Edward pov:

Un pequeño resplandor me despertó, anunciando un nuevo día, pestañee varias veces para adecuar mi vista a la luz del lugar y al recorrer  con la vista el lugar me encontré con  una adorable imagen, bella estaba dormida en una silla junto a la cama, sus labios estaban entre abiertos, sus adorables mejillas tenia un leve sonrojo, sin poder evitarlo sonreí me levante de la cama y me sobresalte al sentir que caía en mi regazo un pequeño pañuelo…seguramente había pasado la noche al cuidado  de mi salud, creaba una tormenta en un vaso de agua.

Salí de la cama de puntillas para no despertarla, y me di cuenta que llevaba puesto un camisón nada mas, mire por toda la habitación y por  primera ves en mi vida me sentí perdido en una habitación de no mas de 4 paredes, frente a mi habían dos puertas y a mis espaldas igual, ¿hacia donde? Me pregunte a mi mismo rascándome la cabeza, decidí empezar por la  que tenia mas cerca.

-         buenos días mi lord- peque un brinco, al escuchar la voz de nana- no debería estar levantado…

-         nana, que susto me has dado…

-         mi lord no soy un espanto- dijo simpática mientras entraba con una bandeja en las manos.

-         Nana, ¿por que hay tantas puertas?- ella dejo de hacer lo que estaba haciendo con la comida y se dirigió a mi.

-         Esta milord- dijo señalando una de las puertas.- es de salida, esta otra- señalo que estaba al otro extremo de la primera- lleva a un pequeño Salón que comunica este cuarto con el de miladi…la que tiene a sus espaldas  es el armario y la que se encuentra al otro costado es el baño.-  a medida que explicaba yo la seguía con la mirada, en silencio entre al baño y me asee y  volví de nuevo a la habitación en la cama estaba ya mi ropa arreglada, mire hacia donde antes se encontraba bella y no me pareció adecuado desvestirme frente  a ella así estuviera dormida, recogí la ropa y me dirigí al baño al salir, me pareció que no era adecuado dejarla dormir en esa silla incomoda, la tome en mis brazos con sumo cuidado de no despertarla, pase por el pequeño estudio que comunicaba los dos cuartos y me sorprendió ver que en sima de la chimenea había un enorme  cuadro de alguien que no conocía pero me imaginaba quien era. Al dejarla en su cama en seguida suspiro, sonreí para mi mismo y decidí explorar un poco pero antes necesitaba un guía. 

-         Buenos días Garrett ¿como amanece?- lo salude cordialmente al encontrarlo en el comedor

-         Buenos días mi lord, esa frase debería decirla yo, pero puedo ver que se encuentra usted muy bien

-         Así es, después  de la tormenta siempre llega la calma.

-         ¿Lady bella lo ha dejado levantarse de la cama? ¿tan pronto?  

-         Emmmm…-dude un poco antes de contestar- ella no sabe, aun duerme- Garrett sonrío, mientras con la cabeza negaba- se merece un descaso después de haber velado mi sueño- trate de excusarme…-¿sabes donde esta nana?

-         En la cocina milord…- dijo señalando hacia una puerta, le sonreí por agradecimiento y fui hacia donde me señalo.

-         Nana…

-         Mi lord- hablo volteando y sobresaltada ante mi presencia- en que puedo ayudarle.

-         Quería saber si, quisiera ser- hablaba lentamente, mientras nana me miraba serena esperando a que terminara mi propuesta- si le gustaría ser mi guía para evitar futuros extravíos de mi parte en esta casa.

-         Mi lord disculpe, pero no puede ser.- me miro con disculpas- debo mantener en pie la casa.

-         Entiendo- dije algo triste, Salí de la cocina y volví a la habitación, hacia un día hermoso, no quedaba rastro de la tormenta anterior, hacia un día perfecto para pasear al aire libre, volví a entrar en la habitación de bella y divague pensando las miles de tantas  cosas que se me ocurrían, tonterías que jamás habían llegado a mi mente antes…incluso a mi mente llego la imagen de despertar un día teniéndolas en mis brazos, que lo primero en ver al despertar fuese su delicada sonrisa o esos perfectos y profundos ojos  marrones…sin darme cuenta estaba sentado a la orilla de la cama mirándola dormir placidamente.    

