El chico que se escabulle por la ventana de mi habitación +18

Autor: elizabet_cullen
Género: Romance
Fecha Creación: 12/08/2013
Fecha Actualización: 29/10/2013
Finalizado: NO
Votos: 21
Comentarios: 99
Visitas: 71911
Capítulos: 38

Bella Swan y su hermano mayor, Emmet tienen un padre abusivo. Una noche, el mejor amigo de su hermano, Edward, la ve llorando y trepa por su ventana para confortarla. Aquella acción desata una relación de amor/odio que se extiende por los próximos ocho años.

Su relación siempre ah sido incierta, pero ¿Qué sucede cuando Bella empieza a ver al mejor amigo de su hermano un poco diferente? ¿Y cómo su hermano, que siempre ha sido un poco sobreprotector, reaccionara cuando se dé cuenta que el par se está acercando más?

 

Hola, este es mi primer fic NO es mio solo es una adaptacion de un libro, espero lo disfruten como yo pues ami me encanta jeje ok 

REPITO:la historia NO es mia solo una adaptacion

Los personajes son propiedad de S.M

 

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Capítulo 32: Jacobo y Seth

 

—¡Las apariencias no duran, Bella! ¡No deberías basar una relación en cómo se ve alguien! —me regañó, sus cejas juntas en señal de desaprobación.

No pude evitar reírme.

—No te preocupes, mamá, no lo voy dejar cuando deje de lucir guapo —bromeé.

—¡Más te vale que no! —advirtió Edward, moviéndose a mi lado, envolviendo su brazo alrededor de mi cintura.

Mi mamá miró entre los dos varias veces, una expresión sorprendida en su rostro. Sus ojos se movieron a Emmet, su expresión desconcertada y confundida. Emmet asintió un poco a regañadientes. De repente, ella empezó a reír y a menear la cabeza.

—¡Debí haberlo sabido! Todas las provocaciones y por el estilo, no me di cuenta que era tensión sexual —dijo, riéndose más fuerte cuando Emmet bufó enojado.

—¡No quiero saber! —gruñó Emmet, cubriendo rápidamente sus oídos, sacudiendo su cabeza mientras todos nos reíamos.

Mi madre me tiró en un abrazo.

—Estoy tan feliz por ti, Bella. Él es un chico tan bueno —susurró.

—Sé que lo es —coincidí mientras me soltaba. Tomé la mano de Edward, presionando mi costado contra el suyo. No pude evitar desear llevarlo a mi cuarto y tenerlo frotando sus manos sobre todo mi cuerpo de nuevo, no había estado con él desde esta mañana y se sentía como una eternidad.

—Felicidades, chicos —chilló, sonriendo. Edward apretó mi mano, sonriéndome felizmente, haciendo derretirse a mi corazón. Mi mamá sonrió un poco triste, mirando primero a Emmet, luego a mí—. Chicos, necesito hablar con ustedes acerca de algo. Hay una razón por la que volví una semana antes —admitió, su voz tensa y seria.

Emmet se puso rígido, su rostro endureciéndose.

—No queremos verlo si eso es lo que vas a decir —dijo severamente, moviéndose para pararse a mi lado protectoramente.

Mamá meneó la cabeza.

—No es así de simple. No quiero tener que decir esto, él me ha puesto en una posición tan difícil y lo lamento —dijo en voz baja. Edward y Emmet ambos se movieron más cerca de mí inconscientemente, así que estaba completamente apretujada entre los dos. Por Dios, ¿por qué demonios se ponen tan preocupados acerca de eso? ¡Él no está aquí ahora!

—Mamá, ¿de qué estás hablando? No dejaré que ese imbécil se acerque a Bella —gruñó Emmet enojado.

Ella empezó a llorar así que empujé a los chicos y envolví mis brazos alrededor suyo. Mierda, esto era malo. Lo sea que fuera, ella estaba realmente alterada sobre ello.

—¿Qué está mal? —susurré, obligándome a no llorar también. Odiaba ver a mi mamá alterada, siempre era la fuerte.

—Necesitó sentarme —dijo en voz baja, limpiando su cara con fuerza, secando las lágrimas mientras tomaba un profundo respiro. La seguí a la sala, sentándome en el sofá, apenas capaz de respirar. Pensamientos de ellos dos volviendo a estar juntos, él queriéndose mudar con nosotros, demandando para vernos, incluso él queriendo la custodia de nosotros, todos estos pensamientos pasaban zumbando a través de mi cerebro tan rápido que me hizo sentir enferma. Edward se sentó a mi lado, envolviendo fuertemente sus brazos a mí alrededor. Me presioné a él por apoyo, esperando que ella lo dijera.

