El chico que se escabulle por la ventana de mi habitación +18

Autor: elizabet_cullen
Género: Romance
Fecha Creación: 12/08/2013
Fecha Actualización: 29/10/2013
Finalizado: NO
Votos: 21
Comentarios: 99
Visitas: 71918
Capítulos: 38

Bella Swan y su hermano mayor, Emmet tienen un padre abusivo. Una noche, el mejor amigo de su hermano, Edward, la ve llorando y trepa por su ventana para confortarla. Aquella acción desata una relación de amor/odio que se extiende por los próximos ocho años.

Su relación siempre ah sido incierta, pero ¿Qué sucede cuando Bella empieza a ver al mejor amigo de su hermano un poco diferente? ¿Y cómo su hermano, que siempre ha sido un poco sobreprotector, reaccionara cuando se dé cuenta que el par se está acercando más?

 

Hola, este es mi primer fic NO es mio solo es una adaptacion de un libro, espero lo disfruten como yo pues ami me encanta jeje ok 

REPITO:la historia NO es mia solo una adaptacion

Los personajes son propiedad de S.M

 

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Capítulo 34: capitulo 34

Caminé hacia el gran roble donde usualmente me sentaba y hacía mi tarea y me senté apoyándome contra éste. Él se dejó caer frente a mí, agarrando un par de hojas de hierba, jugando con ellas nerviosamente. Había una pequeña margarita al lado de mi pie, así que la recogí y la metí en la parte trasera de mi cola de caballo porque me recordaba a la que Edward  había recogido para mí antes de la práctica de baile después de esa primera noche en que nos besamos. Estaba tan incómoda que me retorcía en el lugar, tratando de pensar en algo que decir.

—Así que, tu hermano menor, Seth… Bueno, supongo que ahora también es mi hermano, de todas formas lo que iba a decir es, ¿cómo es él? —pregunté curiosamente.

Él sonrió.

—Es lindo. Es un dolor en el trasero, especialmente cuando llora en la noche, pero es lindo. Tengo una foto si quieres verla —ofreció, sacando su billetera y tendiéndomela.

Sonreí e impacientemente la abrí, queriendo ver al pequeño bebé. Mi aliento quedó atrapado en mi garganta cuando vi la foto, no era sólo el bebé, era una foto familiar. Miré a mi padre; él estaba sonriendo orgullosamente con un brazo alrededor de su nueva esposa y el otro alrededor de Johnny quien estaba sosteniendo a un niñito castaño. Mi padre parecía más viejo, su cabello había cambiado y se había vuelto un poco más grisáceo, pero sus ojos eran lo que más me llamó la atención. Recordaba esos ojos siendo duros y fríos y siempre furiosos, pero estaba diferente aquí, sonriente y cálido, lucía amable y bondadoso.

—Lindo, ¿eh? —dijo Jacob.

Aparté mis ojos de mi padre y miré al pequeño bebé; era lindo, regordete, cabello castaño, ojos marrones y una gran sonrisa. Miré a la señora en la fotografía; ella tenía cabello marrón y ojos azules igual que mi mamá y yo. Se veía agradable.

—¿Esta es tu mamá? —pregunté, señalándola.

Él sonrió y asintió.

—Sí. Su nombre es Sue —dijo, recuperando su billetera cuando terminé.

No podría sacar de mi cabeza la imagen de mi padre sonriendo. ¿Él había cambiado? Inspeccioné a Jacob, parecía feliz, sin raspones o cortes, ni cojera delatora ni mueca de dolor ni nada.

—Así que, ¿te la llevas bien con él? —pregunté con curiosidad, observando su rostro por su reacción.

—¿Con Seth? Sí él está bien. Será mejor cuando sea más grande y pueda hacer más cosas —respondió, encogiéndose de hombros. Trague.

—No, me refiero a mi padre —aclaré, tratando de no retroceder ante la idea de él. Jacob se encogió de hombros y asintió, pero no dijo nada—. Debe ser difícil tener a un tipo viniendo después de años de ser sólo tú y tu mamá —declaré, tratando de empujar por una respuesta. ¿Mi padre estaba lastimándolo a él también, o tal vez al bebé, o a su mamá? Inmediatamente estuve agradecida de que no hubiera otra chica viviendo con él. El abuso físico era malo; Emmet se llevó la peor parte de eso, pero el abuso sexual, eso dejaba cicatrices mentales que sabía que todavía no habían terminado. Los recuerdos de esos domingos destellaron en mi mente y me mordí el interior de la mejilla para evitar llorar.