Bella pov:

-¡buenos días! Bella, a amanecido es un día hermoso a levantarse….- escuche que me decían al oído, recosté  mi cabeza hacia el lado opuesto  no tenia intenciones de despertar.

-un momento más...-hable aun ente sueños no quería despertar, pero algo que no estaba muy segura si era realidad o un sueño, unos labios tibios se posaron sobre mi frente, seguido unos dedos se hundieron mi cabellera, no pude evitar soltar un suspiro ante una sensación tan deliciosa…

-bella, es hora de despertar- hablo esa voz una ves mas en mi oído  haciendo que poco a poco abriera los ojos, encontrándome con unos ojos profundos y una sonrisa sutil.-buenos días…

-buenos días- dije luego de suspirar pesadamente y revolverme en las calidas sabanas… ¡sabanas! Me senté de golpe en la cama mira alrededor y estaba en mi habitación.- ¿como llegue aquí?

- pensé que  se te aria incomodo dormir en aquella silla así que me tome el atrevimiento de traerte a tu habitación- no pude evitar sonrojarme, realmente me había demostrado que debajo de todo su carácter hay un hombre atento

- muchas…muchas gracias no...No debiste

-al contrario, velaste por mi sueño…y así como tu cuidas de mi salud yo debo cuidar la tuya.

- hablando de salud usted, debería estar en cama- hable sentándome frente a el

- vamos bella hace un día maravilloso y un clima hermoso… no puedo desperdiciarlo entando en cama, demos un paseo y démosle gracias a dios que  me dio un día mas de vida y que el mundo sigue su rutina...un nuevo amanecer, un nuevo atardecer….

- el mundo se mueve y tu no puedes continuar estando estático en un mismo lugar sintiéndote “inútil”- hable enarcando la palabra inútil haciendo comillas con mis dedos.

- como sabias lo que iba a decir- dijo inclinándose peligrosamente hacia mi, lo miraba directo a los ojos y a pesar de su acercamiento no me moví un solo milímetro pues estar cerca de el era vital tanto o mas que respirar.

-intuición- respondí acercándome un centímetro mas hasta que nuestras narices se rozaban…nuestras miradas estaban conectadas ni siquiera pestañeábamos, aun así no podíamos estar hace todo el día por mas que internamente muriera por que fuera así, cuando sentí que me iba a besar reaccione- tienes razón, el mundo sigue su curso y hay que seguirlo…o al menos intentarlo- hable antes de que me besara, apartando las sabanas de mi regazo y cubriéndolo a el completamente…me levante camino hacia el baño cuando lo escuche reír bajo las sabanas…rápidamente me asee y al salir me encontré con que la puerta de mi estudio estaba abierta y Edward no se encontraba en la habitación.

-¿hay algo de interés?- pregunte parada en la puerta que comunicaba el estudio con mi habitación.

-¿quien diseño esta casa?-pregunto mirando en alguna parte de la habitación que yacía a oscuras.

- ¿a que se debe esa pregunta?- no esperaba que  preguntara tal cosa

- es que no es normal, que en una habitación se encuentren 4 puestas..-esta ves se giro y me miro.

- la diseño mi madre- hable acercándome a el- las únicas habitaciones que tienen 4 puertas son  esta habitación y la habitación donde te encuentras tu…- le explique caminando hacia las cortinas y correrlas para que la luz entrara en el lugar

-¿Por qué?

-porque, este antes era el estudio de mi padre…y aquella la habitación de mis padres…y un día mi madre pensó que seria innovador que su habitación y la mía tuvieran un fácil acceso…entonces mi padre agrego también una puerta para su estudio... a los dos les gusto y ami también pues cada ves que no podía dormir  tan solo a unos pasos podía encontrar la tranquilidad en mis padres.

