¿Por qué a mí?

Autor: princesavespa
Género: Humor
Fecha Creación: 20/09/2013
Fecha Actualización: 05/06/2014
Finalizado: SI
Votos: 17
Comentarios: 84
Visitas: 58951
Capítulos: 37

Bella tiene un hijo, Jacob, un adolescente rebelde, con muchos problemas de comportamiento, pero que ama a su madre por sobre todas las cosas, por lo que le prometió que cambiaría su carácter al mudarse de la ciudad donde vivían.

Edward en cambio, tiene una hija, Renesmee, que a pesar de ser una muchacha complicada, se desvive por cuidar de su padre y agradarle.

A pesar de eso, tanto Edward como Bella intentaron darles lo mejor y hacer de sus vidas un lugar lleno de amor.

Cuando Jake y Nessie se conocieron en la secundaria, no se imaginaban lo que significarían uno para el otro.

Sus padres tampoco imaginaron lo que cambiaría sus, ya de por si dificiles vidas, cuando este par se conociera...


 

Primero que nada: HOLA A TODAS! 

A lo mejor les resulte algo extraña la temática de esta historia, pero van a ver que a medida que la lean se pone mejor.

Les cuento que esta escrita tanto en tercera persona como con POV de los distintos personajes.

Como siempre, ya saben que me pueden preguntar cualquier cosa que se los responderé tanto como comentario, como mensaje privado.

Espero que me acompañen, como lo hacen siempre!

Para contactarse conmigo pueden hacerlo vía facebook, me buscan como: Princess Vespa.

+ Añadir a Favoritos
Leer Comentarios
 


Capítulo 15: Entre adolescentes y amores especiales.

Bella POV

-          ¿Qué mosco te pico Jacob?-

Estaba sentado en el sillón donde había estado Nessie hacía un rato. Serio.

-          Nada mamá ¿Por qué?- me pregunto con fingido desinterés.

-          ¿Qué tanto hay entre Renesmee y tú? ¿Qué le dijiste para que bajara de la manera en que lo hizo?- Algo había sucedido entre esos dos. Creo que todos lo notamos.

-          ¿Por qué debería haberle dicho o hecho algo?- se paró enfadado.- ¿Te di algún motivo para que desconfíes de mí?- Ahora parecía dolido.

-          No Jake, para nada.- Me acerqué a él.- Solo que algo sucedió cuando subiste a mostrarle tus dibujos, porque bajo completamente sonrosada.- le sonreí con ternura.

-          Vamos Casanova, desembucha.- secundo Emmett que acababa de salir de la cocina.- Pedí una pizza.- anunció.

-          ¡No pasó nada! ¿No tienen nada más importante que hacer que torturarme?- Comenzó a irse a su habitación subiendo los escalones de dos en dos.

-          Creo que se enfadó.- Noto Emmett.

-          Ahora veo de quien adquirió el poder de observación mi hijo.- dije mirando al cielo.- Déjalo. En un rato subiré a verlo.-

Había llegado la cama de Emm, ya la había armado, por lo que me dirigí a lo que hubiese sido mi estudio para empezar a prepararle la habitación.

Me entretuve durante un rato acomodando cosas, mientras Emmett estaba en el baño empeñado a que deje de perder la llave de la ducha. Nunca había sido muy dado a las cosas de la casa, pero aparentemente, ya que viviría aquí, se haría cargo de las cosas que nosotros no podíamos.

Cuando termine, fui a ver a mi hijo.

-          ¿Puedo pasar?- pregunte abriendo un poco la puerta.

-          ¿Vas a acusarme de algo más?- Seguía enfadado.

Entre y lo encontré recostado dibujando. Últimamente dibujaba todo el tiempo.

-          Lo siento. No quise que sintieras que te estaba acusando amor.- le acaricié el cabello.

-          Pero sigues pensando que le hice algo a Renesmee…-

-          Pienso que algo pasa entre ustedes dos, pero nada más.- dije sin darle vueltas.