—Tú padre se ha mudado a esta ciudad —dijo suavemente.

Emmet saltó de su asiento.

—¡Hijo de puta! ¡Le dije que se mantuviera lejos! —gritó furioso, viéndose como si quisiera golpear algo.

Mi madre asintió.

—Emmet, él quiere estar en contacto con ustedes dos de nuevo. Dice que lo lamenta y que ha cambiado. Quiere que le den otra oportunidad.

—¿Quieres decir que quiere otra oportunidad para tratar y violar a bella? —gritó Emmet. Me estremecí mientras los recuerdos volvían. Los brazos de Edward se tensaron a mí alrededor, sus manos apretándose en puños. Mi madre sacudió su cabeza, mirándolo suplicante.

—¡Emmet, no me gusta esto más que a ti, así que por favor deja de gritarme! Odio que sea yo quien tenga que decirles eso, pero no es mi culpa —dijo, llorando de nuevo. Emmet suspiró y meneó la cabeza, arrodillándose enfrente de ella y tirándola en un abrazo.

—Lo siento. No debí desquitarme contigo —dijo, aun sonando enojado. Presioné mi cara en el hombro de Edward, inhalándolo. Lo sentí poner sus labios en mi cuello y me concentré en la sensación de su respiración soplando tranquilizadoramente por mi espalda, tratando desesperadamente de no enloquecer. Luego de un minuto de silencio, Emmet habló—: ¿Por qué vuelve? ¿Por qué no sólo le dijiste que no queríamos verlo? —preguntó.

Ella cerró sus ojos y sonrió tristemente.

—Se volvió a casar. Tiene un hijo de un año, es su medio hermano. Aparentemente, la mujer con la que se casó ya tenía un hijo. Él tiene diecisiete. Su padre quiere que conozcan a su nueva familia —dijo, burlándose ligeramente en “nueva familia” un poco al final. Mierda, ¿tengo un hermano pequeño, y un hermanastro? Emmet saltó.

—¡Ese hijo de puta debió haber sido castrado! ¡No debió haber tenido permitido tener más hijos! —gritó, pasando sus manos por su cabello apretadamente.

—Necesitaba volver hoy y hablar con ustedes porque el chico más grande, Jacob ese es su nombre; él va a empezar en su escuela mañana. Sabe acerca de ustedes dos —dijo, mirándome excusándose.

Emmet pateó la mesa de café, fuerte, mandándola volando. Edward saltó y se paró enfrente de mí protectoramente mientras Emmet gritaba blasfemias y pateaba la mesa una y otra vez, probablemente lastimándose el pie. Me paré y empujé a Edward, apartando sus manos mientras trataba de impedirme acercarme a mi hermano. Agarré el brazo de Emmet , haciendo que se detuviera y me mirara. Su cara era pura ira y pienso que si mi padre estuviera aquí justo ahora, estaría muerto. El hombre necesitaba mantenerse malditamente lejos de Emmet. Envolví mis brazos a su alrededor apretadamente, sabiendo que necesitaba tranquilizarlo antes de que se hiriera a sí mismo. La única manera de calmar a Emmet cuando enloquecía así era hacerle creer que estaba alterada, eso usualmente lo sacaba de su ira bastante rápido.

—Emmet, detente. Me estás asustando. ¿Por favor? —susurré, aferrándome a él para calmarlo.

Estaba temblando por la rabia mientras envolvía sus brazos alrededor de mí.

—Está BIEN. Shh, todo está BIEN. Lo siento —murmuró, acariciando mi espalda, su naturaleza sobreprotectora revelándose.

—Lo siento —murmuró mi madre, sollozando detrás de nosotros.

Salí de los brazos de Emmet y me senté junto a ella.

—Está BIEN, mamá. Nada de esto es tu culpa. Ya veremos qué hacer. Ni Emmet ni yo queremos verlo, así que simplemente no lo veremos —declaré, pretendiendo que sería así de fácil.

—¿Qué sobre este chico, Jacobo, tu hermanastro? Él va estar en tu escuela mañana. Él sabe quién eres pero no sabe sobre qué paso en aquel entonces. Tu padre me dijo que su nueva familia piensa que no quieres verlo debido al rompimiento de nuestro matrimonio, nada más —dijo ella sacudiendo la cabeza.

