"No hay distancia que nos separe" (+18)

Autor: Pampita
Género: + 18
Fecha Creación: 10/11/2011
Fecha Actualización: 02/01/2012
Finalizado: SI
Votos: 13
Comentarios: 52
Visitas: 87174
Capítulos: 37

La repentina muerte de Charlie hace que Bella se aleje de los Cullen y tenga que irse a vivir a Australia. Comienza una vida nueva con la familia Black, pero los Cullen nunca dejaron su corazón y continúan apareciendo en su vida cuando mas los necesita...

+ Añadir a Favoritos
Leer Comentarios
 


Capítulo 32: Reconociendonos

Me acerque a Emmet que estaba hablando con James.

 

-     Bellita – Dijo

-     Emmet – dije acercándome a el y abrasándolo – te divertiste?

-     Mucho Bellita!! Gracias por todo!

-     La noche aun no termina  - Dijo una voz a mi espalda

-     Y que propones? – Dijo Emmet a Edward.

-     No se… podríamos bajar a la fiesta de abajo…

 

Emmet no creía que Edward fuera el que dijera eso. Me miro extrañada y luego miro a James…

 

-     Si quieren… por mi no hay problemas – Dije levantando las manos.

 

Los amigos de Emmet uno a uno se fueron yendo. Nos quedamos Jasper, Edward, Emmet, James y Yo. Me acerque al barman para pagarle lo consumido, y bajar a la fiesta. Le deje una generosa propina, y mirándola me dijo

 

-     Te hago un trato… Te quedas con tu dinero, y me das tu número de teléfono – Me dijo seductoramente.

-     Lo siento – Dije- Sera mejor que aceptes el dinero, porque no estoy disponible.

-     No estas disponible? – Dijo Edward detrás mio.

-     No, no lo estoy. Hay un hombre en mi vida que copa todo mi tiempo – Dije alejándome.

 

Bajamos a la pista los cinco. James se puso a bailar con una hermosa mujer. Jasper y Edward se acercaron a la barra y ordenaron unos tragos, mientras que Emmet se quedo con migo.

 

-     Vamos a bailar! – Le dije – Debo aprovechar que tengo con quien hacerlo y están cuidando a Anthony!

-     Vamos – dijo Emmet agarrándome de la mano.

 

Nos dirigimos al centro de la pista, y comenzamos a movernos. Emmet siempre fue muy buen bailarín. Comenzamos a movernos mientras que el apoyaba las manos en mi cintura, yo me acercaba a el moviendo las caderas. Reíamos juntos mientras girábamos.

 

-     Sabes que te casas mañana no? – Dijo Edward al lado nuestro mirándonos.

 

Emmet me miro, y luego miro a Edward

 

-     Si lo se… a que viene eso?

-     A que tal vez no deberían bailar así, da a que la gente piense cualquier cosa.

-     La gente o tú? – Dijo Emmet.

 

Edward lo miro con enojo.

 

-     Vamos Bro… le dijo como jugando. En dos días me caso… no es momento para enojos!

 

A Edward pareció ablandársele el rostro.

 

-     Mira… Si quieres bailar con Bella, solo tienes que pedírmelo – Dijo empujándome sobre Edward…

-     Emmet – Dije mirándolo, pero el se alejaba cada vez mas.

-     Bueno, dijo agarrando mi cintura – Bailemos…

 

Comenzó a moverse lentamente, restregando su cadera contra la mía. Sus movimientos eran muy sensuales, y yo estaba nerviosa, pero disfrutaba de eso… Bailábamos como dos amantes seduciéndose el uno al otro. Mi temperatura corporal iba en ascenso.

 

-     Bella – susurro en mi oído tan cerca como lo hacia cuando estábamos juntos.

-     Edward – Dije roncamente.

 

Se separo apenas de mí, y me miro a los ojos. Su mirada decía mucho. Y creo que la mía también.

 

Un hombre que aparentemente estaba ebrio, empujo a Edward sacándonos de la burbuja en la que nos encontrábamos. Me aleje de el.

 

-     Disculpa, debo ir al baño – Dije saliendo de su lado. Necesitaba alejarme y pensar con claridad.

 

Entre al baño, había unas chicas dentro fumando un cigarrillo y hablando entre ellas de alguna conquista, cuando la puerta se abrió, y Edward entro sin importarle que sea el baño de damas. Las mujeres lo miraron casi como en celo, mientras yo también lo miraba pero con sorpresa.

 

-     Déjame sola! – Le dije y me metí a uno de los cubículos cerrándole la puerta en la cara.

-     Bella – Dijo – No puedo evitarlo. Verte es lo que me provoca – Dijo.

-     Y tanya que te provoca – Dije desde adentro de mi escondite.