-          ¿Quieres saber que sucedió?- se puso de pie y fue hacia la ventana.- Subimos en silencio, le abrí la puerta, vio el dibujo del lobo y me preguntó si lo había dibujado yo, con paciencia le respondí que sí, y luego me contesto que le sorprendía que de un tarambana como yo pudiera salir tanto talento.-

Aunque no me gustaba para nada que le dijeran tarambana a mi hijo, no puedo negar que la situación me parecía graciosa.

-          ¿Y qué le respondiste?- pregunte manteniendo la seriedad.

-          Que yo no podía creer que un monstruo irritante como ella pudiera comportarse como una señorita sentada leyendo.- Estaba irritado, pero en sus ojos había un brillo especial.

-          O sea que estaban a mano.- Intentaba con todas mis fuerzas no reírme. Me parecía muy tierno que se trataran así. Era obvio que se gustaban.

-          No, porque después de eso, abrió mi cuaderno de dibujos, sin permiso claramente, y vio que tenía algunos trazos de una chica que, según ella, se le parecía. Esta loca.-

Ahora entendía todo.

-          ¿Y no es ella?- le pregunté aun esforzándome en mi seriedad.

-          No.-

-          ¿Puedo verla?- me miro con recelo.- Así sé que tienes razón cariño.-

Puso mala cara, pero finalmente me alcanzó su cuaderno.

Era Renesmee, de aquí a la China, pero no se lo diría.

-          Creo que lo que le causo la confusión fue el cabello.- dije con absoluta seriedad.- Si te das cuenta, es similar al de ella.-

-          Puede ser.- se acercó a mirar.- De cualquier manera le dije que no era ella.-

-          ¿Y te creyó?- apostaría que no.

-          No hasta que le dije que era Hannah a la que había dibujado, no a ella.-

-          ¿Hannah?- la conocía de vista y ese dibujo no se parecía a esa chica.

-          Si Hannah mamá. La conoces.-

-          Si tú dices que es Hannah, es ella.- dejé el cuaderno sobre la mesa. – Lo que no termino de entender.- lo mire- es por qué se enojó Renesmee.-

-          ¿Por qué es egocéntrica y piensa que todo el mundo admira su bello rostro? Seguramente le molesto ver que conmigo no era así.-

-          Entiendo. Aunque si es muy bonita.-

-          Si mamá, es bonita. Pero eso no significa que me guste. De hecho.- se echó en la cama de nuevo.- Me cae muy mal. Es irritante hasta lo sumo. Y tú te hiciste su mejor amiga.- acusó con su dedo.- así que supongo que la tendremos por aquí rondándote ¿verdad?-

-          Primero, guarda ese índice Jacob, si no quieres perderlo.- Si había algo que me molestaba era que me señalaran- segundo, no es mi mejor amiga. Es una chica que disfruta de leer las mismas cosas que yo. Es la nieta de Esme, por lo cual se merece toda mi atención y es la hija de un buen amigo.- Bueno, un principio de buen amigo al menos.- Lo que me recuerda que Edward te invito a ver el partido a casa de sus padres, así que tú también tienes amigos adultos.-

-          No es lo mismo mamá.- Pronunció cada palabra lentamente.- Edward sabe que me gustan los deportes y me invitó a ver un partido con él, no es la gran cosa.-

-          Es exactamente lo mismo. Tú ves partidos, yo leo con Nessie.- De pronto una idea vino a mi mente.- ¿No estarás celoso no?-

-          ¿Celoso yo? ¿De quién? ¿De ti?- pregunto sorprendido.

-          De mí compartiendo tiempo con Renesmee…-

-          Para nada. Por mi hagan lo que quieran.-

Estaba celoso. Mi grandote estaba celoso. Por momentos olvidaba que detrás de esa fachada de “adulto” era un niño.

-          ¡Eres la cosita más tierna que vi en la tierra Jakey!- le dije mientras lo llenaba de besos.- ¡Mi niño esta celoso de su mami!-

-          ¡MAMÁ!- grito tratando de quitarme de encima.- ¡Para ya! ¡No estoy celoso!-

-          Eres mi bebé hermoso y te amo con todo mi corazón.- dije mientras seguía abrazándolo.