Él asintió y miró al suelo.

—Fue un poco difícil, pero ellos han estado juntos por más de dos años ahora, así que… —Su voz se desvaneció, y se encogió de hombros. Abrí la boca para empujar el asunto más allá pero él me interrumpió—. Así que, ¿por cuánto tiempo han estado juntos Edward y tú? —preguntó, arrancando un poco más de hierba y rodándola en sus manos para hacer una bola.

Sonreí ante el pensamiento de Edward.

—Una semana y media.
 
—Él es amigo de tu hermano, ¿cierto? —preguntó.

—Sí. Lo he conocido desde que tenía cuatro años —confirmé, amando hablar de Edward. Incluso estaba extrañándolo en realidad. Me quedé acostumbrada a verlo todo el día el fin de semana así que era difícil volver a verlo sólo durante el almuerzo—. Así que, cuéntame más acerca de ti —sugerí, acostándome sobre mi vientre y apoyando mi cabeza en mis manos, mirándolo.

Él se acostó también y habló sobre su vida, lo que le gustaba y lo que no. Era un patinador aficionado y entraba en competiciones y otras cosas los fines de semana, hacía acrobacias y piruetas. Extrañaba a sus amigos. Nunca ha tenido una novia. Su comida favorita era el pollo al curry. Acababa de comenzar a decirle la mía cuando divisé a Edward  trotando hacia mí a través del estacionamiento, tan apuesto que era casi doloroso mirarlo. Me puse de pie de un salto y sonreí cuando él envolvió sus brazos alrededor de mí, levantándome y estrellando sus labios contra los míos. Le devolví el beso hambrientamente.

Él se apartó después de unos segundos.

—Necesito tener algo de tiempo a solas contigo —susurró mientras me besaba de nuevo, más tierno esta vez.

Sonreí.

—¿Qué, justo ahora? ¿No puedes esperar hasta que lleguemos a casa? —bromeé.

Él sacudió la cabeza.

—No, pero puedo esperar hasta el estacionamiento en la parte de atrás del gimnasio después de que dejemos a Emmet—sugirió, sonriendo perversamente.

—En tus sueños, Cullen—dije, riendo y poniendo los ojos en blanco.

—Probablemente —acordó mientras me bajaba, sosteniéndome cerca de su lado, riendo ante mi expresión horrorizada. Jacob se empujó hacia arriba y estaba allí parado torpemente—. Gracias por cuidar de mi chica por mí —dijo Edward sonriendo amigablemente.
 
—Sí, no hay problema —murmuró nerviosamente Jacob, pateando su zapato contra la hierba. Emmet caminó hacia nosotros, mirando entre Jacob y yo con una expresión confundida—. Bueno, supongo que los veré mañana chicos. Gracias por dejarme pasar el tiempo contigo, Bella —dijo Jacob, sonriendo.

—Sí, fue divertido. Oye, vamos a ver ese auto tuyo antes de que te vayas —sugerí, asintiendo hacia atrás al estacionamiento. Él sonrió orgullosamente.

—¿Qué auto tienes? —preguntó Emmet curiosamente y comenzamos a caminar. Sabía que eso atraparía el interés de Emmet. Sonreí y tiré de Edward un poco hacia atrás, dejando que Emmet y Jacob fueran al frente, dándoles un pequeño momento. Emmet necesitaba ver por sí mismo que Jacob estaba bien antes de que dejara de fruncirle el ceño. Para el momento en que los alcanzamos, Emmet estaba sentado detrás del volante de un BMW Z4 azul medianoche, frotando sus manos por el tablero cariñosamente.

—Oh mierda, este es un bonito auto— ronroneo Edward, deslizando la mano por el techo con los ojos ensanchados. Agarro mi mano y me acerco a él—Cuando sea un jugador de hockey multimillonario, te comprare uno de estos— declaro, enredando su mano en mi cabello, mirándome a los ojos y haciéndome sentir ligeramente ingrávida.

