"No hay distancia que nos separe" (+18)

Autor: Pampita
Género: + 18
Fecha Creación: 10/11/2011
Fecha Actualización: 02/01/2012
Finalizado: SI
Votos: 13
Comentarios: 52
Visitas: 87200
Capítulos: 37

La repentina muerte de Charlie hace que Bella se aleje de los Cullen y tenga que irse a vivir a Australia. Comienza una vida nueva con la familia Black, pero los Cullen nunca dejaron su corazón y continúan apareciendo en su vida cuando mas los necesita...

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Capítulo 34: Despedida de Rose

Me desperté con el golpe de Anthony en la boca del estomago cuando salto arriba mio…

 

-     Mama – Dijo con su hermosa voz… - Eche…

-     Ok – Dije con pereza – vamos a la cocina y te preparare tu leche…

 

Pase el día con mi hijo. Estuvimos paseando por el pueblo, le compre unos cuantos juguetes ya que con el clima lluvioso tenia que mantenerlo entretenido dentro de la casa. Por la tarde me recosté un rato ya que estaba demasiado cansada por no haber dormido bien, mientras sue se quedaba jugando con Anthony. Estaba soñando con Edward. Soñé que me acariciaba y me decía que me amaba.

 

-     También yo… - Dije removiéndome en la cama.

 

Me di cuenta que todo era demasiado real, y abrí los ojos para encontrarme con los hermosos ojos de Edward mirándome.

 

-     Buenas tardes preciosa – Dijo con una sonrisa torcida.

-     Que haces aquí – Dije levantándome de golpe.

-     Vine con Carlisle y Esme a ver al pequeño Anthony, pero no pude resistirme de venir a verte cuando dije que venia al baño. – Dijo riéndose pícaramente.

 

Rodee mis brazos en su cuello y lo bese profundamente.

 

-     Vendré mas seguido si me recibes así…

-     Las veces que quieras – Dije casi gimiendo en su boca, lo que provocó que deje caer su cuerpo sobre el mio.

 

Comenzó a acariciarme por el costado de mi cuerpo, pero me separe de el

 

-     Debemos bajar – Dije a duras penas.

-     De acuerdo… pero conste que no quiero! Dijo con un puchero en sus labios…

 

Escuche varias voces en la casa. Y mientras Edward bajaba las escaleras me cambiaba para saludar a sus padres.

 

-     Hola Bella – Dijo Carlisle parándose del suelo para darme un beso.

 

El panorama era hermoso. Carlisle, Esme y Edward tirados en el piso abriendo regalos bajo la atenta mirada de Sue…

 

Me senté a un costado luego de saludarlos a observar todo. Edward estaba muy bien con el pequeño Anthony y no pude contener el llanto. Lagrimas comenzaron a caer por mis mejillas, y Sue me miro con cara extraña. Me levante para ir a la cocina, seguida de Sue.

 

-     Bella… Que pasa? – dijo

-     Nada. Solo que verlo con el padre. Me dio felicidad y dolor al mismo tiempo. Felicidad porque tiene a su padre y dolor por el tiempo perdido.

-     Bueno cariño… No te pongas mal. Al menos no es tan tarde. Todo puede remediarse – Dijo mirándome de reojo.

 

Volví a la sala para ver la extraña situación familiar. Anthony constantemente me traía sus juguetes nuevos con una emoción enorme.

Le velada llego a su fin cuando llamaron a Edward para una emergencia en el hospital. Esme y Carlisle se quedaron unos minutos mas jugando con Anthony.

 

-     Bella, podemos hablar? – Pregunto Esme.

 

La verdad no tenía muchas ganas de hablar con ella, pero la escucharía. Fuimos a la cocina mientras Sue y Carlisle jugaban con el niño.

 

-     Bella – dijo mientras se sentaba a la mesa – No tengo excusas para decirte lo que voy a decirte, pero lo siento mucho.

-     Es verdad, no hay excusas – Dije duramente – pero todo esta en el pasado.

-     No se como decirlo… Me siento terrible por la manera en la que te trate. No tendría que haber tomado esa postura y lo siento.

-     Esta bien Esme. No tenías porque creerme. Edward es tu hijo, y lo comprendo.

-     Si, pero tu tenias mi nieto, no escuche tu lado de la historia.

-     Yo tampoco la di. Si mal no recuerdo ni si quiera hable con tigo.

-     Es cierto – Dijo – Pero aun… no tengo excusas.

 

Carlisle entro a la cocina diciendo que tendrían que irse porque había ocurrido un accidente y estaban derivando muchas personas al hospital y llamaban a todos los médicos. Ambos se despidieron de nosotros y salieron para su casa.

 

 

Llego la noche y era la hora de la despedida de Rose. Fui nuevamente a su casa en la camioneta, y Emmet me recibió en la puerta.

