Sonó el despertador.

7:00 am.

Rayos!!!. No quería despertarme tan temprano.

-Renesmee Carlie baja a desayunar, se que estas despierta – escuche la voz de mi madre desde la escalera en forma de caracol que daba hasta la cocina.

-Ya bajo mamá

Baje las escaleras hasta el piso inferior, fui al baño, me lave y luego me senté a la mesa. Me recosté a la mesa, desde hacía unos días la rutina me estaba matando. Hasta donde sabia, los estudiantes normales tenían sus periodos de descanso, los cuales yo no tenía.

-Calma hija, pronto tendrás unas merecidas vacaciones – escuche la voz melodiosa de mi padre. Por alguna razón que no entendía, su voz siempre me tranquilizaba, y me llenaba de una paz infinita. Como si con solo decirme unas palabras comunes lograra controlar todo mi mundo. Un talento que se lo dejaba a mi tío Jazz – Bueno gracias por los halagos cariño – me dio un beso en la frente y se sentó en el asiento disponible a mi lado, el otro ya lo ocupada mi madre.

-Sabes que no me gusta que leas mi mente papá, pero lo que pienso es exactamente lo que siento – le dedique una sonrisa que él me devolvió con todo el amor del mundo. Era esa sonrisa torcida que siempre le daba a mi madre cuando la miraba. Ella siempre decía que si fuera humana en ese momento toda la sangre se le acumularía en las mejillas o le fallarían las piernas y se caería de bruces al suelo.

- Te amo cariño. Y como te amo tanto te tengo una sorpresa – S-O-R-P-R-E-S-A… cuando un Cullen utilizaba la palabra con S quería decir algo muy grande, y en realidad grande.- No es algo del otro mundo Ness no exageres.

- No exagero, es que sabes muy bien que las sorpresas en esta familia en realidad son sorpresas.

-Touche. Llegara dentro de… -escuche como la puerta que daba al jardín de rosas de mi mamá se habría de par en par – ya llego.

En el marco de la gran puerta trasera estaba mi mejor amigo. Como de costumbre no llevaba camisa, solo unos pantalones cortos y sus zapatos de deporte.

-Jacob!!!!... pensé que estabas castigado, tu sabes – lo habían castigados por “secuestrarme” en medio del centro comercial. Cinco horas de compras con tía Alice iban a matarme, así que lo llame para que me recogiera, y como siempre lo hacía que nos metíamos en problemas él se echaba toda la culpa. Él me sonrió cuando recordó lo sucedido aquella tarde. Mi papá me miró con el rabillo del ojo. Ya me había leído la mente, siempre que estaba con Jake queria enterarse lo que pasaba por mi cabeza.

-Sabes que solo quiero que seas feliz, además confío en ti en un 110%, pero no confío en scooby  doo .

-Edward no le pongas apodos a Jacob, ¿Cómo estas Jake? – mi madre era la mediadora, siempre que mi padre trataba de molestar  a Jake ella lo defendía.

Aunque conozco la historia que ocurrió entre ellos cuando yo aun ni estaba en sus pensamientos, en lo general no me molestaba. Solo en ocasiones cuando recordaba que el amor que Jacob había sentido un tiempo atrás por ella podía seguir vivo. Aunque mi madre amara a mi padre con todo su corazón, con el corazón que no latía pero que estaba vivo de cierto modo sentía un poco de envidia por aquel sentimiento que nunca me dedicaría a mí.

-Nessie, no hay comparación, así que deja de pensar eso de una buena vez.- Papá!!... no espíes en mi cabeza, y por favor… guarda este secreto ¿sí? –haciendo un puchero mire a mi padre, el mensaje estaba recibido… amaba tener secretos con mi padre… pero odia ocultarle algo a mi madre… era mi mejor amiga, en realidad mi única amiga a parte de Jake, pero no dejaba de ser mi madre.

Jacob se acercó a la mesa… me dio un beso en la mejilla y le hizo una señal nada educada a mi padre con el dedo U_U… típico de Jake.

-También me alegra verte – mi padre me miro con complicidad.
Sabía que ya hacia un tiempo no salía de la zona en donde vivíamos así que supuse que tendría un permiso para salir. -  solo si el perro mantiene ese dedo guardado todo estará bien. – OMG!!!! … Papá O_O.

- hahahahahaha… Edward por dios, y luego dices que soy una mala influencia para tu hija- Jacob se reía hasta casi las lagrimas. Mi padre no solía hablar en doble sentido… pero con Jacob era costumbre.- ¿Qué dices princesa? ¿Una salida a la playa y luego a cenar?

Mire a mi madre a ver que me decían sus ojos… siempre que yo era feliz, ella también… así que supuse no pondría objeción. Pero mi padre tenía esa cara de “No saldrás a pasear al can”.

-No es normal que sea el perro quien pasee a su amo… pero puedes ir… solo lleva contigo el espray que tu abuelo te regalo, ya sabes por si acaso.

- Ok, te amo papá, también a ti mamá. – les di un beso en la frente y corrí escaleras arriba en busca de un abrigo mullido, en esta época del año el frio era más fuerte de lo acostumbrado.