Capítulo XI
Elizabeth Pov
Una vez llegue a mi casa me di una ducha para ver si me relajaba. Lo tenía que admitir Anthony me ponía los nervios de punta; es que era tan… estúpidamente cínico, cretino, arrogante, testarudo… ¡Oh Vamos!, Eli acéptalo también es increíblemente, bello, hermoso, sexy y su arrogancia lo hace ver con un no sé qué, me dije a mi misma.
Y es que tiene algo que me llamaba la atención, pero tampoco daría mi brazo a torcer, se las vería muy difícil conmigo. Por más que fuera, lindo, hermoso y jodidamente sexy no permitiera que tuviera esta reacción en mí. Me metí en la ducha y me concentre en como el agua recorría mi piel, poco a poco los músculos se me fueron relajando cerré los ojos pero fue mala idea porque lo que se me vino a la mente fue el. Anthony. Lo maldecí internamente y abrí los ojos de sopetón, cerré la ducha y Salí del baño molesta conmigo misma. ¿Por qué estaba pensando en el?.
Luego de que me puse una cómoda pijama, busque si tenía deberes del instituto y si tenía una pero era fácil. En media hora estuvo lista mi tarea.
Me quede mirando hacia el techo de mi habitación sin saber qué hacer, así que busque mi Ipod y los audífonos y le puse play a una canción que me encanta; la canción era Ordinary Day de Vanessa Carlton .A medida que iba escuchando la canción e iba cantando la canción me di de cuenta de lo que decía, me quite los audífonos y tire el Ipod lejos de mi es que ¿No me dejaría en paz?, en eso sus palabras de esta tarde me llegaron a la mente << Mientras más me aborrezcas, más yo te perseguiré>> y ahora me daba cuenta con lo que él quería decía. Sacudí mi cabeza tratando de que así por lo menos su imagen se me quitara de la cabeza comencé a contar los números en mi mente y caí en la inconciencia.
Tuve un sueño de los más extraño, en la escena nos encontrábamos Anthony mi madre y yo, mamá me iba a decir quién era mi padre, a la habitación entro un señor cabello cobre-dorado más o menos alto cuando mamá me iba a dar su nombre y a el señor se iba a dar la vuelta… Anthony lo llamo papá y desperté del sueño. Abrí mis ojos y mire mi alrededor me encontraba en mi habitación rodeada de todas mis cosas, mi respiración estaba agitada a causa del sueño que había tenido mire mi cama y estaba con las sabanas todas desordenadas a lo mejor me había estado moviendo inquieta. Mire el reloj de la repisa y marcaban las 6:00 de la mañana, era muy temprano pero decidí entrar al baño y darme una ducha para ver si así se me despejaba la mente. Una vez metida bajo la regadera me puse analizar mi sueño. Lo primero era: ¿Por qué Anthony estaba en el sueño?, lo segundo ¿Qué tenía el que ver en eso?, y tercero: ¿Por qué le dijo papá al que supuestamente era mi padre?, cerré la regadera y salí del baño, me vi en el espejo y tenía unas ojeras horrible, lo que más me carcomía por dentro es que cuando estaba mi madre a punto de decirme quien era mi padre Anthony le dijo papá pero ¿Por qué?, no entendía nada, mi cabeza estaba hecha un lio.
<<Solo fue un sueño, solo eso>>, me repetía yo en mi subconsciente. Si solo fue eso, me dije a mi misma. Pero aunque me decía eso la duda seguía en mí, ¿Quién era mi padre? Y ¿Por qué Anthony estaba en mi sueño?, eso era lo que más me sacaba de quicio ¿Por qué él estaba ahí?, ¿Qué tenía que ver en esto?, en eso me llego la imagen de ese señor con el cual me tropecé y la verdad ni se porque se me vino a la mente, solo paso, su cara se me hacía conocida pero ¿de dónde?.
No seguí torturando más a mi pobre cerebro y baje de una vez a desayunar, al entrar al comedor mamá como siempre estaba ahí con mi desayuno listo.
-¿Te caíste de la cama?- pregunto mientras ponían en mi plato huevo revueltos, yo negué con la cabeza y me dispuse a comer.
-¿Qué tienes Eli?-pregunto mamá levantando mi cara ya que la tenía hacia abajo mirando mi comida.
-Nada- susurre, pero la verdad que si tenía algo, ese sueño me había puesto otra vez cabezona con respecto a quien sería mi padre.
-Sabes que no sabes mentir- me recordó y yo lo sabía bien eso siempre se me había dado muy mal.
