El chico que se escabulle por la ventana de mi habitación +18

Autor: elizabet_cullen
Género: Romance
Fecha Creación: 12/08/2013
Fecha Actualización: 29/10/2013
Finalizado: NO
Votos: 21
Comentarios: 99
Visitas: 71940
Capítulos: 38

Bella Swan y su hermano mayor, Emmet tienen un padre abusivo. Una noche, el mejor amigo de su hermano, Edward, la ve llorando y trepa por su ventana para confortarla. Aquella acción desata una relación de amor/odio que se extiende por los próximos ocho años.

Su relación siempre ah sido incierta, pero ¿Qué sucede cuando Bella empieza a ver al mejor amigo de su hermano un poco diferente? ¿Y cómo su hermano, que siempre ha sido un poco sobreprotector, reaccionara cuando se dé cuenta que el par se está acercando más?

 

Hola, este es mi primer fic NO es mio solo es una adaptacion de un libro, espero lo disfruten como yo pues ami me encanta jeje ok 

REPITO:la historia NO es mia solo una adaptacion

Los personajes son propiedad de S.M

 

+ Añadir a Favoritos
Leer Comentarios
 


Capítulo 16: EL comienzo de este amor

Él se echó a reír. —¿Oh? ¿Eso es todo lo que puedes decir?

Asentí y me reí también. Todavía no tenía palabras para contestar esta pequeña confesión que él acababa de hacer. Mi cabeza todavía estaba girando y sabía que si decía algo ahora yo solamente sonaría como una puta. Me incliné sobre la mesa y tomé su mano, me sonrió felizmente y esto parecía ser todo lo que era necesario.
Mi cabeza estaba girando con pensamientos; realmente no sabía qué creer. ¿Acaba de hacer aquella enorme confesión sobre cómo se siente, pero eso significa que él no me va a engañar? Bueno en realidad, nosotros no éramos todavía oficialmente una pareja. Harry sólo ha tenido algunas citas; nunca ha tenido una novia, entonces técnicamente no tengo ningún derecho sobre él de todos modos. Necesitaba ser realmente cuidadosa, cuanto más tiempo pasaba con este lindo Edward, más me gustaba. Estaba en real peligro de tener mi corazón destrozado.

Mi teléfono móvil sonó, salvándonos del silencio ligeramente extraño. Este no era un silencio incómodo, solamente extraño, en tanto él parecía absolutamente contento solamente sosteniendo mi mano y mirándome. El identificador de llamada dijo que era Angela. 

—Hola,Angela, ¿qué pasa? —dije alegremente.

—Hola,Bells, ¿quieres que lleve una película para esta noche?-

—Sí seguro. Pero nada de miedo. —Sonreí dándole un ligero golpe en la mano a Edward cuando él trató de robar uno de mis rollos primavera de mi plato.

—¿Qué? —articuló con inocencia. Rodé mis ojos y le pasé mi plato.

—Estaba pensando en, El Amanecer de los Muertos —replicó Angela.

Jadeé; ¿ella está bromeando?

—¡De ninguna manera! ¡No voy a ver eso, me asustaría demasiado! —grité, horrorizada ante el pensamiento de ver una película de zombis. Me ponían tan asustada que después no podía estar sola durante días; ¡tuve que hacer pis con la puerta de cuarto de baño abierta por el amor de Dios! Podía escuchar su risita.

—Por favor, ¿­­­­Bella? Realmente quiero verla —pidió, yo podía imaginar el aspecto de cachorro en su rostro ahora mismo.

Edward me estaba dando una expresión burlona, entonces puse mi mano sobre el auricular y susurré:

—El Amanecer de los Muertos.

Él ensanchó sus ojos ligeramente antes de darme una sonrisa.

—No te preocupes, Ángel, te protegeré —susurró él con seguridad, haciéndome reír.

—Bella, por favor —Angela pidió otra vez.

—¡Oh Dios! De acuerdo, trae esa maldita película —refunfuñé, derrotada.

Al menos Edward estaría allí, él siempre mantenía mis pesadillas lejos. Sólo sería malo cuando estuviera sola, como en la ducha o algo. Supongo que siempre puedo hacerle permanecer fuera de la puerta y que me leyera o algo mientras estaba allí, no es como que él no hubiera hecho esto por mí antes. Lo miré un poco impresionada, de hecho, cuanto más pensaba en ello, más de este dulce, divertido Edward, venía a mi mente. Él hizo a menudo pequeñas cosas por mí a las que no les presté atención antes. ¿Siempre había sido dulce para mí, pero estaba demasiado prejuiciosa para verlo?

