Amar Después de Morir

Autor: Day_Swan
Género: Fantasí­a
Fecha Creación: 17/08/2012
Fecha Actualización: 04/01/2014
Finalizado: SI
Votos: 11
Comentarios: 86
Visitas: 65236
Capítulos: 41

“Amar Después de Morir”

Secuela de: “El Ángel de Alec Vulturi."

Sinopsis.

Después de la muerte de Melissa, Alec vuelve a ser el mismo de antes, frio, calculador y distante, con solo una palabra grabada en su mente: Venganza, luego de efectuarla pensaba morir, ya no sentía la necesidad de vivir sin su único amor. Por otra parte Aarón tampoco ha superado la muerte de la joven, pero todo cambiara cuando Alex sueñe el futuro, al igual que Alice, ambas vieron a una humana, una humana que cambiará la vida de todos; de nuevo. ¿Quién será ella?

Nada en esta vida es imposible, lo incierto puede que sea cierto, el amor es dolor, pero también alegría; una segunda vida, una segunda oportunidad, personalidades distintas, un mismo rostro, ¿una misma alma?, un amor, una promesa, amar después de morir…

Ella, una joven que oculta su verdadera personalidad y finge ser rebelde y caprichosa…

Él, un vampiro dolido por la pérdida del amor de su vida…

 


TRAILER DEL FIC: http://www.youtube.com/watch?v=Of0dvtHqjHM&feature=youtu.be

Algunos de los personajes pertenecen a Meyer, la historia es de mi completa autría basada en las ideas de dicha autora, los personajes nuevos son de mi imaginacion.

Espero les agrade la segunda parte de "El Ángel de Alec Vulturi"

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MIS DEMAS FIC'S:

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"SAFE AND SOUND" (one shot)

"SÓLO 24 HORAS MÁS" (fic corto)

"PASIÓN INSACIABLE" (fic corto)

"UNA NAVIDAD EN EL CASTILLO VULTURI" (one shot)

"OSCURA TENTACIÓN" (Fic largo)

Mi facebook: Daymelis Ramos

Perfil Fanfiction:Day M. Odair

 

Sin más las dejo con esta hermosa historia, espero que les guste.

*Day_Swan*

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Capítulo 18: "El ánimo & el clima"

“El ánimo y el clima”

Capítulo dieciséis.

Alec POV

Patético.

Me sentía así.

Alice me tenía cambiando de parecer cada vez que le apetecía. Y lo peor de todo es que yo no podía manejarlo, esa humana me tenía en su poder, pero yo también era fuerte, y mis objetivos estaban cada vez más cerca de ser cumplidos. Lo mejor de todo es que no tendría que verla al regresar al país latino donde ella residía. Ya se habían ido. Demetri era el único que sabía sobre mis verdaderas intensiones en venir, y aunque Aro había ordenado que Samira, Rudel, Afton, y Santiago  nos acompañaran a averiguar sobre la existencia de hechiceros en aquel país, no les había contado sobre la existencia de aquella humana, estaba seguro que no era asunto de ellos. Después de todo tampoco era mi problema, bueno, no del todo. Estábamos preparados para lo que fuera, yo tenía la sospecha de que solo uno o dos hechiceros se encontraban allí, y Aro sabía que estos tenían su lado humano, el lado que nosotros podríamos destruir como los monstruos que éramos.

Samira no me había dirigido la palabra desde aquel incidente, la veía muy apegada ahora a Rudel y yo estaba seguro de que él sabía sobre la humana parecida a Melissa. Solo esperaba que no abriera su maldita boca, porque se las vería conmigo.

No había sabido de los Cullen ni de mi hermana desde hacía ya dos días, la última vez que había hablando con Alice fue cuando ella había llamado para que yo escuchase su conversación con la humana. La copia.

Inicio Flash-Back

— ¡Lo ves! —Alice exclamó con infinito entusiasmo, yo solo me quedé petrificado repitiendo una y otra vez en mi mente la frase que “Ella” había dicho, soñaba con mi mirada… bueno, con la mirada de un vampiro, que le gustaba y…—. ¡No seas testarudo! ¡Ese vampiro eres tú! —exclamó ella nuevamente, sabía que actuaria de tal forma.

