Capítulo Final.

N/A:El don de la Vulturi, consiste en insertar recuerdos en la mente.

¡Aspiro les guste!

“Conocer tanto odio, sentirlo dentro de mí, luego darme cuenta que hay otro sentimiento, el amor, el cual se reflejó en un par de ojos que me enamoraron, me causaron un cambio, ahora dentro de mi existía el amor, un amor infinito, un amor sin fronteras, pero luego el odio vuelve a mí, vuelve, al saber que ese amor no volverá, y así es como el odio venció al amor, el odio me condeno, el odio me volvió a convertir… en aquel Alec”

MELISSA POV’S

Me acerque a Dylan, él estaba muy débil, no sabía qué hacer, Tanya sollozaba, mientras que Juliette maldecía cada segundo.

—Puedes callarte estúpida, ¿Qué no ves que todo esto es tu culpa? —Pregunté enojada, fije mi vista en Dylan con tristeza. ¡Rayos si lo fuese convertido nada estuviese ocurriendo!

— ¿Qué le hiciste?—Pregunto Tanya enojada, Juliette la miro incrédula.

— ¿Te preocupa mucho no? —Interrogó la puta con una sonrisa sínica.

—Más que a ti sí, LO AMO, LO AMO MAS QUE A NADA, Y LO AMO MAS QUE TU LO AMAS A ÉL, ERES UNA DESGRACIADA POSESIVA QUE SOLO QUIERE CONTROLARLO, COMO SI FUESE TU TITERE, PERO YO NO LO PERMITIRE, ¡NO LO PERMITIRE! —Tanya me sorprendió, y me enorgulleció al máximo, pero no había tiempo para halagos, la vida de Dylan estaba en peligro.

Sin pensarlo más, me acerque a su cuello y con todas mis fuerzas me clave en la mente que debía morderlo, inyectarle mi veneno y salvarlo.

—No quería lastimarlo, era lo menos que quería, no medí mi fuerza y… —A mitad de su “disculpa” se quedo callada al notar como yo insertaba mis colmillos en el cuello de mi amigo inyectándole cada gota de mi ponzoña en su cuerpo.

No sabía si esta era la decisión correcta, pero no arriesgaría la vida de Dylan mientras lo averiguaba, el podía morir, al parecer había recibido un golpe extremadamente fuerte, o varios, para quedar inconsciente, y las heridas que Matt ocasionó en él, no ayudaron, y le estaban costando su humanidad.

—Tanya, llévatelo a un lugar seguro —indiqué alejándome del cuello de mi amigo, lo mire nostálgica por unos minutos, acaricie su rostro por un segundo y pensé en que esto era lo mejor, que esta era la decisión correcta—. Cuídalo mucho.

Tanya asintió.

—Ella no lo cuidará, y tú tampoco lo harás, no será necesario —indicó Juliette mirando con rabia a Tanya, yo la mire con odio, pero luego mi mirada se desvió a la tal Clarisse que también me miraba fijamente.

— ¿Tu si lo cuidaras? Oh vamos, seamos realistas, tú eres la culpable de todo esto, si él esta lastimado, ES POR TU MALDITA CULPA.

Juliette soltó un suspiro, frustrada, bajo su mirada, para después fijarla de nuevo en mí.

¡Pero qué sínica es!

—Ya es hora —habló por primera vez Clarisse. Si fuese humana un enorme escalofríos fuera recorrido mi cuerpo, porque, su voz era la más aterradora que había escuchado, y yo, a pesar de ser vampiresa, me infundía miedo.

Me coloque en posición de ataque, esperando algún golpe, o algún don atacarme, pero nada, nada ocurría, o eso fue lo que yo pensé.  Alec se acercaba a nosotros con una mayúscula preocupación en su rostro; un enorme vacío inundo mi frio y muerto corazón que latía literalmente por él, cuando pensé que sus ojos se encontrarían con los míos, al contrario de eso el no correspondió mi fija y enamorada mirada, él no me miraba, sus ojos estudiaban cada rincón de la carretera solitaria donde me encontraba, con una enorme desesperación y nostalgia.

¿Qué podía estarle ocurriendo a mi Alec?

¿Por qué se encontraba así?

—Alec —lo llame con tristeza, recibiendo ninguna respuesta de su parte, ni si quiera podía escuchar lo que hablaban, estaba como en una burbuja, dentro de una estúpida burbuja.

Yo los veía a todos, pero no los escuchaba.

— ¡DEMONIOS QUE ES LO QUE OCURRE!, Alec, amor, mírame, estoy aquí.

La desesperación se estaba apoderando de mi alma…

—Es inútil querida, no lograran vernos —señaló Michelle mirando sus uñas. Yo mientras, miraba a Alec con nostalgia, débiles e incontrolables sollozos comenzaron a salir de lo más profundo de mi corazón, partido y destrozado, me sentía destrozada, sola, sin esperanzas…

—MALDITA, PORQUE ME HACES ESTO, ¡PORQUE ME ODIAS TANTO! —grité dirigiéndome a ella, pero sin darme cuenta ya Thomas se encontraba detrás de mí, y fácilmente me tomo por los brazos con una fuerza extrema.

—Me encantan las chicas salvajes —susurró en mi oído el muy asqueroso, Michelle hizo una mueca de disgusto—. Eres atractiva, lástima que debamos matarte —intente zafarme pero en lugar de eso me sentía extraña, era como un vacio, un enorme vacío que no me dejaba concentrarme en lo más mínimo. Y es que, evidentemente ellos sabían planear muy bien todo, primero mis padres no están, Dylan dejará de ser humano, Alec seguramente piensa que estoy muerta.

