoy equivocado, esa niña tiene los mismos dones que antes —comentó Aro maravillado.

— ¿Qué niña? —preguntó Samira entrando la despacho donde Aro y Rudel platicaban. Aro se tensó al ver como la vampiresa entraba sin siquiera anunciarse.

—Deberías anunciar tu llegada —dijo ahora seriamente el anciano.

Samira frunció el ceño e hizo una leve reverencia hacia Aro, quien luego de aquello sonrió ampliamente.

—Nuestro Alec ha encontrado el amor nuevamente. —Aro dijo causando un temible enfado en la vampiresa pelirroja, que gruñó por lo bajo y comenzó a preguntar cada detalle sobre lo ocurrido. Tenía que planear como separarlos, no iba a permitir que ninguna se quedara con lo que le pertenecía.

¿Lo lograría?

Daymelis POV.

Nunca debí haber leído el resto del libro… o quizá sí.

Dos días había pasado desde aquella noche donde Astor y Alec me había salvado de aquel híbrido que me había atacado en la oscuridad. Me había asustado mucho, pero no tanto como lo que sentí al mirar a Alec a los ojos cuando todo había acabado.

.

.

.

— ¿Estuviste toda la noche aquí? —pregunté consternada, Alec estaba sentado en el sofá del salón del departamento de Astor cuando me levanté al día siguiente.

No me miró para responder. —Sí. —Su voz era fría y ronca como antes.

— ¿Por qué? —No pude evitar preguntar, mientras me acercaba a él. Alec tenía su vista fija en una revista.

—Eres una desagradecida. Estoy aquí por lo que pasó anoche, ¿por qué más podría ser? —preguntó irónico—. Emmett me llamó anoche para que yo los ayudara.

Fruncí el ceño. Decepción. — ¿Lo hiciste porque él te lo pidió?

— ¿Salvarte?, efectivamente.

—Uh… gracias. —Mordí mi labio inferior avergonzada—. Creo que fue mi culpa.

—En parte sí. —Estuvo de acuerdo Alec—. Pero igualmente Rudel te hubiera buscado en tu casa.

—Cierto. Pero igualmente me siento culpable. —Fruncí los labios—. Astor pudo haber salido lastimado.

—Tú eras la que más importaba —dijo él con la mayor naturaleza del mundo—, la que más importa.

Me quedé petrificada.

— ¿S-sí?

—Para los demás, supongo. Además a tu novio no iba a ocurrirle nada, a ti seguramente sí. Debo admitir que debí matar a Rudel, pero lo necesito para algo. —Se encogió de hombros—. Y a Astor también lo necesito.

— ¿Lo necesitas? —El sarcasmo no pudo evitar aparecer en mi voz—. Perdona pero… es increíble.

—Anoche manifestaste el miedo de perder a alguien que quieres, ¿verdad?, yo perdí a alguien, y el destino se ha encargado de restregármelo en la cara; solo hay una forma de que todo acabe, en cierto punto, y es vengándome. —Su penetrante mirada se fijó en la mía con tal intensidad que sentí que exploraba mi alma con ímpetu—. Tu novio y Rudel tienen información que me ayuda.

¿Alec había perdido a alguien?

¿A esa Melissa?

Me quedé sin palabras por un rato. — ¿Perdiste a… alguien?

—Sí. No debería hablar esto contigo. —Frotó sus sienes desviando su mirada de la mía—. Tú… me confundes. —Cuando dijo aquello volvió a mirarme de esa forma que me estremecía, sus ojos eran cada vez más negros, tanto como los míos, brillantes, con una intensa pasión que jamás había visto. Sus ojos eran mi perdición.

Algo despertó en mí, una fuerza, algo que me impulsaba a tocarlo y comprobar que él estaba allí; alcé mi mano con cuidado y posé mis nudillos en su mejilla pálida y fría, rozando su piel con suavidad, como si se tratase de la porcelana más delicada. Alec, cerró los ojos al sentir la pequeña caricia. Mi corazón latía con fuerza, como un motor. Al retirar mi mano, seguí mirándolo hasta que él también lo hizo, la pasión y la veneración seguían en sus ojos, pero luego de negar con la cabeza, desaparecieron.