-Lo sé- dije suspirando.
-¿Entonces?- me urgió mamá.
-Si eres insistente- dije llevándome a la boca un poco de huevo revuelto, la mire y ella me miraba esperando una respuesta, rodee los ojos y la mire- Está bien-dije dándome por vencida ella sonrió complacida- soñé con que tu…tú me ibas a decir quién era mi papá…- pero no termine de decir nada solo recordar que Anthony estaba en mi sueño, me hacía recordar todas las preguntas que me había hecho ya antes. Mire mamá y esta se había puesto muy tensa.-Pero no me lo dijiste-dije soltando el aire que tenía acumulado en mis pulmones, mamá suspiro aliviada.
-Entiendo-dijo dándose la vuelta, para quedar al frente de la despensa la abrió y saco un poco de jugo.
-Nunca me lo piensas decir ¿verdad?- en vez de sonar como una pregunta, sonó como una afirmación.
-No estoy preparada- mascullo más para ella que para mí.
-¿y cuando lo piensas estar?, ¿Por qué tanto misterio?-dijo un poco alterada.
-Cálmate Elizabeth-dijo mamá mirándome seriamente.
-Lo siento- me disculpe- pero es que siempre es lo mismo, <<no puedo>>, <<no estoy lista>> y muchas más- le dije ya lo último gritando.
-No me grites jovencita-dijo mamá mirándome de esa manera que hacía que uno se encogiera de hombros, pero esta vez no lo lograrías.
-Espero que muy pronto lo estés, o no vaya ser de que en menos de lo que pienses lo conozca- salí de la casa corriendo, dejando el desayuno el cual no había probado mucho que se diga y dejando a mamá más pálida de lo que ella ya era.
Sam que era como se llamaba el chofer, me llevo al instituto una vez allí, agradecí de que los molestosos paparazzi no anduvieran cerca, entre y me reuní con Ashley esta al verme me saludo pero luego comenzó a bombardearme con preguntas.
-¿Cómo conoces a Anthony?, ¿De dónde?, ¿Qué son?, ¿Qué te dijo?- preguntaba mí ya loca amiga sin responder.
-Primero cálmate- dije mientras le ponía mis manos en sus hombros,- respira hondo- le ordene y así lo hizo. Comencé a contarle detalle por detalle, desde que me interrumpió mi calentamiento, hasta que me reto y hasta ayer que me salvo de una caída. Ella oía todo atentamente, luego yo le pregunte como lo había conocido y me hecho su cuento, que lo había conocido en su temporada en Estados Unidos cosa que le creí, me dijo unas cuantas cosas más sobre él y dimos la conversación por terminada pero antes me pregunto:
-¿Te gusta?- yo abrí mis ojos como platos.
-¿Quién?, ¿Anthony?- le pregunte mientras tragaba saliva, ¡Dios Mío!, sin tan solo supiese, me pare en seco en todo el pasillo.
-Sí, anda Eli no me mientas, ¿te gusta Anthony sí o no?- volvió a preguntar, en eso sentí una respiración detrás de mí y ese aroma que malditamente ya se me había hecho muy familiar, <<que no sea el, que no sea el>>, suplicaba dentro de mí. Sentí sus manos posarse en mi cintura mientras me pegaba más a él su respiración la sentía en mi oreja haciendo que esta me produjera un estremecimiento, mire a Ashley y esta tenía una sonrisa de oreja a oreja.
-¿Entonces fierita, no le piensas responder a tu amiga?- dijo mientras daba un pequeño beso en mi cuello, cerré mis ojos tratando de pensar con claridad y respire profundamente, mire a Ashley en busca de ayuda pero esta no hacía nada, sentía los labios de Anthony por mi cuello, el respiro profundamente aspirando todo mi aroma.
Me separe de él, ya había sido mucho por hoy, pero sentía mis piernas echa gelatina, me sonrió torcidamente y tuve que agarrarme fuertemente de Ashley para no caerme.
-Como que le comieron la lengua los ratones- dijo Anthony burlándose.
-Claro que no- me defendí yo.
-Responde, te gusto ¿sí o no?- pregunto viéndome con esos zafiros por ojos que tenía, eran muy hermosos, en si todo en él era hermoso.
-No- conteste en un susurro.
-¿Segura?-dijo mientras se acercaba a mí y yo daba un paso hacia atrás.
-Muy segura-contesté mientras me erguía él no me intimidaría.
