EN EL AMOR TODO NO VALE (+18)

Autor: Anathole
Género: Romance
Fecha Creación: 21/03/2014
Fecha Actualización: 06/03/2016
Finalizado: NO
Votos: 39
Comentarios: 101
Visitas: 56462
Capítulos: 39

(No es la tipica historia de amor) Bella es una chica humilde que siempre ha querido pasar desapercibida, no obstante su vida cambia radicalmente cuando gracias a una beca accede al instituto más exclusivo del país. No obstante, no será su vida la única que cambie cuando se tope con Edward, el chico más popular y poderoso del instituto, y su panda de amigos.

 

Los personajes no me pertenecen, son propiedad de (S.M). Basado en el cómic Hana yori dango, pero con tonos más picantes. Todos humanos.

Éste es mi primer fanfic, por eso lo he hecho basándome en una historia que me gusta y adaptándola a los personajes que tanto amamos.

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Capítulo 12: Culpa

Pov Edward

 

-        ¿Sí dígame?- contesté al teléfono.

-        Señor Cullen, ha habido un problema señor.

-        ¿Cómo que un problema? ¿Qué parte de “sin errores” no habéis entendido?

-        Señor, no fue nuestra culpa. El señor Black apareció y nos dio una golpiza. Nos ordenó que nos fuéramos.

Colgué. No entendía porqué Jake tenía que meterse en mis asuntos con esa chiquilla. ¿Qué le importaba a él?

-        ¡Señor Black, no puede entrar así! ¡Señor Black! – Oí que gritaba una de las doncellas de la casa.

Entró dando un portazo y se lanzó sobre mí atacándome. Me tiró al suelo y me agarró del cuello de la camisa.

-        ¿Eres despreciable lo sabias? – emanaba ira por los poros de la piel.

-        No sé de qué me hablas hermano

-        ¡Yo ya no soy tu hermano! No quiero tener nada que ver contigo. Con un hombre que es capaz de contratar a tres matones para que violen a una chica solamente porque “te ofendió”. Estoy harto de tus juegos.

-        ¿Qué? ¿Violar a quién? – Me quedé sorprendido, ¿de dónde había sacado eso?

-        Lo sabes perfectamente, hablo de Swan, ¡Bella Swan!

Me quedé horrorizado ante la idea, inmóvil e incluso me di cuenta que había dejado de respirar. Solamente pensar que alguien había podido acariciar su piel, besado sus carnosos labios, olido su precioso pelo… Jake me soltó.

-        Parece que sabes tanto del asunto como yo.

-        Yo nunca encargaría algo así Jake, parece que no me conozcas y menos después de lo que le pasó a Jessica.

-        Tienes razón, ¡pero ellos confesaron!

-        No te preocupes yo me encargaré de todo.

Cogí de dentro de la papelera la pegatina con la dirección de su casa y le dije al chofer que estuviera listo para irnos.

-        Señor, a donde va a estas horas – me preguntó Garrett

-        A arreglar unos asuntos urgentes – normalmente hubiera mandado a la mierda a quien  fuera que preguntase, pero Garrett era un buen tipo. Lo consideraba de la familia, de hecho se portaba más como un padre para mí que aquel hombre que decía serlo.

-        Le acompaño señor.

-        No es necesario Garrett.

-        Si tiene que ver con la conversación  que ha mantenido con el joven señor Black necesitará  mi ayuda.

Tenía razón, ¿cómo reaccionaría Bella si iba a verla después de lo ocurrido?

-        Iremos 2 coches y luego nos separaremos, seré la última persona a quien quiera ver.

-        Está bien señor.

En el coche le conté mi plan: conseguir que Bella saliera de casa y fuera al hospital Cullen del centro de la ciudad a visitarse. Si fuese necesario tendría que llevarla por la fuerza. Necesitaba saber cuán lejos habían llegado esos bastardos  También le proporcionaría un uniforme nuevo.

Yo tenía otra misión, debía castigar a esos malnacidos.

 

Pov Bella

 

Estaba en frente de mi casa, no me sentía con fuerzas de entrar y tener que enfrentarme a ello. No podía entrar sin dar explicaciones, ya pasaban de las 23:30 y seguramente estaban preocupados por mí.

-        ¿Señorita Swan? – Oí una voz tras de mí. Me giré asustada y desconfiada – no tenga miedo señorita Swan, venimos a ayudarla. Mi nombre es Garrett  y ellas son mis ayudantes, la llevaremos a un hospital y nos encargaremos de todo. Buscaremos una excusa para justificar su ausencia a sus padres.

-        Está bien – no sé por qué me generaba confianza. Bueno, no sé si era confianza o es que me importaba más bien poco todo.

Subí al coche y Garrett se sentó frente a mí tendiéndome la mano.

-        No se preocupe señorita Swan, no voy a hacerle daño – dijo mirándome a los ojos, a lo que respondí cogiendo su mano con fuerza – todo ha pasado, y no se preocupe que no volverá a ocurrir, mi joven señor se está encargando personalmente de ello.

-        Llámame Bella por favor. ¿Quién es tu “señor”? – pregunté intrigada.

-        Eso no es lo importante Bella, lo importante es que tú estés bien para que él y todos estemos bien.

Se hizo el silencio. Miraba por la ventana y de vez en cuando a Garrett, que o había soltado mi mano en ningún momento. Le sonó el teléfono.