Me presioné contra él y mordí ligeramente su barbilla.

—Prefiero tener un Ferrari —bromeé. 

Él suspiró dramáticamente.

—Vaya, OK, espero firmar con un buen equipo si vas a ser así de exigente — respondió, mientras me besaba, haciéndome anhelar que deslizara sus manos por mi cuerpo.

Después de otros diez minutos de babear sobre el auto de Jacob finalmente salimos y fuimos a dejar a Emmet en el trabajo. Salté al asiento delantero y sostuve la mano de Edward durante todo el camino a casa, emocionada por un momento de intimidad. No es que fuese a ser fácil con mi mamá en casa durante la semana, pero estoy segura de que nos las arreglaremos. Incluso sólo abrazarse en el sofá sonaba como el cielo justo ahora.
***
A la mañana siguiente, después de que Edward se había escabullido por mi ventana, fui a la cocina para ver a Emmet, sentado ahí conversando con mi mamá.

—Buenos días —dije alegremente.

Mamá me miró un tanto sorprendida.

—¿Por qué estás tan feliz esta mañana? —preguntó, sonriendo.

Sonreí y reprimí una risita tonta, no podía decirle que mi sexy novio me había dado una muy buena razón para sonreír antes de salir por mi ventana. Así que en vez de eso, solo me encogí de hombros.

—¿Por qué no estarlo? —contesté, mirando a todos lados, menos a Emmet. Probablemente sabía la razón exacta para mi feliz, y satisfecha, cara—. Así que, Emmet, ¿hay algo que quieras contarme? —Me burlé, sentándome al lado suyo.

Negó con la cabeza, luciendo confundido.

—No. ¿Debería haber algo? —preguntó, levantando una ceja con recelo.

—Tú, enamorándote de mi mejor amiga, ¿tal vez? —sugerí, golpeándolo con mi hombro suavemente.
Se quedó sin aliento, derramó una cucharada de cereal en el mostrador de la cocina, se serenó rápidamente y me sonrió con satisfacción.

—No estoy enamorado tu mejor amiga. Ése es tu trabajo, ¿recuerdas? —dijo sarcásticamente. No podía parar de reírme, ponerse a la defensiva no ayudaba mucho en su caso, si no sentía nada por ella entonces sólo habría estado de acuerdo o hecho algún comentario cachondo.

—Sí, claro. Como digas, Emmet. Te estoy vigilando. Sólo no la lastimes —le advertí, tomando un tazón y poniendo un poco de cereal.

Edward entró por la puerta, y me imagino que si mi cara se veía como la suya, entonces probablemente eso era por lo que mi mamá estaba preguntándome porque estaba tan contenta. Sonreía de oreja a oreja.

—Buenos días —saludó, chocando los puños con Emmet al pasar.

—Buenos días, Edward. ¿Desayunas? —ofreció mi mamá, levantando un poco de pan.

Asintió, sonriendo agradecido.

—Claro, Renne, eso sería genial. —Envolvió sus brazos alrededor de mí por la espalda.

—Oye, Ángel. Te extrañé la noche anterior —me susurró.

Oí el “aww” en voz baja de mi madre y traté de no reír.

—Oh lo hiciste, ¿eh? —dije, golpeando su mano, mientras él la movía hacia abajo entre mis piernas por debajo del mostrador.

Rió y se puso a mi lado.

—Por supuesto que lo hice. Me gustó dormir contigo la otra noche. Tal vez tu mamá me dejará dormir con ustedes de ahora en adelante —dijo, mirando a mi mamá esperanzado.

—No presiones, Cullen —replicó ella, rodando los ojos.

Él se rió.

—Oye, ¡valía la pena intentarlo! —indicó, acomodando mi cabello detrás de mis orejas y mirándola un poco avergonzado.

—Siempre fuiste descarado —murmuró mi madre, sonriendo mientras ponía tres rebanadas de pan tostado en frente de él.

—Estaba preguntándole a Emmet sobre su enamoramiento para con Angela—le conté a Edward, queriendo cambiar el tema de mi vida sexual y él durmiendo en mi cama.