Todo esto me destrozaba, yo no era tan fuerte… yo no puedo con tanto… no lo resisto.

—Podemos ir al grano, ya esto me aburre —expuso Michelle, rodee los ojos—. No seas estúpida, te llevaremos con tus padres, como siempre quisiste.

— ¿Desde cuándo mientes? —Pregunte entre dientes, Thomas me apretó por el cuello, yo intentaba zafarme, pero ese sentimiento aparecía en mi, un sentimiento de culpa, un sentimiento de debilidad, y yo sabía muy bien  que mi don dependía de mi estado de ánimo—. ¿Por qué me odias? ¿Qué te he hecho?

—Existir, existes, eso me molesta, te odio, siempre lo he hecho, siempre has tenido lo que yo he querido, todo absolutamente todo, tu vida siempre ha sido perfecta, la mía era un asco, no merecías tanto—se encogió de hombros—. Y no intentes zafarte, no lo lograras, Thomas es más fuerte, además, tu don no ayudaría.

—Maldita zorra —mascullé con furia, Thomas soltó una risa.

—Además de atractiva, eres sincera Melissa…—manifestó Thomas sínicamente, Michelle se enojó, ya que note como apretaba sus puños con enojo mientras que Thomas se burlaba de ella.

Era lo menos que se merecía…

—Vamos ¿no? Alguien nos espera —señaló Michelle cruzándose de brazos, mientras que Thomas seguía con sus asquerosas manos encima de mí.

Corrimos a una enorme casa cercana a las fronteras entre México y los Estados Unidos, corrimos por un buen rato, pero en ningún momento Thomas me soltó, yo solo me guarde en mi memoria la mirada, rostro y labios de mi hermoso Alec, que perdurarían en mi por siempre, esperaba que este no fuese el adiós.

Entramos a la cabaña donde estábamos, no sé qué ocurrió en mi pero me sentía mucho más que débil, sentía mi cabeza dar vueltas, me sentía mareada.

¿Alguna vez un vampiro podría marearse?

Pues creo que estaba a punto de ocurrir porque mi cuerpo no daba más, era como si tuviese sueño, o como si un autobús fuese pasado encima de mí siendo humana. Caí al suelo sin poder controlarme, veía borroso, solo vi algo negro pasar frente a mí, para luego caer en la inconsciencia…

Solo sentía como dos manos me tomaban y me llevaba a otro sitio…

ALEC POV’S

Ella desapareció, como por arte de magia, esto era más que frustrante, me sentía como un inútil que nos sabía cómo defender o cuidar a su prometida, al amor de su existencia, de la mujer que tanto amaba. ¡Imbécil! Me sentía como un completo imbécil, nunca en mi maldita existencia me había puesto a pensar en el temor, en el miedo de perder a alguien.

Pero después de tanto tiempo eso estaba pasando. Cuando una vez pensé que no manifestaría aquel temor de perder, de no ver nunca jamás, a esa chica que te hacia llevar a un mundo distinto para ti.

¿Y si jamás la vería?

¿Y si no la encuentro?

— ¿DÓNDE DIABLOS ESTÁ MELISSA? —pregunté colérico, dirigiéndome al lugar donde se encontraban ambas vampiresas, casi todos los neófitos estaban muertos, ahora me daba cuenta de que todo esto se trataba de una estúpida distracción. Un muy buen planeado despiste, para llevársela, para llevarse de mi lado a la mujer que yo amaba.

—Ella esta donde debió estar desde hace tiempo —respondió Juliette encogiéndose de hombros, Clarisse observaba detenidamente la escena, hasta que su mirada se topo con Bella, y después con Edward, y su rostro se tornaba a pánico, un extraño miedo le invadió por completo. Algo extraño estaba por ocurrir.

Al notar la mirada fija de Edward sobre mí y la de Bella sobre Clarisse, entendí que algo escondían. Y por impulso, un impulso que tenía desde que vi por primera vez a estas dos malditas me dirigí hacia Juliette hasta quedar solo a centímetros de su despreciable rostro.

— ¡Hazlo Alec! —exclamó Bella con su mirada concentrada en Clarisse, no entendí absolutamente nada, pero tampoco quise quedarme sin hacer nada, solo opte por utilizar mi don, que era lo que quería hacer antes de acabar con ella.

— ¡CLARISSE! MALDITA ESTUPIDA ¿QUÉ DEMONIOS HACES? SE SUPONE QUE DEBIAS PROTEGERME, AHORA NO VEO NADA —gritó Juliette cayendo al suelo tomando sus ojos, en mis labios se formo una maligna sonrisa, al fin controlaba las cosas a mi antojo.

—Yo no he hecho nada, no sé qué ocurre —respondió Clarisse totalmente confundida ante lo que estaba ocurriendo.

—Alec, Melissa está en la frontera, debemos ir por ella —avisó Edward al notar que en el pensamiento de ambas vampiresas se encontraban esos pensamientos.

— ¿QUÉ DEMONIOS OCURRE? ¿PORQUE NO FUNCIONA MI ESCUDO? —interrogó Clarisse irritada.

—Digamos que… ya no eres tan poderosa que digamos —comenzó Rosalie, caminando alrededor de Clarisse mientras sonreía maliciosamente—. ¿Sabes? Me recuerdas mucho a una maldita, que acabo muerta, espero que… a ti te ocurra lo mismo que a ella… ¿Recuerdan a Victoria? —todos asintieron mientras reían—. Claro, como olvidarla, pues te prometo que morirás igual…

El rostro de Clarisse era todo un poema, hasta daba risa mirarlo…

—Bella puede desbloquear tu escudo querida —expuso Alice con la misma actitud de la rubia Rosalie—. ¿No es maravilloso?

