¿Por qué a mí?

Autor: princesavespa
Género: Humor
Fecha Creación: 20/09/2013
Fecha Actualización: 05/06/2014
Finalizado: SI
Votos: 17
Comentarios: 84
Visitas: 58977
Capítulos: 37

Bella tiene un hijo, Jacob, un adolescente rebelde, con muchos problemas de comportamiento, pero que ama a su madre por sobre todas las cosas, por lo que le prometió que cambiaría su carácter al mudarse de la ciudad donde vivían.

Edward en cambio, tiene una hija, Renesmee, que a pesar de ser una muchacha complicada, se desvive por cuidar de su padre y agradarle.

A pesar de eso, tanto Edward como Bella intentaron darles lo mejor y hacer de sus vidas un lugar lleno de amor.

Cuando Jake y Nessie se conocieron en la secundaria, no se imaginaban lo que significarían uno para el otro.

Sus padres tampoco imaginaron lo que cambiaría sus, ya de por si dificiles vidas, cuando este par se conociera...


 

Primero que nada: HOLA A TODAS! 

A lo mejor les resulte algo extraña la temática de esta historia, pero van a ver que a medida que la lean se pone mejor.

Les cuento que esta escrita tanto en tercera persona como con POV de los distintos personajes.

Como siempre, ya saben que me pueden preguntar cualquier cosa que se los responderé tanto como comentario, como mensaje privado.

Espero que me acompañen, como lo hacen siempre!

Para contactarse conmigo pueden hacerlo vía facebook, me buscan como: Princess Vespa.

+ Añadir a Favoritos
Leer Comentarios
 


Capítulo 21: Revelaciones de todo tipo.

Porque algunas de ustedes me lo pidieron, subo uno más... Pero habrá que ver que pasa.

A veces frustra escribir con tantas ganas y que no se lea... Pero bueno.

Un beso.

-¡Es un estúpido incoherente!- grito Edward entrando a su consultorio y azotando la puerta tras él.

Detrás de él, salvándose del golpe solo por segundos, entro Ben.

-Edward, por favor, no hagas escandalo frente a Vulturi. Te dejas en ridículo amigo.-

-Me importa un rábano como quedo delante de ese imbécil.- Contesto completamente fuera de sí y a los gritos.- ¡Hace más de diez años que estoy haciendo investigaciones para que llegue este… este tipo y me diga cómo tengo que hacer mi trabajo!-

Marco Vulturi era la nueva adquisición del hospital de Forks.

Con tan solo un par de años más que Edward, era uno de los cirujanos ortopedistas más reconocidos en Nueva York y alrededores.

Había llegado hacía dos semanas, durante un congreso en Seattle sobre prótesis y sus diferentes modelos, donde Edward y Ben hacían una exposición detallando los beneficios y resultados de la fibra de carbono en pacientes que se ejercitan a diario con ejercicios de fuerza sobre pacientes que ejercitan con ejercicios de potencia.

Al terminar la charla, se les presento elogiando su trabajo y demostrando admiración por Edward y Ben, ya que ambos habían comenzado a trabajar en el área de investigación siendo jóvenes con maravillosos resultados.

A Edward le cayó muy bien desde el principio y, cuando se enteró que iría a realizar un trabajo de campo a Forks con ellos, le agrado la idea.

Pero luego de dos semanas de constantes interrupciones en su consultorio, reacomodar sus horarios de trabajo y quitarle pacientes para sus propios intereses, realmente estalló.

-Ed amigo, tomemos un café, tranquilo.- Ben se sentó frente a su amigo luego de servirle una taza.- Entiendo que te caiga mal, sabes que yo no lo tolero, menos después de lo de Ángela.- Ángela, la esposa de Ben y miembro del equipo, estaba embarazada de seis meses de mellizos. Marco le había “sugerido” al jefe de traumatología,  que le pidiera la baja y que se retirara para que él pudiese ocupar su lugar.