Emmet se rio sin humor.

—Sí, ¿por qué el invertebrado bastardo le diría a su nueva esposa que golpeó por años a su vieja familia antes de finalmente tratar de violar a su propia hija? ¿No es algo que puedas sacar en una conversación normal cierto? —escupió de manera repugnante. Me estremecí otra vez. Odiaba la palabra violar, era horrible.

—¡Emmet, maldita sea! ¿Dejarás de decir eso? —chilló Edward, mirando hacia él con enojo mientras se sentaba enfrente de mí, tomando mi mano.

—Lo siento, Bella, no pensé —Emmet murmuró en tono de disculpa.

Sacudí mi cabeza y fingí una sonrisa.

—Está bien, Emmet, no te preocupes. —Agité la mano con desdén, pretendiendo que no estaba afectada por toda esta situación—. ¿Cuál es el nombre del bebé? —le pregunté a mamá, queriendo saber sobre el hermano pequeño que ahora tenía.

Ella sonrío tristemente.

—Seth.

Sonreí. Seth. Era lindo, me gustaba. Podía sentir la histeria creciendo dentro de mí aunque sabía que necesitaba estar sola.

—Bueno, no hay nada que podamos hacer al respecto ahora, supongo. Tendremos que ver como es este Jacob mañana. Pero no quiero tener nada con ese hombre jamás —declaré segura de eso mientras me ponía de pie—. Voy a recostarme. Tengo dolor de cabeza —dije mientras empecé a alejarme. Necesitaba salir de aquí antes de tener una crisis enfrente de Emmet, eso sólo lo haría volverse loco otra vez.
Edward tomó mi mano.

—¿Quieres algo de compañía? —preguntó en voz baja, mirándome con una cara de perrito. El condenado chico sabía que no podría decirle no a esa cara.

—Sí, de acuerdo. —Asentí ligeramente y empecé a caminar hacia mi habitación.

—Estaré ahí en un minuto. Sólo voy a ayudar a Emmet a limpiar la mesa —dijo Edward, asintiendo hacia el desastre de madera rota que solía ser nuestra mesa de café.

Asentí y me alejé rápido. Podía escucharlos susurrando detrás de mí, sabía que ellos estaban hablando sobre mí, pero simplemente no me importaba. Me enrollé en una bola en mi cama y sollocé mientras pensaba al respecto. Mi padre estaba en el pueblo y quería tener contacto con nosotros otra vez. Tenía una nueva familia.
No podía evitar preguntarme si los trataba bien o si los amaba, y si los trataba bien y los amaba, ¿Por qué demonios no pudo haber sido así con nosotros? ¿Por qué no nos amó? Uno minutos después Edward entró, envolviendo su cuerpo alrededor del mío, dejándome sollozar en su pecho hasta que me dormí. La última cosa que pasó por mi cabeza fue que sabía que todo en mi vida era demasiado perfecto. Sabía que no  debía poner mis esperanzas por un final feliz. Yo nunca tenía un final feliz.

POVEDWARD


—¿Quieres algo de compañía? —pregunté, rezando para que no me alejara.

—Sí. De acuerdo. —Asintió ligeramente y se alejó sin esperar por mí.

Necesitaba hablar con Emmet primero, asegurarme que él no fuera a salir por ahí sin mí o algo.

—Estaré ahí en un minuto. Sólo voy a ayudar a Emmet a limpiar la mesa —mentí, asintiendo hacia las astillas de madera esparcidas por el suelo. Ella asintió y se alejó rápidamente. La miré caminar por el pasillo antes de girarme hacia Emmet—. No te atrevas a ir ahí por tu cuenta. Estoy hablando en serio, Emmet . Si quieres ir, entonces iré contigo —susurré en tono de advertencia.

Él frunció el ceño pero asintió de mala gana.

—No voy a ir al menos que haga falta. Si él no se acerca a nosotros no quiero tener nada que ver con él. Si se acerca a ella, lo mataré —gruñó.

Asentí, sabía que lo haría, podía verlo por su rostro. Charlie Swan estaría con la mierda hasta el cuello, porque si Emmet no lo mataba, entonces yo lo haría si se acercaba sólo un poco a mi Ángel.