Le había hablado a Edward acerca de Emmet y Angela la noche anterior. Me dijo que no había notado nada, pero que iba a observarlo hoy por mí.

—No estás enamorado de una de dieciséis años, ¿verdad Emmet? ¿Qué clase de chico de dieciocho años podría siquiera ver a una de dieciséis de esa manera? — Edward preguntó, fingiendo un shock, usando las palabras Emmet de un par de semanas atrás.

Emmet lo miró fijamente con advertencia.

—Ja, Ja. Ustedes dos son tan graciosos —gruñó, negando con la cabeza mientras se alejaba para ir a vestirse.

***
Cuando nos detuvimos en el estacionamiento de la escuela, había una multitud cerniéndose sobre el auto de Jacob. Estaba parado ahí torpemente, lucía realmente incómodo, mientras los chicos le hablaban sobre su auto y las chicas le coqueteaban descaradamente, tratando de meterlo en la parte posterior del mismo. Jessica, como siempre, estaba en el frente.

—Wow, ¡tenemos algunas zorras en esta escuela! —susurré a Edward. Asintió con la cabeza, observando sin impresionarse.

—Sip.

—Quizá deberías ir a ayudarlo. Luce muy incómodo —sugerí, mirando a Edward suplicante.

Suspiró y me rodó los ojos.

—¿Por qué tienes que ser tan condenadamente agradable todo el tiempo? — preguntó, besándome suavemente antes de caminar en dirección al auto de Jabob. Lo vi agitar las manos en un gesto de “se acabó”, haciendo que la mitad de los chicos se fueran inmediatamente. Pasó su brazo sobre los hombros de Jacob, mientras lo conducía lejos de la multitud hacia la escuela, al tiempo que Jacoby lo miraba agradecido.

Sonreí para mí. Realmente tengo el novio más adorable en este mundo.

Angela saltó sobre mí.

—¿Dónde está el trasero sexy de tu hermano? —preguntó.

Emmet aclaró su garganta detrás de ella. Se volteó y le sonrió.

—Lo siento, debería haber dicho, el trasero sexy de tu hermanastro —corrigió, guiñándole un ojo, su semblante se ensombreció ligeramente, pero rápidamente puso una sonrisa de satisfacción —Finalmente te diste cuenta que no estoy interesado, pero todavía tratas de entrar en la familia, ¿eh?

Ella río.

—Algo así. Tal vez ya no me gusten los morenos, o tal vez tú has perdido tu encanto —contestó, sonriendo con satisfacción a su vez.

Casi me ahogué en una carcajada. Emmet amaba ir detrás de las chicas, me di cuenta que nunca había querido a nadie que no podía tener antes y honestamente creo que quería a angela, ahora sólo porque no estaba interesada. La arrastré a través de las puertas y divisé a Edward y Jacob conversando contra sus casilleros.

—Hey —saludé, sonriendo mientras envolvía mi brazo alrededor de la cintura de Edward.

—Hey, Bella. ¿Cómo estas hoy? —preguntó Jacob educadamente.

—Excelente, ¿y tú? —pregunté tratando de no reír mientras la mano de Edward se deslizaba por la parte de atrás de mis jeans, frotando la mano por mi trasero suavemente.

—Estoy bien —asintió con la cabeza. Angela le sonreía seductoramente junto a mí.

—Le estaba contando a Jacob  acerca del partido de hockey sobre hielo — intervino Edward, apretando mi trasero con suavidad. Le sonreí dulcemente mientras le daba un codazo en las costillas.

¡Maldito chico pervertido! Sacó sus manos de mis jeans riendo para sus adentros.

—Sí, voy a ir al juego del viernes. ¿Crees que pueda sentarme contigo? —preguntó

Jacob, mirándome esperanzado.

—Puedes sentarte conmigo, si quieres —ofreció Angela, lamiéndose los labios lentamente, mientras lo miraba.
Él se sonrojó y le sonrió tímidamente.

—Gracias. Me gustaría eso —estuvo de acuerdo en voz baja.