- No me lo recuerdes por favor.- le pidió Edward. Estaba con un dolor de cabeza insoportable, como cada vez que se enfadaba así.- Creo que en cualquier momento le caeré encima a golpes…-

-No puedes hacer eso y lo sabes.- dijo Ben tranquilamente.- No fue tan grave lo que te dijo además.- Bebió un trago de su café sintiendo la mirada asesina de Edward sobre él.- No me mires así. Sabes que estas exagerando.-

-Exagero porque ya no lo soporto más, porque es un maldito idiota y porque todo el mundo baila a su ritmo.- Puso las manos en la mesa dándole un golpe.- Exagero porque tiro cinco meses de trabajo a la basura por querer demostrarle a la junta que su investigación es más interesante que la nuestra, cuando sabes perfectamente que es una idiotez.-

-Y exageras porque desde que llego, no deja de insistirle a Bella para que salga con él, y no te atrevas a decir que no es así, te conozco demasiado bien.-

Edward reprimió un gruñido.

Era verdad.

No es que le diera celos ni nada por el estilo, al menos eso se decía él, sino que conocía la reputación del tal Vulturi y sabía que era lo peor que le podría pasar a Bella.

El tipo, descendiente de italianos, tenía estilo, odiaba admitir.

Alto, moreno y con ojos claros, sin contar los rasgos fuertes que tenía, era un imán para las mujeres.

-Bella no está interesada en él. Si así fuera, ya hubiesen salido.- respondió secamente.- Y por supuesto me molesta. Es mi amiga y deseo lo mejor para ella.-

-¿Solo te molesta porque es tu amiga? Vamos Ed…- presionó Ben.

Estaba cansado que todo el mundo sugiriera que entre ellos había algo más que una amistad.

Si, pasaban bastante tiempo juntos.

Si, salían algunas veces a tomar algo.

Si, sus familias se llevaban bien y solían hacer cosas los fines de semana todos.

También era una realidad que su hija la adoraba y que él le tenía mucho cariño a Jake.

Pero era su amiga, la única amiga mujer, soltera, que tuvo en su vida, y la quería muchísimo.

-Si Ben. Es mi amiga, y no entiendo que tanto tengo que explicar. Ya te dije mil veces que con Bella es amistad. – Volvió a enfadarse.

-Con Ángela también empezamos siendo amigos…- comenzó sabiendo que se estaba metiendo en un terreno cada vez más complicado.

- ¿No tienes nada más que hacer que molestarme con idioteces?- Estaba tan enojado que creía que era capaz de tirarle algo por la cabeza a su amigo.

-¿Más importante que verte enfadado? No… Creo que no.-

Edward iba a replicar cuando alguien llamo a su puerta.

-¿Quién es?- preguntó enfadado.

-Soy yo Edward ¿puedo pasar?- Era Bella.

-Vete y dile que entre.- le dijo a Ben dándole a entender que ya no tenía más nada que hablar.

Ben se puso de pie y, sonriendo, le abrió la puerta a Bella saliendo y cerrando la puerta tras él.

-Entra bajo tu propio riesgo Bells.-  Saludo. A él le caía muy bien esta mujer. No solo porque se había hecho amiga de su amigo, sino porque lograba controlarlo. Además de ser la única que se había animado a hacerle frente.

-¿Tan mal?- dijo ella en voz baja.

-¿No escuchaste los gritos?-

-Si, por eso vine. Estuve con un paciente hasta recién.-

Una vez que se despidió de Ben, entro al consultorio.

Edward estaba tirado en su sillón, con sus brazos cruzados sobre su rostro.

-Ed.- llamó Bella parándose a su lado. No obtuvo respuesta.- Edward.- insistió.

Estaba intentando calmarse para no tratarla mal.

Sabía que Bella no podía soportar el maltrato injustamente, no porque la humillara solamente, sino porque no podía controlarse y respondía. Eso había generado varias discusiones entre ellos al principio de su amistad.

-Cullen, tienes exactamente dos segundos para sentarte y dejar de comportarte como un crío al que le sacaron un juguete.- Le ordeno mirándolo como cuando miraba a Jake cuando era niño.

A regañadientes se sentó y la miro.

-No quiero discutir mujercita.- Le pidió.- No contigo.-

Ella se sentó a su lado y lo miro.

-¿Era para tanto?- le pregunto intentando contener la sonrisa.- Tus gritos asustaron a Brad.- dijo mencionando a su paciente de turno.