—Escucha, necesito ir allá y asegurarme que ella está bien. Hablaremos más tarde sobre esto. No hagas nada imprudente, EMMEt —dije severamente. Él asintió y yo prácticamente corrí por el pasillo hacia ella.

Entré en su habitación; ella estaba enrollada en una bola en su cama, sollozando su dolor. Odiaba verla así; me trajo aquellos recuerdos de cuando solía verla así cada noche desde que tenía ocho. La vista de eso ahora estaba rompiendo mi corazón. Me acosté enfrente de ella y envolví mis brazos a su alrededor apretadamente, lanzando mi pierna alrededor de las de ella, empujándola cerca de mí mientras descansaba mi barbilla en la cima de su cabeza. Si él la llegaba a tocar otra vez iba a matarlo. No la dejaré vivir su vida asustada por un hombre. No me importaba si terminaba gastando todo mi tiempo en ello, mientras ella estuviera segura, eso era todo lo que necesitaba.

Después de media hora sollozando histéricamente, su respiración se volvió más profunda. Me retiré lentamente y miré hacia ella. Se había quedado dormida. Su cara estaba roja e hinchada, estaba manchada con lágrimas, pero aun así lograba verse como la chica más hermosa en el mundo. Besé su frente gentilmente y limpié sus lágrimas, desenredándome lo más cuidadosamente que podía. Salí a hurtadillas de su habitación y encontré a Emmet sentado en el sofá; su madre estaba en la cocina haciendo la cena. Me senté cerca de Emmet dejando mis ojos vagar por su cara. Lucía tan estresado; no lo había visto así desde un par de años.

La última vez que lo vi así fue cuando su papá se puso en contacto hace dos años, cuando teníamos dieciséis. Eso fue cerca de un año después de que lo hubiésemos golpeado fuerte y sacado a patadas. Aparentemente, Charlie había querido verlos otra vez para redimirse, o eso dijo él de cualquier manera Emmet se había vuelto loco, justo como antes, y en términos no vacilantes le dijo a su papá que si se acercaba otra vez a Bella, lo cortaría en pedazos. Fue sólo suerte que esa conversación pasara por teléfono; de otro modo ese imbécil se estaría descomponiendo en su tumba en estos momentos.

—¿Todo bien Emmet? —pregunté, agarrando su hombro, apretándolo suavemente. Él suspiro y asintió.

—¿Está bien ella? —preguntó en voz baja.
Sacudí mi cabeza.

—No —admití tristemente. Miré mientras su cara se enfurecía; odiaba ver a Emmet tan furioso—. Pero, está dormida ahora.
—Necesitas ayudarme Edward —murmuró cerrando sus ojos.

—Por supuesto —coincidí, asintiendo rápidamente. Haría lo que sea para mantener a salvo a mi Ángel, cualquier cosa en el mundo.

—No la quiero sola por su cuenta. Uno de nosotros necesita estar con ella a toda hora. ¿Puedes quedarte mientras yo voy a trabajar durante la semana? —preguntó, mirándome esperanzado.

Sonreí con un poco de culpa.

—Siempre lo hago Emmet. No te preocupes. Todo estará bien. Ella estará bien. — Sonreí de modo tranquilizador. Nunca dejaría que nada la lastimara otra vez. Lo permití cuando ellos eran niños y nunca me perdonaré por eso. Quiero decir, si le hubiera dicho algo a mi mamá o mi papá, quizás hubiera parado antes de que fuera demasiado lejos.

Él asintió.

—Sí, lo sé. Escucha, sobre mañana, no sé cómo va a reaccionar con este chico Jacobo. Ya sé que él no sabe nada, pero ¿Qué si el empieza a preguntarle por qué no lo vemos? Podía molestarla en la escuela. Ella odia eso. Ella tiene años en esto ahora —dijo tristemente.

