EN EL AMOR TODO NO VALE (+18)

Autor: Anathole
Género: Romance
Fecha Creación: 21/03/2014
Fecha Actualización: 06/03/2016
Finalizado: NO
Votos: 39
Comentarios: 101
Visitas: 56440
Capítulos: 39

(No es la tipica historia de amor) Bella es una chica humilde que siempre ha querido pasar desapercibida, no obstante su vida cambia radicalmente cuando gracias a una beca accede al instituto más exclusivo del país. No obstante, no será su vida la única que cambie cuando se tope con Edward, el chico más popular y poderoso del instituto, y su panda de amigos.

 

Los personajes no me pertenecen, son propiedad de (S.M). Basado en el cómic Hana yori dango, pero con tonos más picantes. Todos humanos.

Éste es mi primer fanfic, por eso lo he hecho basándome en una historia que me gusta y adaptándola a los personajes que tanto amamos.

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Capítulo 15: Secuestro

Pov Bella

 

Los rumores cesaron al día siguiente, y nadie más me molestó. ¿Había ganado la guerra  Cullen-Swan? No podía bajar la guardia y fiarme, podría ocurrir como la última vez.

¡¡JAJAJA!! Aún recuerdo su cara de idiota después que le noqueara con mi súper patada… realmente tenía la cara dura, me dolió el pie durante horas…

Me movía por el instituto como si fuera un agente de incógnito, al más puro estilo 007.  Tenía miedo a las posibles represalias que mi mal temperamento podía acarrearme.

Corrí al pabellón de deportes pero cuatro hombres trajeados me cortaron el paso.

-        ¿Es usted la señorita Isabella Swan? – preguntó uno de ellos.

-        Sí, pero… - intenté replicar.

-        ¿Puede venir con nosotros un momento? Por favor – era una petición, pero no parecía que admitieran un no por respuesta.

-        ¿Dónde? Estoy un poco ocupada ahora mismo...

-        Tenemos órdenes de llevarla con nosotros

-        Yo… Tengo que ir a mi trabajo a tiempo parcial, sino me despedirán.

-        No se preocupe, hemos avisado que hoy no asistirá.

Me di la vuelta y eché a correr, aunque no sirvió de nada, antes que pudiera alcanzar los 100 metros me habían agarrado y me metieron dentro de un coche. ¡ME ESTABAN SECUESTRANDO!

-        ¡Soltadme malditos! – intenté zafarme, pero eran realmente fuertes.

Me taparon la boca con un pañuelo que olía raro y perdí la consciencia…

 

qué bien huele – pensé – es como un jardín lleno de flores… cálido y suave… Un momento, alguien, me está tocando. ¡Alguien me está tocando!

Abrí los ojos y había como 6 chicas dándome masaje con aceites. Intenté zafarme pero mi cuerpo estaba tan relajado que ni siquiera podía responder.

-        ¿Dónde estoy? – pregunté sin hallar respuesta.

-        Ya está, avisen a la estilista.

De pronto todo se tornó un sueño, unas mujeres peinaban mi pelo mientras otras me hacían las uñas y maquillaba, se sentía tan bien… ¿Esto es sentirse como una princesa? Podría acostumbrarme…

Luego me llevaron a una sala llena de vestidos donde me hicieron probar varios, pero ninguno le pareció lo suficientemente bueno a la señora que me acompañaba.  Finalmente se decidió por un vestido palabra de honor semitransparente de color negro, tenía encajes, debajo tenía una fina tela de color coral. Los combinó con unos zapatos de tacón negros con pedrería y un bolso de mano a conjunto.

-        Ya está lista Benjamin – enseguida un señor mayor entró.

-        Acompáñeme señorita Isabella Swan

Andábamos por un pasillo larguísimo con puertas en ambos lados. Lo que se veía en el interior de ellas era impresionante, parecía el decorado de una película de época.  Era un palacio... y yo estaba embobada.

-        Disculpe, señor ¿Puedo hacerle una pregunta?

-        Por supuesto, señorita Isabella Swan

-        ¿Hemos salido del país?

-        No señorita.

-        ¿Puedo hacer otra pregunta?

