Todo estaba lleno de cadáveres de animales, un par de muchachos estaba en la entrada, llevaban muy poca ropa, detrás de mi no podía ver a Demian siguiéndome así que me adentre con más facilidad para acercarme a los muchachos, era un hombre de más o menos 20 años, una muchacha de más o menos 17 años y un niño de más o menos 13 años, el era el que más me veía.

-Hola -. Salude mientras todos se fijaban en mí y yo avanzaba pensando cada paso -. Busco a… -. En ese momento recordé que no sabía el nombre de mi padre -. El dueño de casa

La muchacha se paro y me tomo por la mano su ojos eran de un color tan dorado como los de mi antigua familia, ellos no eran tan hermosos como mi antigua familia, pero sus ojos eran iguales, la muchacha llevaba unos pequeños shorts y una polera que parecía prestada por lo pequeña que se le veía, sus pechos casi se podían ver de lo transparente de tanto uso que la polera tenía.

El olor que había parecía a animales putrefactos dentro de la habitación, la muchacha estaba completamente acostumbrada, me pareció extraño el darme cuenta de que no hablaba ningún momento y sus pies pisaban descalzos los vidrios que había a su lado. Me ofreció el sentarme en una silla, yo me senté mientras ella sacaba de una vasija algo de agua.

-mi…nombre…es…Rosa -. Me pareció muy raro el que hablara tan despacio articulando cada palabra aunque parecía que entendía muy poco lo que yo hablaba.

-Hola, me llamo Helena -. Se rió y tomo un poco de agua mientras ponía el vaso que había servido antes en frente de mí.

-Tienes…olor…a…algo…malo -. Me estremecí, como lo había imaginado ella tenía más habilidades de las que aparentaba.

-Tu padre ¿donde se encuentra? -. Me parecía que ella me entendía.

-Salio… con… mamá -. Asentí.

-¿Sabes a que hora vuelven? -. Negó con la cabeza -. Me tengo que ir -. No me apetecía el tener que seguir hay con el olor y viendo a una muchacha que apenas sabía como hablar, de repente entro el menor de los muchachos que estaba afuera muy asustado.

-Vienen, vienen -. Dijo mientras la muchacha ponía en la mesa dos platos y dos vasos con agua.

De pronto entraron dos personas mayores, uno era una mujer de cómo unos 40 años, en sus espaldas traía una mochila, ella tenía una gran contextura a pesar de ser mujer y con ella venía un hombre de cómo 45 años, el traía en su espalda una cantidad enorme de varas con las que harían fuego. La mujer gruño cuando me vio y tiro a la muchacha en el piso, ella como un cachorrito se fue corriendo en cuatro patas para salir más rápido, me estremecí al pensar como era que tenía la fuerza de botar a una adolescente notablemente grande… la mujer agarro una de las varillas que traía y salió.

El hombre salió detrás de ella, solo sentí como con la varilla ella propinaba golpes y el hombre decía palabras que no entendía, debía ser algún tipo de idioma diferente ya que yo hablaba muy bien el español.

Estaba planeando como escapar de ese lugar, de seguro yo sería la siguiente a la que mataran a golpes. Pero entro solo el hombre y los golpes y los gritos cesaron.

-lamento el altercado -. El hombre no tenía los ojos dorados como el reto de su familia, el tenía los ojos de un color más bien verdes, muy parecidos a los míos.

-No se preocupe -. Dije al ver como el podía hablar tan bien el español.

-¿Qué necesita?

-Busco a un hombre -. Se rió.

-Yo soy un hombre -. Lo mire por unos segundos, me preguntaba si aquel hombre podría ser mi padre.

-Busco a mi padre -. Mi miro por unos segundos mientras relacionaba lo que estaba diciendo. -. Mi nombre es Helena Swan -. No me atrevía a dar el nombre de mi otra familia -. Y soy hija de Isabel -. El hombre se estremeció con el nombre.