Clarisse hizo una mueca de disgusto e hizo un fallido intento de huir, pero en cuestión de segundos ya tenía encima de ella a Alice y a Rosalie que inmediatamente acabaron con su vida al desprender su cabeza y extremidades de una buena vez.

—Maldita sea —murmuró Juliette aun en el suelo.

—No te quejes, sigues tú —indique dejándola ver de nuevo, antes de que se diese cuenta yo me encontraba detrás de ella, cuando le permití ver, se sorprendió al darse cuenta de que yo estaba detrás de ella y la tomaba por el cuello, amenazante…

Intento zafarse pero no lo consiguió, evidentemente estaba mucho mejor entrenado que ella.

—Ahora, quiero que me digas, todo lo que sabes —indiqué severamente, ella soltó una risa estúpida.

—No soy tan estúpida Alec, olvidas que tengo mucho mas años de existencia que tú —mencionó incrédula—. Se todo los trucos querido.

—No te sirve de nada saberlos, no cuando tratas conmigo, no sabes de lo que soy capaz, además… los años aquí no sirven de nada, no cuando no usas tu cerebro —ella bufó, yo le hice una señal a Emmett con mi rostro para que se acercara. El entendió perfectamente lo que quería que hiciera, Emmett tocó a Juliette por unos segundos y esta al instante se comenzó a debilitar e incluso ahora yo la sostenía. Emmett sonrió y se separo de ella inmediatamente—. Ahora, dime todo lo que sabes—ordené.

—N-o t-e di-re abso-lu-ta-mente- n-nada —tartamudeó mientras yo la sujetaba por el cuello para que me mirara fijamente a los ojos.

— ¿Quieres morir? —Mascullé infundiéndole miedo, ella sonrió sínicamente, esta desgraciada no sabe con quién se mete, yo no caigo en su juego —.Genial,  supongo que igual sabes que vas a morir, como murió tu hermano —cuando mencioné esto ella abrió sus ojos como platos—. Pero nadie te vengara, porque para ellos no vales nada, para nadie —la lancé en el piso mientras la miraba con asco.

—Nosotros nos encargaremos de ella, ahora tu ve por Melissa —indicó Carlisle palmeando mi hombro, yo mire fijamente a Juliette mientras que Jane sonreía maliciosamente al mismo tiempo de que yo me daba cuenta de su mirada fija en mí.

—Pero existe la posibilidad de que hayan más en donde está Melissa, deberíamos ir todos —aconsejó Jasper pensativo, tenía razón era muy probable que estuviesen acompañados.

—Les… a-se-guro q-que ella… mo-ri-r-ra —me di media vuelta enfurecido para luego acercarme de nuevo a ella y proporcionarle una fuerte patada en su estomago. La golpee con todas mis fuerzas…

Emmett me apartó de allí mientras que Jane miraba fijamente a Juliette, quien comenzó a dar gritos desgarradores por lo que estaba sintiendo en este momento, lo cual merecía, merecía todo esto.

Por otra parte yo opte por acercarme a la muy maldita para acabar con su desgraciada existencia, Jane, la tomo por ambos brazos y yo me acerque a su cabeza, la cual fue desprendida por mí con un infinito odio, que a pesar de su muerte… no pudo desaparecer…

Me derrumbe en el suelo tomando mi cabeza, desesperado, todos me miraban sin entender mi actitud, pero, ¿Quién podría entenderme? Ninguno ha pasado por esta situación, mi situación, Melissa no está junto a mí, y posiblemente ella este…

¡Diablos, no puedo pensar en que eso suceda!

—Alec, por favor, no pierdas las esperanzas, ella está viva, podemos encontrarla —mencioné Jane tratando de alentarme, me levanté de allí aun con duda y angustia, una angustia que desaparecería por completo si la viese de nuevo… sana y salva… con su sonrisa… con sus hermosos ojos y ese precioso cabello de ella…

—Todos estamos contigo —expuso Jason deshaciéndose de todos los cadáveres, yo asentí.

— ¡Entonces en marcha! Exclamó Alice posicionándose para comenzar a correr, yo la detuve con mi mano.

— ¿Dónde están Tanya y Dylan? —pregunté al notar la ausencia de ambos, por lo que había visto antes de que Melissa desapareciera, mi ángel había mordido a su amigo, para convertirlo…

—La verdad no lo sé…—respondió Kate preocupada—. Sera mejor que vaya por ellos.

Todos concordamos con Kate.

—ahora si, en marcha —dije antes de correr con todos a toda velocidad, para buscar a mi ángel donde seguramente estaba, según lo que Edward vio en la mente de Juliette, mi ángel se encontraba con Charlotte en una cabaña cercana a México.

NARRADOR POV’S

La situación actual era trágica, inesperada, frustrante, todos les brindaban ánimos y consuelo a Alec; pero la verdad, era que las esperanzas eran casi nulas en este momento, el momento más temido por todos, el miedo a morir, pero no el miedo de morir ellos mismos, si no, que pudiesen morir, sin ninguna razón el ser, o los seres que más amaban, ese es el miedo que los destruye por completo…

En cada mente de las personas, o vampiros que conocían a Melissa se les formulaba una pregunta angustiada en sus mentes.