—Lo que tenía que hacer aquí ya lo hice —dijo bruscamente, levantándose del sillón—. Pronto me comunicaré con el bru… Astor. No cometas estupideces, no tengo tiempo para estar de niñera.

Iba a replicar pero él salió por la puerta dejándome con la palabra en la boca.

El Alec frio había vuelto.

¡Genial!

.

.

.

Suspiré y cogí mi morral para irme a clases.

No había sol, el cielo estaba muy nublado.

Como siempre Natalia me esperó en la puerta de la escuela con una gran sonrisa y recibiéndome con un tremendo alboroto típico de ella; me contó sobre mi hermano, sobre lo tímido y serio que era, también me habló de un viaje que estaba planeando con Dennis, querían ir a la playa en las vacaciones de Carnavales en febrero. A mí la playa no me gustaba mucho, pero los acompañaría.

Mi hermano y Melissa habían regresado el día anterior más enamorados que nunca. Se veían más confiados y felices.

— ¿Estás bien?, te noto muy distraída, ¿cómo está tu novio? —preguntó Naty en un murmullo mientras el profesor de matemáticas seguía con su clase.

—Estoy aburrida. Y está muy bien. —Sonreí al responder.

Natalia entrecerró los ojos como si no me creyera, pero no dijo nada.

En las clases de matemáticas recordé a Alec una y otra vez; pero también a Astor, los dos me ayudaron, me salvaron y yo me sentía sumamente agradecida. Pero también estaba preocupada, ¿Alec perdió a quién?, ¿y cómo?, ¿cómo iba a vengarse?, ¿por qué Astor lo ayudaría?, todo aquello era confuso para mi persona.

—Señorita Gilbert… o debería decir: Cullen, ¿podría hacer el favor de prestar atención? —dijo el profesor cerca de mí; me sobresalté un poco y asentí apenada.

—Lo… siento.

El profesor me dedicó una última mirada y prosiguió con la clase; yo me removí un poco en mi asiento pero decidí tratar de prestar atención; aunque, los ojos penetrantes de Alec seguían persiguiéndome.

Alec POV.

Los adolescentes entraban y salían del instituto riendo y hablando, unos quejándose, otros enfurruñados. Algunos tomados de la mano, chicas coqueteando con chicos y viceversa. Pero a ella no la veía, no salía por ninguna parte, y a todo esto, ¿qué hacía yo allí?, estúpida y maldita obsesión.

Luego de unas horas, ella salió con una chica cabello negro y la híbrida llamada Melissa; detrás de ellas iban Dennis y Gabriel. Ninguno se percató de mi presencia, sin embargo la chica castaña miró hacia los lados buscando a alguien con la mirada, ¿era posible que sintiera que yo estaba allí?, ¡mierda!, me estaba volviendo loco.

—Alec —dijo mi nombre y me percaté de que me estaba mirando a los ojos, me había pillado y yo no sabía qué hacer. Se encaminó hacía mi ubicación para sorpresa de sus acompañantes y para mí—. ¿Qué estás haciendo aquí? —preguntó cuando estaba cerca de mí.

El resto de los estudiantes nos miraban estupefactos.

—Siempre estoy cerca, al menos por ahora. —Fue lo primero que se me ocurrió—. No es como si viniera a verte a ti.

—Claro —mencionó sonriendo—. ¿Podría por favor no hacer eso?

— ¿Hacer qué? —interrogué consternado.

— ¡Esto!, estar aquí, cerca, mirándome de esa forma. Mira, sé que no te agrado, me odias y todo eso…

—Sí, tienes razón, no me agradas —le dije interrumpiéndola—. No te sientas tan importante por estar aquí, porque no es así, solo eres una humana y te metes en problemas muy seguido, Alice me lo ha advertido.