-Entonces supongo que soy la persona a la que buscas -. Lo mire con incredulidad, eso quizás significaba que los salvajes que estaban afuera eran mis hermanos y la mujer era mi madrastra.

Me estremecía el solo pensar que en algún momento me hubiera querido haber ido a vivir con mi padre.

Tenía tantas preguntas que no sabía por donde empezar, era realmente frustrante el ver como todo comenzaba a aparecer sin siquiera prever como sucedían las cosas.
Los hombres-lobos que buscaba Demian eran mi familia y de eso estaba segura, pero el hombre que se encontraba a mi lado era mi padre, la persona que jamás me imagine, el era todo lo contrario a Edward Cullen, no tenía modales, se sentaba como un verdadero animal mientras de hurgaba la nariz sin siquiera importarle que yo me encontraba a su lado.

-¿Por que abandono a mi madre? -. Me miro y sonrió.

-Por que ella era solo una aventura -. Me estremecí con la respuesta estaba a punto de mandarle un puñetazo cuando la mujer entro.

La mujer era mucho más grande que él hombre y llevaba el cabello tomado en una perfecta cola de caballo.

-Tenemos compañía  -. Me estremecí, no había pensado que Demian entraría.

-OK, nos disculpas -. El hombre salio con una escopeta en sus brazos, yo me asome a la ventana para ver que sucedía.

En la entrada por donde había llegado se encontraba Demian con una forma de defensa enorme.

-Denme a la muchacha -. Me sorprendí con la forma de que hablaba-. Dénmela o se arrepentirán -. Pude ver que a un costado de Demian se encontraba una gran cantidad de leña apilada como para una gran fogata y una gran olla encima de ella.

-Porque deberíamos darte a nuestro almuerzo maldita sanguijuela -. Dijo el hombre Pude ver como detrás de él habían dos líneas defensitas conformadas por los muchachos y su madre.

-Por que ella es mía… -. Me estremecí con las palabras, ¿Cuándo empecé a ser de su propiedad? -. No quiero que la coman o yo los matare.

-¿Por qué hueles tan mal maldito?, hueles como a sangre -. Demian sonrió.

-Por que es mi principal alimento.

En ese momento un crujido apareció de la nada y el pequeño muchacho estaba como un lobo, no como los que yo había visto con anterioridad, sino como un humano con una gran cantidad de pelo en el cuerpo erguido en sus pies, su mirada era como de desesperación, parecía que no apreciaba mucho el estar en ese estado, el hombre levanto una mano y la mujer se puso al lado del gran lobo que se encontraba detrás de ella.

Vi por fin por donde me podía escabullir, detrás de la casa había una pequeña puerta, me metí por hay, pero lo que encontré fue aun más terrible.

Un hombre estaba colgando de los brazos que tenía completamente desgarrados creo que por la fuerza que había hecho para soltarse.

¿Cómo era que había llegado hay?

Me estremecí al pensar que mi familia realmente comía gente.

¿Por qué estaba completamente relacionada con personas que no amaban la vida humana?

Mi antigua familia si amaba la vida humana, ellos había decidido dejar de satisfacer su propia hambre por proteger a los seres humanos que ellos protegían.

El hombre abrió los ojos de repente y me miro completamente asustado.

-¿Isabel? -. ¿Qué? -. ¿Que haces aquí, huye? -. El hombre era mucho más parecido a lo que yo era y me estremecí, el  parecía más a mi reflejo, tenía cierta apariencia de ser bueno o eso era lo que yo percate.

-No, mi nombre es Helena, soy la hija de Isabel -. El hombre comenzó a llorar mientras trataba nuevamente de zafarse para abrazarme -. ¿Quien es usted?

-Mi nombre es Gustavo -. No conocía el nombre, pero realmente me parecía conocerlo a él -. Soy tu padre… -. Eso si que estaba raro, como podía yo tener 2 padres. El parecía muy joven, y realmente me parecía que no era mi padre, el hombre de afuera si que parecía mi padre aunque no me parecía tanto a él.