-Era para tanto… ¿Por qué todos preguntan lo mismo?- volvió a enojarse y se puso de pie.- Para mí era para tanto, lo lamento si no cumple el rango de importancia de los demás.-

-Vas a calmarte Edward.- increpo Bella haciéndole frente y, aunque le llegaba al hombro, le resulto amenazadora.- Entiendo tu molestia, pero lo único que haces poniéndote de esa manera es darle demasiada importancia a ese estúpido.-

Se sintió mejor. Que Bella insultara a Vulturi le daba una sensación de comprensión.

-¿A ti tampoco te agrada no?- preguntó más tranquilo.

-Es insoportable. No entiende lo que es un no.- Respondió ella con fastidio.- Puede que todas las mujeres de aquí lo amen, pero yo no lo soporto. Es demasiado pedante.- Resoplo- ¿Sabes lo que me dijo esta mañana?-

Edward de pronto comenzó a sentirse más animado y relajado.

Se sentó de nuevo en su sillón y la miro.

-¿Qué te dijo?-

-Me pregunto qué me parecía cenar en Nueva York, le respondí que no me gustaban las ciudades ruidosas, entonces me dijo, con esa voz de galán que intenta tener “no te preocupes por eso, mi plan se puede llevar acabo de las puertas para dentro de mi habitación”. IDIOTA.-

Edward sonrió, y a su vez deseo golpear en la cara al idiota. -¿Por qué sonríes? Me sentí insultada.-

Estaba sonrojada por el enfado.

En ese momento le pareció muy bonita.

-Ven.- le dijo Edward teniéndole la mano y haciendo que se siente a su lado en el sillón.- Me alegra que tú también lo detestes.- Sonrió y la abrazó contra él.

- Odiémoslo juntos ¿Te parece?- dijo ella acomodándose en el hombro de su amigo.

-Me muero por saber que le contestaste.-

-Luego de mirarlo con odio y desprecio…- comenzó Bella.

-Conozco esa mirada.- Bromeó él.- La he sentido sobre mí.-

-Nunca has sentido esa mirada, créeme.- le dijo mirándolo con seriedad.- Bueno, le dije que podía contar con una mano las veces en las que me había sentido gravemente ofendida, y esta era una.- Edward la abrazó más fuerte.

-¿Y qué te respondió?-

-Que sabía que tarde o temprano iba a aceptarlo. Le dije que se comprara un cojín para el trasero mientras me esperaba, me di vuelta y me fui ¡Es repulsivo!-

-Cuando creo que no me puedes agradar más… aquí estas…- le dijo Edward con ternura.

-Pero tú no puedes rebajarte a quedar en ridículo frente a él- respondió Bella picándolo con su índice.- eres mil… cien mil veces más inteligente y capaz que él, no le des el gusto.-

Se quedaron en silencio durante unos minutos. Abrazados en el sillón.

Si alguien entraba en ese momento, sería imposible explicarles que solo eran amigos.

-Hagamos algo hoy.- le pidió Edward.- Nessie sale con amigos y hace mucho que no vamos a beber algo y nos quejamos de la gente.-

-Bien. Jake también sale…- le respondió tranquilamente.- No sé qué harán Emm y Allie.- Sus primos estaban de lo más misteriosos.

Desde el día en que Jake les había contado que Emmett salía con Rosalie a escondidas, ellas habían tomado la decisión de no decirle nada.

Rose era alguien que les caía bien, de hecho ambas la querían muchísimo, y no podían presionarla para que les contara nada. Claro que Alice no había podido con su genio y había sugerido algunas veces delante de ella lo genial que sería encontrar a alguien que las hiciera suspirar de nuevo.

Rose jamás lo tomo personal.

En cuanto a Alice, lo de ella era distinto.

Desde que había vuelto a ver a Jasper, todo su mundo se había revolucionado.

Bella creía que Alice intentaría hacer de todo para verlo, desde aparecerse por su casa hasta lo que fuera que saliera de su mente. Sin embargo, ella no lo hizo.

Se veían ocasionalmente, cada vez que se juntaban, pero ella no demostraba cuanto le afectaba Jasper.