¿Ella está bien?

Todos esperaban que la respuesta no fuese negativa…

Mientras que Alec y los demás se dirigían al paradero de Melissa; Tanya, Kate y Dylan, este último yacía inconsciente a causa de la trasformación vampírica, se dirigían a un lugar seguro, no podían arriesgarse, sabían muy bien la astucia que los Salvatore poseían, pero ellas no se quedaban atrás.

—Puede que hayan mas neófitos cerca y somos dos solamente —Mencionó Kate mientras corría con Tanya, quien sostenía en sus manos al joven inconsciente.

—No te aflijas —sentenció Tanya mirando hacia los lados—. Iremos a la reserva.

Al mencionar esto Tanya, Kate abrió sus ojos dorados como platos.

— ¿Estás loca? ¡Los lobos nos odian! —exclamó Kate deteniéndose frente a Tanya, la cual solo miraba con añoranza a Dylan.

—Los amigos de Dylan son lobos, él siempre hablaba sobre ellos, incluso, él no sabía que ellos eran… licántropos, Melissa si lo sabía, pero no pudo contárselo, ellos son buenos chicos —explicó Tanya sonriendo melancólicamente.

— ¡Pero cuando sepan en lo que se está convirtiendo lo adiaran! —Exclamó Kate—. Somos enemigos por naturaleza, se que el caso de Jacob es distinto con Renesmee, con Bella y con los Cullen, hasta con nosotros, pero Tanya… puede que estos chicos no sean iguales.

—Si no quieres acompañarme, simplemente no lo hagas —indicó Tanya decidida, Kate negó con la cabeza.

—No, no es eso, solo quiero prevenir algún otro desastre —confesó Kate.

—Tienes razón —concordó Tanya, ella solo quería proteger a Dylan, porque después de tanto tiempo, ella había aprendido a amar, a enamorarse, cuando el llego a su vida.

Pero Tanya sabía muy bien, cuáles eran los sentimientos de Dylan hacia Juliette, esa maldita que tanto daño le había causado a su amor, pero él aun la amaba, y Tanya solo esperaba que ese amor desapareciera, y que en el corazón de Dylan, entrara un amor puro y fuerte, solo para ella, para Tanya.

Dylan escuchaba algunas de las palabras que Tanya y Kate intercambiaron, porque con el dolor que sentía ahora, a causa de la transformación, y también por el desamor, no podía concentrarse en lo más mínimo.

Tanya y Kate decidieron llevarse a Dylan a Denali, Alaska, era la mejor decisión, era lo mejor para él.

*

*

Jane mientras corría, al lado de su hermano, no podía imaginar el dolor que él ahora sentía, ella jamás se ha enamorado y estaba segurísima que nunca podría ocurrir algo así, ella era un vampiresa con más de quinientos años de existencia, y nunca, nunca había podido sentir aquel sentimiento llamado amor, amor de pareja, aquel sentimiento de alegría al ver sonreír al ser que amas.

En todo este tiempo, me he preguntado un millón de veces…

¿Qué se supone que debe sentír una persona enamorada?

Esa pregunta divagaba en la mente de la hermosa y espectacular rubia, lo que ella más deseaba ahora, es poder entender a su hermano, poder decirle una palabras, palabras que lo alienten, que lo alivien, pero era imposible, ella jamás iba a poder entenderlo, por el simple hecho de que no ha amado sin límites a alguien.

Jane nunca había visto a Alec en tal estado, tan angustiado, su desesperación era más que notable.

Edward tomó fuertemente de la mano a Bella, ambos entendían a la perfección lo que a Alec le ocurría, Edward recordó cuando James se llevó a su Bella, el miedo que sintió de no ver jamás a la persona que él amaba lo inundaban por completo. Aunque Alec no supiese ese hecho, ellos lo entendían. Todos estaban juntos en esto, y harían lo posible por traer de vuelta a Melissa, la joven chica más dulce y tierna que ellos habían conocido.

Jason pensaba en el amor de su existencia, en las consecuencias que traería estar junto a ella, en el daño que puede causarle, a Lucia, el no quería verla mal, no quería verla sufrir, y hasta que Thomas no esté muerto, él no iba a poder dejar de preocuparse, ni por ella, ni por su hermana Alexandra, desde luego.

No sabían cuanto tiempo tardarían en llegar a su destino, incluso a todos les carcomía la angustia porque el tiempo no era el aliado de Melissa ahora, ella estaba muy bien entrenada, y poseía uno de los dones más poderosos, ella podía defenderse, eso era lo que todos pensaban mientras corrían, Melissa va a estar bien.

*

*

Mientras tanto en Volterra, Aro Vulturi caminaba de un lado a otro impaciente, él ya sabía en la situación en la que se encontraban “sus hijos” Alec y Jane, y eso lo tenía literalmente con los nervios al tope, era increíble pero a la vez tan predecible la actitud de Aro, su vanidad, cinismo, orgullo y ambición podrían más que sus fuerzas, que eran muchas, sus hermanos y él, nunca cambiaran, y harían todo lo necesario para que Alec y Jane regresen, no importaba si solo uno de ellos volvía, si eso llegara a ocurrir buscarían la forma para que el otro también regresara.

— ¿Dónde ha quedado tu paciencia, mi querido hermano? —indagó Marco palmeando la espalda de Aro, el cual de nuevo comenzó a caminar de un lado a otro en el enorme y  ostentoso despacho donde se encontraban. Aro negó con la cabeza seriamente—. ¿Desconfías de nuestra pequeña?