-          ¡Ya! ¡Basta! – se puso de pie y se alejó de mi.- Te digo que no estoy celoso ¡EMMETT!- grito sacando la cabeza por la puerta.

-          No iré a salvarte del ataque de amor de tu madre.- escuché que respondía de fondo Emm.

-          ¡Pérfido!- Me abrazo con fuerza sabiendo que esa era la única manera que lo dejara en paz.- Admito que me molesta un  poco ¿Feliz?-

-          No. No me hace feliz que te moleste.- dije ahora ya terminando de torturarlo.

-          No me molesta que pasen tiempo juntas mamá.- Aclaró.- Solo me resulta extraño.-

Lo volví a abrazar. Era muy tierno.

-          ¿Tú sabes cuánto te amo verdad?-

-          Sí, no tiene que ver con tu amor por mí mamá. Es solo que en Phoenix éramos solo nosotros. La familia. Ahora siento como si estuviésemos obligados a compartir con los Cullen porque ellos son “buenos” con nosotros.-

-          Entiendo tu punto hijo, pero no es así. Nadie te obliga a pasar tiempo con ellos si no te agradan.-

-          No es que no me agraden es que me resulta extraño. Edward es un tipo simpático y parece que ahora te cae bien ¿no?-

-          Sí. Tuvimos una charla y comenzamos a llevarnos mejor.- en realidad desde anoche, aunque pareciera más tiempo.

-          ¿Qué tan mejor?- preguntó poniendo una mueca extraña en su cara.

-          Jacob.- Amonesté.- Un buen amigo dije.- Cortando cualquier sugerencia.

-          Esme y los demás, también son agradables.- suspiró.- Creo que extraño a nuestra familia.-

-          Te entiendo. Yo también.- Confesé- Al menos ahora tenemos a Emmett.-

-          Sí. Cuando no mete la pata.-

-          Los estoy escuchando...- dijo Emm desde el baño.

-          Y esta lo de Nessie.- dije aprovechando la sinceridad del momento.

-          Y esta lo de Nessie…- repitió meditabundo.- Eh, no bueno, no es que haya algo en realidad…-

-          Jake.- Lo interrumpí.- Ese dibujo es de Renesmee. A ti te gusta, no sé si porque es una preciosa chica o por cual otra razón, pero te gusta.- Espere qué lo negara pero no lo hizo.- No te diré nada más del tema. Pero no te mientas, ni le mientas.-

-          Me llama la atención, no lo puedo negar. Pero en realidad ni siquiera sé si me gusta.-

-          Está bien hijo.- Sentía una mezcla entre gracia y ternura, verlo así.- Eres un niño.- iba a quejarse pero no se lo permití.- Aun eres muy joven para sufrir por amor.-

Luego de charlar, fuimos a cenar la pizza que, para esta altura, estaba helada.

Mientras me duchaba para ir a dormir, pensé en la visita de Edward y Nessie a casa.

Me identificaba con ella. Yo también había crecido sin una madre y, aunque mi padre me brindara todo el amor que tenía, sentía que me faltaba una parte.

Compartir con ella sobre estos temas que nos apasionaban me gustaba. Sentía que estaba haciendo algo por ella.

En cuanto a Edward, creo que podríamos convertirnos en amigos.

Era gracioso, y cuando quería, de lo más simpático. Sí. Sin duda seríamos buenos amigos.

Me fui a acostar, pero antes pase por la habitación de Jake para darle un abrazo. Me llamo la atención que no estuviese en su cama, hasta que oí las voces que provenían de la habitación de Emmett.

Odiaba escuchar conversaciones ajenas, pero no lo pude evitar.

-          Tarde o temprano tendrás que hacer algo.- le decía Emm.

-          ¿Algo como qué? Emmett, no tengo que hacer nada.-

-          Si te gusta tendrías que decírselo.-

-          ¿Y alimentarle el ego? De ninguna manera.- resolvió- No es como si fuera el amor de mi vida.-

-          Eso no lo sabes.-

-          Si lo sé- rebatió. Cuando quería era muy testarudo.

-          Cambiando de tema. Me cayó muy bien Edward.-

-          Te dije que te caería bien.- contestó Jake.