—Emmet, sólo tenemos que ver como juega. —Tomé un profundo respiro y decidí decirle acerca de lo que había estado pensando desde que su madre dijo que ese imbécil estaba de regreso en el pueblo. No estaba seguro como Emmet reaccionaria a mi sugerencia, sin embargo; tenía la esperanza que lo viera de forma que estaba pensando sobre ella—. Sabes me iré a la universidad en un par de meses. Bueno, iba a rechazar mi beca a Boston e ir a una universidad más cercana aquí así todavía podría quedarme con ella, pero si pasa lo peor, la llevaré conmigo a Boston. Puede transferirse de escuela —sugerí, encogiéndome de hombros, esperando por su reacción.
He estado pensando bastante sobre esto los últimos meses, desde que recibí la carta de aceptación. Esa universidad era una oportunidad increíble para mi carrera, pero no quería irme. No quería dejar a Bella ni siquiera antes de estar juntos, pero pienso que no sobreviviría ahora que finalmente la tengo. Estaba pensando sobre o ir a una universidad local, o preguntarle para que viniera conmigo a Boston. El problema era que Bella sólo tenía dieciséis, así que estaba seguro de que tendría que tomar la primera opción y quedarme aquí con ella. Ahora que esta situación se había presentado, regresaba a la idea de preguntarle para que viniera conmigo. Podría alejarla de todo; podríamos tener un nuevo comienzo donde ella no pensaría sobre él cada día, donde no tendría que preocuparse sobre encontrarse con él cada vez que saliera de la casa. Esperaba que Emmet se volviera loco conmigo por siquiera sugerir alejarla de él, pero me sorprendió cuando no lo hizo. Él sólo asintió.

—Gracias, amigo —dijo tristemente.

—Voy a preguntarle a tu mamá si puedo pasar la noche —dije, poniéndome de pie y dirigiéndome a la cocina. Renne todavía estaba molesta; sus ojos todavía estaban rojos por las lágrimas.

Ella se acercó a mí y me abrazó apretadamente.

—Eres un buen chico, Edward, siempre lo has sido —dijo con una lágrima en su ojo.

—¿Es eso un, “sí, puedes compartir la cama con mi hija, Edward ”? —bromeé, tratando de aligerar el ambiente. Funcionó, ella se rió.

—Sí, de acuerdo. —Asintió, poniendo los ojos en blanco y suspirando audiblemente.

La besé en la mejilla.

—Todo va a estar bien. Emmet y yo cuidaremos por las dos —le prometí mientras la abrazaba fuertemente.

Ella asintió.

—Sé que lo harán. Sólo cuida también de Emmet por mí. Tengo el sentimiento que va a hacer algo imprudente y meterse en problemas —dijo ella frunciendo el ceño.

—Lo cuidaré. No te preocupes por nada. —Sonreí y la solté gentilmente—. Voy a buscar algo de ropa en mi casa. No tardaré mucho. —Me giré y prácticamente corrí a mi casa, tratando de ser lo más rápido posible. Mi mamá estaba planchando en la sala.

—Oye, mamá. Me quedaré con Ángel esta noche —le informé mientras la pasaba sin siquiera esperar por una respuesta. Empujé ropa limpia y mis libros de la escuela dentro de mi bolso, antes de dirigirme de regreso a ver a mi mamá. No la había visto desde el viernes por la mañana cuando salí de mi habitación, pretendiendo que había pasado la noche aquí como es usual.

—¿Cómo van Bella y tú? —preguntó ella, sonriendo felizmente.

Sonreí, pensando sobre cuán bien nos estábamos llevando antes de que todo esto pasara hace unas horas.

—Increíble. Realmente increíble —admití.

Ella me dio una brillante y feliz sonrisa.

—Ustedes dos están teniendo cuidando, ¿cierto? —preguntó, mirándome con advertencia.

Sonreí y asentí.

mi rostro se puso rojo—Sí, mamá, Ángel está tomando la píldora —declaré poniendo los ojos en blanco.

Ella jamás me había preguntado sobre mi vida sexual antes ¿y ahora de repente estaba interesada?—. Escucha, tengo que irme. Renne está de regreso así que está haciendo la cena. Sólo vine para tomar algo de ropa. —Moví el bolso en mi hombro, mirando a la puerta con ansiedad; sólo quería regresar allí rápido en caso de que ella despertara.

Mamá me miró con curiosidad.

—¿Renne está en casa y va a dejar que te quedes con Bella? —preguntó, luciendo un poco sorprendida.

Sonreí, sabiendo que bajo circunstancias normales Renne hubiera pateado mi trasero sólo por preguntar si podía quedarme, pero con todo lo que había pasado a ella parecía no importarle.

—Sí, dijo que estaba bien. —La besé en la mejilla—. Te veo mañana en la noche cerca de las nueve cuando Emmet llegue a casa del trabajo, ¿de acuerdo? —dije sobre mi hombro mientras caminaba hacia la puerta.

Suspiró dramáticamente.

—Fue lindo verte, Edward —dijo sarcásticamente.

Me reí.