Por su lado, Jasper aún se sentía mal por lo de María. Aunque Edward, Emmett, Jake y mismo Carlisle habían intentado hacer cosas para levantarle el ánimo, había algo dentro de él que no terminaba de sanar.

Renesmee intento por todas las maneras tratar de entenderlo, pero no pudo.

Jazz era especial. Demasiado sensible.

Aunque Alice no lo admitía, se sentía algo traicionada por él.

 Por más que hubiesen pasado muchos años, ella siempre sintió que no se había comportado bien al ocultarle su noviazgo, por lo que no creía que fuese alguien del todo confiable.

Sin embargo, cada vez que se veían en alguna salida o reunión, hablaban bastante, solían interactuar muy bien pero había como un muro que marcaba una separación.

Cuando Esme tuvo la brillante idea de contratar a Alice para que los ayudara en su estudio, ya que Jasper estaba todavía en duda sobre qué hacer de su vida, al principio ella se negó, pero luego de la insistencia de Esme, y pensando en no generarle más gastos a Bella, aceptó.

Jasper tardo un par de días y le dijo a su madre que quería volver al ruedo, por lo que ahora se veían todos los días. Claro que Alice se comportaba muy correctamente delante de él, pero cuando llegaba a su casa, se cambiaba y salía a correr por el pueblo, según ella, así manejaba la frustración.

-Todo está muy bien, pero debo ir a seguir trabajando.- Dijo Bella levantándose de dónde estaba y dejando el abrazo de Edward.

-Yo también.- contesto él, sintiéndose de pronto extraño al soltar el abrazo.- ¿Nos vemos a la salida?-

-Sí. Jake se llevó mi camioneta, así que hoy conduces tu.- le dijo sonriéndole.- Te espero en tu auto.- Y sin decir nada más, salió del consultorio.

Edward se quedó meditando durante unos minutos.

Su cercanía con Bella en lugar de incomodarlo lo hacía sentirse bien. Confiaba en ella, le gustaba contarle sus cosas y sentía la necesidad de protegerla. Esto último se lo adjudicaba al cariño fraternal, ya que con Rosalie le pasaba lo mismo, pero había algo, dentro del él que estaba inquieto.

Quizás tuviese que ver con lo que Ben le había sugerido antes, o tal vez influyera que ese Vulturi la rondaba, no lo sabía bien, y por momentos, tenía miedo de descubrirlo.

                                                 OoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOo

 

-¿Aún aquí Bells?- le pregunto Garrett.

-Estaba terminando algunas cosas y ya me iba ¿Cómo va eso?- le pregunto haciendo alusión a la discusión que había presenciado hacia unas horas con Kate.

-Va…- se quedó callado un momento.- Va. En realidad no podría especificarte como, pero sé que va hacia algún lado. Aunque ella lo niegue.-

Era de público conocimiento el enamoramiento de Garrett hacía Kate.

También era de público conocimiento la cantidad de veces que ella lo había rechazado.

-Ya cederá amigo.- dijo palmeando el brazo del muchacho.- Tarde o tempano vera que lo vales.- A Bella le caía muy bien Garrett. Con su look “cuidadosamente desprolijo” parecía un cantante de Rock. Si no supiese que está loco por Kate, ya le hubiese guiñado un ojo alguna que otra vez.- Le gustas, lo sabes…-

-Sí. Pero aparentemente, eso no le alcanza para salir conmigo.- Termino de dejar sus casas para irse.- Si alguna vez dejo de intentarlo ¿Saldrías tu conmigo?- le pregunto coquetamente.

-Claro que sí.- le respondió sonriendo.- Siempre que no sea demasiado tarde.-

-¿Tienes algún pretendiente y no me has contado nada?- El que la cara de Edward le apareciera inmediatamente en la cabeza sorprendiéndola y logrando desenfocarla la dejo muda unos instantes.- Parece que si porque tu cara te delata.- insistió.

- No Garrett, no tengo ningún pretendiente.- le dijo reponiéndose rápidamente.

