¿Por qué a mí?

Autor: princesavespa
Género: Humor
Fecha Creación: 20/09/2013
Fecha Actualización: 05/06/2014
Finalizado: SI
Votos: 17
Comentarios: 84
Visitas: 58953
Capítulos: 37

Bella tiene un hijo, Jacob, un adolescente rebelde, con muchos problemas de comportamiento, pero que ama a su madre por sobre todas las cosas, por lo que le prometió que cambiaría su carácter al mudarse de la ciudad donde vivían.

Edward en cambio, tiene una hija, Renesmee, que a pesar de ser una muchacha complicada, se desvive por cuidar de su padre y agradarle.

A pesar de eso, tanto Edward como Bella intentaron darles lo mejor y hacer de sus vidas un lugar lleno de amor.

Cuando Jake y Nessie se conocieron en la secundaria, no se imaginaban lo que significarían uno para el otro.

Sus padres tampoco imaginaron lo que cambiaría sus, ya de por si dificiles vidas, cuando este par se conociera...


 

Primero que nada: HOLA A TODAS! 

A lo mejor les resulte algo extraña la temática de esta historia, pero van a ver que a medida que la lean se pone mejor.

Les cuento que esta escrita tanto en tercera persona como con POV de los distintos personajes.

Como siempre, ya saben que me pueden preguntar cualquier cosa que se los responderé tanto como comentario, como mensaje privado.

Espero que me acompañen, como lo hacen siempre!

Para contactarse conmigo pueden hacerlo vía facebook, me buscan como: Princess Vespa.

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Capítulo 20: Un pequeño paso para algunos, una carrera para otros.

Subi varios capitulos más, pero noto que no lo leen.

Si no recibo comentarios o algo, probablemente lo borre de esta pagina.

Saludos

POV Bella

-No quiero sonar como una… cualquiera podría decir, pero la realidad es que esperaba algo más de Edward.-

Estábamos sentadas con Tanya tomando un café a media mañana del lunes.

Yo sabía que me iba a encontrar con una catarata de quejas al respecto, pero también sabía que la iba a soportar.

-No suenas como una cualquiera, pero siendo justas, Edward se comportó como un caballero ¿No? Peor hubiese sido que siguiera contigo hasta tu casa y luego te cortara diciendo que no quería nada serio.- Era consciente que lo estaba defendiendo, pero era lo que pensaba.

-Tu porque eres su amiga.- Se quejó.

-No, yo porque soy mujer y pienso como tal… O al menos pienso con la cabeza, no con otras áreas.- La hice reír.

-Puede ser.- Me concedió.

Iba a decir algo más cuando la puerta de la sala de descanso se abrió.

-Bells.- Me llamo Edward entrando sin mirar.- Ah… lo siento.- Se disculpó al vernos hablando con Tanya.

-Hola Edward.- Saludo Tanya.- ¿Cómo vas?-

-Bien Tanya ¿Y tú?- era la cordialidad hecha hombre.

-Bien también.- Me miro esperando que hiciera algo.

- ¿Pasaba algo?- no lo había visto desde el sábado, por lo que seguramente esperaría un saludo más simpático,  pero no sabía cómo comportarme delante de Tanya.

-En realidad quería…- dudo un momento.- Hacerte una consulta. Cuando puedas ¿pasas por mi consultorio?- preguntó frunciendo el ceño.

-Dame un rato que termino mi café y paso por allí.- dije.

-Perfecto. Adiós Tanya.- dijo saludando con la mano y saliendo rápidamente de allí.

-Estoy segura que no quiere salir conmigo porque tiene algo contigo.- Murmuró Tanya mirándome con los ojos entrecerrados.

-¿Le pusiste whiskey a tu café amiga?- le pregunté riendo.- Sabes que somos amigos Tan, nada más.- Afirmé.

-Eso dices ahora… estoy muy segura que su amistad terminara en otra cosa.- Me golpeo suavemente el brazo.- No te preocupes, no me molesta. Creo que hacen una linda pareja.-

- Eres tonta chica… muy tonta.- Me puse de pie, dejé la taza para lavarla y le saque la lengua.

-Y tú eres una niñata.- rió- Anda corre a ver que quería el guapo Dr. Cullen.- Me sonrió.

Volví a sacarle la lengua y salí hacia el consultorio de Edward.

Golpee antes de entrar.

-Adelante.- escuché que me indicaba para entrar.- Hola mujercita.- Me sonreía alegremente.

-Hola hombrecito.- le respondí acercándome para darle beso en la mejilla.

