"No hay distancia que nos separe" (+18)

Autor: Pampita
Género: + 18
Fecha Creación: 10/11/2011
Fecha Actualización: 02/01/2012
Finalizado: SI
Votos: 13
Comentarios: 52
Visitas: 87201
Capítulos: 37

La repentina muerte de Charlie hace que Bella se aleje de los Cullen y tenga que irse a vivir a Australia. Comienza una vida nueva con la familia Black, pero los Cullen nunca dejaron su corazón y continúan apareciendo en su vida cuando mas los necesita...

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Capítulo 19: Manten a tus enemigos cerca

Luego de cambiarnos, la cena con Rose y Emmet fue genial. Estábamos hablando de trivialidades cuando golpearon la puerta. Edward me miro sabiendo que el que tocaba no podía ser otro que el.

 

Abrí la puerta temerosa, y allí se encontraba Jacob con sus maletas.

 

-     Vine a decirte que me voy a Australia, pero creo que tenemos que hablar.

-     No ahora Jacob – Dije –

-     Volverás?

-     No lo decidí aun.

-     Sabes que por lo menos tienes que volver a hablar con mis padres..

 

Tenía razón.

 

-     Lo se – Dije- iré pero no se cuando. Aun estoy pensando mis cosas.

-     De acuerdo – dijo mirando para mis espaldas.

 

Me di vuelta y pude ver que Edward se había acercado.

 

-     Hablaremos en Australia – Dijo y se metió al taxi que lo aguardaba.

 

Cerré la puerta y Edward me agarro por los hombros en mi espalda y beso mi cabello.

 

-     Volverás a Australia?

-     Tengo que volver aunque no se si a quedarme – Dije –

-     Bella, se que aun no hemos hablado, pero yo quiero estar con tigo. Sea donde sea. Si quieres te seguiré hasta Australia…

 

Lo mire tiernamente. Era obvio que me amaba. Estaba dispuesto a dejar todo por mí…

 

-     Jamás te pediría eso y lo sabes.

-     No necesitas pedírmelo. Te seguiría aunque no lo quisieras – Dijo besándome.

 

Respondí su beso, y volvimos a la mesa donde habían quedado los chicos.

 

Edward se quedo con migo esa noche. Estuvimos juntos nuevamente y las sensaciones se incrementaban… Al terminar nos quedamos profundamente dormidos. Edward era mi somnífero personal. Cuando estaba a su lado todos mis problemas desaparecían, inclusive los de sueño…

 

Por la mañana Edward tubo que irse al hospital, y con la tranquilidad de que Jacob había regresado a Australia se fue temprano. Me dejo una nota en la almohada de mi cama, ya que aun seguía dormida.

 

“No sabes lo difícil que me es dejarte así en la cama… te extrañare… E.”

Sonreí al verla. No tenia mucho para hacer, asique solo desayune y fui a visitar a Papa al cementerio. Desde que volví de Australia iba varias veces a la semana a llevarle flores, y me quedaba un poco meditando de mi vida. Lo hacia porque sentía que de esa manera hablaba con el. Me senté al costado de la lapida de papa, y me puse a pensar en Billy y Sue. Mis sentimientos hacia Jacob eran extraños, ya que tenía cierto resentimiento por lo ocurrido, pero seguía queriéndolo, aunque ya no como hombre. Sabía que debía aclarar las cosas con los Black ya que se merecían mi honestidad. Había pasado un mes desde que me vine y ni si quiera había pensado en el trabajo. Era socia de la empresa, y tenia que decidir que hacer. Si quería volver debería vender mi parte. Seguro perdería dinero en el traspaso, pero valdría la pena. Sin darme cuenta, había tomado la decisión. Volvería a Forks, y debía enfrentarme a quienes deje en Australia.

 

Me despedí de mi padre, y me fui a hablar con Edward al hospital. Era la primera vez que lo vería en su trabajo.

 

Pregunte por el en la recepción, y me guiaron como encontrarlo en el área de consultas. La sensación de opresión en mi pecho mientras recorría los pasillos era sofocante. La última vez que había estado en el hospital fue cuando sucedió lo de Charlie, y todo volvía a mí… Cuando llegue al área, pregunte por el a la secretaria, quien me miro con cara extraña. No quería dejarme ingresar sin una cita, cosa que no tenía. Quise hablarle al celular para avisarle que estaba buscándolo, pero no me respondió mi llamada. Estaba por irme, cuando Carlisle apareció en el área llamando a un paciente.

 

-     Bella! – Dijo

-     Carlisle…

-     Estas bien? Ocurrió algo?

-     Todo bien Carlisle. No te preocupes. Vine a hablar con Edward, pero no puedo ingresar… - Dije esto ultimo mirando a la secretaria.

-     Vamos, ven con migo. Lo buscaremos.

 

Pase al área de consultorios dándole una mirada de superioridad a la mujer que me bloqueo la entrada. Llegamos a una puerta que por fuera decía Dr. Cullen en dorado. Golpeamos la puerta y se escucho la voz de Edward hablando con alguien. Carlisle ingreso.

 

-     Edward – Dijo Carlisle abriendo mínimamente la puerta.

-     Pasa papa – Dijo la voz de Edward desde adentro.

 

Cuando abrió la puerta completamente pude ver que estaba con una mujer rubia, calculo que una doctora, ya que estaba con una bata blanca.

 

-     Bella! – Dijo sorprendido.