—No… aunque todos sabemos sus debilidades, las cuales pueden ser críticas para la misión… además su don puede que falle, quizás… no entreno lo suficiente —expresó Aro, apretó su mandíbula, Marco lo miraba con burla.

—Todo marchará de maravilla, no te desesperes —mencionó Cayo mientras se levantaba de la silla donde se encontraba sentado, se dirigió a Aro con seguridad—. En menos de un día la tendremos de vuelta, y después volverán los gemelos, así de sencillo… incluso volverán a ser los mismos, la mejor decisión que hemos tomado es enviar a nuestra pequeña adquisición a Forks.

—Si —concordó Marco con una sonrisa maligna— cabe destacar  que, también tus clandestinas relaciones sexuales con humanas han ayudado y sobre todo los frutos de estas.

Aro fulminó con la mirada a sus hermanos…

—Ni lo repitas —sentenció Aro sentándose, innecesariamente en su silla, su cara descansaba en su mano derecha—. Siempre quise que mis dos hijos estuviesen aquí, pero no, no se pudo, cuando fui por Albert era demasiado tarde y el otro rebelde ni se diga, ambos son un desastre, incluso en ocasiones pienso que se ponen de acuerdo, pero es imposible, porque no se conocen.

—Tú mismo los separaste —dijo Marco encogiéndose de hombros —. Nunca te han importado.

—Pero sus dones si —indicó Aro sonriendo con Malicia y recordado como funcionaban los dones de sus hijos, unos gemelos híbridos, fruto de una violación que había efectuado Aro a una jovencita francesa que vivía en Volterra, ambos pequeños crecieron separados, cuidados por nanas evidentemente amenazadas por Aro, cuando Albert aparentaba unos tres años de edad, lo llevo al castillo, cuando decidió ir por el otro pequeño se enteraron de que había huido, ni si quiera pudo ser rastreado por Demetri, el hermano de Albert apareció de nuevo, ya cuando su Albert había huido del castillo para irse con Stella.

El hermano de Albert le otorgo un don a una de las vampiresas integrantes de la guardia Vulturi, la que ahora estaba o estaría en Forks para cumplir las órdenes de sus amos.

*

*

Minutos atrás Manuel Gilbert había leído el mensaje de Melissa. Se preocupo al instante,  llamó a casa de los Johnson pero nadie contestó, llamó al celular de su prima, pero nada, ella había apagado su teléfono. Desde que leyó las palabras que se situaban en aquel mensaje de texto, un enorme pánico invadió todo el cuerpo y el alma del joven, además de todo lo que sentía ahora, predominaba la impotencia en él.

¿Y si no sobrevivían?

¿Ya estaban muertos?

¿Todo se complicó?

Se dirigió casi corriendo a la habitación de sus padres, donde les ordenó que prepararan el equipaje porque se iban de viaje.

— ¿Qué diablos dices? —Preguntó Sofía, su madre, muy confundida, Manuel empacaba algunas cosas mientras que marcaba desesperadamente el número de su novia, su vista se nublo a casusa de las lágrimas que estaban a punto de salir—. Por Dios hijo ¿Qué ha ocurrido? ¿Por qué estas así? —trató de tranquilizarlo Sofía, acariciando su hombro pero era inútil, Manuel estaba hecho trizas.

—Prepara lo necesario, voy por ti en media hora, iremos de viaje —notificó Manuel y seguido de esto colgó la llamada, tomó a su mamá por los hombros mientras que sus mejillas comenzaban a humedecerse a causa de las lagrimas—. Confía en mí, no te puedo decir que ocurrió, pero estamos en peligro y debemos irnos —dijo entre sollozos, hacían bien en irse, porque efectivamente una de las ordenes de Charlotte se trataba de buscar a los seres queridos de Melissa y en eso estaban incluidos los Gilbert.

Los Gilbert decidieron irse del país con Katherine esperando que una nueva vida llena de paz se les proporcionara en Venezuela, donde ya Melissa había conseguido trabajos para ellos, una casa, y todo lo necesario para que su familia estuviese bien y con las suficientes comodidades.

AARÓN POV’S

Decepciones… la vida está llena de decepciones. Cuando piensas que la vida es perfecta… que tu vida es perfecta… llega algo y se destruye, desaparece, tu felicidad, como por arte de magia, la triste realidad es esta, el amor es injusto… o tal vez nosotros lo convertimos así, injusto y complicado.

Yo amaba a Melissa, pero ella amaba a otro, y es algo irónico, porque antes ella me amaba a mí, y no a él. Pero todo cambio inesperadamente y ahora solo me quedaba conformarme con la felicidad de ella; sin embargo, para ello, ella debía estar bien, y ahora estaba en peligro por lo que sabía, por lo que Alex había soñado algunas horas atrás, Jason estaría luchando o está luchando en este momento con un sinfín de neófitos.

Y todos sabíamos lo que eso significaba…

Y como era de suponerse Lucia estaba insistiendo mucho en ir a Forks por su amado, ella sabía que sería imposible que la lleváramos, ya yo había decidido ir solo, mis padres aún tardarían horas en llegar, y no estaba dispuesto a esperarlos, yo debía irme, así Melissa no me ame, yo debía protegerla, cuidarla…

—Aarón, por favor, espera a tus padres, no vayas solo, puede ser peligroso —decía Alex, al verme salir con una pequeña mochila con todo lo necesario, ya tenía mi pasaje para EE.UU, era necesario esto, y la mejor forma de irme seria en avión…

—Debo irme, cuídate —indiqué alejándome de Alex, corrí hacia el aeropuerto, donde dentro de media hora subiría al avión, para ir a ayudar en lo que pueda, a Melissa, el amor de mi vida, la chica de mis sueños, y con la que había deseado estar siempre.