-Pues yo no creo- comento mientras me agarraba y me pegaba a él, haciendo que nuestros rostros quedaran a escasos centímetros- para mí que si te gusto, pero lo sabes ocultar muy bien- a medida que lo iba diciendo sus dedos recorrían mis labios, bajaba a mi mandíbula y luego a mi cuello haciendo un recorrido, mi corazón se aceleró y él lo noto- solo oye a qué ritmo te late el corazón- soltó una carcajada.
-Pues para tu información no me gustas ni un poquito, ya lo desearas tú, pero fíjate que no, eres muy ¿cómo decirlo?...- el me miro esperando respuesta- poco para mí- le susurre en el oído, su cuerpo se tensó y me pego contra la pared, agarro mis manos y las apreso en las suyas levantándomelas haciendo que estas quedaran a los lados de la cabeza.
-¿poco?, ¿te parece que soy poco?- dijo viéndome a los ojos yo desvié mi mirada mientras trataba de que me soltara, vi a Ashley quien miraba divertida la escena, la maldije algún día me las pagaría.
-Suéltame- le susurre.
-No- dijo mientras se acercaba más a mí- hasta que me digas si gustas o no de mi-
-Ya te dije que NO ME GUSTAS- le grite en su cara, contrajo su cara de decepción y puso cara de arrogante-
-Si soy poco para ti y si no te gusto, ¿Por qué estas a la defensiva? Y ¿Por qué te pones así cada vez que te toco o que estoy cerca de ti?- dijo mientras dejaba un pequeño beso en la punta de mi nariz, yo cerré los ojos; tenia los labios suaves, muy suaves y de un color rojo que provocaba comérselo a besos.
-¿Cómo así?- pregunte abriendo mis ojos.
-Así de nerviosa, tu pulso se acelera, te sonrojas por cualquier cosa y tu mirada… dijo viéndome a los ojos haciendo que me sonrojas- ¿ves lo que digo?- pregunto riéndose, ¡Maldito!
-¿y Mi mirada que?- le pregunte.
-Tu mirada dice más que mil palabras- dijo mientras acercaba sus labios a los míos pero no los rozaba, me quede estática, petrifica y anonada. Me volvería loca, de eso estaba segura. Él se rio cuando vio la decepción en mi cara.
-y Si no gustaras de mí no sentirías decepción porque no te bese- dijo soltándome y dejándome ahí, con mi respiración acelerada, el pulso tronándome en los oídos y toda sonrojada y con ganas de… besarlo.
Respire hondo y me calme, conté hasta diez y creo que sirvió pero solo un poco. Mire a Ashley la cual estaba sonriendo.
-¿Podrías de borrar esa sonrisa de idiota de tu cara?- le pregunte enojada.
-A Eli le gusta Thony- comenzó a canturrear.
-Cállate- le ordene ya muy molesta, ese estúpido me había humillado en cierta forma, pero bueno el comenzó y yo le seguí y a la final el salió ganando dejándome con las ganas.
-Te veo muy mal- comento mi queridísima amiga, la fulmine con la mirada y comencé a caminar muy deprisa para llegar al salón una vez adentro el profesor me puse a pensar en ¿Qué hacía Anthony aquí?, ¿acaso estudiaba aquí?. Si era así esto sería un suplicio.
Las primeras horas de clases pasaron volando y ya era hora de la siguiente y era la materia que más aborrecía por completo mi maldición, ¡Deporte!, esa materia la odiaba era algo así como el agua y el aceite, no congeniábamos para nada bien, gracias a Dios esta clase la compartíamos con otro salón que era el último año de este instituto con los cuales me llevaba muy bien. Entre a los cambiadores y me puse el uniforme de deporte, recogí mi cabello en una cola de cabello y cogí mi Ipod y mis audífonos, hoy nos tocaría trotar y yo no soy muy buena en eso que se diga de paso el estúpido profesor dijo que serían mínimo 20 minutos, lo sé; estaba loco, pero ya vería como me las ingeniaba. Salí del cambiador y me encamine a la cancha hay estaba tanto mis compañeros de clase como los del otro último año, pero llamo la atención una sola persona, esa persona de ojos azules, esa persona de cabello rubio, esa persona alta pero musculosa, esa personas con esa sonrisa torcida, y es que esa persona era mi peor pesadilla, Anthony me miraba sonrientemente, mi duda se disipo el sí estudiaba acá y por lo visto compartía esta clase con él. La vida me estaba dando duro, me dije a mi misma.
El profesor nos mandó a estirar y lo hicimos luego dijo que diéramos una vuelta caminando a toda la cancha, la cual era inmensa para luego salir a la cancha al aire libre y trotar, cuando dijo así casi me dio algo pues estaba haciendo mucho sol y el calor aunque no lo crean en París era un poco insoportable pues era uno de esos días que en Paris salía el sol.