-     Edward . Dije mirando la situación con algo de desconfianza.

-     Bueno chicos, yo los dejo. Solo acompañe a Bella porque no la dejaban pasar de la mesa de entrada – Dijo Carlisle.

-     Gracias papa

-     Adiós Edward, Adiós Tanya – Dijo Carlisle.

 

O sea que era ella Tanya…. Me sentí aun peor al saber que era una mujer tan hermosa. Y que compartía sus intereses…

 

-     Adiós Carlisle – Dijo con una voz suave y femenina.

 

Cada vez que abría la boca me sentía mas amenazada… había tanta confianza entre ellos? Casi leyéndome el pensamiento, Edward se acerco y me beso, pero fue un beso seco, ya que yo no quise demostrar demasiado. Me sentía enfadada y no me gustaba la situación.

 

-     Bella, te presento a Tanya, es una compañera de trabajo.

 

Ella se acerco con movimientos felinos para darme la mano. Me sentía que el estomago se me revolvía. Me sentí nuevamente como me sentí con Jacob. Una estúpida, aunque no tenia ningún indicio de que pasara algo. En una fracción de segundo mi mente hizo “clic” y me dije a mi misma que si efectivamente representaba una amenaza, no tendría que dejarme en exposición. “mantén a tus amigos cerca y a tus enemigos mas cerca…” decía la poderosa frase en mi cabeza.

 

-     Como estas Tanya… Un gusto conocerte… Me han hablado mucho de ti… - Dije con una sonrisa en el rostro.

-     Espero que todo bueno – Dijo riéndose.

 

Nos sonreímos la una a la otra, pero no se dijo más nada. Edward nos miraba, pero tampoco decía nada.

 

-     Bueno… Dijo Tanya – Te dejo Edward. Después seguimos viendo el tema de esta paciente.

-     Perfecto Tanya, lo hablamos luego.

 

Y salió del consultorio. Me sentí desfallecer. Estaba bastante desconcertada de que la ex de mi novio comparta tanto con el y yo no estaba ni enterada.

 

-     Bella… Todo bien?

 

No respondí, ya que mi cabeza seguía pensando en la proximidad de ellos.

 

-     Bella – Dijo nuevamente.

-     Disculpa – Dije girando mi rostro en su dirección.

-     Todo bien?  A que debo tu visita?

-     Tenía que hablar con tigo – Dije secamente.

-     Dime de que se trata?

 

Mi mente pensaba millones de cosas, pero principalmente en la omisión de el. Acaso creía que no debía explicarse por la presencia de Tanya?

 

-     Bella, Estas bien? – Pregunto.

 

Sacudiendo mi cabeza como sacándome los pensamientos de arriba dije:

 

-     Venia a hablar con tigo, porque volveré a Australia.

 

Edward se quedo mudo por unos segundos.

 

-     Volverás a vivir allí o vuelves por tus cosas?

 

De nuevo no sabia que decirle. Venia dispuesta a prácticamente gritarle mi amor y decirle que vendría con el, pero lo que paso con Tanya me dejo mal sabor de boca.

 

-     Mira… -Dije – Debo volver a enfrentar mis problemas. No puedo negarte que venia a decirte que me vendría aquí, pero ver a Tanya así, con tigo, me hizo pensar.

-     Que tienes que pensar? Que Tanya sea una compañera de trabajo no tiene por que modificar tus sentimientos – Dijo con tristeza.

-     No, y no los modifica, pero si modifica un poco las circunstancias. Estaba dispuesta a abandonar todo lo que construí en Australia, a las personas que me trataron como su hija, para venir a estar con tigo, y verte con Tanya no se porque me hizo que explote la burbuja. Hasta ahora todo es color de rosa, como lo fue con Jacob, y mira lo que el me hizo. En mi propia empresa, en mis propias narices…

-     No me compares con el, porque no somos iguales – Dijo.

-     Lo se. No los estoy comparando. Me comparo ami si quieres saber. Comparo a la Bella que fui con el, y a la Bella que soy ahora. No quiero pasar por lo mismo y me dolería dejar toda mi vida por alguien que no lo valore.

-     Si lo valoro. Creerme. Es mas, te dije que estoy dispuesto a dejar todo para irme con tigo… eso no es prueba suficiente de lo que siento por ti y de mi compromiso?

 

Agache mi cabeza. El tenía razón. Sabía que la tenía.

 

-     Si lo es. Discúlpame. Pero te pido que me entiendas.

-     Si lo hago – Dijo acercándose a mí y buscando mi abrazo, el cual acepte.

-     Te amo… - Dije casi inaudiblemente.

-     Y yo a ti – Dijo –

 

Me beso suavemente y acariciando mí mejilla con sus dedos me dijo:

 

-     Quiero acompañarte a Australia. Ayudarte a que hagas lo que debes hacer y volvernos cuando este todo listo.

-     No se Edward. Pueden ser días, como tal vez semanas. No quiero que tengas problemas con tu trabajo por mi culpa.

-     No serian problemas. Quiero hacerlo.

-     Mejor no – dije – Si se que me esperas me apresurare y vendré antes…

 

Dudo unos momentos. Se notaba que no quería dejarme ir sola, pero no le quedo otra que aceptar.

 

-     De acuerdo. Solo si prometes extrañarme tanto como yo lo hare con tigo – Dijo sonriendo de lado.

Capítulo 18: El lugar exacto donde comenzo todo Capítulo 20: Regreso y decepcion

 


 


 
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