- es muy interesante tu historia.- lo mire con una sonrisa, al recordar aquel día...claro que con la muerte de mis padres yo hice mis arreglos para hacer la casa mas personal, adoraba este lugar  por estar alejado de la ciudad, así como para Edward aquel lago era su subconsciente estando conciente, esta casa significaba lo mismo para mi  de alguna forma u otro siempre me traía paz.- ¿tocas el piano?- la voz de Edward disperso mis pensamientos  

-no, en lo absoluto…no tengo talento para la música- el se dirigía al enorme instrumento negro posicionado frente a la chimenea.

- ¿tu padre tocaba el piano?

- en lo absoluto…- Edward me miraba  confundido.- Me pareció que durante nuestra estancia aquí te vendría bien distraerte con un poco de música.

- ¿es para mi?- pregunto sorprendido y con un brillo peculiar en sus ojos.

- no precisamente- frunció el ceño y me miro aun mas confundido.

- el instrumento es mío, de los dos- corregí, la expresión de confusión en la cara de Edward era impagable tuve que respirar profundo varias veces para evitar reír- es mío por que se quedara aquí, pero también es tuyo por que su propósito es ser tocado únicamente por tus manos y su música escuchada únicamente por mis oídos.- Edward sonrío y luego se sentó frente al instrumento…descubrió sus teclas y sin previo aviso comenzó a tocar las escalas musicales de arriba para abajo, hasta que  todos esos sonidos fueron tomando forma y convirtiéndose en una alegre y muy animada melodía.

-         mi lady disculpe que la interrumpa- hablo nana entrando al estudio por el pasillo sobresaltando a Edward provocando que dejara de tocar.

-         ¿Sucede algo nana?

-         Le ha llegado esta carta de la ciudad- dijo entregándome el documento y luego desapareciendo por las puerta cerrándola tras su espalda. Edward volvió a tocar el piano, al parecer despertó de buen humor pues  tocaba una variedad  de melodías pero en si nada concreto. Destape la carta y era de Rosalíe preocupada por la salud de Edward e informándome que aro necesitaba de mi presencia en la ciudad pues los casos de asesinato habían aumentado todos idénticos al primero, solo había una variación sus victimas no eran solo de la nobleza si no también políticos y la plebe.

-         ¿Este todo en orden?- me distrajo Edward preocupado, mi expresión no debía ser la mejor. 

-         Si, todo esta en orden – sonreí lo mejor que pude y guarde la carta en una de las gavetas del  escritorio- que te parece si damos un paseo por los alrededores- propuse, era preciso que despejara mi mente con otra cosa….no sabia en que momento mi trabajo había quedado en segundo plano pero por los momentos no tenia intenciones de volver a la ciudad, no mientras Edward estuviera delicado de salud. Ambos salimos en completo silencio de la residencia sintiendo los rayos del sol golpear sin piedad nuestros rostros…

-         Bella ¿estas segura que no sucede nada?

-         Absolutamente…aunque pensándolo bien quisiera saber una cosa...

-         ¿Una cosa?- pregunto Edward incrédulo mientras nos adentrábamos en el bosque que rodeaba completamente a la propiedad.

-         Esta bien, varias cosas…

-         Cual es la primera…- me dijo sonriendo.

-         ¿Por que ese reloj tan tenebroso que estaba en tu casa, es tan importante?- se detuvo al momento en que finalice mi pregunta y me miro.

-         Pues, como ya sabes mi padre y yo no teníamos una buena relación- dijo Edward  y yo asentí- mi padre tenia como pasatiempo armar relojes y el día en que yo le dije acerca de que me casaría con María el estaba armando ese reloj precisamente imaginaras que tuvimos  una muy fuerte discusión…pero realmente no fue así- amos caminábamos, el hablaba mirando en algún lugar lejano del bosque al que mi vista no alcanzaba a ver…mi atención se concentraba en el- Carlisle Cullen se caracterizaba por que jamás levantaba las voz en una discusión, en cambio yo tengo un carácter muy diferente.

