SAGA DINASTIA CULLEN II: EMBAUCANDO AL AMOR (+18)

Autor: Danisabel
Género: + 18
Fecha Creación: 13/12/2010
Fecha Actualización: 24/01/2011
Finalizado: SI
Votos: 17
Comentarios: 87
Visitas: 85426
Capítulos: 32

En una carrera desesperada por conseguir marido, la adinerada y hermosa Isabella Swan busca a cualquier tipo de hombre dispuesto para contraer matrimonio, salvo uno… un libertino. ¿Qué sucederá cuando el mayor libertino y cabezota de Londres la ponga entre ceja y ceja? ¿Sucumbirá a sus encantos o buscara a ese marido aceptable que la salvara de las peligrosas maquinaciones de su primo?.

Esta historia es una adaptación del libro Tierna y Rebelde de Johanna Lindsey

LINK EN FANFICTION PARA LAS QUE NO LO PUEDEN VER PASEN POR AQUÍII DISCULPEN LAS MOLESTIAS :(

Link de la primera historia ... Saga dinastia Cullen I: El estigma del Amor


+ Añadir a Favoritos
Leer Comentarios
 


Capítulo 2: UN DIVINO ADVERSARIO

Y te preguntabas quién era su sastre? -dijo despectivamente el honorable William Fairfax su joven amigo- Te dije que su sastre no tiene nada que ver con ello. Si deseas intentarlo en algo, recoge el guante. Él ha estado en el asunto durante más de doce años.

El joven amigo de William, llamado Cully, se sobresaltó al oír el sonido del cuero que rozaba la piel, pero abrió los ojos. Los había cerrado momentos antes cuando aparecieron las primeras gotas de sangre en la nariz. Se estremeció al ver que ahora la sangre manaba en abundancia de la nariz y también de la boca y del tajo del arco superficial.

 -¿Te desagrada, Cully? -dijo William, sonriendo al ver la palidez de su amigo-.Imagino que a su contrincante también, por lo menos hoy- Rió, pensando que sus palabras eran graciosas- Si Knighton estuviera con él en el cuadrilátero, tendríamos a quien apostarle. Él fue quien lo estrenó. Pero Knighton, según dicen, hace diez años que no boxea. Pero Cullen está enardecido y eso empareja la situación.

Pero mientras contemplaban la pelea, junto con otros caballeros que rodeaban el cuadrilátero, Sir Edward Cullen se relajó y miró ceñudamente al dueño del establecimiento deportivo.

-Demonios, Knighton, te dije que aún no estaba preparado. No se ha recuperado de la última vez.

Jonh Knighton se encogió de hombros, pero sus ojos brillaban, divertidos, al mirar al enfadado pugilista a quien consideraba un amigo.

-No tuve noticias de otro que aceptara el reto, milord. Si permitiera que otro hombre ganara alguna vez, quizás hallaría quienes estuvieran dispuestos a pelear.

 El comentario suscitó muchas risas. Todos los que estaban allí sabían que hacía una década que Cullen no perdía una pelea ni permitía que nadie le sacara ventaja ni siquiera en las prácticas de boxeo. Estaba en óptimas condiciones, sus músculos eran perfectos, pero era su habilidad la que lo tornaba tan extraordinario... e imbatible. Los promotores, entre ellos Knighton, darían cualquier cosa por hacerlo intervenir en una pelea profesional. Pero, para un libertino como Cullen, el boxeo era tan sólo un ejercicio físico para mantenerse en buen estado y contrarrestar la vida disipada que llevaba. Sus visitas, tres veces por semana, a

Knighton's Hall tenían para él la misma importancia que sus cabalgatas matutinas por el parque. Sólo le proporcionaban placer.

 La mitad de los caballeros que allí se encontraban eran también pugilistas que aguardaban su turno para subir al cuadrilátero. Algunos, como el honorable Fairfax, habían ido a contemplar a los expertos en acción, aunque ocasionalmente existía la oportunidad de hacer algunas apuestas. Otros pocos eran camaradas de Cullen; solían asistir para ver cómo él derrotaba a sus contrincantes, escogidos por Knighton, y sabiamente se abstenían de competir con él.

 

Uno de ellos hizo una broma a Edward. Casi de su misma estatura, pero más delgado,

Lord Amherst era un individuo sin prejuicios de vivaces ojos grises. Era de su misma edad, pero rubio, en tanto que Edward tenía cabellos oscuros, y compartía con él los mismos intereses, especialmente las mujeres y el juego.