Me puse los audífonos y comencé a caminar sola, me concentré el escuchar la canción e ignore a los demás, pero sobre todo lo ignore a él, que me veía intrigado.
El profesor luego nos sacó y comenzamos a trotar, yo iba escuchando música y al principio no me pego pero después de que en mi Ipod ya habían pasado como 4 canciones comencé a cansarme, más el sol que no ayudaba para nada.
-Profesor- lo llame con el pulso acelerada más de lo normal.
-¿sí?- dijo mirándome yo había detenido el trote.- siga trotando- me ordeno.
-No…no puedo- dije entrecortadamente- y era la verdad ya mis piernas no me daban.
-No diga tonterías señorita Swan y trote o ¿acaso se le va a partir una uña?- pregunto riéndose en ese momento iba pasando Anthony que me miro y en su cara creo que atisbe un poco de preocupación pero ¿por quién?
-No puedo- le volví a repetir al profesor.
-Si puede, y me les vale que trote o perderá la nota iba muy bien- me dijo yo asentí y seguí trotando aunque la verdad es que no podía con mi alma, aminore el trote y seguí trotando pero parecía como si anduviera caminando, el sol me pegaba en la cara, podía oír los latidos de mi corazón en mis oídos, tenía calor, estaba toda sudada y veía a los demás alumnos un poco borrosos, jadee en busca de oxígeno y seguí trotando tenía que poder, perdería la nota y eso sí que no. Por mi lado volvió a pasar Anthony pero esta vez llevo mi paso.
-¿Qué te pasa fierita?- dijo burlonamente- ¿no puedes seguir trotando?- no le respondí no tenía ánimos de hablar lo que quería era dejar de trotar estaba cansada sentía que en cualquier momento me desvanecería.
-vete-susurre con la garganta seca, el me miro y sonrió-
-te ves muy linda así toda sudada- comento mientras me veía, yo seguí trotando pero ya no podía más.
-Deja las bobadas- le advertí.
-¿Quién me lo impide?- pregunto, acelero un poco más su trote y me dejo atrás. Sentí que mis piernas fallaban y que la visión se me nublaba y entonces susurre:
-Anthony- y me…desmaye.
Anthony Pov
Esto era el cielo, tenerla así contra la pared, temblado ante mi cercanía, con el pulso acelerado, toda colocara y todo por mí. Y pues es que estudiaba en el mismo instituto donde estudiaba la fiera magnifico ¿no?
Llegue en el momento justo y preciso donde Ashley a la cual amaba ahora más que nunca le estaba preguntando si ella gustaba de mí, la niña no respondia. Paso un rato en el cual la presione para que dijera la respuesta y su respuesta me dolia mas de lo que me imagine dijo que nos gustaba de mi que era muy poco para ella y asi fue como llegamos a donde estamos horita, ella pegada a la pared y yo sonsacándola, era divertido. Era muy divertido ver como se sonrojaba y como su pulso se aceleraba y sentir como su cuerpo se estremecía con cada toque que yo le daba. Hice la semejanza de que le iba a dar un beso pero me acerque muy de cerca a sus labios esos labios carnosos, rojos como la fresa pero no se los roce ni tampoco la bese, la deje ahí con las ganas. Aunque ella pensara que era un cretino y si lo era, pero ella se había quedado esperando el beso cosa que me agrado pero yo me había quedado con un sabor amargo a causa de que me llamo poca cosa, así que en este juego todo se vale y yo jugaría muy bien no se ella. Pero todavía podía sentir su calor corporal en mi cuerpo, sentía picazón en las manos, esas manos y sobre todo sentía mi boca muy extraña, como si deseara besarla y la verdad es que si me moría por probar esos labios, esos labios que se veian tan inocentes, o, por lo menos eso pensaba yo.
Después de que la deje ahí, me dirigi a mis clases el instituto era bien y lo hacia mejor que ella estudiara aquí. Las primeras clases se pasaron volando todo el mundo me veía con curiosidad sobre todo las chicas, cosa que no me sorprendia.
Llego la hora de deporte y al parecer la compartíamos con otra clase, vi como una chica salía de los cambiadores y cuando se acerco mas era Elizabeth en todo su esplendor, con sus mejillas rosadas, su uniforme de deporte su cabello recogido en una cola de caballo y con su Ipod y audífonos en sus manos; eso era la belleza pura.
