EN EL AMOR TODO NO VALE (+18)

Autor: Anathole
Género: Romance
Fecha Creación: 21/03/2014
Fecha Actualización: 06/03/2016
Finalizado: NO
Votos: 39
Comentarios: 101
Visitas: 56439
Capítulos: 39

(No es la tipica historia de amor) Bella es una chica humilde que siempre ha querido pasar desapercibida, no obstante su vida cambia radicalmente cuando gracias a una beca accede al instituto más exclusivo del país. No obstante, no será su vida la única que cambie cuando se tope con Edward, el chico más popular y poderoso del instituto, y su panda de amigos.

 

Los personajes no me pertenecen, son propiedad de (S.M). Basado en el cómic Hana yori dango, pero con tonos más picantes. Todos humanos.

Éste es mi primer fanfic, por eso lo he hecho basándome en una historia que me gusta y adaptándola a los personajes que tanto amamos.

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Capítulo 8: El significado de la palabra amistad

Pov Bella

 

Jane compró dos helados dentro del supermercado del instituto. ¿No es increíble? ¡Un supermercado dentro del instituto!

Disfrutábamos de una tarde de inocentes bromas y risas, paseando,

-        Bella, seguro que no eres capaz de subirte ahí arriba – dijo señalando un árbol.

-        Jane es peligroso, podrías lastimarte…

-        No seas como mi madre, sólo mírame

Se fue  corriendo y empezó a trepar aguantando el helado con la boca, era bastante cómico la verdad y no podía parar de reírme. De pronto sopló el viento, el árbol empezó a moverse y Jane se cayó.

La mala suerte fue que su helado fuera a parar al zapato de un estudiante que pasaba por allí. Al mirar su cara me di cuenta del peligro, era Edward.

-        Bella, ayúdame boba que me he torcido el tobillo – sollozó Jane desde el suelo que aún no había visto lo que se avecinaba.

Entonces levantó la vista y le entró el pánico. Se puso blanca.

-        S s s s señor Cullen... – se levantó corriendo aunque se notaba que tenía dolor – lo lamento señor Cullen – dijo inclinándose hacia él.

-        ¿Lo lamentas? – contestó sin mirarla, como si no existiera – Si con una disculpa se solucionara todo, ¿para qué existen las leyes y la policía?

-        Ha sido un accidente, no fue mi intención – intentó explicarle Jane – no se preocupe, le compraré el mismo par de zapatos.

-        ¿Acaso eres más rica que yo?

¿¿¿QUEEÉ??? ¿Qué clase de pregunta era esa? Se me estaban hinchando las narices. Se sorteaba un guantazo y él tenía todas las papeletas de la feria.

-        Incluso aunque lo fueras sería imposible, son unos zapatos hechos a mano por un artesano en Milán – prosiguió Edward.

-        De veras que lo siento, haré cualquier cosa para arreglarlo – Jane estaba desesperada.

-        ¿Cualquier cosa? – Noté un tono de diversión en su voz.

-        ¡Sí! Por supuesto señor.

-        Lámelo – le ordenó con una sonrisa en la cara.

Mi expresión pasó del terror a la incredibilidad y le miré fijamente. Sus amigos, Emmet y Jasper se reían de la situación; Jacob miraba hacia otro lado, su cara era de desaprobación pero tampoco iba a hacer nada para impedirlo.

-        ¿Qué? – Contestó Jane incrédula

-        Te he dicho que “Lámelo” ¿A caso también estás sorda?

-        Pero señor…

-        ¿No dijiste que harías cualquier cosa?

 Su sonrisa daba miedo, pero no aguanté más. Me moví para ponerme entre él y Jane y le miré con odio.

-        ¿No has tenido suficiente ya? – Le dije desafiante.

Su cara cambió al verme. Ya no sonreía, su rostro se tornó serio.

-        ¿A caso crees que ella se cayó del árbol por diversión? Tiene raspaduras en las rodillas que le están sangrando y se ha torcido el tobillo, ¿es que no lo ves? Creo que deberías aceptar las disculpas.