-Mi padre es el hombre que esta a fuera -. Se rió.

-El es mi padre… yo soy tu padre -. Me estremecí, como era capaz un padre de tener a su propio hijo en ese estado, el hombre se veía deplorable.

-¿Por qué estas aquí? -. Se rió.

-Por portarme mal, no quiero matar a gente -. Me estremecí. -. El quiere que me convierta en un mostró como lo es el resto de mi familia, pero yo no soy realmente un acesino -. Me reí.

-Eres un hombre-lobo -. Me miro

-No, la mujer con la que se encuentra mi padre no es la mi madre realmente, ella es su segunda esposa y ella tiene el gen, mi padre solo quiere que mate por diverción, como lo hace él.

Sentí como afuera había una gran cantidad de alaridos y golpes.

-Tengo que irme -. El hombre me miro aun más confundido.
Creo que mi abuelo me quiere para la cena -. Se estremeció, pensé por un segundo -. Te sacare de aquí -.

Tome un cuchillo que había llevado conmigo porsiacaso y corte las cuerdas con una gran agilidad mientras el hombre se soltaba me abrazo.

-No sabes como espere este momento… no sabes como esperaba que algún día te volviera a ver… no pude hacer nada por tu madre, eso me ha matado estos 16 años, pero te prometo que are todo lo que pueda por ti.

Sentí otro envestimiento afuera y me estremecí, corrí por la puerta para dirigirme a la entrada, no necesitaba esconderme más, si Demian no era capaz de salvarme entonces moriría con él, después de todo se lo debía.

Me abalance afuera, como anteriormente Demian se encontraba furioso en posición de ataque, pero ahora eran cuatro los lobos que se encontraban a su alrededor, en el piso habían marcas de escopetas.

-¡Demian! -. El me miro y me hizo una seña para que no me moviera.

-Tranquila, estoy bien.

Los lobos empezaron a reír, no sabía como lo hacían, aunque me sorprendió aun más que la mujer me mirara y hablara.

-vuelve adentro aperitivo -. Me estremecí.

-Mamá, ya basta, ella es mi hija -. Todos parecieron demasiado sorprendidos al ver a mi padre (que raro) detrás de mí incluso Demian quien no cambiaba su postura. aunque claro, el recien me había dicho que ella no era su madre realmente, por lo que quizas solo lo decia por complacerla.

Comencé a sentir como se escuchaban ruidos de helicópteros tan cerca que parecía que estaban a punto de aterrizar, y así lo hicieron, un helicóptero enorme, aterrizo en la pradera que se encontraba en las cercanías de la casa, en ese momento Demian se relajo.

Todos miramos fijamente como del helicóptero bajaban una mujer de no más edad que yo y un hombre que parecía su hermano.

Ella era hermosa, era la mezcla perfecta entre la adultes y la niñez de una persona, el hombre también era hermoso, sin embargo ella mostraba una rabia incontenible en su rostro mientras su hermano (como decidí llamarlo) estaba completamente sereno.

Ambos llevaban capas tan negras, sin embargo ninguno de los dos ocultaba sus ojos color carmesí, de repente todos los hay presente se cayeron al suelo incluido mi padre y pude ver como Demian estaba también casi en el suelo pero con un gesto de dolor en su cara.

Los dos muchachos quedaron mirándome ampliamente mientras parecían descifrar un problema matemático muy complicado.

-¿Por qué sigue de pie? -. Le pregunto la muchacha a su hermano.

-No lo sé, le arroje mi poder… -. Me estremecí cuando de la nada estaba a mi lado -. Solo una persona soporto mi poder, y no creo que la conozcas -. Tomo una de mis manos y la beso, mientras se inclinaba.

-Alec -. Dijo la muchacha, parecía furiosa.

Yo veía como Demian estaba retorciéndose de dolor hasta que la muchacha parecía haberse calmado, de seguro que era ella quien le estaba haciendo eso.

