SAGA DINASTIA CULLEN II: EMBAUCANDO AL AMOR (+18)

Autor: Danisabel
Género: + 18
Fecha Creación: 13/12/2010
Fecha Actualización: 24/01/2011
Finalizado: SI
Votos: 17
Comentarios: 87
Visitas: 85417
Capítulos: 32

En una carrera desesperada por conseguir marido, la adinerada y hermosa Isabella Swan busca a cualquier tipo de hombre dispuesto para contraer matrimonio, salvo uno… un libertino. ¿Qué sucederá cuando el mayor libertino y cabezota de Londres la ponga entre ceja y ceja? ¿Sucumbirá a sus encantos o buscara a ese marido aceptable que la salvara de las peligrosas maquinaciones de su primo?.

Esta historia es una adaptación del libro Tierna y Rebelde de Johanna Lindsey

LINK EN FANFICTION PARA LAS QUE NO LO PUEDEN VER PASEN POR AQUÍII DISCULPEN LAS MOLESTIAS :(

Link de la primera historia ... Saga dinastia Cullen I: El estigma del Amor


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Capítulo 11: UN LABERINTO SIN SALIDA!!!!

La compañía de Justin Warton le resultó tan agradable, que el enojo de Bella se disipó muy rápidamente; más rápidamente de lo que esperaba, considerando la furia de que había sido presa. Furia que se había incrementado cuando Kate la vio al salir del invernadero y la llevó velozmente a la planta alta para retocar su peinado. Ese hombre horrible la había dejado en un estado tal, que parecía haber sido manipulada, lo cual era cierto y le valió la merecida reprimenda de Kate.

 

Sabía que había actuado como una tonta; sabía que había corrido un enorme riesgo. No era necesario que se lo dijeran con tanta severidad. Pero sabía que el enojo de Kate nacía del amor y la preocupación. Bella se enfureció aún más, por haber alterado a Kate y por no haber reaccionado como correspondía.

Después de una extensa arenga acerca de la sórdida reputación de Edward, Kate concluyó diciendo: -No debes volver a estar a solas con él, Bells, sobre todo teniendo en cuenta que te atrae tanto.

-No dije eso, Kate.

-No es necesario. Lo comprendí cuando Renesme nos presentó a Edward. Y vi cómo te miraba. Que te besara en el invernadero no hubiera tenido importancia, pero sabes que no se hubiera limitado a eso si hubiera estado en un sitio más privado.

Bella no le dijo que había sido algo más que un beso, no que no estaba segura de que las cosas no hubieran tomado otro rumbo si Edward no hubiera reaccionado sensatamente y la hubiera liberado. No había sido ella la que reaccionó; ni siquiera lo había intentado.

-Debiste decirme que lo habías conocido en el baile de los Crandal -dijo Kate, mortificada-. Hubiera podido advertirte con tiempo, pues es obvio que te considera su próxima conquista.

-Kate, no necesitabas advertirme. Oí hablar de él en el baile, sabía que es un libertino despreciable.

-Y aún así, permitiste que te convenciera.

-Te dije ya que mi engañó -exclamó Bella, exasperada. Luego se arrepintió del tono que había empleado -Lo lamento, pero debes dejar de preocuparte, le he dicho que se aleje de mí.

 

Kate frunció los labios y frunció el entrecejo -¿Y crees que respetará tus deseos? Los hombres como él no aceptan ser rechazados, Bells. Por algún motivo absurdo, se empecinan más cuando la conquista es difícil. Y ése, Sir Edward, es el peor de todos, simplemente porque es el más apuesto, el más perseguido y el soltero más empedernido del reino. Jamás se casará, Bells. Nunca se conformará con una mujer. ¿Por qué habría de hacerlo cuando cientos de ellas se desviven por conquistarlo?

 

-Kate, olvidas mis circunstancias especiales. No soy una joven casadera más que se ofrece en el mercado matrimonial. Debo alcanzar una meta y nada me lo impedirá. Las consecuencias son demasiado atroces para mí, para no decir peligrosas, de modo que debo casarme pronto.

Kate suspiró y sonrió a modo de disculpa -Estás en lo cierto. Lo había olvidado. Pero, tendrás cuidad, ¿verdad, Bells? Un hombre de la experiencia de Cullen puede seducirte antes de que te des cuenta de ello. Supongo que debemos agradecer que su hermano, que es tan inescrupuloso como él, no haya puesto sus ojos en ti.

Bella recordaría más tarde esas palabras, pero cuando regresaron a la planta baja y Justin Warton las invitó a compartir el buffet con él, todavía estaba indignada por su propia ingenuidad frente a Edward Cullen y no pensó ni remotamente en su hermano. Y entonces Justin la distrajo y ella disfrutó durante un rato de la velada. Era un hombre encantador y la miraba con tal admiración, que ella consideró seriamente la posibilidad de añadirlo a su lista de candidatos, a pesar de que era muy joven. Por lo menos era mayor que ella y no podía ningún empeño en ocultar su interés por ella, lo cual era gratificante, especialmente después de haber tenido que ser ella misma quien osadamente escogiera sus otros candidatos. Y aún era así, según parecía, pues Sir Artemus todavía no se le había acercado, a pesar de haberla visto en la reunión.

