Me quede todo el día en la cama. No quería levantarme, ni si quiera para ir a trabajar. Llame a James y le dije que no me sentía bien, que no iría a la oficina. Estaba preocupado por mi, eso se notaba, pero no le dije nada de lo que paso con Edward. El teléfono sonaba en casa, pero no atendía. El contestador atendió un par de veces y una era Alice preguntándome como me había ido con Edward, y la segunda era Rose bromeando que gracias a Dios que estaba embarazada, porque si no podría quedar nuevamente. Lloraba al escuchar esos mensajes. Edward se ve que se había ido a lo de Tanya después de estar aquí. Era cierto. Todo lo que me dijo era cierto. Yo por un momento pensé que estaba dolido por eso quería lastimarme, pero me di cuenta de que decía la verdad.

Otro día llego, y yo seguía destruida. No quería levantarme, el teléfono sonó, pero no atendí. Al atender el contestador era James.

-     Bella, se que estas allí. Estoy en la puerta de tu casa. Ábreme por favor… - Bella Ábreme!.

Se corto la llamada. Otra sonó casi instantáneamente que nuevamente atendió el contestador.

-     Perfecto! – Dijo. Tirare la puerta abajo!

Se escucharon unos golpes abajo y luego nada. El teléfono sonó otra vez. El contestador atendió

-     Tienes una puerta muy fuerte sabes? – Dijo James

Ese comentario provocó una risa muy grande en mí, por lo que me asome por la ventana y le dije:

-     Basta ya! Vete!

-     No me iré! – Dijo cual niño pequeño.

-     Este bien!  Dije riendo. Ya bajo.

Al abrir la puerta, me dio un abrazo

-     Creo que se que paso.

-     Si? – dije yo.

-     Las fotos …

-     Si – Dije. Las fotos.

Le convide una tasa de café, mientras charlábamos en la cocina. Le dije todo lo que me había pasado. Absolutamente todo.

-     Que harás? – Me dijo

-     No lo se. Por el momento no quiero estar aquí – dije. Verlo será doloroso.

-     Porque no te vas a Nueva York un tiempo?

-     Estaba pensándolo. Tendría que hablar con Evan.

-     Porque no le hablas ahora?  - Dijo extendiendo su celular a mi mano.

-     Estas ansioso por que me vaya – Dije levantando una ceja

-     Vamos Bella… Haz lo que tú quieras.. solo quiero que te sientas bien…

Me regalo una mirada cargada de emoción, por lo que acepte, y llame a Evan.

No habían pasado ni 4 horas y tenia todo preparado para irme a Nueva York. Me quedaría unos días en la casa de Evan, y el se vendría a Seattle con James.

Estaba a punto de irme, pero quería despedirme de los cullen. No me parecía correcto presentarme, por lo que en el trayecto hacia el aeropuerto llame a la casa. El teléfono sonó y sonó y no tuve respuesta. No sabia si podría llamar mas tarde, asique decidí dejar un mensaje en el contestador.

-     Familia – Dije – Soy Bella.

Me calle unos segundos buscando las palabras mientras un suspiro salía de mi boca.

-     Los quiero – Dije sollozando – Les avisare cuando sepa a donde voy.

Y corte la comunicación.

El avión llego a Nueva York, y al bajarme Evan estaba esperándome.

-     Bella! – Dijo mientras me abrazaba – Felicitaciones por tu embarazo!

-     Gracias Evan – Dije riendo.

-     Ven, vamos a casa – dijo agarrando mis maletas.

Me instale, hice las primeras reuniones en la empresa, recibí noticias de James diciéndome que todo estaba bien, pero de noche, me sentía muy sola. Acariciaba mi vientre y saludaba a mi futuro hijo o hija cada vez que me sentía así.

Mis nauseas estaban acrecentándose mucho, y una mañana en la oficina me desmaye, y fui a parar al hospital. Me hicieron un chequeo general por el embarazo y tuve que elegir un medico que me guiara en mis controles, asique quien mejor que el medico que me recibió el día que fui a parar a urgencias. Se llamaba Rick algo… era un hombre maduro, de unos 40 años calculo.

Estaba en casa, sola como siempre y sonó el timbre. Me acerque a la puerta y pregunte quien era y una voz gruesa respondió

-     Correo!

-     Un segundo -. Dije

Busque la llave y abrí la puerta. Tremenda fue mi sorpresa cuando vi a quien tenia parado en la puerta. Emmet estaba con un bolso en su hombro. Me levanto en andas y me dio un gran beso en la mejilla.

-     Bellita!!! – Dijo

-     Emmet!! Que haces aquí? Como me encontraste?

-     Amenace a James… - Dijo riendo de lado.

Debo reconocer que es una persona que sabe donde buscar. Lo hice pasar a la casa, y le invite un café. Nos sentamos en la cocina mientras charlábamos.

-     Asique… dije dudando si decía lo que quiera decir – Como están todos?

-     Bien… Todos están bien.

-     Alice?

-     Puedes preguntar Bella – Dijo serio

-     Preguntar que?

-     Por el…

-     No quiero saber de el . Dije mirando al piso

-     Eso ni tu te lo crees, pero esta bien, lo dejare así.

