Estaba soñando con Charlie. Me decía lo mucho que me quería y me decía que lo tenía olvidado en Forks… Me levante exaltada, y Emmet estaba al lado mio.

-     Tranquila… Fue una pesadilla.

-     Si. Fue una pesadilla – Dije.

Me volví a recostar en la cama junto con Emmet, y el me abrazo reconfortándome.

-     Quieres contarme que soñabas?

-     No lo se…

-     Solo si quieres…

-     Soñaba con Charlie.

-     Y eso te pasa seguido?

-     No. Nunca soñé con el desde que murió. Crees que signifique algo?

-     No lo se… tu que crees?

-     Tampoco lo se. Me parece extraño que este soñando con el justo cuando estoy con tigo.

-     Puede ser… - Dijo abrazándome aun mas fuerte y besándome en la frente…

Nos quedamos unos minutos así abrazados. Me sentía muy cómoda en sus brazos.

-     Que hora es? – pregunte exaltada

-     Las 2:00 de la mañana – Dijo tranquilo.

-     Diablos, debo irme.

-     Porque? No, quédate.

-     Mañana tengo que ir a la oficina y aparte Billy se preocupara si no llego.

-     Billy? Bella tienes 20 años. Ya estas grande. Si quieres quedarte fuera no tendría que haber ningún problema. Y por la oficina, simple tomate el día libre…

-     No lo se no creo que pueda hacerlo.

-     Mejor tomate la semana libre…

-     No! Dije – No puedo.

-     Si puedes.

-     Hagamos un trato – Dije al final – Yo me quedo esta noche y mañana voy un rato a la oficina… te parece?

-     Y el resto de la semana?

-     Ya veremos…

Y con eso deposite un beso en sus labios, que poco a poco fue volviéndose un poco más demandante. Acaricio suavemente mi espalda, y gemí en su boca. Se puso arriba mio y posiciono su sexo en mi entrada. Lentamente fue ingresando. Ya no era tan necesitado como antes, pero sentía las mismas ganas. Me acariciaba los senos de una forma posesiva, lo que hacia que me mojara aun mas de lo que estaba. Sin aviso previo, agarro mis piernas y las levanto sobre sus hombros. Debo decir que primero dolió un poco, pero después lo disfrute muchísimo ya que el roce era fenomenal. Me sentía mas osada, y quería probar cosas nuevas, asique empleando toda mi fuerza nos tumbe quedando yo arriba. El era tan grande que mis piernas estaban muy abiertas, lo cual era fantástico. Puse mis manos en su pecho para impulsarme mientras me movía. Tener esta clase de control me gustaba muchísimo. Y ver las expresiones de placer en su rostro me fascinaba. Me agarraba de la cintura, y sus manos viajaban hacia mis pechos que se movían al ritmo de nuestros cuerpos. Sentía el fuego dentro de mí nuevamente. Sentía el orgasmo. Era palpable con todos los sentidos. Sin dejarme llegar, volvió a estar sobre mí. Tener ese cuerpo musculoso y firme era majestuoso. Emmet Cullen estaba sobre mí haciendo que cada penetración se sintiera una gloria. El orgasmo no demoro en venir, como así el suyo. Nos quedamos nuevamente recostados. Sabia que esta sensación no duraría mucho, pero no quería que terminara. Quería estar así con el. No sabia que se avecinaba, pero tampoco quería arruinarlo hablando, asique no lo hice. Solo me limite a estar a su lado.

Por la mañana me levante y me vi sola en la cama. Nuevamente se repitió la escena de mi primera vez con Edward, y me sentí un poco decepcionada. Con la mirada comencé a buscar mi ropa, pero no la encontré. La puerta se abrió y Emmet entro en bata empujando la charola del desayuno. Solo sonreí ante su gesto y me envolví en la sabana para levantarme de la cama. Desayunamos juntos, muy acaramelados. El me daba fruta en la boca, y yo le daba waffles rellenos, y limpiaba con mi boca el relleno que caía por su cuerpo. Estaba por comenzar nuevamente, cuando mi celular nos saco de nuestra burbuja.

-     No atiendas – Dijo besándome el cuello.

-     Ok – Dije.

Pero el teléfono seguía insistiendo. Enojada me separe de el para contestar ya que me estaba volviendo loca. Vi por el identificador de la pantalla que era Leah, mi secretaria.

-     Hola – Dije

-     Bella, lamento molestarte, pero tengo acá la gente de la revista que quieren hablar con tigo. Algo de unas fotografías…

Levante mi vista y vi a Emmet, que se alejaba de mi para agarrar sus pantalones y ver su teléfono. Sabía que era la misma llamada que yo.

-     Espera un minuto Leah – Dije poniéndome el teléfono en el hombro para poder hablar con Emmet – También es de Phil?

-     Si, quiere que valla a Black & co para que hablemos todos juntos.

-     Quieres ir?

-     Creo que lo mejor será que vayamos, no crees? – dijo.

-     Leah? – Dije poniéndome nuevamente el teléfono en la oreja – En unos 20 minutos estoy por allí. Por favor que me esperen.

Nos cambiamos a una velocidad record, y salimos para la empresa. Deje que Emmet conduzca, ya que se notaba que extrañaba su auto. Llegamos demasiado rápido, e ingresamos a la empresa bajo la mirada de todo el personal femenino que miraban a Emmet desconcertadas. En el ascensor, aprovechamos la oportunidad para besarnos intensamente. Sabía que había cámaras y que seguramente tendría que lidiar con habladurías, pero no me importaba. Cuando las puertas se abrieron, salimos y fuimos a la sala de Juntas. Leah me esperaba con la agenda de mi día, y le pedí que cancelara mis citas para la semana. Que viniera con la agenda a mi despacho cuando Phil se fuera para reorganizar como trabajaría esta semana. Emmet me miro de reojo, entendiendo mis intensiones.

La reunión con Phil no fue muy extensa. Solo me mostro las fotos y trajo el consentimiento para que firmara que podía salir en la revista. Emmet me alentaba, y la verdad las fotos eran maravillosas. Nos veíamos muy alegres y yo salía bastante bien debo agregar. Estaba una foto de Emmet arriba mio en la tabla haciéndome cosquillas y yo riéndome, otra de ambos compartiendo la tabla montando una ola, y muchísimas mas riéndonos con los otros surfers.

Accedí a que las fotos salgan en la revista, y luego de firmar los papeles Phil salió con su grupo. Con Emmet y Leah nos fuimos a mi oficina para revisar mi agenda y así quedar mas libre para pasar la semana con Emmet. Hubo un par de reuniones que no pude cancelar, pero por lo demás estaba prácticamente libre a merced de este hombre… Cuando Leah nos abandono, Emmet me abraso fuertemente y me beso con intensidad. Fuimos retrocediendo hasta caer en el sillón de la oficina, cuando sin previo aviso Jacob entro a mi oficina. Emmet se incorporo rápidamente, y yo furiosa le grite que golpeara antes de entrar. Jacob salió hecho una furia, pero no me importaba.

-     Parece que este niño te traerá problemas – Dijo muy serio Emmet.

-     No lo creo… y si los tuviera, no me importa.

No podía creer en lo que me había convertido. Era otra Isabela Swan. Si me vieran los de la universidad no lo creerían.