Me miro y yo le di una sonrisa torcida, me fulmino con la mirada y comenzamos a escuchar las ordene del profesor. Una vez afuera en la cancha al aire libre comenzamos a trotar, pude ver que ella iba sola y se podía ver que iba muy concentrada escuchando música. Pasaron varios minutos como unos 9 o 10, y yo no estaba cansado pero pude ver como ella hablaba con el profesor, le pase por un lado y la mire preocupado, se veía muy agitada, desde donde estaba podía ver su pulso en el cuello, estaba toda sudada y al parecer le decía al profesor que no podía, seguí trotando y cuando volee a ver ella venía detrás de mí pero más lento de lo normal, me apresure y di otra vuelta hasta alcanzarla.
-¿Qué te pasa fierita?- dije burlonamente- ¿no puedes seguir trotando?- ella no me respondió, al parecer no tenía ánimos para pelear conmigo, me ignoro totalmente la mire detalladamente y estaba mal se veía que ya no podía seguir trotando tenía sus labios resecos
-vete –me susurro con voz pastosa, yo la mire y sonreía
-te ves muy linda así toda sudada- le comente y era verdad, ella me Miro pero siguió trotando o bueno al menos ella lo intentaba
-Deja las bobadas- me advirtió, eso me hizo enojar un poco.
-¿Quién me lo impide?- pregunte, y acelere mi trote dejándola atrás, escuche como me llamaba.
-Anthony-, su voz era un susurro cansado me di la vuelta y vi cómo se precipitaba al suelo, salí corriendo y la agarre en mis brazos antes de que se diera contra el suelo, ella cayó en mis brazos como si de una pluma tratara, callo suave y delicadamente. Le tome el pulso y lo tenía por las nubes, su corazón latía muy rápido como si de una maquina se tratase, estaba toda sudada y sus rizos se le pegaban a la cara se los quite y la detalle, tenía sus ojos cerrados, respiraba profundamente debido al desmayo, tenía las mejillas coloradas a causa del calor y el esfuerzo que había hecho. La acomode mejor en mis brazos y la cargue en vilo, el profesor me ordeno llevarla a la enfermería y así lo hice, en el camino ella no reacciono ya me estaba preocupando de verdad. Apenas cruce la puerta de la enfermería, la enfermera comenzó atenderla le había dicho lo que le había sucedido, me dejo un rato con ella a solas mientras iba a buscar un poco de algodón y alcohol para despertarla.
Me senté junto a la camilla donde se encontraba y le agarre una mano, le hacía pequeños círculos en su mano con mi dedo pulgar.
-Despierta pequeña-susurre cerca de su oído pero nada- Eli por favor- le suplique como un estúpido, en realidad no sabía cuál era mi preocupación por ella, o, a lo mejor sí. En eso entro la enfermera y le puso el algodón con el alcohol cerca de su nariz, me quede cerca de ella y con su mano entre las mías, no me quería separar de ella, hizo un pequeño gemido y abrió los ojos lentamente, cuando me miro sonrió pero luego vio a la enfermera y me miro nuevamente a mí y se paró bruscamente.
-¿Qué haces tú aquí?-dijo mientras se apartaba de mí.
-Te desmayaste y bueno te traje para acá- le regale una sonrisa pero ella me miro mal.
-Me voy-anuncio, la enfermera trato de decirle que no que se quedara un rato mas pero fue terca y se levantó toda de prisa, pero le vino un mareo, la agarre entre mis brazos no llego a desmayarse pero necesitaba descansar un poco.
-Te quedas aquí-dije mientras la acostaba en la camilla, la acomode para que quedara derecha, puse mi cara en su oído y le susurre: si no lo haces, te las veras conmigo- me separe de ella y me saco la lengua.
-Muy maduro- acepte, me saco el dedo y yo hice lo mismo, la enfermera murmuro:
-Hacen linda pareja- yo me quede estático.
-Ella y yo no somos nada- le aclare, pude ver como Eli torcía la boca en un gesto extraño.
-Entonces vete- contraatacó Eli.
-No quiero- le dije
-¿Por qué?- pregunto.
-Porque…no sabía que decirle, ahora ¿Qué le decía?, ¿Qué estaba con ella porque de cierta forma me gustaba?, eso nunca.
-El profesor pidió que me quedara contigo- dije mirando sobre su cabeza, ella me ignoro y se quedó callada.
Así pasó una hora y media y ella no me dirigía la palabra, ni el habla, ni nada. Una vez la enfermera le dijo que se podía retirar lo hizo, salí detrás de ella, Eli se frenó afuera de la enfermería y se dio la vuelta quedando al frente de mi cosa que me sorprendió.