—Casualidad —expliqué intentando buscar una respuesta, a todas mis dudas, una respuesta que no doliera.

—Ella te va a recordar, algún día —dijo con seguridad—, ¿entonces, qué harás?, ¿seguirás negándote esa oportunidad? ¡¿Qué más pruebas quieres?! —intentó razonar conmigo, yo solo me quedé en silencio.

—Eres increíble —murmuró nuevamente—, no importa, sé que las cosas volverán a su lugar. Escucha, nosotros nos vamos en unos días, volvemos a Canadá, con ella y con sus hermanos. El chico se queda, y creo que hay una rubia con él, solo ellos dos —aseguró, asentí sabiendo que ella no podía verme.

—Entendido. —Solo dije, luego de no escuchar más nada de mi parte, Alice colgó.

No pude sacarme de la cabeza la voz de esa chica desde ese momento.

Fin Flash-Back.

Y aquí estaba. Siguiendo órdenes pero ocultando mi verdadero fin.

—Apestan —rugió Samira, nos encontrábamos cerca de la casa de la familia Gilbert.

—No será fácil hallarlos —dijo Demetri, por primera vez diciendo aquello.

—Estamos cerca. —Me encogí de hombros—. Si no intentan huir, debemos seguir su hedor para encontrarlos —expliqué, teníamos que averiguar si habían más de ellos. Aunque sabía que la orden principal de Aro era llevárselos al castillo.

Todos seguimos el rastro de las dos criaturas, pensando en que quizás solo intentaban escabullirse de todo y fingir una vida “normal” como una vez yo lo había hecho. Ese chico había estado cerca de la humana, y no sabíamos que intentaba hacer con ella, pero también mi subconsciente me indicaba que tal vez él solo quería cuidarla, como yo una vez lo había hecho con Melissa, cuando era humana. Pero la diferencia, era que él no deseaba de su sangre.

Saqué esos pensamientos de mi mente, mientras sacudía mi cabeza irritado.

¡No podía comparar!

No podía hacer nada, antes de averiguar.

—Sé lo que estas pensando sin tener que leer la mente —me dijo Samira mientras corríamos en el anochecer, le miré fijamente. Era imposible—. Piensas en el beso —insinuó ella, yo evité a toda costa reírme a carcajadas.

—Estás mal —le dije casi riendo.

—Alec —me llamó Demetri seriamente, cuando lo miré, el prosiguió—: ¿ellos percibirán que nos acercamos? —preguntó, sabiendo que yo ya había estado cerca de un “sospechoso” hechicero.

—Sí, estoy seguro.

— ¡Huirán! —exclamó de pronto Rudel, enojado.

—No son tan rápidos —insistí—, tienen sus trucos, lo sé, pero hay que intentarlo —finalicé, ellos tuvieron que obedecer, pues seguía siendo el que dirigía la misión.

Tenía más experiencia que Rudel en esto. Al cabo de diez minutos, llegamos a una casa, pequeña y alejada de casi todos los humanos.

Curioso.

En la puerta de esta, una mujer blanca y rubia con mirada penetrante nos esperaba, detrás de ella, un chico que yo conocía muy bien me miraba con tal intensidad, que creí que ya sabía quién era. Ambos eran parecidos, sus ojos eran de un gris profundo, casi negro.

Sus ojos cambiaban de color. Tal y como lo había visto hace siglos. Definitivamente, Aro estaba en lo cierto, ellos habían vuelto.

—Vampiros —dijo la rubia con petulancia—, ¡los Vulturi!, he aprendido mucho de ustedes últimamente. —Agregó con arrogancia—. Úrsula Cromwell, hechicera completa, para servirles. —No sonó amable a pesar de su voz sedosa, sus ojos ahora completamente oscuros, el chico a sus espaldas seguía mirándome a mí—. Ah, y él es Astor Blakelee.

El tenía sus puños apretados, mientras que nos saludaba con un asentimiento de cabeza.

