Llegue al colegió muy rápido ya que mi padre me fue a dejar en su lujosa moto, eso sí que sin quitarse el casco, el no quería que yo fuera con mi abuelo por que sabía que el no me protegería tan bien como el si lo hacia.

Cuando llegamos una gran cantidad de muchachos se encontraba en la entrada como siempre, me quede con mi padre asta que tocaron la campana.
Papá si me pasa algo… -. Antes de que terminara de hablar el tenía mi celular en su mano.

-Aquí esta el botón de pánico, en cuanto lo aprietes me demoraré dos segundos en llegar aquí -. Me reí, mi padre me mostró exactamente donde se encontraba el botón.

-OK.

-Si ese perro te molesta también oprime el botón que yo vendré de inmediato -. Me reí.

Cuando entre estaban todos los lobos en la entrada y Zack  se encontraba con ellos.

-¡hola! -. Gritaron cuando pasé a su lado, me pareció muy mal educado el no responderles, pero yo no quería estar con ellos mucho menos estando Stefan hay con una cara de perplejidad cuando yo pase por su lado sin siquiera mirarlos.

Llegue a mi primera clase, era lengua extranjera, hay estaba uno de los lobos, pero al verme se quedo callado como si no entendiera que era lo que me pasaba, realmente pensaba que ellos no tenían nada que ver pero sentía como si ellos de alguna forma también tendían algo de culpa por no haberme advertido.

La clase fue muy aburrida como siempre y en el examen volví a sacar la calificación más alta de la clase y las felicitaciones de todos, aunque realmente no me importaba las felicitaciones de nadie.

La hora de almuerzo llego y como siempre debía comprar mi almuerzo, en la fila se encontraban varios de los lobos y realmente no entendí por que ya que ellos no eran de los que compraban sus comidas. No comí y salí del comedor para llegar al patio en donde para variar estaba lloviendo, pero me gustaba ya que si quería llorar lo podía hacer.

El haber visto a Zack me había provocado que las lágrimas volvieran a fluir y me molestaba eso ya que realmente me parecía que había sentido mucho más por él que él por mí.

-Hola -. La voz era familiar y comencé a caminar rápidamente para salir de hay, pero su mano me aprisiono -. ¿Qué sucede? -. Que se creía realmente creía que me iba a olvidar fácil de que el ya había imprimado.

-¡Suéltame! -. Instantáneamente lo hizo aunque yo tenía mi celular en la mano con el botón de pánico justo entre mis dedos.

Comencé a caminar aunque sabía bien que el venia detrás de mí.

-¿Puedes parar de seguirme? -. Mi voz sonaba como el trueno y realmente parece que a él también lo asusto.

-No, ¿por que estas así? -. Lo mire y suspire.

-¿Quieres que te repita lo que vi ayer? -.  Me miro con una cara de incredulidad.

-¿Ayer? -. Me mofe

-Si ayer, o quieres que le diga a la muchacha con la que estabas que te responda -. Me miro con una gran pregunta en su rostro.

-Ayer fui a Port Angel con mi padre -.contesto enfadado.

-Si claro… y lo que vi ayer -. El me miro totalmente asustado como si realmente no entendiera lo que sucedía.

-Ayer yo no estaba en mi  casa y no llegue asta pasadas las 3 de la madrugada Helena -. Entonces puse mi mano en su rostro.

-No te preocupes, realmente no importa, si imprimaste con alguien no  me importa, sabía que iba a pasar-. Comencé a llorar de nuevo.

-Helena por favor -. Me di vuelta -. Escúchame.

-Lo siento, realmente no quiero escuchar tus excusas, esta bien ya te lo dije, solo que no esperaba que fuera tan rápido -.  Comencé a caminar.

-Helena -. Lo mire tomando mi celular para mostrárselo.

-No me obligues a hacer algo que no quiero, mi padre estará aquí en cuestión de segundos si lo llamo en este momento. -. En ese momento hizo algo que no me esperaba.

-No me importa… -. Estaba tomando mi cintura y abrazándome -. Puedes mandar a matarme a toda tu familia, pero yo no me iré asta que no me escuches. -. Suspire.
Tienes 2 minutos -. Mire mi reloj y me senté mientras el se sentaba en mi lado.