 

Lamentablemente, Lady Warton irrumpió en el grupo cuando terminaron de comer y se quejó de padecer jaqueca. Justin se vio obligado a llevarla a su casa, pero antes hizo prometer a Bella que cabalgaría con él en la cacería organizada para la mañana siguiente.

-Bueno, ésa fue una conquista fácil -dijo Kate cuando Justin se marchó con su madre.

-¿Lo crees así? -dijo Bella sonriendo- Es muy agradable, ¿no?

-Y muy honesto. Sólo he oído decir cosas buenas acerca...

-Kate, no es necesario que destaques sus cualidades. No sé si has notado que Sir Edward se ha marchado, deja de preocuparte.

 

Kate oprimió su mano. -Está bien. Sé que eres capaz de distinguir lo bueno de lo malo. Y dado que Lord Warton se ha retirado, ¿no deberías conversar con Sir Artemus mientras tienes la oportunidad de hacerlo?

-Naturalmente -dijo Bella, suspirando- También necesito hallar a Lady Black para que me dé la información que me prometió. Debo reducir mi lista cuanto antes.

 

Pero Renesme Black estaba conversando animadamente con varios de sus vecinos y Bella no quiso interrumpirla, y Sir Artemus estaba jugando cartas con un grupo de señores. Bella se acercó a uno de los ventanales abiertos para aguardar a que Renesme quedara libre de su ocupación y aspiró la fresca brisa que entraba desde el jardín. La sala de estar se había tornado muy calurosa y hubiera deseado salir al parque pero no se atrevía, sobre todo porque la última vez que había huido hacia un jardín había conocido a Sir Edward. Y el hecho de que no lo hubiera visto desde que lo dejó en el invernadero no significaba que no estuviera en algún lugar de la casa.

 

Pensó en arrastrar a Kate con ella. En ese momento se sobresaltó al percibir que algo se movía detrás de ella.

-¿Se divierte usted, Lady Bella?

Ella se volvió cautelosamente al reconocer la voz de Emmett Cullen, temiendo que

Edward pudiera estar con él. Pero, aliviada, comprobó que estaba solo. Sus cabellos estaban algo despeinados; era obvio que venía del parque. Pero la tranquilidad de Bella apenas duró unos segundos, pues la manera en que la miraba le recordó que éste era el hermano al que ella consideraba más peligroso y esa noche nada había hecho para que ella cambiara de opinión, si bien ahora se inclinaba a pensar que Edward era el más peligroso, al menos para ella.

 

Ella asintió -Sí, su sobrina me ha hecho sentir muy cómoda, aunque debo reconocer que me sorprendí al enterarme de que era su sobrina. Supongo que es la hija de alguno de sus hermanos mayores.

-De nuestra única hermana, Marie -dijo él, corrigiéndola- Pero ella murió cuando

Nissan era un bebé, de modo que mis hermanos y yo tuvimos el placer de criarla. -Bella tuvo la impresión de que los cuatro hombres jóvenes habían tenido realmente el placer de criar a la única hija de su hermana, y esa sensación convertía a este Cullen en particular en un ser menos peligroso, hasta que sugirió: -¿Desea dar un paseo hasta el lago?

Fue inesperado y le sirvió de advertencia -No, gracias.

-¿Entonces, por el parque? Parece que necesita un poco de aire fresco.

-En realidad, tengo un poco de frío y estaba pensando en ir a buscar un chal.

Emmett rió ante la débil excusa

 -Mi querida niña, ese brillo de transpiración que hay en su frente la contradice. Vamos. No tiene por qué temerme. Soy completamente inofensivo.

 

Cuando la tomó del codo para escoltarla hasta afuera, Bella experimentó la extraña sensación de que ya había sucedido antes, más temprano y que la conducían nuevamente al desastre. Pero no podía detener a Emmett como lo había hecho con Edward cuando trató de sacarla de la habitación. Apenas dieron dos pasos y ya estaban en el parque y todo ocurrió antes de que ella pudiese pensar en zafarse; él tampoco le brindó la oportunidad de que lo hiciera. En lugar de avanzar, él la llevó hacia un costado de la puerta y la apoyó contra el muro. Cuando ella trató de protestar, él cubrió su boca con sus labios.

 

Lo hizo tan rápida y hábilmente, que Bella no pudo anticipar la trampa ni salir de ella. Tampoco protestó airadamente; de hacerlo, hubiera llamado la atención de las personas que se hallaban en el interior de la casa, a escasos centímetros de distancia y no podía exponerse a las habladurías. Trató de empujarlo para apartarlo de ella, pero era como estar atrapada entre dos muros, tal era la fuerza y solidez del torso de él. Y desistió. El temor de ser descubierta hacía latir sus sienes, pero en realidad el beso de Emmett Cullen era tan similar al de su hermano, que era como si la estuviera besando Edward. Pero no era así, y se aferró con todo su ser a esa idea.

