Sangre Azul

Autor: LunaLautner
Género: Romance
Fecha Creación: 18/04/2010
Fecha Actualización: 18/08/2010
Finalizado: SI
Votos: 14
Comentarios: 64
Visitas: 51505
Capítulos: 31

¿Qué pasaría si de pronto tu mejor amigo dejase de serlo?…

¿Que al que vistes como tu hermano durante tanto tiempo deje de verse como tal?...

Dicen que el dinero no compra la felicidad… Es cierto…

Muchos pensaron que  mi vida era perfecta. Perfectos familia, lujos, muchos autos, mucha ropa y joyas… pero lo que nunca se imaginaban era que… aunque amaba a mi familia con todo mi corazón, que tenía todo lo que yo deseaba… no era feliz… o por lo menos… no del todo.

Mi familia tenía un gran secreto…

Y…Yo también…

 

 

          Nessie C.

 

 

 

Holaaa a todooos :D akii esta un fic creado x mii.. espero ke les guste tanto como a mi porque esta hecho con amor... espero estar actualizando la historia para no dejarlos esperando tanto jeje... tambien lean "El Legado de Amar" q es otra de mis historias inspirada en la saga de Twilight... estos personajes son exclusibos de la autora de la saga... solo escribo la historia que me gustaria para Jacob y Nessi....

Team Jacob 4ever :D

Amanda Barrios :D

 

Akii esta el link de la 2da parte *-*

http://lunanuevameyer.com/sala-cullen?id_relato=925

 

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Capítulo 23: Cap XXIII

Luego de la ceremonia todos nos dirigismos hacia la sala de la casa, todo estaba adornado con flores y color lavanda. Lavanda en vasos, platos, servilletas, manteles, lazos y hasta las escaleras. De las cuales por cierto no me había fijado hasta el momento de entrar a la estancia.

Yo caminaba de la mano de mi adorado Jacob, ahora mi esposo. Comenzó a sonar un hermoso vals. Yo estaba en el centro de la sala mirando a Jake, casi ignorante de lo sucedía a mi alrededor, todos los invitados se habían congregado a mi alrededor. Él toco mi mejilla y luego la beso. Una de sus manos me sostuvo aferrando mi cintura para que me pegara a él, así comenzamos a bailar nuestro primer vals como esposos.

Todos aplaudían y gritaban de aprobación. Después de eso la pista de baile se llenó de gente y todos disfrutaron de la velada.

Al final de la noche solo quedaba mi familia y uno que otro amigo íntimo.

Todos estaban animados incluso a esas alturas que ya la fiesta hacia mucho que se había dado por terminada. Jacob y yo nos quedamos en el balcón que daba al jardín delantero. Ambos estábamos abrazados sin decir nada, hasta que la abuela nos llamo para que entráramos.

Algunos de los muebles ya estaban en su lugar, ahora solo quedaba la familia que nos miraban al entrar. Cada uno estaba abrazado con su respectiva pareja, la Tía Rose y Tío Emmett, La Tía Alice y el Tío Jasper, El abuelo Carlisle y la abuela Esme, Mi Madre y mi Padre, y por supuesto Jacob y yo no nos habíamos separado.

-Bueno chicos- comenzó la abuela- ahora nos toca a nosotros hacerles un regalo muy especial. La mesa de regalos estaba repleta de presentes de todos los invitados, ¿Qué más nos iban a dar? El abuelo se acerco a mí y me tendió un paquete, era cuadrado y pequeño, había un sobre pegado a él, yo lo mire interrogante pero él no quiso decirme lo que era. Yo le sonreí e intente entrar en su mente, pero este solo contaba los números en alemán, y el resto de mi familia hacia lo mismo en otros idiomas, era frustrante.

Yo le tendí la carta a Jacob mientras yo abría la caja. Había un juego de llaves, un llavero con el escudo de armas de la familia y dos sortijas con el mismo emblema. Yo tomé el anillo más grande y lo miré detenidamente.

-Ese es para Jacob- dijo mi madre. Dentro de él estaba la inscripción “Hijo de la Luna”

Jacob miró a mi madre confundido, tomé su mano y coloque el anillo en su dedo anular.

-Gracias –dijo Jacob.

-No hay de que- mi madre sonrió

El otro anillo era significativamente más pequeño que el anterior, obviamente era el mío. También tenía un gravado “Rayo de Sol”

-¿Qué significa?- pregunte.

-Cuando llegaste a esta casa todo se ilumino cariño. Eres como sol brillando justo durante la media noche. –dijo mi padre. Corrí a abrazar a cada uno de los miembros de mi familia.- Muchas gracias a todos, yo…

-Maldición- soltó Jacob de pronto. Yo regrese a su lado a ver que le ocurría. Él estaba boquiabierto mirando el papel en sus manos, todos rieron, yo tomé el papel y me dispuse a leer.

-Jacob y Renesmee Black Cullen son dueños de… un departamento en New York, y  propietarios de una casa de tres plantas en la siguiente dirección…. Fork. – no lo podía creer, no solo tenía un departamento en la gran ciudad sino que además tenía una casa propia.

-Oigan… -comenzó Jacob- esto es genial pero… me gustaría ser yo el que adquiera esas cosas. Sé que sus intenciones son buenas pero…

-Calla esa falsa modestia tuya can- dijo la Tía Rosalie.- considera que es un regalo para mi adorada sobrina y no para ti. Por desgracia ahora eres parte de esta familia, y por lo tanto tendrás que acostumbrarte a la idea de que siempre hacemos regalos como ese.