-     Tanya… No es nada para mí…

-     Para no ser nada, defendiste su honor muy ferozmente hace unas horas…

-     No estaba defendiendo su honor! Estaba enojado porque me dijo la verdad!

-     Que verdad?

-     Que eres más mujer que todas las que conozco… Dijo.

 

Abrí la puerta lentamente dispuesta a salir, pero me empujo dentro y cerró la puerta a sus espaldas. Sin previo aviso y sin dejarme decir nada me beso apasionadamente. Ese beso… Acariciando mis labios con su lengua, pidiendo permiso para introducirla. Entro su lengua en mi boca, provocándome un escalofrío. Acaricio mi muslo por encima de mi pantalón, y provocó que gimiera en su boca.

 

-     Bella – gemía mientras me acariciaba…

-     Edward – Dije –

-     Mmm – Dijo en respuesta.

-     Espera, debemos frenar – dije sin soltar su agarre,

-     No, no debemos – Dijo.

-     Si.. Dije.

-     No quiero – Dijo guiando su boca por mi cuello y apretando uno de mis senos, lo que hizo que me arqueara.

-     Tenemos mucho de que hablar antes de esto.

-     Hablaremos después – Dijo mientras introducía su mano dentro de mi pantalón tocando mi intimidad que se encontraba húmeda.

 

Desabrocho apenas mi pantalón para permitirle mejor acceso, e introdujo dos dedos dentro de mí.

 

-     Dios, eres tan estrecha – Dijo jadeante

 

Yo acaricie su erección por enzima de su ropa. Desprendí un botón de su pantalón e introduje mi mano y acaricie su longitud sobre el bóxer. Baje un poco su pantalón para mejor acceso, y el me ayudo bajando todo junto. Mire su miembro con ganas. Hacia mucho que no estaba con el, ni con ningún hombre ya que el fue el ultimo, único… La situación era bastante incomoda, ya que me encontraba con pantalones, pero no dejaría que sea un impedimento. Me baje mi pantalón y mi tanga mientras el acariciaba mi intimidad. Me gire de espaldas a el y apoye mi trasero en su miembro. Acomodándolo lo posiciono en mi entrada, y de una estocada lo introdujo completamente en mí. Mi jadeo fue elevado… bastante diría yo. Comenzó a penetrarme en un ritmo frenético. Ponía sus manos en mi cadera, agarrándolas con fuerza, acompañando las embestidas. Se sintió en ruido de la puerta, y voces de mujeres que entraban al baño. Intente bajar mis gemidos al mínimo, pero en algunas situaciones parecía imposible. Mis paredes se estaban tensando. Sentía el orgasmo cerca. Sus embestidas acompañaron mi contracción, en evidente señal de que el también estaba cerca y sentía mi placer… tenia un grito ahogado en la garganta, y que ni leyendo mi mente, tapo mi boca haciendo que mi orgasmo se callara en su mano, junto con su respiración en mi nuca…

 

Fue el mejor sexo de mi vida. Cargado de tantas emociones. Deseo, ansiedad, lujuria, exhibicionismo, peligro a ser descubiertos…

Salió de mí, y me subí el pantalón al instante. Me gire para verlo como se subía el pantalón. Mire a sus ojos, cargados de una emoción que no supe descifrar, y me di cuenta del terrible error que cometí estando con el. Me había tratado como una cualquiera, tuve a su hijo y me abandono sin mediar una mínima pizca de remordimiento, y ni hablar que hasta donde yo sabia, estaba en pareja con Tanya. Sin dejar que me diga nada, abrí la puerta de donde nos encontrábamos y lo deje allí, aun sin terminar de arreglarse. Salí huyendo. Sabia que me seguía, asique me apure a llegar al lado de Emmet.

 

-     Habías desaparecido! – Dijo Emmet mirándome, para luego clavar los ojos en Edward que se me acerco por detrás.

-     Tenemos que hablar – Dijo Edward agarrándome del brazo

-     Ahora es el momento? Realmente lo crees? – Dije con ira.

-     Edward – Dijo Emmet separándolo – No lo hagas.

-     Tú no te metas! – Le dijo enojado.

-     Que no me meta? – Dijo ensanchando los hombros preparándose para la pelea

-     Basta – Dije poniéndome en medio de los dos separándolos con las palmas de las manos. – Es una fiesta para la familia, y la vivamos en paz, si no mañana agarro el primer avión y regreso a casa – Dije mirando a Emmet, quien suavizo su mirada.

-     Ok – Dijo Emmet sentándose de nuevo

-     Ok, Pero debemos hablar – Dijo Edward y se alejo.

Capítulo 31: Despedida de Emmet Capítulo 33: La charla que nos debiamos

 


 


 
14439650 visitas C C L - Web no oficial de la saga Crepúsculo. Esta obra está bajo licencia de Creative Commons -
 10757 usuarios