-Salvo Vulturi…-

-Vulturi no está interesado en mí. Simplemente no acepta un no por respuesta.- Bella vio la hora y supo que Edward saldría en unos minutos.- Ya terminé, así que también me voy.- Se puso de pie para ir a cambiarse.- Nos vemos el lunes corazón.- se despidió afectuosamente.- Cuídate y no hagas locuras por favor.-

-Eso no te lo puedo prometer, pero lo intentare.- Le dio un breve abrazo y se fue dejándola para que se cambie.

Bella se cambió, y se maquilló un poco.

Eso la sorprendió ya que, por lo general, jamás lo hacía.

Evidentemente necesitaba salir más.

Una vez fuera, se encamino hacia el estacionamiento del hospital para ir a esperar a Edward.

Estaba llegando cuando sintió pasos detrás de ella.

-¿Apurada preciosa Bella?- la voz de Marco Vulturi se escuchó con menos pompa al estar en el estacionamiento al aire libre.

Ella medito por un instante ignorarlo, pero tenía que trabajar con él algún tiempo más.

-Buenas noches doctor, retirándome ya.- Le dijo con tono formal. Continuó hacia el auto de Edward, rogando que él no estuviese ahí.

-¿Puedo alcanzarte a tu casa? O a podemos ir a cenar si quieres.- Le dijo una vez que ella se paró cerca del vehículo.

- Se lo agradezco, pero ya tengo planes.- le respondió escuetamente alejándose un poco más de él.

Marco la tomo del brazo.

-Seguramente puedo superar cualquier plan que tengas esta noche Isabella.- le respondió diciendo su nombre con acento italiano.

- Lo dudo. Dudo que nada de lo que quieras ofrecerme sea más interesante que lo que tengo planeado.- Se sacudió el brazo para que la suelte.- Mira, ya no sé cómo decírtelo, no me interesas, no quiero salir contigo, no me resultas ni atractivo, ni interesante… ni siquiera me resultas para ser sincera.- le dijo completamente enfadada.

Él solo se limitó a sonreír.

-Cuando quiero algo, lo consigo Isabella.- la desafió acercándose a ella.

-Y cuando yo digo no, siempre es no.- respondió con altivez.- Y créeme Vulturi, contigo siempre será un no.- El rostro de Bella no daba lugar a dudas.

-¿Qué sucede aquí?- la voz de Edward enfadada hizo que Bella, que estaba dándole la espalda, girara hacia él y le dedicara una sonrisa.

-Aquí estas…- se giró de nuevo a Marco.- Buen fin de semana doctor.- le dedico una mirada fría y se dio la vuelta para ir con Edward.

-¿En serio?- comenzó a reír Marco- ¿Por Cullen?- negó con la cabeza.- ¿Me cambias por Cullen? Dime en que tiene que yo no pueda ofrecerte.- El tono pedante era odioso. Sobre todo porque ella sabía que lo hacía, no porque le interesara salir con ella, sino para provocar aún más a Edward.

Bella notó como los ojos de Edward se abrían, la mandíbula se le tensaba y los puños se le cerraban, nunca lo había visto furioso, pero estaba bastante segura que lo estaba, por lo que decidió actuar antes de que lo hiciera él.

-No hay comparación Marco.- le dijo volviéndose apenas hacia él.

-Por supuesto que no la hay.- agrego como si fuese algo obvio.

-Por supuesto.- repitió ella.- Porque tú no le llegas ni a los talones. Siempre será él antes que tú, lo sabes y por eso te empeñas tanto en fastidiarlo.- Lo miro un instante antes de tomar a Edward de la mano y para acercarse lo que se habían alejado del auto.- Deja de ponerte en ridículo, adiós.- dijo dejándolo parado con un gesto de incredulidad en el rostro.

Milagrosamente había logrado acabar con todo sin que Edward interrumpiera, lo cual le sorprendió.

Él estaba igualmente sorprendido.

Quería caerle encima a golpes el idiota ese.

Cuando lo vio con Bella, supuso que estaba molestándola.

Pero cuando escucho como ella se defendía no quiso intervenir demasiado, ya que sabía que ella se enfadaría.

Sin embargo quería golpearlo mucho.

Y la manera en que ella se había hecho cargo de la situación dejándolo en ridículo había sido increíble. Ella lo era.