—Vamos entonces, vayamos a clase —sugerí, rodando mis ojos. Esos dos no pararían hasta el final, porque por la mirada en el rostro de Angela, no pararía hasta que fuera suyo, y al él parecía gustarle también. Me volteé para alejarme pero me detuve cuando vi a Jessica caminado hacia mí con una expresión de odio en su rostro. Ella prácticamente tiró un sobre marrón en mis manos mientras me miraba fijamente.

—Sigo pensado que hiciste trampa, pero la gente dice que es justo que recibas el dinero, así que aquí está, zorra emo —gruñó furiosa.

¡Caramba! ¿Acababa de darme más de cuatro mil dólares? ¿En realidad gané el dinero?

angela se acercó a mí.

—Jessica, es mejor que vuelvas al infierno de donde saliste —bufó enojada.

Sonreí felizmente.

—Está bien angela, no hay problema. Gracias por esto, Jessica —dije, agitando el sobre con orgullo.

—Asegúrate de que no se pierda —contestó con una sonrisa de satisfacción en su rostro.

No tenía duda en mi mente de que ella tenía alguna clase de plan que probablemente me involucrase a mi tirando el dinero por el desagüe o prendiéndole fuego. De repente, tuve una gran idea, que en serio podría molestarla. Sonreí ampliamente mientras me volteaba hacia Edward. Me acerqué a mientras metía el dinero en la parte delantera de sus pantalones, metiendo toda mi mano hacia abajo también. Edward gruñó y me miró sorprendido

—Cuida esto por mí, novio, lo sacaré después —susurré provocativamente, mientras lo acercaba a mí para que me besara. Oí a la gente aclamar y aplaudir, chicos diciendo cosas como color 69“oh sí” y “lindo”. Sonreí contra sus labios y lo empuje un poco. Alcé la vista justo para ver a Jessica marcharse echando chispas en la dirección opuesta.
 
Me eché a reír, Edward me agarró y me besó de nuevo, levantándome del suelo. El timbre sonó y las personas comenzaron a entrar a clase. Me quedé atrás con Edward, sin querer romper el beso. No puedo creer que gané ¡cuatro mil dólares! ¿Qué demonios podía comprar con eso?

Me bajó suavemente al suelo con una enorme sonrisa en su rostro.

—Eso fue tan gracioso, su cara estaba para un fotografía —dijo riendo.

—Tu cara estaba para una fotografía —contesté, pellizcando su nariz suavemente.

—Sí, bueno, no esperaba que metieras dinero dentro de mis pantalones como si fuera alguna clase de stripper —sonrió y negó con la cabeza divertido. —Así que, ¿en qué vas a gastar tu dinero Ángel? —preguntó, mientras quitaba el sobre de sus jeans y me lo daba.

Me encogí de hombros sonriendo.

—No tengo idea. ¿Qué deberíamos comprar? La mitad es tuya.

—No necesito nada, ya tengo todo lo que podría desear, justo aquí —dijo, agarrando con sus manos mi trasero.

—Mi trasero, ¿eso es todo lo que quieres? —pregunté, riendo.

Sonrió.

—Técnicamente, es mi trasero ahora, ¿cierto? —se burló de mí, antes de besar mi cuello.

—Por ahora —bromeé mientras lo empujaba. Me abaniqué con el sobre—. Ahora que tengo lo que quería, no estoy segura de que haya algo en esta relación para mí.

Rió y rodó los ojos, mientras envolvía su brazo alrededor de mi cintura.

—Vamos, te llevaré a clase —sugirió, conduciéndonos por el pasillo. Le tendí el sobre a Edward. —¿Podrías cuidar de esto por mí? No confió en mí para hacerlo, probablemente lo perderé —me estremecí ante la idea de perder tanto dinero.

Sonrió y lo tomó, doblándolo en dos y deslizándolo dentro del bolsillo interno de su chaqueta.

—¿Y que si lo pierdo? —preguntó.

Sonreí mientras buscábamos mi clase, lo acerqué a mí, aplastando mi cuerpo contra el suyo.

—Entonces tendrás que pagarme de igual manera —respiré, dándole un besito a sus labios y caminando a mi clase rápidamente.

