¿Por qué a mí?

Autor: princesavespa
Género: Humor
Fecha Creación: 20/09/2013
Fecha Actualización: 05/06/2014
Finalizado: SI
Votos: 17
Comentarios: 84
Visitas: 58975
Capítulos: 37

Bella tiene un hijo, Jacob, un adolescente rebelde, con muchos problemas de comportamiento, pero que ama a su madre por sobre todas las cosas, por lo que le prometió que cambiaría su carácter al mudarse de la ciudad donde vivían.

Edward en cambio, tiene una hija, Renesmee, que a pesar de ser una muchacha complicada, se desvive por cuidar de su padre y agradarle.

A pesar de eso, tanto Edward como Bella intentaron darles lo mejor y hacer de sus vidas un lugar lleno de amor.

Cuando Jake y Nessie se conocieron en la secundaria, no se imaginaban lo que significarían uno para el otro.

Sus padres tampoco imaginaron lo que cambiaría sus, ya de por si dificiles vidas, cuando este par se conociera...


 

Primero que nada: HOLA A TODAS! 

A lo mejor les resulte algo extraña la temática de esta historia, pero van a ver que a medida que la lean se pone mejor.

Les cuento que esta escrita tanto en tercera persona como con POV de los distintos personajes.

Como siempre, ya saben que me pueden preguntar cualquier cosa que se los responderé tanto como comentario, como mensaje privado.

Espero que me acompañen, como lo hacen siempre!

Para contactarse conmigo pueden hacerlo vía facebook, me buscan como: Princess Vespa.

+ Añadir a Favoritos
Leer Comentarios
 


Capítulo 2: Cuidando a un gigante.

POV BELLA


- ¡Jacob Charles Swan!- 

- ¿Si mami? - respondió mi irresponsable, temperamental y amado hijo, levantandose del sillón.

- No vengas con un simple "si mami" cuando vengo de una reunión donde me entero que te expulsaron de la escuela, otra vez.-

Estaba cansada. No, cansada no. Hastiada.

- Ya mamá - dijo mi hijo mientras me tomaba de los hombros.- Lo siento ¿si?- 

- No Jake, esta vez un " lo siento" no va a solucionar nada.- 

Me solté y me senté en el sillón.

- ¿Cuándo vas a hablar conmigo?- le dije mientras cerraba los ojos ante la migraña que se estaba gestando en mi.- En serio hijo, necesito saber que te esta pasando.-

Desde hace más de dos años que Jacob esta teniendo esta actitud. Lo expulsaron de dos institutos antes de este, y ya me había quedado sin lugar donde mandarlo.

- No me pasa nada.- respondió a la defensiva.- No soporto este lugar.- Se sento frente mío.

- ¿Es eso Jake? ¿No soportas vivir con tu abuelo y conmigo? ¿Quieres ir a vivir con tu padre?- 

- ¡Eso nunca!- se acercó a mi y paso sus grandes brazos sobre los míos. - Mamá, sabes que te amo como a nada en este mundo. Nunca querría vivir lejos tuyo. Y mucho menos irme con Sam.-

Mire a mi hijo con detenimiento. 

Tenía casi 16 años, pero parecía como de 20. Era muy alto. Ya de por si tenía una contextura física enorme, heredada de su padre, la que incrementaba yendo a correr y al gimnasio junto a su tío Emmett. Podía alzarme sin ningún esfuerzo y, a veces, parecía mi hermano menor más que mi hijo.

Si embargo, su rostro seguía siendo el de ese niño que venía corriendo a mi cama cuando tenía una pesadilla, o cuando se lastimaba por correr como loco por las calles y me pedía que lo cure . Ese niño del que cada vez quedaba menos.

Pero sin embargo no podía evitar la necesidad de abrazarlo y protegerlo cada vez que veía su dolor.

Quedé embarazada cuando tenía 17 años y estaba por terminar el instituto.

