¿Por qué a mí?

Autor: princesavespa
Género: Humor
Fecha Creación: 20/09/2013
Fecha Actualización: 05/06/2014
Finalizado: SI
Votos: 17
Comentarios: 84
Visitas: 58985
Capítulos: 37

Bella tiene un hijo, Jacob, un adolescente rebelde, con muchos problemas de comportamiento, pero que ama a su madre por sobre todas las cosas, por lo que le prometió que cambiaría su carácter al mudarse de la ciudad donde vivían.

Edward en cambio, tiene una hija, Renesmee, que a pesar de ser una muchacha complicada, se desvive por cuidar de su padre y agradarle.

A pesar de eso, tanto Edward como Bella intentaron darles lo mejor y hacer de sus vidas un lugar lleno de amor.

Cuando Jake y Nessie se conocieron en la secundaria, no se imaginaban lo que significarían uno para el otro.

Sus padres tampoco imaginaron lo que cambiaría sus, ya de por si dificiles vidas, cuando este par se conociera...


 

Primero que nada: HOLA A TODAS! 

A lo mejor les resulte algo extraña la temática de esta historia, pero van a ver que a medida que la lean se pone mejor.

Les cuento que esta escrita tanto en tercera persona como con POV de los distintos personajes.

Como siempre, ya saben que me pueden preguntar cualquier cosa que se los responderé tanto como comentario, como mensaje privado.

Espero que me acompañen, como lo hacen siempre!

Para contactarse conmigo pueden hacerlo vía facebook, me buscan como: Princess Vespa.

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Capítulo 22: Estúpidas películas Románticas.

-Alice…- la llamo Jasper.- ¿Ya te vas?-

Eran casi las siete de la tarde cuando Jasper salió de su oficina, en el estudio de Esme.

-Todavía no. Quiero terminar este diseño para enviarlo hoy mismo.-

Alice había aceptado el trabajo que Esme le había ofrecido.

En un intento de ampliar su estudio, había decidido ofrecer distintos servicios a sus clientes y el de diseño de carteles, marcas y gráficas era uno de los que hacía tiempo deseaba sumar. De hecho, había entrevistado varios diseñadores, pero ninguno terminaba de ser totalmente de su agrado.

Al conocer a Alice, quedo encantada con ella. Además de ser de la familia Swan, Jasper la conocía y le confirmaba que era una brillante profesional.

Aunque no la emocionaba demasiado trabajar con Jasper, en ese pueblo no había demasiadas oportunidades, así que la tomó.

-¿Te falta mucho?- insistió Jasper. No le parecía bien dejarla sola en el estudio.

-No lo sé aún Jasper.- le contesto sin responderle.- Estoy un poco trabada en esto…- lo invitó para que viera. Estaban terminando la fachada de un edificio en Seattle, y el dueño de la constructora les había pedido que incluyeran el logo de la empresa en la entrada, sin que quedara desubicado.- No importa donde lo ponga, queda algo… abrupto.-

Jasper se acercó y observó el trabajo de Alice. Era muy prolijo. Cada trazo era seguro y definido, al igual que ella.

-Mmm… entiendo lo que dices.- dijo luego de unos segundos de observar.- Hay algo que no termina de encajar ¿puedo?- pidió señalándole el lápiz.

-Por favor.- se lo tendió.

Jasper se apoyó sobre el tablero y comenzó a borrar algunos bordes, quitar líneas y agregar otras.

Alice lo observaba detenidamente.

La expresión de concentración, frunciendo el ceño, el cabello, que llevaba cada vez más largo, cayendo sobre su hombro, la barba de varias semanas rubia... y esos hermosos ojos que intentaba evitar todo el tiempo.

Habían pasado más de cinco años y ella seguía considerándolo el hombre más hermoso que había visto.

-¿Qué te parece así?- le pregunto quitándola de su ensueño.

Se acercó al dibujo y ahí estaba. Lo que había dado tantas vueltas en su cabeza, estaba ahí delante de sus ojos.

-Exactamente eso quería.- le dijo sonriéndole.- ¡Eres genial! ¡Muchas gracias Jazz!- le agradeció.