—Te amo, Mamá.

—También te amo —dijo, justo mientras cerraba la puerta.

Corrí tan rápido como pude a la casa de Bella, ella todavía estaba dormida en la misma posición. Sólo eran la siete treinta; quizás ella duerma toda la noche. Me acosté cerca de ella otra vez, mirando por encima de ella. Instantáneamente, se apretó cerca de mí, de la misma manera que lo hacia cada noche. La envolví fuertemente en mis brazos y cerré mis ojos, tratando de pensar en otra cosa que no fuera el peor recuerdo de mi vida. La imagen de caminar dentro mientras su padre trataba de forzarla mientras ella yacía en la alfombra del salón sangrando.

Después que él se fue, admitió que su padre la había estado tocando desde que ella tenía cinco. Después de esa confesión, nunca más habló sobre eso. Creo que lo enterró tan profundo dentro de ella y pretendió como si no hubiera pasado nada, como en un estado de negación supongo. La única vez que veías los efectos de ello, era cuando las personas la tocaban y entraba en pánico.

Un tiempo después, Emmet trajo dos platos la comida. Miró a Bella con una expresión de dolor en su cara.

—¿Crees que deberíamos despertarla y hacer que coma algo? —susurró.

Sacudí mi cabeza.

—No, déjala dormir. Si despierta con hambre entonces le haré algo —dije en voz baja, mientras empezaba a comer mi pasta ávidamente. Se sentó al pie de su cama sólo viendo su sueño por un rato—. Estará bien, Emmet —prometí.

Suspiró y asintió.

—Sí lo sé. Buenas noches, Edward. —Sonrió tristemente mientras tomaba mi plato vacío y el plato sin tocar de Bella y se deslizó fuera de su habitación. Me envolví alrededor de ella otra vez y la vi dormir hasta que no pude quedarme despierto más tiempo.

***
POVBELLA
Cuando me desperté por la mañana mi cabeza estaba palpitando. Gemí. En verdad no necesitaba un dolor de cabeza encima de todo lo demás que iba a ir mal hoy. Edward todavía estaba dormido así que salí de la cama, intentando no despertarlo.  Me dirigí a mi baño para tomar una ducha. Aún estaba bajo la regadera, intentando desesperadamente no llorar mientras pensaba en la “nueva familia” de mí padre. ¿Qué le iba a decirle a este chico Jacob? Suspiré y salí de la ducha, enrollándome con una toalla. En silencio, intenté convencerme a mí misma que probablemente ni siquiera querría hablar conmigo hoy y que me estaba preocupando por nada. No era culpa del chico que mi padre se casara con su madre y lo hicieran mudarse aquí. Demonios, él probablemente necesitaría un amigo ahora mismo porque acabaría de dejar todo y todos los que le importaban detrás.

Caminé hacia la cama, mirando a Edward. Parecía tan tranquilo que casi no quería despertarlo. Me senté en el borde de la cama y tomé su mano, sabiendo que necesitábamos prepararnos para el colegio.

—¿ Edward? —susurré. Se despertó al instante, lo que no era inusual, a él normalmente le costaba mucho levantarse.
 
—Hola —se sentó y me miró tristemente.

Sonreí de modo tranquilizador; estaba preocupado por mí, lo podía notar.

—Hola —contesté, entrando otra vez en la cama y acostándolo conmigo—. Estoy bien, deja de estresarte —prometí, suavizando las líneas fruncidas de su frente.

Suspiro y sacudió su cabeza.

—Estoy aquí si quieres hablar. ¿Lo sabes, verdad? —preguntó, mirándome intensamente.

Él era simplemente demasiado adorable algunas veces, de verdad no me lo merecía.

—Lo sé, Cullen, pero estoy bien. Solamente vamos a superarlo y ver lo que tiene que decir este chico hoy —sugerí, encogiéndome de hombros. Inclinó su cabeza y besó cada pulgada de mi rostro, haciéndome reír, antes de que se alejara hacia la ducha.

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HOLAAAAAAA.

un nuevo capitulo  les esta gustando la historia? 

bueno JOZSY_CULLEN no actualizo fines de semana pero por lo general toda la semana solo algunos dias que la vdd tengo mucho trabajo y no me da tiempo, pero actualizo casi diario y no pasa de las 2:30 oki Bye disfrutenlo 

BESOS

 

Capítulo 31: una noche inolvidable y mamá Capítulo 33: Primer día

 
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