-Gracias por quedarte conmigo- esto era extraño acaso ¿la fiera me estaba agradeciendo?
-¿me estas agradeciendo?-le pregunte ella suspiro y asintió- dilo otra vez- le pedí.
-Gracias-dijo en un susurro.
-De nada señorita- le hice una reverencia a lo cual ella se rio muy fuerte, la mire y quede maravillado era más bonita cuando se reía.
-te ves hermosa cuando sonríes- le comente, pero solo eso basto para que me comiera vivo.
-¿Por qué siempre lo tiene que arruinar?- pegunto enojada para salir corriendo hacia donde no se. ¿Ahora que había hecho?, nunca entendería a las mujeres y tampoco en estos momentos lo haría, las mujeres estaban para disfrutarlas pero esta se me estaba haciendo difícil, pero como dicen por ahí <<en la vida no hay imposibles, solo limitaciones>> y en cuanto yo sabía, yo Anthony Cullen no tenía límites.
En lo que resto de las demás clases no la vi, a lo mejor se iría a su casa o simplemente se estaba escondiendo de mí cosa que en cierto modo me molestaba. Pero, ¿Por qué me molesta?, si yo estoy muy claro y solo estoy detrás de Eli porque siento que de alguna manera es un reto para mí, mas nada, me dije a mi mismo. Solo esperaba que esta corredera no durara mucho, yo sabía que después de que la tuviera en la palma de mi mano el capricho por ella se me iría, o por lo menos eso esperaba yo.
Apenas Salí del instituto me dirige a la casa, la cual estaba sola cosa que no me parecía extraña ya que papá me había dicho que saldría a una reunión con unos socios acerca de la clínica. Me metí a la ducha y me relaje con el baño, cerré los ojos y en mi mente aparecía la cara de Elizabeth, esa niña me traía mal lo tenía que admitir, me gustaba más de lo que yo mismo quería admitir, pero no se lo daría a saber.
Nunca nadie me había gustado como ella me gusta, pero, ¿será un capricho o de verdad es un sentimiento de amor?, salí de la ducha un poco frustrado conmigo mismo. Recogí las cosas de la Academia y me dirigí hacia ella ojala y compartiera más clases con mi fierita, pero ¿Por qué ella no caía como todas las demás?
Entre a la clase de Tango y no había nadie allí, a lo mejor había llegado muy temprano. Como a los 8 minutos comenzó a llegar la gente, la profesora entro con un grupo, ya estábamos por darle inicio a la clase cuando alguien entro corriendo al salón.
-Lo siento profe tuve un inconveniente, ¿será que me puedo quedar?- era Elizabeth que sorpresa tan gratificante también tenía esta clase con ella.
-Claro Eli, adelante- le dijo la profesora con una sonrisa.
La clase comenzó y la profesora se presentó, al rato todos estábamos practicando algunos pasos típicos del Tango, a mi fierita le combina muy bien el color rojo hacia contraste con esa piel blanca como la cal que tenía, todos estaban pasando en parejas, la profesora iba llamando y escogiéndolos de dos en dos para bailar una pequeña parte de una canción de Tango, en el suelo esperando nuestro turno se encontraban 4 chicos contándome a mí y cuatro chicas entre ellas Eli.
-Elizabeth- llamo la profesora y ella se levantó sonriente- y –dijo mirándonos a nosotros- Anthony- yo me pare sonriente.
-Ok bailaran esto-dijo poniendo play a la música, Eli no se me acerco así que yo lo hice y la tome, ella reaccione y me miro mal.
-Lo hare porque no quiero discutir horita con nadie- me susurro Eli mientras ponía su manos en mi hombro y con la otra agarraba mi mano.
-Espero que sepas bailar muy bien el Tango- dije mientras le daba un vuelta y la dejaba suspendida en el suelo, ella me sonrió y la levante para luego comenzar a bailar, se supone que el tango es un baile pasional, nunca hay que perder la mirada de tu compañero(a), y pues Eli y yo nunca la perdimos. Su pierna subió y la agarre, deslice mis dedos por toda su pierna y al llegar a la rodilla la pegue a mí, sus labios rojos, carnosos quedaron a centímetros de los míos. Su respiración estaba agitada, en el aire podías sentir la tensión que había entre nosotros dos, sus manos bajaron por mi pecho, la agarre de la cintura y le di la vuelta, ella bajo lenta pero a la vez rápidamente, paso por entre mis piernas para luego yo dar una vuelta sobre ella y cargarla. Así termino nuestro pequeño baile.