Edward flas back:

-padre por favor entiende que quiero construir una vida con María, así como tu lo hiciste con mi madre….- trataba de explicarle una ves mas a mi padre quien estaba sentado en su escritorio ajustando otro de sus tantos relojes de colección- ¿pudieras al menos prestarme atención?- grite exasperado

- Edward, hijo yo te amo, eres mi heredero…sangre de mi sangre, mi orgullo, entiendo que quieras asentar cabeza me parece bien las responsabilidades hacen a un hombre de bien, pero no entiendo cual es el empeño de que sea con esa jovencita que no tiene ni la mitad de tu linaje.- respondió con la voz tan serena mientras colocaba una pieza dentro del reloj 

-  papa, ami no me importa di ella s de la nobleza o no, la amo y es lo que importa… ¿tu acaso dejarías de amar a mi madre si ella no hubiera nacido dentro de la nobleza?

- hijo, no crees mundos alternos las cosas suceden como deben suceder… si quieres casarte con esa jovencita hazlo pero no obtendrás mi bendición ni la de tu madre.- esa ultimas palabras partieron mi corazón en mil pedazos

- ¿acaso no quieres mi felicidad?

- por eso es que lo hago hijo, algún día te darás cuenta de tu error y recordaras mis palabras.- su voz neutras, serena completamente calmada ante la situación causaba en mi el mas alto coraje…parecía que no le importaba nada en lo absoluto mi felicidad solo las apariencias y sus entupidos relojes. Hecho una furia Salí de su estudio cerrando tras de mi la puerta fuertemente, encontrándome con mi  querida hermana Alice parada en el pasillo.

 Fin flash back

-esa fue la ultima vez antes de la muerte de mis padres que vi a Alice.

- ¡Ho!- fue todo lo que alcance a decir- pero aun no comprendo como llego el reloj a ti 

- el reloj llego a mis manos, al momento de la muerte de mis padres, mi corazón estaba destrozado por la perdida de mi esposa e hija y al ver a mis padres en tal estado, fue mas devastador aun…

Edward flash back

-¿doctor esta seguro que no podemos hacer algo?- le pregunte por milésima ves al medico parado en la puerta de la habitación de mis padres

- lo lamento joven Cullen, pero es demasiado tarde…

- doctor jamás es demasiado tarde, algo se debe hacer, no los puedo perder…no a ellos.

- entiendo su dolor joven, pero la enfermedad esta muy avanzada temo que solo le quedan unas horas de vida.- al escuchar esas palabras tan devastadoras mis ojos se llenaron de lagrimas, las cuales no tardaron en recorrer mi cara…no podía perder a mis padres, acaso todos mis seres queridos me abandonarían… señor cuales han sido mis pecados que los tengo que pagar mirando la muerte de mis seres amados, por que no soy yo  el condenado por que ellos…me adentre poco a poco en la habitación de mis padres, mirándolos totalmente pálidos con un semblante de ultratumba.

-¿hijo mío, eres tu?- hablo mi madre, para luego toser tapándose con u pañuelo ya lleno de sangre.

-estoy aquí, soy yo...- hable con un hilo de vos

-cariño, no s justo para ti que nos veas en este estado…hijo mío te estas exponiendo.

- no te preocupes, mama una muerte mas no hará daño al mundo…-respondí melancólico secándome las lagrimas con las manos.

- hijo jamás vuelvas a decir esas palabras…eres mi orgullo y te amo…te amo hijo te amo- hablo esta ves mi padre su voz apenas su era perceptible.

- padre, perdóname, perdóname por haberte hecho tanto daño por no ser lo que esperabas…por desobedecer…soy un miserable que no merece tu amor.

- Edward jamás vuelvas a decir tal cosa te amo y siempre lo are pase lo que pase.

- e tomado las peores decisiones, y personas inocentes han pagado mis actos…tenias toda la razón, ahora mas que nunca recuerdo tus palabras aquel día antes de abandonar mi hogar, el lugar donde crecí, donde pase los mejores momentos de mi vida solo por estar junto a ustedes.