—¿Entonces, qué piensas, está bien? —preguntó Anggie.

Regresé abruptamente a la realidad. ¡Mi’erda, yo no había estado escuchándola en absoluto!

—¿Lo siento,Angela, qué? No te escuché, lo siento. Estaba presa de pánico sobre esa película de mierda. —Me estremecí solo por el pensamiento de ello.

Ella suspiró.

—¿Te dije que mi mamá y papá se marchan por el fin de semana, así que pensé que estaría bien si dormía en la tuya esta noche y mañana por la noche? Realmente no quiero quedarme sola —dijo en voz baja. Miré a Edward y brinqué. Si Angela se quedaba a dormir esto quería decir que él no podría, porque ella dormiría en la cama plegable sobre mi piso.

—Um seguro,Angela, puedes quedarte a dormir durante el fin de semana. A Emmet no le importará. —Estuve de acuerdo de mala gana.

Edward disparó sus ojos hasta los míos y sacudió su cabeza.

—¡NO! —articuló de manera suplicante. Solamente le di una mirada de disculpa y me encogí de hombros, yo no podía decirle no, ella era mi amiga.

—Estupendo. Bueno, vendré aproximadamente a las siete entonces, ¡de acuerdo! —gorjeó, sonando entusiasmada.

—Sí, ¡Esta bien! Nos vemos. —Cerré mi teléfono móvil y miré de nuevo a Edward

—¿El fin de semana? ¿No conseguiré dormir allí el fin de semana? —gimoteó, tan pronto como había cerrado mi teléfono.

—Lo siento, pero no podía decirle no. Sus padres se marchan durante el fin de semana y no quiere quedarse sola. —Lo miré excusándome.

Él suspiró luciendo derrotado.

—Está bien, seguro. Pero sabes que has acordado mirar una película de zombis que da mucho miedo y no voy a estar allí por las próximas dos noches —declaró él con una sonrisa arrogante.

Jadeé. ¡No había pensado en esto! ¿No dormía muy bien sin Edward allí, tenía pesadillas, malas, sobre mi padre y ahora encima tendría sueños de zombis también? Desde que tenía ocho años, sólo pasé algunas semanas lejos de Edward, como cuando uno de nosotros se fue de vacaciones, o un tiempo que él tenía varicela y tuve que estar lejos durante cuatro días. Cada vez que estaba sola, mis sueños serían tan malos que me despertaría gritando. Le había pedido a Emmet dormir conmigo algunas veces cuando era chica, pero él no detuvo los sueños entonces solamente dejé de pedírselo.

Sabía que Edward no dormía en absoluto cuando no estaba conmigo. Él literalmente se la pasaba despierto, incapaz de sentirse cómodo. Él siempre decía que su cama se sentía extraña, porque no había dormido en ella desde que tenía diez años. Odiaba cuando mis amigas llegaban para quedarse y se quejaba sobre ello todo el día siguiente, dejando caer insinuaciones no tan sutiles de que él no estaba impresionado por tener que dormir en su propia cama.

—Bien, no sé por qué luces tan arrogante al respecto; tú no vas a dormir demasiado intensamente tampoco. —Sonreí, sacándole la lengua.

—¿Um, es una invitación? —preguntó, levantando una ceja. Al instante comprendí de lo estaba hablando, preguntaba si quería besarlo otra vez porque le mostré mi lengua. Seguro como el infierno.

—Seguro —ronroneé, mirándolo de manera seductora, sabiendo que no podía alcanzarme sobre la mesa, entonces tendría que esperar hasta que nosotros dejáramos el restaurante.

Inmediatamente saltó de su silla y se inclinó a mi lado, tomando mi rostro en sus manos y besándome, no pareciendo preocuparse por dónde estábamos o si las personas estaban mirando. Tomé la iniciativa esta vez y tracé mi lengua a lo largo de su labio inferior, la abrió rápidamente y deslicé mi lengua. Gimió en mi boca, empujándome hacia él. El beso estaba tan bueno que me sentí ligeramente mareada. Ni una sola vez trató de tocarme, excepto sostener mi rostro, lo que me sorprendió. Tal vez no me estaba usando sólo para el sexo después de todo. Sonreí contra sus labios y se alejó, sonriéndome también.