-¿Sabes?- dijo una vez que me senté en el sillón que tenía en su consultorio. Para ser médico de pueblo, tenía una oficina envidiable.- Me resulta extraño que me saludes así.-

-¿Con un beso en la mejilla?- le pregunté.- Saludo a todo el mundo igual, es una costumbre familiar creo.- dije sin darle importancia.- Si te molesta no lo haré.-

-No me molesta.- Aclaró.- Solo dije que me resultaba extraño, pero no me molesta.- Se levantó, sirvió dos cafés y me tendió uno.- ¿Cómo te fue con Tanya? ¿Te dio mucha lata?-

-Para nada. Me contó lo mismo que me contaste tú y… bueno, hablamos algunas cosas, pero nada más.- No tenía pensado decirle el resto de la conversación.

-Menos mal. Cuando entre y las vi supuse que estarían hablando de nuestra salida.-

-Sí, pero nada que no pudiera manejar.- Le di un sorbo al café. Era el segundo que tomaba en menos de media hora.- ¿Cuál es este café? ¿Es nuevo?-

- Es uno que me hizo comprar Nessie.- Le dio un sorbo al suyo.- Esta bueno.- Sentenció.

Nos quedamos un rato en silencio bebiendo el café.

-Y…- comencé- ¿Necesitabas algo?- Aun no sabía porque me había llamado.

-Era la hora de nuestro café.- Dijo levantando los hombros para quitarle importancia.

-Ah.- respondí.- Ok.- “nuestro café” medite.

Nunca fui una mujer de rutinas. Con un hijo hiperactivo, un Emmett y una Alice, era imposible acostumbrarse a tener una sola rutina, ni siquiera para lavar ropa. Pero con Edward teníamos varias. El café de media mañana, el almuerzo, el pasar a despedirnos cuando nos íbamos…

-¿En qué piensas?- me preguntó al verme callado.- ¡Vaya! ¿Así que así se siente uno…?-

-¿De qué hablas Edward?- le pregunté mirándolo extrañada.

- Siempre me molesto que una mujer me pregunte qué estaba pensando cuando estaba callado… Creo que acabo de comprender porque lo hacen.- Me miro algo confuso.

-¿Y por qué crees que lo hacemos?- pregunte intentando ocultar mi sonrisa.

-Para saber en que pensamos cuando estamos callados.- respondió como si fuese LA revelación del milenio.

Me puse de pie, deje la taza, me paré al lado de su silla y le tendí la mano.

-Felicitaciones Dr. Cullen. Usted acaba de ganar el premio a las revelaciones femeninas.-

Edward, que me había estrechado la mano, me la soltó rápidamente y su rostro se tornó de un color carmesí adorable.

¿Adorable? ¿Yo pensé eso? Dios…

-¡Ya! ¡Está bien! ¡No hace falta que te burles mujercita!- me recriminó.

-No me estoy burlando Ed, simplemente reconozco tu genialidad, eso es todo.- Le sonreí y me senté en el sillón a su lado.- ¿Y cómo llegaste a esta revelación asombrosa?-

-Deja de burlarte de mí Isabella.- Amenazó casi riendo.-Para mí es algo nuevo.-

-Pero en serio Edward… ¿por qué pensabas que les preguntamos lo que piensan?-

-¿Por qué no pueden leer mentes?- Aventuró.

-¡Dios no lo permita!- conteste abriendo grandes los ojos.- Ya me basta con ser perceptiva como para encima andar sabiendo las sandeces que piensan de mí.-

Edward rio con ganas.

-¿Por qué crees que piensan sandeces de ti Bella?- pregunto divertido.

-Porque la gente piensa pavadas todo el tiempo, algunas las dicen, otras tienen el decoro que guardarlas para sí mismos.-

Si había algo que había aprendido a lo largo de los últimos dieciséis años, era que la gente hablaba. No importaba que no supiese la verdad, simplemente hablaba.

-Al menos tú sabes exactamente lo que pienso.- agrego Edward.

-¿Qué piensas sobre qué cosa?-

-Sobre ti. Tú lo sabes.- dijo con un gesto inocente.

-¿Qué soy una mujercita exasperante?- le dije sonriéndole.

-Pienso más cosas de ti que esas, Bella.- Contesto algo molesto.- Si pensara que solo eres una mujercita exasperante, no estaría tomando algo aquí contigo, ni almorzaríamos, ni… Nada.-

-Eso es…- estaba buscando la palabra.- interesante ¿Y qué piensas de mi entonces?- quise saber.

-Bueno… eso ya sabes… Que eres una… una mujer muy especial…-

-¿Especial? ¿Especial cómo?- la estaba pasando en grande.

-Especial, como es la gente especial Isabella. Con un carácter que a veces puede dar miedo, pero sensible y emotiva. Una gran madre, una muy buena amiga… y… bueno eso ¡Ya! Deja de hostigarme ¿quieres?-

Le sonreí y me puse de pie. Tenía que volver al servicio.

