Los días pasaron al lado de Emmet de manera muy amena. El sexo era maravilloso y prácticamente no me daba respiro. Estábamos juntos a todo momento, salvo cuando tenia que cumplir con alguna de sus obligaciones, que yo lo acompañaba. La semana estaba llegando a su fin, y ninguno de los dos hablaba sobre lo que había pasado entre nosotros. Es decir, la habíamos pasado muy bien, pero no sabíamos como seguiría. Nos adelantaron al hotel un número de la revista donde saldrían nuestras fotos, Estábamos ambos en la sala de su habitación, y ojeando las páginas siguientes, encontramos una entrevista a Rosalie. Emmet se quedo mudo, y yo también. Se creo un ambiente tenso entre nosotros, y Emmet cerro la revista de un golpe.

-     Lo siento – Dijo

-     Porque – Dije yo frunciendo el seño.

-     Por el artículo de Rosalie. No sabía que saldría allí.

-     Aun no entiendo porque te disculpas. Solo a ti te dolió verla.

Le hice señas de que se sentara a mi lado y comencé a leer en voz alta el artículo.

“…La modelo Rosalie Hale disfruta de unas merecidas vacaciones con su socia y co- fundadora de H y C collections Alice Cullen en Hawai. Intentamos conversar con la modelo de planes futuros, pero solo habla de querer volver a casa. Le preguntamos como esta su situación sentimental , pero como siempre se niega a responder esas preguntas. Se la ha visto con diferentes hombres de la farándula, pero nunca formalizo una relación. Investigadores de esta revista afirman que la súper – Hot modelo de pasarela tiene un amor que la espera en Seattle. Sera esto cierto? Quien será el afortunado hombre que gano el corazón de la modelo?...”

Cerré la revista y mire a Emmet que estaba parado mirando por la ventana.

-     Ven aquí Emmet, por favor.

El se sentó a mi lado en el sillón.

-     Emmet, puedo ver que aun la amas con locura. Porque estas mal si este articulo dice buenas noticias para ti? Es obvio que ella aun te ama y esta esperando volver a verte.

-     No estoy así por eso. Estoy así por ti. No quiero lastimarte.

-     No me lastimas Emmet. Nunca prometimos nada. Yo sabía tus sentimientos hacia ella. Siempre los supe. No te sientas obligado con migo. Esto que paso fue maravilloso. Me hizo darme cuenta de muchas cosas en mi vida y me replanteo muchas otras. Estoy feliz de haberte visto esa noche en el Club, y también siempre fui consiente que te irías. No te sientas mal por mí.

-     De enserio lo dices Bella? Lo último que quiero es lastimarte. No voy a negar que esta semana a tu lado fue maravillosa, pero mi corazón siempre esta con ella… Necesito que me entiendas.

-     No hay nada que entender Emmet. Esto era sabido. Y no estoy enojada ni herida. Estoy feliz por ti. Espero que vuelvan a estar juntos.

Emmet me abrazo fuertemente. Le dije que saldría de la habitación para darle su espacio. Seguramente querría hablar con Ella y no quería meterme en el medio.

Salí del hotel con un sentimiento muy extraño. A pesar de ser sincera con el, tengo que asumir que algo de dolor sentía, pero creo que se debía a que volvería a estar sola, y no me gustaba. Me sentía feliz por Emmet, pero a la vez sabia que era momento de rehacer mi vida.

Me fui a la casa para reorganizar un poco mis ideas. Cuando entre me encontré con Sue en la sala, y me invito a sentarme con ella para que le contara como estaba mi vida. Me abrí completamente a ella y le conté absolutamente todo. Desde mi perdida de virginidad con Edward, hasta el sueño de Charlie la otra noche y mis planes de algún día volver a Forks. Sue se quedo un poco triste ante mi declaración, pero me dijo que ella apoyaría cualquier decisión que tomara.

Mi teléfono comenzó a sonar. Era un mensaje de Emmet que me pedía que como despedida de su tiempo en Australia, fuera a cenar con el. Le respondí que encantada, por lo que subí a mi habitación a arreglarme y prepararme para la cena.

Me arregle decentemente. Tenia puesto un pantalón tipo capri muy ceñido al cuerpo, con unos zapatos de tacón altísimos. Una remera ajustada blanca y una chaquetilla que hacia juego con el pantalón.

Toque la puerta de la habitación de Emmet muy despacio. Casi imperceptiblemente, pero abrió al instante. El también estaba muy elegante. Entre a su habitación como con miedo. Era extraño como la pasión que sentía en días anteriores cada vez que entraba a este lugar se esfumo por completo. Ya no quería poseerlo, solo quería hablar con el y saber como le había ido. Me sentía como una verdadera amiga, y no como una amante, como lo fui en los pasados días.

-     Siéntate Bella – Dijo.

Me senté a la mesa, y como siempre destapo la cena. Nos servimos y ninguno dijo nada los primeros minutos. Luego no pude más y rompí el silencio.

-     Dime… Hablaste con Rose?

-     Si… - Dijo muy suavemente.

-     Y que te dijo? – Dije ansiosa por saber.

-     Me dijo que volvía a Forks. Que me extrañaba y que quería que nos juntáramos.

-     Genial! – Dije.

-     Me da mucha pena decirte esto.. Dijo mirando al plato.

-     Porque? Si yo ya te dije como me sentía! – Dije un poco enojada – Te reitero: “Me siento feliz por ti”.

Levantándome de mi asiento, me acerque a el y me senté en la silla próxima.

-     Sabes Emmet. Creo que lo que paso entre nosotros fue genial. Ambos necesitábamos estar con alguien por lo solos que nos sentíamos y nos encontramos, pero eso no significa que nos amemos. Es decir, eres muy importante en mi vida, y odiaría que por lo que paso dejemos de hablarnos. Tú amas a Rosalie, y el hecho de que yo no tenga a quien amar, no significa que sea a ti a quien busque.

La cara de Emmet era mezcla de alivio con miedo.

-     No quiero que te sientas usado ni nada – Continué – Quiero que seamos amigos. Quiero que tengamos estos días juntos como un hermoso recuerdo. Quizás quieras compartirlo con todos, o quizás no, es tu decisión. Por mi parte tendrás mi apoyo incondicional como tú amiga, que eso es lo que soy, y siempre seré.

-     Gracias Bella – Dijo abrazándome. – No sabes lo bien que me hacen tus palabras.

Pasamos el resto de la velada hablando de su emoción por volver a verla. No nos dimos cuenta cuando amaneció ya que la conversación estaba muy amena. Parecíamos dos grandes amigos. En definitiva, eso era lo que éramos.

Llego la hora de tener que ir al aeropuerto, y me ofrecí a llevarlo.

Antes de entrar por la puerta de embarque se dio vuelta, me miro fijo a los ojos, me abrazo y me dijo que cuando decidiera volver a Forks lo buscara. Me agradeció el haber estado para el y me despidió con un beso en la mejilla. Debo decir que me hubiera gustado besarlo por última vez, pero tenia en claro que ya no había nada.