Jacob se sonrojo y bajo la cabeza, yo tomé su barbilla y luego le di un beso. Él no quería depender de mi familia, quería trabajar y ser autosuficiente, mantener a nuestra familia, todos esos pensamientos entraron en mi cabeza. Al parecer mi papá también los vio porque miro a Jacob muy serio.

-Todos queremos lo mismo Jacob, pero no todos son tan afortunados de tener una extraordinaria posición económica como nosotros, no dependerás de nadie, pues también tendrás que trabajar con Emmett en la compañía automotriz. Ahora somos una gran familia.

-Está bien… pero no quiero una de esas tarjetitas doradas suyas ¬ ¬ - La Tía Rose rió por lo alto. Mientras que la Tía Alice se colocó justo a Jacob.

-No. Claro que no.

-Bien.- Dijo Jacob creyéndose triunfante

-Ness ya tiene una- estallaron las risas y no pude contenerme.

- Hablando de eso… Ness, hay cosas que no me habías contado. – todos se quedaron cerios.

-Bien bien bien… podrán hablar todo lo que quieran de camino a New York… - mis mejillas ardieron consciente de que nuestra luna de miel estaba por empezar.

La Tía Alice ya había preparado las maletas y estaban ya en mi hermoso auto.

Tomé la mano de Jacob casi arrastrándolo fuera de la casa. Nos habíamos cambiado nuestros trajes y nos pusimos algo más cómodo para el viaje. Mis padres nos llevarían al aeropuerto y luego nos iríamos directo a la ciudad. Nos hubiera gustado ir a algún lugar exótico como Las Bahamas, Hawái o un lugar más romántico como Londres o Francia pero por mi estado de salud se nos era imposible.

Antes de subir al auto mi abuelo le grito a la tía Alice:

-¿Alice metiste la cajita azul que te di? – preguntó el abuelo. La tía asintió sonriéndome. La palabra “prueba de embarazo” llegó a mi cabeza. No pude contener el rubor de mis mejillas.

*

En 5 horas ya estábamos en el taxi que nos conduciría hacia nuestro departamento. El complejo residencial era enorme, tenía una entrada enorme y un vestíbulo impresionante. Todo estaba decorado con todos blancos y azules, muy parecidos a los de la casa en Isla Esme. Nos dirigimos hacia la recepción. Había una mujer regordeta de tez pálida detrás del escritorio, suponía que sería la encargada.

-Bienvenidos- dijo ella amablemente- ¿en qué puedo ayudarles?

-Buenas noches, acabamos de comprar uno de los departamentos, pero como fue un regalo de mi familia no sabemos cuál es. – dije.

-Muy bien, su nombre por favor.

-Renesmee Black Cullen- mi nombre sonaba hermoso con mi nuevo apellido.

-Aquí esta. Renesmee y Jacob Black ¿es correcto? – pregunto la recepcionista.

-Sí.

-Me permite verificar su identificación. – yo saque mi identificación y no indico cual era el nuestro.

El departamento 260 estaba en el piso 6. Cuando Jacob abrió la puerta, dio paso a los encargados de las maletas, les entregue una generosa propina a los jóvenes que se quedaron lelos mirándome y luego les di las gracias y se retiraron. Todo estaba amueblado. Había sillones de cuero gris y una mesa central china, una lámpara inclinada en plata a juego, las paredes blancas y cortinas blancas. Una televisión de plasma ocupaba una de las paredes y hermosos cuadros. El comedor estaba en la siguiente ala, las mesas en roble talladas al igual que las sillas. La cocina era realmente una obra de arte, todos los accesorios confinaban a la perfección y estaba increíblemente abastecida. Tenía 3 habitaciones. La primera era enorme, pero era como para una sola persona, así que pensamos que era la habitación de huéspedes. La segunda era una especie de biblioteca pequeña, bien equipada con libros y una laptop. La siguiente era más grande que la primera. Decorada en motivos dorados y lilas. Había una cómoda hermosa, una peinadora dorada que me había quitado el aliento. En el centro de la habitación había una cama con dosel, era gigantesca. Con sabanas blancas y edredones dorados y lilas. Toda la habitación armonizaba a la perfección. Había unas largas cortinas doradas que llegaban al suelo. Yo camine despacio hacia las cortinas. Al correrlas había un ventanal del cual se apreciaba el mar hermoso de los paisajes urbanos. Todas las luces y los anuncios eran deslumbrantes. Estábamos en la ciudad que nunca dormía.

Estaba tan absorta en el hermoso paisaje que no me había percatado de la presencia de Jacob a mi espalda, me tomó por la cintura envolviéndome con sus cálidos y musculosos brazos. Me voltee para poder mirar la expresión de su rostro, estaba feliz.

Había algo distinto en él, como si no pudiera creer que fuéramos el uno para el otro, en realidad tampoco lo podía creer.

-¿Estas cansada para desempacar o lo hacemos mañana? – pregunto Jacob con una sonrisa picara en la cara.

-En realidad me siento más que cansada, pero desempaquemos y vamos a dormir ¿sí?- sabía que estaba echando a perder nuestra primera noche juntos, pero… era cierto, el agotamiento estaba haciendo mella en mí y no podía estar un segundo más de pie.

-Como ordenes princesa – él me alzo como si no pesara más que una pluma y me colocó suavemente sobre la cama. Me dio un beso en la frente, y luego en los labios.- yo desempaco, tu descasa.

-No. Podemos hacerlo mañana.- yo me levante y fui a buscar una ropa para dormir. Él hizo lo mismo. Cuando estuvimos cómodos nos acostamos. Cerré mis ojos mientras sentía junto a mi espalda el calor que emanaba Jacob. Él me atrajo hacia su cuerpo y quedamos así durante el resto de la noche. 

Capítulo 22: Cap XXII Capítulo 24: Cap XXIV

 
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