-          A tu madre le cae bien.- no sé qué cara habrá hecho para que Jake le responda:

-          Ni se te ocurra decir eso Emmett.-

-          ¿Por qué? Tu madre es joven y bonita, tiene todo el derecho de rehacer su vida. Bah, de hacer su vida, porque con Sam…-

-          No lo menciones.-

-          ¿Lo de Edward o lo de Sam?- No podía creer de lo que hablaban a mis espaldas.

¿Edward? Me caía muy bien, pero para amigo, nada más.

-          Ninguno. No me gustaría ver a Sam cerca de mi madre de ninguna forma.- Era su padre por Dios ¿nunca lo llamaría así?- Y Edward es el padre de Renesmee. Lo único que me faltaría sería que se enamoraran y formalizaran una relación, tener que vivir con ellos. Demasiado para mi pobre vida.-

-          A veces olvido lo trágicos que suelen ser los adolescente.- Dijo Emmett poniendo en palabras lo que yo pensaba.- No sería tan malo. Además tú tienes la universidad por delante. Alguien tiene que cuidar de tu madre.-

-          Entonces le buscaremos un novio. Pero no Edward.- Resolvió inmediatamente.

-          ¿Se puede saber de dónde sacaron esa idea?- Dije entrando a la habitación, no pude callarme más.

-          Hola mamá.- Saludo Jake mirando a Emmett con cara culposa.

-          De la vida misma Bells.- contesto Emm con la misma calma de siempre.- Edward es agradable y pensamos que tal vez te gustara.-

-          Les voy a decir algo masa de tontos.- Fue el insulto más leve que se me ocurrió.- No necesito novio, no me interesa Edward de esa manera y tú- miré a mi hijo- deja de ser tan trágico ¿Quieres? ¿Te gusta Renesmee? Entonces has algo ¿No quieres hacer nada? Entonces no te quejes. Y tú grandote- me dirigí a Emmett esta vez- deja de comportarte como Alice y sé el adulto que eres de una vez.- Estaba enojada ¿Quiénes se creían?- A la cama Jacob. Ahora.-

-          Lo siento mamá.- paso a mi lado y deposito un beso en mi mejilla.- Hasta mañana a ambos.-

-          Emmett, deja de poner ideas en su cabeza. Ya está confundido, no necesita más en qué pensar.-

-          Harían linda pareja con Edward.- insistió.

-          Y tu hacías linda pareja con Victoria.- listo lo dije.

-          Eso es jugar sucio.- me miro enfadado.

-          No, es recordarte como son las cosas ¿Tu no quieres nada serio por lo que sucedió con ella? Perfecto. Yo no quiero nada serio por lo que sucedió con Sam y los demás, pero al menos lo intenté.- me acerqué a mi primo. – Vamos, dame un abrazo.- Me sentí culpable inmediatamente después de nombrar a esa mujer.

Emmett había estado comprometido durante un año.

Éramos jóvenes, él tenía los veintiuno recién cumplidos y yo un año y medio menos.

A pocos meses de casarse, Emmett la descubrió con James, un compañero de la fraternidad. Al parecer lo venía engañando desde hacía un tiempo. La dejó inmediatamente, anulado todos los planes de boda, obviamente, y desde ahí no había vuelto a estar en serio con ninguna mujer. Era un romántico empedernido, pero no creía en las relaciones a largo plazo.

-          Lo siento, no debí mencionarla.- dije mientras lo abrazaba.

-          Tienes razón Bells.- dijo devolviéndome el abrazo.- Estoy anulado emocionalmente hablando.-

-          Ahora exageras. Vamos a dormir quieres…- le di un beso en la cabeza y me dirigí a la puerta.- Que descanses.-

-          Tú también mamá.- dijo en broma.

Le saqué la lengua y, finalmente me fui a dormir.

Habrase visto… Dos criaturas parecían, sí señor.

 

                   ---------------------------------------------------------------------------------

-          Entonces las guardias por esta semana quedan así: Tanya con Bella.- mire a mi nueva amiga quien me guiño un ojo.- Kate y Garrett.- por el rabillo del ojo vi a Kate gruñir y a Garrett sonreír. Tanya me había contado que él estaba detrás de ella hacía meses y ella se negaba.- Y Maggie y Benjamín. – finalizo Sue.

