El chico que se escabulle por la ventana de mi habitación +18

Autor: elizabet_cullen
Género: Romance
Fecha Creación: 12/08/2013
Fecha Actualización: 29/10/2013
Finalizado: NO
Votos: 21
Comentarios: 99
Visitas: 71909
Capítulos: 38

Bella Swan y su hermano mayor, Emmet tienen un padre abusivo. Una noche, el mejor amigo de su hermano, Edward, la ve llorando y trepa por su ventana para confortarla. Aquella acción desata una relación de amor/odio que se extiende por los próximos ocho años.

Su relación siempre ah sido incierta, pero ¿Qué sucede cuando Bella empieza a ver al mejor amigo de su hermano un poco diferente? ¿Y cómo su hermano, que siempre ha sido un poco sobreprotector, reaccionara cuando se dé cuenta que el par se está acercando más?

 

Hola, este es mi primer fic NO es mio solo es una adaptacion de un libro, espero lo disfruten como yo pues ami me encanta jeje ok 

REPITO:la historia NO es mia solo una adaptacion

Los personajes son propiedad de S.M

 

+ Añadir a Favoritos
Leer Comentarios
 


Capítulo 18: capitulo 18

1/3

----------------------------------------

Me rodó por lo que estaba debajo de él, rompió el beso y me miró, nuestras miradas se encontraron tratando de frenar nuestra respiración. Agarré su camiseta y las subí por sobre su cabeza, haciendo que parara de respirar por completo. Bajé la vista hacia su pecho. Realmente era hermoso; recorrí con mis dedos hacia abajo, maravillándome de que este chico quería estar conmigo. Todavía no se había movido, sólo se cernía sobre mí, mirando sin saber qué hacer, así que puse mis manos en su cuello de nuevo y tiré de él hacia abajo para que me bese. Me devolvió el beso con entusiasmo.

El beso se estaba calentando; sólo lo dejo para besarme en la mejilla bajando por mi cuello. Sus manos se movieron lentamente hacia mi estómago y se deslizaron debajo de mi top, rozando con sus dedos la piel de ahí. Continuó besándome hacia abajo sobre el top hasta que llegó a mi estómago luego subió el top y comenzó a besar mi piel. Sentí su lengua recorriendo el camino justo debajo de mi ombligo haciéndome gemir. Estaba teniendo una sensación en mi interior que era como un dolor ardiente pero traté de no pensar en ello, la sensación asustaba la vida fuera de mí. Me empujó el top ligeramente más arriba y lo sentí besarme el material de la parte de más baja mi sujetador. Todavía estaba de acuerdo con esto; estaba disfrutándolo mucho más de lo que pensé que haría.

Pensé que esto sólo le daría algo para soñar, pero tenía la sensación de que lo volvería revisar esta noche también. Mi top se levantó un poco más alto y lo escuché gemir suavemente mientras exponía completamente mi sujetador. Su mano se deslizó arriba de mi estómago y suavemente pasó la mano sobre uno de mis pechos, sólo una vez, antes moverse lejos como si estuviese esperando que lo detenga. Cuando no dije nada, puso su mano devuelta ahí y tomó mi pecho. Gemí de nuevo. Se sentía tan bien tenerlo tocándome; llevó su boca devuelta a la mía y me besó con ternura, todavía masajeando mis pechos gentilmente. Podía sentir su erección presionando en mi muslo y empecé a ponerme un poco nerviosa porque esto se estaba poniendo demasiado caliente, demasiado rápido. ¡Oh Dios, necesito parar! Rompí el beso.

— Edward —dije sin aliento.

Sus ojos fueron a los míos de golpe y sacó sus manos de encima de mí, empujándose a sí mismo arriba por lo que estaba flotando por encima de mí, sin tocarme aparte de nuestras piernas entrelazadas.

—¿Paro? —preguntó, su voz sonaba ronca y llena de lujuria. Tragué saliva y asentí.

Él inmediatamente se apartó de mí por completo y se sentó en el borde de la cama, poniéndose su camiseta. Me senté, sonrojándome, sintiéndome estúpida y como una niña pequeña. ¡Vaya, ni siquiera permití que me sacara el top!

—Lo siento —murmuré, sin mirarlo.

—Ángel, no necesitas lamentarlo. Nosotros no teníamos que hacer eso. Te lo dije, lo que quieras. No voy a decir que no me gusto esto, porque eso sería una mentira. Esa fue la cosa más malditamente caliente que me ha sucedido —dijo, encogiéndose de hombros.

Me reí de esa declaración.

—¿La cosa más caliente que alguna vez te haya sucedido? Sí claro, probablemente has dormido con más de un centenar de diferentes chicas y habrás hecho quien sabe que con ellas y a ellas, y ni siquiera me sacaste mi top antes de que me asustará —dije sarcásticamente, sintiéndome como una idiota. Él no necesitaba mentirme para hacerme sentir mejor.

—Ángel, confía en mí esta fue la cosa más caliente que me haya sucedido. Solo tu, me haces sentir diferente. Incluso besarte es diferente, es mil veces mejor que cualquier cosa que haya sentido antes. Haces que mi cuerpo queme en todas las partes en donde me tocas. No puedo explicarlo. —Frunció el ceño y sacudió la cabeza como si estuviera molesto consigo mismo por no tener las palabras correctas.

—Sé lo que quieres decir. —Sonreí, besándolo suavemente en los labios. Me sonrió.

—Ahora es cuando se supone que me decís que esto fue la cosa más caliente para ti también —bromeó, sabiendo que no había besado a nadie más que a él y a ese idiota que me beso en la fiesta.

Fingí pensar en ello durante unos segundos.

—He tenido mejores.

Se echó a reír.

—Sí, apuesto a que lo has tenido —respondió, moviendo la cabeza con diversión. Le sonreí y suspiró—. Creo que será mejor que me vaya. Gracias por hoy; tuve realmente un buen rato contigo. Duerme tranquila, bien. Oh y por cierto, esto que acabamos de hacer se suponía que me ayudara a dormir, bueno, no creo que vaya a tener el efecto deseado. Creo que en realidad va a mantenerme despierto toda la noche pensando en ello —dijo, señalando sus pantalones. Me reí.

—A mi también —admití, haciéndolo reír también.

Se levantó y me tendió su mano, la tomé y me ayudó a levantarme, caminamos por el pasillo agarrados de las manos. Se detuvo en la esquina y me besó en la frente antes de suspirar y soltar mi mano.

—Correcto, chicos, me voy. Los veré mañana —dijo Edward, mientras caminaba hacia la puerta de entrada.

—Sí, nos vemos —respondieron ambos, todavía concentrados en su juego de tenis en la televisión. Edward me sonrió desde la puerta pero era obligado, sabía que casi le hacía daño irse, le sonreí en respuesta y él cierra la puerta.

En el momento en que la puerta se cerró mi corazón se hundió. La idea de tener que pasar dos noches en mi cama sin él me hace sentir un poco enferma; habría sido horrible aunque no estuviéramos juntos, pero ahora en realidad se sentía como una tortura. Suspiré y volví al sofá para mirar a Emmet patear el trasero de Angela en la Wii.

Capítulo 17: capitulo 17 Capítulo 19: mujeriego reformado

 
14445431 visitas C C L - Web no oficial de la saga Crepúsculo. Esta obra está bajo licencia de Creative Commons -
 10762 usuarios