-Demian, nuestro maestro esta furioso con tigo después de que te fuiste sin decir una palabra -. Lo mire, ya estaba de pie.

-Lo siento -. Dijo como si la muchacha lo mandara aunque ella se veía mucho menor que él.

-Eso lo tendrás que explicar cuando volvamos a Volterra, no entendemos por que lo hiciste, no tenía por que haberte ido -. Ahora la muchacha parecía mucho más calmada -.

-Además estas con esta humana, como es que ella es inmune a nosotros.

-Ella es un tanto especial, también es inmune a mi habilidad, aunque si la puedo ver… y es por eso que la conservo -. Me estremecí como era eso de que me conservaba.

-Ya veo… si tú crees que es una buena adquisición -. El muchacho que había llegado estaba aun más cerca de mí, parecía como si me quisiera abrazar en cualquier momento.

La muchacha empezó a ver a su alrededor.

-Así que encontraste a la familia de lobos que el maestro Cayo no pudo encontrar -. Me estremecí, mi familia se encontraba en el suelo.

-Quizás nos sirvan de mascotas -. Se mofo Demian, el estaba feliz al ver a sus amigos ellos parecían igual de contentos.

-No lo creo, son bestias salvajes… deben ser eliminadas -. ¿eliminados?

-Hay dos humanos con ellos -. Mire a mi padre y a mi abuelo, ellos era los humanos de lo que Demian estaba hablando.

-Testigos… tampoco pueden sobrevivir -. Mire a Demian como si todo dependiera de él.

-Si… pero yo creo que deberíamos dejarlos… -. La muchacha estaba furiosa.

-¿Cómo que los dejemos ir? Explícate.

-Me refiero al hecho de que el maestro se enfadara si matamos a su presa sin que él se encuentre presente -. La muchacha se estremeció.

-Tienes razón, el siempre quiere hacer lo que es divertido -. Comencé a respirar de nuevo, ellos no iban a matar a mi familia ahora, pero si lo harían luego o peor lo haría alguien más alguien mucho más fuerte por lo que pide ver.

-Ahora explícame Jane, como es que estas aquí? -. Sonrió.

-Es que no sabes que Dimitri te puede hallar en donde estés, es por eso que estoy aquí -. Se rió.

-Lo siento, no pensaba que él estaría en Volterra tan rápido, después de todo se había ido en busca de licántropos… como siempre fui mejor que él -. Jane hizo una mueca de desaprobación.

-Sabes lo preocupado que ha estado nuestro por ti, estarás metido en muchos problemas por esto -. Demian empezó a reír.

-¿A todo esto, por que has esperado tanto para convertir a esta mujer? -. Me miro.

-Ha eso… es un problema, ella es familia de los Cullen -. Jane se estremeció.

-Como que es familia de los Cullen, ella es una humana, como ella puede serlo -. Parecía demasiado alterada para ordenar sus pensamientos, yo me encontraba parada entre ambos y Alec estaba aun tomando mi mano como si quisiera algo conmigo.

-Ella no es hija legitima, pero Edward y Bella Cullen la adoptaron como hija cuando ella nació, por eso es que ella les pertenece.

Por fin pude entender los sentidos de las palabras que alguna vez intente comprender de parte de Demian… el no me quería como alguien quiere a su pareja, más bien el me quiere como su presa, como alguien para que sus fuerzas sean aun más fuertes que antes, ¿que podría hacer? De seguro mi sueño se haría realidad, el me convertiría en lo que alguna vez yo había anhelado, pero n o de esa forma.
Bueno, es mejor que nos vayamos

-Excelente -. Alec tomo mi mano y me llevo con él.

-Alec, ella es mía recuérdalo, no dejare que tu le pongas un dedo encima -. Me reí, Alec me estaba abrazando y sabía muy bien que Demian no estaba realmente preocupado por mi.

-Me lo pensare hermano, ella realmente es deliciosa… más de lo que cualquier mujer ha sido para mí -. No entendí el sentido de sus palabras, pero Demian estaba furioso.