-Quieres ir a cenar o… - dijo Jacob registrando el refrigerador – podemos pedir pizza.

-Jacob la despensa está repleta de comida, podemos preparar algo – dijo mirándolo desde la entrada de la cocina. Él estaba en short y yo bueno… solo tenía una camisa de Jacob. Nada más.

-No… quiero pizza. – el sonrío y fue a abrazarme.- por favor… quiero pizza. La pizza es… majestuosa, es deliciosa… al igual que tú.- luego me besó llevándome hacia el sillón.

-¿Me estas comparando con una pizza? – dije haciéndome la ofendida.

-Claro que no… yo…- empezó a decir nervioso, pero yo solo lo besé y me senté en su regazo. Nunca me había imaginado lo desvergonzada que podría ser. Estaba desnuda debido de la camisa y ahora estaba sentada en su regazo, y lo más gracioso era… que me parecía excitante.

-Vamos a vestirnos, iremos a alguna pizzería cercana.- dije haciendo el intento de levantarme, pero los musculosos brazos de Jacob no me dejaron, me empujo en el sofá y empezó a besarme con desesperación. Quise detenerlo, pues tenía mucha hambre, pero la pasión que corría por mis venas era mucho, pero mucho, más fuerte. Luego de un rato empecé a levantarme, y él no me dejaba, se había apoderado de mis pechos por encima de la camisa, yo levante las piernas y le di un empujón con los pies en el pecho, si fuera más fuerte que él le hubiese dolido, pero era como mover una roca gigantesca. Como no tenía ropa interior Jacob se carcajeo al notar que estaba totalmente excitada, y que con su mirada puesta en aquella zona no lo hacía más fácil.

Él tenía sujeto uno de pies tobillos evitando que me moviera. Con una mano sostenía mi pierna en lo alto de su pecho y con la otra se bajaba el pantalón, liberando su miembro erecto. Esta duro y grande, no puede más que reírme como loca, estuvimos todo el día haciendo el amor en el cuarto, no habíamos almorzado y ahora no íbamos a cenar por culpa de la lujuria. De un tirón se libero de los pantalones y se colocó sobre mí, besándome el cuello, los labios, jugueteando con el lóbulo de mi oreja mientras se abría paso por mis secretos íntimos. La fricción era exquisita, adictiva mejor dicho, era sorprendente lo perfectamente acoplados que estaban nuestros cuerpos, era como si hubiese nacido para él, y en realidad así era. Algo dentro de mí exploto haciendo que callera por un abismo, dejándome feliz y agotada al mismo tiempo, a los pocos segundos una oleada de calor recorrió mi cuerpo como otro fuerte estallido, aun más intenso que el anterior, Jacob derramo su semilla en mi interior mientras un rugido salía por su pecho, haciéndome consciente de que habíamos llegado a aquella cima maravillosa. Ambos agotados y con nuestros cuerpos brillantes del sudor, no hicimos más que ir a la ducha, habían 2 baños, uno con bañera en el cual me metí de inmediato dejando que el agua limpiara no solo el sudor sino que enfriara mi sangre. Jacob se metió en la regadera pues era el que tardaba mas en vestirse que en bañarse y yo era todo lo contrario.

En menos de 1 hora, cuando el reloj marcaba las 8:30 pm salimos del departamento tomados de la mano, la gente que pasaba a nuestro lado solo pensaban: “que hombre tan guapo” y “donde lo habrá conseguido” las mujeres babeaban por él mientras que los hombre quedaban intimidados con semejante tamaño y músculos “no es más que otro niño rico inyectándose esteroides” pensó un joven que miraba a Jacob con asombro.

Mientras que a él lo alagaban a mí muchas mujeres deseaban asesinarme, muchos hombres se detenían solo para verme pasar, cosa que a Jake se molestaba infinitamente, pero no era mi culpa, yo no lo culpaba a él de estar como quería, seria egoísta de mi parte, sabiendo que yo también hacia detener el tráfico.

Recorrimos unas cuantas manzanas a pie, estábamos casi entumecidos de quedarnos todo el día acostados. Llegamos a Ely´S Pizza, el lugar estaba lleno de gente, cuando entramos sonó una campanilla en la puerta, todos los presentes voltearon a vernos, algunos perplejos, otros emocionados por pensar que si éramos o no súper modelos famosos, otros les era tan difícil disimular que tenían sus bocas abiertas llenas de comida.

Ignorando todo eso nos dirigimos al mostrador, había unas personas recargadas esperando su pedido. Un joven bastante apuesto me cedió su lugar al frente de la fila, ninguno protesto y pedí una pizza 4 estaciones (4 ingredientes distintos en la misma pizza) tomé el boleto de orden y nos sentamos en una de las mesas disponibles.

Jacob revisaba sus mensajes desde su celular y yo que tenía mi cámara en el bolso, comencé a tomarle fotos, él se reía pero estaba concentrado mirando los mensajes. Estábamos muertos de la risa, una mesera con pechos prominentes se acercó a nosotros.

-Buenas noches – dijo ella torpemente, en su gafete decía Anne.- ¿desean pedir algo de tomar mientras esperan su pedido? – yo levante la ceja, baje mis protecciones metales, al principio era un tumulto de pensamientos, era como si todos hablaran al mismo tiempo y diferentes temas. Logre concentrarme, pero eso me dejo una fuerte jaqueca. *Dios mío, parece un príncipe. De seguro es su hermana, es su hermana. * pensó la chica flacuchenta y poco agraciada que nos atendía.

-Quieres algo cariño- pregunté. Él me miró mientras reía, parecía como si me hubiese leído la mente.  *Eres malvada princesa* pensó él divertido

-Mmm… un Nestea si es posible. ¿Amor que tomarás tú? – le pregunté mientras veía mis anillos de compromiso y matrimonio. *Eres perversa Renesmee* pensó Jacob riéndose muy fuerte.

-Sí una Coca-Cola.- la joven tenía los ojos como platos y estaba muy roja. *Es casado, y ella es su esposa* pensó Anne.

-En seguida se las traigo- ella se retiro y Jacob me reprendió con la mirada.

-No es mi culpa que te mirara como si fuera un pedazo de pizza – susurré, Jacob estaba al borde de las lágrimas.- además, ¿puedes creer que pensó que éramos hermanos, sinceramente esa chica necesita tener más citas.

-Sí, tienes razón. Creo que la invitaré a salir – yo abrí la boca, ofendida, pero sabía que era una broma, tome el menú y lo golpee con él. - ¿Qué?- estaba riéndose aun más fuerte que la vez anterior, todos nos miraban. Yo hacia un puchero mientras él me tomaba por el cuello y me besaba. Muchos de los otros comensales rieron. Un carraspeo me distrajo.

- Su pizza esta lista. –dijo un muchacho delgado, de cabellos desaliñados y ojos cafés. *La loca de Anne tenía razón parece un ángel*

-Muchas gracias, voy por ella. – Jacob se levanto lanzándole una mirada asesina al joven mesero. Cuando paso junto a mí volvió a besarme y a reír escandalosamente.