Conocí a Sam, el padre de Jake, mientras trabajaba como mesera en un restaurante de comidas rápidas.

Quería ir a la universidad de leyes donde había estudiado mi madre. Comencé a juntar dinero desde mis primeros años en la secundaria. 

Si bien mi padre había querido ayudarme, yo no se lo permití. Era algo que quería hacer por mi cuenta.

Perdí a mi madre siento una bebe y, desde que tengo memoria, vivo en Phoenix con mi padre, cerca de mis tíos y mis primos.

Si bien siempre quise tener a mi madre conmigo, crecí con los recuerdos de mi padre, las anécdotas de mis tíos Phil y Stella, y las tantas cartas que la mejor amiga de mamá, Esme, me mando durante toda mi vida.

No puedo decir que tuve una infancia difícil.

Mi padre se encargó de darme todo el amor que necesitaba, y sino, tenía a mis tíos que me mimaban igual. Ni hablar de mis primos, o como les digo yo, hermanos, Emmett y Alice. Al es mi mejor amiga. A pesar de ser unos años menor que yo, siempre fue mi compañera de compras, mi confidente, mi hermana. Emmett, es un año y medio mayor que yo. Siempre nos peleabamos y terminaba golpeada, pero siempre estuvo en todo y para todo. Es mi hermano mayor y lo amo. 

Ellos fueron los que me apoyaron antes que nadie cuando llegué con la noticia de mi embarazo.

Había estado saliendo con Sam algo de seis meses. Era el hermano de una de las chicas con las que trabajaba, Leah, de quien me había hecho bastante cercana.

Una noche la fue a buscar para salir con sus amigos y me invitaron.

Desde ese día comenzamos a salir seguido, hasta que luego de unas semanas nos pusimos de novios. 

Él fue el primer hombre con el que estuve. En una de esas tantas salidas algo alocadas, tomamos de más y no usamos protección. De esa noche de descontrol nació Jake.

Pudo haber sido un descuido, pero nunca un error.

Cuando me enteré, le conté primero a Sam. Luego de espantarse durante unos días, volvió a llamarme para decirme que se haría cargo de Jake. 

Mi padre había puesto el grito en el cielo. Yo sabía que estaba muy decepcionado de mi, pero ya no había vuelta atrás.

Ni a Emmett ni a mi tío y mucho menos a mi padre, les había caído bien Sam. Era unos años más grande que yo, tenía un estilo de vida al que no estaba acostumbrada y, por seguirle el rítmo para que no se aburriera de mí, terminé haciendo cosas de las cuales no estaba segura.

Charlie se enojó durante una semana y no me habló, hasta que me encontró llorando en mi habitación. Sintió cargo de consciencia y culpa por verme mal y me perdonó. Me aseguró que tendría a mi hijo de la mejor manera posible.

Sam estuvo conmigo durante el el principio del embarazo, pero unos meses antes de que de a luz, desapareció.

Mi embarazo en sí, fue duro.

Me sentía sola, a pesar de tener a mi padre, sentía que había arruinado mi futuro ya que todo lo ahorrado en estos años iría para la crianza del bebe y no había forma que pudiera estudiar en la escuela de leyes, ya que tendría a un pequeñito a mi cuidado las venticuatro horas del día los siete días de la semana.

Me gradué en mis estudios secundarios y decidí tomarme un tiempo. Iba a tener al bebé para enero, por lo cual me daba unos meses para ver que haría de mi vida.

A raíz de la angustia por la huida de Sam, por haber perdido el sueño de mi vida, y por sentir que había decepcionado a todos y cada uno de las personas que conocía, internamente agradecía que mi mamá no estuviese, a ella no la podía decepcionar, comencé a enfermarme y a perder peso. Como no lograba aumentar de peso, mi bebé tampoco, eso hizo que Alice y Emmett se pusieron en campaña de levantarme el ánimo y de esa manera cuidar mi salud y la del pequeño.