-¿Estas enfadado?- le pregunto con temor Bella.

-Muy.- dijo él.

-¿Conmigo?-

Estaban dentro del auto y aún no habían salido del estacionamiento.

Se giró para verla y se encontró con sus grandes ojos mirándolo con temor.

-¿Cómo podría estar enojado contigo?- le pregunto tomándole la mano.- Eres increíble Isabella.- le dijo mirándola serio.- No dejas de sorprenderme todo el tiempo.-

Bella lucho con todo su ser para no sonrojarse.

-Simplemente dije la verdad. No tiene comparación contigo, ni en el hospital y mucho menos conmigo.- agregó segura.

-¿Mucho menos contigo? ¿A qué te refieres?- preguntó recordando las palabras que ella había dicho.

-Por la única persona que cambiaría mi noche de alcohol y quejas contigo, sería por Jacob.- le dijo sonriendo.-

Edward le devolvió la sonrisa sintiéndose algo tonto.

Había pensado que, tal vez, hubiese otra razón.

Arranco el auto y se dirigieron hacia la salida del hospital.

-He decidido algo.- dijo Bella mientras salían.

-¿Qué decidiste mujercita?- le preguntó con tono divertido.

-Decidí que eres mi mejor amigo.- le sonrió.- ¿Qué te parece?-

-Me parece muy infantil.-la molestó- Pero estoy de acuerdo.-la miro un segundo y le sonrió.- Tu eres la única amiga que tengo, por lo que asumo que tú eres la mía…-

- Me encanta el descarte.- dijo riendo.

-Tómalo o déjalo nena.- le respondió sonando como un galán.- ¿Qué tan apurada estas para volver a tu casa hoy?- le preguntó.

-No estoy apurada en absoluto.-

-Tengo una idea.-

-Sorpréndeme hombrecito.-

-Hay un lugar en Port Angels donde los viernes suelen pasar música de los ochenta y noventa… - Edward recordaba haber hablado con ella sobre que esa era su música favorita.- ¿Qué dices?-

-¿Qué clase de pregunta es esa?- dijo emocionada.- Conduce rápido.-

Su deseo fue una orden.

                                            OoOoOoOoOoOoOoOoOoOoO

-¡Este lugar es genial!- dijo Bella bailando sobre su silla al ritmo de Uptown Girl en la voz de Billy Joel.- ¿Cómo no vinimos antes?-

-Si sabía que te ibas a poner así, te traía antes.- Edward estaba pasándolo en grande. Bella no dejaba de cantar, bailotear y reír desde que habían llegado. Parecía una adolescente.-Y eso que tomaste una sola cerveza hasta ahora.-

-Se llama diversión Cullen. Diversión y espontaneidad.- levanto los brazos sobre su cabeza y comenzó a balancearlos.- ¡Adoro esta canción!-

La miro con ternura antes de responderle:

-Es lo que dices desde que entramos. Adoras todas las canciones Bells.-

-Es que es genial.- Comenzaron los primeros acordes de Jump de Van Halen. Bella levanto sus manos con el dedo índice de cada mano hacia arriba.- ¡JUMP! ¡Yeeeeeeah!-

-Por Dios Bella…- Edward reía a carcajadas.- Contrólate mujer.-

-¿Por qué?- le dijo moviendo su cabeza hacia todos lados.- ¡Vivo controlada! ¡Soy la única adulta responsable de una casa llena de adolescentes y adultos que lo parecen! Esta noche quiero divertirme y hacer estupideces.-

Edward entendió el punto.

En otro momento, seguramente él estaría haciendo las mismas cosas, pero verla tan… tan joven de pronto, hizo que se olvidara de ser él el divertido y verla disfrutar.

Se puso de pie, camino hacia su lado y tiro de su mano para sacarla de la silla.

-Tienes razón.- la tomo con ambas manos.- Bailemos.-

El lugar en sí no era para bailar, pero ella no lo dudo y le siguió el juego.

Bailaron al lado de su mesa riendo como locos mientras Bella hacia pasos extraños alrededor de él y Edward intentaba seguirla.