—Gracias —susurró, besándome otra vez rápidamente y luego volviendo a sentarse frente a mí, como si nada hubiera pasado. ¡Bueno, no estoy tan acostumbrada a todo esto de tener citas y besuqueos!

—Será mejor que nos vayamos; necesito hablar con tu hermano. —Frunció el ceño, luciendo triste y un poco asustado.

—¿No vas a decirle, verdad? —pregunté, horrorizada ante el pensamiento de Emmet sabiéndolo y volviéndose loco. Asintió.

—Sí, Ángel. Él sabía que tú me gustabas todo este tiempo, pero él no pensaba que yo te gustara, por eso necesito hablar con él sobre que nosotros estamos realmente saliendo. —Hizo una mueca mientras hablaba; imagino que estaba pensando en la patada en el cu'lo que Emmet le daría cuando se lo contara.

— Edward, por qué nosotros no sólo lo dejamos por un tiempo y luego tal vez en un par de semanas, si todo va bien, entonces podemos hablar con él juntos. ¿Quiero decir, ni siquiera sabemos si esto va a funcionar, verdad? —pregunté con un encogimiento de hombros.

Realmente no veía el punto en hablar con Emmet y trastornarlo todo si esto no iba a funcionar. ¿En realidad, cuánto tiempo duraría esto, una vez que comprendiera que yo realmente no pensaba dormir con él en el corto plazo? Cuando estuviera aburrido o desesperado, huiría de mí hacia la posibilidad más cercana de sexo fácil, gritando mientras se iba.

Se veía un poco asustado.

—¿Tú piensas que esto no funcionará? —preguntó, su voz sonando lastimada.

—¿Honestamente? Solamente no creo que puedas esperar, Edward. ¿Cuánto tiempo va a pasar antes de decidir que has tenido suficiente y dormir con alguna chica bonita y tonta? —le respondí, odiando la expresión de dolor que cruzaba su rostro.

—Prometo que nunca te engañaré, nunca. He esperado demasiado tiempo por esta oportunidad; no voy a estropearla. —Tomó mi mano y podía ver la honestidad en sus ojos, realmente creía que no me engañaría, pero él era un chico después de todo y su cuerpo diría algo más eventualmente.

—¿Vamos a esperar un poco, está bien? —sugerí, apartando mi mano y haciéndole una señal al camarero. Vino inmediatamente.

—¿Hola, podemos conseguir la cuenta por favor? —pregunté con una sonrisa, asintió y se fue.

—Solamente voy al baño. ¿Si vuelve antes que esté de regreso, entonces usa esto, está bien? — Edward instruyó, dándome su cartera y caminando rápidamente al baño.

Hice una mueca; pienso que realmente herí sus sentimientos diciéndole esto. ¡Maldición, podía ser tan estúpida a veces! Lo miré mientras se alejaba, mis ojos inconscientemente enfocaron su trasero. ¡Wow, realmente tiene un lindo culo! Alguien limpió su garganta al lado mío haciéndome sonrojar porque acababa de sorprenderme mirando. Alcé la vista y el camarero estaba de pie allí con la cuenta.

—¡Oh, lo siento! No me di cuenta que estabas allí —refunfuñé, avergonzada.

—No te preocupes por ello. —Me dio el recibo y se inclinó junto a mí, así que estábamos al mismo nivel. Él puso una mano al dorso de mi silla y una sobre la mesa entonces estaba atrapada. Mi corazón comenzó a correr. Él estaba muy cerca.

—Entonces, no te he visto antes por aquí. Definitivamente habría recordado un rostro tan hermoso como el tuyo —dijo, sus ojos clavados en mí, mientras parecía que él me estaba imaginando desnuda. Me retorcí en mi asiento.

—Eh no, no he estado aquí antes —murmuré incómodamente, mirando la cantidad que debía y agarrando la cartera de Harry de mi regazo.

—Soy James. —Ofreció su mano para darme la mano. Lo miré y tragué saliva; realmente no quería tocarlo, así que solo jugaba con la cartera de Edward fingiendo buscar algo. Lo sentí jugando con mi cola de caballo y me sentí mal.

—¿Así que, cómo te llamas? —preguntó, con una sonrisa coqueta.

—Su nombre es tócala otra vez y te romperé la cara —gruñó Edward posesivamente detrás mí. Físicamente me relajé.

