POV BELLA

-        ¡Jane! Espera por favor…. - le supliqué mientras corría tras ella.

-        Me has decepcionado Bella, después de todo lo de ayer… todo lo que sufriste y lloraste… ¿No importa nada?

-        Jane, puedo explicártelo.

-        ¿Volverás a decirme que no es lo que parece verdad? Igual que cuando no erais novios… - se notaba que estaba muy enfadada - Olvídame ¿vale?

-        Pero…

-        ¡OLVÍDAME! - Me gritó; acto seguido recibí una cachetada por su parte… aunque me dolió el golpe, ver sus lágrimas caer me dolió más. En parte ella tenía razón en estar enfadada.

Pasaron los días y Jane seguía sin hablarme, no sólo eso sino que me evitaba e ignoraba.

-        Bella, deja lo de Jane. No la necesitas - me dijo Edward

-        ¿Qué harías tú si Emmet o Jasper te ignoraran?

-        Les daría una paliza, pero eso en tu caso no te serviría. En serio, déjalo. - nos quedamos en silencio unos minutos mirando al infinito - Por cierto Bells - dijo mientras me agarraba por el hombro - Saldré unos días con los chicos a atender asuntos de la Corporación Cullen… ¿Estarás bien sin mí?

-        Edward, he estado toda mi vida sin ti y me ha ido bien - Le contesté con sarcasmo, él hizo una mueca.

-        Quiero hacer una cosa antes de irme, y no sé cómo reaccionarás… - alcé una ceja - sólo déjame un segundo… cierra los ojos.

Hice lo que me pidió y lo siguiente que sentí fue la humedad de sus labios sobre los míos. Eran cálidos y revivían sentimientos olvidados de la noche en qué desperté con Edward a mi lado… Me aparté de inmediato, yo estaba enamorada de Jacob y Edward no merecía esto.

-        Lo siento Edward, no puedo.

-        ¿Es por Jake? - oh dios… ¿acaso leía la mente?

-        Edward, yo no puedo mandar a mi corazón.

-        Pero, tu… la otra noche nosotros…

-        No recuerdo bien qué ocurrió la otra noche, sé que fue especial… - realmente sé que nos besamos… y que había sido mi primer beso - pero no quiero que te hagas ilusiones ¿sí?

-        Bella, yo puedo esperarte si eso es lo que quieres.

-        Yo… no puedo pedírtelo. No sería justo.

-        ¡¿Por qué entre todos tiene que ser Jacob?! Además, él se ha ido con otra.

-        ¡No me importa! Cuando quieres a alguien antepones su felicidad a la tuya.

Me miró una última vez con enfado y se fue. Serían unos días muy duros totalmente sola, pero siempre me manejé bien así que solo tenía que esperar a que volviera para hablar con él. Aprovecharía estos días para poner en orden mi cabeza y mi corazón.

Por una parte, el pensar en Jacob me inundaba de sentimientos profundos. Le echaba de menos, aunque sabía que él ni se acordaría de mí. Recordar los momentos vividos hacia mi corazón latir con un ritmo armonioso.

Por otra parte, Edward ponía mi mundo patas arriba y destrozaba mis esquemas. Su cercanía me causaba nervios y a la vez sentía mariposas en el estómago. También me mataba de la rabia y tenía ganas de estrangularlo…

Al día siguiente llegué al instituto y la gente me miraba… Odiaba ser el centro de atención, pero parece que al estar en el entorno de Edward era inevitable.

Fui a mi taquilla y al abrirla cayó una tarjeta roja. Igual que la que había recibido varios meses atrás...

-        Esto será una broma - pensé en voz alta.

-        Ehh atención todos, ¡ISABELLA SWAN TIENE UNA NUEVA TARJETA ROJA! - gritó una voz detrás de mí.

Después sólo se oyeron risas y las “bromas” empezaron de nuevo. Ese desgraciado de Edward me había hecho un regalo de despedida antes de irse… ¿Acaso no podía aceptar las cosas tal como eran? Era difícil pensar qué podría estar pasándole por la cabeza para hacerme otra vez esto…

Jane tenía razón, siempre la tuvo…

-        Te lo advertí. En varias ocasiones de hecho. - Oí la voz de Jane a mi espalda. Me giré y solo obtuve una mirada de suficiencia - Te dije que te alejaras de él  y no me hiciste caso.