-La persona que viste ayer no era yo -. Lo mire y me levante -. Escúchame, tengo dos minutos -. Volví a mirar el reloj -. Recuerdas cuando me preguntaste si tenía hermanos -. Asentí con la cabeza sin decir palabra -. La persona que viste ayer de seguro que era mi hermano, -. Me reí -. Helena… somos mellizos idénticos  -. Me quede paralizada el hecho de que me tomara con tal sorpresa ese hecho me provoco una angustia que no podía entender, estaba muy segura entonces que él era el verdadero Zack, pero su hermano era igual…

-Lo dices de verdad -. El sonrió.

-Por supuesto, mi hermano esta imprimado con una de las muchachas de la Push, creo que lo pillaste con ella -. Lo mire y todo el odio cambio.
Ho Zack -. Estaba completamente feliz y me abrace a él mientras el tomaba mi cara para que lo mirara.

-Si alguna vez imprimo serás la primera en saber, eso yo te lo prometo. -. Me reí.
Pasamos toda la siguiente hora con el en el patio cuidándonos de que no nos descubrieran. Pero era maravilloso el poder estar juntos de nuevo. Pero una llamada me hizo estremecer…

-Es mi padre -. Le dije a Zack -. ¿Qué le digo? -. Se rió.

-Que estas en clases -. Yo reí.

-Sabes el solo quiere acecinarte.

Sabía que mi padre mataría a cualquiera que me hiciera daño, pero estaba contenta con eso ya que solo él me protegería por siempre.

-Halo… -. Mi padre escuchaba desde la otra línea -. Hola papá.

-¿Donde estas? -. Estaba más que segura que él sabía que no estaba en clases.

-Fuera del colegio, necesitaba estar sola un rato -. Zack me miro reprochando mi respuesta, pero yo conocía muy bien a mi padre.

-Te encuentras bien -. No estaba enfadado sino más bien preocupado.

-Si papá, mejor que nunca, te contare cuando llegue esta tarde a casa -. Mi padre rió.

-¿Estas con el perro? -. Yo reí… un estruendo sonó al otro lado de la línea. -.Diablos… te iré a recoger esta tarde, dile al perro que no lo quiere cerca de ti mientras yo este, y vuelve al colegio -. Me reí

-OK papá, espero que no te molestes tanto -. Se rió.

-No te preocupes yo me las arreglo muy bien con los perros -. Me reí.

Mire a Zack cuando termine de hablar.

-Mi padre no quiere verte cerca de mí, pero solo cuando este él.

-Bueno, es un buen comienzo -. El rió.

Pasamos toda la hora afuera y cuando volvimos a entrar a clases nos regañaron por no haber estado en las clases anteriores, aunque la enfermera era una amiga de Zack y nos hizo pases para poder entrar poniendo que nos habíamos ausentado yo por un mareo y Zack por que le dolía la cabeza.

Cuando volví a ver a los lobos les pedí una disculpa por haberlos ignorado durante la mañana, ellos aceptaron mi disculpa y yo les prometí que no volvería a ocurrir pasara lo que pasara con Zack yo sería su amiga siempre.

Ese día las muchachas fueron a buscar a los muchachos en su auto rosa, medio mucha risa cuando ellos vieron a las chicas ya que se comenzaron a esconder detrás de los árboles a toda velocidad mientras indicaban a los que veían más atrás que se escondieran.

-¿Qué sucede? -. Le pregunte a Zack cuando me llevo a esconderme con él. Estábamos tan apretados que me sonroje al sentir su pecho en mi rostro.

-Ellas están aquí muy enfadadas, quieren saber quien rayo su auto el día de ayer -. Lo mire aun más preocupada. El parecía reírse, pero de susto.

Para las mujeres-lobos su auto del año de las cavernas era su tesoro más preciado, y no se los prestaban a nadie.

-¿Qué? -. Él rió.

-Charlie -. Era uno de los lobos más pequeños -. Ayer estaba aprendiendo a manejar y le pasó una rama de un árbol por la pintura del auto -. Comencé a reír -. Él había sacado el auto sin permiso y pensamos que no se darían cuenta, pero están aquí, así que nos equivocamos.

-¿Ellas también son lobos no es así? -. El rió.

-Si, pero al que encuentren primero serás el que pagara las consecuencias -. Yo reí.

Las muchachas ya se encontraban afuera del auto y comenzaban a avanzar por diferentes direcciones, Estefanía estaba caminando al lado opuesto de Leah quien parecía más inquieta.

En ese momento pude divisar la moto de mi padre. Que se había estacionado justo enfrente de la escuela.