-Gracias por decirme eso.- le dije mientras dejaba la taza lavada en su lugar.

-¿De nada?- pregunto aun confuso.

Me acerqué y le di otro beso en la mejilla.

-¿Y eso?- pregunto sonrojado.

-Por ser tan adorable.- le guiñe un ojo y salí de su oficina sonriendo.

 

                                               OoOoOoOoOoOoOoOo

 

3ra persona

Jacob intentaba con todas sus fuerzas no parecer un idiota frente al resto de la clase.

Su reciente amistad con Nessie había sorprendido a varias personas, principalmente a ellos mismos.

Ness, quien en el almuerzo solía sentarse con Bree y el resto de sus amigos, fue invitada por Jake a sentarse con ellos algunos días de la semana.

Aunque intentaba interactuar con todos, Renesmee se resistía a ser amiga de Hannah, sobretodo porque se daba cuenta como miraba a Jacob; de la misma forma que creía que lo hacía ella.

De más está decir que Hannah odiaba con todo su ser a Renesmee.

Se había dado cuenta desde el día de la cafetería que Jake sentía cosas por ella, claro que Jacob no era muy disimulado.

Durante los días que le toco estas compartiendo la mesa, Hannah era una chica encantadora. Le hablaba, le preguntaba cosas de su vida e intentaba agradarle, pero Nessie no le creía que sus intenciones fueran honestas.

-Ness…- la llamó Jake un día al salir de clase.- ¿Vas casa de tus abuelos?-

Renesmee se dio vuelta y lo miro. Llevaba varios días hablándole poco, no porque no quisiera, sino porque había estado muy atareada con varias materias.

-Hola Jake.- lo saludó.- Sí. Tengo que hacer varios trabajos y necesitaré de los libros de mi abuelo.-

-¿libros?- pregunto Jake levantando una ceja.- Hay algo que tal vez no conozcas, se llama internet…- La fastidió.

-Eres tan gracioso Swan.- dijo sacudiendo la cabeza y usando su tono de condescendencia- Internet puede tener todo, pero en los libros hay una riqueza única.-

-¿Ah sí?- le pregunto acercándose a ella, la había extrañado. Tampoco era como si se vieran todo el tiempo.- ¿Cuál es esa riqueza?-

-La calidad de la investigación. No hay nada mejor que abrir un libro, sentir su aroma, leer, fijar conocimientos…- se frenó.- Dios… Soy una nerd.- Se sentía abatida.

Si bien Jacob era muy inteligente, era todo lo contrario al típico estereotipo de nerd. Ella en este momento cargaba con libros, estaba vestida sencillamente y su pelo estaba atado de cualquier forma en una coleta.

Se sentía espantosa.

-Pero eres una nerd muy hermosa.- le sonrió Jake.- Venga, dame esos libros, te acompaño.-

-¿Hasta lo de mis abuelos?- pregunto sonrojándose.- No hace falta…-

-Si hace falta.- la interrumpió quitando el peso de sus brazos.- Además no tuvimos tiempo de hablar en estos días, y la verdad que como que te extraño un poco.- Respondió haciéndose lío con las palabras.

-Yo también.- admitió Nessie tomando más coraje.- Aunque nos mandamos mensajes…-

Eso era cierto. A pesar de no hablar tanto en el instituto, y estar con muchos exámenes, siempre había uno o dos mensajes en el día, aunque sea para saludarse.

Pero a ninguno de los dos les alcanzaba.

Caminaron hasta la casa Cullen. Si bien era algo lejos, hablando y riendo se les hizo corto.

Una vez que llegaron, Jake no quería irse.

Disfrutaba cada momento con Renesmee, y desde que  habían confesado que se gustaban, pensaba más y más en ella.

-Llegamos…- dijo Nessie en un susurro. Ella tampoco quería que Jacob se fuera.

-Llegamos…- Repitió Jake en el mismo tono.

-Bien… Creo que debería darme los libros…- Renesmee tendió los brazos para recibir los libros que Jake tenía en sus manos.

-Nessie…- comenzó Jacob sin darle los libros aun.- Salgamos.-

Renesmee abrió grande los ojos y lo miro seria.

-¿Cómo?- le pregunto. El decir “salgamos” daba varias interpretaciones.- ¿Quieres salir conmigo… cómo?-

-En una cita.- respondió muy nervioso.- Salgamos en una cita, tu y yo. A cenar, al cine, a darle de comer a los pájaros, donde quieras, pero quiero tener una cita contigo.-

Jake no tenía idea de donde había sacado el coraje para invitarla a salir.

Quizás era porque venía pensando desde hacía semanas cómo pasar un tiempo a solas con ella.