El tipo se levantó inmediatamente.

—Lo siento, solamente hablaba con tu novia eso es todo. No ha pasado nada — dijo con inocencia.

—Correcto —contestó Edward, sonando realmente molesto. Extendió la mano y tomó el recibo y su cartera de mis manos, lo miró y luego le dio el dinero al tipo mirándolo todavía airadamente. Mi respiración todavía no había vuelto a la normalidad, mi corazón seguía corriendo. Edward me ofreció su mano.

—¿Estás lista, Ángel? —preguntó, sin quitar sus ojos del camarero. Tomé su mano y me levanté, siguiéndolo mientras él nos condujo fuera del restaurante. Una vez que cerró la puerta se volvió hacia a mí.

—¿Estás bien? Te ves un poco pálida —Dio un paso más cerca de mí y puso sus labios sobre mi cuello. Envolví mis brazos alrededor de su cintura y me presioné contra él, dejando que su olor llenara mis pulmones, su respiración soplando mi espalda y hombros, haciendo que todo mi cuerpo se relaje.

Me alejé después de un par de minutos.

—Estoy bien ahora. —Le sonreí de modo tranquilizador y él acarició ligeramente un lado de mi rostro.

—Vamos, hay que regresar. Tengo que ayudar a Emmet a ordenar así él comprará la pizza esta noche —bromeé.

Sonrió y entonces caminamos hacia su auto, deslizó su mano en la mía. No podía dejar de reír. Se sentía bien por alguna razón; su mano parecía encajar perfectamente en la mía. Era tan natural que era casi demasiado fácil.
****
Tomó un largo tiempo limpiar la casa. Alguien se había enfermado en el patio trasero así que mandé a Emmet a limpiar eso mientras yo trabajaba en la cocina, recogiendo todos los vasos y botellas vacías. Parecía que la fiesta se había salido un poco de control después de que Edward y yo nos hubiéramos ido a la cama, y mi idiota hermano borracho no se había molestado en detenerlo.

—Ésta es la razón por la que me mantengo sobrio —declaró Edward, arrugando su cara con desagrado al ver un jarrón lleno de orina en el alféizar de la ventana del salón.

—¿Te mantienes sobrio para evitar que las personas orinen en los ornamentos de mi mamá? —pregunté, riendo histéricamente. Él asintió.

—Sorprendente pero cierto. Siempre hay alguien que no se molesta en caminar hasta el baño —bromeó, haciéndome reír aún más fuerte.

Me sonrió, haciendo que mi corazón se derrita, y Emmet entró.

—Guau, ¿en serio los acabo de escuchar riéndose de algo juntos? Es la primera vez —dijo mirando a lo que estaba sosteniendo Edward y pestañando.

—Será mejor que vaya a resolver esto —murmuró Edward, caminando rápidamente.

Podía notar que estaba un poco incómodo al mentirle a Emmet, pero yo estaba realmente segura que un par de semanas sería lo mejor, sólo para asegurarnos que esto era lo que ambos queríamos.

—Emmet, ¿se puede quedar Angela este fin de semana? Sus padres están fuera de la ciudad y no se quiere quedar en su casa sola —pregunté, dándole mi cara de perrito. Hizo una mueca.

—¡Ugh! Esa chica no hace nada más que coquetear conmigo, no me importaría tanto si fuera mayor, pero quiero decir, por Dios, ¡tiene la edad de mi hermana pequeña! ¡Ew! —dijo con falso estremecimiento.

—¿Así que piensas que alguien de dieciséis no debería salir con alguien de dieciocho? —pregunté, tratando de ser casual.

No lo creyó, me miró con escepticismo.

—No estás interesada en nadie de dieciocho, ¿verdad? —preguntó, entrecerrando los ojos hacia mí. Vi a Edward volver por el pasillo desde la esquina de mi ojo.

—No, estaba hablando sobre Anggie —mentí. Asintió, al parecer satisfecho.

—No, no creo que deberían. Quiero decir, ¿qué clase de persona de dieciocho años miraría a alguien de dieciséis de esa forma? —preguntó, mirando a Edward mientras pasaba, viéndose un poco avergonzado.

—Sólo son dos años, Emmet, no es la gran cosa. Sólo estás enloqueciendo porque es la misma edad que tengo yo. Sólo porque tú no saldrías con alguien de mi edad, no quiere decir que otros chicos se sientan de la misma manera, ¿cierto, Edward? — respondí, todavía tratando de sonar casual a pesar de que mi voz se quebró un poco cuando dije el nombre de Edward.