 

-     Bella – Dijo

-     Hola Emmy – Dije.

-     Pasa por favor, Rose aun no esta lista.

-     Mejor – Dije – Tengo que darle lo que va a ponerse…

 

Pase a la habitación a toda prisa. Golpee y Rose me dio paso. La encontré en la cama, rodeada de una toalla, llorando en la cama.

 

-     Cariño… Que te pasa? – Dije preocupada.

 

Levanto la mirada y sin parar de llorar miro a su alrededor, el cual debo decir era un desastre por toda la ropa desparramada, y me dijo entre sollozos

 

-     Estoy gorda!! No me entra nada de mi ropa!!

 

Reí ante su confesión, y la comprendí, ya que yo cuando comencé a engordar me sentí igual

 

-     Rose… No te pongas así… Es normal en tu estado. No estas gorda, estas embarazada!!

-     Pero no tengo que ponerme! – Dijo

-     Si tienes – Dije mostrándole la bolsa que le traía.

 

Se vistió con una pollera diminuta que apenas cubría su trasero. Medias de red, y una remera que dejaba casi al descubierto sus senos que estaban bien rellenos por el embarazo. Se calzo unas botas que tenía que irían con el atuendo, y arriba le puse un tapado negro que llegaba a los tobillos. La maquille bastante exagerada, y se la noto mejor…

 

-     Gracias Bella – Dijo abrazándome

-     De nada cariño – Dije –

-     Y tu que tienes puesto? – Dijo notando que mi saco era igual al de ella

 

Lo abrí, y deje ver un casi igual revelador atuendo.

 

-     Guau Bella… que ardiente que estas!!

-     Estamos cariño… Estamos!!

-     No… Yo no estoy nada ardiente!! – Dijo poniéndose rojos los ojos de nuevo.

-     Rosalie Hale! – Dije – primero, se correrá el maquillaje, y segundo, te demostrare lo ardiente que estas…

 

Salimos de la habitación y Rose venia detrás mio. Emmet se encontraba en la sala mirando televisión. Tenia ojeras señal de la borrachera de anoche, pero parecía llevarlo bien…

 

-     Emmet, nos vamos dije.

 

Se acerco a nosotros y se quedo helado cuando vio a Rosalie así vestida. Me gire para verla y ellos se miraron unos segundos en una mirada muy lujuriosa…

 

-     Por favor! No la mires así que llegaremos tarde! – Dije

-     Bella… Esto no será como la despedida de anoche no?? – Pregunto con miedo Emmet.

-     No cariño!

 

Emmet suspiro aliviado, y dirigiéndome para la puerta me di vuelta y lo mire

 

-     Sera peor…. – Dije con una sonrisa en los labios guiándola hacia afuera…

 

Con Rose salimos en el auto riéndonos a mas no poder. Emmet quedo con la cara desfigurada!

 

Estábamos llegando al club, y esta vez fui precavida. No dejaría que se colaran como lo hicieron en la despedida de Alice. No les dejaría jugar el papel de hombres celosos, asique tenían direcciones especificas de no dejarlos pasar, pero que si los veían, me avisen…

 

La entrada al boliche fue igual. Al ingresar el reflector ilumino a Rose, y antes de que vengan a buscarla los hombres para el baile, le saque su saco junto con el mio y los lleve detrás de la barra, donde guardaban todo.

 

Era una despedida temática de mujer bonita, por lo que todas las mujeres debían ir vestidas como prostitutas… Habían sido avisadas con tiempo, gracias a que a esta tuve más tiempo para organizarla. La despedida conto con bastante alcohol, pero no demasiado ya que la homenajeada no podía consumirlo. Le había hecho traer cerveza sin alcohol para que no se sienta dejada de lado… A la fiesta habían concurrido muchas de las amigas de Rose que ni conocía, además de Alice, Esme y por su puesto Tanya… Ella estaba separada del grupo y puedo asegurar que no me saco la vista de encima en toda la noche. Alice inclusive se acercaba a mí tímidamente. Hablo un par de cosas con migo, y yo la salude cordialmente como a cualquier otra invitada. El salón estaba decorado con preservativos colgantes. Habíamos organizado juegos para Rose, que consistían en vendar ojos y probar cosas del pecho de los strippers y adivinar de que se trataba… Como recuerdo de la despedida, regalamos a la gente pequeños llaveros con forma de consolador… Estábamos muy divertidas. Cuando le estaban haciendo a Rose el baile principal, me llego la noticia de que los muchachos se habían querido colar a la fiesta vestidos con antifaces… Fueron descubiertos al instante y me llamaron. Me acerque a donde los tenían, y fui a enfrentarlos…

 

-     No les da vergüenza – Dije cruzándome de brazos

 

Los cuatro bajaron la cabeza y miraron hacia el piso.