Daymelis POV

Horas antes…

Alberta –Canadá.

9:05 PM.

— ¡Day, hermana, despierta! —exclamó Dennis, mientras Gabriel me zarandeaba un poco, abrí mis ojos sintiendo aún el pánico en mí, lloraba desconsoladamente, necesitaba aire, pues los sollozos se atoraban en mi garganta.

Esme, mi madre adoptiva, me miraba con preocupación.

— ¡Qué susto! —exclamó Gabriel, demasiado pálido.

Carlisle se acercó a mí y me inyectó algo después de haber medido mi presión.

¿Estaba alterada?

Yo no podía hablar.

Al contrario, seguía llorando, recordaba muy bien la pesadilla, era horrible, moría en ella y moría con dolor, yo había decidido morir, pero ese niño seguía persiguiéndome. Esme se acercó a mí y me tomó entre sus fríos brazos, arrullándome como a un bebé. Comencé a sentir que algo me calmaba, aparte del calmante, un aura de tranquilidad llegó hacia mí, los sollozos disminuyeron, poco a poco, y luego fui cayendo en la inconsciencia nuevamente, pero aquella vez no soñé absolutamente nada, para mi suerte.

Al día siguiente…

 12:15 PM.

Escuché ruidos, y desperté desubicada. Tardé unos segundos en comprender que no estaba en mi habitación de siempre y recordar que estaba al otro lado de mi país, cálido y sin nieve. No había abierto los ojos, pero estaba enterada de que había alguien en mi habitación, buscando no sé qué cosa, seguí con los ojos cerrados, hasta que sentí como alguien tocaba mi frente. Su mano era tan caliente que me asusté como idiota.

— ¡Tienes fiebre! —exclamé tan fuerte que rápidamente mis hermanos entraron a mi habitación, Jacob y Renesmee estaban frente a mí, Jacob había tocado mi frente, tal vez pensaban que estaba muerta o algo parecido, no me di cuenta al principio que me había levantado como Flash de mi cama, Jacob me miraba con burla.

—De veras Jake, deberías tomar algo, estas ardiendo —le dije con voz ronca, por haber dormido tanto.

—Vaya, parece que estás mucho mejor —comentó Renesmee—, vinimos a ver si habías despertado, has dormido mucho.

— ¿Mejor? —pregunté confundida, luego comprendí lo que había ocurrido la noche anterior, y me sentí estúpida. ¡Había llorado como tonta delante de todos!

Me senté de nuevo en mi cama, todavía avergonzaba y atemorizada, simplemente había sido lo más horrible que había soñado.

—Carlisle tuvo que inyectarte un calmante —dijo Gabriel preocupado—, tenías la presión alta, y eso no te había pasado nunca, de hecho se te ha bajado.

— ¿Qué paso anoche? —Inquirió Dennis sentándose a mi costado—, parecías totalmente inconsciente.

Fruncí el ceño.

—Yo… ehm… no recuerdo —mentí—, pero creo que fue una horrible pesadilla, y tengo dolor de cabeza ahora mismo. —Lo último sí era cierto, me sentía fatal.

Cuando rugió mi estomago recordé que no había comido nada en horas.

—Iremos por algo de comer —dijo Jacob casualmente, le sonreí agradecida, él y su novia desaparecieron de la habitación inmediatamente. Mis hermanos me miraron son suspicacia.

—Recuerdas el sueño —dijo Dennis, no era una pregunta sino una afirmación.

—S-í —balbuceé como niña pequeña.

—Cuéntanos —dijo Gabriel solemne.

Tuve que contarles, primero porque sabían que había mentido, y segundo porque necesitaba decirles, ellos eran mis hermanos, confiaba ciegamente en ellos, y sabía que su apoyo sería de mucha ayuda, aunque aquella pesadilla seguramente había sido por leer aquel libro sobre hechicería. Ese libro estaría fuera de mi alcance por un buen tiempo.

El doctor Cullen estuvo en mi habitación, me tomó la presión y aseguró que ya estaba bien, se veía preocupado, y me preguntó qué era lo que me ocurría, le dije la verdad aunque a medias. No quería parecer estúpida delante de todos como lo había sido anoche.