Frunció el ceño y vi una pizca de decepción en sus ojos.

—Solo aléjate, ¿quieres?, solo soy una humana. ¡Déjame en paz! —Me dio la espalda y a paso rápido se encontró de nuevo con sus amigos muy enfadada.

 ¿Qué me estaba pasando?

¿Por qué tenía que estar donde ella estaba?

¿Por qué tenía que molestarla?

La odiaba, pero la mejor forma de sobrellevarlo era alejándome, no persiguiéndola.

*

*

*

— ¡Lo sabía! —exclamó Demetri al enterarse lo que había hecho la noche anterior—. Aro envió a ese malnacido para enterarse de lo que ocultabas. Y lo logró, él verá como la defendiste.

—Por eso no puedo dejarla sola —mencioné con la mirada perdida, si algo le pasa será mi culpa, y Melissa no me lo perdonará donde quiera que esté.

—Cálmate hombre, no le pasará nada, estamos cerca de ella —respondió Demetri palmeando mi hombro—. Solo no la jodas. La está pasando mal, apenas y asimila que los vampiros existen. —Se carcajeó por lo bajo—. Pobre chica.

—Ni tan pobre, es una fiera. —Resoplé al decir—. Tiene un carácter de los mil demonios.

—Como tú. —Jane apareció en el salón con una sonrisa—. Sois iguales.

—Yo no soy una adolescente —me defendí—, además ella es una chica, las chicas son más complicadas.

Jane solo rodó los ojos y se sentó a mi lado; Demetri se encargó de contarle con todos los detalles lo que yo le había relatado minutos atrás; exceptuando que había ido al instituto de la chica, ya que ambos sabíamos que se enojaría por ello.

*

*

*

La noche había llegado y yo estaba aburrido y cansado de estar allí sin hacer nada; esos imbéciles de los Salvatore no iban a presentarse hasta que les diese la puta gana. Yo no tenía paciencia, hace mucho que la había perdido, no quedaba ni una pizca, y cuando estaba cerca de aquella humana, la desesperación y la locura me invadían, ella podría controlarme si se lo propusiera.

El hechicero ya se estaba recuperando, la humana se separaba de él solo para ir a clases y dormir en su casa; no es como si yo la vigilase, sino que Rudel podría estar cerca y no podía permitir que volviese a repetirse lo de hacía dos noches.

Una voz me sacó de mis cavilaciones.

—Alice quiere que vayas —indicó Jane seriamente—, solo eso me dijo.

Yo la miré con el ceño fruncido. —Iré, pero Demetri, necesito que…

—Lo haré, no me separaré de ella —dijo Demetri con una sonrisa, mi ceño se volvió a fruncir al describir el doble sentido de sus palabras.

—De acuerdo. —Bufé y negué con la cabeza—. ¿Por qué Alice no simplemente me llama y me dice lo que sea que tenga que decirme? —pregunté molesto.

—Si quieres puedes llamarla, pero verás que te dirá lo mismo que me dijo a mí —mencionó Jane encogiéndose de hombros, restándole importancia.

—Eso es lo que haré —dije, luego miré a Demetri, el cual levantó sus manos en señal de paz.

— ¡Tranquilo hombre! —exclamó—, no haré nada que ella no quiera.

Tuve que evitar las ganas de gruñir.

— ¡No seas amargado! —Volvió a exclamar Demetri cuando me dirigía fuera con mi móvil en mano para llamar a los Cullen.

Intuía que aquello tenía que ver con la chiquilla malcriada, ¿para qué otra cosa podría llamarme?, ahora, cada vez que a ella le ocurría algo, recurrían a mí y, sin importar mis sentimientos, yo la ayudaba, la protegía, como antes lo había hecho con Melissa…

Marqué con rapidez el número de Alice, esperando que esta me sacara de mis dudas.