-Ya estaba hecho, simplemente había que quitar algunas cosas que sobraban.- le sonrío.- Hacía mucho que no me decías Jazz.- Ella se sonrojo levemente y comenzó a ordenar su escritorio en silencio.- Entonces… ya terminaste.-

-Sí, ya puedes irte, muchas gracias por la ayuda.- le dijo sonriéndole.

-No te lo preguntaba para irme sino porque quería invitarte a cenar conmigo.- Él no estaba del todo bien, pero hacía tiempo que quería tener una charla con ella. Cada vez que se le acercaba para hablarle de algo fuera del trabajo o la familia, ella se las arreglaba para escabullirse, así que aprovecharía la oportunidad.

-Verás Jasper… - comenzó pensando una buena excusa.- No creo que sea una buena idea.- dijo al fin sin poder pensar en algo creíble.

-¿Por qué?-

-Porque… Porque no.- Se apresuró a guardar sus cosas.- Iré a llevar esto a la recepción de la constructora, nos vemos el lunes.- Tomó su cartera, el diseño y comenzó a caminar hacia la salida dejándolo parado al lado de su escritorio sin decir nada.

Una vez en la calle, camino rápidamente hacia su destino, que no era muy lejano de donde estaba.

-Si esta fuera una película romántica.- pensó para sí misma.- Jasper estaría siguiéndome ahora mismo, o me hubiese detenido.- Miro detrás de ella y se sintió tonta al instante.- Tengo que dejar de ver películas románticas… Urgentemente.-

Llego a la constructora, le dejo el diseño a la secretaria y salió.

Tomo su teléfono para llamar a casa para ver que querían cenar, y tenía dos mensajes.

Uno de Bella avisándole que iría a beber algo con Edward aprovechando que Jake salía y otro de Emmett que le decía que se quedaría unas horas más en el hospital y luego cenaría con unos compañeros.

-Si… compañeros.- pensó Alice.- Bien querida, estas por tu cuenta hoy.-

Fue a comprar algo para comer mientras veía alguna película de terror, sí, eso iba a hacer, comer bastante viendo películas que, lo peor que le podían hacer, era darle pesadillas, en cambio las de amor le daban esperanzas en algo que no iba a suceder.

A lo largo de su vida, había salido con varios hombres.

Ella era una mujer completamente apasionada.

Vivía su vida al máximo. Cuando era adolescente practicaba deportes extremos, al menos hasta que Jake tuvo la edad suficiente como para entender lo que ella hacía y querer acompañarla. Bella se puso firme y le pidió que dejara de hacer esas cosas, no solo porque le metía ideas extrañas a su hijo, sino por su salud.

Cambio los deportes por los diseños. Empezó a construir cosas, como fuertes para que su sobrino jugara. A veces diseñaba algo de la ropa que ella misma usaba, ya que nunca tuvo una economía demasiado holgada como para comprarse todo lo que quería, pero sobre todo, nunca dejaba pasar oportunidades.

Así fue que salió con un amigo de Emmett durante varios meses, pero fue luego de conocer a Jasper, y nunca llego a interesarle tanto como ese chico.

Se sentía tonta.

A pesar de ser tan impulsiva y temeraria, tenía miedo de estar sola con Jasper.

Creía que toda su fortaleza y la imagen de mujer fuerte que ella tenía de sí misma, se vería perjudicada por culpa de ese hombre.

Llego a casa, dejo la bolsa en la mesa de la sala, se cambió de ropa y conecto su portátil a la televisión como Emmett le había enseñado.

Busco la película más horrible que encontró, se tapó con una manta y comenzó a engullir todas las porquerías que había traído mientras intentaba ser valiente y no taparse la cara como una niña.

Para la mitad de la película tenía un susto tremendo que solo se comparaba con el malestar general que ya traía de antes. Lo bueno era que su estómago estaba hecho a prueba de comida chatarra, por lo que podía comer lo que quisiera, aunque tuviera que ejercitarse bastante luego ya que ella sí engordaba, a diferencia de esas chicas con un buen metabolismo.

Estaba casi tapada totalmente con la manta, la película estaba llegando al clímax, cuando sintió unos golpes en la puerta. De más está decir que el paquete de papas saborizadas salió volando y el grito que pego fue tremendo.

Se escuchaba como si intentaran forzar la cerradura.

Se paró rápidamente, tomo la escoba a modo de arma y se acercó a la puerta con temor.