*

*

*

21 de diciembre, 10:15 AM. (Alberta, Canadá, cerca de Canadá Olimpic Park)

Había notado a Gabriel muy distante e incómodo, pero no quise preguntarle nada, no me lo iba a decir, estaba segura. Ya llevábamos dos días en la casa Cullen, en la cual ya los Denali no estaban, no había vuelto a ver a aquella rubia respingada que me ignoraba o me fulminaba con la mirada, y tampoco al chico pálido que me recordaba a quien sabe quién.

No había tenido pesadillas desde aquella noche. Claro, no había leído aquel libro embrujado nuevamente.

— ¿Puedes prestarme el libro? —preguntó Dennis mientras conducía, yo le había contado todo a mis hermanos.

—Sí, claro, pero luego no estés gritando como yo. —Le advertí.

— ¡No seas ridícula!

—Ya verás como llora, como niñita —dijo Gabriel carcajeándose.

—Gabriel —le llamó Dennis con seriedad—, ¿Recuerdas el libro que leímos sobre hombres lobos? —preguntó.

—Sí, hombres lobos, licántropos, metamorfos, lo que sea —explicó pensativo—, decían las características de estos y todo eso…

— ¡Exacto! —exclamó Dennis, me quedé perpleja, no estaba siguiendo la plática.

— ¿Ese libro también lo escribió Manuel Gilbert Johnson? —pregunté acerándome a los asientos de mis hermanos, habíamos salido con Dennis para dar un paseo, queríamos tiempo entre hermanos, pero ahora que lo veía desde otro ángulo, supuse que mis dos hermanitos querían hablarme.

—Sí, él lo hizo —explicó Gabriel—, lo encontramos en el sótano, y en el que nosotros leímos dice que son tres diarios, y solo tenemos dos, ¿Dónde está el otro? —miró a Dennis con curiosidad, este negó con la cabeza.

—Nunca lo he visto —respondió mi otro hermano.

—Pues yo tampoco —expliqué—, cuando conseguí ese, solo había uno y un álbum de fotos, nada más.

—Como sea, el asunto es que creemos que Jacob es un hombre lobo o licántropo o metamor…

Interrumpí a Gabriel  con una sonora y fingida carcajada, el cual se encontraba en el asiento delantero con Dennis.

— ¡Estás loco! —exclamé entre risas—, ¡eso no existe!

—No, no, no —habló Dennis deteniendo el auto de repente, mi hermano tocaba su barbilla mientras que pensaba—, creo que no es ninguna locura, Jacob es…

— ¡Por favor! Ustedes dos están chiflados.

—Jacob es demasiado grande, aparenta casi veinticinco años, y siempre dicen que solo tiene veinte, en los libros dicen eso, además que son de una tribu y que estos siempre tienen temperatura más alta de lo normal en un humano y… —Dennis se calló por un momento, mientras que yo recordaba cuando Jacob me había tocado y su mano parecía arder.

¡Diablos!

— ¿Y? —Lo incité esta vez.

—Son enemigos de los vampiros.

— ¡Vampiros! —exclamé burlonamente, pero igual con miedo.

—No te rías, puede que sea verdad —dijo Gabriel bajándose del auto, me percaté de que ya habíamos llegado a nuestro destino.

Hacía mucho frio en aquel sitio.

No hablamos de aquel asunto en cuanto llegamos a Fort Edmonton Park, quizá no queríamos que nos tomaran por locos, siempre habíamos manejado el inglés, por lo del abuelo que era norteamericano, por lo que si platicábamos el “temita” en cualquier idioma no nos dirían chiflados.

¡Y sí que lo estábamos!

Allí todo era nieve y personas, por lo que me habían informado podíamos ver antiguas casas de unos 100 o 150 años antes, o quizás más; también reviviríamos hechos importantes en aquel lugar, espectáculos, historia, antigüedades… en tren, veríamos cada estación en aquel parque, e incluso se podría interactuar con personajes disfrazados, la verdad me recordó a un lugar que visitamos en mi ciudad cuando mis padres todavía estaban con vida.