— ¡Alec! —exclamó la vampiresa—. ¿Ya vienes? —preguntó como si no lo supiera.

Puse los ojos en blanco. —Pues no, quería saber, ¿para qué quieres que vaya? —pregunté intrigado—, no lo entiendo, solo dímelo por aquí.

—No lo sé… y si lo hago, ¿Quién garantiza que hagas lo que te diga? —interrogó ella—, no quiero que estés allá, quiero que estés lejos de Day, aunque sea por esta noche.

— ¡¿Quién demonios te entiende?! —Alcé la voz sin poder contenerme—. Primero querías que estuviera cerca de ella, ahora no.

—Alec, sé que si la vez mal, lo primero que harás será acercarte —comentó rápidamente—, y lo mejor será que no lo hagas, ella deseará estar sola.

—Espera. ¿Estás diciéndome que va a pasarle algo? —inquirí preocupado—, ¿Cuándo y por qué?

—Es algo que tiene que pasar, y no puedo decírtelo, al menos, no hasta mañana —indicó rotunda—, ¿vas a venir o vas a prometerme que no estarás cerca de ella como una goma de mascar?

—Si ella no va a morir, no voy a hacer nada para impedir que sufra. —Soné frio e indiferente al decir aquello; Alice resopló burlonamente.

—Eso es lo que tú dices —mencionó—, pero en mi visión ocurría todo lo contrario, así que por favor, no te acerques o vente.

—No lo haré, lo juro. —Di mi palabra sin titubear—. Es la vida de ella, no la mía.

—De acuerdo, de acuerdo. —Sonó como si estuviese conteniendo soltar una risita y seguidamente, colgó.

Resoplé mirando el móvil, luego lo guardé en mi bolcillo.

¿Qué iba a ocurrirle? —me preguntaba una y otra vez.

Preocupado, o no preocupado, iba a cumplir mi palabra: no iba a acercarme a la casa Gilbert en toda la noche.

Daymelis POV.

Un par de horas antes…

— ¿Podrías, por favor, estar quieto? —pregunté borrando por enésima vez el ejercicio de matemáticas que intentaba resolver en mi cuaderno—, es frustrante, ¿sabes?

—No seas odiosa. —Me recriminó entrecerrando sus ojos y acostándose de nuevo en su cama—. ¡No puedo estar todo el día acostado!

—Estás recuperándote, debes descansar, y dejarme estudiar —le dije encogiéndome de hombros, volviendo a centrar mi atención en el cuaderno de matemáticas.

Era jueves y el viernes tenía examen, el tema no lo dominaba muy bien, por eso estaba preocupada y algo tensa. Aunque cuando llegara, Gabriel iba a explicarme nuevamente.

— ¿Viniste solo a estudiar? —inquirió Astor haciendo un adorable puchero—, porque eso es injusto, ¿sabes?, yo necesito cariño.

Sonreí negando con la cabeza.

—Recuerda que tú y yo tenemos un tema pendiente —dije recordándole y cerrando en cuaderno y guardándolo en mi mochila—. Si no respondes mis preguntas, no habrá cariño —le advertí.

—Bueno. —Se puso serio—. Tienes razón, ven…

Me senté a su lado, Astor permanecía serio, pero deduje que estaba teniendo alguna especie de lucha interna, ya que no dejaba de estar así, pensativo, serio y cohibido. Jamás lo había visto de aquella forma, eso también me puso nerviosa a mí al darme cuenta de la gravedad del asunto.

— ¿Por qué ese libro estaba aquí? —inquirí sin tapujos—, yo pensé que… tú te habías acercado a mí… por eso —tartamudeé avergonzada.

—No, no, ¿cómo piensas eso? —respondió rápidamente—. Si hubiera sido por eso… los hubiera robado, los libros…

—Lo sé… pero… —Me interrumpió él.