-     Porque viniste?

-     Tengo que contarte la historia… Debo decir que todo comenzó cuando Estábamos todos por comer en casa y Edward se presento en casa de Esme de la mano de Tanya. Todos nos quedamos helados y preguntamos por ti. Edward estaba enojadísimo. Armamos un gran revuelo con el. Le exigimos que nos diga que paso. Nos conto la historia de lo que paso cuando llegaste de Australia, nos mostro las fotos de la revista y eso causo una gran impresión en todos…

-     No me digas que todos creen que lo de la revista es cierto?

-     No todos… Yo estoy aquí – Dijo.

Lo mire con una mirada de agradecimiento, pero no podía creer que Alice y Rose no me hubieran creído.

-     Sigue por favor – Dije curiosa

-     Luego de que Edward y Tanya se marcharan, nos quedamos hablando. Yo les dije que no había posibilidades de que fuera cierto, que tenía que haber una explicación, y fuimos a buscarte, pero no estabas. Cuando llegamos encontramos tu mensaje en el contestador, y todos asumieron que lo que decía Edward era así. Yo me enfade con ellos. Discutí con todos. No podía creer que no te dieran el beneficio de la duda. Asique me fui de la casa. No sabia que hacer, asique me busque un lugar donde quedarme, pero no encontré nada. Fui a un hotel, y a quien no sabes quien se hospedaba allí??

-     Evan . Dije

-     Exacto!. Hable con el, y me fui a la oficina porque me dijeron que James estaba allí. Me conto que te habías venido a Nueva York, y vine para acá!!

-     Gracias Emmet!! No solo por creerme, si no por estar aquí con migo. Necesito un amigo desesperadamente!

-     Aquí estoy bellita… Aquí estoy – Dijo abrazándome.

Yo le conté mi lado de la historia. Le conté lo que Edward me había dicho mientras veía sus reacciones de enojo.

-     Y tú no tendrías que estar trabajando?

-     Si, dije. Pero hoy tengo que hacerme una ultrasonido, por eso no fui.

-     Ultrasonido? – Dijo serio.

-     No te dijeron? Estoy embarazada…

Su cara era exquisita… Era una sorpresa mezclada con felicidad. Nunca había visto una cara tan linda ante una noticia.

-     Seré tío?!!!

-     Si, serás tío! – dije feliz.

-     Puedo acompañarte?

-     Por supuesto! – Dije.

Llegamos al hospital y me anuncie en la recepción. Nos hicieron sentar, y esperamos hasta escuchar mi nombre.

-     Swan – Dijo una enfermera.

-     Si – Dije levantándome de la silla

-     Pasen por favor – dijo haciendo ademan de que entráramos al consultorio de Rick.

-     Hola Bella – Dijo

-     Rick! Te presento a Emmet Cullen

-     Mucho gusto – Dijeron a coro estrechando sus manos.

Nos sentamos frente a su escritorio.

-     Bella, necesito te pongas esto – Dijo extendiéndome una bata.

-     Donde me puedo cambiar?

-     Por allí tienes un baño – Dijo

Ingrese para poder cambiarme, y Salí luego de unos minutos. Me pidió que me suba a la camilla y me hizo poner los pies en los estribos. Emmet se paro al lado mio, mientras el medico se preparaba.

Abrió mi bata para ponerme un gel en la panza que se sentía muy frio. Arrastro a nuestro lado un aparato que prendió, y comenzó a frotar el aparato por mi pansa.

-     Vamos a ver … dijo arrastrando la ultima palabra…

Comenzó a buscar algo

-     Bueno, Bella… Te presento a tu bebe…

Giro el monitor y me quede viendo las manchas negras que aparecían en el… Viendo mi cara de no entender nada, me mostro la forma en la pantalla. Se veía como un pequeño pececito…  Sentí un nudo en la garganta, y en el momento en que prendió los parlantes y el sonido del corazón comenzó a sonar por la habitación, no lo aguante y comencé a llorar. Emmet me agarro fuertemente de la mano, y me beso la frente. El también estaba muy emocionado.

-     Valla Late muy fuerte!! Es la sangre cullen!! – Dijo riendo

-     Felicitaciones a ambos – Dijo el medico.

-     No… - quise decir yo, pero Emmet no me dejo continuar agradeciendo por ambos…

No entendía porque Emmet había hecho eso, pero no quería confusiones… No quería que pensara cosas que no eran. Lo que tuve en su momento con Emmet creo que no debe volver a repetirse porque generaría confusiones, asique hablaría con el.

Cuando llegamos a la casa, prendí la cafetera, y Emmet la apago.

-     El medico dijo que nada de café, Bellita..

-     Era para ti – dije riendo.

-     Pues si no me puedes acompañar, no tomare – Dijo riendo.

Nos sentamos en la sala con una tasa de te cada uno, y comenzamos a hablar. Como conociéndome como la palma de la mano, comenzó el con la conversación y se disculpo con migo por no haber sacado de su error al medico, pero me explico que es un sueño de el ser padre, y estar en ese momento así, hizo que reaccionara de esa manera, pero me aclaro que no quiere entrometerse en algo que no le corresponde. El es su tío, y ese es el rol que quiere llevar.