Si bien nunca trabajaba hasta más tarde de las cinco, Sue debía ausentarse durante unos días, por lo que habíamos repartido las guardias entre los seis, sumándome al equipo. Solo sería una noche, por lo cual no me preocupaba demasiado.

Estábamos a miércoles, día de la primera guardia. Aprovechando que ninguna tenía ningún plan nos habíamos ofrecido con Tanya para cubrirla.

-          Bella ¿Puedo preguntarte algo?-

Estábamos sentadas en la sala de médicos esperando por alguna urgencia que, sabíamos no ocurriría.

-          Dime.- giré mi vista del libro que tenía en mis manos.

-          ¿Edward y tu salen o algo así?-

La pregunta me sorprendió bastante.

La realidad era que, al haber hecho ese “acuerdo de paz”, habíamos comenzado a pasar más tiempo en el trabajo.

Un día almorzamos con Rosalie y los otros dos con Emmett.

Sí. Mi adorado primo había conseguido el puesto. Estoy segura que esta vez, no solo Carlisle “sugirió” que sería una buena idea tomarlo, sino que Edward había hecho su parte.

Emm comenzó al día siguiente.

-          No Tanya, solo somos algo así como amigos.- respondí sin darle importancia.

-          ¿Entonces no es tu novio ni nada por el estilo?- deje mi libro abierto sobre la mesa y la mire. Su expresión era algo confusa.

-          ¡Dios no!- dije haciendo la señal de la cruz.

-          Oh bueno…- rió- tampoco para que reacciones así- reí con ella.

-          Nuestras familias se conocen desde hace años. Su madre era la mejor amiga de la mía y… bueno, eso creó un lazo entre todos. Hasta nuestros hijos van a clases juntos. Supongo que es lógico que nos llevemos bien.- La miré entrecerrando los ojos.- ¿Por qué lo preguntas? ¿Estas celosa?-

-          ¿Celosa?- abrió grande los ojos.- ¡No! Es solo que… bueno… tú sabes…-

-          Si, lo sé. Te gusta y quieres volver a intentar algo con él.- le dije sonriendo.- ¡Ve a por el tigresa!- levante mi puño en señal de incentivo.

-          ¡Dios Bella! ¡Baja la voz!- se acercó a mi.- En este lugar las paredes tienen oídos.-

-          Exageras.- palmee su mano.- En serio Tan, si sientes algo por él, haz tu movimiento. A mí no me molesta para nada.- Respondí sinceramente.

-          Bien. Te haré caso.- se puso de pie y fue hacia la puerta.

-          ¿Dónde vas?-

-          A ver a Edward.- respondió como si fuese obvio.

-          ¿Está aquí?-

-          Si, hoy tiene guardia.-

-          Ahora entiendo porque accediste rápidamente cuando te propuse hacer la guardia hoy.- reí con ganas.- Pilluela.-

-          Deséame suerte.-

-          No la necesitas amiga.-

-          Eres la mejor Bells.-

-          Lo sé. Todos me aman.-

Volví a mi lectura.

Emma. Había comenzado a releer todos los libros de Austen de nuevo, así podríamos debatir con Nessie sobre ellos.

En este momento me sentí un poco como la protagonista del libro.

Alguien que no esperaba el amor para su vida, pero que apoyaba el amor en las vidas de los demás.

Edward y Tanya eran perfectos uno para el otro. Eran agradables, buenas personas, bien parecidos y ya habían salido con anterioridad, así que seguramente volvería a funcionar.

Dejé de pensar en ellos y continué leyendo.

-          Aquí estas.- Escuché la puerta luego de casi media hora de paz.

-          ¡Hola!- saludé a Edward que estaba parado frente a mí.- ¿Qué te pasa?- pregunté al ver que me miraba algo molesto.

-          ¿Qué le dijiste a Tanya?- Oh, oh…

-          Nada ¿por?- volví a inquirir levantando los hombros.