-Zack -. Mire hacia la dirección de mi padre.

Mi padre miro el reloj varías veces mientras parecía impacientarse, se reía al ver como algunos de mis compañeros estaban tirando bolas de nieve unos a otros.

-Solo un segundo ya están buscando el rastro -. Pude ver como Leah estaba con los ojos cerrados olfateando a su alrededor.

-Pero un segundo es una eternidad para mi padre -. El me tomo la mano.

-Espera…-. Vi como mi padre miro asta donde yo me encontraba.

-Creo que mi padre ya sabe donde estamos -. Me reí y el me beso.

Mi padre miro hasta otra dirección como si nos viera detrás de los árboles en donde nos encontrábamos.

-Listo -. Las muchachas llevaban a Roberth como prisionero contra su voluntad hacia el auto para interrogarlo, aunque Leah se detuvo cuando vio a mi padre.

-Maldición -. Dijo Zack antes de que pudiera darme cuenta este estaba enfrente de Leah protegiéndola de mi padre.

Corrí asta donde se encontraban, pero ya una gran cantidad de lobos (aun no trasformados en lobos) estaban en frente de mi padre.

-Helena -. Mi padre me lanzo el casco y yo me lo puse a toda velocidad -. No te preocupes, realmente no me gusta matar a mujeres, menos a perras como esta.-. mi padre jamás trataria a alguien así mucho menos a una mujer, pero no lo entendia, el me miro algo molesto segun veía.

Mi padre me puso en la parte de atrás de su motocicleta y nos fuimos a toda velocidad.

-¿Por qué no me habías contado el incidente del acantilado? -. No reaccione en un momento, realmente se me había olvidado y aunque lo recordara no se lo iba a comentar, él se enfadaría.

-Lo siento no lo creí necesario -. Mi padre no hablo más durante el camino.

Esa noche me fui a acostar temprano y mi padre se quedo con mi madre abajo, no era mi intención en un principio, pero cuando escuche mi nombre comencé a escuchar a hurtadillas.

-Debemos salir de aquí, esta infestado de perros -. Mi madre rió.

-No amor, la verdad es que me parece buena idea que Helena haga amistad con lobos, realmente yo también soy amiga de ellos, además ella sabrá lo que hace.

-Tienes razón, pero Leah… -. Mi madre repitió el nombre -. Si, Leah intento atacar a Helena mientras nosotros estábamos de vacaciones.

-Bueno eso lo cambia, si Leah no quiere a nuestra hija es mejor que nos no la llevemos, no podemos dejarla a merced de ella, ella aparte de ser mayor realmente es muy poderosa.

-Si, lo sé, ¿pero Helena lo aceptara? -. Mi padre estaba por primera vez haciendo una pregunta correspondiente.

-No lo sé, solo se que ella es menor de edad todavía y tiene que acatar lo que se le diga -. Mi madre por primera vez hablando como mi padre.

-Es mejor que nos vallamos lo antes posible para que le duela menos, y no haga amistad con ninguno de los lobos.

Como que para que no hiciera amistad con ninguno de ellos, tenía algo más que amistad con uno de ellos y me considera como miembro de la manada de Jacob (como se llamaban).

-No me pienso ir -. Mi madre y mi padre quedaron anonadados cuando vieron que de la escalera estaba hablando mientras bajaba.

-Helena, es de mala educación escuchar detrás de las puertas -. Mi madre reprendió.

-Realmente no estaba detrás de una puerta. -. Mi padre me fulmino con la mirada, lo que más le molestaba era que alguien le respondiera a su esposa -. Lo siento, pero no podía dormir y baje cuando escuche mi nombre -. Mi voz cambio a una más sumisa.

-Helena es una decisión que ya esta tomada, con tu padre nos pensábamos ir y dejarte como antes, pero después de lo que me acaba de decir tu padre realmente no creo que sea una buena idea el que te sigas juntando con ellos.

-Claro que es una buena idea, ellos son mis amigos y realmente los apreció mucho, no los boy a dejar -. Mi madre suspiro.

-Helena, tú eres aun menor de edad y acataras lo que se te ordena, no estamos negociando -. La voz de mando de mi padre era siempre igual.

No pude decir nada más después de todo no tenía como ganar esa noche por lo menos así que me fui a acostar completamente enojada, pensé varias veces en llamar a Zack, pero sabía bien que mis padres estarían observando cada movimiento que realizara.