—Alguien quiso enviar ese libro, porque sabía que tú te encontrabas aquí, fue una trampa… yo jamás… había visto ese libro antes —dijo sin pestañear, mirándome fijamente, con aquella mirada intimidante tan característica.

No dije nada hasta que suspiré luego de un minuto. — ¿Quién fue?

—No… n-no lo sé… —Posó su mano en su nuca, luego tiró de su cabello—. Tengo que averiguarlo.

—Oh… lo siento… cuánto lo siento —manifesté abalanzándome sobre él, Astor me sostuvo con fuerza, acariciando mi espalda me susurró al oído un: “no eres la única que lo siente”, causando así un recuerdo muy emotivo entre ambos.

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.

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— ¿T-te encuentras bien? —había preguntado aquella noche, cuando finalmente, Astor se encontraba completamente consciente, yo estaba acostada a su lado—. Te ves muy pálido —añadí con el ceño fruncido.

Él me sostuvo con más fuerza. — ¿Tú te encuentras bien? —quiso preguntar, ignorando mi pregunta—. Tú importas más.

—Estoy bien, pero tú también importas. —Le miré a los ojos—. Por mi culpa tú podrías…

Me interrumpió. —Perdóname por haber tardado en llegar.

Aquello era más que una súplica, sentí un nudo en mi garganta, y sabía que Alec, si se encontraba todavía en casa, estaba escuchando todo, y eso me incomodaba.

¿Por qué me incomodaba?

—No tengo nada que perdonarte —aseguré regalándome una pequeña sonrisa, el besó mi frente con dulzura, causando un hermoso sentimiento en mi corazón, aunque mi mente se encontraba en donde Alec estaba, lo que había hecho, aquella noche, no podía salir de mi memoria por más que quisiera olvidarlo.

.

.

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— ¿En qué piensas?, tú nunca te callas en tanto tiempo —manifestó Astor con una sonrisa—, eso no se ve todos los días.

Le proporcioné un golpecito en el hombro.

— ¡Tonto!

— ¡Sin insultos!

Cuando ya iba a atardecer mis hermanos pasaron por mí, con sus ceños adustos y sus miradas fulminantes, en el camino a casa, Gabriel me preguntó:

— ¿Ya nos vas a decir que es lo que te pasa desde hace unos días? —habló sin detenerse—. Andas con un misterio todo el tiempo, si te pasa algo, solo dilo ¡y ya!

— ¿Q-qué? —interrogué “desorientada”.

— ¡Ya!, no te hagas, te conocemos —manifestó Dennis mirándome fijamente mientras caminábamos por la calle—. ¿Qué pasa?

Había pensado en contarles, pero no sabía cómo, ni cuándo, ni mucho menos si me creerían; pero son mis hermanos,  yo debía contarles ya que a ellos también les interesaba y les convenía saber. Dennis era novio de una híbrida y Gabriel estaba enamorado de una vampiresa malvada.

Sí, tenían derecho a saber.

—En casa, les diré todo —contesté en voz baja—, solo espero que no me tomen por loca.

—Es que ya lo estás, no hace falta nada para estar seguros de eso. —Se burló Gabriel, yo le pellizqué en la panza con fuerza, como acostumbraba hacerlo cuando decían algo que me molestaba.

*

*

*

Los libros estaban en mi cama, mientras que mis hermanos los examinaban conforme escuchaban mi relato sin interrumpirme, los dos estaban inmersos en mi historia. Les conté sobre Jake, sobre lo que Astor había hecho y lo que era y, finalmente, lo que había descubierto sobre vampiros.

Aunque por una extraña razón, Dennis no parecía estar muy sorprendido.

— ¡Espera!, Dennis ¿tú lo sabías? —pregunté señalándolo con mi dedo índice.

—Pues… algunas cosas sí —afirmó—, no todo, pero sí algo…

— ¡A mí siempre me dejan por fuera, joder! —exclamó Gabriel ojeando un libro, de inmediato se quedó con los ojos desorbitados, mientras leía, permaneció con los ojos fijos en el libro y en silencio, por aproximadamente cinco minutos—. Mierda…

— ¿Qué? —pregunté acercándome.