-          Me acaba de invitar a salir.- susurró sentándose a mi lado.- Y dice que tú la animaste.-

-          ¡Ah! Si… se podría decir que la anime. Pero ¿Cuál es el problema?-

-          Que no quiero.- sentenció.

-          Ups… ¿Se lo dijiste?-

-          No me dio tiempo. Directamente me dijo que el viernes no arreglara nada porque iríamos a cenar. No me pude negar.-

-          Ya Edward, es solo una cena. No te va a matar ni hincar los dientes en la yugular-

-          Isabella, yo ya salí con ella ¿No te lo dijo?-

-          Si… pero no me dijo nada más.-

-          Yo no salgo con mujeres más que una o dos veces.-Mi cara lo invitó a continuar.- ¿Qué?-

-          ¡Vamos Edward! Eso es tan de hombre de las cavernas que me preocupa.-

-           Tengo una especie de arreglo con Renesmee…- dijo algo avergonzado.- Si yo salgo con una mujer, ella tendrá permiso para salir con algún muchacho.-

Comencé a reír con ganas.

-          O sea que no es que Tanya no te guste- me costaba hablar por la risa- ¿Sino que tienes miedo de salir con alguien por si a tu hija se le ocurre hacer lo mismo?-

-          No te rías Bella.- estaba enfadado, pero podía ver que una sonrisa luchaba por salir.- Suena tonto, pero es verdad. Ness es una niña.-

-          Y tu un adulto que tiene que ser perfectamente capaz de ponerla en su sitio Edward. – Lo mire a los ojos.- Eres un hombre joven, tienes derecho a encontrar el amor.- Ahora parecía Emmett con su cantata.

-          Yo no creo que vaya a encontrar el amor Bella. No lo hice en todos estos años ¿por qué lo haría ahora?- Por un momento me dio una mezcla de pena y empatía. Yo pensaba algo parecido.

-          Porque, como le dije a Renesmee, todos merecemos vivir un amor especial.- Puse una mano en su hombro.- ¿Te gusta Tanya?- Suspiró y respondió:

-          Si, algo.-

-          Bueno, te gusta, punto. Entonces el viernes, sal con ella. Si Renesmee no lo entiende, dile lo que te dije.-

-          ¿Qué todos merecemos vivir un amor especial?- preguntó.

-          Sí. Dile eso. Ella va a comprender.- le sonreí- Es lo mismo para ella. Si Renesmee se enamorara, te diría a ti esto mismo.-

-          Pero ella es una niña. Tiene todo el tiempo del mundo para enamorarse.- respondió.

-          ¿Me lo firmas?- le pregunte seria.

-          ¿Cómo?-

-          ¿Puedes firmar que tiene todo el tiempo del mundo para enamorarse?- me miró horrorizado.- No estoy diciendo nada trágico Edward, solo te digo que uno da por sentado algunas cosas, cuando en realidad no tiene nada seguro. Si mañana Renesmee conoce al amor de su vida, no puedes impedir que lo ame. Nadie puede impedir que una persona ame a otra.-

-          Si la mando a otro país si.- Bromeó.

-          No te quiero desilusionar, pero si es “la persona de su vida”, ni mandándola a otro planeta harás que lo deje de amar.-

-          ¿De dónde salió todo este romance?- dijo divertido.- No te conozco desde hace tanto, pero no creí que fueses de esas mujeres que ven el lado “amoroso” de la vida.-

-          ¿Me estas llamando amargada?-

-          Para nada. Solo me sorprendiste.-

-          Soy una caja de sorpresas. Pero por las dudas no me sacudas mucho, no sabes lo que puede salir de mi interior.- Comencé a reír con fuerza.- Estoy muy cansada y digo incoherencias. Anda- lo empuje para que se parara.- Vete a corretear con Tanya por ahí y dejáme descansar ¿Quieres?-

Se me quedo mirando un momento con una expresión extraña en su rostro.

-          ¿Y qué hay de ti?- pregunto.- ¿Tú no te mereces un “amor fuera de órbita”?-

-          Por supuesto que sí.- Afirme levantando la frente.- Solo que aún no sé dónde está.- repliqué esbozando una media sonrisa.