 

Sólo lograrás que alguno de ellos lo haga con entusiasmo si conviertes en cornudo a algún joven corintio de tu fuerza y tamaño para que acepte el reto.

-Dada mi mala suerte, Garrett -dijo Cullen- sólo lograría que escogiera un duelo a pistola y eso no es divertido.

 Garrett Amherst rió, pues si bien no todos sabían que Edward era imbatible en el cuadrilátero, nadie ignoraba que era incomparable en el campo del honor. Incluso solía preguntar a sus retadores en qué lugar de su anatomía deseaban recibir la herida, lo que naturalmente los atemorizaba más aún.

 Edward nunca había matado a nadie en un duelo, dado que siempre se había batido por mujeres y pensaba que no valía la pena morir por ninguna de ellas, excepto por las que integraban su familia. Era soltero, pero sus dos hermanos mayores tenían hijos y, por ende, tenía sobrinos a quienes amaba mucho.

 ¿Estás buscando competidores, Eddie? Debiste enviar a alguien para que me trajera. Sabes que siempre estoy dispuesto a complacerte.

 

Garrett giró rápidamente sobre sí mismo, sorprendido al escuchar una voz que hacía diez años que no oía. Luego arqueó las cejas con incredulidad. En el marco de la puerta estaba Emmett Cullen, que indudablemente había envejecido pero que aún tenía el mismo aspecto peligroso de diez años atrás, cuando fuera el libertino más notorio de Londres. Alto y fornido, con su cabello rubio quemado por el sol y todavía apuesto. Dios ¡era increíble! Luego Garrett se volvió hacia Edward, para observar cómo reaccionaba ante la inesperada visita. Los dos hermanos habían estado muy unidos, ya que sólo había un año de diferencia entre ellos y ambos compartían los mismos intereses, si bien Emmett era sin duda el más alocado; o al menos lo había sido. Pero luego Emmett había desaparecido y aunque la familia no mencionó el motivo, los otros hermanos habían renegado de él y ni siquiera lo mencionaban. Edward no era una excepción. A pesar de que Garrett había sido amigo íntimo de Edward durante todos esos años, éste nunca le había confiado por qué Emmett había sido expulsado de la familia.

 

Pero, para sorpresa de Garrett, Edward no reaccionó mal. Su atractivo rostro no expresó emoción alguna. Había que conocerlo muy bien para percibir que ese brillo que asomaba a sus ojos de color azul cobalto denotaba placer y no furia.

Pero cuando habló, pareció dirigirse a su peor enemigo.

-Emmett, ¿qué mierda estás haciendo en Londres? Esta mañana debiste embarcarte.

 

Emmett se limitó a encogerse de hombros.

- Hubo un cambio de planes, gracias al empecinamiento de Seth. Desde que conoció al resto de la familia ha sido imposible razonar con él. Seguramente ha tomado lecciones de manipulación con Nissan, pues logró convencerme para que le permitiera finalizar aquí sus estudios, aunque no sé cómo lo hizo.

 Edward hubiera deseado reír al ver la expresión desconcertada de Emmett, que había sido hábilmente manejado por un joven de diecisiete años, que más parecía hijo de Edward que de Emmett, y lo hubiera hecho si Emmett no hubiera mencionado el nombre de Nissan. Ese nombre siempre irritaba a Edward, como a Carlisle, su hermano mayor; y Emmett lo sabía, por lo cual había empleado el nombre Nissan en lugar de Nessie, que era como el resto de la familia llamaba a Renesme Black.

Mientras Emmett hablaba se había adelantado, quitándose el abrigo para exhibir la camisa suelta que solía usar cuando capitaneaba su barco pirata. Dado que tenía toda la apariencia de complacer a Edward en el cuadrilátero, Edward se abstuvo de discutir sobre el nombre Nissan, lo que hubiera iniciado una de las riñas habituales y hubiera puesto en peligro la oportunidad de boxear amistosamente con él.

 

-¿Eso significa que tú también te quedarás? -preguntó Edward mientras Emmett entregaba su abrigo a Garrett y aceptaba los guantes que John Knighton le calzó con una sonrisa.

 

-Lo suficiente para dejar establecido al muchacho, supongo. Aunque Embry ha dicho que la única razón que teníamos para instalarnos en las islas era la de brindar a Seth un hogar.

Edward no pudo evitar la risa.

-Dos viejos lobos marinos jugando a ser madres. Dios, cómo me hubiera agradado verlo.