—Cierto. Conozco a muchas chicas de dieciséis que están bien calientes — respondió Edward, guiñándome un ojo detrás de la espalda de mi hermano.

—Sí, ¡pero tú no puedes salir con ninguna de ellas! —gruñó Emmet , girándose para mirarlo y golpeándolo en la nuca mientras pasaba. Me encontré con la mirada de Edward y estaba un poco sorprendido. Guau, Emmet de verdad sabía que le gustaba, y al parecer estaba muy en contra a la idea de nosotros estando juntos. Esto podría ser incluso más complicado de lo que pensé.

Angela llegó aproximadamente una hora más tarde.

—Hola Emmet, hola Edy —ronroneó mientras entraba, dándoles a ambos una sonrisa coqueta. Vi a Edward reírse en voz baja mientras que sonreía de vuelta.

—Hola, Angela —sonrió Emmet, dándole un guiño coqueto. Realmente no se estaba ayudando, si quería que ella lo deje en paz, entonces, ¿por qué animarla?

—Vamos, dejemos a los gigolós solos —bromeé mientras agarraba su mano y la arrastraba a mi habitación. Vi a Edward sonreírme por la esquina de mi ojo y me ahogué con una carcajada.

—No puedo creer que voy a pasar todo el fin de semana aquí contigo y tu hermano. ¿Piensas que  Edward se quedará también? —preguntó con sus ojos brillando.

—No lo sé, tal vez deberías preguntarle. —Sonreí un poco incómoda. Podía imaginarla coqueteando con  Edward justo en frente de mí; no estaba segura acerca de cómo me voy a sentir al respecto.

Dejó caer sus cosas en el piso y se tiró en mi cama. De repente se dio vuelta y agarró mi almohada frunciéndole el ceño, se veía confundida.

—Bella, ¿por qué tu almohada huele a colonia?-

Podía sentir mis nervios burbujeando.

—Eh... bueno, yo...eh.... ¡Oh! Se la presté a  Edward cuando se quedó aquí, así que debe oler a él —mentí, tropezando con las palabras.

Enterró su cara en la almohada.

—Mmm, voy a dormir con ésta esta noche —declaró, apretando la almohada.

Me atraganté con la risa.

—Como sea, Angela. Comamos, estoy muriéndome de hambre. —Me empujé fuera de la cama y caminé hacia la puerta así podíamos pedir la comida.

—¡Tengo esto! —gorjeó, agitando un DVD frente a mi cara. Incluso la cubierta me asustó demasiado. Rodé los ojos y caminé a la sala, dejándome caer en el sofá junto a  Edward. Él puso su mano en el sofá junto a la mía y discretamente frotó su meñique contra el mío cuando nadie estaba mirando.

—¿Pediste la comida, Emmet? —le pregunté, poniéndome de lado en el sofá para que mi rodilla toque el muslo de  Edward. Vi una sonrisa asomarse en la comisura de su boca.

—Si, hecho. Estará aquí en diez —dijo Emmet, moviéndose en el otro sofá unos centímetros porque Angela prácticamente se había sentado sobre su regazo.

—Así que,  Edward, ¿tu lindo trasero se quedará esta noche aquí también? Soy más que feliz de compartir mi cama si quieres. Capaz que esté asustada de la película, tal vez necesita a alguien que me haga sentir mejor en la noche —ronroneó Angela seductoramente.

Lo sentí cambiar su peso más cerca de mí por lo que mi pierna estaba sobre la de él aún más.

—No, no puedo. Estoy ocupado esta noche. Vas a tener que arreglártelas sin mí.-

Se encogió de hombros y apartó la mirada hacia el televisor.

—Oh, bueno. Tendrás que ser sólo tu entonces, Emmet, si estás interesado — ronroneó.

***************

holiz jeje pz abra algunas sorpresas durante ese fin XD jeje gracias x sus comentarios y en especial a 

CINTY y DELMARY gracias chicas ustedes que han estado siguiendo la historia 

VOten jeje

ATT: Monett Resendiz Masen

Capítulo 15: Confesiones Capítulo 17: capitulo 17

 
14445904 visitas C C L - Web no oficial de la saga Crepúsculo. Esta obra está bajo licencia de Creative Commons -
 10762 usuarios