- Edward no te culpes, por nada de lo que este pasando...recuerda la vida es como un reloj, cada pieza encaja perfectamente por mas extraña que sea, y la principal es el destino.

-escucha a tu padre hijo mío, no hay nada mas devastador para una madre aun estando en su lecho de muerte, que morir y antes de ello ver a uno de sus hijos sufrir.- mis padres estaban los dos en la cama tomados de la mano, mientras yo los miraba y hablaba arrodillado al lado de mi padre.

- Edward, prométeme algo, prométeme hijo que jamás dejaras que la culpa dicte tu vida…- dijo tomado mi mano y apretándola, se la bese aun con lagrimas corriendo por mis ojos y antes de que pudiera decir algo mas su mano cayo sin vida sobre la mía…llore desconsoladamente, mis padres habían abandonado el mundo, juntos, tomados de la mano…aun en la muerte era la pareja ideal…bese la frente de ambos antes de cerrar sus ojos…y justo cuando iba saliendo de la habitación con la culpa carcomiéndome internamente…escuche aquel reloj…con ese sonar tan ultratumba, aquel que alguna ves mi padre había perfeccionado y dedicado parte de su tiempo, ese pedacito de el.

Fin flash back.

-¡Ho! Edward que triste…- le dije mientras sentía mis lagrimas caer por mis mejillas- perdóname por querer botarlo

- no tienes por que pedir perdón.- sonrío y con una de sus manos limpio mis lagrimas.-no sabias, hay muchas cosas que no conoces de mi, cosas que siento solo tu entenderás…bella eres muy importante para mi eres la única persona en la que siento que mi pasado y mis demonios desaparecen…-abrace Edward fuertemente

-jamás imagine que hubieras pasado por un dolor tan grande como ese, ver morir a tus padres, y cruzar tales palabras en el lecho de muerte, entiendo completamente tu afecto hacia ese artefacto…

- aunque si debo admitir suena de una manera muy perturbadora…Garrett me ha comentado que te a dado los mas grande sustos de tu vida- Edward intento llevar la conversación a un tema algo mas agradable, le sonreí pero no fui capaz de hacer ningún comentario dando por terminada la conversación…regresamos a la casa legada ya la tarde, ambos nos preparamos para la el almuerzo, luego tuve una pequeña discusión con Edward para que  descansara la siesta tanto di, hasta que acepto….

-Mi lady, debe venir mi lady- dijo nana entrando en el estudio donde me encontraba leyendo una ves mas la carta de Rosalíe.

- ¿que sucede nana por que estas tan alterada?- dije guardando la carta y  mirándola

- es el conde mi lady se encuentra muy mal…- no hicieron falta mas palabras para que me levantara rápidamente del escritorio y corriera a la habitación donde se encontraba Edward acostado, se encontraba dormido pero se revolvía en la cama de un lado a otro, completamente sudado.

- la fiebre no  le disminuye mi lady..- hablo nada detrás de mi, corrí a un lado de la cama y  comencé a tantearle la frente, estaba completamente sudado sus mejillas estaban sonrosadas hervía en fiebre…

-debemos hacer algo nana… -dije desesperada…

- lo único que podemos hacer es tratar de bajarle la fiebre…-escuchando la palabras de nana, quite las sabanas que lo cubrían poco a poco fui desabrochando su camisa hasta que su pecho estuvo completamente expuesto…fui colocando en su frente compresas de agua fría, pero la fiebre no bajaba…

- nana no se que mas hacer… ¿que podemos hacer?- pregunte ya asustada

- no lo se my lady… quizás deberíamos hacer entrar el aire helado, pues esta nevando…

-Excelente idea nana…

- mi lady eso lo puede empeorar…

-debemos arriesgarnos un poco nana…si no mejora regresamos ala ciudad ahora mismo si es preciso- dije abriendo las cortinas dejando entrar el aire helado tardío.