Volvieron a golpear y a querer abrir la puerta.

Tomo coraje de golpe y abrió la puerta de golpe empuñando su arma.

-¡¿Qué quieres?!- grito moviendo la escoba.

-¡Ouch! ¡Deja eso quieres!-

Alice abrió los ojos y vio a Jasper en la puerta tapándose el rostro con sus brazos, intentando no ser golpeado por la chica.

-¿Qué demonios haces aquí?- le grito Alice asustada de muerte.

-Vine a verte.- dijo sobándose donde lo había golpeado.- ¿Qué fue ese grito? ¡Pensé que alguien estaba lastimándote a ti o a Bella!- dijo mirándola enfadado.

-Era yo, me asustaste.- Cuando termino de decir eso se percató que estaba en pijamas, con su cabello corto atado en una coleta desprolija y, seguramente, con la cara llena de migas de las papitas. Quiso morir.-Entra, iré a ponerme algo decente- le dijo rápidamente mientras iba al tocador a mirar cuan desastrosa estaba.

Jasper entro cerrando la puerta tras él.

-Por mí no hace falta Alice.- le alcanzo a decir.

Una vez en el baño, se lavó la cara rápidamente, y trato de quitarse las migas de encima y salió del tocador.

Jasper estaba sentado en el sillón, justo donde había estado ella unos minutos antes. Se había quitado el saco y estaba sacando algo de unos paquetes que, evidentemente, había traído.

-¿De qué va esto Jasper?- le pregunto parándose frente a él.

Jasper la miro y le esbozo una media sonrisa que destacaba sus hoyuelos.

-Ya que no accediste a salir conmigo a cenar, traje la cena. Aunque creo que llego algo tarde.- dijo señalando la mesa.

Alice se quedó pensando qué responderle.

-¿En qué momento se te ocurrió que podría esperarte?- le pregunto un tanto enfadada.- Hace casi dos horas que nos despedimos en el estudio.-

-Lo sé, pero tenía que intentarlo.- le respondió desenfadadamente.- Quería hablar contigo Allie.- Ella sintió un escalofrío en su espalda.

-¿De qué? No entiendo que crees que tenemos que hablar Jasper.- Se sentó frente a él en la mesa corriendo los paquetes y suspirando cansinamente.

-Quiero que estés cómoda trabajando conmigo. Me doy cuenta que no es así. Por lo que creo que debemos hablar de lo que paso esa vez, de mi comportamiento… Yo tendría que haberte dicho antes lo de María…-

-Pasaron muchos años, ya paso.- le dijo intentando sonar sincera.- Tal vez deberías habérmelo dicho cuando notaste que estaba sintiéndome algo más cómoda contigo, y no puedes decirme que no te habías dado cuenta, pero no es nada terrible.- En cierta forma, él no tenía la culpa que ella se hubiese… enamorado era algo fuerte, pero sí sentido algo por él.

-Siempre me sentí mal por eso.- le dijo mirándola seriamente.- Tu siempre fuiste genial conmigo y yo no me comporté como un caballero.-

-No siempre se puede ser caballero.- le sonrió.

-Debería intentarlo al menos…- agrego él. Se quedaron en silencio. Alice se sintió mejor luego de que le dijera eso. Sabía que era una tontería, luego de tantos años, pero el hecho que él no hubiese dejado de pensar en ella a pesar de eso, le hacía bien.- De igual modo creo que tienes razón, a veces no se puede ser un caballero todo el tiempo… sobre todo porque no a todas les gustan los tontos así.-

- ¿Hablas de María?- se aventuró a preguntar Alice.

-Se… A ella no le sirvió.- Se lo notaba triste.

-¿Vas a deprimirte en mi casa?- bromeó ella.- Porque yo ya lo estaba antes que llegaras, así que podemos deprimirnos juntos ¿Qué trajiste para comer?- dijo viendo los paquetes.

-Recordé que te gustaba la comida china.- le tendió un par de palitos chinos.- ¿Sigues con hambre?- pregunto viendo algunos paquetes vacíos.

-¿Viste a mi hermano? ¿O a mi sobrino?- le pregunto sentándose a su lado en el sillón.- Los Swan somos así, no tenemos límites para comer.- Se acomodó sentándose lo más prolijamente posible, era una dama por sobre todo.- Odio que me veas en pijama.- le dijo sin mirarlo.