Jessica me miró fijamente cuando pasé y me senté al lado de angela y Jacob, en el asiento que me habían guardado. Para mi suerte, el profesor también estaba retrasado, de otra manera me habría ganado una detención.
***
El mes siguiente pasó muy rápido. Edward seguía siendo el novio más adorable del mundo, llevándome a citas, comprándome flores y chocolates. Emmet seguía siendo sobreprotector como de costumbre, nada iba a cambiar con eso.

Mi mamá volvió a trabajar pero estuvo devuelta en casa dos semanas, porque tenía que quedarse debido al lanzamiento de un nuevo producto o algo así. angela seguía coqueteando con Jacob, para el disgusto de Emmet. Edward me contó que había hablado con Emmet acerca de ella, al parecer, él no quería salir con angela, sólo no le gustaba el hecho de que estuviera detrás de alguien más, cuando solía estar detrás de él. Se sentía un poco dejado de lado, aparentemente. Así que, para solucionar el problema se acostó con un par de chicas extra y se sintió mucho mejor.

Nuestra relación con Jacob  había cambiado también. De hecho, era un amigo muy cercano ahora; era un buen chico y parecía aumentar su confianza cada día. Creo que tal vez tenía algo que ver con la influencia de angela. Habían estado saliendo un par de veces, y angela me dijo que él la había besado la anterior noche, con lo que estaba encantada. Realmente le gustaba, y creo que a él también le gustaba ella, lo cual era muy dulce.
Jacob había estado yendo a ver los partidos de hockey de los viernes con nosotros por las últimas dos semanas, incluso había venido a nuestra “fiesta después del partido” por un par de horas también. Nunca hablamos de mi padre, nunca me preguntó algo acerca de él y no saqué el tema. De vez en cuando, lo mencionaba de paso, cosas que tenían que ver con su vida o casa, y cada vez me hacía sentir enferma y un poco nerviosa.
 
Hoy era domingo, iba con Jacob, a verlo en una competencia de skate. Cuando paró con su auto enfrente de mi casa, justo después del almuerzo, le di un beso de despedida a Edward y reí ante sus pucheros.

—Deja de hacer pucheros Cullen. Estaré devuelta en un par de horas —dije, riendo.

Suspiró dramáticamente.

—¿Pero por qué no puedo ir? Los domingos son mis días —se quejó frunciendo el ceño.

Sonreí.

— Edward, ya te lo dijo, sólo podía conseguir un pase de invitado. ¡Me pidió que fuera con él! Deja de  quejarte. Nos vemos más tarde —le ordené, besándolo de nuevo mientras me levantaba—. Te amo —juré, a la vez que agarraba mis llaves y el teléfono celular.

—Te amo más, Ángel —gritó mientras abría la puerta y corría hacia el coche.

—Hey —saludó Jake, sonriendo mientras me subía a su brillante auto deportivo.

—Hey. ¿Ya estás mentalizado y listo para la competencia? —pregunté, sonriendo.

Asintió con la cabeza.

—Sí, estoy un poco nervioso. El nuevo truco que he estado practicando sigue saliéndome mal. Voy a quedar como un idiota si fracaso —refunfuñó, haciendo una mueca.

—No fracasarás Jacob. Ten algo de confianza —le respondí con firmeza.

Sonrió y rodó los ojos, conduciendo al parque de skate donde habían colocado una enorme rampa de media pipa. Jacob había estado tratando de enseñarme algunas cosas acerca del skate pero para ser honesta, como la mayoría de las cosas deportivas, me entraba por un oído y salía por el otro. Si no estaban bailando, entonces no estaba realmente interesada. Por lo general me gustaba ver a Edward jugar, pero eso era sólo para verlo en su sexy uniforme. 

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holaaaaa eh aki un nuevo capithulo espero les guste y

GINNADECULLEN: holisssss jeje me encanta esa palabra ok perdon je bueno gracias por leeres genial y si ntp BESOS

DELMARY: si me perdi un buen ratho creeme yo igua estava impaciente x actualizar pero REGRESE :D jaja grax x leer 

GLORIACULLEN: se ojala pero prontho sabremos que piensa Jacob de Charlie no te lo pierdas jaja ok besos grax x leer 

y buenooooo besos tambien a las lectoras anonimas :3 bye

Capítulo 33: Primer día Capítulo 35: Encuentro con Charlie

 
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