—N-no… quédate ahí. —Me indicó alejándose para seguir leyendo—. Dennis ven acá.

El aludido hizo caso y se pusieron los dos a leer, dejándome a mí allí con la duda.

— ¿Qué pasa? —volví a preguntar, más nerviosa que antes—. ¿Es algo malo?

— ¡Ese maldito cabrón! —exclamó Dennis enfurecido, luego de un silencio, Gabriel lanzó el libro en el suelo y comenzó a tirar de su cabello mientras caminaba de aquí para allá; Dennis maldecía por lo bajo y hacía luego lo mismo que mi otro hermano.

¿Qué esperaba ocurriendo?

Sin pensarlo más, caminé hacia la ubicación del libro, hojeé hasta que encontré donde mis hermanos habían leído antes:

«El sacrificio es la única forma que, luego de un hechizo previo, le proporciona automáticamente la mitad de los poderes al hechicero. Aquel hechizo y sacrificio debe ser aplicados a una muchacha joven, con habilidades sobrenaturales que, si fuera sido convertida en vampiro, dichos dones se autentificarían; cabe mencionar que si se tratase de una reencarnación, sería prácticamente mejor. Al un vampiro morir, un hechicero puede practicar un hechizo para que este reencarne luego de 50 años en un cuerpo humano, sin recuerdos, sin los mismos sentimientos, sin nada. Cuando el vampiro reencarnado cumpla los 18 años, dejaría de envejecer, ya que en ese periodo deberá ser el sacrificio… y si el sacrificio no se efectua…»

Miedo, eso fue lo que sentí. Nosotros tres sabíamos que yo tenía un extraño poder con el clima, y como lo había explicado, si me convirtiera en un vampiro, tendría los poderes que muchos vampiros ya tenían.

¿Por eso él se había acercado a mí?

¿Para matarme?

Dios…

¿Y si yo era una reencarnación?

Eso explicaría mis sueños, mis pesadillas, mis recuerdos…

No cabían dudas en mí, Astor era un traidor.

Lancé el libro con todas mis fuerzas, tomé mi cabeza entre mis manos, y sin más, lloré con desesperación y miedo, desahogué mi alma ante la traición y el engaño que un primer amor me había proporcionado. Todo se marchaba, ya no quedaba nada, lo que más me dolía era que yo había caído en su maldita trampa.

Tanta sonrisas…

Sinónimos de engaños…

Sollocé frente a mis hermanos, sin mostrar mi rostro ante ellos; lágrimas salían como cascadas por mis ojos cerrados, luego sentí como dos personas se ubicaban a cada lado de mí y me abrazaban mientras que yo, me derrumbaba…

Amar por primera vez, me había traído una primera herida…

 


¡Hola, buenas noches!

Agradezco muchísimo los comentarios del capítulo anterior, me alegra muchisimo, de verdad, que mi historia les guste tanto.

Espero hayan entendido las cosas raras que me inventé XD (si no fue asi, preguntén y yo les responderé) Espero haberme expresado correctamente en el capítulo para que así se entienda cuáles  son (presuntamente) los planes de Astor para con Day. :)

Perdonden la tardanza, pero estoy atravezando momentos dificiles con mi familia, aunque no he dejado la historia porque escribirla me relaja, pero cuando es el momento de corregir capítulos para subirlos el tiempo no me alcanza, pero por si le quedan dudas: Terminaré esta historia, no importa si tardo semanas en actualizar, siempre subiré un cap en cualquier momento, y haré lo posible por no tardar muchisimo tiempo en hacerlo.

Muuuchas gracias por el apoyo, saludines, espero que les haya gustado este cap, dejenmelo saber please. :) ¡Nos leemos! ♥

Day S.

Capítulo 25: "Inevitable" Capítulo 27: "Lágrimas de un ángel"

 
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