-Yo en tu lugar no diría eso -dijo Emmett, imperturbable- Tú también hiciste de madre durante seis años todos los veranos, ¿verdad?

-De padre -corrigió Edward- O, mejor dicho, de hermano mayor. Me sorprende que no te hayas casado, como Carlisle, sólo para darle una madre a Seth. Claro que, considerando que Embry Sharp está dispuesto a ayudarte a criar al muchacho, supongo que no lo creíste necesario.

Emmett subió al cuadrilátero.

 -Estás menospreciando a mi mejor amigo.

Edward hizo una leve reverencia.

-De acuerdo. Pero, ¿quién se ocupará del muchacho mientras tú y Embry deciden regresar?

La derecha de Emmett apuntó directamente al torso de Edward, al tiempo que dijo: -Tú.

Doblado en dos, Edward trató de absorber el golpe y la respuesta. Las apuestas comenzaron. Finalmente había llegado alguien que parecía capaz de vencer al imbatible Lord Cullen.

Sólo unos pocos de los hombres que contemplaban la pelea sabían que eran hermanos. Cuando Edward recobró el aliento, miró ceñudamente a Emmett a causa del golpe sorpresivo, pero, respondiendo a sus palabras, preguntó:

-¿Yo? ¿Por qué he de ser el afortunado?

-El muchacho te escogió. Eres su ídolo... después de mí, naturalmente.

-Naturalmente -dijo Edward y tomó a Emmett de sorpresa con un golpe de abajo hacia arriba que hizo retroceder a Emmett. Mientras Emmett movía la mandíbula, Edward añadió:

 -Será un placer tenerlo conmigo, siempre que comprendas que no restringiré mis actividades como lo hice por Nessie.

Se acercaron el uno al otro, propinándose sendos golpes antes de que Emmett respondiera:

-No lo pretendo, pues yo no lo he hecho. Es diferente cuando uno está a cargo de un joven. Por favor, ha estado frecuentando prostitutas desde que tenía catorce años.

Edward se echó a reír, pero al hacerlo bajó la guardia y recibió un fuerte golpe en un costado de la cabeza. Pero reaccionó rápidamente y dio una trompada a Emmett que lo elevó del suelo, a pesar de que Emmett pesaba alrededor de doce kilos más que su hermano.

Edward se mantuvo inmóvil, aguardando que su hermano se repusiera. Cuando Emmett levantó la mirada, sonreía.

-¿Deseamos realmente quedar doloridos, Eddie?

Edward sonrió.

-No, sobre todo si podemos hacer algo más agradable y te aseguro que podemos. -Se acercó a su hermano y le rodeó el hombro con el brazo.

-Entonces, ¿cuidarás del muchacho hasta que comience la escuela?

-Me agradaría, pero, Dios mío, me harán toda clase de bromas. Cualquiera que vea a

Seth creerá que es mi hijo.

-Por eso desea estar contigo -dijo Emmett sonriendo y dejando ver sus blancos dientes-Posee un endiablado sentido del humor. ¿Qué te parece esta noche? Conozco un par de rameras...

-¿Rameras?, por favor. Has sido pirata durante demasiado tiempo, capitán Hawke. Bien, conozco un par de damas...

 

OHHH de nuevo Emmett haciendo de las suyas…. No es hermoso???... pero se va T_T solo quedará Emmett Junior es decir Seth… pero no se preocupen queridas lectoras aún falta que pasan muchas cosas divertidísimas y ni nos daremos cuenta de que Emmett no está… Ahora una pregunta… ¿Por quién hubiesen apostado?, yo le voy a mi querido Ed por supuesto… digan uds que piensan

 

Diosapagana: Menudo favor le pidió nuestro querido Emmett a Edward, tener que hacer de mama gallina a nuestro querido Seth no le será una tarea fácil, y como iba a serlo si es un Cullen de pies a cabeza, ajjajajaja.

Así que mí querida lectora si estas allí, espera que cada vez se va a poner mejor, y por eso te pido un pequeño review, esa hermosa señal de vida, para no sentirnos culpables, en este caso de robarle tiempo al estudio, trabajo y próximamente vacaciones.

Besos deliciosamente perversos Priscila.

 <-->

Capítulo 1: HUYENDO DEL DEMONIO Capítulo 3: Se BUSCA ESPOSO

 


 


 
14443426 visitas C C L - Web no oficial de la saga Crepúsculo. Esta obra está bajo licencia de Creative Commons -
 10760 usuarios