Jasper y Emmet cuchicheaban y se reían; Jacob me miraba con miedo, pero no era miedo hacia mí sino por lo que Edward pudiera hacerme (o por lo menos esa sensación me dio).

-        ¿Tu quién te crees que eres para entrometerte? Parece que no sabes con quién estás hablando… - entonces Emmet se acercó y le cuchicheó algo en la oreja-  Ahá, así que tú eres la amiga de Vulturi, la “chica maravilla” – empezó a reírse de mi – Cuando oí eso de “chica maravilla” imaginaba que fuera porque la chica tenia forma de S y una copa D.

-        Lamento decepcionarte – le dije con descaro, lo que hizo que se pusiera de nuevo serio.

-        ¿Sueles no pensar en tu posición y entrometerte en las cosas que no van contigo? No deberías meterte en los asuntos ajenos.

-        Me meto porque ella es mi amiga y está sufriendo, por lo tanto también es mi asunto. Supongo que en los diccionarios para la gente rica como tú no aparecen las palabras “amigo” o “amistad” - vi a Jacob esbozar una sonrisa.

-        ¿Amistad? Veamos a donde llega la “amistad” de la que hablas tanto. Lámelo – dijo dirigiendo el pie hacia mí.

-        ¿Qué?

-        Lámelo. Olvidaré el asunto si eres tú quien lo lama.

Se me cayó el mundo encima. Porqué tendré la bocota tan grande…

Miré a los chicos y se encontraban tensos mirando la situación, creo que no se esperaban que los acontecimientos fueran por este cauce. Miré a Jane que estaba hecha un mar de lágrimas.

-        No lo hagas Bella, yo lo haré – dijo Jane agarrándome la chaqueta.

Bufé. Sabía que si no lo hacia todo iría a peor, por lo que me acaché dispuesta mientras los demás giraban sus caras para no mirar. Oí una risita de Edward que me sacó de mis casillas y sin pensarlo dos veces le tiré lo que quedaba de mi helado en la cara haciendo que se tambaleara y cayera al suelo.

Todos me miraron estupefactos, incluso parecían impresionados y orgullosos de mi hazaña. Jake esbozó una sonrisa torcida y Jane se llevó sus manos a la cara.

-        ¿Qué es lo que pasa contigo mocosa? – maldijo Edward desde el suelo mirándome

-        Le preguntaste si tenía más dinero que tú. ¿A caso tú mismo has ganado la fortuna que posees? ¿Alguna vez has hecho algo en tu vida que diera algún beneficio?- dije acerándome a él mientras me miraba con incredulidad – Y no, no es común en mí ser entrometida; es común en mí no dejar a unos idiotas salirse con la suya sólo porque sus padres tengan dinero. Toma – le dije sacándome del bolsillo una pegatina del cátering de mis padres – si te has quedado con hambre puedes llamar, te haremos descuento – se lo pegué en la frente.

Jacob me miraba triunfante, orgulloso. Tanto que tuve que esforzarme para no sonrojarme, pero se sentía bien.

 

Pow Edward

 

¿Qué hace esta chica aquí? Parece que siempre tiene que estar metida en todo.

-        ¿A caso crees que ella se cayó del árbol por diversión? Tiene raspaduras en las rodillas que le están sangrando y se ha torcido el tobillo, ¿es que no lo ves? Creo que deberías aceptar las disculpas.

Ni siquiera me había fijado en lo que era cierto. Tampoco podía hacer como si me importara.

-        ¿Tu quién te crees que eres para entrometerte? Parece que no sabes con quién estás hablando…

-        Ed, es la chica del otro día. La que apodan “Chica maravilla” ¿recuerdas? – me susurró Emmet.

-         Ahá, así que tú eres la amiga de Vulturi, la “chica maravilla” – me reí al recordarle – Cuando oí eso de “chica maravilla” imaginaba que fuera porque la chica tenia forma de S y una copa D – solo decirlo me arrepentí. Aunque no fuera una chica como las que Jasper y Emmet solían traer a nuestro salón privado, para mí era hermosa.