Y ahora aspiraba que ella volviese a mi lado… pero era imposible…

Sigue en desorden… mi corazón, recuerdos y olvidos en cada rincón… Sigue perdido sin norte ni sur, volátil estrella, gastando su luz… Golpe tras golpe, me puse de pie, pero contigo falle…
Vuelve a Mi Lado… que sin tu amor, el cielo esta desnivelado y crece mi dolor… vuelve a mi lado, que mi interior, quita el silencio y yo me enredo en esta confusión… que mis sueños, te buscan a oscuras en mi habitación. 

Duelen los besos, que aun no te di, y tus labios exactos me faltan aquí… noche tras noche te demostrare, lo que por tonto callé…

Solo esperaba poder ayudar en algo, mi corazón rogaba porque todo estuviese bien en Forks…

Aborde el avión esperanzado, suspire con preocupación, me senté en mi lugar, era increíble la velocidad en que latía mi corazón en estos momentos, me encontraba realmente asustado, temeroso…

MELISSA POV’S

“No importa cuando, ni donde, pero estaremos juntos, aunque me tarde mil años en volver, te encontraré, para amarte, por el resto de mi vida, y aun mas allá de aquello, porque eres tú, mi destino, él rostro del amor, tu eres mi amor…”

Mi cabeza daba vueltas, nunca pensé que esa sensación regresara a mí de nuevo, luego de convertirme en vampiresa, era más que imposible marearse, o desmayarse, por obvias razones, nosotros somos fuertes…

Pero me estaba ocurriendo, no sé qué significaba esto, o que daños traería, mi cerebro estaba más que revuelto, juraría que mis recuerdos estaban ahora en la misma condición. Y mí vista… nublada por la completa oscuridad…

No sabía exactamente cuánto tiempo había pasado, ni en qué lugar ahora me encontraba, no tenía nada claro en mi mente, la cual estaba mucho más que confundida, todo estaba oscuro en mí, de pronto distintas imágenes pasaron por mi cabeza con rapidez, imágenes dolorosas, crueles, despiadadas…

La desesperación se apodero de mí…

Me di cuenta de que me encontraba en una modesta cabaña con numerosos vampiros vigilándome, comencé a recordar lo que me había traído aquí. Y allí fue cuando esas imágenes me invadieron de nuevo…

Mis padres se encontraban en un oscuro bosque, corrían con desesperación y angustia, estaban agitados, cansados, mi madre tropezó con un tronco, mi papá la tomó entre sus brazos, ella sollozaba, su nariz estaba sumamente roja, al igual que sus ojos, a causa de las lagrimas, estaban aterrorizados, corrían y corrían sin rumbo fijo, pero ellos no eran tan fuertes después de todo, su humanidad no podía ante el monstruo que los perseguía…

Un vampiro…

No entendía porque veía esas cosas, eran como recuerdos…

Un profundo hueco apareció en mi corazón…

¿Ellos esta… muertos?

El vampiro que los perseguía los asecho… ellos serian su cena, enormes gritos salieron de mis padres… gritos desgarradores… sin más el vampiro se acerco a ellos… y acabo con sus vidas. Dejando solo un par de cadáveres, pálidos, sin sangre y sin aliento…

— ¿QUÉ LE HAN HECHO? —Pregunté gritando— ¿PORQUEEEEEEE? —me derrumbe en el suelo sin poder evitarlo, todo dentro de mí se encontraba destruido, destrozado, notables sollozos salían de lo más profundo de mi alma, ahora muerta.

Y en ese instante aquellas imágenes, o recuerdos, volvían a mí, como si los fuera vivido…

Los Cullen peleaban en contra de una gran cantidad de neófitos, estaban en el mismo bosque donde mis padres… murieron… la verdad notaba como cada vez decaían, incluso note la ausencia de los Denali, todo esto era como una película, una cruel película de terror que se plasmaba ante mis ojos, mi vista se dirigió a un pequeño bulto que yacía en el suelo, cada vez me acercaba más y más…

Hasta que lo vi… un enorme horror, pánico, tristeza, me invadieron, de nuevo, era Dylan, muerto… su cabeza se encontraba a un lado, como si se tratase de una basura, me inunde de odio y corrí a ver qué ocurría…

En este momento entendí que todo aquello lo había vivido hace menos de dos minutos…

Los cadáveres de los Cullen rondaron una y otra vez en mi mente, al darme cuenta de que los habían acabado, a todos, absolutamente a todos, Jason… también estaba… muerto…

— ¿QUÉ HAN HECHOOO? —volví a gritar, intentando sacar esas ideas de mi mente, alguien se posicionó detrás de mí y con gran facilidad tomó mi cuello con una mayúscula fuerza, no intente zafarme, el dolor y la impotencia que ahora sentía eran más fuertes.

—Los he matado querida —contestó una femenina voz melodiosa detrás de mí, una joven con una enorme capa negra se encontraba en el fondo de la gran cabaña; su collar me indico que se trataba de una Vulturi, ella me miraba con odio, pero a pesar de eso una maligna sonrisa de dibujaba en su rostro, no emití ningún sentimiento en mi rostro, solo mantenía la cabeza gacha—. ¿No me conoces?, soy Charlotte, me ha encantado conocerte —apretó mas mi cuello—. Me encantó verte sufrir, cuando fuiste testigo de la muerte de todos los que amabas, quizás te sientas confundida, pero eso fue lo que ocurrió —mencionó con veneno en su voz.