Pude escuchar los aplausos de los demás, nos separamos y dimos le gracias.
-Chicos, estoy sin palabras- nos dijo la profesor- son excelentes bailarines, y saben muy bien interpretar el Tango, siempre he dicho que para ser bailarines hay que ser muy buenos actores. Sus personaje eran ¿Cómo explicarlo?- la profesora buscaba la palabra adecuada y si ella pensaba que toda esta tensión sexual y esta atracción era actuada estaba equivocada- es como si yo pudiera sentir su atracción, podía sentir la sensualidad en el ambiente. Los felicito-concluyo la profesora, mire a Eli y esta estaba sonrojada, nos fuimos a sentar en nuestros sitios para que pasara la otra pareja, le roce el hombro y le dije:
-Bailas muy bien, aunque falto un poco más…- la deje con las dudas, volteo a mirarme y me volteo los ojos. Me eche a reír pero me ignoro.
Una vez la clase finalizo, todos salieron fue a mi otra clase que era Jazz, al entrar estaba Eli, pero más nadie ¿Cómo ella llegaba más rápido que yo?, el salón era un desierto, ella estaba poniendo un CD en el equipo, dirigió su mirada a el espejo y me miro.
-¿Qué haces aquí? Pregunto mientras buscaba algo en su bolso.
-Pues tengo clases de Jazz-
-¿También conmigo?- pude notar cierto fastidio en su voz.
-Por lo que veo si- le sonreía pero ella se dio la vuelta y comenzó a practicar algunos pasos.
-El profesor no viene hoy- comento mientras daba una vuelta.
-¿Por qué viniste si te desmayaste en el instituto?- la vi a los ojos y ella desvió la mirada.
-No te incumbe- fue su respuesta.
-Estas un poco pálida- observe, pero a cambio no obtuve una contestación.-No debiste venir, debiste quedarte en tu casa- le dije, ella se detuvo lo que estaba haciendo y me observo.
-¿y quién eres tú para impedirme venir a la Academia?, nadie, no eres nadie solo un niño de papá y mamá que se cree la gran cosa del mundo- dijo y su cara estaba roja de la rabia.
-Soy Anthony Cullen el chico que te trae de los nervios- le susurre mientras me acercaba a ella, Eli miro mis manos y se apartó pero fue más rápida a la atrape.
-¿A dónde crees que vas?- Eli se removió para intentar escapar, pero la apreté más fuerte.
-Suéltame- me suplico, esa suplica sonaba tan bien en sus labios. Ya su aceleración estaba por las nueves y temblaba ante mi contacto. Elizabeth Swan era una fiera pero ya la domaría.
-No- le dije vi como su piernas se levantaba para darme un patada pero la detuve.
-No, no, no- canturree- eres una niña mala- susurre en su oído, para luego dejar un beso en su cuello, pude escuchar un respingo por su parte, yo sabía que yo le gustaba solo necesitaba escucharlo de sus labios.
Elizabeth Pov
Anthony me tenía entre sus brazos, era una sensación desconcertante sentir sus cuerpo contra el mío, sus manos contra mi piel, sus labios contra mi cuello era muy placentero, pero es solo quería jugar conmigo. Cuando bailamos el Tango la profesora creyó que todo era actuado sin tan solo supiera. Toda esa tensión y atracción era real, era tan real como que el aire si existe.
- Déjame decirte algo- dijo Anthony viéndome a los ojos, los suyos tenían un brillo frenético y no sabía porque.- Para ser tan bello y hermosa, eres muy pero muy, muy testaruda- me sonrió socarronamente- debo admitir que sabes bailar muy te mueves como los ángeles- cuando dijo eso una sensación extraña me recorrió el cuerpo, sus labios recorrieron toda mi cara produciendo una caricia- cuando lo haces (bailar), es como si no existiera nada para ti. Como si te perdieras en otro mundo. Como si todo desapareciera a tu alrededor. Eres casi inconsciente de lo que provocas en mí – sus manos me apartaron el cabello de mi odio, se acercó y a mi odio y me susurro: - eres como un demonio vestido de ángel. Te haces pasar por la dulce, amable, caprichosa, y malcriada niña, pero por dentro no eres más que una diabla- ya yo no era consciente de mí, mis sentido estaban nublados por todo su aroma y su cercanía, me tenía fuera de este mundo, estaba como en la nebulosa. Una de sus manos rodeaba suave y delicadamente mi fina cintura y la otra la tenía por mi cuello, con sus dedos hacia pequeños círculos en el.- Entonces dime, ¿gustas o no de mí?- me rozo los labios pero no demasiado solo lo suficiente para que mis labios quedaran con una cosquilla muy desagradable.