Pero como nada en mi vida es normal…

Cuando ya el paseo había acabado, habíamos bajado ya del tren y nos disponíamos a dirigirnos al auto, ya eran más de las tres de la tarde, nos tardaría un poco llegar de nuevo al pueblo, donde vivíamos.

Pero quisimos pasear un poco, antes de aquello.

Dennis, Gabriel y yo, caminamos por un bosque, intentando hacer una “excursión” improvisada claro, había mucho frio, y brisa helada, pero eso no fue impedimento para nuestra curiosidad.

— ¡Hay demasiado frio aquí! —exclamé obstinada.

—Solo unos minutos más —murmuró Gabriel caminando.

— ¡Vámonos! —insistí.

—Ve al auto, nosotros vamos luego —dijo Dennis con voz distante.

— ¡Genial! —grité enfurruñada y juré que la brisa se hizo aún más fuerte.

—Tú eres rara —mencionó Gabriel mirándome incrédulo—, ¿Cómo haces eso?

— ¿Hacer qué?

—Te enojas y ¡puf!

—Es una bruja —bromeó Dennis.

Quise acercarme a mi hermano y darle un zape, pero cuando lo intenté, resbalé y me golpeé en el trasero.

— ¡Maldita sea! —La brisa fuerte, de nuevo.

— ¿Estás bien? —me preguntó Gabriel acercándose.

— ¡Demonios, no!

Gabriel miró al cielo mientras yo me levantaba.

—Creo que es mejor irnos… —dijo aún mirando arriba.

— ¡Vaya, qué gran idea! —exclamé con sarcasmo.

—Sí… creo que es verdad, y trata de calmarte, no vaya a ser que si eres una clase de controladora del clima —Dennis me tomó del codo al decir y nos apresuramos a caminar de vuelta, pude ver el cielo, oscurecido, más de lo normal, abrí los ojos como platos, pues no era la primera vez que algo así me ocurría.

—Somos una familia rara, ¿no? —preguntó Gabriel abriendo la puerta del auto, a él le tocaba manejar esa vez.

—Yo creo que si —concordé pensando en ese “defecto” de descontrolar el clima con mis descontroladas emociones…

Tal vez no era un defecto del todo…

*

*

*

Narrador POV

— Te extraño.

— Y yo a ti, necesito verte. —Sonrió con nostalgia al recordar que estaban lejos.

—Amor. —Ella escribió en el chat esperanzada—. Creo que no puedo estar sin ti.

—Eres demasiado importante para mí, ¿sabes, no? Recuerda que a pesar de que nos separemos físicamente, aún así estamos unidos.

Melissa al leer lo que le había escrito su novio por el chat, sonrió con lágrimas en los ojos.

—Te amo.

—Y yo a ti, te amo más.

Melissa y Dennis habían estado así desde que el primero se fue de viaje, él estaba preocupado, aunque no lo dijese; preocupado porque no quería perderla, preocupado porque ella quizá le iba a dejar de querer. Pero eso no pasaría, Melissa temía por lo mismo. Y eso era normal, cuando se ama, se teme.

A Melissa le quedaban solo siete días para regresar a México, con su familia, ella ya le había contado a Dennis y este no lo tomó muy bien, se entristeció tanto que hasta pensó en vivir con ella y así no poderse separar nunca más.

Dennis, al despedirse de su novia, cerró su portátil y caminó a la ducha para darse un baño, la cena de navidad había llegado, seguramente en donde Melissa se encontraba ya aquello había pasado, él se había encargado de desearle feliz navidad antes de tiempo.

Era difícil para ambos pasar esas fechas separados.

En la habitación de al lado, permanecía Daymelis colocándose unos vaqueros y una blusa blanca, junto con un abrigo color azul rey, había demasiado frio como para portar vestido, pero el frio no fue impedimento para las chicas Cullen para vestirse con vestidos lindos.

Y cerca de la habitación de Day, estaba la de Gabriel, el chico no se había molestado en arreglarse, estaba tirando en su cama, pensativo y con sus ojos llorosos.

