Ja! Ja! Dormir?? Nada que ver… estuve despierta lo que quedaba de la madrugada.

Mi madre fue a “despertarme” a las 10:30 am. Era más de lo que me dejaba dormir, pero aun así se lo agradecí, pues no había pegado un ojo y eso me permitió descansar y estar lista para ese día.

Al medio día, Jacob y yo nos fuimos a comer en un restaurant que estaba al otro lado de la isla, ese lugar se estaba convirtiendo en centro turístico, menos mal y teníamos nuestra propiedad lo bastante alejada como para que mis padres disfrutaran de nadar un rato sin ser descubiertos, hacia ya unos años habían comenzado los planes para que esa sección de la isla fuera aislada completamente de la zona turística, claro que nosotros podíamos salir, pero ellos no podían entrar. Pasear por el muelle me hizo sentir completamente en calma conmigo misma, el mar siempre tenía ese efecto en mí.

No tenía muchos ánimos de pasear en lancha así que nos quedamos mirando un rato las tiendas para luego regresar. Yo quería nadar pero no podía hacerlo si Jacob estaba ahí. ¿Por qué?, él no me había visto en traje de baño nunca, a parte mi que piel desprendía un tenue resplandor, casi imperceptible, llamaría la atención. Mucha en realidad.A pesar de todo, estaba agotada y solo quería irme a casa. Estaba inquieta, y hambrienta después de haber paseado por horas.

Casi entrado el crepúsculo llegamos a la casa.

La cena fue muy silenciosa, más de lo habitual, sabía bien que mi padre estaría leyéndole la mente a Jacob para ver que habíamos hecho en toda la tarde, y al parecer este pensaba en otras cosas para evitar que mi padre leyera su mente. Yo por mi parte solo bloqueaba mi mente.

Esa noche estuve en la terraza hasta muy entrada la noche, no tenía sueño, pero me sentía agotada. Mi cuerpo había cambiado tan de prisa que me era casi imposible saber que me ocurría.

Cansada ya de mi trágico letargo, corrí hasta uno de los cajones y saque un traje de baño de dos piezas color morado oscuro, busque mi toalla y fui directo hacia la baranda del balcón, deje mis cosas y corrí por la arena ya fresca por la influencia de la noche.

Al entraren contacto con el agua sentí un escalofrió atravesar mi columna vertebral, estaba bastante tibia, y sentía mi piel helada, era extraño , pues siempre mi temperatura era de unos 40°, pero parecía haber bajado. Mucho.

Deje que el movimiento de las olas me alejaran un poco de la paranoia. Estaba ya predispuesta a la mañana siguiente siempre encontrarme diferente, que al no hacerlo hacia sentirme inquieta. ¿Sería tal vez que me estuviera convirtiendo en un vampiro completo?