Allie me llevaba a comprar ropa para el bebé, buscar juguetes y me ayudo a preparar su habitación, una pequeña sala que papá usaba de estudio.

Emmett estaba estudiando nutrición en la Universidad, para el es algo muy importante ya que come todo el tiempo y sin parar, así que comenzó a practicar conmigo dándome dietas sanas.

Con mucho esfuerzo logré sobreponerme, y finalmente un catorce de enero, nació mi pequeño Jacob. Era tan pequeñito que temía que mi falta de cuidado lo haya afectado para siempre.

Hoy cuando lo veo, tan enorme, me doy cuenta que Dios lo cuidó y que los genes son más poderosos de lo que creía.

Cuando Jake cumplió un año, me inscribí en una de las Universidades más cercanas y gratuitas para estudiar kinesiología.

Si bien no era mi pasión, me la pasé la mitad de mi vida atendiendo a Emmett cada vez que se lastimaba. Como siempre fue deportista, me enseñó como ayudarlo cada vez que se lesionaba, y eso terminó gustandome más de lo que creía. 

Además, tenía un hijo varón que sería criado cerca de su tío, por lo cual en algún momento sabía que lo necesitaría.

Vivimos tranquilos. mi padre Jake y yo. Papá lo llevaba a pescar, lo anotó junto con Phil y Emmett a la liga de fútbol para pequeños, fue a todos sus partidos, lo disfrutaba todo lo que su trabajo le permitía. Hasta que luego de 12 años, volvió a reaparecer Sam.

Se apareció un día, cuando yo volvía de trabajar junto a Jake que me había venido a buscar al hospital.

Vino a explicarme su desaparición por casi doce años. Según él se había asustado tanto que decidió marcharse sin decirle a nadie donde iba. Creía que no podría ser un buen padre para el pequeño y que no tenía nada que ofrecerle, por lo que comenzó a trabajar para ganar dinero y venir con nosotros, pero en el medio de su "esfuerzo" se había enamorado y se había casado, por lo que ahora el tenía un hijo de su matrimonio, pero no podía dejar de pensar en el nuestro

Su esposa, Emily, lo alentó a venir a buscarnos, y así fue que se decidió.

Jake lo miraba con desconfianza. Era un extraño para él.

Recuerdo haberle preguntado que pensaba de ver a su padre a lo que había contestado con un "Ejh" levantando sus hombros sin darle importancia.

Él sabía que tenía un padre, que se llamaba Sam y que era muy parecido a él. De hecho, Jake se parecía a Sam en sus facciones, y había heredado el gen Swan. Aunque mi padre no era muy grande, mi tío y primo sí, por lo que mío, solo tenía el temperamento.

Nunca le interesó conocerlo ni saber más de él. A medida que creció se fue desinteresando, hasta que volvio a aparecer en su vida.

Sam se mudó cerca, junto a su esposa y su hijo, y comenzó a querer frecuentar a Jacob.

Al principio, mi padre se opuso rotundamente alegando que Sam era un irresponsable. Emmett casi lo golpea y Alice... Creo que casi lo golpea también.

Si bien mantuve relación con Leah, era la tía de Jake y mi amiga, se lo debía, no así con los padres de Sam. A ellos no le interesaba saber nada del niño.

Con esfuerzo, Jacob pasaba algo de tiempo con Sam. Le caía bien su medio hermano, Seth, pero su madrastra, Emily, era algo desagradable con él.

Es difícil armar un vínculo con un hijo que no ves durante 12 años, por lo que jamás fue alguien muy querido por Jake.

A partir de la aparición de su padre, el carácter amable de mi hijo desapareció. Solo lo guardaba para su familia, porque fuera de la casa, era un ser arrogante, malhumorado y buscaba pelea todo el tiempo.