¿Qué había hecho para que Jane lo odiase tanto?

¿Por qué tenía que haberse enamorado de ella?

¿Por qué ella no lo aceptaba?

Se removió de la cama comenzando a sentirse incomodo, odiaba tener que guardar todo, no poder demostrarle siquiera cuanto daría por ella y por tener su amor, era demasiado doloroso tener que soportar la soledad por su rechazo.

— ¡Hermano! —llamó la voz de Daymelis en la puerta, el chico se levantó rápidamente de la cama y limpió sus ojos con las mangas de su camiseta.

—Voy —vociferó.

— ¿Estás bien? —preguntó la chica preocupada, notando la voz ronca de su hermano.

—Estaba dormido —mintió al abrir la puerta.

—No mientas.

—Es la verdad —se encogió de hombros.

—A ver… —la chica tomó a su hermano de la mano y entró al cuarto cerrando la puerta a su espalda.

—Sé que estás enamorado de la prima de las Denali.

¿Qué? —Se preguntó Gabriel mentalmente—, ¿tanto se me nota amar a Jane Russo?

— ¿De qué demonios hablas? —preguntó el chico fingiendo indignación, su hermana lo miró con el ceño fruncido y se sentó en la cama del moreno, palmeando el lugar vacío a su lado, para que el chico lo acompañase.

El chico se sentó junto a su hermana, aún incomodo.

—No quieras fingir delante de mí, sabes que te conozco, sabes que no puedes engañarme. —Le señaló la chica, negando con la cabeza.

Gabriel resopló, enojado consigo mismo.

¡Tenía razón!

—Sé lo que sientes —murmuró Daymelis mirando sus dedos—, sientes que te falta algo, sientes que no debiste haberte fijado en ella, conozco como te sientes, y quiero que confíes en mí…

Y era verdad lo que ella decía. Quería devolver el tiempo y no haberse enamorado de Jane; pero era imposible, lo hecho, hecho estaba, el amor ya existía, no podía desaparecer, no cuando ese amor ansiaba ser correspondido de la misma manera.

¿Acaso no podía amarlo?

¿Acaso no existía lo justo en el amor?

¿Qué más tenía que hacer para no necesitarla?

Gabriel era un adolescente, pero no era la primera vez que se enamoraba, sin embargo estaba seguro que aquella vez era aún más fuerte la forma en que amaba, comparado con sus anteriores ilusiones.

—Sí, estoy enamorado de Jane. —Frunció el ceño al decir.

Dennis se presentó en la habitación sin siquiera tocar la puerta, se sentó cerca de Gabriel, le palmeó el hombro en forma de apoyo, sabiendo lo que ocurría sin siquiera preguntar, tan bien los conocía que no hizo falta preguntar.

Los chicos se quedaron en silencio, mientras que cada uno de ellos se quedaba perdido entre sus pensamientos; Daymelis, estaba alejada de Astor, al igual que Dennis, y Gabriel, estaba enamorado sin ser correspondido.

¿Por qué podría ser tan cruel el amor a veces?

*

*

*

Jane se maldecía una y otra vez en su mente, nunca debió acercarse a él, nunca. Hubiera sido mejor ni haberlo conocido, fue un error involucrarse con un humano, el hermano de la chica que lastimaba inconscientemente  a su hermano.

Su hermano…

Suspiró.

No había vuelto a hablar con él. Lo extrañaba.

Habían discutido tanto, ella había cambiado tanto.

Jane se había alejado por completo de Gabriel, pensando que era la decisión correcta, y que haciéndolo él podría olvidarla de una buena vez, pero Jane estaba equivocada, no era tan fácil, era completamente difícil lograrlo, era como si ella misma intentase olvidarlo a él.

No podía. Ella también estaba enamorada.


Holaaaaa! ¿Qué tal chicas? ¿qué les pareció? espero les haya gustado, escribo con todo el cariño del mundo:d ¿opiniones?, espero sus hermosos comentarios, saludos desde Venezuela, abrazos! ♥ Nos leemos pronto...

Capítulo 17: "El primer recuerdo" Capítulo 19: "Poderes"

 
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