Apreté mi mandíbula…

— ¿Dónde está Alec? —pregunté cómo pude, en mi garganta había un nudo, un indescriptible nudo, quería gritar, quería llorar, pero no podía, ahora solo necesitaba la compañía de él. La compañía de Alec.

—Ohh, ¿Aun no recuerdas? Querida, Alec también está muerto —negué con la cabeza con una mueca de pánico en mi rostro, escuche las risas de los demás, incluyendo la de Michelle, Thomas y la de la Vulturi—. Si pequeña, el está muerto —acaricio mi rostro para luego apretarlo fuertemente—. ¿Ves lo que se siente? ¿Sientes lo que es perder por culpa de otro al amor de tu vida?

—EL NO ESTÁ MUERTO, ESTAS MINTIENDO —grité desconsolada, no podía creer lo que ahora ocurría, más dolor me causó la última y más dolorosa imagen que llego a mí cabeza…

La oscuridad predominaba en aquel bosque, podría sentirse la maldad en el ambiente, pero también la tristeza, era imposible que yo no fuese hecho nada para defenderlos, solo me quedaba allí, como una estúpida, viéndolos morir, como si se tratase de una película o un programa de sábado en la noche.

— ¡Alec! —exclamé al notar como él se peleaba con varios neófitos a la vez, pero cuando me acerque me di cuenta de lo más doloroso, ahora estaba más que segura que mi vida no tendrá ningún sentido.

No lo tendría…

Alec estaba muerto…

Los neófitos ya lo habían matado y no entendía la razón del porque yo no había impedido aquello. Ahora solo quedaban las cenizas, las cenizas del amor de mi vida, de mis familiares y amigos…

El único consuelo que me quedaba era saber que había hecho bien en enviar a Manuel a otro país antes de que también acabaran con sus vidas.

Pero, ¿Cómo sobrellevar esto? Ya no tiene sentido nada, absolutamente nada, Alec está muerto,  y yo… yo no quiero seguir viviendo…

¿Cómo seguiría con esta existencia sin él?

Si sus ojos me mostraban el reflejo de mis sueños, de mis fantasías, ahora sin ellos, solo soy yo, con mi soledad, la que me acompañaría por siempre… por la eternidad… no tenía el consuelo de los que quería, porque también habían muerto, al igual que él, esto era el infierno, un maldito infierno.

Un jadeo salió de mí, mostrando el dolor que sentía ahora, ya nada tenía sentido… absolutamente nada…

—Todo esto lo mereces, maldita —musitó Charlotte, cerré los ojos, despidiéndome de la vida, que ahora no era vida, renunciando a todo, lo que ya había perdido.

Ella poso sus frías manos en mi cuello, mientras que otro vampiro tomaba mis extremidades superiores, para darle paso a mi muerte, pero no le temía… yo la esperaba con los brazos abiertos… para encontrarme de nuevo con ellos…

ALEC POV’S

El aroma de mi ángel se encontraba esparcido por toda la zona, me di cuenta de que específicamente estaba en una cabaña justo al frente de nosotros; en todo el camino Alice había intentado contarme algo, pero mi desesperación me lo impedía, estaba muy preocupado, como para escuchar lo que ocurriría, admito que soy un cobarde, un asqueroso cobarde…

 Era tan increíble todo esto, nunca imagine que yo alguna vez, pasaría por algo como esto, yo, un vampiro frio y cruel, que se dedicó por cientos de años a odiar sin límites, pero que a partir del momento en el que se topo son ese par de ojos negros. Tan dulces, todo de mi cambio, cambio para bien, cambio por ella. Y ahora por eso estaba condenado a sentir sensaciones maravillosas, pero también desconocidas, sensaciones nuevas, sensaciones horribles, miedo, dolor, angustia, tristeza, todas juntas, a casusa de la ausencia de sola mujer, a la que amaría por el resto de mis días.

Cuando entre a aquella cabaña mis ojos se aterrorizaron y lo que quedaba de mi alma se destruyo con lo que ahora veía, estaba seguro que a partir de ahora no sería el mismo, a partir de ahora mi destrozado y aniquilado corazón le abría el paso al dolor…

Todos aquellos malditos habían acabado con la razón de mi existencia… Melissa… ya no quedaba nada de ella… solo las cenizas de su cuerpo y las cenizas de mi corazón…

Charlotte miraba complacida la escena mientras que los demás quemaban después de haber matado y lastimado sin ningún pudor a mi ángel… y junto a ella mi corazón…

¡Maldita sea! ¡Llegue tarde! Todo esto era mi culpa, mi maldita culpa, solo mía…

Aquel sentimiento de rencor y odio volvieron a mí, luego de su partida, yo no era nadie… sin ella, yo solo era un cadáver, un muerto en vida, un ser lastimado con solo una meta en su mente…

No moriría hasta hacer pagar por lo que habían hecho…

Al percatarse de mi presencia guardaron silencio, todos los que amaban a Melissa estábamos más que destrozados, yo sabía que aquella imagen de verla muerta, sin vida, perduraría en mí… sin ella yo estaba dispuesto a morir… pero después de acabarlos, destrozarlos…

— ¡MALDITA INFELIZ! —exclamé con todo el dolor y odio plasmados en mis ojos y en mis palabras, me dirigí a Charlotte, mientras los demás atacaban a sus malnacidos cómplices.