-        Dígame señor… si señor... no señor… espere – se giró hacia mi tapando el micrófono del teléfono – ¿has conseguido comer algo Bella? Sé que probablemente no tengas hambre, pero te haría bien.

-        No, y la verdad me rugen las tripas – en ese mismo momento se oyó el ruido – lo siento…

-        Tranquila, es normal – me guiñó el ojo y siguió hablando con el interlocutor.

-        No ha comido… por supuesto señor… le mantendré informado de todo, buenas noches.

-        ¿No vas a decirme con quien hablabas? – Le pregunté a sabiendas que no me contestaría.

-        Como te dije, eso no es lo importante. Lo importante eres tú.

-        ¿Qué vas a decirles a mis padres?

-        No te preocupes, ya está arreglado. Les hemos dicho que habías sido invitada de improviso a una gala benéfica organizada en el Hotel Cullen y que al terminar tarde los estudiantes teníais reservas de habitación. Se pusieron muy contentos.

-        Lo imagino, ellos solo quieren un futuro mejor para mí. Y mi futuro está dentro del Instituto Cullen.

-        ¿A qué te refieres? ¿Buscas un marido rico?

-        NO, definitivamente no. Me refería que el estudiar en el Instituto Cullen te puede abrir muchas puertas en una carrera laboral. No quiero que un hombre me mantenga, no soy una inútil.

-        Lamento haberte ofendido, tenía que preguntarlo.

-        Lo sé, supongo que una estudiante becada da el pego.

-        No, no me refería a eso… - dijo terminando en un susurro – ya hemos llegado.

Entramos al hospital por una puerta trasera, parece que era la que usaban las personas famosas e influyentes de este país para despistar a los paparazis. Los médicos me esperaban y me atendieron muy bien. Primero hablé con una psicóloga, quería que le contara lo sucedido para determinar qué tipo de pruebas se requerían.

No pude contarle con claridad por lo que simplemente le dije que creía que no habían conseguido su cometido, por lo que seguía siendo virgen. La verdad es que no tenía una clara idea de cómo era el sexo.

Después entró un ginecólogo que al desnudarme vio todas las marcas de mi cuerpo y retrocedió horrorizado. Sentí pánico, por lo que empecé a gritar y a tirar todo el instrumental médico que había sido preparado para la exploración. Garrett entró asustado.

-        ¡Bella, Bella tranquila! – Cogió una bata y me la puso – ¿estoy contigo de acuerdo? No van a hacerte daño nunca más.

-        Señor, debo continuar con la exploración – Dijo el doctor – necesito que salga de la sala.

-        No te vayas por favor – le dije suplicante cogiéndole la mano – no quiero estar sola.

 

Pov Garrett

El médico me miraba con duda y señaló disimuladamente una jeringuilla que había en un carrito.  Asentí.

-        Bella, túmbate aquí por favor.

Antes de que se diera cuenta el doctor ya le había administrado el calmante y había quedado dormida.

-        Tardará unas horas a despertarse, por lo que le haré las pruebas mientras duerme. Cuando despierte la psicóloga volverá a visitarla.

-        Gracias doctor. Por cierto, espero que recuerde que el nombre de la paciente es totalmente  confidencial. Y con eso me refiero a que solamente los dos médicos que la habéis atendido, mi señor y yo podemos acceder a la habitación.

-        Sí señor, lo comprendo perfectamente.

Llamé a Edward.

-        Señor Edward

-        Garrett, estoy de camino ¿Cómo está Bella? – se notaba preocupación sincera en su voz.

-        Está dormida, han tenido que administrarle calmantes para dormirla porqué entró en pánico y corría riesgo de dañarse a sí misma.

-        Maldición… Ahora te veo.

Y colgó. No pasaron 5 minutos cuando el ginecólogo salió y me entregó el informe. No había sido forzada por vía vaginal ni anal, aunque sí se indicaba que tenía magulladuras y marcas de mordeduras por todo el cuerpo, algunas tan profundas que le habían hecho herida y sangraban.

-        Ya estoy aquí – oí decir a Edward mientras se sentaba a mi lado, estaba exhausto.

-        ¿Se encuentra bien mi señor?

-        Si, solo que he subido por las escaleras.

-        ¡Pero si estamos en el piso 20!

-        El ascensor tardaba mucho, tendré que hacer que instalen uno solo para mí. ¿Éste es el informe?

-        Sí señor, pero creo que sería mejor que no lo leyera.

-        Dámelo Garrett.

-        No Edward, no te lo daré – usé mi tono autoritario como cuando le reñía cuando era un niño – esto forma parte de la vida privada de Bella y tienes que respetarlo – asintió con la cabeza – solo te diré que el señor Black llegó a tiempo.

-        Gracias Garrett.

-        De nada señor.

-        ¿Puedo ir a verla? – asentí.

Entró en la habitación; pasó una hora y media hasta que salió. Tenía los ojos rojos e hinchados, se limpiaba los mocos con el puño de la camisa igual que cuando era un niño.

-        Señor, ¿le ayudo en algo?

-        Me voy ya, está despertando y no es a mí a quien quiere ver.

Se fue sin que yo pudiera decirle nada. Entré en la habitación y me senté en la silla junto a la cama que aún estaba caliente.

Me apoyé hacia delante colocando los brazos en cruz encima de la cama. Estaba mojado, allí es donde había estado llorando todo el rato. De pronto oí la voz de Bella en un susurro:

-        Jacob, sálvame Jacob… 

Capítulo 11: ¿Por qué a mi? Capítulo 13: Consecuencias

 
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