-        Adelante señorita Isabella Swan.

-        No me llame “señorita Isabella Swan”, sólo Bella.

-        Entendido señorita Bella Swan – supongo que era lo máximo que pudo ofrecerme.

-        ¿Por qué todos me miran? – todas las doncellas de servicio me miraban sorprendidas.

-        Eso es porqué el joven señor nunca trajo a una chica a casa antes.

-        ¿El joven señor? ¿A quién se refiere? – no contestó, esbozó una sonrisa.

-        Ya hemos llegado – dijo abriendo una doble puerta.

El salón era el más majestuoso de todos, no podía ni siquiera compararse. Parecía sacado de una revista de modas. Después de salir de mi ensoñación me fijé en una figura que estaba en pie de espaldas a mí, apoyando una de sus manos en un ventanal. Se veía sexy.

Hasta que se dio la vuelta y todos los buenos sentimientos se esfumaron.

-        ¿Qué haces tú aquí? – Pregunté llena de rabia.

-        ¿Cómo que qué hago yo aquí? Esta es mi casa, y es normal que esté aquí – se veía felicidad en sus ojos aunque su voz era tajante.

-        ¿Tú casa? ¿Y por qué me has traído Edward? – me puse en posición de combate pero sólo le dio risa - ¿Qué piensas hacerme?

-        Ya he hecho lo que quería – dijo sonriente amablemente. Me agarró de los hombros y me puso enfrente de un espejo – Mira, ¿qué es lo que ves? Yo veo a una mujer muy hermosa – empecé a sonrojarme – Como has visto, con dinero y poder cualquiera puede transformar en un patito feo en una garza.

-        ¿No querrás decir cisne? – le escupí, ¿quién se creía que era para llamarme patito feo? – de todos modos no importa. Exijo que me digas el porqué de todo esto.

-        Hey plebeya, si te gusto sólo tienes que decírmelo – soltó mirándome directamente a los ojos. Me sentí intimidada por un segundo hasta que reaccioné.

-        ¿Qué dices?

-        Oh, es cierto. A ti te gusta hablar en contraposición…

-        Edward Cullen – le interrumpí  - hay un límite en las “bromas” que haces. ¡El secuestro es ilegal!

-        Estamos solos Bella, así que puedes ser abierta con tu amor por mí. – me dijo mientras me acariciaba una mejilla – De ahora en adelante, estaré dispuesto a hacer una excepción y a saludarte fuera de la escuela.

No pude decir nada, me quedé en shock a causa de su egocentrismo…

-        Te has quedado sin palabras… ¿no lo has entendido? De ahora en adelante, cuando estemos solos y no pueda vernos nadie te trataré como la novia del todopoderoso Edward Cullen – finalizó triunfante. Se acercó para besarme.

-        ¿Estás loco verdad? – le dije desafiante  mientras retrocedía – estas realmente loco Edward, ¿tan fuerte te di en la cabeza que te has quedado peor de lo que estabas? ¿Qué te hace pensar que yo quiera ser tu novia? – bufé – Olvídame, me marcho

Me giré para irme pero se puso en frente de mí.  Su cara parecía de espanto, supongo que él no había planeado las cosas así.

-        Tú eres la única que tiene algo mal en la cabeza.

-        Si yo fuera tú me quitaría mientras aun soy amable…

-        ¿Sabes cuánto he gastado en ti hoy? Más de 500.000 dólares – ahora resulta que cree que puede comprarme… - Pero eso no es nada para mí. Si estás conmigo podrás disfrutar de esto cada día – sí, definitivamente intentaba comprarme – ¿A caso no lo deseas?

-        A ver si logro que lo entiendas Edward… En el momento que veo tu cara, siento como si un millón de bichos recorrieran todas y cada una de las partes de mi cuerpo.

Empecé a quitarme los pendientes y demás joyas y tirarlos a sus pies.

¡Tráeme mi uniforme inmediatamente! – le chillé.

 

 

 

Hola a tod@s, muchas gracias por los comentarios y los votos.

Me encanta que les guste el fanfic.

Capítulo 14: Patada voladora Capítulo 16: Aire

 
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