-        Jane, quizás tenías razón. Siempre la tuviste y yo quise ver algo en él que no existía.- Me lancé a sus brazos llorando, ella me abrazó.

-        Tranquila… Yo te protegeré... - Me abrazó y acarició el pelo - Bella… Mi Bella… - Siguió diciendo mientras me consolaba.

Lo que pasó después no me lo esperaba, ella levantó mi mentón y me besó. Me quedé en shock, ¿a Jane le gustaban las mujeres? Si bien es cierto que nunca le había conocido novio, tampoco hablaba con ninguna chica… Tardé unos minutos en salir de mi estado de shock y apartarme de ella, que estaba profundizando el beso no correspondido.

-        Jane ¿Qué haces? - pregunté confusa.

-        Creo que está claro - rio - te quiero Bella, desde que te vi ese día en la azotea cuando salvaste a Vulturi… Lo eres todo, te admiro y te envidio…

-        Pero… yo no te quiero Jane. Como amiga sí, pero no como tú quieres… Podemos hacer que esto no ha pasado ¿Si?

-        Yo no quiero olvidarlo - dijo con rabia - no me estaña que Edward siempre se enfade contigo, eres una calientabraguetas… vas por ahí diciendo cosas bonitas a todo el mundo y luego te hechas para atrás… ¿Qué fue de “tú y el atletismo sois mi razón para estar aquí”? ¿Y nuestra canción?

-        Creo que me mal interpretaste - intenté razonar con ella.

-        No, tú has jugado conmigo… Con mis sentimientos, y no te lo perdonaré. Te mereces lo que te ha pasado y lo que vendrá.

Eso me dejó con los ojos abiertos como platos… ¿Cómo una chica tan dulce podía albergar tanto odio y maldad?

-        Siento que pienses así Jane, siempre te consideré mi amiga. Pero es tu decisión.

-        No, es TU decisión. Y te arrepentirás de ella.

Decidí que era inútil seguir con  aquello, quizás cuando las aguas se calmaran podríamos hablar y que entrara en razón, que entre las dos sólo podía haber una amistad.

-        ¡NO ME DES LA ESPALDA, ISABELLA! - Me gritó mientras me iba

El día terminó sin sorpresas… mi taquilla estaba graffiteada con esmalte de uñas, me dejaban de puta para arriba. Dos veces me “caí” por las escaleras, aunque sólo fueron unos rasguños. Y los insultos a la cara estaban a la orden del día.

Lo peor aún estaba por llegar…

Cogí mi bicicleta para volver a casa, circulaba tranquilamente cuesta abajo cuando sin yo verlos dos estudiantes levantaron una cadena del suelo haciendo que mi bicicleta y yo voláramos por los aires. Salí disparada varios metros y caí de cara, aunque al menos pude cubrirme y no salir tan malherida. Sólo oía risas a mí alrededor y se formaba un corro de estudiantes que miraban y reían.

Empecé a sentir un dolor en mis piernas y vi que las tenía muy rasgadas y sangraban. No eran cortes profundos, pero escocía mucho.

Vi como rociaban mi bicicleta con  gasolina y la quemaban. No podía moverme ni articular palabra. En mi mente sólo pensaba en Edward, sin darme cuenta balbuceé “Te necesito”.

-        ¿Qué dices? - Se burló un estudiante - No te hemos oído

Yo seguía balbuceando las mismas palabras mientras sentí que me agarraban y me ataban con una cadena. La cadena estaba alrededor de mi cuello, pero yo no conseguía reaccionar; solamente podía ver en mi cabeza la última mirada que Edward me dedicó, llena de rabia…

Me sentí una presión en el cuello y sentía que me asfixiaba… No importaba nada, lo había perdido todo… Antes de desvanecerme pude sacar aliento y fuerzas y grité:

-        EDWAAAAAARD