Esa misma tarde Jacob y yo fuimos a nadar, las aguas eran cristalinas, podía ver mantos de peces pasar junto a nosotros. Buceamos en los arrecifes de coral y nadamos con los delfines, por alguna razón algunos tenían miedo de acercarse a mí, pero eran juguetones con Jake. Su piel bronceada brillaba bajo la luz del ardiente sol, parecía esculpido en algún material oscuro, sus facciones eran tan perfectas que me daba vergüenza de que las chicas que pasaran por donde estábamos dijeran: “¿Qué hace ese muñeco con la fea? O ¿Qué le ve a esa tipa? En momentos como esos desea tener el don de leer las mentes, pero mi padre decía que era frustrante en ocasiones, pero para mí sería muy útil.

Quisimos pasear un rato por la isla, pero se nos hizo totalmente imposible.

Los muchachos no dejaban de echarme miradas, y mientras compraba unos helados preguntarle si era su hermana. Jacob esta colérico, a ese muchacho no le quedara ganas de hacer lo mismo con ninguna otra chica. Gracias a Dios logro controlar lo sufriente para no entrar en fase, ya era suficiente con la crisis que presentó la señora de la limpieza cuando reconoció a mis padres de la última vez que visitaron la isla, pobre mujer, mamá le dijo que la cirugía cosmética hacia grandes milagros.

En cuanto a mí, casi estrangulo a una que otra mirona, Jacob Black no era un bufet de todo lo que puedas comer, ahora sabía como se sentía él con respecto a mis admiradores, pero me encargaba constantemente de recordarle que no tenía ojos para otro que no fuera él.

Cuando el sol se ocultó, fuimos a la casa para la cena.

Mis papás se lucieron con una súper cena que constaba de langosta con mantequilla, ensalada cesar, y como postre una torta de triple chocolate (mi favorita). Tal vez algunos piensen que no es la gran cosa… tal vez no, pero había como para alimentar a un ejército y acabar con la hambruna mundial. Pero el ejercito no comía tanto como mi querido lobo, la comida estaba deliciosa… sin embargo quería comer otra cosa.

A él.

Luego de la cena nos quedamos viendo una película, o mejor dicho, ellos vieron la película, pues al llegar a la mitad de la cinta, ya había caído en los brazos de Morfeo, y en los de mi padre.

Alrededor de las 2 o 3 de la mañana me desperté algo inquieta, me pasaba mucho desde que habíamos llegado a la isla. Ya habían transcurrido 9 días desde el inicio de nuestra aventura.

Solía despertar a la misma hora todas las madrugadas, salir al balcón y esperar a que Jacob se percatara que estaba despierta y quedarse conmigo hasta el amanecer.

Claro, esa noche no fue la excepción.

Escuche un golpe sordo en la puerta que me indicaba que era él. Me levante de la cama colocándome una bata ligera, ya que el calor era tedioso, tenía el cuello y los brazos pegajosos por el sudor. Sin embargo durante el día me sentía fresca a pesar de las elevadas temperaturas, y por las noches sentía mi cuerpo arder en llamar.

Al abrir la puerta Jacob estaba recostado de forma despreocupada contra el marco de la puerta. No llevaba camisa, como era costumbre. Tenía unos short bastante cortos, no dejaban mucho a la imaginación si me lo preguntan. Antes de si quiera invitarlo a pasar ya estaba dentro del cuarto sentado en la cama. Me acerque a él my despacio, aun me era casi imposible de creer que ese ángel de cabello y ojos oscuros fuera todo mío. En realidad el termino era “casi”. Y ahora que lo pensaba mejor, él no me había pedido ser su novia. Jummmm!!! ¬ ¬. Esa noche se lo preguntaría. Pero primero pasaría un tiempo con él. Me senté a su lado y el tomo mis manos y las llevo a sus labios, estaban tibios y suaves. Era como mesclar crema y chocolate, él oscuro y yo blanca. Era hermoso. Estuvimos un rato mirándonos atolóndrados cuando él dejo mis manos en mi regazo y se dispuso a sacar algo de su bolsillo. Era una cajita color lavanda con un pequeño lazo más oscuro que el paquete, tomo de nuevo mis manos y me dio el regalo

-         Sé que no es mucho, pero al verlo pensé en ti. –dijo Jacob mientras yo abría la cinta. Cuando levante la tapa había un brazalete plateado con el dije de una luna de cristal, era totalmente perfecta. Mis ojos se llenaron de lágrimas al saber que algo tan bello y delicado lo hacía recordarme.

-         Oh!! Jake es hermoso, me encanta, gracias –dije casi en un susurro ante la amenaza del llanto. Estuvimos abrazados sabrá dios cuanto tiempo. Él me coloco el brazalete en la muñeca izquierda y nos recostamos en la cama. Justo antes del amanecer él debía regresar a la sala y tal vez dormir un poco… ambos lo necesitábamos. No sin antes darme un beso de buenas noches.

-         Sueña con los angelitos mi amor- dijo Jacob con sus labios pegados en mi frente.

-         Soñare contigo. – dije tomando su mandíbula con mis manos y acercándolo hacia mí para besarlo. Lo amaba demasiado. Tanto que hasta dolía, pero que era un poquito de dolor comparado con la felicidad que sentía al estar cerca de él.

-         Princesa…- dijo Jake dejando de besarme- mañana hablare con Edward… le pediré que seas mi novia oficial… y sé lo importante que es para ti así que no importa si muero en el intento… lo haré por ti- sentía que iba a desmayarme… le pedirá a mi papá su permiso para ser novios oficiales. O__O …- pero antes de hablar con él necesito saber si me amas tanto como yo a ti… porque si no es así te enseñare a quererme y te llevare a pasear…- antes de terminar lo bese para que se callara y dejara de decir esas locuras- y amare a tu estúpido auto… - volví a besarlo- y me gastare toda mi paga en comprarte ropa y joyas, las mas lindas y las más caras…- lo volví a besar, creo que lo hacía a propósito, así que lo bese más profundamente y al fin dejo de hablar.

-         Te amo. Te amo, te amo. Y no necesito que me compres nada… solo te necesito a ti y nada más. Sí, mañana hablaras con mi padre… pero yo estaré hay… y si hace falta controlar su humos mamá solo tendrá que sonreírle y él accederá. No podría quererte menos Jacob Black. Te amo, me escuchas… siempre será así… pero lo de amar a mi auto debemos discutirlo- le dije sonriéndole – ahora no pienses en ellos mientras estas en la sala… a papá le gusta ver los sueños de otras personas ¿sabes?...

-         Bueno es mejor que hoy ni lo intente porque soñaré contigo, tú y yo… en la playa… amándonos en todos los sentidos. – eso me hizo ruborizar a un extremo doloroso, ¿qué quería decir exactamente con eso?

-         Buenas noches Jacob- dije en tono juguetón empujándolo a la puerta.- no sueños conmigo… pero yo si voy a soñar contigo.

-         No te prometo nada princesa- volvió a besarme y salió de mi cuarto. Algo me decía que estaríamos juntos en todos los sentido muy pronto… y en cierto modo eso me aterraba. Pero él sería bueno y respetuoso conmigo, lo sabia… pero si no lo hacía ¿pensaría que era una cobarde y me dejaría?... mañana sería un gran día, y debía dormir un poco... estaba muy asustada.