 Al principio pensé que era una fase, pero luego de cambiarlo de escuela repetidas veces, hablar con muchos padres para disculparme por los golpes de mi hijo, y pelearme con Sam incontables veces ya que le contestaba mal a él y a su esposa, me di cuenta que esto no era una etapa y que no se le iba a pasar discutiendolo.

- Lo se Jake.- Acaricié su rostro. Sus ojos estaban brillosos.- Es solo que no sé que hacer contigo amor.- Respondí sinceramente.- Tal vez deberías pasar un tiempo con tu padre. Sabes que lo necesitas.-

Se puso de pie bruscamente golpeando la mesa de la sala.

- ¿Por qué no me lo dices de una vez?- preguntó enfadado.- ¡Dime que no me soportas más!-

- ¡Jacob basta!- le grité mientras me ponía de pie a su lado. Le llegaba al hombro.- Termina de decir tonterías ¿Quieres? Sabes que te amo más que a nada en este mundo. Eres mi hijo y la mejor decisión que tomé en mi vida, no hay forma que pudiese vivir lejos tuyo.-

A pesar de tener que mirar para arriba para retarlo, sabía que era una criatura enojada. 

Me pare sobre la mesa pequeña y lo abracé.

- Te amo bebé.- dije dejando un beso sobre su cabeza.- No quiero que te vayas, solo pensaba que, tal vez, tu padre podría ayudarte mejor de lo que lo hago yo. -

- Mamá.- Su voz temblaba.- Sam no es mi padre. El abuelo Charlie es mi padre. El tío Emmett también, pero Sam, el no lo es. Solo soy una calma para su consciencia nada más.- Me abrazó con fuerza. 

Sabía que la aparición de Sam había desencadenado todo esto. Su esposa era tóxica para Jake. Siempre lo menospreciaba, decía cosas desagradables sobre mi y terminaba hiriéndo a mi hijo de formas indecibles.

- No digas eso Jake. Tu padre te quiere a su manera.- Intenté razonar.

- No, el simplemente me soporta. Aún no se porque esa mujer le dijo que me buscara.- Yo tampoco.

Nos sentamos en el sillón de nuevo, pero esta vez lo atraje hacia mi y comencé a acariciarle el cabello, como cuando era un niño.

- Mi pequeño.- suspiré.- ¿Qué haremos?-

- No lo sé.-

- ¿Te das cuenta que no hay más escuelas donde anotarte verdad?-

- Si. Es una suerte que este casi terminando el año. Así podré rendir mis finales.-

- ¿Crees que te dejaran rendir tus finales?- el director me había dicho que si. A pesar de todo, Jake era sumamente inteligente, y sacaba puras A.

- Si. Soy de lo mejor que tienen por ahí.- respondió vanagloriandose.

- Bien. Entonces, estas castigado hasta rendir todos y cada uno de tus exámenes finales.-

Me puse de pie y fui hacia mi habitación para recostarme un rato.

-Pero... ¡Mamá!- chillo.

- Nada. Y no irás a correr con tío Emmett, ni a ver partidos con el abuelo, nada.-

- ¡Pero tengo que entrenar!-

- Limpia el jardín, ordena tu habitación, has lo que quieras, de la puerta para dentro. Hasta que no rindas los exámenes no veras la calle.- Y diciendo esto subí las escaleras.

- Hablaré con el abuelo...- susurró por lo bajo.

Me asomé por la escalera y dije:

- Será tu abuelo, pero yo soy tu madre y ¿Adivina que? le gano.-

-Esto es injusto.- Se quejo.

Entre a mi pieza, baje las cortinas y me tire en la cama. 

En mi mente se estaba gestando una idea y con eso me dormí.

Capítulo 1: Un poco de historia. Capítulo 3: Viejos y monstruos.

 


 


 
14440391 visitas C C L - Web no oficial de la saga Crepúsculo. Esta obra está bajo licencia de Creative Commons -
 10758 usuarios