 

-     Esta es la despedida de tu mujer, así como tú tuviste la tuya… déjala disfrutar a ella y confía en mí que no habrá nada fuera de tono.

 

A lo lejos se escuchaba como las mujeres gritaban desesperadas a coro el nombre de Rose… Se notaba que Emmet estaba demasiado intranquilo.

 

-     Entiéndeme Bellita – Dijo haciendo un puchero.

-     Esta bien – Dije – Déjame arreglarlo, y hare que le des a tu mujer un baile, pero debes tener puesto el antifaz.

-     De acuerdo – Dijo Emmet queriendo entrar.

-     Espera! – Dije – Te olvidas a tus compañeros ya que todos actuaran

 

Carlisle, Jasper y Edward retrocedieron.

 

-     Por su puesto que actuaran! – Dije seria – A ver si pueden contra este grupo de mujeres!!

 

Entramos todos juntos a la fiesta, y comenzaron el baile. Los cuatro hombres rodeaban a Rose, y le bailaban sugestivamente. Debo decir que salvo Carlisle bailaban bastante bien. Se ve que el Doctor no coordinaba mucho, asique se separo del grupo y se acerco a Esme con una copa en la mano. Nadie había notado la separación de Carlisle, ya que estaban mas intrigados en los otros cowboys misteriosos que le bailaban a Rose. Se la notaba inquieta, pero yo le gritaban que se relajara. En un momento Emmet se acerco demasiado a ella lo que provocó que se cohibiera y quisiera irse, pero le dijo algo al oído que hizo que se relajara al instante. Lo miro profundamente a los ojos, y este se la llevo para detrás del escenario donde comenzarían un baile privado. Edward y Jasper que se habían quedado parados allí sin saber que hacer, se fueron también para detrás del escenario como haciendo que se la llevaban, y luego ingreso otro stripper que distraería al resto. Alice noto que se trataba de jasper, y vi como se dirigía detrás del escenario. Pasaron unos minutos y tanto la homenajeada como Alice no aparecían, y fui a buscarlos detrás del escenario. No había señal de ellos. Me fui al baño privado que teníamos en la sala, y cuando estaba por ingresar, Edward me empujo por detrás y me metió en el. Esa urgencia con la que me trato me llevo a las nubes. Comenzamos a besarnos profundamente. Acariciaba el costado de mi pierna y subía por ella deseoso.

 

Corrió mi tanga a aun costado, y sin previo aviso me penetro profundamente haciéndome gemir. Sus estocadas eran tan profundas que pensé que nos fundiríamos el uno con el otro… Me gire de espaldas a el, y me agache en ese pequeño espacio, tomándome a mi misma de los tobillos, haciendo que su penetración fuera aun mas profunda. Pude sentir que ese movimiento le gusto, ya que lo sentí tensarse y agarrarme firmemente de las caderas para aumentar el ritmo. Me gire mirándolo sexymente, y lo senté en la tasa para montarme arriba de el y llevar el control. Con su boca exploraba mi escote y se metía mas profundo en busca de mis pezones, y morderlos… No pude contenerme y me vine furiosamente. Mis gemidos eran audibles, y no me importaba. Ahogando un gemido en mi cuello, pude sentir como se descargaba dentro de mí. Esa sensación era la mas hermosa del mundo y no quería separarme nunca de el. Habíamos nacido para estar juntos y ambos lo sabíamos.

 

Nos quedamos unos minutos unidos, intentando recuperar la respiración. Sentimos ruido en la puerta del baño, y sentimos que alguien entraba. Un móvil sonó, y la persona que contesto.

 

-     Hola? – Era la voz de Tanya.

 

Con Edward nos miramos y movimos los labios e hicimos señas en señal de era ella.

 

-     Me extrañas tanto? – Dijo con voz picara.

 

Edward tenía cara de sorpresa.

 

-     No puedo ahora porque estoy en la despedida de soltero de mi estúpida cuñada, pero me escapare e iré a tu departamento. Seguro Edward no sospechara nada ya que estoy festejando con su cuñadita…

 

Ya la cara de Edward era indescifrable. Estaba enterándose que Tanya le era infiel, así como el lo era al estar allí con migo. Me regalo una mirada cómplice, y se removió en mi interior. Podía sentir como su miembro crecía dentro mio. Este hombre no tenía escrúpulos. En el mismo baño, separados por una puerta se encontraba su actual pareja hablando con su amante, y eso lo excitaba…

 

-     Eso significa que soy libre sin remordimientos – Dijo en mi oído imperceptiblemente, lo que me éxito muchísimo.

 

Siguió moviéndose en mi interior, y así comenzó todo de nuevo.

Capítulo 33: La charla que nos debiamos Capítulo 35: Boda y regalo

 


 


 
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