-        Lamento decepcionarte – Wow, le puso agallas… eso me dejó descolocado.

-        ¿Sueles no pensar en tu posición y entrometerte en las cosas que no van contigo? No deberías meterte en los asuntos ajenos.

-        Me meto porque ella es mi amiga y está sufriendo, por lo tanto también es mi asunto. Supongo que en los diccionarios para la gente rica como tú no aparecen las palabras “amigo” o “amistad” – ¿amistad? Qué sabía ella de la amistad…

-        ¿Amistad? Veamos a donde llega la “amistad” de la que hablas tanto. Lámelo – dije dirigiendo el pie hacia ella. Quería desafiarla, quería saber hasta qué punto llegaba su lealtad

-        ¿Qué?

-        Lámelo. Olvidaré el asunto si eres tú quien lo lama.

-        No lo hagas Bella, yo lo haré – dijo la chica que iba con ella.

Pensé que se retractaría, pero no fue así. Se inclinó hacia mí para lamer mi pie. Me sentí triunfante y reí. Noté algo frio en mi cara y me tambaleé cayendo al suelo; lo toqué y vi que era helado.

-        ¿Qué es lo que pasa contigo mocosa? – maldije

-        Le preguntaste si tenía más dinero que tú. ¿A caso tú mismo has ganado la fortuna que posees? ¿Alguna vez has hecho algo en tu vida que diera algún beneficio? Y no, no es común en mí ser entrometida; es común en mí no dejar a unos idiotas salirse con la suya sólo porque sus padres tengan dinero. Toma – sacó  algo de su bolsillo- si te has quedado con hambre puedes llamar, te haremos descuento – me pegó una pegatina en la frente y se fue triunfante.

Mis amigos se reían a carcajadas.

-        Te lo tienes merecido Edward – me dijo Jasper mientras me ayudaba a levantarme – has tenido suerte que no te ha dado un puñetazo.

-        También nos hemos divertido un rato – dijo Emmet – llamemos a las chicas y vayamos al salón.

 

Estábamos en el salón y Emmet y Jasper estaban con sus respectivos ligues. Ni siquiera sabía cómo se llamaban, y dudo que ellos lo recordaran. Ya eran las octavas de este mes.

Siempre usaban el salón de picadero para traer chicas, cosa que a mí me disgustaba por lo que me concentraba en otra cosa.

-        Emmet si, sigue sigue – oía que venía desde el cuarto – no pares, me encanta.

Una parte de mi anatomía se activó, me daba vergüenza admitir que por una parte les envidiaba pero para mí, lo que hacían no era moralmente correcto. Además le prometí a Jessica, mi hermana, que esperaría a alguien especial igual que ella.

-        Ahhh ahhh, más más – los gemido venían de otro cuarto.

Instintivamente puse mi mano en mi miembro por encima del pantalón y empecé a acariciarme. Seguía oyendo los gemidos de las chicas y estaba tan excitado que no pude evitar masturbarme. No me di cuenta que los gemidos habían cesado hasta que terminé.

-        Joder Eddy, eres un pervertido – reía Emmet.

-        ¿Qué? Yo… yo… - me puse rojo.

-        Tranquilo no me importa, la próxima vez si quieres puedes unirte. Aunque creo que te va más ir de mirón.

Me abalancé sobre él para pegarle pero él lejos de atacarme empezó a reírse a carcajadas mirando mi pantalón, tenía una mancha enorme de semen en él. Morí de vergüenza y me metí en mi cuarto a cambiarme (1).

Mientras me cambiaba miré la diana que tenía en el cuarto y tuve un flashback.

 

  

 (1)    Cuando hablan del salón, más que salón es como un local/club donde ellos se reúnen, es como una segunda casa y todos tienen un cuarto propio.

Capítulo 7: Me comió la lengua el gato + Avance Capítulo 9: Tarjeta roja

 
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