-Si.- Respondió Nessie mirándolo a los ojos.

-¿Si? ¿Saldrás conmigo?-

-Di cuando.- El corazón de la muchacha latía a mil por segundo.

Desde el día que habían hablado, hacía algunas semanas ya, su relación había sido más bien amistosa.

Se veían en el almuerzo varios días, compartían la clase de Humanidades, salían con el grupo de amigos y solían verse en las casas de Bella, Edward o la Cullen, cuando se juntaban, pero no había pasado de ahí. Una incipiente amistad.

Él no había vuelto a tomarle la mano, o a decirle nada especial, hasta esa tarde en la que le dijo hermosa, y ahora que la estaba invitando a salir.

Ella se sentía como Elizabeth Bennett. Desesperada por un hombre que sabía que la quería, pero al que no se animaba a decirle nada fuera de lugar por temor haber arruinado la oportunidad.

-Mañana viernes. A las seis.- Respondió como un autómata.

-Perfecto ¿Pasas por mí?-

Jake dudo un poco antes de responder.

-Papá suele llegar más tarde los viernes, hasta las siete no estará en casa.- Aclaró Nessie dándole tranquilidad a Jacob.

-¿Vas a mentirle?- Él no quería ocultarle a su familia que se vería con Nessie, pero lo haría, sabía que era importante mantenerlo para ellos solos.

-No. Le diré que saldré con amigos. No le estoy mintiendo ¿no?-

Jacob la miro con ternura, se acercó a ella y le tomo la mano.

-Eso se puede solucionar.- le dijo con su voz profunda.

-¿Qué cosa?- Renesmee se sentía como la mujer más idiota del universo. No podía articular palabras coherentes cuando lo tenía tan cerca y tomada de la mano.

-Lo de salir con amigos. Podemos no salir como amigos.-

-¿Y cómo que saldríamos?-

-Cómo un chico y una chica que se gustan. Esa es la verdad entre nosotros. Por más que juguemos a ser amigos.-

Renesmee suspiró.

Nunca en la vida se imaginó estar en esa situación con nadie, menos con Jacob.

Nunca se imaginó que enamorarse de alguien podía ser así… Tan intenso.

De cualquier forma no pudo evitar pensar que solo eran dos chicos, que aún no sabían nada del amor, y eso la hizo poner los pies en la tierra.

-Es la verdad, pero no sé si podremos manejarla tan fácilmente como la de ser amigos.- Dijo seriamente.

Jacob la miro durante un momento.

Él entendía lo que quería decir.

Edward le tenía aprecio, pero sabía que cuando se trataba de Renesmee, no le interesaba nada más. Además podía ver la clase de relación que tenían él y su madre, sabía que se querían, al menos como amigos. Era la primera vez que veía a Bella absolutamente feliz y distendida al lado de un amigo fuera de Emmett.

-No quiero pensar en eso.- le dijo determinado.- Mañana seremos solo Jacob y Renesmee, dos personas que quieren estar juntos.-

-De acuerdo.- Contesto Nessie. Sabía que no valía la pena discutir por eso.- Entonces te espero mañana a las seis.-

-Genial.- respondió Jake e inmediatamente se sintió como una criatura.- Estaré allí.-

Nessie se dio la vuelta para entrar a la casa de sus abuelos, mientras Jacob le tendía los libros que llevaba por ella.

Él no se iba a mover hasta verla entrar “sana y salva” a pesar de estar a menos de un metro.

Nessie apoyó sus cosas en el cantero al lado de la puerta y se volvió hacia él para darle un abrazo que él recibió encantado.

Luego de algunos instantes, Renesmee se estaba soltando, cuando Jacob le tomo la mano, la tiro hacía él y sin pensarlo la besó.

Era el primer beso de Nessie y a pesar de haber besado algunas chicas antes, este sin duda era el primero especial para Jake.

Solo duro unos segundos, porque estaban en la calle, expuestos, pero fue increíble.

Nessie sentía sus piernas como gelatina y Jake se sentía eufórico.

Una vez que se soltaron, ella lo miro intentando no mostrar cuanto le había afectado ese primer beso perfecto entre ellos.

-Espero que no te queden dudas de que lo que siento por ti, no es una simple amistad.- Le dijo él seriamente.

-Me quedo muy claro.- le sonrió- Espero que a ti tampoco.- Necesitaba mostrarse fuerte. No podía demostrarle que estaba completamente idiotizada.

-Hasta mañana mi monstruo preferido.- saludo mientras la veía abrir la puerta de la casa.

-Hasta mañana mi Mr. Darcy.- dijo más para ella que para él.

Capítulo 19: No se puede ocultar lo evidente. Capítulo 21: Revelaciones de todo tipo.

 


 


 
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