-          ¿Sabes que Tanya no es el amor de mi vida no?- preguntó acercándose a mí y bajando la voz.

-          ¿Cómo lo sabes?- Me sorprendía la confianza con que lo decía.

-          Porque si es verdad lo que dices, que hay una persona que cambia tu mundo, yo tampoco la encontré aún.-

-          Pero al menos, sal a buscarla.- Me dio pena por Tanya. – Nos vemos mañana Ed.- Me acurruqué en el sillón.

-          Adiós Bells.- palmeo mi cabeza.- Descansa.-

Cerró la puerta detrás de él.

Me pregunto de donde saco tanta tontería junta. Quizás debería hacer como Rose y leer ciencia ficción o terror, eso quitaría las ideas extrañas de mi cabeza.

                                         ---------------------------------------------------------------

 

-          Mamá…- Sentí la voz de Jake como si estuviese lejana.- ¿Mamá? Necesito que te despiertes. Sé que estas cansada pero de verdad tienes que levantarte.-

Abrí los ojos de golpe asustada. Me incorporé en la cama y miré a mi hijo.

-          ¿Estás bien? – Lo revise de arriba abajo en solo un segundo- ¿Te duele algo? ¡Vamos al hospital!-

Había llegado de la guardia de casi veinticuatro horas seguidas y me había desplomado sobre la cama. Ni siquiera me había quitado el ambo.

-          ¡No mamá tranquila! Estoy bien.- puso sus manos en mi rostro para que lo mirara.- Estoy bien ma.- me tranquilizó.

-          ¿Emmett?-

-          No llego aun, pero esto es algo que tiene que ver con el también.-

-          Jake cariño, por la luz que entra, no debo haber dormido más que un par de horas, así que estoy muy cansada ¿Podrías ser más claro?-

-          Tienes razón.- se puso de pie- Ven así lo ves por ti misma.-

Me levante contra mi voluntad y me seguí a mi hijo escaleras abajo intentando no morir al bajar.

-          Bien ¿Qué es lo que sucede Jacob?- mire para todos lados de la sala.

-          Lo que sucede soy yo.- Abrí muy grandes mis ojos.- Hola primita.-

-          ¡¡¡Alice!!!- literalmente corrí hacia mi prima.- ¿Qué haces aquí?- la abracé con toda la fuerza que tenía.

-          Despacio Bella.- se quejó.- Me duele tu amor.- Esa era la típica frase entre nosotras. Siempre nos hacíamos doler con nuestros abrazos.

-          ¡Es que te extrañe tanto!- la mire a los ojos. Sabía que estaba alegre de verme, aunque fingiera enojo.

-          Yo también.- me concedió.- ¿Dónde está el inútil de mi hermano?- preguntó.

-          Trabajando creo.- mire a Jake quien afirmaba con la cabeza.- Si, trabajando.-

-          ¿Trabajando? ¿Y cómo es eso?-

La conocía y sabía que estaba por explotar.

Cuando hable con ella, solo le dije que Emmett estaba aquí, pero no le conté de sus planes de quedarse, eso era entre ellos.

-          Veras…- comencé, pero escuche el ruido de la puerta y fui feliz.- Salvada por la campana, ahí lo tienes.- Me corrí para dejarla pasar.

-          Jacob, tienes que podar la planta de adelante, me enganche la camisa con ella.- Entró diciendo Emmett.- Ho…- se cortó al ver a Alice parada frente a él con los brazos en forma de jarra.- Hola Pixie.- La saludo con el apodo que le puso cuando eran niños por su parecido a las hadas del bosque, según él.

-          Ningún “Pixie” te salvara de la que se te está por venir encima Emmett Swan.- El tono de voz de Alice era espeluznante. A pesar de llegarle por debajo del hombro, cuando se lo proponía, era feroz.

Capítulo 14: Una tarde agradable. Capítulo 16: De citas y otros asuntos.

 


 


 
14440165 visitas C C L - Web no oficial de la saga Crepúsculo. Esta obra está bajo licencia de Creative Commons -
 10758 usuarios