Básicamente la situación para Bella estaba clara. 

Si se quedaban en Phoenix, iba a tener que usar gran parte de sus ahorros para pagarle una escuela a Jacob, con la certeza que en poco tiempo volverían a expulsarlo.

Por otro lado, su trabajo iba de mal en peor. Seguían llegando nuevos residentes día a día, con lo cual su trabajo disminuía.

Estaba cansada de pelear con Sam, Emily y cuanta persona se acercara para discutir sobre su hijo y ni hablar del par de hombres con el que había salido en estos años. 

Mike, o "el experto", como lo llamaba Emmett, había sido un primer intento de algo serio luego de tener a Jake. Lo conoció en una fiesta de la Universidad a la que sus primos la habían obligado a ir alegando que desde que había nacido el niño, prácticamente iba de casa al trabajo y a la universidad, pero nada más. Para ese entonces Bella tenía 20 años y aún mantenía algo de ese carácter jovial propio de la edad. 

El muchacho logro acercarse a ella mediante su simpatía y su fama de ser "esperto con los niños", de ahí su apodo. 

Comenzaron a verse ocasionalmente. La pasaba a buscar, iban a cenar y alguna vez la llevo al cine. Los primeros tiempos, todo fue de maravilla. Era un verdadero caballero. 

Cuando quiso conocer a Jake, Bella se resistió un poco. Si bien su hijo era adorable, era muy celoso de su madre y estaba segura que le traería problemas. Mike recordándole que era experto en criaturas, ya que tenía varios sobrinos, le insistió, logrando que ella aceptara a regañadientes. La tarde prevista para el encuentro llegó y Mike se encontraba en la puerta de la casa de los Swan listo para conocer al pequeño que se había propuesto conquistar. Le había llevado algunos juguetes que sus sobrinos no usaban pensando que así se ganaría al niño. 

La cita fue un desastre. Desde el momento en que Mike había saludado a su madre con un beso, la ira del pequeño se desato. 

Desprecio todos los juguetes, logro armar más pataletas que todas las que había hecho en su vida y no se bajo del regazo de su madre en toda la tarde negandose a hablarle a Mike mientras estuvo allí.

Desde ese día, el muchacho se limito a ver a Bella fuera de la casa, y al poco tiempo dejo de llamarla. Fracaso número uno.

James o "el impresentable" como también lo apodó Emmett, era otra cosa. 

Entrenaba al equipo de fútbol en que Charlie había anotado a Jacob. 

Si bien tenía poco tiempo libre en su vida, Bella se encargaba de ir a ver todos los partidos en los que su hijo jugaba como titular, o sea casi todos y, por mandato de Alice, se arreglaba bastante para no parecer una madre despreocupada. 

Fue así que logró llamar la atención de James. Era bastante guapo, rubio, alto, musculoso y era genial con los niños. El problema es que era pésimo con los adultos. 

Cuando la invitó a salir, la primera vez, aceptó de inmediato. Le parecía guapo y, además, después de Mike no había vuelto a salir con nadie.

La primer cita fue agradable. Cenaron, bailaron y luego la acompañó a su csas, despidiendose de ella con un beso.

La segunda cita fueron a jugar bowling. Como entrenador, estaba programado para no perder, así que cuando Bella le ganó dos juegos seguidos, su mal humor fue el invitado de honor. 

A partir de ahí, intento vencerla en todos y cada una de las cosas que le proponía. 

Una de las características de Bella es su tenacidad. Nunca perdía. Y si lo hacía intentaba por todos los medios darle vuelta al asunto para que, de alguna forma extraña, ella fuera la que vencía. 

Luego de un par de semanas, James desistió en vencerla, y también en verla.

Fracaso número dos.

A esos dos los seguía una pequeña lista de caballeros, dispuestos a todo pero sin nada para dar, al menos, nada de lo que ella quería.

Luego de pensar las razones para marcharse, analizó las que tenía para quedarse.

Charlie.

Razón número uno y la principal.

Le costaba mucho pensar en dejar a su padre solo. 

Sabía que estaría bien, que se las arreglaría como siempre y que además, tenía a su familia allí.

Por otro lado, no podía pedirle que la acompañe a donde ella quería ir. Era injusto.

Razón número dos: Emmett y Alice. 

Le rompía el corazón no verlos seguido, no poder compartir todo lo que hacían y alejarlos de Jake, al igual que a Charlie, sabía que les dolería.

Pero por otro lado, había una razón mucho más grande que otras: Jacob.

Su hijo, al igual que ella, necesitaba cambiar de aire. 

Poder terminar sus estudios en un lugar donde no lo conocieran ni tuviese un pasado que lo atormentara.

Un lugar desconocido para el, lleno de paz y tranquilidad y con un estilo de vida más tranquilo.

Iban a volver a Forks. 

Si bien ella no recordaba como era, sabía que sus padres habían elegido ese pueblo para formar su familia, sabiendo que era el mejor lugar para criar hijos.

Además estaba su tía Esme que, aunque hacía años que no la veía, creía que estaría feliz de tener algo de Renée cerca de ella.

- Bien, eso es todo.- dijo resuelta.- Nos vamos a Forks.- 

Ahora venía lo difícil.

Convencer a su hijo.