-Usted y su hermano deben darse lecciones mutuamente -dijo Bella cuando él levanto la cabeza.

Emmett rió a pesar de su decepción -¿Lo crees así, escocesita? ¿Por qué lo dices?

Ella se sonrojó intensamente por haber admitido que Edward la había besado. A la defensiva, dijo: -¿Esa es su concepción de ser inofensivo?

-Mentí -dijo él con una falta total de arrepentimiento.

-¿Ah, sí? Ahora, permítame pasar, Lord Cullen.

Él se apartó sólo lo suficiente como para separar su cuerpo del de ella, pero no para que pudiera deslizarse y salir.

-No te enfades, dulce. No puedes culpar a un hombre por hacer el intento, aunque debo reconocer que Edward me ha sacado ventaja esta vez. Es muy injusto que lo hayas conocido a él antes que a mí.

-¿Qué tonterías está diciendo? -dijo ella, aunque lo sabía-. Si ustedes han hecho apuestas respecto a mí...

-No pienses eso, querido niña. Es tan sólo rivalidad entre hermanos y el hecho de que compartimos los mismos gustos. -Retiró con el dedo los rizos húmedos que caían sobre la frente de Bella y, por un instante, Bella quedó hipnotizada por esos intensos ojos

 -Eres increíblemente hermosa, sabes... increíblemente. Y resulta muy difícil aceptar la derrota. -Bajo repentinamente la voz, que se tornó ronca. -Hubiera podido hacer hervir tu sangre, dulce niña. ¿Estás segura de que prefieres a Eddie?

 

Bella trató de reaccionar mentalmente, luchando contra el hechizo con que él trataba de envolverla; sin mayor esfuerzo, pero con mucho éxito. Dios mío, estos Cullen eran devastadores cuando seducían. Rígidamente y rogando que él creyera en sus palabras, ella insistió:

-Nunca dije que prefiriese a su hermano, pero eso tampoco significa que lo prefiera a usted. El hecho, Lord Cullen, es que ninguno de ustedes dos me interesa. Ahora permítame pasar ¿o prefiere que grite pidiendo ayuda?

 

Él retrocedió, inclinó levemente la cabeza y sonrió con una sonrisa deslumbrante y sensual.

-No puedo permitir tal cosa, querida señorita. Si te descubren aquí a solas conmigo, tu reputación se arruinará.

-Lo que debió tener en cuenta antes de arrastrarme hasta aquí -dijo ella y desapareció de su vista.

Tal como lo hiciera antes Edward, él la vio partir, pero no experimentó la exultante sensación de éxito que había sentido su hermano. Todo lo contrario. Hubiera deseado conquistar a esa dama, y sin duda podía hacerlo si se lo proponía, pero la reacción de ella ante el beso de él sólo había sido un pálido reflejo de la reacción que provocara el beso de

Edward. No la había dejado en el mismo estado de aturdimiento en que la había dejado su hermano. Ella había elegido, aunque todavía no lo supiera. Pero si hubiera sido otro y no

Eddie...

 

Maldición; ella era adorable. Una presa interesante. Había recuperado su irónico sentido del humor. Ella había logrado perturbarlo y ahora necesitaba urgentemente una ramera, lo que significaba que debía trasladarse a la villa más cercana o irritar a Nissan seduciendo a una de sus vecinas. De modo que sólo le restaba marcharse aunque no lo deseara. Demonios y al diablo con el amor a primera vista.

 

EMMEETT EMMETT EMMETTT *-*…. ¿Cuándo comenzará a comportarse bien?... hay que seguir leyendo para q se enteren de si alguna vez este ser se regenerará…

 

Diosapagana: Yo quiero un beso del Team Cullen, por dios estos hombres son destructivos y más para una joven dama con necesidades especiales como nuestra Bells. Se irán al infierno, los muy sexies ¬¬ aunque solo espero que estén a mi disposición cuando yo llegue allí, jaajjajajaja

Mi Bella lectora, no acudáis con azadones y antorchas contra nuestra querída Daniela (Lebasi) porq yo he sido la culpable de tan horrible retraso, ver chicos candentes al sol haciendo un bello tributo al Team Jacob, me hizo olvidar de todo, incluso de la internet. Así que la breve corrección tardo más a causa de ello. Y aunque yo no lo merezca, (pero la niña Lebasi, si) déjanos un review, una ardiente señal de vida que opaque el calor que hace en mi infernal Buenos Aires.

Besos dulces y perversos con gusto a mar.

Priscila

Capítulo 10: CIERRA PUERTAS Y VENTANAS!!! UN LIBERTINO ANDA SUELTO Capítulo 12: EL DIABLO CON CARA DE ANGEL

 


 


 
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