—Lo siento —mencionó Charlotte hipócritamente, la tome por el cuello mientras ella reía—. No te mataré, porque merecer sentir lo que yo sentí cuando acabaste con Joseph —la miré con asco—. Ella murió de la peor manera, pensó que estaban muertos, y se dejo matar, es una estúpida…

— ¡CALLATE! —grité con odio utilizando mi don sobre ella, era inexplicable la cantidad de odio que sentía acumulado en mi pecho, además de un profundo y solitario hueco que no sería llenado por nada ni por nadie.

Si pudiese regresar el tiempo y verla con vida, sonreír, ver su mirada, su rostro, besarla… pero era absurdo, la había perdido…

Me deje llevar pro el inmenso rencor, y acabe con Charlotte con mis propias manos, acabe con todos, o casi todos los culpables  de mi condena… pero me di cuenta de que dos habían escapado.

Michelle y Thomas no estaban…

Y yo… por más que pase el tiempo, no descansaré hasta verlos muertos…

Salimos de aquella cabaña dejando las cenizas de mi amor, dejándola atrás, ella ya no estaba, me había dejado solo, sin vida, sin ella…

—Alec… Alec yo… lo si-siento —susurró Jane, yo permanecía arrodillado viendo como se desvanecía todo frente a mí.

Como el amor de mi vida se había ido…

¡Mi ángel! Mi hermoso ángel, que no daría por haber muerto allí contigo, pero en cierta forma, yo había muerto, fallecido, allí, en esa cabaña…

¡Ya no te tenia! Ya no estabas, solo quedaban recuerdos, recuerdos sobre ti, sobre tu hermosa sonrisa,  tu mirada, tus labios, los cuales no besaría nunca jamás…

¡Si pudiese regresar el tiempo!

Allí en esa cabaña, quedaron enterrados todos mis sueños, mi amor, mi alegría… contigo mi ángel… prometiste no abandonarte, no alejarte de mi… y no lo cumpliste, ahora me has dejado con un inmenso dolor… que con el paso del tiempo… no desaparecería…

Mire a Jane a los ojos, ella me tomo por los hombros y luego me abraso con fuerza, acariciaba mi espalda dándome su apoyo incondicional, si fuese humano se que lloraría sin control, le dediqué una dolorosa mirada a todos los presentes después de haberme separado de mi hermana, y me retire de allí intentando desaparecer, como lo había hecho ella, la mujer que nunca podría olvidar, solo esperaba morir, ya no importaba nada, ni nadie, ahora, no sin ella…

¿De qué me sirve la vida?

¿De qué me serviría la existencia? ¿La eternidad? De nada, solo me vengaría y moriría…

No me arrepiento de haberla amado, no me arrepiento de nada de eso, pero quizás pude haber llegado antes y quizás…

Corrí a velocidad vampírica, y sin quererlo llegue a aquel lugar… Venezuela… donde había vivido tantos momentos junto a ella…

“Nadie sabe cuánto… pesa descubrir… que no es racional… sentir… llevaré conmigo, nuestro gran amor… “

A pesar de las lejanías, a pesar de que ya no estés junto a mí, nunca dejaré de agradecer el haberte conocido, porque fuiste tú quien avivo las llamas de mi frio corazón, el cual vuelve a su frialdad y a ser vacio por tu partida…

“Gracias por todo lo que has hecho, te he extrañado por mucho tiempo, no puedo creer que te hayas ido. Aún vives en mí, te siento en el viento, me guías constantemente, nunca había sentido lo que era estar solo, ¡No! Porque siempre estabas para mí, siempre estabas ahí esperando…

Pero ahora vuelvo a casa y extraño tu rostro, sonriendo para mi, cierro los ojos para ver… y sé que eres parte de mi… y esta es tu canción, que me libera, la canto mientras siento que no puedo más, la canto esta noche, porque me hace sentir mejor…

Conservo las cosas que me recuerdan a ti, recordando con amor, a alguien que fue muy honesta… eras tan linda cómo pudiste, y aunque te has ido, aún sigues siendo mi mundo…

Nunca había sentido lo que era estar solo ¡No! Porque siempre estabas para mí, siempre estabas ahí esperando, pero ahora vuelvo a casa, y no es lo mismo, no, se siente un vacío y soledad…

No puedo creer que te hayas ido…

Y sé, que eres parte de mí, y esta es tu canción, que me libera, la canto mientras siento que no puedo más, la canto esta noche… porque me hace sentir mejor…

Te amaré aún más mañana, y tú estarás aún conmigo… todo lo que hiciste lo hiciste con sentimiento… tu siempre encontrabas el significado, y siempre lo harás…

Y siempre lo harás…

Y siempre lo harás…

Y sé que eres parte de mi, y esta es tu canción, que me libera, la canto mientras siento que no puedo más, la canto esta noche, porque me hace sentir mejor…”

Y ese amor, se queda, pero también aparece de nuevo el rencor y el odio en mi, y sé que lo que ahora siento no desaparecerá jamás…

“Siento que mi mundo está mal… siento que mi vida está mal… siento que mi alma está mal… y desapareciendo… desapareciendo contigo…”

No sabía exactamente lo que ahora haría, miraba con añoranza aquel lugar donde la había amado sin límites… miraba como se desvanecían ante mí los sueños y las esperanzas que tenia por ella… ella partió dejándome destrozado y solo…

Desapareciste, y junto a ti desapareció mi corazón… desapareció mi mundo perfecto, aquellas sensaciones, están desapareciendo… desapareciendo contigo…