-Te ves bonita.- respondió Jasper levantando los hombros para quitarle importancia.- ¿Por qué estabas deprimida?-

-Es una manera de decir… No le des importancia.- Quiso golpearse por decir eso en voz alta antes.- ¿Cómo fue que decidiste venir?-

 -Cuando llegué a casa, Rose se estaba yendo, asumí que se vería con Emmett.-

-¿Lo sabes?- interrumpió Alice.

-Desde el primer día. Nessie me lo contó luego de jurarle que no diría nada. Se la ve feliz. Tiene un brillo especial en sus ojos…-

-A Emmett también. Espero que sepan lo que hacen.- pensó Alice en voz alta.- ¿Cómo sabes que yo sabía? ¿Por eso viniste?-

- De a una por vez.- rio.- Nessie me dijo que sabías.- le aclaró.- Por otro lado, sabía que Edward iría a beber algo con Bella, así que me di cuenta que estarías sola. Tarde en llegar porque no me decidía si venir o no.- le dijo mirándola intensamente a los ojos.- Necesitaba decirte eso.- la tomo de la mano.- Y que estuviste muy presente en mis pensamientos desde que te conocí.-

-Pero estabas de novio…- dijo algo sorprendida.- Te querías casar con ella…-

-Lo sé. Pero evidentemente no era lo que debía hacer. Alice, me gustaría que, en algún tiempo, nos demos esa oportunidad que no pudimos en ese momento.-

El corazón de Alice palpitaba muy fuerte.

Esta era una estúpida escena romántica que se había negado a vivir con él. Sacando el hecho del tiempo.

-En algún tiempo… ¿Para olvidar a María? No me parece una buena idea Jasper.- Lo soltó. No quería ser quien tapara un agujero.

-Para que ambos estemos seguros que nos gustamos por quien somos ahora, conociéndonos en serio, sabiendo que, si es así, nos vamos a ver mucho más tiempo que unas semanas.- contesto haciendo alusión al tiempo pasado en la universidad.

-No lo sé…- respondió Alice no muy segura.- No quiero sufrir Jasper.- le dijo seriamente.

-Yo no quiero que sufras Allie.- había seguridad en sus palabras- Desearía prometerte que no lo haré, pero no puedo ni quiero mentirte…-

-Lo sé. Si lo hicieras no te creería.- agrego sonriéndole.

Puso play para seguir viendo la película y comenzó a comer tratando de ignorar las miradas de reojo de Jasper.

-¿Crees que al menos podrás ser mi amiga?- le pregunto luego de un rato.

-Amigos… ¿Cómo Bella  y Edward?- Alice admiraba y envidiaba la amistad que tenía su prima con Edward. Eran naturales juntos. Se divertían, se querían y no había nada forzado entre ellos.

-Si… Algo así.- le dijo sonriendo como si le hubiesen contado un chiste.

-Bien- le tendió la mano.- Amigos.-

-O algo así.- le tomo la mano y se la beso.

 

                                                    OoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOo

 

En otra parte del pueblo, en un restaurante refinado, se encontraban Emmett y Rosalie teniendo otra de sus cenas románticas.

-Te lo digo enserio Rose, no tienen ni idea.- Aseguro Emmett dándole un gran bocado a su filete.

-¿Cómo puedes estar tan seguro?- insistió ella.- Nessie me mira de una manera extraña, Alice no para de hacer comentarios sobre lo hermoso que es estar en pareja, con la persona ideal para hacernos olvidar nuestro pasado y me mira con esa cara… -

-¿Cuál?- pregunto Emmett divertido.

-¡ESA! Esa que pones tú cuando te digo algo que ya sabes…- respondió con fastidio.- Te digo que lo saben…-

-Primero.- Comenzó a enumerar Emm- Si lo supieran, Jake ya me lo hubiese dicho.- Estaba muy seguro.- Segundo, mi hermana y mi prima me hubiesen dado la gran cantata sobre “debes cuidarla Emmett” “no se te ocurra jugar con ella Emmett” “te romperemos una pierna si le fallas Emmett”- dijo imitando voces femeninas.- Créeme Osita, no lo saben.-

Rose enrojeció al oír el apodo que le había puesto.