-¿entonces?- volvió a preguntarme yo no sabía que responderle, lo admitía; me gustaba, y mucho pero presentía que yo era un capricho para él.
No le daría a saber que me gustaba.
-No- susurre, ya estaba comenzando a sudar frio, tenía las manos heladas y mi respiración era errática.
-eres muy mala mintiendo-dijo cerca de mis labios, esto estaba mal él jugaba conmigo como si yo fuera su títere y yo por estúpida me dejaba manipular.
-Yo no lo creo- lo mire a los ojos y los suyos estaban negros por el deseo que el sentía.
-¿Por qué te niegas aceptar lo que sientes?-sus manos subieron a mi rostro y la acuno entre sus manos.
-¿Qué sientes tú por mí?- al instante su cuerpo se tensó pero luego se relajó.
-Bueno-dijo meditando un poco- ¿de verdad lo quieres saber?- yo asentí- en vez de saber o escucharlo, ¿Por qué no lo sientes?- puse cara de contrariada no sabía que me quería decir con eso- algo como esto- me puso mi mano en su corazón y este latía muy rápido pero, ¿por quién?. Lo mire y este negó con su cabeza- no me refería a eso- sonrió-sino a esto- me agarro desprevenida y cuando me di de cuenta su cara estaba a escasos centímetros de los míos, estaba asustada pero no porque no sabía besar, pues había besado a muchos. Tenía miedo era de lo que este beso pudiera despertar en mi- no tengas miedo-dijo mientras besaba mi cuello para luego subir hasta mi mandíbula, sus labios siguieron por mi mejilla, luego siguieron la comisura de mis labios. Yo cerré mis ojos por instinto, escuche su risita y abrí los ojos, me miraba burlón.
-¿Pensabas que te iba a besar?- su risa sonó tan fuerte que me hizo enojar, trate de zafarme de sus brazos pero me detuvo.
-Tranquila-dijo acariciando mi mejilla, su cabeza se inclinó y rozo mis labios, atrapo mi labio inferior entre los suyos era una sensación muy placentera, el sentir sus labios entre los míos, se separó de mí y me miro a los ojos-
-Tus labios saben a fresa- comento, yo me sonroje- eres adorable cuando te sonrojas.- se inclinó y aparto mi cabello que se había interpuesto. Sus labios ahora si estaban de verdad contra los míos, me agarro por la nuca haciendo que yo me arquera. Nuestros labios estaban en una perfecta sincronía, era como estar en el cielo pero a la vez en el infierno. Su lengua recorrió mi labio inferior para que le concediera paso y yo acepte, su lengua se topó con la mía y miles de descargas eléctricas se produjeron. Yo subí mis manos hasta su cuello y lo atraje más hacia mí. Agarre su cabello entre mis manos, el bajo sus manos hasta mi cintura, las subía y las bajaba causando fricción, le di un pequeño mordisco a su labio y este gimió. Nuestras lenguas estaban en una batalla campal, sus manos ahora se encontraban en mis brazos y las siguió hasta conseguí mis manos las cuales se encontraban en su cuello, las dejo ahí y seguimos con nuestro beso, me separe un poco para tomar aire y lo vi. Tenía sus labios un poco hinchados y rojos a causa del beso lo mire y me sonrió. El unió otra vez nuestros labios esta vez se tornó más urgente que el anterior, ya sus labios no eran suaves ahora eran ardientes, los estrechaba con los míos como si no hubiera mañana. Poco a poco el beso fue perdiendo intensidad el volvió a colocar sus manos a los lados de mi cara. Podía sentir como los dos jadeábamos pero no queríamos romper el beso, sus labios eran como una suave caricia, me besaba casi con adoración. Estábamos por romper el beso cuando nos interrumpieron. Los dos nos separamos rápidamente, yo me toque los labios los cuales pude sentir que estaban hinchados, lo mire a él y me sonrió vi hacia la puerta y cuando vi quien era casi me desmayo allí mismo.
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Regrese si!, despues de quinientos mil años pero aqui estoy, awww chicas necesito mucho muchisisismo que me digan que les parece este capitulo, porque apartir de aqui es que la cosa, tomara camino :) jijiji
dejenme sus comentarios y votitos me harian muy feliz:D ...!ammmm las quiero chicas besitos y brazosd, desde:venezuela♥
Rosie ♥
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