Cuando vieron a su alrededor, varias personas estaban siguiendo su ejemplo y bailaban entre los espacios libres que dejaban las mesas.

Luego de unos temas rápidos, empezó uno lento que, claro, a Bella le encantaba.

-¿Me concede esta pieza señor?- le preguntó a Edward.

Él no respondió y la rodeo por la cintura con sus brazos.

-No sabía que bailaras tan bien.- bromeo.

-Hay muchas cosas que no sabes de mí Ed.- respondió Bella.

-No sé qué parte gana…- le dijo al oído.- si la que tiene miedo de conocerlas, o la que quiere hacerlo desesperadamente.-

La respuesta la sorprendió.

No por el contenido en sí, sino por la manera en que se lo dijo. No como un amigo a una amiga, sino como un hombre a una mujer.

-Cuando lo sepas, me lo cuentas.- Le respondió la mujer que había en ella.

Parece que la amiga no tenía mucho que decir.

A esa canción le siguió otra lenta y luego comenzaron las rápidas de nuevo.

Ninguno volvió a hablar. Se limitaron a bailar, ella apoyada en el pecho de él, mientras él apoyaba su mejilla en la cabeza de Bella.

Cuando se sentaron, había algo raro en el ambiente.

Bella pidió otra bebida, mientras Edward un refresco, ya que iba a conducir.

Continuaron hablando, hasta que decidieron que era hora de irse.

Cuando salieron, la temperatura había bajado aún más.

-¿Tienes frío?- pregunto Edward.

-Un poco.- respondió Bella.- Hacía mucho calor adentro.-

Al ser viernes, había mucha gente en Port Angels por lo que el auto estaba un poco alejado del bar.

Edward le paso el brazo por el hombro y tiro de ella para darle calor.

-¿Mejor?- le pregunto.

-Algo.-

Caminaron los metros que los alejaban del auto.

Edward estaba algo aturdido.

Quizás se debiera al día y todas las circunstancias con Vulturi, la faceta de Bella que no conocía,  lo que se habían dicho mientras bailaban… O quizás tuviese que ver con que, en realidad, Ben tenía algo de razón. Él quería a Bella, pero tal vez no fuese solo como amiga. Ese pensamiento lo asusto.

-¿Todo bien?- pregunto Bella al verlo tan callado.

-Todo muy bien.- le dijo mirándola y sonriéndole. -¿Tu?-

-Perfecto.- Ella no estaba mucho mejor que él.

Le había dicho que era el mejor amigo, pero en realidad había algo más en todo eso.

Marco le había hecho dar cuenta que, en verdad, Edward era muy importante para ella.

Y ese pensamiento la asustaba.

En conclusión, los dos tenían miedo.

Miedo de hacer algo que arruinara lo que tenían.

Miedo de que fuera solo una confusión por la cercanía.

Miedo porque no sabían que podría pasar si no fueran “solo amigos”.

Una vez que llegaron al auto, cuando Edward se acercó para abrirle la puerta a Bella y ella se giró de golpe para dejarlo pasar, quedaron muy cerca uno frente a otro.

Se miraron durante unos segundos.

Edward sintió el impulso de besarla, pero inmediatamente se pateó mentalmente por pensarlo.

Bella pensó en cómo sería besarlo. Pero ella también se quiso golpear por pensarlo.

-Bella…- dijo Edward mientras luchaba con su impulso.- Yo…-

-¡Edward  agáchate!- le dijo Bella impulsándolo hacia el piso.

-¿Qué sucede?- pregunto sin entender nada. Se habían escondido detrás de un cantero.

-Mira.- le indico con el dedo hacia la vereda de enfrente

Edward se giró y vio saliendo del  cine a Jacob con Renesmee.

Iban de la mano, hicieron dos pasos y el la abrazó atrayéndola a su pecho, Nessie giro y le dio un pequeño beso en los labios.

Bella lo miro y, por su expresión, temió por su hijo.

 

Capítulo 20: Un pequeño paso para algunos, una carrera para otros. Capítulo 22: Estúpidas películas Románticas.

 


 


 
14440404 visitas C C L - Web no oficial de la saga Crepúsculo. Esta obra está bajo licencia de Creative Commons -
 10758 usuarios