ZACK
Estaba en la entrada, solo quería verla, de alguna forma se había ella ya no eras solo una compañera o una miga, sino que algo mucho más importante... venía en el auto de su abuelo como todos los día, aunque se veía algo diferente, ella hace ya mucho tiempo no se vestía como lo había hecho en los primeros días.
-Hola -. Salude, su abuelo me saludo del auto sin salir de este.
-Hola… -. Me dijo mientras caminabamos a la entrada, estaba contento, ella parecía estar feliz, sin embargo también se mostraba triste -. Llegaron mis padres -. La cara de felicidad que tenía se desvaneció en un segundo, la verdad pensaba en decirle que la amaba, sin embargo ahora estaba su padre entremedio... Maldicion!! es que jamás pasaría nada bueno.
-Mm.… ¿y cual es el problema? -. dije con ironia claro que sabía cual era el problema
-Si, ¿Cuál es el problema cierto?… a ya sé, mi padre odia a todo el que se me acerque y mi madre intenta de todos los modos el entenderme… no creo que tenga nada de malo eso… -. Reía, ella siempre igual, jamás cambiaría y eso era lo que me gustaba más de ella, jamás había tenido problemás para decir lo que quiciera -. Por cierto soy sarcástica.
Entramos al colegio, iba un tanto molesto, pensaba que llegarían mucho después, pero ella estaba feliz, sabía como era el estar alejado de un ser querido y ella había estado separada de ellos solo unos días.
En eso se me ocurrio una idea fenomenal, quizas no fuera tan descabellada como cuando se me ocurrio, solo esperaba que ella aceptara.
-Helena… ¿Tu tía Alice no puede verte cuando estas conmigo no es así? -. Me miro un tanto perpleja, como me lo imaginaba no estaba ni pisca de saber que era lo que le iba a proponer, sonreí con mi propia ocurrencia.
-No, ¿por que? -. En ese momento nuevamente pude sentir sus labios tan cerca mío que mi respiración se detuvo, ¿Eso se llamaba probocación no es así, sonreí.
-Por que no quiero que sepan lo que siento por ti -. ya estaba, solo lo dije sin más como lo había hecho con mi padre, solo ahora esperaba que no saliera escapando atoda velocidad como alma que se la lleva el diablo -. ¿Por este día te escaparías con migo?
No espere su respuesta para saberla, ella me tomo de la mano y salimos a toda velocidad, solo quería tenerla cerca costara lo que costara... yo la amaba con todo el alma y ella lo sabía.
HELENA
No supe como íbamos a toda velocidad por el bosque en unos segundos después de lo que había ocurrido.
-¿Crees que se enteraran? -. Le pregunte, de seguro que cuando mi familia se enterara me mataría.
-No, no creo, tu tía no me puede ver y si tu padre no esta cerca para leer mis pensamientos realmente no creo que sepa que es lo que estamos haciendo, además como tu tía tampoco puede ver a ninguno de mis amigos no nos podrá ver si estamos o no en el instituto -. Yo comencé a reír.
-¿Desde hace cuanto estabas planeando esto? -. El rió.
-Desde el primer momento en que te vi en la habitación a media luz en donde husmeabas mis cosas -. Lo mire un poco sorprendida.
-A todo esto… -. De mi mochila saque dos fotos -. Me lo prometiste -. El rió y las puso en su bolso.
-Lo que quiera su majestad, mañana los tendré hechos. -. Yo también me reí.
Nos recostamos en la pradera, alado había un estanque que me parecía hermoso, estábamos muy alejados del instituto, no me había dado cuenta a la velocidad que viajaba sobre los brazos de Zack pero me pareció que era realmente alta para llegar tan lejos en solo un momento.
Cuando me di cuanta de que tenía frió instintivamente me acerque asta donde el estaba, su cuerpo era mucho mejor que una estufa. Pero el también llevaba una chaqueta, yo como siempre no llevaba nada y el puso la chaqueta sobre mi cuerpo, era exquisito el sentir su chaqueta tan caliente sobre mi cuerpo helado y lo mire mientras no pasaba sus manos sobre mis brazos para calentarlos.
-Lo siento, hace mucho frió, nos debimos haber quedado -. Yo sonreí.
-¿Tú crees que yo me quería quedar? -. El también rió.
Mis brazos se encontraros de repente abrazándolo fuertemente y el sonrió. El se acerco a mí y yo apoye mi cabeza en uno de sus enormes brazos. Jamás había estado tan cerca de un hombre que no fuera de mi familia, y me parecía que el era una buena opción, me dormí y el se quedo a mi lado cuidándome.
La verdad es que me sentía feliz mientras corría por la pradera pero algo en mi había cambiado, perseguía a un hombre que al darse vuelta estaba aterrado, me veía como si me lo fuera a comer, pero yo realmente no quería hacerlo, cuando me acerque más a él el se callo y puso sus manos para protegerse, yo tenía los ojos completamente rojos y su garganta hacia que mis labios se llenaran de una sustancia que no conocía, me acerque a su cuello y luego comencé a beber de este mientras el hombre solo dejaba de respirar. Zack estaba detrás de mí sujetado por alguien, no lo conocía, pero no dejaba que Zack se me acercara para poder liberarme del demonio que se había apoderado de mí… el sujeto también tenia los ojos completamente rojos…
¡¡Helena!! -. La voz de Zack estaba más que cerca de lo que pensaba. Abrí los ojos y estaba a mi lado, yo lloraba como una Magdalena.
-No me dejes -. Le grite entre sollozos y el me abrazo con más fuerza.
-Hele, ha sido solo un sueño, no te preocupes no te dejare… -. Estaba más aferrada a él que nunca y las lágrimas mojaban toda la playera de Zack.
-Volvimos al colegio, había dormido más de lo que había planeado y ya era casi hora de que saliéramos. Nos metimos sigilosamente al Instituto y esperamos que la campana tocara.
-Hele… -. Su voz era temblorosa -. ¿Que estabas soñando? -. Me sonroje.
-Contigo… -. El rió -. Pero había alguien más, alguien a quien no conozco -. El me miro con una cara de incredulidad.
Antes de que volviera a contestar la campana había sonado y todos salían de los salones y nos mezclamos entre la multitud.
Cuando salimos mi abuelo se encontraba en la entrada como siempre con su auto.
-Me tengo que ir -. Zack estaba a mi lado y la mayoría de los lobos nos molestaban -. Adiós.
-Espera -. Zack me detuvo sosteniendo mi mano -. Esto, mañana como es sábado vamos a ir a Port Angel, te gustaría ir -. Los lobos por primera vez se quedaron callados.
-Por supuesto, pero ya sabes que están en mi casa mis padres -. El rió.
-No pierdo nada con intentarlo cierto -. No entendí pero otro bocinazo de mi abuelo me izo darme vuelta.
-Nos vemos.
-Fui a donde se encontraba mi abuelo y me subí al auto, asta yo me encontraba extraña, extrañamente me encontraba feliz y sentía como todo comenzaba a cambiar en mi vida, por fin sentía que alguien se preocupaba por mi, y no era por dañarme sino que era por que le gustaba y de eso me daba cuenta...
|