Estaban saliendo en secreto hace varias semanas y, aunque Emmett dijera que no, ella sabía que lo sabían.

Ambos habían insistido mantenerlo en secreto ya que, debido a sus respectivas experiencias, habían aprendido no habían querido que nadie se metiera, era algo entre ellos y no querían ventilarlo.

La atracción entre Rosalie y Emmett fue inmediata.

Se vieron, se gustaron y luego de tres días de que Emmett comenzara a trabajar en el hospital, la había invitado a salir. Ella aceptó inmediatamente, y ahí comenzaron sus salidas ocultas.

Por un lado, Rose se sentía feliz.

Estaba loca por ese hombre grande y lleno de ternura.

Lo que Emmett tenía de payaso, lo tenía de caballero y romántico.

Nunca había conocido un hombre así.

Luego de Royce, había salido con algún que otro tipo, pero todos la querían para lucirla como trofeo. Ella sabía que era bonita y no lo ocultaba.

Cuando vio a Emmett esa vez en toalla en la casa de Bella, creyó que estaba teniendo una alucinación.

El tipo estaba como quería.

Era muy atractivo, grande como un gladiador y con un rostro que inspiraba ternura, al menos eso solo le inspiraba ternura, era ilógico.

A medida que lo veía interactuar con Bella y Jake, se convencía que, además, era amoroso, por eso cuando la invitó a salir no dudo en aceptar.

En cambio para Emmett, en un principio había sido un simple flechazo, de esos que por lo general le duraban algunos días.

Ella era hermosa, pero él estaba acostumbrado a salir con mujeres hermosas, además esta le hacía acordar a Victoria, por lo que no le dio demasiada importancia.

Sin embargo, al igual que a Rose, la manera de comportarse con su familia lo había cautivado.

Le demostraba cariño a Jake, era una buena amiga para Bella, además era una pediatra adorable, los niños la amaban.

Por eso la invito a salir, para darse cuenta que era como todas las rubias bonitas que había conocido, un poco hueca y bastante vacía.

Lo que no esperaba era conocerla de la manera en que lo hizo.

Ella era siempre igual. Íntegra. Lo que mostraba con su familia y pacientes, era lo que en verdad era, y eso lo volvió loco.

Luego de la primera salida a cenar, le siguieron tardes al aire libre en parques de Seattle, cine, un concierto de una banda que solo ellos conocían y algunos partidos de baseball.

Cuando menos se dio cuenta, estaba comprándole flores, dejándole chocolates en su consultorio, hasta haciéndole CD con canciones que le recordaban a ella.

Estaba hecho un estúpido cursi.

Pero luego de muchísimos años, creía que podía enamorarse.

Ella también estaba sucumbiendo.

Pensó que sería algo pasional nada más.

Encontrarse un par de veces, tener algún que otro encuentro apasionado y nada más. Pero además de los encuentros pasionales, que los había y bastantes hay que agregar, estaba cada día más segura que ese hombre era lo que ella había querido siempre, aún sin ser consciente que lo quería.

-Espero que estés en lo cierto.- concluyo Rose.

-¿Tan malo te parece que los demás se enteren de lo nuestro?- le dijo algo apenado.

-¡No! ¡Por supuesto que no!- se apuró a decir.- Es solo que quiero seguir disfrutando de esto así como esta, solo para nosotros.- le tomo la mano sobre la mesa.- Luego tendremos a todo el mundo detrás nuestro, viendo que hacemos, que no, organizando cosas extrañas…- Emm sonrió, conociendo a su hermana seguro que inventaría eventos solo para verlos juntos.- Me gusta tenerte para mi sola.- agrego mirándolo sugerentemente.

-¡Mozo!- grito llamando la atención de todos.- ¡La cuenta!-

 Rose comenzó a reírse muy fuerte.

-¡Emmett por Dios!- lo reprendió.- No hace falta que salgamos corriendo, tenemos tiempo.-

-Nena, contigo el tiempo nunca es suficiente.- concluyó poniéndose de pie y acercándose a la caja.

 

Capítulo 21: Revelaciones de todo tipo. Capítulo 23: ¿Complicaciones? No... Simples tonterías.

 


 


 
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